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Para comenzar a ver la teoría de Lacan, es necesario comprender que él piensa la realidad
humana en función de tres registros que se articulan:
Esa imagen es externa, proviene del exterior, pero necesito que alguien sancione que
es mía (madre/padre/la sociedad, etc.)
Lo importante es cómo el ser humano se arma una unidad a partir de una imagen
siendo que biológicamente todavía no está esa unidad.
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Lacan va a articular estas dos dimensiones (lo simbólico y lo imaginario) en un esquema:
El eje que va desde a hacia a’ es el eje imaginario y corresponde al eje de las respuestas
El eje que va desde A hacia $ es el eje de lo simbólico y corresponde al eje de las preguntas
(tiene que ver con la muerte y la sexualidad).
#Cuando pensemos en el tema de HISTERIA para Lacan debemos prestar atención a tres
elementos: identificación viril, pregunta por la femineidad y amor al padre .
Cada inversión dialéctica es una pregunta, algo que interroga la posición de Dora, que
interroga su realidad por lo que aparece una nueva intervención, una nueva inversión
dialéctica. Dora presenta las cosas de un cierto modo y Lacan quiere acentuar con el término
inversión que Freud le da vuelta esa forma de presentación y la hace pensar las cosas de otra
manera.
Hay un primerdesarrollo de la verdadque tiene que ver con que el padre de Dora y la Sra. K
son amantes y Dora queda en una posición de intercambio, según la propia Dora como “un
objeto de odioso cambalache”. Por lo que Freud hace una intervención, que Lacan llama
inversión dialéctica, ¿qué es lo que usted quiere cambiar de esto?
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La primera inversión dialéctica tiene que ver con cuál es la parte de Dora en el desorden, qué
tiene que ver Dora con todo esto. Esta implicación tiene como consecuencia un segundo
desarrollo de la verdad: la complicidad de Dora.
Hay una segunda inversión dialéctica: consiste en que los celos de Dora enmascaran el interés
que tiene por la Sra. K la pregunta por los celos.
El tercer desarrollo de la verdadtiene que ver con la pregunta por la femineidad. Hay una
mujer que encarna un enigma para Dora y le permitiría responder a ese vacío que hay en lo
simbólico (cómo se hace para ser mujer), la Sra. K.
La Sra. K le sirve a Dora para responder a la pregunta por la femineidad sin tener que poner el
cuerpo. Dora supone que es la Sra. K la que le puede dar la clave, ya que es el objeto de deseo
del padre de Dora y del Sr. K.
Hay una tercera inversión dialéctica que Freud, según Lacan, no pudo llevar adelante ya que
se produjo la interrupción del análisis con Dora y tiene que ver con cómo Dora protege a la Sra.
K. siendo que ésta fue la que traicionó su confianza.
La que daría el valor real del objeto es la Sra. K para Dora, no como individuo sino como
misterio: el misterio de su propia femineidad corporal, tal como aparece en el segundo de los
sueños.
Lacan dice que si Dora se interesa tanto en la Sra. K. es porque ella no puede tener una imagen
total de su propio cuerpo como mujer, no hay una imagen que la pueda constituir como mujer,
no tiene una imagen femenina que le permita reconocer su propio cuerpo. Para tener acceso a
este reconocimiento de su femineidad, le sería necesario realizar esa asunción de su propio
cuerpo, a falta de la cual permanece abierta a la fragmentación funcional que constituye los
síntomas de conversión. Hay una imagen que le ha servido a Dora como matriz, que le ofrece
una apertura hacia al objeto, que es cuando se chupaba el dedo y le daba tironcitos a la oreja
(imago original) del hermano un poquito mayor que ella, el compañero masculino al cual la
diferencia de edades le permite identificarse en esa enajenación primordial en la que el sujeto
se reconoce como yo. Así Dora se identifica con el hermano, con el Sr. K. y con Freud mismo, es
decir, se identifica con un hombre para abordar la pregunta por la femineidad.
Lacan va a decir que la neurosis tiene la estructura de una pregunta. Hace de la estructura sexo
y muerte una pregunta que se formula en el eje simbólico y se responde en el eje imaginario a
partir de lo que Lacan llama “pantomima”, la pantomima es una representación de algo, es
una conducta en la vida del sujeto (ubicadas en el eje imaginario) articuladas, determinadas
desde el inconsciente. La respuesta del yo a esa pregunta es secreta, no clara. En el caso de la
histeria es una respuesta a la cuestión de qué es ser una mujer.
En el caso de Dora, ella culmina en una pregunta fundamental acerca del tema de su sexo. No
sobre qué sexo tiene sino: ¿qué es ser una mujer? Y específicamente ¿qué es un órgano
femenino?
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Ahora bien, ¿por qué esto es así?, esto tiene que ver con el complejo de Edipo y para
responder Lacan toma al Freud clásico y dice que la niña siente un vacío que espera que sea
llenado primero por su padre, luego por un niño que le dé su padre, es decir, para Freud la
salida del complejo de Edipo para una mujer siempre es fálica. De un lado hay un vacío (la niña
no tiene algo) y del otro hay una imagen fálica muy prevalente.
Lacan dice que para la mujer la realización de su sexo no se hace en el complejo de Edipo en
forma simétrica a la del hombre, por identificación a la madre, sino al contrario, por
identificación al objeto paterno, lo cual le asigna un rodeo adicional. Freud nunca dio marcha
atrás respecto a esta concepción, por más que se haya hecho después, las mujeres, para
restablecer la simetría. Sin embargo, la desventaja en que se encuentra la mujer en cuanto al
acceso a la identidad de su propio sexo, en cuanto a su sexualización como tal, se convierte en
la histeria, en una ventaja, gracias a su identificación imaginaria al padre, que le es
perfectamente accesible, debido especialmente a su lugar en la composición del Edipo.Para el
hombre, en cambio, el camino será más complejo.
Para la mujer preguntarse qué es ser una mujer y serlo son dos cosas completamente
diferentes ya que serlo implica un acto, pasar al acto.
En este texto Lacan vuelve a releer el caso de Dora bajo lo que llama el esquema fundamental,
que es el esquema Z, y lo que él piensa sobre la relacion de objeto. Para Lacan en toda relación
de objeto hay un sujeto, un objeto y un “más allá del objeto” (este “más allá del objeto” es una
falta, un vacío que es parte del ser humano, es estructural).
La tópica freudiana del yo muestra cómo un/a histérico/a usa su yo para hacer una pregunta,
en realidad para no hacerla. La estructura de una neurosis es esencialmente una pregunta.
En el caso Dora Freud se pregunta qué desea Dora, antes de preguntarse quién desea en Dora,
sin embargo termina percatándose de que, en este cuarteto (Dora, su padre, Sr. K, Sra. K) es la
Sra. K el objeto de interés que verdaderamente interesa a Dora, en tanto que ella misma está
identificada con el Sr. K.
El yo de Dora es el Sr. K, la función que cumple en el esquema del estadio del espejo la imagen
especular, en la que el sujeto ubica su sentido para reconocerse, donde por primera vez sitúa a
su yo, ese punto externo de identificación imaginaria, Dora coloca al Sr. K. en tanto ella es el
Sr. K. todos sus síntomas cobran sentido.
La afonía de Dora se produce durante la ausencia del Sr. K, porque Dora es dejada en presencia
de la Sra. K y la identificación de Dora con el Sr. K. es lo que sostiene la situación hasta el
momento del estallido de la neurosis.
Ahora bien qué pasa con el padre de ella, ¿dónde lo ubicamos? En el lugar del Otro, ¿Qué es lo
que se pone en juego entre Dora y su padre? Lacan va a decir que lo que se pone en juego es el
amor.
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complejo de Edipo por el don del falo, porque el padre le dona el falo, el falo es algo que tiene,
pero en el caso del padre de Dora no lo da porque no lo tiene.
Sin embargo para Lacan no hay mayor acto de amor que dar algo que no se tiene (esto se da
en el registro simbólico), entonces al ser un padre con faltas, enfermo e impotente, Dora lee
eso como puro amor, le genera amor.
La segunda posición de Dora, dice Lacan, tiene que ver con la aparición de la señora K, que le
interesa en la medida en que su Padre ama a la Sra. K y la Sra. K sabe algo del padre que Dora
no (Padre de Dora/Sra. K/Dora). Con esto sólo no basta (más allá del objeto) sino que Dora
necesita recurrir a una identificación viril, se identifica con el Sr. K en tanto supone que éste
ama, desea a la Sra. K y la desea a ella (Dora/Sr. K. /Sra. K).
Cuando Dora se pregunta ¿qué es ser una mujer? Intenta simbolizar el órgano femenino en
cuanto tal. Su identificación al hombre, portador del pene, le es un medio para aproximarse a
la definición que se le escapa. El pene le sirve literalmente de instrumento imaginario para
aprehender lo que no logra simbolizar. El Sr. K es la manera de introducir el elemento
masculino ya que su propio padre es impotente. Dora no puede tolerar renunciar al amor del
padre, por lo que en la queja retorna esto, no puede aceptar que el padre la intercambie. Por
lo que aparece el síntoma como metáfora.