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Paul Watzlawick

Giorgio Nardone
Compiladores

Terapia breve
estratégica
Pasos hacia un cambRMlll·
percepción de la realidad
Paul Watzlawick
Giorgio N ardone
(compiladores)

Terapia breve estratégica


Pasos hacia un cambio
de percepción de la realidad

~~~~
PAIDÓS
Barcelona
Buenos Aires
México
Titulo original: Terapia breve strategica
Publicado en italiano, en 1997, por Raffaello Cortina Editare, Milán

Traducción de Ma del Carmen Blanco Moreno


y Ramón Alfonso Díez Aragón

Cubierta de Mario Eskenazi

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Fecha recepción: ~ lt e 4 e/
PreetMV;ncia: LcK\J ~ .

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o préstamo públicos.

© 1997 Raffaello Cortina Editare


© 2000 de la traducción Ma del Carmen Blanco Moreno
Y Ramón Alfonso Díez Aragón
© 2000 de todas las ediciones en castellano,
Ediciones Paidós Ibérica, S.A.,
Mariano Cubí, 92- 08021 Barcelona
Y Editorial Paidós, SAICF,
Defensa, 599- Buenos Aires
http:/ /www. paidos.com.

ISBN: 84-493-0811-9
Depósito legal: B. 49.425/1999

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Puigcerda, 127-08019 Barcelona

Impreso en España - Printed in Spain


3. LA INFLUENCIA DEL CONSTRUCTIVISMO
EN LA PSICOTERAPIA BREVE
INTERACCIONAL

Martin Wainstein

_ ~partir de la década de 1980 un gran número de conceptos filo-


sof!cos reunidos bajo el nombre de •constructivismo. han ejercido
una influencia notable en la psicoterapia, no sólo en las escuelas de
terapia individual más .tradicionales, como el conductismo o el psi-
coanálisis, sino también en los modelos terapéuticos interacciona-
les, como el modelo del Mental Research Institute (Weakland y otros,
1974), el modelo estratégico de ]ay Haley 0973, 1976), el modelo
centrado en la solución de De Shazer Cl982a, 1988a) y el modelo es-
tratégico-constructivista (Nardone y Watzlawick, 1990; Nardone, 1991,
1993).
Con la introducción de conceptos constructivistas, los estudio-
sos de nuestra ciencia han empezado a reflexionar sobre algunos
problemas teóricos, particularmente sobre los centrados en lo que
llamamos el ·ahí fuera·. En otras palabras, los terapeutas se han in-
teresado por la noción de ·realidad·, al principio con reflexiones pu-
ramente epistemológicas y después dirigiéndolas a las implicaciones
clínicas.
¿Cómo es posible que en la realidad los objetos aparezcan .. ahí·,
ante mis ojos? ¿De qué modo mi subjetividad se puede relacionar con
ellos? ¿Cómo está construido el proceso mental que los conecta?
La respuesta constructivista a estas preguntas es una tesis que de-
safía tanto al conocimiento científico como al del sentido común. Su
sentido de fondo lo constituye la afirmación de que la realidad en la
que vivimos, y en la que la ciencia se desarrolla, es el resultado de
la construcción de un organismo que se autorregula y que no tiene
ninguna relación concreta con una realidad ontológica .. ahí fuera•
(Maturana y Varela, 1980).
Aunque durante más de dos mil años se ha reflexionado mucho
sobre la cuestión desde un punto de vista filosófico, actualmente ésta
se plantea -al menos así lo hacen los terapeutas- con algunas ca-
racterísticas nuevas. Por una parte, la introducción de ideas construc-
52 TEOHÍA DE LA TERAPIA BHEVE

tivistas y la conexión constructivismo-psicoterapia se sitúa en un con-


texto histórico en el que existe un conocimiento profundo del funcio-
namiento de nuestro cerebro, de la psicología de la percepción, de la
comunicación y de sus efectos. Por otra parte, dado que somos el or-
ganismo que se autorregula, nuestra psicología personal está destina-
da a desempeñar un papel fundamental en la cuestión. Así se ha sen-
tido la necesidad de sustituir aquella especie de caja negra que al
comienzo fue la preocupación principal de los terapeutas interaccio-
nales por el análisis de los procesos cognitivos individuales en una
perspectiva que tuviese en cuenta la naturaleza de nuestro modo in-
teracciona! de experimentar el mundo. Esta nueva perspectiva ha
brotado de las aportaciones e intercambios iniciales entre el pensa-
miento de Heinz von Foerster y el trabajo clínico del MRI (Watzla-
wick, 1981; Von Foerster, 1991; Von Glasersfeld, 1995). Hacia finales
de la década de 1960 esta aproximación determinó una nueva con-
cepción del conocimiento (o epistemología) según la cual nuestra ex-
periencia es vista como causa y el mundo como consecuencia. Esta
nueva concepción implica que antes de definir un problema o de
buscar una solución, hay que explorar las premisas subyacentes tanto
en el problema como en la solución. Además, lo relevante en esta
perspectiva es el sistema que recibe la información más que la infor-
mación misma; también se pone el acento en el contexto biológico,
lingüístico y cultural que le confieren un significado. Es innegable que
los terapeutas sistémicos ya estaban interesados por esos problemas
mucho antes de la década de 1980; su formulación está presente ya
en el origen de la teoría sistémica, desarrollada a partir del pensa-
miento de Gregory Bateson.
·X.Ba~esQn empezó a interesarse por la psicología clínica Y la psi-
qutatna en 1948. En su primer trabajo importante de investigación, en
co~aboración con jürgen Ruesch (Ruesch y Bateson, 1951), declara
abtertamente estos fines:

. l. ~xplicitar los principios epistemológicos subyacentes en el tra-


ba¡o clmtco de los psicoterapeutas.
2: _C~ear las condiciones descriptivas y operativas para una aproxi-
macton mteraccional en psicoterapia como parte de una comprensión
más global de los fenómenos humanos en términos de fenómenos
comunicativos.
3. Valorar la validez práctica de la teoría de los tipos lógicos para
comprender algunos de los modos con que construimos la realidad
en las relaciones interpersonales.
LA INFLUENCIA DEL CONSTRUCTIVISMO 53

En ]as ideas iniciales de Bªtes~Jsobre estos tres puntos enumera-


dos influyó su contacto con el pensamiento cibernético. Efectivamen-
te, uno de los ensayos más importantes de aquel tiempo -Behavior,
purpose and teleology (Rosenblueth y otros, 1943)- ejerció una in-
fluencia significativa en su formación socioantropológica, en particu-
lar en su definición del comportamiento en términos de feedback. Las
reflexiones sobre este punto anticiparon la noción de feedforward
(Watz]awick, 1981), según la cual el contenido informativo de un
mensaje depende del grupo del que proviene o del grupo al que se
dirige. Este grupo de referencia representa el punro de vista del emi-
sor, es decir, el modo en que el individuo espera que suceda una de-
terminada cosa. Se trata de una concepción subjetiva y relativista --cu-
yas implicaciones pragmáticas son notables-, según la cual rodo
mensaje formulado según el código del que lo emite define simultá-
neamente y prevé de qué modo aparece la realidad al emisor (Witte-
zaele y García, 1992).
La definición que Bateson proporciona de la epistemología como
conjunto de operaciones a través de las cuales el organismo percibe,
piensa, decide y actúa en su propio mundo, revela la relación y la inte-
gración conceptual que nos obliga a situar la psicología y el comporta-
mienro en el centro de la reflexión filosófica sobre el conocimienro.
No obstante, debemos admitir que el desarrollo ulterior de 1~­
rapia sistémica, el trabajo de investigación sucesivo de. B~tes~m
0972) y el trabajo del MRI en Palo Alto (Watzlawick, 1964)\han evo-
lucionado hacia un modelo de terapia breve interacciona! que ha
puesro el acento descriptivo en los circuitos interactivos que mantie-
ne el comportamiento problemático; además esos desarrollos se han
interesado activamente por la definición precisa de intervenciones
que tienen como objetivo bloquear o interrumpir los circuiros consi-
derados externos al terapeuta-observador (Haley, 1973, 1976; Wea-
kland y otros, 1974; Watzlawick y otros,· 1974; De Shazer, 1982a,
1985, 1988a; Madanes, 1981, 1984; Nardone y Watzlawick, 1990; Nar-
done, 1991, 1993).
Sólo después de la década de 1970 Bateson..dejó de ocuparse de la
investigación empírica en psiquiatría y se dedicó a la formulación de
una teoría de la mente -tan compleja que resulta casi inaccesible-
en armonía con el conjunto del sistema (Bateson, 1979), que comen-
zó a privilegiar el papel del observador, reconocido definitivamente
de;¡de entonces.
~De acuerdo con este nuevo giro decisivo en el campo sistémico, el
qb.servador era el responsable de trazar distinciones y determinar los
límites de la realidad observada.·
54 TEORÍA DE LA TERAPIA BREVE

Obviamente los límites del sistema estaban estrechamente relacio-


nados con el grupo de referencia del observador, que como conse-
cuencia •trazaba las distinciones· y él mismo se convertía en copartí-
cipe en la coconstrucción del sistema en el que él también estaba
incluido.
/"~Cuando estas ideas fueron aplicadas en el ámbito clínico, los tera-
:pe'utas sistémicos comprendieron, en primer lugar, que la .. situación
:'clínica· -por lo que se refiere al aspecto descriptivo- depende del
¡punto de vista clínico del observador y que, por consiguiente, las in-
tervenciones deberían tener como objetivo la creación de condiciones
. en las que se puede inducir un comportamiento alternativo y deseo-
, nacido en lugar de provocar comportamientos previstos por las con-
\ vicciones del terapeuta.~
7 Después de estos déscubrimientos los terapeutas tuvieron que
· adoptar una posición más neutral, una actitud menos didáctica y más
abierta a un desarrollo de posibilidades ocultas y en todo caso segu-
ramente accesibles (Hoffman, 1981).
Pero los terapeutas sistémicos encontraron otra distinción, a saber,
la diferencia entre la inducción de determinadas sugerencias preesta-
1 blecidas y la habilidad de acercarse gradualmente, por medio de pa-

. sos adecuados, en la conversación, a las idiosincrasias del otro, en-


. tendidas como la ·estructura determinante• que le hace preferir, de
:... fo:_ma autorregulada, algunas sugerencias en lugar de otras.
~o9emos concluir que el constructivismo ha hecho que los tera-
petltas sistém~cos se dieran cuenta de que lo que estaban examinan-
do en los pacientes no era algo que existía ahí fuera, sino algo estre-
chamente ligado a sus convicciones 0 premisas subjetivas sobre las
personas, sobre los problemas e incluso sobre los desenlaces de las in-
ter.accione~ con ésta o aquella familia:', El proceso, en el ámbito de la
psicoterapia, puede ser considerado -n 0 sólo como resistencia sino
también como fuente de posibilidades durante el tratamiento: en su-
ma, los terapeutas han comenzado a reflexionar sobre la realidad de
sus prop~as descripcio.nes y a examinar muy atentamente su corres-
,29nd~ncia con ~~s real_Idades presentadas por los clientes.
/. .. La. ~ntrodu~c1~n d~ 1deas c?nstructivistas en nuestro trabajo clínico
· tamb1en ha eJercido mfluenc1a en algunas de las convicciones en las
que solemos confiar. En la fase inicial de la terapia sistémica, por cau-
sa de la influencia de los conductistas, los terapeutas pensaban que
era necesario cambiar algunos comportamientos para variar el sistema
interactivo y sus reglas. El constructivismo nos ha evitado volvernos
demasiado ·conductistas· cuando tenemos que enfrentarnos a q.ues-
tras concepciones sobre el cambio, lo cual nos hace confiar aún más
LA INFLUENCIA DEL CONSTRUCTJVISMO SS
en la reestructuración, 1 centrarnos en •Crear una realidad realizable· y
comprender la importancia que algunas convicciones relativas al pro-
blema tienen para las personas implicadas.
El problema del significado se ha convertido en un objetivo im-
portante en la terapia; la mayoría de lo que hemos empezado a llamar
·sistemas .. se refieren al conjunto de convicciones del sistema de con-
sulta: terapeuta más cliente (Sluzky, 1983). Además, dentro de este sis-
tema los terapeutas han reducido las expectativas acerca de su propia
capacidad de comprensión. La posición one-down no sólo se ha con-
figurado como estratégica, sino que se ha transformado en una acti-
tud más creíble y realista para nosotros mismos. La imagen del tera-
peuta como experto no podía ser aplicada a los contenidos temáticos
de las soluciones alcanzadas por medio de la terapia, de manera que
era aplicada de forma limitada al proceso, al modo de pasar del pro-
blema a la solución.
En esta dimensión el papel del terapeuta es sobre todo el de or-
ganizador de la conversación en una atmósfera en la que se pue-
den tomar en consideración diferentes puntos de vista de forma no
defensiva.
lEn el contexto terapéutico, el concepto verda_der._o ha dejado su lu-
gar al de verosímil, creíble, correcto y realizable. Además, los objeti-
vos de la terapia se construyen de forma cada vez más gradual, y se
confía aún más en la capacidad de f~sionar los recursos terapéutico.~ COf! J
1
los del cliente.
La idea de desplazar el núcleo del problema a sus exGepciones a
fin de focalizar la atención en las soluciones enfatiza la capacidad de
los clientes de desarrollar sus propios recursos, desconocidos por ellos
en la mayoría de los casos. Esto es muy cierto en el caso del pobre Y
del marginado, que ordinariamente se consideran incapaces por causa de
la imagen de sí mismos que la sociedad les da (De Shazer, 1985, 1988a,
1993, correspondencia personal; White, 1988, 1989; O'Hanlon y Wei-
ner-Davis, 1989). - \
Habría que pensar la relación entre constructivismo y psicoterapi_a \
en el contexto de la gran revolución del conocimiento que tuvo on- 1
gen, después de la segunda guerra mundial, en ideas provenientes _de \'
varios campos: cibernética, teoría de sistemas, lingüística, física cuan- \.
tica, psicología cognitiva, relativismo cultural y étnico. ,
Esta influencia, positiva en la mayor parte de los casos, no log~o,
como pone ele manifiesto Hirsch (1992), aproximar la teoría a la pr~c- :
tica clínica. En cambio, reanudó el debate sobre la antología y la epts- j

1. En el capítulo 8 se encuentra una descripción completa de esta técnica.


56 TEORÍA DE LA TERAPIA BHEVE

temología, a menudo sobre la base de premisas demasiado teóricas,


competitivas, complejas y muy distantes de nuestro trabajo clínico.
Desde mi punto de vista el único modo de mitigar este efecto con-
siste en desarrollar un trabajo clínico constructivista orientado prag-
máticamente. Si la realidad clínica es construida, habría que trasladar
el mismo concepto de construcción a un nivel más operativo.
¿Quién construye la realidad clínica? ¿Qué instrumentos y proce-
dimientos están presentes cuando construimos la realidad clínica?
¿Qué se construye exactamente? La construcción, ¿tiene lugar en un
espacio virtual o empírico? ¿A qué tiende? ¿Y cuáles son sus implica-
ciones éticas?
Desde un punto de vista constructivista, hemos de admitir que
estas preguntas pueden recibir muchas respuestas, con tal que su
coherencia interna y su eficacia práctica las hagan aceptables y ve-
rosímiles.
Reflexionar y encontrar la respuesta adecuada a estas preguntas
debería ser una tarea colectiva, cuyo alcance supera con mucho lo
que se puede exponer en esta colaboración. No obstante, presentaré
algunas de las respuestas prácticas que los terapeutas interaccionales
dan a estas cuestiones.
{1\ :'Q .,
. ·!¿ u1en construye la realidad clínica? Pienso que quienes tra b a-
jan en terapia breve tratan de comprender el problema de los clientes
desde una perspectiva que privilegia la interacción humana. 1 La tera-
pia se podría considerar metafóricamente como un viaje en áscensor.
Como en un ascensor, la conversación es breve y, al principio, hay
poca confianza entre los participantes; el contexto de intimidad .. pro-
fesional· nos recuerda el del confesionario, porque tratamos inmedia-
tamente de romper el hielo en un encuentro que es bastante artificial
pero en el cual los actores se implican en un juego característico de
¡ muy pocas relaciones sociales, el de la confianza y la intimidad. Pese
1
1
a que hay sólo una persona que imparte órdenes, no parece que sea
un papel tan difícil que no puedan desempeñarlo también los demás.
Al mismo tiempo, tememos que el viaje pueda encerrarnos durante
mucho tiempo o que se pueda desarrollar un tipo de familiaridad que
evite o altere los objetivos.
¡--- Cualquiera que sea el modelo terapéutico usado, los prota_gonistas
/ de la realidad clínica son siempre ambos: el terapeuta Y ~u cltente. .
1 2. ¿Qué instrumentos están presentes cuando constrwmos la reah-
: dad clínica? Para responder a la pregunta debemos decir que, sobre la
' base de una observación tradicional, no hay más que el juego de la con-
versación. En este juego se revela toda la riqueza de la terapia. Hace
LA INFLUENCIA DEL CONSTRUCTIVISMO 57

más de treinta añosjay Haley solía afirmar que todo lo que vemos de
las relaciones entre las personas son sus palabras y sus gestos.
Hay muy pocas áreas de nuestra vida social en las que las perso-
nas estén implicadas en el espacio de la comunicación oral tan inten-
samente como en la terapia. Por otra parte, vivimos en un océano de
comunicación: el lenguaje está presente por todas partes y organiza la
vida en la familia, en la calle, en el trabajo, en la actividad investiga-
dora. La comunicación tiene lugar a través de voces y acentos diver-
sos, por medio de pausas características, rituales de acercamiento y
saludo, esquemas de entonación y otros aspectos paralingüísticos
y extralingüísticas esenciales para leer el mensaje más allá del nivel
puramente verbal. También en el contexto terapéutico prestamos par-
ticular atención a todos estos aspectos paralingüísticos y extralingüís-
ticas del lenguaje. Se concede un tiempo y un espacio privilegiado a
la identidad del que habla, a las circunstancias y al contexto, así como
también al sonido de las palabras, a la habilidad de crear juegos lin-
güísticos, a las derivaciones semánticas, a los lapsus, a las palabras in-
ventadas y a la puesta en escena de situaciones por medio de técnicas
especiales.l
La comu-nicación terapéutica está estrechamente relacionada con
el fracaso de la comunicación, pero en otros contextos relacionales
las personas también son poco conscientes de todos los aspectos de la
comunicación. Además, las personas creen aún erróneamente que siem-
pr_e quieren decir lo que dicen (Certau, Giard y Mayor!, 1994).
; La terapia se concentra en el uso de la comunicación oral que asu- '
me un papel básico en la relación con los demás, y que lo diferencia
de su uso instrumental cotidiano y de su función de transmitir cono-
cimientos en el campo educativo.
3. ¿Qué se construye? La terapia construye significados. Esta afir-
mación puede parecer genérica o abstracta, pero, ¿qué otra cosa po-
demos esperar construir en un pequeño cuarto donde el único recur-
so disponible es la conversación y donde no estamos más de una
hora?
Según el conocimiento científico tradicional y el sentido común,
los significados se revelan a través de una observación sistemática
conducida usando los mapas de los sistemas explicativos.
El significado deriva de un efecto lingüístico donde existe una úni-
ca regla: la denotación; ésta es la regla que hace creer a las personas
en la transparencia, la objetividad y la verdad del lenguaje (Harland,
1987).
No obstante, para un terapeuta el significado es el resultado de lal
relación entre unas palabras o expresiones y otras. Pocas veces el re- \
58 TEORÍA DE LA TERAPIA BREVE

ferente es claro y preciso y siempre está sujeto a posibles asociacio-


nes de significado y a los límites inciertos de los modos en que las ex-
presiones se pueden ligar entre sí. Por eso las expresiones se pueden
ligar unas a otras. Por eso, también, las expresiones o las palabras pue-
den ser ambiguas e indefinidas.
1 Con todo, desde un punto de vista tradicional, algunos terapeutas
(sostienen que resolver los problemas, las dificultades o las dudas del
f cliente implica la búsqueda de la realidad de un significado subya-
i cente. Esto significa que el trabajo terapéutico debe consistir en ir .. ha-
cia atrás· y ·hacia la superficie· hasta captar el significado .. verdadero·
- o al menos el ·correcto·- a través de las normas de transformación
en que se sostiene la teoría terapéutica.
j La aproximación interacciona!, a diferencia de la tradicional, aban-
\ dona el punto de vista de la causalidad lineal y deja de lado el pro-
. blema de la ·verdad·, centrándose, en cambio, en el significado que
. nuestros pacientes atribuyen a una persona, una situación o un obje-
to, considerado como una construcción estrictamente ligada a un par-
ticular modo de usar el lenguaje .. aquí y ahora ... El significado de
las palabras tiene mucho que ver con el modo en que los que hablan las
usan en un contexto concreto. Desde nuestro punto de vista el con-
texto relevante es el terapéutico.
El lenguaje de nuestros pacientes se expresa dentro de una con-
versación particular y es un sistema lleno de recuerdos que describe
un ·mundo· modelado sobre la base de la propia biografía, pero que
se revela en una interacción social definida como terapéutica. Vol-
viendo a nuestra metáfora precedente, es como si en el trayecto del
ascensor nos contasen una historia: el trabajo terapéutico consiste en
volver a contar la historia, pero cambiando el significado de sus con-
tenidos.
La aproximación psicológica que entiende la memoria como fun-
ción por medio de la cual una mente-cerebro descodifica, almacena y
recupera las informaciones no nos resulta útil a no ser que tenga en
cuenta que los recuerdos que afloran en el cli~nte en el curso de una
sesión no son la información reevocada sino una afirmación relativa
a ciertos hechos o acontecimientos en u~a situación compartida acti-
vamente con el terapeuta.
Lo que Bartlett 0932) define como algo constructivo .. dentro de la
mente social del individuo· no sucede sólo en ella, sino también en
la actividad social que consiste en hablar del pasado; en este sentido
podemos decir con él que uabandonamos una psicología de las facul-
tades y nos volvemos más sensibles a la pragmática de la comunica-
ción, al uso de la representación de la experiencia aquí y ahora ...
LA INFLUENCIA DEL CONSTRUCTIVISMO 59

Se podría decir que estamos rrás interesados por la versión del


acontecimiento que por el aconteciiniento mismo; más interesados
por ayudar a nuestros clientes en la descodificación de la percepción
de la realidad de un modo diferente que por cambiar el valor semán-
tico de lo que es percibido.
4, ~¿Cómo y dónde se construye? Desde una perspectiva empírica,
la térapia es una conversación, pero de un tipo guiado por determi-
nados objetivos o planos proyectados por el terapeuta, que tienen co-
mo objetivo la creación de significados capaces de influir en las con-
vicciones de los pacientes, de provocar comportamientos diferentes
de los que los están desanimando y haciendo sufrir.: (:g_mQ_c;:onse-
cuencia, el terapeuta estratégico debe guiar l_a ~esión, qir,igir las pre-
guntas y proponer algunas tareas de forimí que el paciente pueda
aprender nuevos significados y comportamientos alternativos.:
La tarea del terapeuta es organizar las interacciones de tal forma
que ayuden al paciente a pasar del estadio en el que los problemas que
lo han llevado a la terapia no podían ser comprendidos y resueltos a
un estadio que sea, al menos potencialmente, más saludable, más de-
seado y libre de los síntomas.
El trabajo terapéutico no consiste ni en buscar la verdad ni en dir!:-
gir la terapia hacia lo que es ·justo ... f:Consiste sencillamente en crear ¡
las condiciones de aprendizaje en las que algo diferente, verosímil y /
adecuado a las idiosincrasias del cliente, pueda reemplazar a sus sín- 1
tomas y su sufrimiento.\ ...--

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