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, nuestros políticos practicaron la retórica, que es el arte

del buen decir, de deleitar, persuadir o conmover con la palabra o su versión


escrita. Con su verbo desparramado por calles y plazas, espacios públicos
por excelencia, los políticos deleitaban multitudes, levantaban ánimos, con-
movían y encendían pasiones. Pero la palabra y el discurso escrito tenían un
importante componente logocéntrico, es decir, buscaban persuadir también
a través del raciocinio, el intercambio de ideas, el diálogo.

-
te andina y amazónica; García nutrición con productos autóctonos; Vargas
Llosa nos dio clases de economía aterradoras.1 Ironías aparte, los partidos
políticos intermediaban, representaban y creaban identidad a partir de la

1. Para quienes no los escucharon, vale recordar que los discursos de Haya de la Torre
MQ ?

eran con frecuencia una versión multitudinaria de los cursos de “educación ciudadana”,
que hoy las ONG realizan trabajosamente. Haya inculcaba además la fe en “la nueva
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de que la juventud se preparara “para la lucha y no para el placer”. Ello incluía la higiene
y el ejercicio. Por la década de 1960 esto se convirtió en caricatura cuando en las
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celebraciones por el Día de la Fraternidad aparecieron carros alegóricos con gimnastas y


pesistas. Sobre las dimensiones culturales y políticas del APRA véase Vega Centeno 1991.

imaginariamente en sus discursos y terminó centrándose obsesivamente en la carretera


Marginal de la Selva, para regocijo de imitadores y caricaturistas. García, por último,
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descubrió en algún momento el valor alimenticio de ciertas plantas andinas, y nos lo


recordó durante todo su quinquenio. Alguna vez, connotados líderes apristas fueron
2

invitados a un banquete en Palacio donde el bufé estaba compuesto de sopa de kiwicha,


picante de kiwicha, torreja de kiwicha, jugo de kiwicha, postre de kiwicha (hubo más
kiwicha pero solo esto recuerdo).

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raban idearios y programas; tenían locales donde se dictaban conferencias o
se desarrollaban “escuelas de cuadros”; realizaban eventos partidarios que
tomaban posición sobre temas de importancia nacional.
Estas dimensiones ciudadanas estuvieron, sin embargo, lastradas por el
caudillismo: el jefe tenía siempre la última palabra. Una delgada línea borrosa

que se quiere defender lo falso. La “facilidad de palabra” permitía que el jefe


convenciera de demasiadas cosas a sus bases. Desde siempre, nuestros políticos
se movieron en esa frontera difusa entre la demagogia y la formación ciudadana.
¿Qué pasó en el espacio público para que la palabra se desgastara hasta

palabra estalló por exceso retórico. Cuenta Carlos Reyna (2000: 16) que la
primera aparición importante de Alan García fue al lado de Haya de la Torre,
durante un mitin en la plaza San Martín. García, entonces de 29 años, fue una
revelación: pareció ser la reencarnación del Haya de los años 20. Esa fue su
principal arma para seducir, primero al APRA y luego a todo el país. En los
primeros meses de su gobierno alcanzó más del 90% de aprobación. Inventó

que durante los primeros años fueron el escenario de un romance entre un


Romeo en el balcón y una Julieta colectiva en la entonces plaza de Armas.
Dicen que Haya fue todavía mejor orador y cometió tantos o mayores
excesos retóricos. Pero eran otros tiempos. Además, era más fácil ocultar la
distancia entre realidad y discurso estando en la oposición. La masacre de los

la credibilidad de la palabra alanista. Tratando de mostrarse severo con los


-
naba el lugar de los hechos, aparentemente conmovido: “o se van ellos o me
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voy yo”. Nadie se fue.


Pero a Vargas Llosa, otro político de la palabra, también le fue mal a
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pesar de su buen uso del idioma, su sinceridad descarnada, la ausencia to-


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otros tiempos, sino otros públicos, otras tecnologías de comunicación y otras


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formas de generar identidades. Las masas urbanas de Haya cedían el paso a


multitudes compuestas mayoritariamente por migrantes, para muchos de los
cuales el castellano no era su lengua materna y que, si bien se deleitaban con
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joven criollo. Otros eran los ámbitos donde forjaban sus nuevas identidades:
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el de sus antiguas lealtades regionales y locales, por un lado; el de los medios


de comunicación, por otro.

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A García le tocó ser, entonces, el último líder populista cuando el proyecto


populista entraba en bancarrota en todo el continente y se iniciaba el tsunami
neoliberal.2 Fue un político del ágora y de la palabra hasta la exacerbación,
justo cuando la política se deslocalizaba e incluso se desmaterializaba al vol-
verse mediática, y cuando la palabra cedía paso a la imagen. Tan joven y le
tocó ser dinosaurio. Una suerte de Bebé Sinclair.
Como en otros ámbitos, también aquí Fujimori fue la némesis de la clase
política. El Ingeniero reniega de la palabra. No es buen orador; ni siquiera
maneja bien “el habla culta”.3 Según Sally Bowen, tampoco es lector. Sin em-
bargo, convierte esas características en activo político. Gobierna en silencio.
Un silencio que produce alivio luego de los excesos verbales de los años
previos, y que por lo demás resulta funcional a la táctica de la emboscada,
que es una de sus formas preferidas de hacer política:

Yo trabajo así, silenciosamente. Ustedes querían una escuela para sus hijos, y acá
está ahora, para que sus hijos la disfruten. Yo no hago falsas promesas. Cuídense
de los que van a venir para ofrecerles cosas que después no cumplirán. Ya ustedes
los conocen y me conocen y saben bien que cumplo lo que ofrezco.4

lenguaje, que no sea un comunicador político. Lo que sucede es que estamos


en tiempos de la política de la imagen, que “vale más que mil palabras”. El
Presidente no necesita discursos, hablados o leídos, porque ahora “hablan las
imágenes”. Usa un lenguaje de gestos, actos simbólicos, rituales, que manejó
muy bien hasta antes de la reciente campaña electoral en que, a su vez, pecó
por exceso y se convirtió en una caricatura de sí mismo danzando la tecno-
cumbia. Fujimori desarrolla así un “liderazgo mediático” (Protzel 1994) e
incluso produce desde muy temprano “eventos mediáticos” (Oliart 1999) como
por ejemplo el de las vírgenes que se echaron a llorar a inicios de su primer
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gobierno. En algunos casos, la frontera entre estos eventos y los operativos


psicosociales resulta muy borrosa.
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Por otro lado, Fujimori crea una sensación de cercanía sin palabras, a
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partir de actos informales que rompen las convenciones previas sobre lo que
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2. Por esos mismos años, Víctor Paz Estenssoro, líder histórico del MNR boliviano, primo
ideológico del APRA y conductor de la Revolución nacional popular de 1952 en ese
país, fue elegido Presidente en 1985 y, en las antípodas de su sobrino peruano, sea por
realismo u oportunismo encabezó a edad bastante avanzada el primer ajuste económico
MD C

neoliberal en democracia en la región andina.


2

3. Uso el título de un libro de Martha Hildebrandt.


4. Discurso en la inauguración de un colegio en Huaycán en octubre de 1994. Tomado de
Oliart (1999: 405).

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era un presidente, yendo mucho más allá del “baño de masas” que solían darse
los políticos desde la época oligárquica: “puede jugar a tirarle agua a la gente,
montar bicicleta, burro o motocicleta, treparse a un tractor, o simplemente
decidir mojarse los pies en un riachuelo camino a algún pueblo alejado” (Oliart
1999: 406). La clave: sabe que ese gesto, que por ejemplo en la época en que
Belaúnde recorría el Perú a lomo de mula tenía que ser repetido mil veces en
mil sitios distintos para lograr una suerte de construcción molecular de ima-
gen, será visto ese mismo día por todo el país en los noticieros de televisión,

El péndulo ha girado de un extremo a otro. Destruidos los partidos políti-


cos no existe contrapeso a esta nueva “forma de hacer política”, que depende
de la conexión mediática. En diez años, a pesar de la proliferación de nuevos

par de hojas donde expongan su ideario, no pudieron presentar un programa


durante las últimas elecciones. Algunos voceros dijeron que su programa eran
las obras realizadas por el gobierno, otros que era la Constitución de 1993,
que ellos mismos comenzaron a violar a los pocos meses de aprobada. Salvo
los plenitos de parlamentarios en el Pentagonito, no han realizado ninguna
convención, congreso o reunión nacional. Ni siquiera para sellar las alianzas
entre Cambio 90 y Nueva Mayoría en 1992, o entre estos y Vamos Vecino y

pesar de que fue candidato en 1995 en la lista de Cambio 90-Nueva Mayoría.

rubor y gesticulando despectivamente: “el presidente Fujimori decidió la lista


completa” ( 16.3.00).
El cuerpo invertebrado no solo carece entonces de columna vertebral (po-
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apelar a lo que Adrianzén (2000) denomina “representación espejo”. Fujimori


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envuelve en cualquier cosa que le den, escoge sombreros, ponchos, cushmas,


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tocados de plumas y hasta banderas. Sabe decirle a la gente que él es uno de


ellos” (Oliart 1999: 407).
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Este uso ritual de los trajes es muy antiguo en nuestra historia. Está allí
desde los incas que hacían diplomacia, establecían jerarquías y anudaban
-
dose una casaquilla nacional sudada después de una victoria de la selección
MD C

de fútbol. En general, la dimensión simbólica es inherente al poder y su ejer-


2

cicio. Coronaciones, juramentaciones, besamanos, son las formas rituales


que “señalan al centro como centro y le otorgan su aura” (Geertz 1994: 150).

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cañonazos, himnos, banderolas. Los ejemplos citados en párrafos anteriores


muestran la forma radical en que el actual mandatario transforma la simbo-
logía del poder, la “informaliza” y ubica este aspecto “informal” en el centro
del centro. Por un lado, vestir poncho o montar bicicleta son rituales de in-
clusión, que expresan una democratización en el plano de la imagen y de la
construcción del imaginario social y nacional. Pero en el plano político, este
capital simbólico es puesto al servicio de un proyecto cuya naturaleza autori-
taria se descubre por ejemplo en el reforzamiento simultáneo de los rituales
militares: izamientos de banderas y difusión generalizada y obsesiva de los
5
Entre rituales militares que se refuer-
zan y rituales políticos que se informalizan, quedan en sándwich los rituales
más estrictamente cívicos o republicanos. El ejemplo más dramático sería el
desplazamiento a un segundo plano del reconocimiento del nuevo Presidente
por el Congreso el 28 de julio, reemplazado por el reconocimiento guerrero
y altisonante que le otorgó la cúpula militar en el Pentagonito el 8 de junio.
Tal vez la política del logos, de la palabra y la escritura haya sido solo un
breve paréntesis en la historia del poder, vinculado a la ilustración y la moder-
nidad que hoy ceden paso, como diría Umberto Eco, a una nueva Edad Media
(virtual). En todo caso, en el Perú la desaparición de la política de la palabra

sector es con el personaje metapolítico y mediático creado por el propio


Presidente. Por eso Fujimori no puede dar un discurso necesita
el de El Baile del Chino, las bailarinas, el coro y el estribillo cada tan-
tas frases [¿alguien sacó el promedio?], lo cual convierte a Alberto Fujimori y
Francisco Tudela en los Milli Vanilli de la política peruana. El Presidente solo

anunciar medidas (¡di-sol-ver!).


MQ ?

Si el régimen carece de ideología, entonces tampoco necesita lo que


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Althusser llamaba “aparatos ideológicos de Estado”, es decir, instituciones


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como la escuela o medios de comunicación que reproduzcan la “ideología


dominante”. Por eso la política educativa del gobierno enfatiza la construcción
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de escuelas y el equipamiento con computadoras. Los maestros le importan


un bledo y la preocupación por los contenidos, cuando existe, se concentra en
y no le interesa el ,
usando una dicotomía expuesta por Alfredo Barnechea. Necesita, más bien,
operativos psicosociales y/o eventos mediáticos para generar empatía con el
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en la parte III de este mismo volumen.

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mandatario y para denigrar y satanizar a los adversarios. No necesita asumir


el control directo de los medios, como las dictaduras de antes para trasmitir
mensajes, que no tiene, sino lograr su “control difuso” para anular los mensajes
opositores y difundir sus spots publicitarios. No pone los medios al servicio
de la reproducción de un discurso hegemónico, que no existe, sino al servicio
de la reproducción de su carisma y su supervivencia política.6
Podríamos estar entonces, casi sin darnos cuenta, ante la primera dic-
tadura posmoderna de la región, que mostraría además las contradicciones
y peligros del posmodernismo extremo. A pesar del Plan Verde, del énfasis
de las FF. AA. en geopolítica y proyectos nacionales, no obstante la necesidad
y las ansias de reelección permanente, este es un gobierno que privilegia la
táctica por sobre la estrategia.7 No desarrolla estrategias de largo plazo pen-
sando en el país como totalidad, sino tácticas de corto plazo pensando en la
supervivencia de la camarilla, lo cual convierte su gobierno en un interminable
videoclip sin argumento, una secuencia de acciones y eventos. Tal vez mi país
no sea una montaña rusa, sino un peligroso juego de video. En todo caso, sin
adherir necesariamente a las ideas de Marcuse, creo que estamos en manos
del hombre unidimensional, que con su asesor oculto conforman una pareja
de antihéroes de tira cómica, planos, sin profundidad ni perspectiva.
MQ ?
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6. No se trata, por cierto, de volver a un pasado de ideologías pesadas y demagogia ligera,


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sino de inventar una democracia para los nuevos tiempos.


7. Tal vez esto tenga que ver con que, a diferencia de otros gobiernos autoritarios, las
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FF. AA
medida de las necesidades de reproducción de la camarilla en el poder. Usamos camarilla
como lo emplea Grompone (2000).

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LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER POLÍTICO

uno de los factores con los cuales contó Fujimori para


contrarrestar la inexistencia de un partido gobiernista fue el carácter mediá-
tico de su liderazgo. Así, el gobierno dependió desde un principio y en gran
medida de la buena voluntad de los medios, especialmente la televisión. Por
eso, si la buena voluntad escaseaba, la conquistaba. Desde muy temprano
usó el garrote y la zanahoria para inclinar a su favor los medios. Implantó un
sistema de canje perverso, que se plasmaba en la colocación selectiva de la
publicidad estatal, el acceso preferencial a conferencias de prensa, viajes en

facilitadas por el SIN, especialmente sobre terrorismo, tema candente en la


primera mitad de la década pasada.1

SUNAT para lograr la autocensura o la complacencia de las empresas, aprove-


chando sus deudas tributarias. Y para los insumisos, el Poder Judicial, cuyo
control se reveló decisivo para la superviviencia de un autoritarismo que
buscaba ocultar la corrupción y controlar los medios, moviéndose dentro
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de los marcos del neoliberalismo periférico, respetuoso en apariencia de la


economía de mercado y la independencia de poderes.2 Así, como en una mala
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1. Cabe recordar que hasta la ruptura de Baruch Ivcher con el gobierno,

2. Para ciertos medios, la sumisión es una estrategia de supervivencia. En el reciente


proceso electoral, en los siete canales de TV de señal abierta prácticamente no hubo
debate político. El 3 de febrero embargaron la antena transmisora de ,a
MD C

pocas horas del inicio de un programa dirigido por César Hildebrandt. Aparte de los
pasquines, sobre los que hablaremos más adelante, el gobierno llegó a controlar, a partir
2

de sus deudas, los diarios y , así como el canal noticioso de cable:


. El 3.12.99, Liberación informó que tenía deudas por más de $ 13 millones,
de los cuales $ 3.667.000 le pertenecen a la SUNAT, que tiene embargada sus cuentas

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telenovela, los pleitos entre accionistas, reales o incentivados por el régimen,


se convirtieron en la modalidad preferida para fagocitar empresas de TV. “El
tiburón cuando mata, tiñe en sangre sus aletas, pero Mackie tiene guantes
para ocultar sus hazañas”, como decía una canción de
de Bertold Brecht.

El hermano mayor se prepara para vigilarte

El súbito cambio de camiseta de Ivcher debe haber resultado traumático para


el gobierno. En la Fábrica3 y en el Pentagonito deben haber decidido que tan
crucial como la ley de interpretación auténtica era el control absoluto de la
televisión de señal abierta y el desarrollo de una política mucho más agresiva
con respecto a los medios en general. Un líder mediático y un régimen sin
pulmones partidarios, no podían sobrevivir sin ese balón de oxígeno.
La expropiación de en 1997 y el lanzamiento de los
-
tica mediática del fujimorismo. Tal vez, como en otros campos, se trató de una
suma de tácticas más que de una estrategia. Pero el resultado fue el mismo,
porque “está en la naturaleza” del régimen antipolítico el ejercer el poder sin
ningún freno, chequeo o balance; y por ese camino fueron avanzando.
Durante 1998, los programas políticos de formato tradicional desapa-
recieron de la TV abierta. El último fue de César Hildebrandt,
convertido más que pulga en la oreja o piedra en el zapato del régimen, en el
estilete que lo iba desangrando. Si bien la caída de la popularidad de Fujimori
durante los años 1997-1998 no se puede explicar por una sola causa, y en ella
tuvo mucho que ver la crisis económica, también es cierto que los destapes de
y luego los de contribuyeron en grado importante a
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recesión se prolongó a lo largo de 1999, el régimen fue capaz de recuperar


popularidad a pesar de la crisis económica, entre otras causas por la absoluta
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ausencia de crítica televisiva.


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El control de los medios culminó justo antes del inicio de la campaña


electoral, y la congeló. No había programas políticos; las notas policiales
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desde 1997.
independiente y/u opositora — , y dos diarios
MD C

especializados en economía, y , así como Canal N, de cable— se dirigieron


principalmente a los sectores económicos A y B, mientras la TV abierta y los pasquines
2

del régimen fueron consumidos mayoritariamente por los sectores populares. Sobre la
prensa en el Perú, véase: Catherine Conaghan (1999)
3. Nombre con el que se conoció en la época a las instalaciones del SIN.

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abrían los noticieros, seguidas por “temas humanos”; no se permitía siquie-


ra propaganda electoral pagada al contado.4 Aparentemente, el objetivo del
régimen era la despolitización del electorado, el clásico pan y circo.5 Sin
embargo, la despolitización como objetivo es una verdad a medias. Porque
en realidad, el secuestro de la TV de señal abierta y el acoso a los medios
independientes fueron parte de una “reeducación política” o politización
autoritaria perversa. En efecto, apenas suprimidos los programas políticos
se produjo la politización del principal de la TV, el de Laura Bozzo,
que de esa forma se convirtió durante 1999 en el símbolo de la televisión
emasculada y principal instrumento de agitprop del régimen (véase anexo
1). Un día hacía lamer axilas, comer gusanos o besar pezuñas a sus esclavo-
videntes; el domingo siguiente conducía un especial atacando el proceso de
paz en Colombia. Otro día incestuosos, adúlteros o proxenetas se daban de
golpes en su programa. El domingo siguiente conducía un especial sobre la
paz, sí, la paz en el Perú.
La politización del fue una de las puntas de lanza de esta “nue-
va forma de hacer política”, que supuestamente debía reemplazar a la de los
partidos tradicionales. Otra fue el copamiento y de la mayoría de
tabloides o diarios populares, y la fundación de otros nuevos, hasta formar
una suerte de escuadrón de la muerte chicha. Podríamos añadir una tercera
punta de lanza virtual, de menor impacto pero digna de mención por lo no-
vedosa. Si las dos primeras tenían como público objetivo los estratos D y E,
esta, como para probar que la “tecnología” seguía entre las preocupaciones
del régimen, fue la apertura de una página Web a cargo de una asociación de
fachada llamada Asociación Pro Defensa de la Verdad (APRODEV), encabezada
por el argentino Héctor Faisal, antiguo colaborador de los militares fascistas
de ese país.6 Por lo menos en América Latina no se conoce otro gobierno que
haya importado fascistas desempleados para armar una página Web y usar
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Internet para difamar opositores y ensalzar personajes de los servicios de


inteligencia. La página de APRODEV reproducía sistemáticamente las calumnias
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4. Denuncia formulada en reiteradas ocasiones por Rafael Rey de En otros


casos, las empresas ponían tarifas exorbitantes para los políticos.

, secuestró a varios artistas cómicos como Carlos Álvarez y Tulio Loza, primero
prohibidos de hacer humor político y luego convencido el primero para ofrecernos un
patético humor político al servicio del régimen.
MD C

6. Si alguna duda hubiera habido sobre su conexión con el SIN, para disiparla bastaría ver
2

lo que sucedió con las juezas Greta Minaya y Antonia Sakicuray, que fueron destituidas
fulminantemente en mayo de 1999 cuando aceptaron tramitar las demandas interpuestas
por los periodistas difamados por Faisal.

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difundidas por la prensa amarilla contra periodistas y políticos opositores y


tenía, además, un insólito con un sitio, “Sobre el Doctor”, dedicado a alabar
a Vladimiro Montesinos:

Todo el PERÚ debe estar agradecido al Doctor Vladimiro Montesinos Torres, sobre
todo aquellas personas jóvenes como nosotros, ya que gracias al trabajo que rea-
liza como asesor principal de Inteligencia, permite que vivamos en un país libre
de aquel enemigo terrorista que sumía al país y a su pueblo en una situación de
extremo peligro, contra el cual era necesario luchar tenaz e implacablemente,

el cambio total de su estructura política, social y económica, no precisamente


para mejorar lo que hoy tenemos sino todo lo contrario.7

Basta ver sus fotos para comprobar que Faisal está lejos de ser joven. Pero
lo más amenazante es la cita del Kaiser Guillermo II que cierra el mensaje:

Con los y los diarios amarillos como puntas de lanza, el go-


bierno desplegó su estrategia , que tenía tres ejes:

1) la propaganda masiva a favor del gobierno, especialmente a través de avisos del


Ministerio de la Presidencia, tanto que para 1999 el dinero gastado por el régimen
en publicidad era mucho mayor al invertido por la industria cervecera, tradicio-
nalmente la principal anunciadora. En medio de la crisis y mientras la inversión
en publicidad de cervezas, bancos, gaseosas, detergentes y champús (principales
anunciantes) caía entre el 36 y el 52%, entre 1997 y 1999 la publicidad estatal
creció en un 109% (véase cuadro 1);
2) el desarrollo de una campaña masiva e inédita de difamación y calumnia
contra los candidatos de oposición y;
3) la reavivación de viejos miedos o la inoculación de otros nuevos: miedo al
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terrorismo de SL y del MRTA, pero también a las FARC colombianas; miedo a la


posibilidad de interrupción de los programas asistenciales; miedos más difusos
M

trasmitidos por los .


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Según Adrianzén (2000), con una opinión pública tan segmentada el


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gobierno se concentró en el control de los sectores C y especialmente D y E,


receptores de la ayuda directa del Estado, dándose el lujo de permitir ciertos
medios de oposición escritos, consumidos principalmente por los sectores
medios y altos. Estos le resultaban incluso funcionales, una suerte de coar-
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7. , 15.4.99: 27.

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Cuadro 1

(en nuevos soles)

1997 1998 1999 (+/-)1997/1999%


Cervezas 65.989.720 51.488.722 39.204.460 (-)40,59
Bancos 49.638.101 44.540.122 23.737.345 (-)52,18
Gaseosas 49.151.456 40.218.081 31.244.163 (-)36,43
Detergentes 37.833.007 21.703.239 23.390.155 (-)38,18
Champús 34.311.702 21.633.244 19.353.216 (-)43,60
Org. del Estado 29.970.328 38.615.298 62.639.571 (+)109,01

(en nuevos soles)


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: , n.º 18, Transparencia, enero de 2000.


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aún, según Adrianzén, la reacción tan drástica del gobierno contra Ivcher y
Hildebrandt no fue solo porque sus misiles apuntaban al corazón militar del
poder, sino porque le abrían una brecha de credibilidad en los sectores popu-
lares, que el gobierno no podía permitir. Pero siempre hay acontecimientos
inesperados. El gobierno no calculó el impacto producido por la aparición de
de , que a pesar de transmitir solo por cable, se convirtió
en el único baluarte de pluralismo y oposición por .8
El periodismo internacional advirtió desde el principio la coartada, tanto
que en los tres últimos años Fujimori ha aparecido entre los diez mayores ene-

Castro, Mohatir Muhamad y otros dictadores. En el Perú, la reacción tardó en


tomar cuerpo. Sin embargo, la desfachatez con la que el gobierno ejerció ese
control, cuyo clímax fue la transmisión en cadena de los mítines de cierre de
campaña de Alberto Fujimori, como si se tratara del cubano,9
provocó la reacción furiosa de un amplio sector de ciudadanos, y es un factor
importante para entender el repudio a la Bozzo, las marchas y vigilias en las
puertas de y e incluso la agresión a reporteros
de esos medios en algunas manifestaciones.

El espectáculo como política

Hace tiempo se han diluido las diferencias entre cultura culta y cultura popular
o de masas; se han adelgazado las líneas siempre borrosas que separaban la
política del espectáculo. Con el derrumbe institucional, el escenario político
quedó vacío y esas líneas prácticamente se borraron de modo que hoy en el
Perú hemos pasado en cierta medida de la política como espectáculo al es-
pectáculo como política y, en ciertos momentos claves, la farándula ha tomado
por asalto el escenario político vacío.
MQ ?

Entre política y espectáculo hubo siempre puntos de encuentro. El circo


romano es el ejemplo más manido. El poder tuvo siempre dimensiones rituales
M
1 MD C
6 9 ?D>D I

por Telefónica del Perú, la aparición de hizo saltar tremendamente hacia arriba
la demanda por cable en los meses previos a las elecciones. A pesar de las grandes

encontrar lejanas semejanzas entre y la radio


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mismo podría decirse de las múltiples radios provincianas de oposición.


2

importantes, algo semejante solo se había visto en la TV nacional cuando Perú disputó la

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las manifestaciones apristas o las convenciones de los partidos norteamerica-


nos, por ejemplo. Por otro lado, la sátira política existió siempre. A todos nos
-
llas escritas en la isla del Gallo, aun antes de que el nombre Perú hubiera sido
siquiera pronunciado: “Pues señor gobernador, / mírelo bien por entero, / que
allá va el recogedor/ y aquí queda el carnicero”. Desde el siglo XIX, la caricatura
política fue infaltable en diarios y revistas. Desde inicios del siglo XX, revistas
como y nombres como Málaga Grenet fueron pioneros en ese arte en
nuestro país. Más recientemente, la sátira incursionó en la radio con imitadores
como “Los Chistosos” y en la TV con personajes como “Camotillo el Tinterillo”,
programas como “El Barrio del Movimiento” y multitud de imitadores.
Sin embargo, en los puntos de encuentro entre política y espectáculo, era la
política la que llevaba la voz cantante y decidía cuándo y cómo ponerse en escena.
Por otro lado, políticos y satíricos (o imitadores) pertenecían a mundos distintos,
o así lo decretaban las convenciones sociales y el canon académico. Los unos ha-
bitaban el universo serio, épico y trágico de los héroes y los padres de la patria;
los otros el mundo de la comedia. Esas distinciones comenzaron a resquebrajarse

El encuentro entre imitador e imitado lleva estas voces a la cacofonía, al punto de


no saberse quién está hablando por quién, en el vano intento del personaje objeto
de burla de acercarse al imitador, que ya no lo interpela desde la complicidad

simpática deriva en la ruptura de un compromiso tácito, que autorizaba a reírse


de las jerarquías a condición de tenerlas, sin embargo, en cuenta. (1999: 26)

No fueron imitadores, pero sí gente del mundo del entretenimiento

establecer cabeceras de playa en el territorio de la política. Todo empezó con


MQ ?

Ricardo Belmont, rey de las teletones, dueño de un canal de “antena fría” y


M

una exitosa estación de radio en la que conducía un programa de micrófono


1 MD C

abierto, “Habla el pueblo”. Allí conversaba con los oyentes sobre dramas hu-
manos, problemas sociales y secundariamente temas políticos. Por su estilo
6 9 ?D>D I

coloquial, criollo y populista, fue apodado el Hermanón.10 En 1989 postuló


exitosamente a la alcaldía de Lima.

10. Cabe recordar que Laura Bozzo se inició en la vida pública como regidora de la
MD C

Municipalidad de Lima, elegida en la lista que encabezaba Belmont, quien le dio un


programa en su canal de antena gélida, , desde donde
2

criticaba a Fujimori con la misma virulencia con la que hoy ataca a los opositores. Si bien
cambió de , su estilo altisonante siempre al borde del desmadre continúa siendo su

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106 Carlos Iván Degregori

La irrupción de este en la escena política pudo haber contribuido


a una saludable democratización y al derrumbe de fronteras elitistas. No se
trató, además, de un caso aislado. En Bolivia, para referirnos al ejemplo más
cercano, apareció por la misma época el Compadre Palenque. Surgió de más
abajo, como cantante folclórico que compró primero un espacio radial y luego
la que lo transmitía, hasta llegar a conformar un pequeño
imperio mediático, el Sistema Radio y Televisión Popular (RTP), que incluía el
canal de mayor audiencia en sectores populares de La Paz, ciudad de la cual
llegó a ser alcalde. El programa radial que lo hizo conocido tenía un nombre
muy parecido al de Belmont, “Tribuna Libre del Pueblo”. Pero mientras el Her-
manón actuaba solo, el Compadre tenía una contraparte femenina, la Comadre
Remedios. Juntos formaron CONDEPA (Conciencia de Patria), partido con el
cual ganaron no solo la alcaldía de La Paz sino la de El Alto y se convirtieron
en la tercera fuerza política nacional.11 CONDEPA se incorporó al sistema polí-
tico boliviano y, al margen de sus rasgos caudillistas y propuestas populistas,

expresión, especialmente a sectores migrantes aimaras de La Paz y El Alto.


Belmont, por el contrario, terminó arrastrado por el colapso del sistema
político peruano. Aquí, conforme los partidos agonizaban y se debilitaban
las organizaciones de la sociedad civil, las identidades políticas se fueron
desdibujando y cerrando los canales de mediación y representación. Los po-
líticos perdieron entonces anclaje social, se desgajaron de los grupos sociales,
regiones o clientelas a los que representaban, cortaron amarras y se elevaron
como globos de gas.
El quiebre de jerarquías no dio entonces lugar a una relación más ho-
rizontal, sino que devino en una inversión de jerarquías. Al desaparecer su
escenario, los políticos quedaron sin carpa propia. Desde entonces, muchos
de ellos dan la impresión de no existir si no son imitados, al punto que los
MQ ?

imitadores parecen más reales y los políticos caricaturas pálidas, aburridas


y en algunos casos incluso más grotescas que los imitadores. Los primeros
M

tienen más legitimidad, sus opiniones gozan de mayor credibilidad y logran


1 MD C

mayor impacto.12
6 9 ?D>D I

marca de fábrica. Sobre su época de opositora rabiosa del gobierno, véase una especie de
antología de Laura en: 30.3.00: 8.
11. El Alto surgió a raíz de las migraciones como una extensión popular de La Paz, pero creció
MD C

hasta tener casi tantos habitantes como esta y convertirse en ciudad independiente.
Sobre Palenque, que murió a los 50 años en 1998 y sobre CONDEPA, véase: Archondo
2

(1991), Saravia y Sandóval (1991).

con razón por (30.6.00) como el mejor noticiero de la televisión peruana

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La insoportable levedad del ser político 107

Esta no es una defensa cerrada de los fueros de la clase política. En todas


partes, los ídolos mediáticos han adquirido credibilidad y protagonismo más
allá de sus respectivos campos. La Chola Chabuca pronunciándose contra el
SIDA, los jugadores de la selección contra las drogas, Vanessa Robbiano o Mónica
Sánchez lavando la bandera en la plaza Mayor, cumplen un deber o ejercen un
derecho ciudadano, son “formadores de opinión” y aun si esta fuera radical o
conservadora, resulta totalmente legítima. Lo que aquí se critica es la utilización
de este colapso de las fronteras entre los géneros para consolidar el autoritaris-
mo dándonos gato por liebre. No a la que ejerce un derecho ciudadano,

campaña política como si fuera un programa de entretenimiento. El ejemplo


más claro fue el programa de Laura Bozzo sobre la supuesta hija de Alejandro
Toledo (véase anexo 1). Más grave aún: no existe una institucionalidad política
democrática que pueda contrarrestar los efectos corrosivos de estas campañas.

conforme crecía el papel de los poderes ocultos. Los ciudadanos convertidos en


espectadores escuchábamos gritos y susurros, veíamos cómo de vez en cuando
se escurría sangre o se arrojaban cadáveres al escenario vacío. Precisemos

sino colocar en su centro un inmenso televisor. No es de extrañar entonces


que los personajes del mundo del espectáculo, la farándula, Chollywood, in-
cursionaran en la política y encontraran espacio para difundir su versión como
la verdadera. O, más precisamente, como una versión verosímil, con mayor
credibilidad que otras. Pasamos, de esta forma, de la política como espectá-
culo al espectáculo como política o, en palabras más exactas, a los escenarios
propios de los espectáculos —un set de TV, un estrado de baile— como arena
política.13 Tampoco es de extrañar que haya congresistas dispuestos no solo
MQ ?

a ser imitados sino a bailar cualquier tipo de danza y pasar cualquier tipo
M
1 MD C

pues tocaba los principales temas de actualidad de modo más pluralista, más audaz y más
crítico que los noticieros serios. Pero esta es una excepción muy reciente, impensable
6 9 ?D>D I

por lo demás sin la masiva reacción ciudadana de los últimos meses en contra del lado
oscuro de esta confusión entre espectáculo y política.
13. Esta incursión arranca con Susana Díaz en 1995 y alcanza su clímax con la politización
de Laura Bozzo. En algunos casos tiene éxito, en otros no. Así, descartando periodistas
profesionales como Denis Vargas, tenemos desde personajes como el abogado Delgado
MD C

Aparicio, alias Saravá, conductor de un erudito programa radial de salsa y congresista


electo por NM-C90 en 1995; hasta Jimmy Santi y Fulvia Cellica, caracteres farsescos y
2

candidatos frustrados a la alcaldía de Jesús María en 1995; pasando por otros cómicos
como el Cholo Cirilo, Manolo Rojas, Adolfo Chuiman, Percy Arévalo —ex esposo de Susy
Díaz—, para mencionar algunos que no llegaron a alcanzar una curul en el Congreso.

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de prueba ante cámaras, con la angustiosa esperanza de contrarrestar así la


insoportable levedad de su persona política.14

[Grito] ¡Que pase Laura Bozzo!

Es indudable el éxito de Laura Bozzo y se han expuesto ya muchas razones


para explicarlo: la posibilidad que da a los excluidos de ser protagonistas en
una sociedad en la cual todos quieren tener su cuarto de hora de fama; la
presentación de “casos de la vida real”; la compulsión de ofrecer o presenciar
confesiones catárticas; la posibilidad de “actuar” violencias contra familiares
y amigos que por lo general mantenemos reprimidas;15 morbosidad; voyeu-
rismo; gusto de “olfatear la mugre ajena”;16 dinero recibido en el caso de los
protagonistas, entre otras.
Sin negar ninguna de las anteriores, quisiera añadir un par de razones que
inciden en el vínculo entre Laura, el modelo económico y la política fujimo-
rista. Los sectores excluidos por el modelo neoliberal periférico, la necesitan.
Su programa tiene el formato de las telenovelas. Es un espejo invertido de las
telenovelas, concentrado en una hora.
En las telenovelas, la verdad, o las verdades cuya reve-
lación es el centro de la trama, demoran aproximadamente un año en salir
a la luz. Acá, la trama se resuelve en una hora. En tiempos de videoclips, de
incertidumbre sobre la supervivencia familiar al día siguiente y ocaso de las

14. Es interesante que este colapso de las fronteras entre realidad / imitación / disfraz se
reproduzca
sólo travestis que la TV populariza, como Coco Marusix o Naamin Timoyco, ni personajes
como la Chola Chabuca; ni siquiera que los Cómicos Ambulantes casi no encuentren otra
manera de hacer reír que travistiéndose, al punto que pareciéramos de regreso en los
MQ ?

tiempos cuando las mujeres no podían actuar (lo que fue comedia se repite como farsa).
Ahora también los llamados , artistas que no pudieron sobresalir como galanes,
M

tienen que travestirse para sobrevivir, como en


1 MD C

modernidad y audacia, pero lo que los empuja es el mismo afán de no evaporarse en el


olvido.
6 9 ?D>D I

15. “Es probable que el falso hermano celoso disfrute en denigrar el comportamiento de su
hermana inventada o una persona llamada a representar a un hijo llegue a amenazar o a

una situación verdadera” (Grompone 1999: 132).


16. Dice Vargas Llosa: “La prensa sensacionalista no corrompe a nadie; nace corrompida,
vástago de una cultura que, en vez de rechazar las groseras intromisiones en la vida
MD C

privada de las gentes, las reclama, porque ese pasatiempo, olfatear la mugre ajena, hace
2

más llevadera la jornada del puntual empleado, del aburrido profesional y la cansada
ama de casa... [es] la frivolidad, reina y señora de la civilización posmoderna” (“Olfatear
la mugre ajena”, en: “El Dominical”, suplemento de , 2.3.1999: 17).

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esperanzas de movilidad social, los excluidos necesitan emociones más fuertes.


Zapear de una telenovela a “Laura en América” es como cambiar un pito de
marihuana por una inyección de heroína a la vena.

reveladas permiten que los personajes y el público asciendan a una realidad


ética y estéticamente más “elevada” de aquella en que habitaban; una realidad
que por derecho les correspondía, aun cuando no lo supieran (niña buena no
se sabía heredera de magnate; niño pobre no se sabía hijo de una baronesa),
y/o que por sus cualidades morales y los sufrimientos soportados les corres-
pondía de manera también “natural”. Ascienden, además, a otro estatus social.

viceversa. Los malos mueren. Catarsis. .


En el , las verdades que se revelan en apenas una hora, a cada
cual más horrenda, nos hacen más bien hacia una realidad infernal.
El inicio del programa presenta a los invitados en un mundo ilusorio, como
los habitantes de la caverna de Platón. Laura, demiurgo de su , los
conduce a trote rápido, a gritos y empellones hacia la realidad. Pero no es el
ascenso hacia un universo de prototipos ideales, sino el descenso a través de

—Madre, ¿creías que tu hija estudiaba en la academia?...


[Grito] ¡Que pase el amante anciano!
[Video en que un anciano manosea a una adolescente. Madre se retuerce des-
esperada en el set].
—Amante anciano, ¿creías que esta joven estaba contigo por amor?... [Grito con
ojos desorbitados] ¡Que pase el proxeneta!
[Anciano trata de avalanzarse sobre proxeneta, mientras Madre no sabe sobre
quién avalanzarse, todos refrenados a medias por fornidos guardias foucaultianos
vestidos de terno negro al servicio de Laura].
MQ ?

Todo con tecnología de punta: micrófonos y cámaras ocultas que, si los


M

casos fueran reales, violarían la privacidad y la legalidad. Si bien las cámaras


1 MD C

ocultas se habían utilizado en programas cómicos, este nuevo giro tiene tam-
bién antecedentes en la época de la violencia, cuando las fuerzas policiales y los
6 9 ?D>D I

servicios de inteligencia hacían ovise (observación, vigilancia y seguimiento).


La impunidad con que esta tecnología se emplea de manera indiscriminada,17
nos remite a la militarización de la vida cotidiana. Nos revela, por otra parte,
cómo el “hermano mayor” se achica y se multiplica en pequeños dispositivos
MD C

ocultos en carteras, corbatas, anillos. A diferencia del biopoder, que disciplina


2

17. Véase el artículo sobre Magaly Medina en el capítulo 11 de este mismo volumen.

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110 Carlos Iván Degregori

y domestica los cuerpos “desde dentro”,18 este tecnopoder los vigila desde
fuera. Los mil ojos y oídos de Sendero Luminoso, artesanal y arcaico, eran de
carne y hueso. Estos son cibernéticos.
Luego tiene lugar una suerte de “juicio popular”, que produce un empo-

conductora. Especialmente en aquellos programas que presentan múltiples

de simbólica cama redonda


en la cual, en vez de sexo, los protagonistas intercambian puñetes y patadas
entre gritos de perra, jugadora, prostituta, para mencionar solo los adjetivos
más suaves. El público ruge mientras Laura hace pasar a los personajes, cada
uno portando nuevas revelaciones. “Tranquilízate” es la palabra más repetida
por la conductora, que pisa el acelerador y el freno al mismo tiempo, pues es
ella misma quien fomenta la intranquilidad.
Este doble discurso es el trasfondo de todo el fenómeno Laura. Su libro
se llama (2000) y ella se presenta como defensora de
la mujer, ensañándose con los hombres a los cuales insulta y ridiculiza con
el beneplácito de las mujeres que conforman el público. Pero está lejos de
representar algún tipo de “liberación femenina”. Luego del gran desmadre que
producen las revelaciones, de la ruptura aparente de cadenas y convenciones,
lo que hace la conductora es increpar a los hombres en nombre de valores
convencionales. Desde un discurso patriarcal hegemónico o benévolo, que
tiene como paradigma a un varón monógamo, responsable y protector de su
familia, ella reprocha a los machos que practican un patriarcalismo subalterno,
abusivo, sacavueltero, irresponsable con la familia [“me da S/. 5 para la comi-
da”, “se va con la trampa”, “no reconoce a mi hija”]. La doble paradoja es que
al mismo tiempo, Laura se pone al servicio de un régimen cuya conducta, si
bien muestra rasgos de patriarcalismo benévolo (hace obras, se preocupa por
MQ ?

los pobres) corresponde predominantemente al patriarcalismo subalterno,


abusivo y sacavueltero, al punto que la yuca es su símbolo.19 Y, si como todo
M

indica sus casos son falsos, ella misma estaría lejos de practicar la seriedad
1 MD C

que predica. Su patriarcalismo benévolo, al igual que la democracia del go-


bierno al que apoya, se vuelven discursos vaciados de contenido, cáscaras en
6 9 ?D>D I

catarsis: la mujer golpeada vuelve con el marido que promete no golpearla;


MD C
2

18. Sobre “biopoder”, véase Foucault (1988).


19. Sobre patriarcalismo hegemónico y subalterno, véase Stern (1999).

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la adolescente descarriada se arrepiente... y punto. Los protagonistas ganan


entre 50 y 100 soles por actuaciones bastante buenas y golpes varios, y si te
he visto no me acuerdo. Cada cual sigue en su sitio. No hay princesa ni príncipe
azul de telenovela que los saque de pobres, ni regalos o sorpresas como en
los programas de antes. Fin de la movilidad social. Realismo. Basta de utopías
o falsas esperanzas.
En muchos sentidos, Laura es a Gisela lo que el neoliberalismo al popu-
lismo. Gisela chillona, pero llena de redondeces y blanduras; protectora pero
con las garras siempre listas; codiciada y siempre a punto de caer en brazos

con los ojos casi fuera de las órbitas, temida y siempre al borde de la histeria,
divorciada que vive para su trabajo, su éxito y su poder, tan parecida al Presi-
dente y su asesor. Tal vez por eso le manda besitos a Vladimiro Montesinos.
Gisela es la última en una línea que viene de Ferrando, de populismo
pa[ma]ternalista y sensiblero, donde el público es por lo general actor secun-
dario pero puede en ocasiones llevarse algún premio suculento. Laura, con
sus guardianes foucaultianos, es la brutalidad descarnada del neoliberalismo

ella los tranquiliza: “te voy a dar ayuda psicológica”. Paliativo, muy moderno
por cierto, para el horror. En términos más generales, la doctora “hace obra
social”, con ayuda del Presidente (véase anexo 1), que por su parte hace gasto
focalizado.
Mientras el populismo trataba de encubrir engañosamente las diferencias
sociales dentro del común denominador de “pueblo”, el actual modelo natura-
liza esas diferencias presentándolas como estratos y ofrece a los D y E ayuda
psicológica, obra social o gasto focalizado. Qué remoto suena el eslogan: “¡tú
también puedes ser empresario!”
MQ ?

Siglo XXI, Cambalache


M
1 MD C

“Verás que todo es mentira”, decía el famoso tango de Discépolo que preten-
XX y ya podemos ir jalándolo hasta el XXI. Todos sabemos
que los reality show no son reales, pero igual los vemos. Incluso con un
6 9 ?D>D I

guiño de complicidad,20 como leemos los horóscopos —anota agudamente


MD C

20. El género parece estar evolucionando y, conforme se abre paso la idea de que los casos
no son reales, los elementos farsescos se potencian como en esas películas de horror
2

, que uno ve para reírse. Ojalá, el género discurra en el futuro por esas vías irónicas,
“posmodernas”, pero durante la presente coyuntura, la exposición obscena de miserias
humanas y la complicidad con la dictadura han sido sus rasgos emblemáticos.

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Jaime Lértora. O las [tele]novelas: no son verdaderas, pero son verosímiles.


-
zén (2000: 10), comentando a Schutz, la crisis política hace que “[…] el fun-
damento de la democracia se desplace de la razonabilidad ciudadana hacia la
credibilidad del sentido común no informado” (Adrianzén 2000: 10). En ese
contexto, al recoger ciertos elementos del sentido común y potenciarlos, los
ganan legitimidad, generan identidad y se posicionan estratégica-

está el miedo: Como señala Morse:

De la alborotada violencia de los animales en las primeras obras de Disney al


TV, el mensaje de los
medios de comunicación es que el individuo de cualquier clase debe resignarse
a ser permanentemente víctima de ataques y humillaciones. Los guionistas nos
hacen recorrer pacientemente todas las “situaciones” horripilantes que debemos
“enfrentar” sin alarmarnos: la violación, la familia negra en el vecindario, el hijo
mongólico, el atleta estrella que muere de leucemia, el colérico veterano para-
pléjico, niños maltratados, esposas golpeadas, el padre alcohólico, el adolescente
drogadicto, el hijo homosexual, la hija encinta o prostituta, el ama de casa que
añora una profesión. (1982: 164)

El resultado, según Morse, es que “[…] si la vida es […] una serie de ‘proble-
mas’ a resolver y si hay ‘respuestas’ para todo, el individuo pierde capacidad de
experimentar su individualidad”. Y si logramos experimentarla y nos alarmamos
o enfurecemos, el psicólogo o los guardias de Foucault nos tranquilizan. Si las
fronteras entre política y farándula colapsan y si la segunda invade los fueros
de la primera, bien podemos leer las recientes elecciones como una edición
especial y de larga duración del más popular de América.
MQ ?

—¿Creías que tenías el derecho de elegir libremente a tu Presidente y a tus


congresistas?
M

[Grito destemplado].
1 MD C
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—¡Que pasen los fabricantes de vladipolos...!


—¡Que pasen los digitadores de la ONPE...!
—¡Que pasen los congresistas tránsfugas...!

Y si ante tanta humillación se te ocurre reclamar tus derechos, como hicie-


MD C

ron las mujeres que marcharon al hotel donde se alojaba la misión de la OEA:21
2

21. Marcha de Mujeres por la Democracia al Swiss Hotel el 27.6.00.

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La insoportable levedad del ser político 113

—¡Tranquilízate!
—¡No seas radical!
—¡Te voy a dar ayuda psicológica!
—¡Te voy a formar una comisión democratizadora!

Como la enfermera de , la Ministra de la Mujer sale


a pedirle a las mujeres saturadas de gases y encerradas en el manicomio
Perú, que se tranquilicen, que sean respetuosas, que conversen si quieren
conversar pero sin desmadrarse (¡pero si conversar era lo que querían y no
las dejaron!).22

actriz que ganó el Oscar por su papel de enfermera sádica en

en la gestualidad y en el papel interpretado por esa enfermera y el que des-


empeñan ciertas personalidades del régimen como Martha Hildebrandt o
Martha Chávez?
MQ ?
M
1 MD C
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MD C
2

22. Declaraciones de la Ministra de la Mujer, Luisa María Cuculiza en diferentes medios el


28.6.00. “Tía Cucu asada con jermas bulleras” como tituló (28.6.00).

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(chicha)

aparecen los tabloides, como avergonzados


de ver la luz del día. Estamos en la Lima de mediados del siglo pasado, que se

diarios vespertinos y fueron creación de los países anglosajones, para que


los trabajadores que regresaban a casa en trenes, subterráneos u ómnibus,

, que también salía en la tarde pero sin una sola foto y hasta hace
pocos años sin color, americanos y británicos leían vespertinos que combina-
ban policiales, deportes, farándula y escándalo político en formato tabloide y
con estilo estándar: grandes titulares, poco texto, lenguaje popular y mucha
imagen, tanto que el rey de los tabloides alemanes se llama (Imagen).
En el Perú, el primer tabloide vespertino tuvo por nombre .
Por su uso desenfadado de “replana”, sus detractores la llamaron “la cloaca
de ”. Si hubieran imaginado lo que serían los nietos de
cuarenta años después, hubieran medido sus palabras. Pero en parte tenían
razón: el diario era de que vivía los años gloriosos de Pedro Bel-
trán, pionero de la modernización del periodismo nacional. tenía
MQ ?

calle, la calle; la piedra angular de su éxito fue el uso creativo de la jerga


urbana en una ciudad joven en explosivo crecimiento. Usaba ese lenguaje para
M
1 MD C

Pedro, en especial a los “rojimios”. Pero comparada con las de hoy, fue una
cloaca de aeropuerto suizo.
6 9 ?D>D I

El éxito de propició la salida de de


cuando esta era una provincia mediática del imperio Prado. Incluso
intentó tener su vespertino, , pero duró poco tiempo.
Sin embargo, en las décadas siguientes, y parieron exitosos
MD C

vespertinos, y respectivamente. Para entonces, hacía tiempo que no


2

eran vespertinos. Rápidamente habían comenzado a salir a mediodía, luego a


media mañana y por último de madrugada, confundiéndose con los grandes.

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116 Carlos Iván Degregori

En realidad, tampoco podía distinguírseles por el tamaño. 1


siempre
fue tabloide y los matutinos y , fundados en la década de 1960,
tenían también ese formato. En la década de 1980, en una Lima que se había
vuelto metropolitana, desmesurada y provinciana, , contracara de
, acertó al destacar en su nombre el rasgo que siempre había
distinguido a esa prensa.

-
rios de menos de un sol” sufrieron radicales transformaciones. En primer

deportivos.2 Por otro lado, la mayoría se independizó de los “diarios serios”.


Algunos, como , por la desaparición de su diario padre. Pero los que iban
a marcar la década fueron fundados como empresas independientes. , por
ejemplo, también y , aparecidos todos durante el primer
fujimorismo (véase cuadro 1).

Cuadro 1

El Mañanero junio de 1992


El Chino mediados de 1995
La Chuchi enero de 1998
El Tío marzo de 1998
Referéndum (segunda etapa) enero de 1999
El diario Más abril de 1999
El Men mayo de 1999
La Yuca febrero del 2000
MQ ?

El contenido era parecido al de la antigua prensa popular: principalmente


M
1 MD C

notas policiales y chismes de la farándula, luego amenidades, algo de notas


nacionales, locales y deportivas.3 El formato es también similar: grandes fo-
6 9 ?D>D I

planas y las páginas centrales ahora son a todo color, con la paleta cargada

1. Fundada en 1912 por Clemente Palma. Al momento de entrar en prensa este volumen se
MD C

han publicado libros de Juan Gargurevich y Jackelin Fox sobre este tipo de prensa y su
participación en las recientes elecciones, que no hemos podido consultar.
2

2. y , entre los más duraderos.


3. Algunos como incluyen historietas eróticas bastante explícitas. sale con
suplemento porno, , que se entrega envuelto en celofán.

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El “doctor” y su escuadrón de la muerte 117

con los tonos más vivos. Una exhibiendo el trasero en gran formato
es el pan de cada día, a veces con su chicharrón de cuerpos chamuscados,
machucados o destripados completando la primera plana. La jerga se ha
actualizado, el lenguaje se ha vuelto mucho más explícito pero igualmente
ingenioso. En general, parecen los diarios populares de antes, pero con los
rasgos exacerbados en una suerte de versión hiper(i)rrealista.4
Una novedad de esta prensa, advertida por Grompone (1999), es el des-
pliegue de un estilo coloquial, de crónica familiar de la cual han desaparecido
no solo los personajes de la “alta sociedad” sino incluso los artistas de primera
línea. Copan sus páginas “casi exclusivamente las bailarinas o que apa-
recen como telón de fondo en los programas cómicos o actúan por su cuenta en
escenarios populares de Lima o de provincias” (1999: 134), exhibiendo “más
su fragilidad que su belleza” (1999: 141). Ellas se muestran atemorizadas por
perder el empleo, por ejemplo, o por las maledicencias de otras que
pugnan por hacerse un lugar en el mundo del espectáculo.
El estilo coloquial invade no solo las notas locales y sobre la farándula, sino
las crónicas policiales, las columnas editoriales y las noticias políticas. Esto
es tal vez un ejemplo del resquebrajamiento general de las barreras entre lo
público y lo privado. Los acontecimientos políticos son comentados a partir de
situaciones cotidianas y con lenguaje coloquial, por ejemplo, a través de diá-
logos entre personajes populares inventados por un editorialista.5 Grompone
advierte una cotidianización no solo de la política sino incluso de las crónicas
policiales, que son tratadas como crónica familiar más que como problema de
“seguridad ciudadana”. Más que las grandes bandas de asaltantes de bancos o

todos lados acecha o ya ocurrió una relación sexual con el cuñado o la cuñada,
el compadre o la comadre, el vecino o la vecina” (Grompone 1999: 143).
MQ ?

Esta especialización en de segunda línea y en los llamados


así como esta concentración en el pequeño crimen pasional, podría
M

verse como una estrategia de para un mejor posicionamiento en


1 MD C

un mercado segmentado. Pero el éxito de los nuevos diarios populares tiene


6 9 ?D>D I

4. Para referirnos a los “diarios de menos de un sol” aparecidos en la década de 1990, que
son objeto de este análisis, usaremos el nombre “prensa popular” hasta su captura por el
SIN y el de “prensa amarilla” o “prensa del SIN” a partir de esa captura. Salvo en el título
MD C

del capítulo, no usamos el adjetivo “chicha” porque consideramos —como Guillermo


Nugent— que, en muchos casos, dicho adjetivo se utiliza como una nueva forma de
2

“choleo”.

página editorial de

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118 Carlos Iván Degregori

también razones más estructurales. Decíamos que Gisela es a Laura lo que el


populismo al neoliberalismo. No solo Laura es funcional y producto de nuestro
liberalismo periférico. Estos nuevos diarios están destinados también a los ex-
cluidos sin esperanzas, en un contexto en el cual las expectativas de movilidad
social se han marchitado y cada cual vuelve a “estar en su sitio”. Los diarios
son la crónica de la fragilidad de los sectores populares (ahora D
y E), antes vistos como conquistadores o nuevos héroes. En una situación de
derrota, se vuelve prominente el lado oscuro que toda sociedad y todo sector
social lleva consigo. Grompone señala acertadamente que:

[…] los medios muestran o introducen, de manera soterrada a veces, procla-


mándolo con énfasis en otras, una extendida violencia social, que no solamente
se expresa en la perpetración de un delito sino en el modo que se entablan las
relaciones personales, y tengo la impresión que los periodistas peruanos son
particularmente capaces de expresarlas con mayor acuciosidad y virulencia que
en otra sociedades. Queda entonces una conclusión entrampada por sus equívo-
cos. Registramos la democratización, el desamparo y la violencia y no sabemos
bien establecer tajantemente las diferencias. (1999: 155)

La última frase define a los nuevos diarios como un producto ambi-


guo, con luces y sombras. Quisiera enfatizar estas últimas líneas, ese lado
siniestro, oculto por la creatividad lingüística, el estilo coloquial que da
la ilusión de democratización, cercanía y horizontalidad comunicativa,
así como por la habilidad de los periodistas para reflejar la sensibilidad
popular. Los nuevos diarios populares exhiben, por ejemplo, una gran
facilidad para entretejer lo horrendo y lo obsceno de manera “natural”
en el entramado de la vida cotidiana. Lo antes reprimido aflora, pero no
principalmente como catarsis liberadora6 sino, como advertía Morse, para
inmovilizarnos por el miedo: así es la vida, no hay nada que hacer. Nos
MQ ?

acostumbran al envilecimiento de la vida pública y privada, y nos lo hacen


pasar como “moderno”.
M

Un segundo rasgo siniestro es que la derrota y el languidecimiento de


1 MD C

las expectativas de movilidad social producen frustración, que se traduce en


rencor y envidia hacia quienes destacan. Desde la psicología, dirían que se
6 9 ?D>D I

6. Que salgan a la luz aspectos ocultos, socialmente reprimidos o estigmatizados, puede


resultar liberador. Los ejemplos son múltiples: la información pública sobre el uso de
MD C

condones para prevenir el SIDA o controlar la natalidad, la campaña “yo sé cuidar mi


2

cuerpo”, la desestigmatización de madres solteras, minorías étnicas, raciales, orien-


taciones sexuales minoritarias o el desenfado en el lenguaje como recurso expresivo y

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El “doctor” y su escuadrón de la muerte 119

trata de un mecanismo de desplazamiento por el cual, en vez de dirigirse hacia


las causas reales del problema, la violencia se desplaza hacia otros objetos
más asequibles. Desde la antropología, hablaríamos de la “imagen del bien
limitado”, que funciona en sociedades tradicionales, cerradas e igualitarias, en
las cuales no existe crecimiento económico. En ese contexto, si alguien destaca
por encima del promedio lo estaría haciendo a costa del resto. La reacción
es hundir por cualquier medio —brujería en las sociedades tradicionales,

vemos cómo en un contexto de debilidad de las instituciones sociales y un


modelo económico que no “chorrea” e incrementa la exclusión, el mensaje
individualista puede terminar produciendo una lucha sin cuartel
, que va más allá de la clásica metáfora del palo encebado: no solo me
alegro si quien está trepando se resbala, sino que una vez caído, en tanto yo
no puedo subir, lo hago leña.
Esto lleva a que múltiples discriminaciones inunden las páginas de los
nuevos diarios populares, principalmente a las mujeres, homosexuales y
cholos; a que los celos y las malidicencias entre las , por ejemplo,
sean una de las principales materias primas que alimentan sus notas. En un
solo día (29.4.00), encontramos ejemplos en los seis diarios que revisamos:

“Daysi [Ontaneda] peleada con macho” ( , primera plana).


“Tula [Rodríguez] dizque conducirá un programa tropical para tumbarse a la
[Janet] Barboza” ( , “La Rajona”, p. 9).

, pp. 6-7).
“Rocío Polo: ‘varias de mis colegas parecen mujerzuelas’ ” ( , p. 8).
“Paco Ferrer denuncia por estafa a Fulvia Célica” ( , p. 10).

La nota sobre Ferrer y Célica comienza con la siguiente frase: “El trans-
MQ ?

formista Paco Ferrer le tiró barro a su colega Fulvia Célica...”. Barro parece ser
M

el único bien ilimitado en los diarios populares. Por otra parte, la igualdad
1 MD C
6 9 ?D>D I

Solo algunos ejemplos de ese mismo día:

“Bruno Cavassa... se cree el rico y todo porque estuvo con la ‘señito’ GISELA
VALCÁRCEL. ¡Qué tal raza! O sea que por estar con la tía se te suben los humos;
MD C

qué va papito, bájate de la nube porque tú a nadie le has ganado...” (


“La Pezziduri”, p. 8).
2

“Uno que jura que sigue siendo el más rico de todos es el ‘Calígula’ JULIÁN
LEGASPI

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120 Carlos Iván Degregori

que por haber sido protagonista por una vez de una cebollera eso quiere decir
que se es buen actor... Ay papito, lo mejor será que te ubiques bien y te dejes de
decir tontería y media...” (ibíd.).7
“Y hablando de roedores, nos preguntamos, qué autoridad puede tener el rosque-
tazo ese de CARLOS CACHO para salir a hablar si fue justa o no la reciente elección
del Miss Perú Universo. De cuando aquí un cabro con letras mayúsculas... puede
tomarse atribuciones que no le corresponde”. ( , “Que viva el chongo”, p. 9).

Grompone analiza un caso paradigmático: el de Gisela Valcárcel.8 Ella fue


de plumas y lentejuelas, que de pronto triunfó en la TV y se convirtió
en “la reina del mediodía”. Abandonó su inicial cautela y se aventuró a opinar
sobre diversos temas y a hablarle a los telespectadores de su vida personal.
Se mudó a un barrio residencial exclusivo, se casó con un jugador de fútbol
de clase media y su boda se transmitió por televisión. Luego de un tiempo
pasó su momento de auge, en parte por la decadencia de los programas de
concursos “y por una suerte de crisis de representación (que no se limita a la
política), porque descuidó por un tiempo a las ‘señitos’, las mujeres de pue-
blo que la escuchaban, y en el camino trató despectivamente a la prensa de
espectáculos con la que se establece un vínculo de necesidad y de rencores”.
Su descendió... Entonces la envidia latente se desbordó sin piedad. La
prensa de la farándula olió sangre, se dio cuenta de la angustia y perplejidad
de la que fuera estrella y se abalanzó sobre ella como jauría carroñera. “Se
desató entonces una dinámica cruel en la que la animadora procuraba seguir
asida a su momento de gloria, manteniendo sus gestos, sus risas, sus concur-
sos con premios cada vez menores por el retiro de los anunciantes, mientras
periodistas y público se solazaban en la denigración...”.
La irreverencia, la agudeza en descubrir el lado débil o ridículo de indivi-
duos para construir caricaturas esperpénticas, así como el ingenio lingüístico
se canalizan hacia la destrucción gozosa de personajes que son parte del
MQ ?

Nosotros popular que constituye el público objetivo de estos diarios, en una


suerte de canibalismo simbólico.
M
1 MD C

Hacia 1997, estos diarios, con su balance ambiguo y contradictorio de


democratización, desamparo y violencia; con su aspecto secundario ligera-
6 9 ?D>D I

mente bajtiniano, carnavalesco, irreverente, aparentemente cuestionador de


jerarquías, si no dialógico al menos coloquial, comenzaron a ser puestos al
servicio de una política de comunicaciones fascistoide cuyo objetivo era la
destrucción de la competencia democrática.
MD C
2

8. Resumimos, en parte con nuestras propias palabras, la historia presentada en Grompone


(1999: 139-141).

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El inicio de esta sorprendente mutación coincidió con el pase a la oposi-


ción de y la transformación de Somos Lima en Somos Perú,

para el año 2000. Fue por esa época que los diarios populares comenzaron
a ser capturados por el SIN y se transformaron en verduguillos untados con
excremento, que se hundían diariamente en el cuerpo de los candidatos opo-
sitores. Más que una campaña de demolición era una de desgaste e infección.
No solo se trató de una mutación de los diarios ya existentes, con excepción
de , sino que como en una metástasis proliferaron nuevos diarios de menos
de un sol, cada vez más obscenos en sus nombres y en su intención política.
-
nizan en los , Grompone señala: “Quizás ocurre que las frustracio-
nes, los odios y los rencores de los excluidos no tienen una dirección precisa
y terminan siendo orientados contra todos y contra nadie, que son acciones
espectaculares y sin efecto” (1999: 132).
Cuando el SIN puso los diarios populares a su servicio y los convirtió en
prensa política amarilla, esas frustraciones, odios y rencores encontraron
una dirección precisa y terminaron orientados contra los candidatos presi-
denciales opositores. Si esta estrategia tuvo éxito no fue solo por las malas
artes de un régimen autoritario que “engañó” a los sectores D y E. El libreto
estaba allí, lo que hizo el gobierno fue incorporar personajes políticos en la
historieta. El quiebre de las fronteras entre lo público y lo privado y entre
política y farándula facilitó que los opositores fueran tratados como ,
o criminales, utilizando la misma jerga y el mismo formato coloquial.
* * *
MQ ?
M
1 MD C
6 9 ?D>D I
MD C

9. Véanse los trabajos de James Scott (1985, 1990). También Gilbert y Nugent (1994). Sobre
2

la construcción mutua entre culturas dominantes y subordinadas, Muratorio (1994).


Sobre hegemonía en este contexto: el trabajo ya citado de Gilbert y Nugent; también
Laclau y Mouffe (1988); o el propio Gramsci (1981).

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10. No entramos a discutir aquí detalladamente “de qué hablamos cuando hablamos de
6 9 ?D>D I

cultura popular”. Cuando usamos el término, nos referimos a la cultura que comienza a

profundas transformaciones en los últimos tres lustros. Es la que a veces peyorativamente


se denomina “cultura chicha”, a la cual consideramos un fenómeno complejo, que a estas
alturas no es sólo urbano y tampoco coincide exactamente con los llamados sectores C, D
y E.
MD C
2

la resistencia de los subalternos se construyen apelando a símbolos e instituciones que


surgen de los mismos procesos que han subordinado a estos grupos. Están, por así
decirlo, “contaminados” por las estructuras simbólicas e institucionales de dominación.

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El “doctor” y su escuadrón de la muerte 123

pi-
tucos

* * *
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Elecciones 2000: El lado oscuro de la fuerza


1 MD C

Para 1999 el gobierno contaba con una infantería absolutamente disciplina-


6 9 ?D>D I

da, que sincronizaba sus titulares diariamente, presta a virar rápidamente y

12. Romeo Grompone (comunicación personal) hace una interesante distinción entre
MD C

“tomar en cuenta” y reconocer. ‘Tomar en cuenta’ cabe dentro de una relación


autoritaria, una suerte de paternalismo benévolo. El reconocimiento, por el contrario,
2

supone una relación vertical entre actores iguales. En el plano de la diversidad cultural,
reconocimiento tendría que ver con lengua, territorio, autonomía, que son puntos de
agenda en países como Ecuador, Bolivia, Colombia y el mismo Chile.

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en bloque para incrustar sus verduguillos en uno u otro candidato según lo


dictaran las necesidades reeleccionistas. Batallón disciplinado a través de
prebendas, lugares en las listas parlamentarias o simple y llanamente dinero.13
Se dirá que los diarios amarillos se venden poco, y es cierto en la mayoría
de los casos. Varios no sobrevivirían sin subsidios de un Estado que los supri-
mió en el resto de la economía. De hecho, el más vendido es , el único que
no fue capturado o manufacturado por el SIN. Pero el propósito principal, es-
pecialmente de los diarios más recientes, no parece haber sido su venta sino su
diaria en los kioscos donde los peruanos de todo el país tenemos la

del día, costumbre que los noticieros de TV no han logrado borrar y que la crisis
más bien acentúa, porque muchos no pueden comprar diarios, pero allí leen las
primeras planas. Eso explica los enormes titulares y la discrepancia entre estos
y las escuálidas notas en páginas interiores, a veces apenas pequeñas columnas
de 20 líneas. Cumplen, entonces, un papel crucial en el espacio público, porque
saturan el “ágora” de mensajes que son como esas interferencias radiales, que

Así, en los meses previos a las elecciones el público seguía día a día en los
kioscos las calumnias aparecidas en las primeras planas contra los políticos
opositores, casi como quien lee una tira cómica que siembra la curiosidad
por la pachotada que aparecerá al día siguiente. De hecho, Gustavo Mohme,
director de , José Luis Risco, dirigente de la CGTP e incluso el sen-
derista Feliciano, fueron durante largo tiempo protagonistas de tiras cómicas
con escenas explícitamente homosexuales en las primeras planas de .
Dos rasgos le dieron a la ofensiva política de la prensa amarilla ritmo de
vals siniestro: la mentira y la crueldad. Sus calumnias destruían la honra ajena
con una mezcla de frivolidad lúdica y obsesión macabra de un asesino en serie.
Inventaban declaraciones y diálogos perversamente graciosos si hubieran sido
MQ ?

solo bromas pesadas y no parte de una batalla decisiva por la democracia.


Citaban entre comillas declaraciones imposibles del jefe emerretista Víctor
M

Polay o del viejo cantante Jimmy Santi, sin necesidad alguna de sustentar sus
1 MD C

estigmatizadas,14 se lanzaban contra los candidatos opositores aprovechando


6 9 ?D>D I

el menor resbalón, real o inventado; cualquier imperfección intrascendente,

herida sobre la que convergían como pirañas hasta construir una caricatura
monstruosa de la víctima.
MD C
2

13. Así lo denunciaron los propios periodistas de algunos de esos diarios (véase anexo 1).
14. El adjetivo “estigmatizadas” es tomado de Grompone (1999).

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El “doctor” y su escuadrón de la muerte 125

Contra la difamación, los candidatos opositores se encontraban maniata-


dos. Por un lado, debido al sometimiento del Poder Judicial no tenían manera
de responder o protegerse de la violencia verbal que los golpeaba. Usando
como metáfora categorías weberianas, diríamos que a través del control del
Poder Judicial y de los medios de comunicación el gobierno consiguió no solo

Pero en cierta medida, los calumniados estaban también atrapados en la


camisa de fuerza del discurso machista hegemónico: los hombres no lloran.
Cuando los agredidos se quejaban, saltaba por ejemplo la ministra-enfermera
a encajarles la camisa de fuerza: “La contienda es de los valientes, es de los
hombres... que quieren hacer patria, no es de los quejosos”.15
Por otro lado, algunos de esos diarios sí se venden, en especial
Moisés Wolfenson, dueño de y , postuló al Congreso con el
número 6916 en la lista de Perú 2000. En medio de traseros exuberantes,
cadáveres achicharrados, rostros hechos puré por algún camión que les pasó
por encima, historias de drogas, sexo y muerte, todo expuesto en el lenguaje
más explícito, asomaba el rostro de Wolfenson llamando a sus lectores a votar
por él. Su lema: “Por el deporte y los niños”. Salió electo con 38.911 votos en
el puesto 14 entre los congresistas de Perú 2000, muy por encima de otros

Soto (puesto 61) y Jorge Trelles de (puesto 78), que


no lograron curul. Wolfenson quedó también por encima de Pablo Macera
(puesto 25), único intelectual fujimorista de peso según Mario Vargas Llosa.

Alas, estrategias, transiciones

Mientras la prensa amarilla demolía opositores, el fujimorismo naranja se


lavaba las manos. “Nunca leo esos diarios”, reiteraba Martha Hildebrandt,
MQ ?

“aduanera del lenguaje” que hubiera tenido muchísimo trabajo corrigiéndoles


M

que cubren el Parlamento.17 “Eso sucede en todas partes y en EE. UU. se llama
1 MD C

” declaraba Francisco Tudela en . La prensa


amarilla existía en una suerte de universo paralelo, inaprehensible desde la
6 9 ?D>D I

15. Luisa María Cuculiza. CPN, 21.3.00.


16. Todo un símbolo del doble sentido. Por otro lado, Wolfenson es una suerte de vínculo entre
MD C

la prensa amarilla y la televisión amarilla, en tanto es cuñado de uno de los hermanos


.
2

concepción del lenguaje que no explicaría ni el cambio lingüístico ni el contacto de


lenguas en el Perú. Véase: , 15 de agosto de 1999.

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126 Carlos Iván Degregori

alta política. Si alguien trataba de probar legalmente lo contrario, los jueces se


lavaban las manos, y si no lo hacían, como hemos visto, resultaban castigados.
Los diarios del SIN eran de esta forma una suerte de chancherías informales,
imposibles de erradicar en nombre de la libertad de prensa y empresa.
En un principio, la vieja táctica de Poncio Pilatos pareció rendir frutos,
pero los dos universos comenzaron a aproximarse conforme se acercaban las
18
Hacia
septiembre de 1999, la resolución de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) pidiendo nuevo juicio para cuatro terroristas chilenos del
MRTA y el retiro peruano de la competencia contenciosa de la CIDH, marcaron
el que bautizó a la CIDH como “la
tremenda corte”, rótulo que la prensa amarilla hizo suyo. Por otro lado, mientras
los diarios amarillos tildaban a Castañeda Lossio de “débil-lucho” y llorón por
haber opinado que se debería respetar el fallo de la CIDH, en pleno Congreso
de la República el primer ministro Alberto Bustamante llamaba “acusetes” a
quienes denunciaban violaciones de los derechos humanos ante la CIDH.
En los meses previos a las elecciones, conforme los nubarrones se volvían
tormenta, las diferentes estrategias convergieron en una sola, signada por el
tono, el ritmo y los colores de la prensa amarilla. Tres hitos marcaron esta

,
, y los diarios amarillos hablaron al unísono de una
“telaraña roja” conformada por , la Defensoría del Pueblo y todos
quienes apoyaron la denuncia. Fue , que por esos días terminó de
adquirir un tono amarillo bilis, el que acusó a uno de los jóvenes que hicieron
la denuncia de criminal, enfermo mental y homosexual. El segundo hecho fue
el inesperado ascenso de Toledo en las encuestas, que volvió a sincronizar a
todos los medios gobiernistas en su contra y obligó a Laura Bozzo a saltar otra
MQ ?

vez al cuadrilátero para acusarlo de inmoral, mentiroso, inestable, populista


e incluso comunista, presentando en una de sus ediciones a una supuesta
M

hija de Toledo.19 Por último, cuando el Presidente decidió iniciar su campaña


1 MD C
6 9 ?D>D I

18. Precisemos que desde su expropiación en 1997, pertenece al universo


de la prensa amarilla, una suerte de versión audiovisual de los pasquines. Por tanto,
si bien en los próximos capítulos este análisis se centra en los diarios amarillos, las
conclusiones valen también en lo fundamental para y en cierta medida
MD C

para el resto de la TV de señal abierta, por lo menos hasta la primera ronda electoral de
abril del año 2000.
2

19. Fuera o no verdadera la denuncia, el caso había sido zanjado judicialmente varios
años antes y el momento elegido para hacerla pública revelaba indudables propósitos
electorales.

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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
El “doctor” y su escuadrón de la muerte 127

en sentido estricto20 primero en el coliseo Amauta y luego en las plazas de

danzando el baile del Chino con .


Ninguna dictadura es monolítica y la acción política de la oposición na-

grietas y en alas: duros/blandos, halcones/palomas, aperturistas/dinosaurios.


La mayor parte de las transiciones democráticas se negocian con alas aper-

más duro.
En todo caso, junto con la politización del y la difamación a
través de Internet, la conversión de la mayoría de diarios populares en un
comando de la infamia muestra que por lo menos desde 1996 ese proyecto
reeleccionista canalizó la creatividad del régimen para asegurar su superviven-
cia más que para la modernización económica o la institucionalización política.
¿Se imaginan que la misma energía hubiera sido orientada en direcciones más
constructivas? Porque estos fenómenos son inéditos en la historia del Perú
y América Latina; quién sabe del mundo.21 Echemos, pues, un vistazo a este
excepcional engendro del fujimorismo en el momento de su apogeo durante
la reciente campaña electoral.
MQ ?
M
1 MD C

20. Hasta ese momento la campaña había sido muy intensa, pero disimulada en avisos del
Ministerio de la Presidencia y en viajes presidenciales para la inauguración de obras.
6 9 ?D>D I

21. La opinión pública internacional critica con razón al presidente venezolano Hugo
Chávez, que tiene harta a la televisión privada porque la hace repetir sus rimbombantes

a los pobres con un bate de beisbol, su deporte favorito. Pero Chávez, al menos en el
manejo de los medios, parece un niño de teta comparado con su homólogo peruano.
Por otro lado, en este tema Filipinas nos aventaja en el cine. En ese país, los represores
MD C

y violadores de derechos humanos durante la dictadura de Marcos, los mismos que


2

luego de la transición democrática se levantaron en armas contra Cory Aquino, fueron


amnistiados y luego se reinventaron como héroes de películas de acción que reventaron
taquillas en ese país asiático.

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2

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Leyendo la prensa amarilla

El capital político más sólido de Alberto Fujimori sigue siendo, aun hoy, el que

pasado oprobioso, lastrado por la incapacidad y la corrupción encarnada en los


partidos tradicionales, especialmente el APRA, que nos mantenían atrapados
MQ ?

en el pasado y bloqueaban nuestra mágica transformación en otorongos, aptos


M

para sobrevivir y engordar en la jungla neoliberal. Frente a ellos se alza, cual


1 MD C

Santiago Mataindios, Alberto Fujimori, representante de un futuro luminoso y


6 9 ?D>D I

Pero tanto o más importante que los triunfos mismos fue la forma en que
los consiguió. Perú fue el único país donde no hubo negociaciones de paz,
acuerdos de paz, comisiones de la verdad, informes sobre la violencia ejercida
tanto por los grupos alzados en armas como por los agentes del Estado, ningu-
MD C

no de los cuales cumple hoy condena por violación de los derechos humanos.
Los triunfos se consiguieron, por tanto, sin conversaciones, acuerdos, pactos
2

o concesiones. En dialecto peruano: a lo macho.

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130 Carlos Iván Degregori

Ese machismo, que marca al gobierno desde su nacimiento y se ali-

producto de su alianza con las FF. AA., y contribuyó a que muy temprano

enganchó además muy bien con diferentes sectores sociales, especialmente


aquellos ubicados en los dos extremos de la pirámide. Para ciertos empre-
sarios, Fujimori fue el Pinochet que hace tiempo pedían, implacable en su
lucha contra el movimiento laboral organizado. Para algunos tecnócratas, a
los cuales les incomodaba que los actores irrumpieran en su mundo de mo-
delos macroeconómicos y regresiones estadísticas, fue la persona dispuesta
a llevar adelante la reingeniería económica sin reparar en costos sociales.
Para los ideólogos del ala radical o fundamentalista del neoliberalismo, fue el

real para la mayor gloria del modelo. En la base de la pirámide social, el “re-

En un contexto de crisis general, amplios sectores buscaron hace una década


un Presidente “que no le temblara la mano”. Más que un discurso, Fujimori
supo ofrecer un estilo de gobierno y personal, incluso una gestualidad que

en las recientes elecciones.


A partir de estas dos grandes dicotomías: pasado/futuro, masculino/
femenino, es posible entender el tratamiento de la prensa amarilla a los can-
didatos opositores por un lado, y al “presi” o “Fuji” como lo llaman, por otro
(véase diagrama 1).

La oposición representa el pasado

Hoy, los “partidos tradicionales” estarían representados por el APRA, por un


MQ ?

genérico e inclusivo “comunismo” y por una “pituquería” todavía más difusa.


Para que pareciera verosímil que los candidatos opositores del año 2000
M
1 MD C

representaban el pasado oprobioso, la prensa amarilla tuvo que construirles


un vínculo de carne y hueso con él (véase diagrama 2). Quién mejor que Alan
García, cuyo nombre todavía provoca asociaciones con tiempos de corrupción,
6 9 ?D>D I
MD C

Los candidatos opositores fueron entonces presentados como “títeres de


2

Alan”. En realidad, “Caballo Loco” entró a formar parte de un elenco donde


los otros personajes ya habían sido construidos como caricaturas a partir de

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Una temporada en las alcantarillas 131

Diagrama 1

FUJIMORI OPOSICIÓN

I Futuro I Pasado

Honradez Corrupción
Capacidad Ineptitud
Manejo económico sano Populismo

Paz / seguridad Terrorismo


Verdad / "sí cumple" Engaño

II Macho II Feminizados
Cuerpos
Macho 1 (popular) Antipopulares Repulsivos
Popular Pitucos, abusivos,
prepotentes
Nacionalista Sometidos al
extranjero
Solo (con el pueblo) Hacen pactos
(diabólicos)

Macho 2 (Valiente) Cobardes


Fuerte Débiles
Seguro Inseguros
No le tiembla la mano Dudosos
Tranquilo Nerviosos
Ecuánime Locos
MQ ?

Macho 3 (Heterosexuales) Homosexuales (Locas)


M
1 MD C

sus debilidades, reales o inventadas.1 Al “reo contumaz” le fue asignado el


6 9 ?D>D I

papel de director de un gran guiñol en el que los títeres eran seres infantiles,
embobados, nerviosos, comelones, pero sobre todo incapaces y corruptos.
MD C

1. En el caso de Andrade, esa construcción se había producido en las campañas de prensa


2

dirigidas por el SIN contra la alcaldía de Lima Metropolitana. En el de Castañeda, a partir


de las acusaciones por su actuación al frente de la Caja del Pescador.

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132 Carlos Iván Degregori

Diagrama 2

Pasado Partidos
(1990) tradicionales Corrupción
Ineptitud
Terrorismo
Populismo
Engaño

Pitucos Gustavo
Vínculos ROJOS Mohme
ALAN ( )

(Ricardo Uceda)
Defensoría del
Pueblo

Presente
Oposición

Alberto Andrade, el primero que se lanzó al ruedo electoral, fue también el


primero que sufrió la embestida:

“Alan y la familia Andrade deciden lanzar a pitucón. Reo contumaz está regalón
y reparte billete a todo el mundo. Alcalde feliz con arreglo económico” (
14.8.99).
MQ ?

“Reo contumaz ordena a pituco Andrade abandonar la alcaldía y postularse.


M

Alcalde negocia pago por sus servicios” ( 15.8.99).


1 MD C

“Andrade cierra el pico y esconde la panza, es la orden de Alan. El loco se le pone


15.8.99).
6 9 ?D>D I

Con la incorporación del economista Javier Silva Ruete al equipo de Somos

de Silva con los gobiernos de Morales Bermúdez y García, resultaban ideales


MD C
2

“Con plan ‘cementerio’ cocho Silva Ruete ‘bocaza de Alan’ hunde a Andrade” (
21.8.99).

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Una temporada en las alcantarillas 133

“Andrade manda a vejete Silva Ruete a Colombia pa’ recibir instrucciones de


Alan” ( 22.8.99).

Cuando Castañeda Lossio lanza su candidatura, la orquesta amarilla eje-


cuta la misma partitura, incluyendo también los rasgos caricaturescos con los

“Alan... Alan... tengo mucho miedo, dice Castañeda Lossio” ( 21.12.99).


“Castañeda Lossio un copión de Alan. No sabía qué decir... temblaba de nervios.
Reo contumaz le dio discurso feliz y contento” ( 21.12.99).

Si representan el pasado y son títeres de Alan, entonces son incapaces:


(
18.10.1999) Pero sobre todo corruptos. Otra vez, Andrade es el primero en
ser atacado. El “caso de los paneles publicitarios” fue el único que tuvo un
referente real:2

“Lo chapó la contraloría. Tras paneles descubren a ‘chancho’ Andrade. Lo delata la


panza y el billete” ( 9.7.99).
“Ante rumores de negociados declaró el reo contumaz Alan: ‘Andrade es honrado
como yo, tiene sus pecaditos pero es un buen muchacho’” ( 10.9.99).

En el caso de Castañeda Lossio, su actuación al frente de la Caja del


Pescador desató una campaña de saturación que se prolongó varios meses.
Comenzó con una suerte de prólogo en el que el ataque se concentró en la
supuesta incapacidad del candidato:
MQ ?

“El lado negro de Castañeda Lossio: desastrosa y cuestionada gestión en Caja del
M

Pescador ( 4.8.99).
1 MD C

Miles de pescadores pierden pensiones por desastrosa gestión de Castañeda


Lossio en la caja” ( 5.8.99).
6 9 ?D>D I

Pero rápidamente los ataques derivaron hacia la corrupción: “Figuretti


Castañeda Lossio es un caradura que limpió y dejó calata la Caja del Pescador.
MD C
2

2. Esta campaña se inició con la denuncia contra el regidor de Lima por Somos Perú,

en las calles de Lima.

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134 Carlos Iván Degregori

( 6.8.99)”. A partir de entonces se prolongaron, incansable y coordi-


nadamente durante más de un mes, con imperceptibles variaciones en toda
la prensa amarilla, incluyendo al diario
con sello de oro” en una suerte de epílogo lapidario: “Castañeda Lossio no
pudo con la Caja menos podrá con el país ( 28.10.99).

Fuera del mundo de los pasquines hay un Otro, que implícitamente se iden-

porque hoy el poder lo tiene “un presidente como tú”. Ese Otro es el pituco

-
tración en la recuperación del centro histórico, el cuidado de los jardines y su

del “populorum”; que es enemigo de los trabajadores informales “chamberos”:


“Andrade amenaza despedir a miles si llega al poder, anuncia que barrerá con
ambulantes y microbuseros. Pituco tiene programa de acción en donde se le
prende a los pobres” ( 6.9.99).
¡Quién decía que la lucha de clases había desaparecido! Más aún, sus viajes
como alcalde de la capital lo convirtieron para la prensa amarilla en “turista”:

“En el sillón de la alcaldía de Lima hay un ... Pituco Andrade hecho de yeso. El
verdadero está de turista, esta vez en Ica” ( 13.7.99).
“Pantaleón Andrade se arranca a Iquitos. Llegó de España y al toque se quitó. El
alcalde es misma visitadora ... Lima sigue en total caos” ( 30.10.99).

Supuestamente alejado de la ciudad y de sus necesidades, el alcalde es con-


MQ ?

vertido en esas primeras planas en enemigo de los pobres, abusivo y violento.


M

Vemos aquí cómo la violencia del propio gobierno y su política de despidos


1 MD C

masivos es proyectada en los opositores, convirtiéndolos literalmente en chivos


expiatorios que limpian al régimen de sus culpas y se transforman en sus pá-
6 9 ?D>D I

ginas en pequeños sátrapas o virreyes vengativos, en plan de juerga mientras:

“Cascos azules se tiñen de sangre luego de arremeter contra trabajadores. Alcalde


no visitó a los heridos” ( 13.9.99).
MD C

“Basura Andrade quiere vengarse de ambulantes. Cascos azules preparan otra


golpiza a trabajadores. Alcalde se esconde y fuga al extranjero en plan de juerga
2

y trago” ( 21.9.99).

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Una temporada en las alcantarillas 135

“Increíble: Virrey Andrade felicita a cascos azules. Dice que los desalojos son un
éxito. Perdieron chamba miles de trabajadores” ( 24.10.99).

-
dor de los pleitos entre policía municipal y comerciantes informales, en los
casos de Castañeda Lossio y Alejandro Toledo esta construcción encontró su
momento cuando estos candidatos opinaron sobre el PRONAA y los comedores
populares. En febrero lo hizo Castañeda, Toledo en marzo, en una reunión de

comedores: “en el corto plazo, hasta que los niveles de producción crezcan”. Y
luego añadió que era: “indigno que a la gente se le robe el orgullo y la autoesti-

la política de subsidios “se presta para el manejo político”. Ese era el resbalón
que la jauría necesitaba para abalanzarse sobre sus víctimas:

“Nerviosón Castañeda cerrará comedores. Quiere matar de hambre a los pobres.


Madres preparan marcha para pegarle aclare a candidato” ( 2.2.00).
“Nerviosón Castañeda pelea feo con comedores populares. Candidato las ofende y
llama mendigas a dirigentas” ( 4.2.00).
“Ni madres escapan a mentiras de Toledo, candidato desesperado busca votos,
las insultó, las maltrató y ahora jura que las va a apoyar” ( , 10.5.00)

El pasado oprobioso fue el tiempo en el cual el terrorismo crecía por debilidad,


cobardía o corrupción de los políticos tradicionales. Mucho de eso fue cierto,
pero luego de la captura de Feliciano el tema de la violencia política parecía
MQ ?

que era uno de sus activos más rentables, el gobierno trató de mantenerlo
vigente, aunque para ello fuera necesario construir otra caricatura, la de los
M

candidatos “pro terroristas”. La oportunidad llegó con el retiro unilateral del


1 MD C

Perú de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos (CIDH), a raíz del caso de cuatro chilenos del MRTA condenados
6 9 ?D>D I

por tribunales peruanos por “traición a la patria”. La CIDH pidió para ellos un
nuevo juicio que siguiera el debido proceso y una indemnización de $10.000
para los familiares.
MD C

acatar el fallo de la CIDH


2

para que los diarios chicha decidieran centrar sus dentelladas en la próxima

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136 Carlos Iván Degregori

víctima: Castañeda. Reproducimos de las baterías


descargadas únicamente entre el 28 de septiembre y el 24 de noviembre y
fundamentalmente en
2000, Moisés Wolfenson. A pesar de ser muy parcial, la reproducción resulta
abrumadora y monótona. La presentamos para tratar de transmitir la sensa-
ción de bombardeo, de saturación que producían esos ataques, copando todos
los kioscos con el mismo mensaje en una plasmación casi literal de la máxima
de Goebbels: “miente, miente, que algo queda”. Porque ni Castañeda ni la CIDH
pidieron la liberación de los chilenos, menos la de Polay. Pero los diarios ar-
maron una secuencia que se prolongó por lo menos dos meses, durante los
cuales los insultos fueron subiendo de tono y las mentiras llegaron al delirio.
Esta campaña constituye un clásico ejemplo de terrorismo del discurso y de
la imagen. De los coches-bomba de inicios de la década, pasamos a las bombas
fétidas lanzadas por los pasquines.

“Terrucos chilenos felices. Castañeda Lossio declara que hay que bajar la cabeza
frente a la tremenda corte” ( 28.09.99).
“Terrucos chilenos apoyaron a Castañeda Lossio. Les ha prometido someter al
país a sus demandas” ( 29.09.99).
“Ante rechazo a declaraciones pro terrucas de Castañeda Lossio, candidato no
quiere declarar y se va de paseo a Miami” ( 30.09.99).
“Apoyo de Castañeda Lossio a terrucos genera amplio rechazo. Indignación entre
víctimas del terrorismo” ( 1.10.99).
“Gracias a Castañeda Lossio cientos de terrucos piden indemnización, nuevo
juicio y hospedaje de lujo” ( 2.10.99).
“Castañeda Lossio respalda libertad de Polay. ‘Si lo manda la tremenda corte hay
que hacerlo’” ( 9.10.99).
“Castañeda Lossio insiste en darles nuevo juicio y diez mil dólares a terroristas
MQ ?

chilenos aunque sean asesinos” ( 11.10.99).


“Castañeda Lossio no cambia: ¡A la orden señores de la tremenda corte. Yo daré
M
1 MD C

10.000 dólares y juicio nuevo a sus terruquitos chilenos” ( 14.10.99).


“Para Castañeda Lossio los terrucos no son nuestros enemigos. Hay que darles
6 9 ?D>D I

nuevo juicio, 10000 verdes y mucha comprensión” ( 15.10.99).


“Castañeda Lossio: los 10,000 dólares son poco para los tucos chilenos. Merecen
mucho más” ( 16.10.99).

Las voces autorizadas, los “formadores de opinión” que los diarios del
MD C

SIN invocan en su apoyo, no son los clásicos analistas o políticos destacados,


2

sino gente del espectáculo, con los cuales la empatía de los lectores podría
ser mayor. El tono se vuelve “vedettero”:

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Una temporada en las alcantarillas 137

“Alan Wong indignado: ¡Me voy! ¡No acepto que Castañeda Lossio les dé 10,000
verdes a cada tuco chileno!” ( 23.10.99).
“Polay pide a terrucos que voten por Castañeda Lossio. Candidato es de los
nuestros” ( 28.10.99).

Se citan entre comillas frases suyas o de Víctor Polay,3 que nunca fueron di-
chas. Pero eso es lo de menos, pues la impunidad de la que gozan es total. Como
dijimos, tanto Andrade como Castañeda denunciaron a los diarios amarillos, y

desprestigiada y triturada, el terrorismo discursivo da un salto hacia el escarnio:

“Castañeda Lossio no quiere que lo reconozcan por apoyo a terrucos chilenos y


le pide a Jimmy Santi que le recomiende a su médico para cambiar de cara” (
24.11.99).

Feminización de los opositores

Jimmy Santi y la cirugía plástica nos llevan al segundo gran tema: la femini-
zación de los opositores, a los que se les achacan todas las características que
el machismo tradicional atribuye a las mujeres.

“Aeróbico Alan Wong contra ‘blandengue’ Castañeda Lossio. ¡Candidato no puede


dar 10,000 dólares y nuevo juicio a tucos!” ( 24.10.99).
“‘Blandengue’ Castañeda Lossio se achica fácil con tucos chilenos. Les regala
nuevo juicio y 10,000 dólares” ( 27.10.99).
MQ ?
M
1 MD C

los terroristas. Le falta coraje” ( 25.1099).


“Alan Wong lo enfrenta: ¡Castañeda Lossio se hombre de una vez! No se puede
6 9 ?D>D I

aceptar un nuevo juicio y 10,000 verdes para tucos chilenos” ( 26.10.99).


“Emocionado, el débil-lucho pide perdonen a tucos. Castañeda Lossio llora por
terrucos, repite que les dará nuevo juicio y bille gordo” ( 28.10.99).
MD C
2

3. Jefe del MRTA, preso de por vida en una cárcel de seguridad, donde apenas pueden
visitarlo mensualmente familiares directos.

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138 Carlos Iván Degregori

“Castañeda Lossio raja feo del Perú ante extranjeros. Nos tira barro con ventilador
y para colmo... pide apoyo para tucos extranjeros” ( 29.10.99).

“Dudas y nerviosismo en lanzamiento de Castañeda Lossio” (


18.12.99).
“Los nervios de Castañeda son su peor enemigo” ( 26.1.00).
“Por nervioso Castañeda confunde jarro con taza: papelón en CADE” (
25.1.00).

tomó el agua, luego le dio hambre” ( 25.1.00).

“Sufrir de los nervios”, “estar enfermo de los nervios” son expresiones


polisémicas, muy antiguas pero de uso muy extendido en sectores populares.
Se supone que de los nervios sufren sobre todo las mujeres, casi como en los
tiempos de Freud. Resulta fácil, entonces, el tránsito de la nerviosidad a la lo-
cura, en los dos sentidos de la palabra: enfermedad mental y homosexualidad.
La escalada terrorista da entonces otro salto, del escarnio a la farsa:

“Jimmy Santi: «¡Ayyy... Castañeda Lossio se ha puesto muy nervioso! No soporta


a las mujeres, son unas brujas” ( 25.1.00).
“‘Locas’ organizan mitin a su ricotón Castañeda Lossio. Chavones de la calle juntan
su bille para otra cirugía. Jimmy Santi hace vestuario para que el candidato se
vea regio” ( 16.12.99).
MQ ?
M
1 MD C

“Castañeda Lossio es recontra manso. Vecinos dicen que ladra todas las no-
6 9 ?D>D I

ches de puro inestable. No usa collar ni cuando lo pasean por la calle” ( ,


16.12.99).
“Castañeda Lossio se aloca y revienta focos de su barrio a punta de balazos y
pedradas. El candidato no soporta que lo vean nerviosón y sigue consejos de
MD C

Jimmy Santi” ( , 16.12.99).


“Nervios y depre tienen locazo a Castañeda Lossio. No descansa, no come ni
2

piensa. Se le agudiza delirio de persecución” ( 18.12.99).

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Una temporada en las alcantarillas 139

-
vesamos la farsa esquinera de la mano de Jimmy Santi, el antiguo cantante
convertido en caricatura de sí mismo a punta de cirugías faciales, para luego
descender al círculo de lo grotesco, donde nos espera Mario Poggi, el excén-
trico pseudopsicólogo que algún día asesinó a un preso:

“Loco Poggi asesora a Castañeda Lossio. ‘Con Lucho haremos cualquier cosa’.
Candidato perdió fe en Jimmy Santi y lo deja tirando cintura” ( 18.12.99).
“Loco Poggi asesor de Castañeda Lossio. ‘Yo le voy a enseñar a dominar sus ner-

( 26.1.00).

“Castañeda Lossio se miró al espejo y casi se desmaya. No le gusta su cara recién


operada. ‘Me siento inseguro, la cirugía está mal hecha’” ( 16.12.99).
“Castañeda Lossio se peleó con cirujano que le hizo nueva cara ¡Me estafaron ...
está igual que la anterior!” ( 18.12.99).
“Andrade es un gordo grasoso, dice Castañeda. Le recomienda que se mejore la
pepa. Jimmy Santi sería asesor del alcalde” ( , 4.1.00).
“Castañeda Lossio le pide a turista Andrade se arregle fachada. Le presta a su
asesor Jimmy Santi. Es gordo y seboso... así no puede ser candidato, dicen los
chavones” ( 4.1.00).4

Pactos contranatura

Si los opositores pertenecen al pasado y tienen características femeninas,


entonces Trastocando las leyes de la política democrática, los pactos
son presentados como la concentración de todos los males. Son diabólicos,
MQ ?

-
M

to. Así, luego del lanzamiento de la candidatura de Andrade, titula:


1 MD C

“Pacto diabólico: reo Alan y alcalde Andrade sellan pacto. Demonio contumaz
celebra en Colombia” ( 2.09.99).
6 9 ?D>D I

Pero cuando el SIN realmente huele peligro es cuando diferentes fuerzas


5

con actores sociales y políticos atomizados, pero sobre todo porque el acuerdo
MD C
2

4. Nótese que los dos últimos titulares son del mismo día. Con frecuencia, seis o siete
diarios repetían el mismo titular con ligeras variaciones.
5. Entre las principales: Perú Posible, Somos Perú, Solidaridad Nacional, AP, APRA, UPP.

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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
140 Carlos Iván Degregori

atentaba contra la raíz misma de su concepción de la política como guerra. El


pacto lo regresaba a los días previos al 5 de abril de 1992, cuando la gran disyun-

“Andrade y Castañeda Lossio se amarran con APRA y rojos. Firman pacto de amor
secreto para que regrese Alan García libre al Perú” ( 26.11.99).
“‘Los chicos tienen mucho que aprender’, dijo Mohme. Comunistas y Apra in-
ventaron pacto para que jueguen Castañeda Lossio y Andrade. Candidatos están
como bobos” ( 26.11.99).
“Pacto de Castañeda Lossio con APRA y comunismo pide nuevo juicio para tucos
chilenos y 10 mil verdes de regalo por Navidad” ( 27.11.99).
“Castañeda Lossio, rojos y Andrade se rifan el Perú. Hacen pacto manejado por
el APRA para comerse la torta... Ahora sálvese quien pueda” ( 27.11.99).

Fujimori: solo con el pueblo

Frente a aquellos que ocultan su femenina debilidad en el contubernio, se alza


el Presidente, solo como Rambo o El Llanero Solitario y su ayudante Vladi,
pero ahora Silver es un helicóptero. Así, mientras: “Entorno de Castañeda es
cuna de lobos... Nada impide postulación de presidente Fujimori. La claridad
legal en el camino de la nueva elección” ( 27.12.99).
Cuando el Presidente entra en escena, el escarnio y la sátira son reem-
plazados por una suerte de éxtasis. Los diarios del SIN se vuelven una versión
popular del antiguo “Pan del alma” que las beatas repartían en las puertas de
las iglesias. Solo se atreven a decirle “presi” y “Fuji”. Apenas algunas veces “el
Chino”. Durante la campaña, “el presi” ocupó las primeras planas de la prensa
del SIN fundamentalmente en tres coyunturas: su lanzamiento y los días alre-
dedor de la primera y la segunda vuelta. Así, cuando lanzó su candidatura lo
MQ ?

habría hecho recogiendo el anhelo de no volver al pasado: “Fujimori escuchó


M

la voz del pueblo. Esta es la plancha de Perú 2000: Fujimori-Tudela-Márquez.


1 MD C

En oposición a los candidatos neopopulistas que hacen peligrar conquistas


tan dolorosamente conquistadas” ( 8.12.99). Por consiguiente,
6 9 ?D>D I

Fujimori:

1. Es el futuro: “Fujimori postula a la reelección para evitar volver al pasa-


do. Inversionistas extranjeros recontra japis con el anuncio” (
28.12.99).
MD C

2. Es un futuro con chamba y paz: “El Perú sí tiene futuro: Fujimori 2000. Fuji
2

lanzó su candidatura y va con alianza Perú 2000. Promete más chamba y


acabar con los tucos” ( 28.12.99).

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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
Una temporada en las alcantarillas 141

3. Es felicidad, calidad: “¡Populórum feliz ... El chino se lanzó con equipazo


para el 2000. Acá queremos al presi... grita la gente. Tudela y Márquez
van con Fuji” ( 28.12.99).
4. Es bienamado: “Fuji ganaría a Andrade y Castañeda Lossio en primera y
segunda vuelta. Crece aprobación de la ciudadanía a la gestión del Presi-
dente” ( 20.12.99).
5. Y su asesor, como una suerte de Robin o Jaime Olsen es, por cierto, honrado
y ¡transparente!: “Patrimonio de Montesinos es legítimo y transparente:
22.12.99).

Luego, en vísperas de la primera vuelta electoral, los diarios amarillos se


bañan, se peinan, se enjuagan la boca, se dejan de disfuerzos y desplazan los ata-
ques a los opositores a un segundo plano. Es hora de entonar alabanzas al señor:6

“Fuji arrasa en todo el país. El Chino llena las plazas de todo el Perú y al ritmo
de su cumbia sigue barriendo a los otros candidatos. Trabajo seguro, mejores
sueldos y educación, son la base de su programa económico” (6.04.00).
“¡Fuji imparable al ritmo del chino! El candidato a la presidencia culminó su
campaña con un mitin de más de 100 mil personas que colmaron el paseo de
la República por primera vez en la historia. El populórum vibró al ‘ritmo del
chino’ y votará el 9 de abril por Fujimori porque combatirá la pobreza, creará
más puestos de trabajo, dotará de computadoras a los coles y mejorará pensión
a los jubilados” (7.4.00).
FONAHPU!” (8.04.00).
“Gas no subirá de precio. La economía está estabilizada y las madres felices por
la medida. Chino aumentará FONAHPU a más de 1,200 soles” (9.4.00).
“¡El Perú con el Chino! El populórum dio su respaldo total en las urnas a Fujimori.
OEA
Salas, Ataucusi, AP, APRA y UPP desaparecen. Moisés al parlamento con Absalón,
MQ ?

Tudela, Martha y 36 más de Perú 2000” (10.04.00).


M

[Mientras tanto]
1 MD C

“‘Ridículo’ Alejandro celebró falso triunfo con resultado bamba”


6 9 ?D>D I

“Llorones de la oposición no aceptan que el pueblo les dijo que NO”


“Populórum no suelta al Chino” (11.04.00).

[Mientras tanto]
MD C

resultados de la ONPE y cuadra a Toledo por caldear ánimos” (11.04.00).


2

6. Todos los titulares de esta sección son de

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142 Carlos Iván Degregori

Salvo la insólita normalización del lenguaje, todo es tan elemental y pre-


visible, las mentiras tan burdas y las promesas tan electoreras, que no vale la
pena mayor comentario. 72 horas después de las elecciones, la prensa amarilla
regresa a las alcantarillas:

“Toledo por picón arma escándalo asociado con comunistas y apristas”


“Gringos locos por Yesabella y potoncita. Son consideradas reinas de los videos
porno” (12.04.00).

Y colorín colorado, solo faltaría escribir . Pero ese mismo miér-


coles que volvía a la normalidad, el Toledo picón y sus asociados
lograban que la ONPE diera marcha atrás en el más escandaloso conteo de
votos del último medio siglo y desistiera de proclamar ganador a Fujimori
en primera vuelta. Entonces, la prensa amarilla mostró su rostro oculto;
aunque tal vez sería mejor decir su poto oculto. El ingenio, el chongo y la
cachita con que recubrían las manoplas para no dejar huella visible de los
golpes, cedieron paso al odio desnudo y concentrado contra Toledo y Eliane
Karp. , el más nuevo y más sucio de los pasquines, fue la abanderada
de esta nueva oleada de ataques a cuchillo descubierto. Pero detengámonos
por última vez un momento.

* * *

tricksters
MQ ?
M
1 MD C
6 9 ?D>D I

El nombre de la
rosa
MD C

Poética
2

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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
Una temporada en las alcantarillas 143

Libro de la risa y el olvido,

La risa pertenece originalmente al diablo. Hay en ella algo de malicia (las cosas
resultan diferentes de lo que pretendían ser), pero también algo de alivio bien-
hechor (las cosas son más ligeras de lo que parecen, nos permiten vivir más
libremente, dejan de oprimirnos con su austera severidad).
Cuando el ángel oyó por primera vez la risa del diablo, quedó estupefacto. Aquello
ocurrió durante algún festín, estaba lleno de gente y todos se fueron sumando,
MQ ?

uno tras otro, a la risa del diablo que era fantásticamente contagiosa. El ángel
M

comprendía con claridad que esa risa iba dirigida contra Dios y contra la dignidad
1 MD C

de su obra, porque los ángeles no son partidarios del bien, sino de la creación
-
6 9 ?D>D I

ción racional. El ángel sabía que debía reaccionar pronto, de una manera o de
otra, pero se sentía débil e indefenso. Como no era capaz de inventar nada por sí
mismo, imitó a su adversario. Abriendo la boca emitió un sonido entrecortado,
MD C

7. Los argumentos más extensos de Jorge de Burgos se encuentran en Eco (1985: 566-
2

580).
8. Los siguientes párrafos están tomados del capítulo “Las dos risas”, con algunos cortes y
alteraciones en el orden de las frases.

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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
144 Carlos Iván Degregori

brusco, en un tono de voz muy alto, pero dándole un sentido contrario. Mientras
que la risa del diablo indicaba lo absurdo de las cosas, el grito del ángel, al revés,
aspiraba a regocijarse de que en el mundo todo estuviese tan sabiamente orde-
nado, tan bien pensado y fuese bello, bueno y pleno de sentido.
Así, el ángel y el diablo, frente a frente, con la boca abierta producían más o menos
los mismos sonidos, expresando cada uno, en su clamor, cosas absolutamente
opuestas. Y el diablo, mirando reír al ángel, reía más aún, mejor y más franca-

Una risa que hace reír es el desastre. Sin embargo, los ángeles lograron alcanzar
algunos resultados. Nos engañaron a todos con su impostura semántica. Solo hay
una palabra para designar su imitación de la risa y la risa original (la del diablo).
Hoy la gente ya no se da cuenta de que la misma manifestación exterior esconde
dentro de sí dos actitudes internas absolutamente contradictorias. Existen dos
risas y no tenemos palabras para distinguir la una de la otra.

El Diario
MQ ?

RTP
M
1 MD C
6 9 ?D>D I

pero no por eso es menos fascista


MD C
2

9. Énfasis nuestro.

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Una temporada en las alcantarillas 145

el gobierno de los ángeles

La Última de Nicolás Yerovi La República

* * *
MQ ?

Para reconocer la risa autoritaria


M
1 MD C

¿Cómo evitar quedar atrapado en este sinsentido y reconocer en qué casos,


detrás de lo que aparece como la risa subversiva del demonio se oculta no
6 9 ?D>D I

solo la risa sino el poder descarnado de un régimen autoritario?


La primera señal es que el gobierno jamás ríe de sí mismo. No se incluye
entre los blancos de las burlas. Reléanse si no los titulares citados que aluden
a Fujimori. Por el contrario, según Bajtin (1974: 17) la risa popular escarne-
MD C

ce a los mismos burladores. El pueblo no se excluye a sí mismo del mundo


en evolución. También él se siente incompleto y, por tanto, objeto potencial
2

de burla. Esa es una de las diferencias esenciales que separan la risa festiva
popular de la risa puramente satírica, que solo emplea el humor negativo, se

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
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146 Carlos Iván Degregori

coloca fuera del objeto aludido y se le opone, lo cual destruye la integridad del
aspecto cómico del mundo, mientras que la risa festiva está dirigida contra
toda concepción de superioridad.
Esta misma distinción fue advertida por Mariátegui cuando comparó
el humor de Felipe Pardo y Aliaga con el de Palma. Toda la inspiración de la
sátira de Pardo “[...] procede de su mal humor de corregidor o de ‘encomen-
dero’ a quien una revolución ha igualado, en la teoría si no en el hecho, con
los mestizos y los indígenas. Todas las raíces de su burla están en su instinto
de casta” (1975: 240). Por el contrario, “ 10
institución u hombre de
la República escapó a la mordedura tantas veces tan certera de la ironía, el
sarcasmo y siempre el ridículo de la jocosa crítica de Palma” (1975: 247).
La segunda y más decisiva señal es que, puesto a la defensiva, el poder no
se ríe de sí mismo y de sus predicamentos, sino que se le cae la careta. En el
ataque es retorcidamente creativo pero en la defensa es picón, no sabe mante-
ner el buen humor cuando juega con el marcador en contra. Entonces saca la
guadaña y es, literalmente, la muerte. La primera prueba la tuvimos a un mes
de las elecciones, cuando y la Defensoría del Pueblo denunciaron

Perú 2000. Allí se les congeló la risa y los pasquines salieron a morder con el
insulto puro y duro, como se ve en el cuadro 1.

Otra careta cayó por esos mismos días cuando Toledo comenzó a subir en las
encuestas. Los pasquines no lo habían tomado en cuenta y cuando inició su
ascenso faltaba poco para terminar el partido. Entonces el candidato de Perú
Posible recibió el más concentrado chorro de lodo.
Entre la primera y la segunda vuelta, por la presión nacional e interna-
MQ ?

cional, y por el temor a que el exceso resultara contraproducente, el SIN se


vio impedido de lanzar sus grandes bombas de demolición transmitiendo
M
1 MD C

videos donde el candidato opositor aparecía en situaciones comprometedoras.


Quedaron los pasquines, que concentraron sus misiles más fétidos contra un
solo objetivo. Cada titular era a su vez un concentrado de todos los insultos
6 9 ?D>D I

y discriminaciones, algunos de los cuales habían permanecido hasta enton-


ces apenas insinuados. Por ejemplo, la discriminación racial, el “choleo” en
diarios que tienen como público objetivo principalmente al sector denomi-
nado cholo. “Choledo”, el sobrenombre generalizado del candidato, asumido
MD C

incluso por él mismo cuando se declaraba cholo o indio, sobrenombre en el


2

10. Itálicas mías.

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Una temporada en las alcantarillas 147

cual la discriminación había aparecido hasta entonces de manera disimulada,


corriendo de boca en boca entre sectores conservadores de clases medias y
altas, apareció con la fuerza, la rabia y el desprecio de antaño, pero en dia-
rios supuestamente populares. Veamos solo algunos titulares aparecidos en
apenas una semana, en vísperas de la segunda vuelta, cuando el “cholito de
Harvard”,11 “nacido para perder”,12 fue acusado de todo:

“Alejandro Toledo (a) ‘choledo’, ‘venao’, ‘terruco’ o ‘traidor a la patria’ ni siquiera


llevándolo al hospital Larco Herrera podrían arreglarle los tornillos que se le han
soltado, razón por la cual anda más cruzado que una cabra” ( 22.5.00).
“Su locura se debe a que es un inconsciente cerebral; lo que sumado a su demencia
senil lo hace actuar para llamar la atención a nivel mundial, crear el caos y tratar
de desestabilizar al gobierno” ( 22.5.00).
“Sí, Alejandro “Choledo” más conocido como el ‘venao’, resultó ser un cholo bam-
ba. Un ‘cabrilla’ de miér...coles que se arruga al menor problema. Felizmente que
se ha retirado de la contienda, porque un candidato de la calaña de él desprestigia
a todos los peruanos” ( 22.5.00).
“El toledismo prosigue con su campaña de sabotaje electoral. Al estilo de Sen-
dero Luminoso, Perú Posible busca impedir las elecciones con una escalada de
violencia” ( 23.5.00).
“Toledo hizo mitin con rojos, apristas y políticos quemados, candidato perdedor
sigue pegándola de rebelde” ( 29.5.00).
“Por culpa de Toledo se desató el vandalismo, candidato como siempre incitó al
salvajismo” ( 30.5.00).

Dos semanas más tarde, un epílogo redondea el choleo acompañándolo


con sus correspondientes epítetos: explícitos “cholo igualado” (de Harvard), e
implícitos “cholo ignorante”. Epítetos que muestran la entraña conservadora
y antipopular de esos diarios, así como por qué antiguos gamonales como los
MQ ?

Cáceres Velásquez pueden sentirse tan cómodos en Perú 2000: “Basta ya de


lamentos, cholito de Harvard y dedícate a prepararte para ver si postulas el
M
1 MD C

2005” ( 16.6.00).
Finalmente, en vísperas de la segunda vuelta, cuando el repudio po-
6 9 ?D>D I

pular comenzó a perseguir al Presidente en las plazas públicas, cayó la


última careta y las risas irónicas fueron reemplazadas por acusaciones
de terrorismo. Las escenas del mitin del 21 de mayo en Arequipa, con
un Fujimori protegido tras enormes escudos mandando reprimir a los
contramanifestantes sin dejar de moverse torpemente cual teletubbie
MD C
2

11. 24.5.00.
12. 29.5.00.

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148 Carlos Iván Degregori

Cuadro 1

FECHA DIARIO CONTENIDO


02 de marzo Diario El Comercio inventa gran trafa.
03 de marzo Diario pituco El Comercio es cueva de rojos
comunistas.
03 de marzo Comunistas controlan pituco El Comercio.
04 de marzo Rojos de El Comercio se alocan por denuncia de
diarios populares.
04 de marzo Desnudan plan de El Comercio y la Defensoría del
Pueblo. Tratan de frustrar elecciones.
04 de marzo El Comercio y Defensor del Pueblo enemigos del
Perú.
04 de marzo
descubrieron todo. Pobre populórum, ¿en mano de
quién estás?
05 de marzo Comunista Mohme dicta serie de mentiras a rojo
Uceda de El Comercio.
05 de marzo Comunista Uceda de El Comercio coimeó a
loquito asesino y le regaló viaje a Costa Rica.
05 de marzo Gran trafaza preparaban El Comercio y Defensor
rojo.
05 de marzo El Defensor del Pueblo usa choro, asesino y loco
como gran testigo.
05 de marzo Rojos y Defensor del Pueblo trafero tomaron
control de El Comercio.
05 de marzo Defensor del Pueblo zafa y tira caca a
El Comercio.
05 de marzo Calatean farsa del Defensor del Pueblo
y El Comercio.
MQ ?

06 de marzo Defensor del Pueblo mentiroso quiere limpiarse


tirando dedo a comunistas de El Comercio en trafaza
M
1 MD C

06 de marzo Defensor del Pueblo tira barro a El Comercio.


06 de marzo Defensor del Pueblo rojazo y El Comercio, socios en
6 9 ?D>D I

comunistas.
06 de marzo Rojos, Defensor del Pueblo y El Comercio socios
en la farsa.
07 de marzo El Comercio coimeó a delincuentes prófugos.
07 de marzo Al descubierto gran trafa de El Comercio, Defensor del
MD C

Pueblo cómplice en el engaño.


2

07 de marzo Defensor del Pueblo y pitucos de El Comercio ahora se


tiran la pelota.

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Una temporada en las alcantarillas 149

maligno al ritmo del Chino son dignas por sí solas de un estudio sobre la
risa y el poder como espectáculo.

Los límites del terrorismo informativo

La estrategia mediática del régimen tocó esos días sus límites, precisamente
cuando el monopolio de la TV de señal abierta llegaba al clímax con la trans-
misión en vivo y en cadena del mitin de cierre del presidente-candidato. El
balance de esa estrategia permite varias lecturas. Una de ellas diría que la
estrategia logró un éxito notable. En medio de una prolongada crisis econó-

tipo PROFAM,
netamente adversa gracias en buena parte a su política mediática. Al éxito
del gobierno contribuyó el carácter masivo e inédito de la guerra sucia, pero
también el tipo de adversarios que enfrentó.
La guerra sucia contra Andrade fue la más abrumadora, comenzó muy
temprano porque el alcalde fue el primero en lanzar su candidatura y siguió

surgidos en la década fujimorista que trató de construirse como partido, con


programa, plan de gobierno y bases organizadas. Eso le permitió resistir la
guerra sucia, aunque cada vez más maltrecho, hasta que surgió Toledo.
El cuadro 2 le pone de alguna manera cifras y curvas al análisis que hemos
realizado en las páginas previas y permite visualizar mejor la masividad de
la campaña en la prensa amarilla y los blancos contra los cuales esta disparó
sus baterías entre el 11 de enero y el 10 de marzo de 2000.
Vemos que contra Andrade se desarrolló un clásico enfrentamiento clasista,
aprovechando los problemas de la alcaldía en su política respecto al centro
histórico,13 para construirle una imagen de pituco prepotente y enemigo de los
MQ ?

pobres (39% de menciones). El éxito de esa campaña se muestra en el cuadro 3.


Un mes antes de las elecciones presidenciales, más de la mitad de los li-
M

meños consideraba representante de los ricos y abusivo a quien había ganado


1 MD C

las elecciones municipales en 1995 y 1998. Más aún, con la excepción de Villa
el Salvador en 1995, Andrade había ganado fundamentalmente en distritos de
6 9 ?D>D I

clase media, mientras en octubre de 1998 ganó también en Ate, Comas, San
Martín de Porres, Villa María del Triunfo y nuevamente en Villa el Salvador.14
MD C

13. Choques con vendedores ambulantes ante la pasividad policial, acoso de los trabajadores
2

del SITRAMUN, por ejemplo.


14. Somos Perú ganó también en San Juan de Lurigancho, pero luego “perdió en la mesa”
ante Vamos Vecino, a partir de dudosos forcejeos en el recuento de votos.

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150 Carlos Iván Degregori

Quince meses después, el régimen lo había moldeado a su imagen y semejanza,


tarea facilitada por los errores del propio Andrade.
La debilidad estratégica de las candidaturas opositoras estaba en su
fragilidad institucional, que los llevaba a cometer errores tácticos en sus
campañas. Ello puede verse más claramente en el caso de Solidaridad Nacio-
nal y Castañeda Lossio. Sin equipo ni programa, su candidatura resultó más
deleznable. Surgió tarde, avanzó haciendo el muertito mientras el candidato
no se pronunciaba y cayó pronto. Para marzo, los ataques contra Castañeda
prácticamente habían cesado, mientras continuaban contra Andrade y se
iniciaban fulminantes contra Toledo (véase cuadro 4).
También contra Castañeda, la campaña de los medios gobiernistas fue
exitosa. El 34% de limeños consideraba que había estafado a los pescadores
y el 35% que quería liberar a los terroristas chilenos (cuadro 3). Aunque los
porcentajes no llegan a ser tan altos como en el caso de Andrade, hay que ad-
vertir que la actuación de Castañeda en la Caja del Pescador era prácticamente
desconocida por la ciudadanía antes de la campaña electoral, y que fue objeti-
vamente falso que Castañeda pidiera la libertad de los terroristas chilenos.15
Cuando comenzó a ascender en las encuestas, la organización de Toledo
era casi tan feble como la de Castañeda, pero cometió menos errores en su
campaña y, sobre todo, proyectó una imagen que logró abrir una grieta signi-

Fujimori corría en solitario.


Otra lectura nos diría que la estrategia del gobierno fue un fracaso, pues
a pesar de su control mediático y su guerra sucia, el gobierno tuvo que mon-
tar de todos modos el proceso electoral más groseramente fraudulento de
nuestra historia contemporánea para poder imponerse. La mayor falla de su
estrategia fue exhibir demasiado sus mecanismos de demolición, desoyendo
MQ ?

No se debe repetir el credo hasta la saciedad. Sobre todo no creer que la mejor
M

manera para servir al gobierno nacional sea hacer retumbar marchas noche tras
1 MD C

noche. La radiodifusión no debe ser descaradamente machacona pues se nota la


intención y uno se disgusta.16
6 9 ?D>D I

Ya hacia noviembre de 1999, un 48% de encuestados consideraba que


los diarios llamados “chicha” estaban manipulados por el gobierno, mientras
MD C

15. La encuesta no incluye preguntas sobre la estabilidad emocional del candidato, por lo
2

cual no podemos saber en qué medida caló el mensaje que lo presentaba como “nervioso”.
16. Goebbels. Citado en: Carlos Bejarano, “Periodistas o pájaros”. 9.4.00:10.

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
Una temporada en las alcantarillas 151

Cuadro 2

En contra de los pobres, burgues (“pituco”) 64 30 0 0


Agitador, violentista y pro terrorista 35 1 0 0
Trastornos emocionales 1 39 0 0
Asociado a entorno homosexual 0 9 0 0
Ingresos económicos dudosos. Estafa 0 26 10 0
Mentiroso 0 0 5 0
Relación con Alan García 1 5 0 0
0 0 0 31
En contra del terrorismo 0 0 0 12
Obras 0 0 0 10
Otros 22 6 4 8
TOTAL 123(39%) 116(36%) 19(6%) 61(19%)

: , , , , , .
: , n.° 27, Transparencia, marzo de 2000.
MQ ?
M
1 MD C
6 9 ?D>D I
MD C
2

: , n.° 18, Transparencia, enero de 2000.

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
9M :P = F 2 I M< C , = F> I M< M LP > D= =D=P? D < ? <D <> D I0? >63.
2M < ? AM =D=P? D < I , ,
2 MD C 6 9 ?D>D I 1 MD C M MQ ?
2M < ? AM

3 M
9M :P
MD 2<M
=D=P? D <
= F 2 I M< C , = F> I M< M LP
6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D
I , ,

Cuadro 3
D><, <P
>
CPD?< ? 1 = M
D= =D=P? D <

Andrade es sobrado y representa a los ricos 59 33 8


Andrade es abusivo 54 36 10
5PED MD
? <D <> D I0? >63.

Castañeda estafó a los pescadores 34 33 33


Castañeda quiere liberar a los terroristas
<?D DM 8 I

chilenos 35 40 25
Toledo asesoró a CLAE 57 23 20
Toledo es un mentiroso 46 34 20
Fujimori es corrupto/protege a los corruptos 36 49 15
DI

Fujimori quiere perpetuarse en el poder,


- D/ 6 9 ?D>D I

es un dictador 54 35 11

Total de entrevistados en Lima: 512.


, Apoyo, marzo de 2000.
Una temporada en las alcantarillas 153

que solo un 27% pensaba que las campañas contra Andrade y Castañeda las
desarrollaban porque eran “simpatizantes del presidente Alberto Fujimori”.

solo involucra a un emisor y a un receptor pasivo, parado frente a un kiosco


o sentado frente a su aparato de televisión. Se ha insistido en el carácter ac-

sentimiento de indignación moral en un sector importante de la ciudadanía.


Más aún, no se trata solo de receptores activos pero atomizados y en el
aire, sino inmersos en un contexto socioeconómico en el cual se incubaban
muchos descontentos: crisis económica, falta de empleo, centralismo, que no
encontraban expresión en los medios ni representación en candidato alguno.
Finalmente, faltando un mes para la primera vuelta electoral, se reeditó un
fenómeno en cierta medida similar a otro que había tenido lugar diez años
antes: la irrupción de un candidato hasta ese entonces marginal. Otra vez, le-
vantándose contra el poder de los medios, los electores volvieron a fabricar su
propio candidato: Alejandro Toledo. Cuando la prensa gobiernista se abalanzó
sobre él, era muy tarde. No solo porque faltaba muy poco tiempo para el día

sus descontentos y decidió no recepcionar mensajes en su contra.


Muchos no quisieron enterarse de la vida privada del candidato, o porque
estaban hartos de que la TV y los diarios hurgaran en sus intimidades, o por-
que no lo consideraban importante o porque simplemente ya habían decidido
IMASEN, apunta agudamente que cuando los

tratan de cambiársela. En otras palabras: apagan la tele.17 De esta forma, en


una encuesta de Datum realizada después de la primera vuelta, pregunta-
dos por qué no habían votado por Perú Posible, solo el 2,9% del electorado
MQ ?

femenino, a escala nacional, respondió que no lo hizo por el caso de la hija


supuestamente abandonada por Toledo y un 3,2% por las declaraciones del
M

candidato sobre los comedores y el Vaso de Leche, exageradas por los medios
1 MD C

18
6 9 ?D>D I
MD C
2

17. , 4.5.00: 74.


18. , 4.5.00: 73.

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
9M :P = F 2 I M< C , = F> I M< M LP > D= =D=P? D < ? <D <> D I0? >63.
2M < ? AM =D=P? D < I , ,
154 Carlos Iván Degregori

Cuadro 4

FECHAS

CANDIDATOS 31 enero
11-20 21-30 10-19 20-29 01-10
– 09 Total
enero enero febrero febrero marzo
febrero
Alberto Andrade 19 23 18 34 21 8 123
Luis Castañeda 58 10 35 0 7 6 116
Alberto Fujimori 4 1 13 8 20 15 61
Alejandro Toledo 0 0 0 0 0 19 19
MQ ?
M
1 MD C
6 9 ?D>D I

: , no 18, Transparencia, enero de 2000.


MD C

Elaboración: Pablo Sandoval.


2

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
9M :P = F 2 I M< C , = F> I M< M LP > D= =D=P? D < ? <D <> D I0? >63.
2M < ? AM =D=P? D < I , ,
La obsesión de la prensa amarilla por feminizar a los candidatos opositores
-
plos de masculinidades subordinadas, incapaces para el ejercicio del poder
autoritario, que implica fuerza y control.
Como se sabe, la teoría feminista distingue el sexo biológico del género,
que sería la simbolización cultural de esa diferencia biológica. Por consi-
guiente, si bien hombres y mujeres están determinados biológicamente, la
manera en que los hombres se comportan masculinamente y las mujeres fe-
meninamente, es decir el género, es una construcción cultural y varía de una
sociedad a otra, de una época a otra. De esta forma, no hay una sino varias
masculinidades históricamente diferenciadas.
Más aún, el género se inserta en complejas estructuras de poder, en las
que las inequidades entre hombres y mujeres se articulan con inequidades
de clase, etnicidad, edad, orientación sexual, entre otras. Por tanto, cada

su ubicación socioeconómica, su capital simbólico y el grado de poder que


MQ ?

ostenta (Kaufman 1997: 127). Existen, entonces, masculinidades hegemó-


M

nicas y subordinadas.
1 MD C

El rasgo común de las formas dominantes de la masculinidad contempo-


ránea es que se equipara ser hombre con tener algún tipo de poder (Kaufman
6 9 ?D>D I

1997: 127). La fuente de este poder no está en la psique individual sino en la


sociedad que enseña e ejercer ese poder como natural y propio. Desde niños
nos socializamos en espacios patriarcales —escuela, iglesias, medios masivos,
mundo laboral— que van cimentando una visión masculina del mundo y que
MD C

moldean personalidades masculinas con una gran capacidad de exclusión.


En otras palabras, las relaciones de género y en especial la masculinidad se
2

construyen a partir de una interacción entre la personalidad individual y las

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
9M :P = F 2 I M< C , = F> I M< M LP > D= =D=P? D < ? <D <> D I0? >63.
2M < ? AM =D=P? D < I , ,
156 Carlos Iván Degregori

instituciones y estructuras de poder patriarcales. De este modo, poder y gé-


nero enrumban por un mismo y tortuoso camino. Según Kaufman:

La adquisición de la masculinidad hegemónica (y la mayor parte de las subordi-


nadas) es un proceso a través del cual los hombres llegan a suprimir una gama de
emociones, necesidades y posibilidades, tales como el placer de cuidar de otros,
la receptividad, la empatía y la compasión, experimentadas como inconsistentes
con el poder masculino. (1997: 127)

De acuerdo con Giddens (1996: 248), al apartarse de la fuente emocio-


nal de sus vidas, muchos hombres de diferentes clases y categorías dieron
origen a lo que se denomina la “inexpresividad emotiva masculina”. En
general, dejaron que las mujeres se ocuparan de esas áreas en su calidad
de “especialistas del amor”. Sin embargo, tales emociones y necesidades no
desaparecen; simplemente se reprimen porque se asocian con la feminidad
rechazada y porque podrían restringir la capacidad y el deseo de autocontrol

desarrollar relaciones jerárquicas. Lo contrario sería femenino. El machis-


mo tradicional está asociado, por tanto, a personalidades e instituciones
autoritarias. Los hombres tienen que construirse una coraza impenetrable,
mantener el control, dar las órdenes, lograr objetivos y vencer. Mientras
tanto, aprenden a eliminar sentimientos, esconder emociones y suprimir
necesidades (Kaufman 1997: 120).
Pero el poder asociado con la masculinidad dominante puede convertirse
en fuente de enorme dolor pues sus símbolos constituyen, en última instancia,
ilusiones infantiles de omnipotencia, imposibles de lograr. Los hombres siguen
experimentando una gama de necesidades y sentimientos —receptividad,
empatía, compasión— considerados incompatibles con el concepto dominante
MQ ?

hombre, lo cual, en una sociedad que confunde sexo con género, quiere decir
M

no ser macho. Este temor tiene que ser reprimido porque atenta contra los
1 MD C

fundamentos de la personalidad masculina dominante. En nuestra sociedad


“este temor se experimenta como homofobia o, para expresarlo de otra ma-
6 9 ?D>D I

nera, la homofobia es el vehículo que simultáneamente transmite y apacigua


este temor” (Kaufman 1997: 131-132). Cuanto más alta se ubica la varilla de
la masculinidad y cuanto más inseguridad se tenga de no estar a la altura de
ese Rambo imaginado, mayor la homofobia.
MD C

Feminizando a los opositores, la prensa amarilla practica el exorcismo.


Arroja fuera sus propios temores y los deposita en los opositores, convir-
2

tiéndolos en chivos expiatorios. Así, mientras Fujimori es un asceta que solo


duerme tres o cuatro horas, vive solo desde su separación, sin poder rehacer

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
Género y política en el fujimorismo 157

su vida1 porque trabaja “día y noche, sin descanso”,2 “[el] Jardinero Andrade

y solo come diez veces al día” ( 8.7.99).


Pero cuando la prensa amarilla hace escarnio y se ríe de quienes se
desvían del ideal corporal machista del guerrero, se ubica en las antípodas
de la risa popular carnavalesca, que se ríe de sí misma y subvierte el orden
celebrando, entre otras transgresiones, los excesos en la comida y la bebida.
La prensa amarilla ha internalizado el disciplinamiento y la domesticación
del cuerpo impuesta desde el poder, como parte de su sistema de vigilancia
y castigo, ejercido en este caso a través de la burla.3

La apoteosis del patriarca

El antropólogo ecuatoriano Xavier Andrade relata cómo, ante la amenaza de


cierre del Banco del Progreso, el alcalde de Guayaquil, León Febres Cordero,
líder conservador y “personaje que es percibido generalmente como ilus-
trativo de una forma de masculinidad local” convocó a un mitin en marzo de
1999: “¡Yo no me agüevo jamás!”, vociferó Febres abriendo su discurso desde
los balcones de la alcaldía y provocando el estruendo de decenas de miles
de personas. Pero ese inicio no fue solo un recurso retórico de Febres para
enardecer a las masas. En realidad, fue su respuesta a los manifestantes que
lo esperaban cantando “¡León, no te agüeves!” (Andrade 2000: 149).
El acto de “agüevarse” denota una falta de virilidad de carácter pasajero,
que la arenga masiva trata de impedir para avanzar en su agenda política. Con
su “¡Yo no me agüevo jamás!”, Febres intenta por su parte brindar un carácter
estable a una virilidad vista por las masas como potencialmente frágil, por
más que se trate de un personaje famoso por su dureza. Él “jamás” revela
la paradoja de una virilidad construida para mantenerse perpetuamente al
MQ ?

-
M

su carácter como construcción cultural (Andrade 2000: 150). Según Andrade,


1 MD C

como miembro de la burguesía, Febres era percibido por los manifestantes


como aniñado, alguien quien por su dinero, poder, educación y vida cómoda ha
6 9 ?D>D I

del año 2000.


MD C

2. Palabras del ing. Fujimori en su discurso ante las FF. AA., Policía Nacional y el SIN el
2

29.7.00.
3. Sobre el disciplinamiento del cuerpo por el poder capitalista, también sobre el poder
que vigila y castiga, véase Foucault (1979) y Sennett (1997).

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
9M :P = F 2 I M< C , = F> I M< M LP > D= =D=P? D < ? <D <> D I0? >63.
2M < ? AM =D=P? D < I , ,
158 Carlos Iván Degregori

que se perciben a sí mismos como inherentemente machos y exigen que, para


representarlos, la burguesía pruebe su masculinidad, la construya como el

proporciones que la obscenidad manda (Andrade 2000: 150).4


Andrade nos presenta un ejemplo muy concreto de cómo las culturas
-
gurando un círculo vicioso que consolida el orden patriarcal y machista.
El avance de la modernidad, el desarrollo del mercado y de los movimien-
tos sociales, especialmente el movimiento feminista, resquebrajaron ese
orden patriarcal, en todo el mundo y también en el Perú. Muchos estados
han recogido las demandas que surgen de la sociedad, en algunos casos se
han adelantado a ellas, y han atenuado la inequidad de género y sofrenado
el machismo. En ese terreno, si bien se han producido avances legales en
políticas sociales y en la participación pública de la mujer, en el terreno
-
dad del mandatario, el papel de las FF. AA., de los medios de comunicación
e incluso el que juegan varias de las mujeres más destacadas del régimen
contribuyen a reforzar el patriarcalismo más tradicional. Porque el género
no es algo decorativo ni políticamente neutral. Los discursos de género do-
minantes articulan, catalizan y movilizan prácticas de dominación política.
Como señala Giddens:

[... los] personajes de la política que activan permanentemente nociones de mas-


culinidad para su ejercicio de poder, son igualmente dominantes y van desde el
desenfrenado “macho” que utiliza los espacios públicos como extensión de su
hipermasculinidad, hasta el frío tecnócrata cuya capacidad de control lo consti-
tuye como un ordenador civilizatorio. (1996: 159)

Si el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo fuese ejemplo del


MQ ?

macho de sexualidad desbocada,5 tanto Fujimori como los agentes del SIN
M

o los tecnócratas que acaban de regresar al gabinete con Carlos Boloña a la


1 MD C

cabeza serían ejemplos de tecnócratas fríos, sin asomo de Parkinson, “no


les tiembla la mano” en ninguna circunstancia. Pueden inaugurar obras,
6 9 ?D>D I

las mujeres?
MD C
2

4. La “yuca”, como símbolo del Chino, podría considerarse un equivalente en el caso


peruano actual.
5. Personaje de la novela de Mario Vargas Llosa,

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
Género y política en el fujimorismo 159

La prensa amarilla produce un doble discurso en el que a las audaces


y en apariencia liberadas que exhiben sus cuerpos en las primeras planas y
son objeto de sus chismes, se les exige6 una moral convencional como madres
y esposas.
El 28 de junio una nota editorial de aconseja a sus lectoras y a tra-
vés de esos consejos expone los dos mandatos, en apariencia contradictorios,
y la forma en la cual las mujeres comunes, que no aparecen en sus primeras
planas, pueden cumplirlos y salvar sus matrimonios.

Estas líneas se las dedico a todas las mujeres que siguen esta columna y como lo
prometí para ellas un sano consejo que les puede servir...
Expongo lo que a mi concepto considero lo que no hacen bien, es por ello que no-
sotros los hombres muchas veces nos alejamos y buscamos ver en otras personas
lo que nuestras mujeres no muestran en casa. Ello es el descuido, la dejadez de
ánimo... y veo que mayormente las mujeres descuidan hasta sus atuendos, bajo
el pretexto que están dentro de casa.
No es así, y no debe ser así. No es posible que una persona descuide sus uñas
(todas despintadas), no se peine, no se lave y se acostumbre a las sayonaras. No
es aceptable para nosotros los hombres que, se supone debemos valorar a una
mujer, nos demos con la sorpresa que la nuestra, sea la esposa o conviviente, nos
espera al regresar del trabajo toda descuidada, inclusive sin lavarse.
Los hombres en realidad valoramos el esfuerzo de una buena mujer por más
hijos que ésta tenga y ello radica en la forma muy especial cuando no se descuida
para nada, su cara, sus pies, y manos, como repito no solo es lavarse la cara y
punto. Es saberse dar tiempo para tratar de verse más agradable ante su esposo,
o pareja. No descuidar el pintado de las uñas (son desagradables cuando están
MQ ?

despintadas) peinarse y ponerse una ropa cómoda y coqueta si es posible.


M

Todo el secreto está en saber estar a la altura de la coquetería y no dejarse llevar


1 MD C

por la dejadez. No podemos decir vagamente que se descuidan por culpa de los
hijos. La dejadez se convierte en hábito cuando se pierde el interés en verse
6 9 ?D>D I

agradable. Es allí donde pecan de ingenuas y generarán que el hombre busque


en la calle lo que no encuentran en su casa.
Estas líneas pueden servir a las mujeres ya que en ellas se encierra la razón de los
cuernos y, por qué no decirlo, el rompimiento del vínculo en muchos hogares...
Si estás leyendo estas líneas, tan solo pon atención a tu cuerpo y si no tengo la
MD C
2

6. Y ellas mismas exigen, como se deduce de sus declaraciones a esos medios.


7.

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
160 Carlos Iván Degregori

razón da vuelta la página o caso contrario trata de cambiar y salvarás tu hogar.


Uno nunca sabe más que los demás, sin embargo sé que tengo la razón.
Con amor
Eddie
PD.- La coquetería es parte del encanto de una mujer. No necesariamente tienes

sin pecar en la exageración. También un hombre se enamora de la belleza espi-


ritual y si la tienes tendrás un lugar, ocuparás su espacio ya que un hombre, un
buen hombre es lo que en una mujer más valora.
OTROSÍ.- No quiero tocar el tema del sexo ya que eso depende de cada persona
y su intimidad, pero sí me atrevo a darles un pequeño consejo. En el sexo, no
puede ni debe existir “tabús” ya que la entrega debe ser total, sin complejos y
sobre todo saber dar para recibir. El amor permite lo inconcebible y sepan ser
accesibles a sus fantasías y deseos, es mi concepto y con él me quedo.
Gracias.

Salvo el fetichismo de Eddie con las uñas femeninas, la columna repite los
lugares más comunes del machismo tradicional, que sin embargo resultan muy
útiles para entender cómo la prensa amarilla puede encajar tan fácilmente
dentro del proyecto autoritario. Solo algunas anotaciones:
Según Eddie, “las mujeres que siguen esta columna” son amas de casa que
cuidan todo el día de los hijos, lejos de las mujeres populares que trabajan,
pero tal vez cerca de las que han perdido el empleo o subempleo y han vuelto
al hogar. En todo caso, el ama de casa sigue siendo su mujer ideal.
Si las mujeres trabajadoras cumplen “doble jornada”, laborando fuera de
casa y luego atendiendo las tareas del hogar, las de Eddie deben cumplir otra
doble jornada: atendiendo el hogar y cuidando su apariencia, especialmente
sus uñas. Es que sobre ellas pende como espada de Damocles la amenaza del
patriarca: el hombre buscará en la calle lo que no encuentra en su casa. A
MQ ?

-
M

que, porque ella es por naturaleza sedentaria y pertenece al ámbito privado.


1 MD C

Fuera están las mujeres de las primera planas, de uñas muy bien cuidadas,
con las cuales cualquier quisiera encontrarse al volver a casa. Misión
6 9 ?D>D I

Imposible III: competir con ellas “por más hijos que tengas”. Por eso, tal vez
para reducir la angustia femenina, la postdata matiza con benevolencia con-
movedora el mandato patriarcal: “no necesariamente tienes que ser bella”.
Pero eso sí, arreglada... ¡y liberada!
MD C

Porque la clave está en el OTROSÍ


negociada que está dispuesto a permitir el machismo de la prensa amarilla. “En
2

el sexo no debe existir ‘tabús’.” Ruptura con la moral victoriana, que prescribía la
pose del misionero y las mujeres en camisón con apertura. “Liberación” sexual

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
Género y política en el fujimorismo 161

pero dentro de la casa (o más precisamente dentro de la cama) y dentro de la

para el hombre, que se sigue reservando el derecho de salir de cas/za.

¿Tiene todo esto algo que ver con la política peruana? Sí, porque como hemos
visto la política no se desarrolla en un compartimiento estanco.
Una de las revoluciones más importantes y duraderas del siglo XX ha
sido el resquebrajamiento de las estructuras patriarcales de dominación y
el acceso de la mujer a una mayor equidad en el ámbito privado y un mayor
acceso al ámbito público.8 El poder patriarcal se bate en retirada pero no sin
oponer resistencia, negociando para adecuarse a las actuales circunstancias
en las que ya no es posible “la dominación total”.9
En el Perú, donde el acceso de la mujer al mercado de trabajo y a la vida
política ha sido notorio en las últimas décadas, los dos ejemplos más impac-
tantes de incorporación negociada de la mujer a la política y de reformulación
del imaginario social sobre lo femenino se encuentran en Sendero Luminoso
y el fujimorismo. Estos dos proyectos, por cierto muy distintos aunque empa-
rentados por el autoritarismo, han incorporado sorprendentemente mujeres

políticos con un discurso democrático no han logrado traducir estos discursos


en una práctica que promueva de la equidad de género.10 Es que tal vez sea
más fácil la incorporación de mujeres a proyectos autoritarios, pues implica
compromisos negociados con el patriarcalismo tradicional y no una ruptura
fundamental con él.
De esta forma, a las mujeres audaces y liberadas pero subordinadas al
macho de la prensa amarilla, corresponderían las mujeres guerreras pero
MQ ?

subordinadas a los caudillos patriarcales de Sendero Luminoso y del fujimo-


rismo. SL llegó a extremos demenciales, convirtiendo a sus militantes muje-
M
1 MD C

res no solo en guerreras en sentido literal de la palabra sino en terroristas,


encargadas de dar el tiro de gracia en muchos asesinatos.
-
6 9 ?D>D I

jos, por cierto, de esos extremos, pero apuesta también a incorporar mujeres
en alcaldías, puestos públicos, Congreso, ministerios. Este año copan la mesa
MD C

8. Para un balance del movimiento de mujeres véase entre otros, Vargas (1992).
9. El término es tomado de Portocarrero (1993).
2

10. Esa es una de las causas más importantes de la obsolescencia de los partidos tradicionales

3 M MD 2<M 6Q I -D/7< ?V><?< ? < <I D D><, <P CPD?< ? 1 = M 5PED MD <?D DM 8 I DI - D/ 6 9 ?D>D I
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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
162 Carlos Iván Degregori

directiva del Congreso. Son mujeres que juegan un papel activo y liberado,
pero masculinizadas. En ese sentido, y políticas se encuentran en
los dos extremos del patriarcalismo negociado. A las primeras se les exige
ser liberadas pero hiperfemeninas, literalmente objetos de placer (sin tabúes
sexuales). Las segundas se liberan pero para ayudar al patriarca a ejercer un
control,11 que ellas también disfrutan ejerciendo.
Son las enfermeras sádicas de , pero subordinadas
militantemente al macho que dirige el hospital. Martha Hildebrandt tiene
predilección por el control lingüístico, ¡guay del periodista que cometa erro-
res gramaticales!, y ahora se prepara a trasladar una disciplina todavía más
férrea al Congreso. Con el Presidente, sin embargo, a Hildebrandt le sale el
lado maternal: “yo le digo, duerma sr. Presidente”. Pero del resto, ninguna duda
en desenvainar la espada y convertirse en gladiadora. Laura Bozzo hubiera
estrangulado a Feliciano con sus propias manos.12 Si hubiera sido policía,
Martha Chávez se hubiera sentido con todo el derecho a disparar al cuerpo
de los manifestantes el 28 de julio.13 La ministra Cuculiza llamó “viejos decré-
pitos” a los miembros de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que
ordenaron revisar el proceso a los cuatro chilenos del MRTA: “se necesita no
ser peruano y no tener sangre en las venas para aceptar ese fallo. Bien hecho
que el Presidente es remacho y ha dicho aquí nomás”.14
Pero la ministra es una amazona tránsfuga, porque las originales no
reconocían autoridad de varón mientras ella es una soldado dispuesta a dar
batalla donde el remacho decida: “Yo no puedo caminar a paso ligero mientras
él no ha tomado una decisión. Él sabrá dónde lo voy a ayudar a trabajar”.15
Eliane Karp podría compartir ciertas características de las mujeres de
Fujimori, pero al no estar en el poder no es posible saberlo. En todo caso, al
margen de cómo se evalúe su actuación pública, Karp no aparece subordinada
a un Toledo “macho”.
MQ ?

Fueron y el diario , que a pesar de todo se ubican fuera del


universo de la prensa amarilla, quienes levantaron sistemáticamente lo que
M
1 MD C

11. “El partido tiene mil ojos y mil oídos” sin distinción de género, habría que añadir.
6 9 ?D>D I

12. Véase “La captura de Feliciano y la batalla por la memoria”, capítulo 16, en la parte II de
este mismo volumen.
13. Declaraciones en “Beto a saber”, , 31.7.00: “A esos vándalos, si la policía hubiera
tenido el propósito de causar daño, con todo derecho les hubiera disparado a matar...
Para evitar que esos seis peruanos murieran quizá se habría tenido que matar a 50 con
MD C

14. Mayoría de diarios, 25.6.99.


2

15. , “Agenda del Día”, 1.9.99. Comentando su posible participación en la plancha


presidencial gobiernista.

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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
Género y política en el fujimorismo 163

originalmente fue un “ampay” de . Según esta versión, Toledo y


Karp no estarían casados. Ella sería “su socia” y ambos “una sociedad”. Parecen
no darse cuenta de que el matrimonio es también una “sociedad conyugal”. En

mucho más
Por eso Eliane Karp, como en su momento Susana Higuchi, que no era
solo socia sino motor principal de los negocios del matrimonio Fujimori,16
desbordan los marcos de negociación patriarcales, se convierten en un peli-
gro y tienen que ser destruidas. Fujimori no dudó en encerrar a su esposa en
Palacio, disputarle los hijos, anularla políticamente en las elecciones de 1995,
mostrando no solo su mezquindad personal sino la venganza del macho con
la hembra que no sabe cuál es su sitio.
En el caso de Eliane Karp, rompiendo las barreras entre lo público y
lo privado, la prensa amarilla prolonga esa horizontalidad en la vida po-
lítica hacia la vida privada, transformando a Toledo automáticamente en
un cachudo, “cabrilla”, porque no es de Eliane, solo es su socio, no la
puede controlar. En ese universo jerárquico, una relación horizontal cons-
tituye la negación radical de la masculinidad dominante, Toledo no puede
ser varón heterosexual: “... esta ‘tramposa’ remata su ‘papa... ya’ al primero
que encuentra... y me está dejando sin zambos... me quiero morir... síííí...”
( 23.5.00).
Si tienen una relación horizontal en la política, entonces ambos pueden
“salir de casa”. Toledo tampoco podría controlar entonces la sexualidad salida
de madre que parecería ser característica, sino de todas las mujeres, al menos
de las que se salen de “su lugar” y no aceptan la subordinación al macho:

“Eliane no perdonó ni al personal de limpieza del lujoso hotel donde se hospe-


daba. Dicen que se les chantó a todos y los dejó extenuados. Sí, porque la gringa
MQ ?

es una insaciable de primera. ¿Y cómo dura tanto? Se mete unos tiros bravos que
la ponen como una leona sedienta de placer” ( 24.4.00).
M

“[...] mejor será que siga poniéndole los cachos a su marido, como está acostum-
1 MD C

brada, en lugar de estar hablando estupidez y media...” ( 22.5.00).


6 9 ?D>D I

Detrás del “desborde popular” y la informalidad cachosa o lumpenesca de


la prensa amarilla, se advierte así una de las facetas más repulsivas y retrógra-
das de nuestra cultura, azuzada desde el poder para envilecernos, bloquear la
democratización de nuestra vida cotidiana y nuestra práctica política.
MD C
2

16. Ella manejaba el dinero, él era un simple profesor universitario. Véase Jochamowitz
(1993).

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2M < ? AM =D=P? D < I , ,
(Father of the Motherland)

. Hojeo , uno de los diarios del congresista


Moisés Wolfenson y en la página 4 encuentro, ¡oh sorpresa!, una columna de
opinión. Es un artículo escrito en respuesta a Alberto Andrade que, cansado
de insultos, llamó “diarios basura” a y sus congéneres.
La leo y recibo una descarga de odio que solo he sentido al leer ,
vocero senderista, o , vocero del MRI, que agrupaba a
los grupúsculos hermanos de SL en diferentes partes del mundo. Pocos la
habrán leído, porque el fuerte de no son las páginas editoriales. Sin
embargo, revisar los diarios del SIN después de leer esta columna permite
verlos bajo otra luz, descubrir cómo detrás del tono frívolo, la cachita y los
colores alegres asoman las mil caras del odio, el resentimiento y la muerte,
que son su marca de fábrica y los convierten —hasta cierto punto— en una
prensa pornosenderista.
Así, el autor se pone el pasamontañas, titula la nota “El diario de un

de guerra: Eddie. Transcribimos la columna advirtiendo que las frases que a


continuación se reproducen pueden herir susceptibilidades:
MQ ?

El diario de un desconocido1
M

Hace mucho tiempo no hago una ecuación política; no se extrañen que estoy
1 MD C

adquiriendo experiencia y creo que así se aprende a ser “Analista Político”, como
muchos atorrantes se hacen llamar, verdad, Pedro Planas, Fernando Rospigliosi,
6 9 ?D>D I

etc., etc.

BASURA + ESTIÉRCOL = ALBERTO ANDRADE CARMONA.


—Sí, a ti te dedico esta columna, gordo mentiroso, tramposo, acosador, difamador,
MD C

calumnidador, ególatra, soberbio, creído y sobre todo, estúpido; ya que entre


2

1. , domingo 20 de febrero de 2000. Mayúsculas y negritas en el original. Los


errores de redacción son fallas de origen.

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2

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166 Carlos Iván Degregori

todos los políticos tradicionales eres un TONTO ÚTIL, solo mira a tu alrededor y
te darás cuenta quiénes postulan en tu lista; no menciono nombres, ya me cansé

ganador, triunfador, campeón; ¿de qué?


De haber salido dos veces de alcalde de Lima, de haberle mentido al pueblo que
no postularías a la Presidencia, cuando esa era verdaderamente tu intención
farsante; de haber traicionado a tu agrupación política el PPC, la misma que te
dio la oportunidad de ser conocido y crear tu propia agrupación “SOMOS NADA”,
sin lineamientos ni principios, ni ética ni planes de gobierno sino con una sola
consigna: hay que derrotar al chino. ¿Me equivoco?, pero quiero ir más lejos; por
qué no me demuestras y a todos los simpatizantes que crees tener; (ya que solo
te usarán como un “condón”, para luego tirarte al piso) que estoy equivocado, que
terminaste de estudiar Derecho, que egresaste como bachiller, que te recibiste
de abogado, que llevaste maestría y que culminaste doctorado.
Qué otro idioma hablas: pruébamelo, demuéstrame que sabes “another langua-
ge”, requisito indispensable para doctorarse, o crees que las frases salpicadas de

que utilizas contra el gobierno es otro requisito de acuerdo a tu ignorancia para

No vas a salir nunca presidente del Perú y ¿sabes por qué?, muy sencillo: no tienes
clase, cultura, modales, trato, profesión, lo poco que sabes de municipalidades
es porque siempre ha sido al guerrazo, dominando con el apoyo de tus miles de
cascos azules, mismo dictador; y si alguna vez te iba bien en la empresa “ALDA”
de tu señora esposa, quien me merece todo el respeto y admiro por (soportarte),
quien sinceramente es una dama y lo reconozco, se lo debes a ella ¿o no?. Me
olvidaba, ¿nunca acosaste a una empleada? ”OJO” es una pregunta, no soy como
la colega Magaly Medina, pero mi pregunta es directa.
Hoy por hoy te has atrevido a llamarnos prensa basura, mira TONTO ÚTIL recorre
Lima un poquito, ya que por tu campaña la tienes abandonada muchos meses
¿verdad? Y te darás cuenta con tu realidad. Lima hoy en día es una basura gracias
MQ ?

a tu dejadez, tu pretensión, ambición, mariconada, capricho y demás cojudeces


de querer ser presidente, basta ya infeliz y compórtate como un hombre, aunque
M
1 MD C

CON AMOR.
6 9 ?D>D I

EDDIE.
MD C

pero en realidad eres una “BASURA DE MIERDA”. Pido mil disculpas a los amigos
que puedan simpatizar con esta columna por los excesos que puedo haber co-
2

metido, sé quién es Andrade, por eso así le escribo.

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Yor are garbage, Mr. Wolfenson 167

OTROSÍ.- De cualquier forma, vota por Fujimori marcando PERÚ 2000 y escribien-
do el N.º 69 de Moisés Wolfenson, al Congreso.

No es cualquier odio. Es un odio lleno de matices muy peruanos. No de


cualquier peruano, sino de los peruanos más tradicionales, conservadores,
reaccionarios. La columna muestra en una nuez cómo los (anti)valores y las
sensibilidades más arcaicas pueden ser relanzados en envolturas de aparien-
cia novedosa y ser parte de una campaña cuyo irónico lema es “Perú país con
futuro”.

columna utiliza la vieja treta del ladrón que para librarse de sospechas grita:
“¡al ladrón!”. Eddie adjudica a Andrade varios de los rasgos más distintivos
de la prensa del SIN
gobierno: “sin lineamientos, ni principios, ni ética ni planes de gobierno”,
“dominando con tus miles de cascos azules, mismo dictador”.
Así, desde su supuesta superioridad moral, Eddie ataca. Su estilo, además
de confuso y mediocre, es el de la metralleta. Una especie de bombardeo de
saturación a través de la repetición de insultos, tal vez queriendo así: “macha-
car las ideas en la mente de los hombres”, como solía decir Abimael Guzmán.
Las dos primeras baterías de insultos son más bien monótonas:

1. Mentiroso, tramposo, difamador, calumniador, farsante, traidor.


¿Por qué? Fundamentalmente por no decir desde un principio que iba a
postular a la Presidencia.
2. Creído, ególatra, soberbio, patán, pretensioso, ambicioso.
¿Por qué? Fundamentalmente por querer ser Presidente.

A Eddie, que Andrade pretenda ser Presidente lo exaspera. Esa ambición


le parece un capricho y, por consiguiente, una mariconada. Por eso termina
MQ ?
M

que eres decente”.


1 MD C

El subtexto: basta ya [de pretender ser presidente], aprende cuál es tu


lugar. Si no lo haces vas a perder tu hombría y tu decencia, que parecerían
6 9 ?D>D I

sinónimos. ¿Cómo es posible que no comprenda cuál es su lugar y pretenda


ocupar el que por derecho parecería corresponderle únicamente al otro Chino?
Es que se cree vencedor, ganador, triunfador, campeón. ¿Por qué? Por haber
salido dos veces alcalde de Lima.
MD C

No señor, si no conoce su sitio hay que enseñárselo, hay que bajarlo. Hace
2

los limeños y el palo encebado. Si alguien está tratando de escalar un tal palo,
en cualquier otra parte el público lo anima; en Lima lo jalan para que no suba

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168 Carlos Iván Degregori

y aplauden si se cae. Es la pulsión de igualar hacia abajo, tan ajena a la actual


ideología hegemónica neoliberal, que premiar al triunfador, pero que al pare-
cer vale solo para los estratos A, B y quién sabe C. Para D y E vale más bien esa
otra pulsión de igualar hacia abajo, propia de los excluidos sin esperanzas de
movilidad social, que recogió Sendero Luminoso y también, a veces, Alberto
Fujimori, como cuando en un arrebato de demagogia preguntó en 1992, a
una concentración de simpatizantes en la plaza San Martín, si querían que
los congresistas ganaran sueldo mínimo.
Así que, a bajarlo. Para ello se recurre a dos viejas tretas de la política más
tradicional.

1. Hay que acojudarlo. Una amiga psicóloga, nacida en los EE. UU. pero
radicada entre nosotros desde hace muchos años, dice que cuando los
-

ubicarlo entre los segundos. Tiene la mariconada, capricho de


querer ser Presidente. “Basta ya infeliz... te usarán como un ‘condón’ para
luego tirarte al piso”. No recuerdo haber leído en la prensa peruana una
imagen tan atroz y procaz.
2. Hay que ningunearlo. Su partido es “Somos Nada”. Nuevamente estamos
de regreso a Salazar Bondy, que criticaba el ninguneo, una práctica de la
sociedad criolla tradicional de . Hay que probar que no es
lo que parece y, por consiguiente, no puede llegar a ser lo que pretende.
Demuéstrame, reta Eddie: si terminaste Derecho, si egresaste como ba-
chiller, te graduaste de abogado, llevaste maestría y culminaste doctorado.

La obsesión por los títulos. La pleitesía al cartón, parte de la herencia co-


lonial que llenó el país de “clérigos y doctores”. Qué lejos del discurso de 1990,
“¡tú también puedes ser empresario!” (sin importar el título) y qué cerca de
los tinterillos y gamonales del Perú más tradicional. Esta herencia la recogió
MQ ?

Osmán Morote, número 2 de SL. Luego de preguntarle sus generales de ley,


M

el juez comenzó el interrogatorio con una pregunta rutinaria:


1 MD C

—¿Conocía Ud. al señor Abimael Guzmán? —Morote saltó de su asiento


6 9 ?D>D I

y poniéndose en pie corrigió enfáticamente al juez:


—Al Abimael Guzmán.

Morote no hacía sino seguir la escuela de su jefe. Cuando era autoridad


MD C

universitaria en Huamanga, Guzmán se dirigía a los profesores cuidándose


siempre de mencionar su título. Si se enteraba de que alguno había obtenido
2

su doctorado, al día siguiente al cruzarse con él en la plaza Sucre, cambiaba


su saludo: “ Fulano, buenos días.”

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Yor are garbage, Mr. Wolfenson 169

Esta obsesión se mantiene en ciertos círculos hasta hoy. Ahora “el doctor”
es Vladimiro Montesinos. Laura Bozzo, supuestamente tan cerca del “popu-

cartón de periodista profesional: ella no es una improvisada. La inseguridad,


la incongruencia de estatus y/o la baja autoestima llevan a querer distinguirse
desesperadamente a través de títulos y conocimientos supuestamente presti-
giosos. Pruébame, espeta Eddie, qué otro idioma hablas. “ ”,
le dice, alardeando como nuevo rico de su inglés, que exhibe a lo largo de la

A lo largo del siglo XX, en el Perú fuimos pasando de la discriminación


étnica y racial a la discriminación por grado de instrucción. O, menos bené-
vola y más exactamente, aprendimos a ocultar la discriminación étnica con
esta otra, que parecía una forma más moderna de trazar fronteras, marcar la
distinción, exhibir la superioridad y, por tanto, discriminar. Como ya no suena
bien decirle a alguien “indio”, ahora se le dice “ignorante”. Los usos de esta
palabra en el Perú son múltiples y poco estudiados.
Pero la pepa aparece entera cuando Eddie sentencia: “No vas a salir nunca
presidente del Perú y ¿sabes por qué?, muy sencillo: no tienes clase, cultura,
modales, trato, profesión”. Al columnista se le salió la tía limeña. Andrade sería
el tipo de hombre que una abuela de antaño jamás hubiera querido para su
nieta. No ha seguido los cursos de etiqueta de Déborah de Souza. Todo indica

fracaso de los últimos 20 años en construir un país más moderno, incluso en


sus formas de discriminar. Este fracaso desembocó en un callejón sin salida
durante el segundo fujimorismo, que en vez de retirarse nos embarca en un
túnel del tiempo donde se vuelven a fortalecer los prejuicios del pasado, que
aunque retrocedieron en las décadas previas, nunca desaparecieron.
MQ ?

Así, el discurso de Eddie tiene resonancias con el de la élite cusqueña


de la década de 1920,2 que se alejó de las nociones biológicas de raza como
M

una forma de limpiar sus culpas racistas, pero reemplazó la discriminación


1 MD C

abiertamente racial por la educativa. En las décadas siguientes ese discurso se


generaliza por todo el país. Como dice una de las protagonistas del libro de Ma-
6 9 ?D>D I

risol de la Cadena en 1992: “En nuestro país la raza ya no manda, ahora manda

progresista, pero también su lado oscuro cuando, al mismo tiempo, la educa-


ción formal es usada para seguir discriminando y ninguneando como parte
MD C
2

2. Véase al respecto, Marisol de la Cadena (2000).

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170 Carlos Iván Degregori

y de género que, por lo visto, sigue gozando de buena salud en nuestro país.

“CON AMOR, EDDIE”


viene una posdata en la que el autor parece asustarse de tanto odio y termina
disculpándose ante sus lectores. Pero no hace sino enredarse, porque uno es
el lenguaje de las primeras planas, las provocativas o repulsivas imágenes,
los titulares cachosos, terreno en el que los escribidores de parecen
experimentados y curtidos; otro es el lenguaje de la columna de opinión. Tal
vez Eddie siente que tiene que pedir disculpas porque cuando incursiona en
ese tipo de discurso escrito el odio aparece en toda su obscenidad; se advierte
más claramente que no sabe dónde poner sus odios y sus amores, o más bien,
que que escribió en la columna es en realidad el amor/odio para la prensa
amarilla, y quizá en algún nivel sea cierto que Eddie ama a su manera a Alberto
Andrade. Tal vez sea esa la forma que adopta el amor en el universo perverso
que han construido los diarios del SIN, en cuyas páginas coexisten el insulto
y la calumnia política con los traseros y las crónicas de amores traicionados.
Tal vez ese CON AMOR
qué hablamos cuando hablamos de amor?
Estos diarios recogen y reproducen, distorsionadas y exageradas, ciertas
pulsiones tanáticas de los peruanos, las naturalizan y cada mañana, cual baja
policía al revés, las depositan en todos los kioscos, como cargamentos de
basura dirigidos fundamentalmente a los sectores populares.

P.D
donde después de su descarga de odio el columnista llama con toda natura-
lidad a votar por Fujimori y por Wolfenson, que en la mitad superior de la
página siguiente aparece haciendo campaña en favor de la niñez. Dice el titular:
MQ ?

“DEPORTE ALEJARÁ A LA NIÑEZ DE LAS DROGAS: MOISÉS WOLFENSON. Candidato al


M

Parla con el 69 por ‘Perú 2000’ luchará desde una curul contra la pobreza y el
1 MD C

desempleo”.
[Dos fotos de Moisés, una junto a una net de voley, otra de un mitin en Parcona.]
6 9 ?D>D I

Más adelante, en la página 7, un robapágina a colores del candidato-dueño

de la primera plana: “Moisés Wolfenson. Por el deporte y los niños”.


MD C

OTROSÍ. Por favor, señores estudiantes. En su próxima jornada de escupita-


2

jos, incluyan en la galería de fotos la del Sr. Moisés Wolfenson, pornosenderista

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Y EL PRESIDENTE GONZALO1

de 1992 (todos los canales). Encerrado en una jaula de


hierro, un tipo desgreñado, barbudo y con el traje a rayas de los presos de
-
nalmente apresado después de doce años de “guerra popular” desencadenada
por sus huestes. Toda la violencia acumulada por siglos en el cuerpo social
pareciera concentrarse dentro de esa jaula, dentro del llamado “Presidente

máxima seguridad. El genio de la violencia ha regresado a la botella. Un suspiro

Sin embargo, como en ciertas películas de terror, nadie advirtió ese día
que en el momento en que partía rumbo a su última morada, la violencia
concentrada en Guzmán salía de él, se escurría por entre los barrotes y se
encarnaba en otras partes del tejido social y en el gobierno. En realidad, el
genio sigue suelto y, ocho años después, nos sigue castigando multiplicado
y multiforme, de manera más sutil pero quién sabe si igualmente nociva.2
Crecen la violencia social, la violencia delincuencial, las pandillas juveniles.
MQ ?

Cierto que este es un rasgo común a toda América Latina. Pero hay un tipo de
M

violencia simbólica, cuya exacerbación en el Perú de hoy es herencia de los


1 MD C
6 9 ?D>D I

1. Artículo aparecido en , n.° 126, marzo, 2000.


2. Por cierto que la violencia no comenzó con Abimael Guzmán y Sendero Luminoso (SL),
ni se concentró únicamente en ellos. Muchas formas de violencia recorren la historia
del Perú y contribuyen a explicar el surgimiento de SL. Luego, la respuesta de las FF. AA.,
especialmente en los primeros años, produjo muchas víctimas entre la población civil y
MD C

violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos. Finalmente, la forma en que se cerró


el capítulo de la guerra contra SL y el MRTA, sin ninguna negociación, ni Comisión de la
2

Verdad y gran impunidad para los agentes estatales de la violencia, ayuda a explicar el
carácter autoritario del actual régimen y la exacerbación de la violencia simbólica que a
continuación analizamos.

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172 Carlos Iván Degregori

tiempos de Sendero Luminoso (SL) y de la guerra sucia. Es la violencia de los


discursos, una violencia simbólica que puede dejar huellas “en el rostro más

En este terreno, Cuba sigue siendo líder en la región mientras nosotros nos
limitamos por ahora a disputar el segundo lugar con Venezuela. Por otro lado,
indesligable de la anterior, la violencia del discurso en los medios de comu-
nicación, especialmente en los llamados diarios “chicha” y en la televisión de
señal abierta. En este rubro somos un caso único, indiscutiblemente primeros
y pioneros en el continente.
* * *

“Tome, profe, para que se entretenga”. El chofer que me trae del aeropuerto
me ofrece un ejemplar de . Flanqueada por alabanzas al chino Fujimori
y ataques homofóbicos al candidato Castañeda Lossio, una foto enorme de
Yesabella y un titular machista sobre el escándalo de las “prostivedettes”.3
Esa noche, viendo “Magaly TV”, sentí cuán atrapados estamos por el pasado
violentista; pude constatar las sorprendentes semejanzas entre los nuevos
medios y el viejo Sendero Luminoso. También, por cierto, comprobé las dife-
rencias, pero comencemos por los parecidos.

Uno de los lemas más atemorizantes de SL era el foucaultiano: “el partido tiene
mil ojos y mil oídos”. El canal también los tiene: electrónicos. La colocación de
cámaras ocultas en los lugares menos pensados y la impunidad de quien tiene
el poder y los recursos, en este caso la conductora del programa, naturalizan la
intromisión en la vida íntima de los ciudadanos y borran de manera perversa
la separación entre lo privado y lo público.4
MQ ?

Si hace algunos años se discutió ardorosamente el atropello del Servicio


de Inteligencia Nacional (SIN) que “chuponeaba” los teléfonos de políticos y
M
1 MD C
6 9 ?D>D I

3. El denominado escándalo de las “prostivedettes” se desencadenó cuando el programa


sobre chismes de la farándula, “Magaly TV”, introdujo cámaras ocultas en un hostal donde
un varón contratado por la conductora pagó supuestamente por los favores sexuales de dos

con el valiente y anónimo varón. Las escenas aparecieron en el programa, que se transmite
a las 9 p. m., con la imagen distorsionada pero con los diálogos totalmente entendibles.
MD C

4. Si la violencia no se inició con SL, tampoco el hurgar en la intimidad del prójimo es


2

producto peruano recién patentado. Desde el surgimiento de la prensa amarilla, el cine y


la televisión, los paparazzi han sido parte del paisaje mediático. Sin embargo, lo que nos

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Magaly, las vedettes... y el Presidente Gonzalo 173

candidatos opositores, incluyendo a Javier Pérez de Cuéllar, hoy esa batalla ha


sido ganada de facto por el poder. No por casualidad es , el
canal expropiado a Baruch Ivcher, capturado por testaferros del gobierno y al
servicio de los operativos psicosociales del SIN, el que puede violar la intimidad
de las personas sin provocar mayores reacciones y sin ningún temor
a acciones legales de las cuales se siente protegido por el poder.
Lo que hizo “Magaly TV” fue un “operativo de inteligencia”, término que
en el castellano del Perú hace tiempo no se limita a la terminología militar
y policial, a la lucha contra la subversión o la delincuencia organizada sino
que, con ayuda de un líder de opinión tan importante como el Presidente de
la República, ha ampliado su campo semántico hasta incluir prácticamente
cualquier ámbito. El hermano mayor te vigila, no importa cuán pequeño y sin
importancia seas. Y en la pequeñez encontramos otra semejanza.

Presas fáciles

En efecto, los mil ojos y oídos de Sendero Luminoso vigilaban y castigaban


por lo general a soplones de pequeñas aldeas, abigeos, comerciantes abusivos,
tinterillos; pocas veces servían para hacer el reglaje a peces gordos. Para SL,
eso era parte de su táctica de acumulación molecular de fuerzas cercando las
ciudades desde el campo.
En el caso de las , los ojos y oídos del canal gobiernista ya no se
concentran, como en los últimos tiempos de Ivcher, en denunciar las torturas
del SIN, los ingresos de Vladimiro Montesinos o los escándalos de altos perso-
najes vinculados al régimen, ahora son mujeres, que por cierto no son ángeles,
como tampoco lo eran los pequeños delincuentes y/o abusivos ajusticiados
por SL, pero aparecen tristemente vulnerables, presas fáciles que no tienen
capacidad real de respuesta y en el mejor de los casos viven la ilusión de un
MQ ?

“poder mediático” sobre el cual no tienen ningún control.


A esas presas fáciles se les arma una suerte de “juicio popular” mediático.
M
1 MD C

Sus reclamos de inocencia son contrastados con las pruebas audiovisuales que
el canal ha acumulado en secreto. “Mentira”, clama una voz en con tono
moralista, cada vez que las hacen algún descargo (“no cobré”, “era
6 9 ?D>D I

un amigo”, etc.). Para subrayar las “pruebas” audiovisuales, a la voz en se


añaden subtítulos con comentarios irónicos: “ampay”.

Castigo ejemplarizador
MD C
2

Como en los “juicios populares” senderistas, no basta que las condenadas en


el juicio mediático reciban la pena máxima, en este caso la destrucción de

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su imagen, su muerte simbólica. Es necesario su aniquilamiento. Así como

volaba en mil pedazos el cadáver de sus víctimas, en este caso también hay
que cebarse en ellas, destrozarlas en sucesivos programas, ridiculizarlas y
humillarlas en los titulares de la prensa chicha.
Tanto los “juicios populares” senderistas como los juicios mediáticos
producen “castigos ejemplarizadores” que tienen como objetivo atemorizar y
envilecer. Por un lado, inocular el miedo en la polis paralizándola por el terror
que inspira ese poder oculto que vigila en la oscuridad. Se trata de atemorizar
a políticos opositores,5 pero también a los ciudadanos comunes y corrientes,
para que no se metan en política. Mejor, como en el poema de Belli:

Yo, mamá, mis dos hermanos


y muchos peruanitos
abrimos un hueco hondo, hondo
donde nos guarecemos [...]
y optamos por hundirnos
en el fondo de la tierra,
más abajo que nunca,
lejos, muy lejos de los jefes,
hoy domingo,
lejos, muy lejos de los dueños,
entre las patas de los animalitos,
porque arriba
hay algunos que manejan todo,
que escriben, que cantan, que bailan,
que hablan hermosamente,
y nosotros rojos de vergüenza,
tan solo deseamos desaparecer
en pedacitititos.6
MQ ?

Un subproducto del miedo es la construcción de ciudadanos no solo pasi-


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vos sino convencionales. Los destapes de “Magaly TV” pretenden romper con
los convencionalismos y las hipocresías. Pero en realidad se ubican dentro
de los marcos de una moral machista, conservadora, intolerante, frente a la
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cual los comportamientos de las condenadas aparecen desviados. También SL


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5. Sigue circulando por ejemplo, hasta hoy sólo como parte del folclor político, el rumor
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SIN en un burdel limeño.


6. Carlos Germán Belli. “Segregación N.°1”, en: , Montevideo: Editorial
Alfa, 1967, pp. 15-16.

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Magaly, las vedettes... y el Presidente Gonzalo 175

en nombre de principios supuestamente revolucionarios, pero en realidad


tremendamente puritanos. Magaly, y especialmente Laura Bozzo, fomentan
un caos aparentemente trasgresor pero bastante controlado, para concluir
muchas veces con moralejas conservadoras propias de predicadores mediá-
ticos, de esos que son sorprendidos después... con prostitutas.

Envilecimiento, y por supuesto machismo

Pero, sobre todo, los juicios mediáticos envilecen. SL obligaba a participar


como “masa” a los habitantes de los pequeños pueblos donde hacía sus “juicios
populares”. En Afganistán, cuando los talibanes cortan la mano al ladrón, o
en China, cuando se fusila a delincuentes, la gente es invitada a presenciar la
ejecución pública en los estadios. Ellos acuden por miedo o por morbosidad.
Nosotros por morbosidad, aunque quién sabe qué papel jugará el miedo en
la atracción fatal que ejercen esos programas. En todo caso, somos la “masa”
captada por los medios masivos y participamos del juicio como público (te-
levidente). Y nos envilecemos.
Una última semejanza. Tanto en los juicios de SL como en los juicios me-
diáticos, las masacradoras tienden a ser mujeres. Se discutió alguna vez si eso
era prueba de la igualdad de los sexos o la liberación femenina. En realidad,
las mujeres de SL estaban “sujetas” (por escrito) a un gran patriarca, el Pre-
sidente Gonzalo. Por su parte, Magaly es mujer pero su moral es netamente
machista, y no por azar opera dentro de El Canal (masculino), expropiado
por el gobierno para desarrollar con él una estrategia de doble entrada. Por
un lado, los noticieros y el programa “Contrapunto” se deshacen en loas al
gobierno y ataques histéricos a la oposición, incluyendo a la Defensoría del
Pueblo e instituciones de vigilancia electoral como Transparencia, condenadas
como parte de una supuesta “telaraña roja” (ni la guerra fría ni la caliente han
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terminado en el canal expropiado). Por otro lado, maniobras de distracción y


envilecimiento de las cuales el escándalo de las es solo el más reciente
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y el más abusivo. No importa si este escándalo fue o no diseñado como un


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operativo psicosocial, una maniobra de distracción en época electoral. Por-


que es el conjunto de la programación la que, jugando en pared con más de
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media docena de diarios chicha contribuye a crear un clima político y cultural


de envilecimiento ciudadano. Y uno de los principales hilos que articula los
distintos componentes de esta estrategia política mediática es el machismo.
El gobierno niega que tenga nada que ver con estos temas porque se consi-
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dera absolutamente respetuoso de la libertad de expresión. Pero es revelador


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que en el programa en que se proyectaron los videos con los actos sexuales
aparecieran avisos publicitarios del Ministerio de la Mujer. Allí el régimen

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Diferencias: la vida es un carnaval

Sin embargo, también hay diferencias notables entre la violencia del viejo SL
y la de los actuales medios masivos, que explican en buena parte la derrota
del primero y el éxito de los segundos. No solo la distinción obvia entre la
violencia simbólica pero al mismo tiempo contundentemente letal de SL, y la
estrictamente simbólica, discursiva, de los medios.
Tanto o más importante es la de la violencia mediática.
Los “juicios” senderistas tenían lugar en la plaza del pueblo o algún otro
espacio público. Los juicios mediáticos pueden verse en el último rincón del

social; borran los límites entre lo público y lo privado. Como el dolor de Vallejo,

hasta volverse 7

sentido común y cae como una lluvia ácida. Y sabemos que, cuando llueve
(ácido) todos se corroen.8
Sin embargo, tal vez la diferencia clave sea el lugar desde el cual ambos
ejercen su violencia. Guzmán y SL se ubicaban por encima de todos y repar-
tían premios y castigos cual divinidades sanguinarias. Magaly no se pone por

también soy morbosa. Yo gozo con esto, no tengo problemas con mi concien-
cia, me gusta el rating”.9 En otras oportunidades ha reconocido en su propio
programa ser “una basura”.
MQ ?

7. Para construir su hegemonía, Guzmán propugnaba: “machacar con ‘acciones’


contundentes las ideas en la mente de los hombres” (Bases de Discusión,
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8.1.88). Por tanto, SL “actuaba” la violencia, no era capaz de simbolizarla de manera tan
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8. No comparto la tesis de la omnipotencia de los medios, ante los cuales los receptores
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seríamos meras víctimas pasivas. Sin embargo, tampoco es cierto que en nombre de la
libertad de expresión y de empresa no haya nada que hacer, pues tenemos la libertad
de apagar el televisor o cambiar de canal. Ello supone una horizontalidad entre emisor
y receptor, inexistente en un mundo en el cual las empresas emisoras concentran un
capital económico y simbólico abrumador.
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9. Declaraciones de Magaly Medina en durante el programa “Hora 20:00” del


6 de febrero del 2000. Recordemos, por contraste, el impacto que causó el video donde
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aparecía Abimael Guzmán entrado en copas y bailando Zorba el Griego como cualquier
mortal, después de haber cultivado una autoimagen de divinidad distante y majestuosa,
“terrible como ejército formado en batalla”.

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juzgaba desde la razón o la verdad histórica. Constituía en ese sentido una


perversión, no la única pero sí una de las más extremas, del hegelianismo y
del marxismo. Magaly “juzga” desde una moral extremadamente pragmática,

individuales cuya agregación produce supuestamente el bien común. Es en


ese sentido una perversión del liberalismo, muy a tono con la versión extre-
ma de neoliberalismo hoy hegemónico más que en la práctica
paternalista del régimen. Así, si bien las diferencias entre la vieja y la nueva
violencia son abismales, los extremos se tocan. Para ambas, todo vale. “Salvo
, todo es ilusión”,
podemos parafrasear a Magaly, Laura y compañía.
Otra impactante diferencia. Las víctimas del juicio mediático no “mue-
ren” simbólicamente. No es que se retiran avergonzadas de la vida pública o
se encierran en un convento. A los pocos días, después de haber llorado en
otros programas defendiendo su condición de artistas y de madres y de haber
amenazado con enjuiciar a quien violó su intimidad, regresan a una farándula
en la cual, al parecer, el escándalo ha subido sus bonos (“No importa si hablan
bien o mal de ti, con tal que hablen...”). El ser objeto de voyeurismo ilegal acaba
convirtiéndose en una forma torcida de acceder a la celebridad, o de incre-
mentarla. Así, del 15 de febrero titulaba: “Potoncita [Adaro] se forra
de plata por video de sexo. Le subieron los bonos cuando apareció en pleno
chuculún. Ahora le llueven chambas, se hace de rogar y cobra como gringa”.
Ante semejante desenlace podríamos cerrar este artículo con la música
de fondo de Pero aclarando que el verdadero carnaval
tiene una vena cuestionadora del poder, una carga de inversión del mundo
y quiebre de las jerarquías. Por tanto, frente a la carnavalización bamba se-
cuestrada y digitada desde el poder es necesario resistir de mil formas, sin
MQ ?

olvidar la carcajada carnavalesca que proclame que el rey y sus ayayeros hace
rato están desnudos.
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