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Generalidades: El riesgo asegurado está dado por un predio en donde se erigen varios
puestos de venta de frutas y hortalizas correspondientes al Mercado Central de Misiones
S.E.M., de propiedad de la Gobernación de la provincia homónima. El mismo está ubicado
sobre el kilómetro 5,500 de la Ruta Nacional N° 12 que, en la provincia de Misiones, recorre
la totalidad de la misma de sur a norte desde la capital provincial, Posadas, hasta la ciudad
de Puerto Iguazú en el extremo norte, donde limita con los países vecinos Brasil y Paraguay
en el comúnmente denominado sector de Tres Fronteras, más precisamente con las
ciudades de Foz de Iguazú y Ciudad del Este respectivamente.
Con un total de aproximadamente 170 puestos de venta, que el Mercado Central habría de
arrendarles a los distintos comerciantes a razón de unos $ 600.- promedio por mes, la
comercialización de “la llave” de varios de ellos y el atractivo de encontrarse establecido en
el predio muy cercano al centro de Posadas, este emprendimiento habría de cristalizarse
rápidamente como un negocio de razonable rentabilidad.
El terreno en el cual se erige el mercado, ocupa un lote de una manzana, y dentro del
predio se ubican cuatro pabellones de diferentes dimensiones identificados como
Pabellones de Playa Libre N° 1 y 2, Pabellón Central, Pabellón de Productos Misioneros y los
sectores de sanitarios y cámaras frigoríficas. La siguiente imagen corresponde al croquis de
distribución de puestos en cada uno de los pabellones:
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De los cuatro pabellones anteriormente descriptos, resultó afectado exclusivamente el
identificado como Pabellón N° 2 de Playa Libre, que consta de un total de 52 puestos que
miden unitariamente 2,75 mts. de frente por 6 metros de fondo, lo que nos da una
superficie total de la nave de unos 900 metros cuadrados. Debido al tipo de mercaderías
que se comercializan en el mercado, fundamentalmente frutas y hortalizas, para los que es
necesario contar con abundante espacio, cada uno de los arrendatarios ocupa entre cuatro
a ocho unidades, lo que da un total de 16 concesionarios distintos. Este edificio posee
columnas de hierro reticulado que, distribuidas de manera uniforme, sostienen la cobertura
de chapas acanaladas de zinc, contando además con piso alisado de cemento y divisiones
interiores de chapas y mallas de hierro.
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Es importante destacar que este Estudio cuenta con peritos especializados en incendio que
intervienen en la gran mayoría de los siniestros que atendemos, pero los mismos están
radicados en la ciudad de Buenos Aires y para cumplir con su tarea específica, se requiere
que puedan trasladarse al lugar del siniestro. En este caso, si bien el incendio es de cierta
magnitud, no podemos dejar de tener en cuenta que los valores en juego (suma asegurada
y posible monto a indemnizar) se encontraban muy lejos de la estimación de daños. En
consecuencia, descartando la intencionalidad en el origen del siniestro y en la certeza de la
intervención de bomberos de policía de la provincia de Misiones que practicaron el
correspondiente peritaje, consideramos innecesario el traslado de nuestros peritos, cuyo
costo hubiese tenido que asumir esa aseguradora sin el correspondiente beneficio que lo
justificase.
Ante tal circunstancia y con la premura que para el caso amerita se procede a emplazar dos
tramos de líneas de 45 mm, arrojando agua. Debido a la magnitud del siniestro se solicita
mediante una comunicación vía radio apoyo hídrico, haciéndose presente la autobomba
Pierce Arrow, identificación Nº 2-499 de la División Bomberos Zona Oeste, a cargo del
Oficial Ayudante CÉSAR VILLAGRA, autobomba Ford Cargo 1722 e, identificación Nº 3-043
de la División Bomberos Zona Centro, a cargo del Oficial Ayudante ENRIQUE AMARILLA,
autobomba Ford 14000, identificación Nº 2-888 de la División Bomberos Zona Oeste, a
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cargo del Oficial Auxiliar FABIAN AMARILLA y autobomba Ford 14000, identificación Nº 2-
886 de la División Bomberos Zona Sur, a cargo del Sargento MAURO JARA, quienes
procedieron a atacar el proceso combustivo desde diferentes flancos con el fin de evitar
que se propagara hacia los locales aledaños. Cada unidad se reabasteció dos veces de agua
en la planta se SAMSA de MIGUEL LANAS, sito en Avenida Presidente Perón y calle Puerto
Argentino, trabajando por espacio de tres horas, tiempo que demandó para dejar fuera de
peligro el área, culminando la tarea con la remoción de los materiales, a los fines de evitar
posibles nuevos focos.
DAÑOS
En el presente capítulo haremos una descripción del lugar del siniestro, con las
características que lo conforman:
Los locales comerciales en cuestión se encuentran ubicados sobre la Ruta Nacional Nº 12,
casi Avenida Cabo de Hornos, el incendio se afincó sobre el Sector Playa Libre Nº 2
(Mercado Central), el cual está compuesto de trece puestos, construidos con columnas de
hierro, con cerramiento superior de techo de zinc, asentada sobre una cabreada reticulada
metálica, piso alisado, dividido por medio de paredes laterales de chapa de zinc y mallas de
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hierro, instalación eléctrica, con dos entradas una orientada hacia el cardinal sur y la otra
hacia el norte, con portones construidos de mallas asegurados con cadena y candado,
siendo la dimensión de la playa de 75,10 metros de frente por 17 metros de fondo
(medición efectuada por la Dirección Criminalística).
Este capítulo es de fundamental importancia, por cuanto que en él se debe ubicar el lugar
donde el proceso ígneo tuvo su zona inicial, sin entrar a considerar si el mismo obedece a
una naturaleza física, química o biológica.
Cuando un incendio se produce y debido a la magnitud del mismo puede parecer que
existieran varios focos iniciales por lo generalizado en que puede culminar una combustión,
pero una minuciosa y detallada inspección llega a determinar la forma siempre lógica de
que el fuego se afincó en otros lugares o que fueron el de origen, en este caso en particular
y habiendo evaluado todos los restos de los locales comerciales consumidos y teniendo en
cuenta las improntas más acentuadas, podemos determinar como zona de origen el puesto
Nº 04 A, 17 A, 04 B y 17 B, de 8 metros de frente por 17 metros de fondo, propiedad de la
señora CANDELA CALOGGERO, 31 años de edad, DNI 27.738.342, en virtud de haberse
encontrado en la parte media del local hacia la pared orientada hacia el cardinal este (Ruta
Nacional Nº 12) en el sector donde se encontraba un motor de 2 HP perteneciente a una de
las cámaras frigoríficas. Dado que al realizar una minuciosa inspección en este sector y por
la forma de consumirse la mercadería (frutas, verduras, hortalizas, como así también las
cajas y cajones de madera que los contenían) y además por la forma de colapso de la
cabreada reticulada, podemos llegar a la deducción que este podría ser el sector de inicio
del siniestro en estudio.
El desarrollo de este acápite, no es otra cosa que una prolongación de la descripción del
lugar del hecho, priorizando otros aspectos que posee un importante grado de valorización
en el estudio de un incendio, como ser efectos resultante de la combustión, intensidad,
propagación.
En lo que a ello respecto, se puede decir que este proceso ígneo, tuvo un desenvolvimiento
generalizado en la zona definida como sector de origen, teniendo en cuenta que en su
etapa inicial y por tratarse de mercaderías naturales (frutas, verduras y hortalizas), la
combustión primeramente es lenta, una vez tomado cuerpo, y debido a la gran facilidad de
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combustión de las frutas y verduras, en especial las cajas de cebolla, que por las
propiedades y ácido natural que posee al tomar contacto con el fuego se vuelve
sumamente volátil, en escasos minutos toma una actitud de pronta propagación, violenta y
devastadora. Se destaca el alto valor calórico observado por la forma que culminaron los
materiales que componían la estructura mobiliaria (cámaras frigoríficas, columnas y
cabreada reticulada) y mercadería (frutas, verduras y hortalizas) y cajones que la
contenían), que en gran cantidad que era almacenada en el lugar, adquirió gran
temperatura y provocó la combustión envolviendo rápidamente a todo el local y
propagándose a los locales comerciales antes mencionados produciendo las pérdidas en
cuestión.
En cuanto a la profusa y amplia difusión que tuvo en los medios periodísticos de la Provincia
de Misiones, podemos destacar a los diarios “La Prensa”, “El Territorio” y “Noticias de la
Calle”. A continuación pasaremos a transcribir el primero de estos artículos:
“Se quemó parte del Mercado Central. Ardieron doce puestos de venta y acopio de frutas
y verduras, además de media docena de cámaras frigoríficas. No hubo que lamentar
heridos. El fuego se habría iniciado por un cortocircuito.
Posadas. Un incendio destruyó doce puestos de acopio y venta de frutas y verduras del
Mercado Central de Misiones, causando pérdidas superiores a los 10 millones de pesos,
según estimaron los damnificados. El fuego se desató minutos después de las 19:00 horas en
el ala Norte del lugar, ubicada a la derecha del pabellón central del citado mercado,
emplazado en el barrio Miguel Lanús, a la altura del kilómetro 5,5 de la Ruta Nacional 12.
De acuerdo a la Policía y a “prima facie” no hubo que lamentar víctimas por el siniestro, que
por fortuna no dejó heridos y que se presume se inició por un cortocircuito en una de las
cámaras frigoríficas de las casillas (había seis de estos artefactos). Un total de cinco
dotaciones de bomberos acudió a la escena. Una de las primeras medidas de los efectivos
fue rodear el ala afectada, de 110 metros de largo por 30 de ancho aproximadamente, para
impedir que las llamas se propaguen. De esta manera el incendio se circunscribió en los
locales que estaban ardiendo y en unos treinta minutos el siniestro estuvo controlado. Se
observaron escenas de mucho dramatismo entre los comerciantes afectados, que fueron
llegando una vez que se enteraban del lamentable hecho. Llantos y triste resignación ante
las cuantiosas pérdidas fueron un denominador común. Al cierre de esta edición había
preocupación por parte de los operadores y autoridades del Mercado debido a que el
suministro de energía eléctrico estaba cortado por la destrucción de un transformador.
Incidentes: La falta de reflectores por parte de los bomberos al caer la noche generó
nerviosismo en algunos comerciantes, quienes incluso intentaron agredir a los efectivos.
Esto porque una vez que las “lenguas de fuego” y el humo dejaron de ser peligrosos, los
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operadores y su personal intentaban sacar la poca mercadería que quedó a salvo. Pero era
una tarea imposible sin iluminación. Uno de los damnificados perdió cerca de cien mil pesos
en cheques y más de cincuenta mil pesos en efectivo que estaban dentro de una caja
registradora. La media docena de cámaras frigoríficas que quedaron reducidas a cenizas
para mantener frutas y verduras, cuestan en promedio 80 mil pesos. La estructura de los
puestos que se incendiaron son de metal y techos de chapa. Al lugar acudió una ambulancia,
pero los paramédicos informaron que no tuvieron que atender personas”.
Las próximas tomas fotográficas dan cuenta de las notas periodísticas de los restantes
matutinos “El Territorio” y “Noticias de la calle”, ambas publicadas al día siguiente de la
fecha de ocurrencia del incendio:
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Actuaciones policiales y/o judiciales: En virtud a la importante magnitud que revistiera el
incendio, el personal policial correspondiente a la Seccional 10° - URX labró las
correspondientes actuaciones sumariales caratuladas “Incendio” que quedaron registradas
bajo el número de sumario 267/10, con intervención del Juez de Instrucción N° 3, Secretaría
N° 1 de la Primera Circunscripción de la Ciudad de Posadas. El Instructor de la causa fue el
Oficial Principal de Policía ANGEL CESAR OCAMPO, mientras que su secretario fue el Oficial
Sub-Ayudante de Policía CLAUDIO ARIEL SILVA.
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Sin dudas el rápido accionar de los bomberos evito mayores daños, sobre todo en lo que se
refiere al edificio el que, si bien denota signos inequívocos de la acción del fuego, no
alcanzó a comprometer su estructura.
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Es Importante destacar que, en una primera instancia, intentamos efectuar un
relevamiento físico de los daños, pero el gran volumen de mercadería afectada y su
condición de productos perecederos, todo esto sumado a la voluntad de las autoridades del
Mercado Central, y la de los propios puesteros inquilinos, a abrir sus puertas al público lo
más pronto posible y no perder la posibilidad de ventas, dada la proximidad de las fiestas
de navidad y fin de año, realmente frustró toda posibilidad de remoción o recuento físico.
Es más, hasta los propios puesteros cuyos puntos de venta resultaron seriamente afectados
por el incendio, denotaban una mayor preocupación en poder instalar, aún
provisoriamente, sus puestos y poder vender que en la propia mercadería perdida.
Por otra parte, no podemos dejar de lado que la suma asegurada contratada por el propio
Mercado para la cobertura de responsabilidad civil resultaba a las claras totalmente
insuficiente para cubrir las pérdidas, ya que la estimación de las mismas preveía un daño
que era no menos de cinco veces mayor al límite de cobertura. Es por ello que al día
siguiente de la fecha de ocurrencia, y apenas logramos ingresar al mercado, pudimos tomar
las fotografías que ilustran este informe e inmediatamente después, se procedió a realizar
los trabajos de limpieza como para, en el menor tiempo posible, el Mercado reabriera sus
puertas y operara con cierta normalidad, obviamente en el resto de los edificios que no
resultaron afectados por el incendio. Hasta los propios puesteros damnificados fueron
reacomodados en otros pabellones y comenzaron a vender mercadería que los proveedores
volvieron a suministrarles, a los efectos de palear los perjuicios efectivamente sufridos a
consecuencia del siniestro que nos ocupa.
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Como expresáramos en párrafos anteriores, no hay dudas que el incendio se expandió con
inusitada voracidad, involucrando prácticamente toda la extensión del Pabellón N° 2,
propiciando daños tanto directos como indirectos, que autorizaban a presumir una pérdida
si no masiva, de gran magnitud, de las existencias almacenadas en sus locales. La única
excepción a estaba dada por aquellos puestos ubicados en el sector extremo de la nave, que
resultaron prácticamente indemnes al experimentar el escurrimiento de agua proveniente
de las tareas desarrolladas por el personal de bomberos, que pudo ser contrarrestado y
controlado sin contratiempos y sus locatarios, a diferencia de sus pares, pudieron ingresar a
los mismos poco después de concluidas las tareas de extinción realizadas por los servidores
públicos.
Definido entonces el cuadro de situación respecto a las gravosas derivaciones del siniestro
sobre los bienes ajenos y a la responsabilidad que le cupiera a la entidad asegurada frente a
ello, es que a pocos días de la fecha de ocurrencia, mantuvimos con el presidente del
Mercado Central, señor JUAN RODRIGUEZ, una serie de reuniones tendientes a clarificar
posiciones, evaluar conveniencias, y definir cursos de acción con vistas a la resolución del
resarcimiento debido conforme a la cobertura de responsabilidad civil contratada.
En ningún momento existieron dudas de parte de las autoridades del Mercado en la decisión
inmediata de llevar adelante la reparación de los daños edilicios del pabellón N° 2, incluso
mediante el aporte de fondos del propio mercado y de las autoridades provinciales, ya que
el mismo carecía de cobertura asegurativa por el riesgo de incendio. Y si bien los daños en el
edificio eran significativos, los mismos no resultaban comparables con el perjuicio sufrido
por las mercaderías e instalaciones de propiedad de los locatarios que, en su mayoría,
habían perdido hasta el dinero en efectivo proveniente de la recaudación diaria y que se
encontraba en cajones mostradores o de escritorios de cada uno de los puestos de venta.
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Esta particularidad llevó al presidente del Mercado a plantearnos con el énfasis pertinente
su pretensión por hacerse acreedor de los $ 200.000.- pautados en póliza y administrarlos
en función a sus mejores posibilidades de negociación con sus locatarios, pero le explicamos
la inviabilidad de este procedimiento, por encontrarse contraindicado por el Art. 116 de la
misma normativa legal (“El Asegurado no puede reconocer su responsabilidad ni celebrar
transacción sin anuencia del Asegurador”).
Como estrategia fundamental de la negociación con los locatarios, y sugerida por las
autoridades de la entidad asegurada, consideramos oportuno y ventajoso no involucrarnos
directamente con ellos sino a través del propio presidente del mercado, en función del
interés personal y primordial de cada puestero en conservar sus puestos de venta, aún
independientemente del perjuicio efectivamente sufrido en el incendio por cada uno de
ellos por la destrucción de mercaderías e instalaciones.
En una primera instancia, pensamos que la única manera de poder atender este siniestro y
que esa aseguradora cumpliera con el contrato, era efectuar el depósito judicial del total de
la suma asegurada deducida la franquicia y que, posteriormente y a través de la justicia, se
efectuara el prorrateo correspondiente. Pero esta acción, si bien cubría el aspecto legal, no
solucionaba el tema de fondo y creaba un mecanismo seguramente prolongado en el
tiempo y nada práctico que recaería en la entidad asegurada y posteriormente hasta en la
propia aseguradora, ya que los costos de remoción, peritajes y determinación de las
pérdidas seguramente el juez determinaría que fuesen a cargo de Federación Patronal por
haber consignado judicialmente el importe total a indemnizar. En consecuencia, y luego de
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dos reuniones mantenidas en el sector Siniestros de esa aseguradora, se consideró
seriamente la posibilidad de llegar a un acuerdo con los damnificados, sin excluir la
intervención del Mercado Central, con el propósito de que el caso quedara definitivamente
concluido una vez que Federación Patronal abonara el importe de la indemnización.
Fue así que en un lapso de tiempo más o menos prolongado, logramos reunir la información
de cada locatario y sus correspondientes reclamos, los que sumados cada uno de ellos, nos
permitió efectuar una estimación total de los daños del orden de los $ 1.100.000.- y, por
ende, la formulación del prorrateo del importe final resultante entre los mismos a los
efectos del cumplimiento de lo establecido en el artículo 119 de la Ley de Seguros. Este
cálculo del prorrateo de los daños, posibilitó que pudiéramos distribuir el total de la suma a
indemnizar, que en este caso resultaba ser la suma asegurada total menos el monto de
franquicia del 10%, o sea un monto de $ 190.000.- entre los 12 puesteros damnificados.
Ahora bien, este tipo de acuerdo se basa fundamentalmente en la aceptación de cada uno y
de todos los damnificados en su conjunto, en función de que si alguno de ellos no estuviese
de acuerdo o su pretensión fuese mayor, obviamente modificaría la proporción de lo que a
cada uno le correspondiese, en razón de que los daños resultaban muy superiores al límite
asegurado. De más estaría aclarar que si la suma asegurada fuese suficiente para cubrir la
totalidad de los daños, no existiría inconveniente alguno en su distribución pero, como
expresáramos en párrafos anteriores, el monto asegurado no llegaba a cubrir ni siquiera el
20% de la pérdida estimada.
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Nota Importante: Si bien los acuerdos firmados con los damnificados preveen el pago de la
indemnización a los 30 días de firmados, la obtención de las conformidades y su remisión a
la Ciudad de Buenos Aires desde la ciudad de Posadas, llevó algo más de tiempo de lo
previsto, por lo que solicitamos a esa aseguradora emitir los cheques a la mayor brevedad
para evitar conflictos ulteriores innecesarios con los damnificados.
Quedando a sus gratas órdenes para las aclaraciones pertinentes, saludamos al señor
Gerente con nuestra mayor consideración.
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