Está en la página 1de 24

1

La hierba “cha” como vehículo


de transmisión filosófica y
cultural
Una exploración de la relación entre la cultura de esta
planta y las prácticas filosóficas y espirituales de la
antigua China

Patricia Robles Rodríguez

PEC- UNED

MAYO 2023

Ceremonia de té 1
ÍNDICE

1. Introducción.

- La recepción de la cultura de la hierba cha en los textos europeos

- El viaje del nombre: cha/té

- La cultura de la hierba cha

2. Mitología de la cha.

-Antecedentes

-Shennong, el agricultor prodigioso y padre de la medicina

-La literatura en los antiguos textos chinos

3. Confucionismo, budismo, taoísmo. El valor unificador de la cha

4. Chajing- Lu Yu

1. INTRODUCCIÓN

En primer lugar, quisiera apuntar la dificultad para seleccionar las fuentes


a la hora de realizar esta PEC, dada la poca literatura en castellano
especializada en el tema. En ningún caso he utilizado directamente fuentes
chinas, cosa que considero imprescindible para realizar un trabajo de
calidad. Todas las fuentes consultadas son publicaciones en revistas,
ensayos y libros traducidos al castellano. En algún caso, la traducción la he
realizado yo misma, fruto más de la pasión y amor por esta planta, la
hierba cha, que de la capacidad y conocimiento necesario para hacerlo.

Un ejemplo de ello es la traducción de un ensayo, que considero clave por


su aportación documental, de la eco antropóloga Françoise Aubaile-
Sallenave, escrito en francés, sobre la difusión del té a través del mundo
árabe, texto que analizaré someramente más adelante.

1
Otra de las fuentes que también he traducido son las revistas especializadas
de Global Tea Hut, escritas en inglés, organización internacional, asentada
en Taiwán, cuyo fin es la difusión de la cultura del té y que cuenta con
acceso a numerosos textos chinos relacionados con esta planta y, lo más
importante, el conocimiento del idioma. Con ellos tuve el placer de
compartir viaje a China en 2019, con el fin de conocer de primera mano,
el origen de la cultura del té en el sudeste asiático.

He querido poner de relieve los textos de los primeros occidentales


aventureros que, por diferentes motivos y fines, llegaron al otro extremo
del mundo desde Europa y compartieron vida y prácticas con la cultura
asiática de aquel momento, siglos XVI y XVII y dieron cuenta de la
importancia que tenía esta planta en la vida diaria. Estos occidentales que
vivieron en el mundo oriental aportan una visión que, aunque habla más
de ellos mismos que de lo que descubrieron, informan, desde un punto de
vista antropológico de datos interesantes, pequeños detalles domésticos y
cotidianos que muchas veces pasan desapercibidos en las grandes y
eruditas obras, más teóricas y conceptuales y que, a mi modo de ver, son
de suma importancia. Teniendo en cuenta que la cultura del té ha tenido
una evolución, este tipo de detalles, que también han aportado los
descubrimientos arqueológicos, marcan hitos y explicaciones de los
cambios producidos, así como de las causas primeras de las prácticas
rituales del consumo de esta planta.

La recepción de la cultura de la hierba cha. Los textos europeos

Quizá haya más textos por descubrir, pero el más antiguo que he
encontrado, escrito en castellano, en el que se cita por primera vez la
palabra “cha”, para referirse a lo que hoy día conocemos como té, la escribe
y describe someramente Pedro Teixeira. Poco se sabe de la vida de este
viajero, que nació en algún lugar entre el Miño y el Duero, probablemente
en Portugal.

2
Su familia vivió en Lisboa y quizá fuera comerciante. Profesaba la fe, no
se discierne con claridad si cristiana o judía, y a él se le atribuye haber
escrito un relato de viajes titulado: “Relaciones”2, editado originalmente,
tal y como dice la Introducción de Eduardo Barajas Sala, en castellano,
curiosamente en Amberes, en 1610.

El contenido de esta obra es diverso, abarca los campos de geografía e


historia, etnografía, historia natural y lingüística. Su lectura hermenéutica,
bien podría servir como paradigma del eurocentrismo que marcó la época
y lugar de origen del autor. En este relato de sus viajes, y en la misma
página de su libro, nos habla sobre varios productos: el opio; la Kaoah (para
referirse al café), la (hierba) cha, el chocolate y la Asa fétida. Sobre la
(simiente) Kaoah y la (hierba) Cha nos dice que ambos se beben de la
misma manera:

“Hay otra manera de bebida muy usada por toda Turquía, Arabia, Persia, y Surya
dicha Kaoah, es una semiente, muy semejante a pequeñas habillas secas, tráese de
Arabia, cuécese en casas para ello deputadas, el cocimiento es espeso, sobre negro
e insípido, y si algún gusto tiene es declinante a amargo, pero poquísimo y en
estas casas se juntan todos los que quieren, y por unas escodillas de porcelana de
China, que llevarían hasta cuatro o cinco onzas, van dando a los que piden, que
tomadas en la mano bien caliente están soplando y sorbiendo: dicen los que la
suelen beber, que es de provecho para el estómago, para las ventosidades y
almorranas, y que despierta el apetito. Al mismo modo es el Cha de la China, y en
la misma manera se toma: salvo que el cha es hoja de hierba menuda, de cierta
planta traída de Tartaria que me fue mostrada estando yo en Malaca, mas por ser
seca no pude juzgar bien de su figura: y también de ésta se pregona gran
provecho, en preservar de los daños que pudiera causar la glotonería de los
Chinos”

Europa, que ganó un fuerte protagonismo tras el debilitamiento del islam


y el desarrollo naval, favoreció un tránsito marítimo sin precedentes. En
este momento, los viajeros, en su mayoría comerciantes y misioneros,

2Relaciones de Pedro Teixeira, del origen descendencia y succesion de los Reyes de Persia, y de
Harmuz, y de un viage hecho por el mismo autor dende la India Oriental hasta Italia por tierra.
Ediciones Miraguano, 1994. Pag.24
3
serán los encargados de traer información sobre lo que sucedía allende los
mares.

Con anterioridad a Pedro Teixeira, el dominico Gaspar Da Cruz, escribe


en portugués, sobre la hierba Cha en 1569. Este tratado, junto con otro del
mismo autor, “Historia del gran y poderoso reino de China”, están
considerados como los más influyentes del momento, ya que parece ser
que estas obras contribuyeron a la formación de la visión europea sobre la
China del momento. En su Tratado3 también habla así de la hierba cha:

"Cualquier persona o personas que llegan a cualquier hogar limpio tienen por
costumbre ofrecerles en una buena bandeja galante con buenas porcelanas, tantas
cuantas personas son, un agua templada que llaman Cha"

3 Tractado em que se contam muito por estenso as cousas da China, con suas particularidades, &
assi do reyno dormuz composto por el. R. padre frey Gaspar da Cruz da orden de sam Domingos.
Fray Gaspar da Cruz, 1569- Capítulo 13. Visto Abril 2023 en Tractado em que se contam muito
por estenso as cousas da China, con suas particularidades, & assi do reyno dormuz composto por
el. R. padre frey Gaspar da Cruz da orden de sam Domingos. ... 1569 : Gaspar : da Cruz : Free
Download, Borrow, and Streaming : Internet Archive
4 Hoja del “Tratado sobre las cousas da China” Fray Gaspar Da Cruz

4
El que considero más interesante, de la misma época, es el escrito en
portugués, por el jesuita Juan Rodríguez Tsuzu (1561-1634). Este misionero,
que vivió tanto en China como en Japón, escribió una obra titulada
“Historia da Igreja do Japâo”, y dedica un largo capítulo a la (hierba) cha.
Jose Luis Álvarez Taladriz, extrae este capítulo y lo traduce al castellano en
1954. Lo edita en la Universidad de Sophia, Tokio, como un pequeño
librito titulado “Arte del chá”. De él hablaré más adelante, dada la
trascendencia que a mi modo de ver tiene.

El viaje del nombre: cha/té

Para definir el papel que ha jugado el té en la filosofía a lo largo de la


historia de China es necesario tener en cuenta que el té es un producto
complejo y además es una palabra que también ha viajado y de la que se
puede constatar claramente que en un primer momento se la denominó
hierba cha. Es una palabra, una planta, una bebida, también fue un
alimento, moneda de cambio, pero también es una práctica. Si tenemos en
cuenta que la práctica de tomar el té se relaciona, en gran medida, con la
recolección de plantas, conservación de las mismas y su preparación en la
cocina, estas acciones, tradicionalmente vinculadas a la feminidad,
también se manifiestan en los nombres.

Sin embargo, como en tantas cosas, una vez más pasa desapercibido en
todas las fuentes. Desde la prehistoria, se toma como factor de
hominización la caza en grupo y todo lo que tiene que ver con los
instrumentos de caza. En la historiografía occidental, no se toma como
referente, para explicar la evolución humana, todo lo que tiene que ver
con los recipientes para guardar comida y utensilios de cocina, si no las
puntas de lanza y los objetos relacionados con estas actividades, en
principio, masculinas.

A mi modo de ver, no faltan mujeres en la historia del cha, simplemente


no se les ha dado el lugar y en mi afán por tener una visión más feminizada

5
del té, he decidido, basándome en las fuentes que hablan sobre la hierba
cha, seguir llamándola así, a falta de una investigación seria que determine
en qué momento se masculiniza el nombre, y torna a el té y no, por
ejemplo “la hierba té”.

Tenemos un antecedente en Sudamérica que se podría comparar y que,


en este caso, sí mantiene el femenino para “la hierba mate”. Existe una
explicación histórica y geográfica que explica los diferentes caminos que
toma la palabra té, por regla general, se suele decir que los tés que han
viajado por mar, su nombre es té, y los que han viajado por tierra cha. Esto,
sin embargo, en Portugal no es así y este también sería un motivo de
investigación. Quizá el motivo por el cual en Portugal se llama al cha entre
cha y té, pero no para explicar su masculinización. No puedo estar más de
acuerdo con Jara Atienza5 cuando dice:

“Un pasado sin mujeres no sólo falsea la historia; la hace menos humana” y “las
mujeres nos dedicamos a estudiar nuestra propia ausencia”

En este trabajo no profundizaré más sobre este tema, pero considero


importante abrir la posibilidad de investigar en este sentido

La cultura de la hierba cha

No se puede olvidar que la cultura árabe antes que la cristiana atravesó su


momento de esplendor justo a medio camino entre Europa y China. En su
ensayo sobre la difusión de la hierba cha a través del mundo árabe, la etno
antropóloga Françoise Aubaile-Sallenave6 nos explica:

5 Revista Ethic- artículo de Jara Atienza, número 8 de marzo 2022- Visto online en Abril 2023-
«Un pasado sin mujeres no solo falsea la historia; la hace menos humana» : Ethic

6Le Thé, un essai d´historie de sa difussión dans le monde musulman Françoise Aubaile-
Sallenave, “El banquete de las palabras: La comida en los textos árabes” pp 153-193. Editorial
CSIC. 1996.
6
“Investigar la historia de una planta y su difusión, al igual que la historia de un objeto, de
una práctica o de una técnica, requiere de un enfoque particular, tanto los elementos como
los indicios son diversos y dispersos, el tiempo no es lineal. Puede permanecer mucho tiempo
inalterado, pero a veces su difusión se acelera; la historia del té concierne a varias
sociedades repartidas en espacios diferentes y en varios continentes “

Este ensayo pone en valor el protagonismo del mundo árabe como difusor
de la cultura de la hierba cha en toda a Asia Central. En él se habla del
primer texto árabe anónimo del 851 “Relación de China e India, del
mercader Suleiman”7 en el que se habla de los mercaderes árabes que
tenían conocimiento del té en el mundo chino, pues es descrita con mucha
precisión la infusión de “sakh”, su sabor amargo y los impuestos que el
gobierno imperial de la dinastía Tang le imponía a esta bebida, ya muy
extendida en China. Suleimán at-Tayir (es decir: el mercader) llevó hacia
el año 840 sus mercancías a China e India desde el puerto iraní de Siraf en
el Golfo Pérsico. El texto, anónimo, dice:

“Al rey se le atribuye, como importantes fuentes de ingresos, la sal y una hierba
que beben con agua caliente y venden en cada ciudad por sumas considerables: lo
llaman “sakh”. Tiene más hojas que el trébol, es más perfumada, pero es amarga:
se hierve el agua y se vierte sobre las hojas”

Ciertas poblaciones turcófonas de Asia Central, conocieron pronto el té,


los Uighurs, criadores de caballos, habían sido iniciados en el té en el siglo
VIII en Chang´an, actual Xi´an en el centro de China en la corte de la
dinastía Tang. China mantenía con sus vecinos occidentales relaciones en
las que eran habituales los tributos (en forma de té, seda o plata) para
comprar la paz de estas poblaciones, a menudo belicosas, y también,
durante varios siglos, como intercambio especifico de té por caballos.

Este tipo de relaciones comerciales se daban en términos muy importantes


entre los Tang, que compraban caballos a los Uighurs, a cambio de piezas

7 Texto editado y traducido por Jean Sauvaget, en París en 1948, p18- Extraído de “El banquete de
las palabras: la cocina en los textos árabes”
7
de seda; aproximadamente 40 piezas de seda valían un caballo. Los
caballos eran indispensables para estas dinastías guerreras; los Tang,
después los Song y los Ming, los necesitaron en gran número. Eran criados
por los pueblos de Asia Central: los bárbaros turcófonos, musulmanes o
no, y los tibetanos que vivían a las puertas de China. Son los Song (970-
1279) los que en el siglo XII instituyeron el Cha ma si, la oficina o el
“Ministerio de los caballos y el té”, para controlar los intercambios.

Este comercio cesó con la Dinastía mongol, que poseía ella misma los
caballos, pero volvió a tomar fuerza con los Ming (1368-1644) cuyos anales
informan que el té se cultivaba para la exportación en Sitchuan y en
Shaanxi. En 1389 el emperador Hongwu estableció una normativa: 120
chin 20, o sea, 70 kgr de té, por un caballo excelente, 70 chin ,41kgr de té,
por un caballo bueno y 50 chin, 29 kgr de té, por un caballo mediocre.

Al Biruní, médico, botánico y lexicólogo (973- 1050) originario de


Khwarezm, hoy en día Turkmenistán, en la parte occidental de Asia
Central, escribe una larga nota del té, al que llama jā´y, pero es el único de
los botánicos de su época que lo hace. Él cita cinco variedades, según su
color, utilizadas en China y en Tíbet, les otorga propiedades farmacéuticas
y anota que los chinos hacen tabletas, aqrās, que exportan. Sin embargo,
su texto muestra que no lo ha consumido en su provincia natal, Jiva. (Jiva
será más tarde, uno de los principales centros de difusión del té).

El texto es importante por dos razones, es la primera mención en árabe


del té, bajo su antigua forma china pronunciada cha durante la dinastía
Tang, conservada por los tibetanos como djaï, que lo tomaron prestado de
los chinos en esta época. Esta pronunciación evoluciona posteriormente
hacia el fonema ča. Es probable que Al Biruní en el siglo XI conociera el
té, su nombre y sus usos a través de los tibetanos y no de los chinos; es por
otro lado, la primera mención del comercio de té en forma de “aqrās”, que
podemos pensar que eran bloques, sin duda calibrados al peso, que fueron

8
un modo conveniente de transporte y que hoy en día sigue vigente su
fabricación. Pero nada prueba que el té no fuera otra cosa que un
conocimiento científico para el gran enciclopedista.

Esta difusión del té se ha mantenido posiblemente localizada durante los


siglos XIII y XIV en lo que hoy en día es el Turkestán chino e igualmente
en la parte oriental, puesto que el nombre del té está ausente en dos
diccionarios escritos con anterioridad, en el siglo XI: el de Kāshgarll y el
del persa árabe Zamakhsharī.

Y es que hablar de “cultura del té” es hoy una expresión común referida a
la tradición, práctica y valores asociados con la preparación y el consumo
de esta planta. Estas prácticas han atravesado tiempo y espacio hasta llegar
a nuestros días. Su origen se sitúa en oriente, si seguimos tomando como
referencia lo que, para los griegos, refiriéndose a la India, era “la tierra de
las maravillas situada en los confines orientales del mundo”. Y, sin duda,
este oriente, que es más un concepto ideológico más que geográfico, es
quien lo difunde, no sólo la práctica de tomarlo, sino su cultivo.

Las pruebas materiales sobre su origen, teniendo en cuenta la movilidad


de las fronteras a lo largo de la historia, lo sitúan, por ahora, en la frontera
entre el Sur de China e India, pero no será hasta Kuntze (siguiendo la
taxonomía de Linneo), quien introducirá en los textos a esta planta,
perteneciente al género de las Theaceas. El epónimo Camelia, se debe al
botánico jesuita Jiri Josef Camel (1661 Moravia, 1706 Manila) que escribe
por primera vez, de nuevo en lengua occidental, sobre esta familia de
plantas ornamentales.

De ahí toma Linneo el nombre para la Camelia ornamental. En su obra De


Natura Rerum, se refiere a la Camelia japónica. La clasificación botánica
de esta planta todavía hoy día es compleja. Es el botánico alemán Kuntze
quien más tarde le pone el apellido Sinensis para diferenciarla del resto de
camelias, casi todas ellas ornamentales.

9
En la actualidad, la hierba cha es el resultado de una selección artificial
realizada por el ser humano. Ha tenido también, una gran importancia
comercial, por lo que la especie Camelia Sinensis es el producto de muchas
generaciones de cría selectiva con el fin de obtener cualidades
consideradas deseables. Los dos primeros varietales, reconocidos en
Europa, de Camelia Sinensis fueron: la Camelia Sinensis Sinensis y la
Camelia Sinensis Assámica, pero no son las únicas. Posteriormente se han
reconocido: Camelia Sinensis Dehungesis, Camelia Sinensis Punilimba,
Camelia Sinensis Waldenae, y puede que alguna más.

Por poner un ejemplo llamativo, en Japón, que viene cultivándose té de


forma popular, solamente desde que en 1100 el monje budista Eissai,
trajera semillas para cultivarlo en el templo, se fabrica sobre todo té verde
a partir de más de cien cultivares!! diferentes de Camelia Sinensis Sinensis
(Yabukita, Okumidori, Saemidori y así un largo etcétera). El otro gran
grupo, el de la Camelia Sinensis Assamica, se cultiva desde mucho antes,
probablemente 2000 a.n.e., sobre todo, en Assam y en Yunnan para hacer,
sobre todo, tés negros y rojos. Pero de forma local puede haber muchísmas
más clasificaciones, cultivares y varietales de Camelia Sinensis. A esto hay
que sumar, que se pueden utilizar muchas otras camelias para producir
una bebida similar. Por ejemplo, en algunas zonas de Japón, es popular
utilizar en cocina las flores de la Camelia Sasanqua, se conoce
popularmente como té Shulang, pero es muy poco conocida en el resto
del mundo.

Lo cierto es que su influencia, va mucho más allá de la botánica y de lo


puramente gastronómico, introduciéndose en la vida cotidiana como un
producto íntimamente relacionado con rituales y prácticas culturales. La
hierba cha es, y ha sido, un revelador de relaciones sociales, su función
como vehículo de transmisión cultural no tiene una linealidad lógica, sino
que fluye al compás de los movimientos sociales y de las filosofías de cada
momento histórico. Se ha asociado tanto con la espiritualidad como con
10
las prácticas rituales. Ha sido considerado un arte, pero también una
ciencia y por supuesto, ha tenido gran influencia comercial a lo largo de la
historia.

Como citaba con anterioridad, debido a los avatares de la historia y la


política, Juan Rodríguez Tsuzu no ha sido suficientemente escuchado, en
relación con la hierba cha. Su apodo Tsûzu (el Intérprete, en japonés)
además de ser un rasgo inconfundible que debería hacer más fácil su
reconocimiento, hoy en día, es una connotación que se le asignó por su
gran conocimiento de la lengua japonesa.

Al parecer, este sobrenombre le fue conferido con motivo del encuentro


entre el padre visitador Alessandro Valignano y el daimio Toyotomi
Hideyoshi en 1590, una reunión que fue presenciada por el intérprete luso.
Seis años más tarde acompañó al entonces obispo de Japón, Pedro Martins,
a otra audiencia con Hideyoshi, en la residencia de Fushimi, y en 1598 fue
recibido hasta dos veces por el mismo daimio.

En 1606, la actividad de intérprete le llevó incluso a asistir al encuentro del


Provincial de la Compañía de Jesús, Francisco Pasio, con el sucesor de
Hideyoshi, Tokugawa Ieyasu (a quien intentó convencer de no formalizar
el edicto contra el cristianismo). Todo esto demuestra que João Rodrigues
Tsûzu pudo ser uno de los mejores conocedores de la lengua y cultura
nipona de aquel entonces.

Hablar de Hideyoshi es hablar de Rikyu, el maestro que lleva la ceremonia


del té a un nivel muy elevado, con fuerte carácter budista, que todavía hoy
en día se mantiene en activo. Existen actualmente tres escuelas de té, las
tres descendientes de Rikyu desde su nieto Sotan: Urasenke, Omotesenke
y Mushakojisenke, siendo la primera la más activa, incluso en Europa.
Hideyoshi es el daimio que hace cometer seppuku a Rikyu, el maestro de
té. Juan Rodríguez Tsuzu fue coetáneo de ambos y se relacionó
directamente con personajes históricos fundamentales para conocer la

11
historia del té en Japón. Junto con Valignano fueron quienes más
estudiaron el chanoyu, o ceremonia del té. El autor portugués no solo se
familiarizó con aspectos de la vida y cultura japonesa, sino que también
profundizó en la comprensión de los valores morales y estéticos
intrínsecos de la vida nipona de aquella época. Dice así en su “Historia”8:

“Como entre las costumbres políticas de este reino la principal y más estimada
entre los japoneses, en que ponen el resto de su primor, sea el uso de convidar a
beber el cha, así también se esmeran en la fábrica del lugar donde lo dan a los
huéspedes con particular edificio, camino o entrada a él y otras varias cosas
acomodadas al fin que en eso tienen, que es en general la quieta y sosegada
contemplación de las cosas naturales en el yermo y desierto. Por eso también toda
la fábrica de este lugar en todo se acomoda a este fin y soledad eremítica, en un
cierto modo de cabañas toscas hechas a lo natural de cañas y maderas toscas de los
matos, como si naturalmente se hiciera por sí o como las hacen de ordinario los
que viven en lugares desiertos y bosques, imitando en todo lo natural y abandono
natural de las mismas casas, empero con gran proporción y medida como la misma
naturaleza guarda de las cosas que naturalmente crea”

2. La hierba cha en la mitología de China

Antecedentes

Di o Shangdi, parece ser el primero en aparecer en los primeros vestigios


arqueológicos que se corresponden con señales en huesos y caparazones
de tortugas. Parece que a él se dirigían como el “espíritu”, el poder
supremo, el emperador en lo alto, o el señor en lo alto. Después, en el árbol
genealógico divinizado, estarían los parientes de Shangdi. Estos eran sus
consanguíneos, los espíritus de los antepasados del rey en el trono y más
abajo estarían los espíritus de la naturaleza y las potencias que tenían poder
sobre los hombres.

8El texto original es Historia da Igreja do Japão, Joao Rodríges “Tsuzu”-1620aprox. La edición
consultada es la traducida desde el texto original por Jose Luis Alvarez-Taladriz en 1954, editada
por Universidad de Sophia, Tokio y titulada “Arte del Cha” Extracto página 81
12
El señor en lo alto tenía poder sobre las cosechas, la victoria en la guerra,
la lluvia, los truenos, el viento, el destino del pueblo, del mandatario y de
las epidemias, es decir, tenía poder sobre el jefe de la comunidad. Los
espíritus de los antepasados, en los que se entrelazaban sus jurisdicciones,
tenían poder sobre cuestiones concretos, por ejemplo, sobre las guerras y
también sobre los partos. Los vestigios en huesos dejan marca de ello. Y
los espíritus de la naturaleza tenían poder sobre los fenómenos mismos (el
de la lluvia sobre la lluvia, el del trueno sobre el trueno, etc.) Durante esta
primera dinastía, la Shang, hay indicios de sacrificios y libaciones.

Al cambiar la dinastía Shang por la Zhou, también cambió de alguna


manera este esquema. Se pasó a creer que las divinidades, eran como
intercesores entre el mundo de los vivos y la divinidad máxima que pasó
a ser Tiandi, el señor del cielo y los espíritus de los antepasados dejaron de
tener el poder, pero sí podían interceder entre el señor del cielo, a favor
de sus familiares. Comienza en este momento la ética y el favorecer a
aquellos que actuaran con virtud. Se dejó de comunicar con huesos para
hacer ofrendas respecto a la virtud, es decir, se quería hacer ofrendas
acertadas a Tiandi.

Los antiguos textos chinos

Las fuentes escritas sobre los mitos quedan dispersas en diferentes escritos
del taoísmo, confucionismo, legismo y moismo (dentro de escritos de
historia, poesía y filosofía). No hay una sola obra monográfica antigua
dedicada a los mitos chinos, toda está dispersa. Por lo tanto, se puede
pensar, que está marcadamente ideologizada por las diferentes corrientes
de pensamiento. Así podemos decir que los mitos son dependientes de
quien los escribe. Hacen la función de ilustrar, ejemplificar y narrar las
propias ideas mediante los mitos.

Estos proponían modelos de conducta, embellecían las narraciones, la


poesía. La filosofía se centró en organizar el esquema social y político,

13
mejorar éticamente a las personas, o para propugnar el individualismo
naturalista de una vida ejemplar. Los mitos aparecen en las obras mayores
de todos los grandes eruditos, filósofos y poetas. Por ejemplo, el libro del
maestro Lie. De ahí que hay una gran exposición de los mitos que
muestran la gran maleabilidad, para la misma divinidad, el mito se
deforma en gran medida para responder a la filosofía que defiende,
mostrando así una gran versatilidad en todas las líneas filosóficas, ya que
se podían utilizar los mismos mitos.

Si bien, cada vez son más las evidencias históricas que nos hablan del
origen de la planta y la adopción del consumo por parte de los humanos,
podemos decir que la tradición mitológica que explica los personajes
asociados al descubrimiento de la planta y la explicación del porqué de su
consumo se une íntimamente con la historia de la cultura china. Esta
tradición permanece intacta y actual; una tradición con ligeros cambios,
dependiendo del punto de vista de quien lo interpreta.

Shennong, el agricultor prodigioso, padre de la medicina

Primeramente, en cuanto a los personajes, hay un común acuerdo en


cuanto a la procedencia y origen del té, es el Agricultor prodigioso,
Shennong, también conocido como Emperador Yan, el que lo descubre.
Es necesario citar en este punto la dificultad para citar las fuentes de forma
cronológica, ya que existen múltiples contradicciones en relación con la
aparición del té en los escritos.

Shennong, es identificado en alguna de las tradiciones, como uno de los


Tres Augustos y Cinco Emperadores. Se dice que vivió hace 5000 años y
su nombre también se traduce como el “Divino granjero”, ya que según
parece fue quien transmitió la práctica de la agricultura. Se le considera un
patriarca de la etnia Han. Shennong tendría la facultad de tener “una
barriga” transparente y por ello podía comprobar en su cuerpo, el efecto
que tenía cada hierba que tomaba. Pero esta sólo es una de las múltiples

14
leyendas, todas ellas encaminadas a dar una explicación “lógica” a tal nivel
de sabiduría atribuida a “los hijos del cielo”. Se considera el
descubrimiento de la primera pala como propiedad de Shennong, y desde
este momento, el inicio de la agricultura.

Los textos también son de difícil atribución, a Shennong se le conoce por


haber escrito el Běn Cǎo Jīng, un libro sobre la agricultura y las plantas
medicinales, por lo que se le conoce también como el padre de la
medicina. Una de las hipótesis que se barajan es que se trata de una
recopilación de tradiciones orales escritas entre los años 300 a.n.e. y 200
n.e:

“Shennong acostumbraba a probar cientos de hierbas, un día llegó a tomar setenta


y dos venenos, consiguió té y con ello, la desintoxicación”

El té en los antiguos textos chinos

Parece que las primeras consideraciones sobre el té aparecen en el antiguo


carácter chino número 410 del primer diccionario antiguo de China, el
Erya, escrito dentro de un canon confuciano, se cree que compilado en los
siglos III y IV a.n.e. Este carácter se refiere al agua y las hierbas hervidas en
el agua. Emil Bretscheneider, sinólogo, escribe un comentario al Erya en
el que recoge que se obtiene de las plantas en ebullición una bebida
caliente. Se cree que se refiere a la hierba cha en su “Sobre el estudio y
valor de la botánica, con notas sobre la historia y geografía de fuentes
chinas” Este diccionario era un pequeño catálogo vagamente organizado
por categorías semánticas.

Durante la Dinastía Zhou, se escribe el Shanhai Jing, un texto de geografía


mítica recopilado en este período, traducido como el Clásico de los montes
y los mares. En este texto se trata del papel virtuoso y moralizante de los
grandes soberanos míticos, aculturadores y civilizadores, que de alguna
manera participaron en la creación y consolidación mítica del cosmos.
15
Entre ellos se encuentra Shennong, nuestro mítico descubridor del té,
padre de la medicina y también de la agricultura. A finales de la dinastía
Zhou y principios de la dinastía Han, parece que hay una sustitución de la
leyenda de Shennong, ya que al personaje se le cambia el nombre por
Yandi o Emperador rojo, también personaje mitológico, pero sigue siendo
el mismo. En este momento, China se convirtió oficialmente en estado
confuciano

A ello hay que añadir que recientemente se han descubierto restos


arqueológicos de hojas de té en el mausoleo del emperador Han Jing Di,
de la dinastía Han, que gobierna desde el 157 hasta el 141 a.n.e. Los
arqueólogos descubren en esta tumba, cercana a la ciudad de Xi´an, una
enorme reserva de té. En un primer momento, en 1990, no se reconoció
la planta del té, pero unos modernos equipos técnicos, han descubierto que
el misterioso ladrillo de materia vegetal era té, así que se ha deducido que
el emperador era consumidor de té. En concreto finas puntas de té. Ello
sugiere que se cultivaba té en ese momento para satisfacer el deseo del
emperador, sin embargo, todavía no hay evidencias de si en ese lugar se
cultivaba té o por el contrario se transportaba desde la provincia de
Yunnan por el camino que más tarde se conocería como la Ruta de la Seda.
Esta hipótesis afirma que esta ruta pudo abrirse camino mucho antes de lo
que se pensaba.

Se están contrastando las pruebas de este mausoleo junto con las muestras
de té encontradas en el cementerio de Gurgyam, en las que se encuentra
que el té está mezclado con una especie de cebada y otras plantas, por lo
que se deduce que se consumieran en una forma similar a los preparados
tradicionales en los que, hoy en día, todavía en Tíbet, el té se prepara
mezclado con mantequilla de Yak, sal, jengibre y tsampa (harina de cebada
tostada). Esto muestra cómo las costumbres de tomar té variaban ya en
aquel entonces, de un lugar a otro. También se están analizando las
similitudes entre los varietales de las plantas en los dos lugares para
16
dilucidar si la distribución geográfica de los diferentes varietales de aquella
época coinciden con la distribución actual.

En otro orden de cosas, la entrada del budismo en China, que comenzó en


el siglo I n.e., no se establece con más o menos permanencia hasta el siglo
III de n.e., transformando con ello el panorama cultural, ya que el budismo
traerá consigo su propio pabellón mitológico del que el té no está exento.
De todos es conocido que fue Bodhidarma quien tomaba té para meditar,
precisamente, se atribuye a él su descubrimiento, cuando en sus largas
noches de meditación, un día que él estaba triste y le rodaron lágrimas de
dolor, sobre esa fuente de lágrimas creció el arbol del té, y de ahí nace la
leyenda del té.

3. Budismo, Confucionismo, Taoísmo. El valor unificador del cha.

Son más los elementos comunes, que comparten la práctica de tomar el té,
que las diferencias, en todos los protagonistas de su historia. Tomando el
mismo esquema que Bauher hace en su obra, por un lado, están los
personajes, por otro las obras escritas y por otro las prácticas que se
recogen que nos hablan sobre la forma de consumir el té y el sentido que
se le da a este consumo. Pero también confluyen diferentes disciplinas,
como son la poesía, la literatura, la historia y la filosofía.

Por otra parte, en cuanto a las fuentes, tal y como nos cuenta Joaquín Pérez
Arroyo en su introducción a los cuatro libros de Confucio, se han dado
continuos renacimientos de los textos antiguos, debido a las traducciones
que a lo largo de los años se han ido dando.

Es destacable, en este sentido, la dinastía Song (siglos X-XIII) porque es en


ese momento en el que son tantos los comentarios añadidos a los clásicos,
sin los que, por otra parte, sería complicadísimo interpretarlos, y al mismo
tiempo introducen puntos de vista extraños a los textos antiguos, que
reducir a los textos antiguos el estudio sería una tarea imposible, por el
momento al menos.
17
Tanto para el confucionismo, el budismo como para el taoísmo, que son
las corrientes filosóficas más importantes de la cultura china, el té ha sido
considerado una herramienta para alcanzar la armonía y la paz interior.
Cada una de estas doctrinas moldeará la práctica de tomar el té a sus
principios filosóficos y éticos, siendo el té y la práctica de tomar el té, un
elemento común en todos ellos que se adapta, convirtiéndose en un
vehículo de transmisión de los valores que cada filosofía persigue.

La práctica de tomar el té se va moldeando a lo largo de la historia, a cada


una de las filosofías que conforman la cultura china, para hacer suyo este
ritual. Es capaz de convivir en perfecto orden con las diferentes tradiciones
de las corrientes filosóficas de China. Este es el motivo de este trabajo:
considerar, explorar las diferencias y semejanzas existentes que aparecen
en la práctica de tomar el té y como cada una de las filosofías aportan a
esta práctica su especial sentido. Tengamos en cuenta que tanto Confucio
como Mencio historizaron la mitología china.

Para el confucionismo, el té se considera una parte importante de la


etiqueta y el comportamiento social, por ello, la práctica del té viene
acompañada de cortesía, gratitud y humildad, en definitiva, de relaciones
sociales positivas, moderación y autodisciplina, todos ellos valores
confucionistas. La etiqueta, Li, es muy importante para el confucionismo
y todo el aspecto ritual, metódico, así como la etiqueta de la ceremonia del
té, bebe del confucionismo. En el momento de realizar la ceremonia, todo
el mundo juega el mismo papel y el maestro es el personaje que sirve el té.

Por otro lado, el taoísmo, que se centra en vivir en armonía con la


naturaleza y el cosmos, considera el té una de las siete necesidades básicas
de la vida, una bebida sagrada que ayuda a equilibrar mente, cuerpo y
espíritu y para la práctica del té, se requiere tiempo, paciencia y atención
plena, por ello, beber té es una forma de encontrar paz interior y
conectarse con la naturaleza. Estos preceptos junto con el cultivo de la

18
humildad y la modestia son valores importantes en el taoísmo y la
preparación del té es una forma de cultivarlos. Té y taoísmo están
estrechamente relacionados.

El budismo y sobre todo el budismo zen, es otra práctica espiritual


asociado a la cultura china y japonesa que nos interesa por su vinculación
con el té. Los monjes budistas utilizaban el té para mantenerse alerta y
concentrados durante las largas horas de meditación. Además, el proceso
de preparación del té requiere una cuidadosa atención y concentración, lo
que lo convierte en una práctica meditativa en sí misma. También la
práctica del té se asocia con valores como la pureza y la simplicidad,
valores importantes para la filosofía budista. Para los maestros de té, se
bebe té para encontrar la paz y tranquilidad en medio del ajetreo y el estrés
de la vida diaria.

Al adentrarnos en el estudio de las diferentes doctrinas, nos encontramos


con que, en ocasiones, existe una tradición que podríamos considerar
desde el punto de vista histórico, ligada a personajes que se insertan en
determinadas épocas de las que no se puede demostrar su existencia. Estos
tres ejes, se solapan con otras coordenadas, en las que en ocasiones
confluyen, de tal forma que, por ejemplo, nos encontramos con diferentes
formas de nombrar a Lu Yu, en ocasiones se le nombra como “el santo del
té”, y en otras como “el sabio del té”. Sobre estas diferencias no se pueden
hacer deducciones apresuradas, pero sí establecer que estas diferencias
pueden deberse al tipo de ideología filosófica que pueda haber detrás de
la interpretación. Así, se puede interpretar a un Lu Yu con características
más asociadas al budismo o con características más cercanas al
confucionismo, dependiendo de la inclinación de quien lo cita. Sin
embargo, estas nomenclaturas no parecen entrar en conflicto entre ellas,
lo cual hace pensar en el sincretismo que rige el pensamiento chino.

4. Cha Jing. El Clásico del té

19
Durante la dinastía Tang (618-907), momento en el que la impresión en
madera favorece el desarrollo tanto de la poesía como de la literatura,
aparece una personalidad cuyos apelativos fluctúan, dependiendo de las
interpretaciones. Ha sido en igual medida, santo, maestro y sabio del té.
Este personaje histórico es Lu Yu (733-804) y dedicó su vida al estudio
minucioso de esta planta. Plasmó todo su conocimiento en una obra
conocida como “el libro sagrado del té”, “el Sutra del té” y también como
“el clásico del té” o “Cha Jing”.

Las ideas fundamentales que dominaban el pensamiento de la época en


que fue escrita esta obra eran el budismo, taoísmo y confucianismo, lo cual
se refleja en ella. Sin embargo, no se conserva el original, sino que ha sido
reescrito a lo largo de los siglos y hoy en día sus traducciones son escasas,
una de las más reconocidas es la de Francis Carpenter y la menos conocida,
pero no por ello menos interesante es la de Tea Global Hut 9, una
comunidad internacional situada en Taiwán y dedicada al estudio y
difusión de la cultura del té de forma muy activa. De una de sus
publicaciones extraigo una frase ejemplificante de lo que supone hoy en
día el Cha Jing:

“El hecho es que el Cha Jing, proyecta tantas sombras de misterio como ilumina
las antiguas prácticas de té…El Cha Jing es profundo y poético, no literal y paso a
paso”

Con anterioridad al Cha Jing, existen numerosos poemas y menciones de


mayor o menor importancia, pero no con el carácter de Clásico que tiene
la obra de Lu Yu.

El análisis de esta obra sobrepasa el espacio para estas líneas y también de


este libro, escasamente traducido hasta la época reciente, abro un espacio
para una investigación más profunda.

9 Revista “Tea & Tao” de Setiembre de 2015


20
BIBLIOGRAFÍA

Albores de la japonología moderna en España. Reseña con motivo de los


Ensayos en honor del profesor Antonio Cabezas- Marcos Pablo Centeno Martín
University of London, United Kingdom- 30 Abril 2020- Leído en la web Mayo
2023- https://www.redalyc.org/journal/586/58665970007/html/

Libro de los Montes y los Mares (Shanhai Jing). G. García-Noblejas, (trad.),


Cosmografía y Mitología de la China Antigua, Miraguano edic., Madrid, 2000

Relaciones de Pedro Teixeira, del origen descendencia y succesion de los Reyes


de Persia, y de Harmuz, y de un viage hecho por el mismo autor dende la India
Oriental hasta Italia por tierra. Ediciones Miraguano, 1994.

Arte del cha. Jose Luis Alvarez Taladriz, 1954- Universidad de Sophia, Tokio.

Cha Jing, Lu Yu. Basilio Norberto Tuzzi Romero (trad.) Ediciones Librería
Argentina

Revista “Tea & Tao”, Setiembre de 2015. Especial Lu Yu. Edit. Global Tea Hut.
Taiwan.

21
22
23

También podría gustarte