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COMUNICADO

a propósito de los nuevos libros de texto para educación básica

Con mucha preocupación hemos venido siguiendo los debates en torno a los libros de texto
promovidos por la Secretaría de Educación Pública de la Nación para el nuevo ciclo escolar.
Haciendo sinergia con otras instituciones preocupadas por la formación integral de los jóvenes y el
auténtico desarrollo integral de nuestros pueblos y comunidades, hemos podido constatar que
dichos materiales no solo contienen diversos errores e inconsistencias, sino también una serie de
principios que no podemos menos que considerar incompatibles con una visión integral del ser
humano y sus necesidades fundamentales, sobre todo en lo que concierne a las cuestiones morales.

A propósito queremos ofrecer, sobre todo a los padres de familia, unos criterios de
discernimiento que les ayude a adoptar una postura responsable en torno a un tema tan delicado:

— Educación de calidad y de vanguardia: en un país como el nuestro azotado por el agelo del
crimen organizado, la educación debe representar para niños, jóvenes y familias en general, una llave
que abra la puerta a un futuro prometedor, para ello debe hacerse un esfuerzo de colaboración entre
los distintos agentes —sociedad, profesores, padres de familia, especialistas, escuelas, gobierno y
demás instituciones— para poner en manos de cada estudiante los conocimientos y herramientas
que le capaciten para estar a la altura de los retos que plantea el momento histórico que vivimos. De
lo contrario en lugar de progreso lo que tiene lugar es una peligrosa involución que nos vuelve más
dependientes y manipulables. Hay que considerar con atención tanto los errores de los que se ha
dado oportuna noticia en distintos medios, así como también el espacio asignado a las distinta
disciplinas académicas y evaluar con responsabilidad hasta qué punto estos hechos no solo
empañan la noble misión de formar a las nuevas generaciones, sino que incluso constituyen un
atentado en contra suya.

— Evitar verdades a medias que re ejen mentiras completas: la histórica tentación de quienes a
lo largo de los años han detentado el poder consiste siempre en imponer su propia visión de la
realidad como la única válida, y utilizar para ello todos los medios de los que dispone el Estado. La
educación debe ser sustraída y protegida de dicha tentación, a n de que no se convierta en un
instrumento de manipulación y adoctrinamiento. Hay que evitar a toda costa los puntos de vista
parciales, promoviendo en cambio un contacto con los conocimientos reconocidos como patrimonio
de la humanidad, de la mano de los especialistas que gozan de mayor reconocimiento. De capital
importancia resulta no adoptar como referentes, tanto en materia de contenidos como en la
metodología, autores cuestionables o que responden únicamente a los criterios e intereses de un
grupo particular, sobre todo si estos adoptan una hermenéutica que promueve la exclusión, la división
y la violencia, al presentar la historia como una lucha de buenos y malos en la que es preciso tomar
partido. Un país tan lastimado por diversas formas de exclusión y división, lo que necesita no es una
mayor polarización, sino un esfuerzo responsable que abone a la reestructuración del tejido social.
— Respetar el derecho de los padres a decidir la orientación moral de sus hijos: Ningún gobierno
debe arrogarse la capacidad de sustituir la responsabilidad de los padres en lo concerniente a la
formación y orientación de la conciencia moral de sus hijos. La obligación del Estado de ofrecer una
educación gratuita y de calidad es siempre una cuestión en la que se dan cita dos principios básicos:
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solidaridad y subsidiaridad. El bien común, es decir, el conjunto de condiciones de la vida social que
hacen más fácil a cada individuo su propia realización, exige un sistema educativo en que se cuenten
con herramientas de vanguardia; pero supone también que en el cumplimiento de sus obligaciones
los gobiernos e instituciones no anulen el ámbito de competencia que perteneces exclusivamente a
las familias, particularmente a los papás, el cual consiste en de nitiva en transmitir a sus hijos una
determinada manera de entender la vida y el camino que cada uno ha de recorrer para llegar a la
felicidad. Temas como familia, matrimonio, sexualidad, etc., no pueden ser monopolizados y
orientados por vías que contradicen abiertamente los valores morales que los padres tienen el
derecho primordial de enseñar a sus hijos.

Con gran consternación hemos podido constatar que en mayor o menor medida según el caso,
los nuevos libros de texto o, para decirlo con mayor precisión, partes considerables de los mismos,
atentan en contra de los principios aquí enunciados. Nos preocupa de modo especial el que haya una
orientación hasta cierto punto transversal que recorre todos estos materiales, sirviéndoles como una
especie de telón de fondo, y que representa no solo un punto de vista cuestionable, sino que contiene
principios y criterios dañinos para el sano desarrollo de niños y jóvenes.

En una sociedad como la nuestra, que sufre de manera angustiosa tantos lastres, nos
enfrentamos a una verdadera emergencia educativa. Por esta razón no podemos infravalorar el peso
que pueden llegar a tener los contenidos y criterios propuestos en los materiales educativos
asumidos como obligatorios en todo el país.

Hacemos un llamado tanto a nuestras autoridades, así como a los profesores, padres de familia
y a todas las instituciones y personas comprometidas con el autentico desarrollo de individuos,
familias y comunidades, y especialmente con el de los niños y jóvenes, a evitar todo tipo de
apasionamiento ideológico y de partido, uniéndonos en una tarea que nos compete a todos y en la
que se debe reconocer el derecho de todos a exponer su preocupación y sus objeciones a un
determinado proyecto, sin hacer caso omiso de puntos de vista que puedan diferir de los propios.

A los profesores que están en primera línea y que muchas veces son quienes sufren las muchas
carencias que pudiera haber en las familias y en los alumnos, les animamos a una postura
responsable que ponga en primer lugar el bien verdadero de los niños, adolescentes y jóvenes.

Particular responsabilidad tienen los padres de familia, los cuales deben analizar los criterios y
contenidos que se pretende ofrecer a sus hijos. Les invitamos a exigir de manera respetuosa y por las
vías conducentes el respeto de sus derechos fundamentales, entre los cuales se encuentra aquel que
les constituye como primeros puntos de referencia en la orientación moral de sus hijos. En los retos y
tendencias del tiempo presente, los padres deben saber reconocer también una llamada para ellos a
seguirse formando, ya que por vocación y misión han de ser un faro potente que, con su vida y
enseñanzas, ilumine el camino que a sus hijos conviene seguir.

Esperamos que estas letras, con las cuales intentamos sumarnos a otras voces, pongan de
mani esto la disposición de la Dimensión Vida de la Arquidiócesis de Guadalajara a entablar un
debate sincero, sereno y constructivo relativo a un tema en el que nos estamos jugando no solo el
futuro, sino también la correcta orientación de la ya de por si tan compleja situación actual.

EQUIPO COORDINADOR DE LA PASTORAL DE LA VIDA DE LA ARQUIDIÓCESIS DE GUADALAJARA,


9 de agosto de 2023, esta de santa Edith Stein.
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