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INTRODUCCIÓN A LOS ESTUDIOS


GRAMATICALES
Introducción

Conocer la evolución de los estudios gramaticales del español mediante el estudio del
origen de la gramática tradicional que conocemos hoy en día para adquirir un primer
acercamiento a la morfosintaxis.

TEMA 1: Origen y evolución

El español es resultado de la evolución del latín vulgar en la península española


desarrollado durante el proceso de colonización del imperio romano. Este periodo se
encuentra comprendido entre 218 a. C., fecha del desembarco romano en Ampurias
hasta principios del siglo V cuando entran los visigodos en la Península, sustituyendo a
la autoridad de Roma.

Cuando los romanos llegan al Norte de la Península Ibérica se hablaba lo que hoy es el
euskera, lengua no procedente del latín. En Andalucía estaban los tartesios y en Levante
se hallaban los iberos.

En esta zona, en diversos tiempos, dejaron sus huellas los etruscos, de origen italiano;
los fenicios (Gádir, Cádiz); los cartagineses (Cartago Nova, Cartagena); los griegos, que
denominaron Iberia. En el Centro y el Noroeste de la Península se encuentra la
presencia lingüística de: los ligures, pueblo de la costa mediterránea francoitaliana,
(Toledo); los celtas, que llegan desde el sur de Alemania hacia el s. VII a. C. y ocupan
las regiones altas del centro hasta Galicia y sur de Portugal (Segovia); los celtíberos en
el Centro y Bajo Aragón, donde se mezcla el habla de los dos pueblos. Todas estas
lenguas dejarán su marca en el castellano y en el resto de las lenguas constitucionales.
Pero es el latín el que le heredará gran parte de la morfología y la sintaxis.

Visigodos en el siglo V y árabes del VII al XV heredarán un cúmulo de palabras que


hasta nuestros días usamos sin que por ello se afecte la morfosintaxis de la lengua
española.

La morfosintaxis

El término Morfosintaxis alude a un estudio lingüístico que abarca de manera conjunta


tanto los aspectos formales, referidos a morfemas y categorías gramaticales, como los
aspectos sintácticos, es decir, las relaciones funcionales que se establecen entre los
sintagmas de la oración o del texto. Si en la lingüística sincrónica es difícil en ocasiones
delimitar los contenidos propios de la Morfología y de la Sintaxis, lo es aún más en la
lingüística diacrónica, pues el cambio morfológico y el sintáctico están estrechamente
relacionados, razón por la cual resulta necesario abordar el análisis desde una
perspectiva conjunta, la morfosintáctica.

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Morfosintaxis del español
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El español una lengua analítica.

En términos generales, podemos afirmar que el latín se encuentra entre las llamadas
lenguas sintéticas, pues la expresión de los accidentes gramaticales tiende a
manifestarse a través de morfemas trabados (por ejemplo, las desinencias casuales de la
flexión nominal o la voz pasiva en las desinencias personales específicas de los tiempos
simples). Por el contrario, el español es una lengua más analítica, que tiende a expresar
esos mismos contenidos a través de morfemas libres (preposiciones, verbos auxiliares,
etc.). Relacionados con estas tendencias se encuentran los cambios más radicales que
respecto del latín presentan las lenguas romances en el plano morfosintáctico. La
tendencia a la síntesis se considera característica de las lenguas SOV, es decir, aquellas
en que la disposición de los elementos dentro de la secuencia responde al esquema
SUJETO – OBJETO – VERBO (de ahí su denominación) y, en consecuencia, a la
anteposición de los elementos determinantes a los determinados (anteposición del
genitivo, por ejemplo). El castellano, como las demás lenguas romances, pertenecería al
tipo de lenguas SVO, en las que domina la tendencia analítica; en las lenguas SVO el
orden habitual es SUJETO – VERBO – OBJETO y los elementos regentes preceden a
los regidos (los complementos del nombre, por ejemplo, se sitúan detrás de su régimen,
es decir, detrás del sustantivo determinado; compárese, por ejemplo, el sintagma latino
PUELLAE PASSER que en español se traduce como “el pájaro de la niña”.

Cambios en la morfosintaxis

Indicamos algunos cambios morfológicos y sintácticos que se produjeron en el español


durante el Siglo de Oro, entre 1500 y 1650

Tú y vos. En latín, los pronombres de 2ª persona eran tu y vos. La forma del plural, vos,
se utilizaba como forma de cortesía para una sola persona.

El castellano medieval conserva estas dos formas, tu y vos, y sus valores. No obstante,
vos llegó casi a equiparse con la forma tú, lo que le dejaba a la sociedad clasista
castellana obsesionada con el honor sin una forma de cortesía para dirigirse a las clases
superiores, y sin pronombre para la 2ª persona plural. Ya en el siglo XIII empieza a
utilizarse vosotros (vos otros ⇐ vos alteros) para la 2ª del plural, y en el XV usted (⇐
vuestra merced) para la 2ª pers. Del singular de cortesía. En esta reestructuración vos
pasó a utilizarse para dirigirse a personas de clase inferior, o con sentido peyorativo
entre iguales. En el siglo XVIII, vos había desaparecido en la Península.

La forma usted aparece por primera vez en 1620 en El examinador de Miser Palomo, de
Antonio Hurtado de Mendoza tras pasar por diversas fases: “vuessa merçed”,
“uesarced”, “vuested”, “vuasted”, “vusted” ⇒ usted. Esta diversidad de realizaciones no
se reflejaba en la escritura, la cual prefería las formas abreviadas (v.m.) o (vd).

Al mismo tiempo de la formación de vosotros, se crea, por analogía, la forma nosotros.

Los españoles que van a América durante el siglo XV y el XVI llevan todas estas
formas y su evolución será desigual en todo el territorio. Así, para las segundas
personas, algunos adoptarán vos y ustedes, otros tú y vosotros y otros tú y ustedes.

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Morfosintaxis del español
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2ª pers. Singular 2ª p. sing. cortesía 2ª pers. Plural


LATÍN tú vos vos

CASTELLANO MEDIEVAL tú, vos vos vos

ESPAÑOL SIGLO XVII tú usted vosotros

ESPAÑOL EN AMÉRICA s. XXI tú/vos usted (vosotros)/ustedes

ESPAÑOL EN ESPAÑA s. XXI tú usted vosotros/(ustedes)

Formas verbales de la 2ª persona del plural.

Esta 2ª persona no sólo tiene cambios en la forma pronominal, como acabamos de ver,
sino también en las terminaciones verbales. Las terminaciones verbales de las segundas
personas del plural en -ades, -edes,e -ides (procedentes de la terminación -TIS latina)
perdieron la [δ] fricativa intervocálica ( [t] > [d] > [δ] > Ø). Como resultado de la
pérdida, quedaron dos vocales en hiato (á-es, é-es, í-es) que durante los siglos XV y
XVI tuvieron dos soluciones para deshacer el hiato: la transformación en diptongo (-áis,
-éis) o la absorción de la vocal átona por la tónica (-ás, -és, -ís). La solución definitiva
fue una combinación de ambas: -áis, -éis, -ís.

Latín español s. XXI

-atis > -ades > -áes > -áis/-ás

-etis > -edes > -ées > -éis/-és

-itis > -ides > -íes > -ís

La preferencia por la forma diptongada (-áis) en lugar de la forma con la vocal átona
absorbida (-ás) se debe a la coincidencia formal del singular y plural (cantas, cantás)
porque la diferencia de sílaba acentuada no se daba en todos los verbos.

Latín español s. XXI

datis > dades > dáes > dais/das

vaditis > vades > váes > vais/vas

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Morfosintaxis del español
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Durante los años de la conquista de América, la 2ª persona del plural tiene dos
pronombres: vosotros y vos; y dos terminaciones verbales: cantáis y cantás. El
pronombre vos se debatía entre la 2ª persona del singular y del plural. Dentro de esta
confusión (o conjunto de posibilidades) es natural la opción de algunas zonas
americanas para la 2ª del singular: vos cantás, vos comés y vos vivís (también vos
cantas, vos comes y vos vives).

-ísimo. Empieza a utilizarse durante el siglo XVI la terminación del superlativo latino
en -ísimo.

Recuérdese que anteriormente se había utilizado la forma que utilizaba el latín vulgar, el
superlativo analítico: adv. + adj., muy grande, muy interesante.

Ser y estar. Las funciones de «ser» y «estar» tales como las conocemos hoy no estaban
totalmente definidas en el Siglo de Oro. Por ejemplo, todavía podía utilizarse «ser» para
indicar propiedades resultado de una acción anterior “la mesa es pintada” donde hoy se
diría “la mesa está pintada”.

pasiva refleja. La pasiva refleja había sido utilizada esporádicamente en períodos más
tempranos, pero su uso se generaliza durante los siglos XVI y XVII. En el Lazarillo de
Tormes encontramos que «y otras muchas galas de esta calidad que hoy día se usan en
palacio …».

«a» en el acusativo. También se generalizó durante el Siglo de Oro la costumbre de


emplear «a» en el acusativo, delante de nombres o de pronombres que hacían referencia
a personas (o cosas personificadas), particularmente cuando su ausencia producía dudas
sobre quién era el sujeto y quién el objeto.

Valdés cita el ejemplo de «el varón prudente ama la justicia». Diálogo de la


Lengua de Juan de Valdés (¿1500-1541). Uno de los dos, el varón o la justicia debería
ir marcado como “no-sujeto” o COD con la preposición a: Al varón ama la justicia/ El
varón ama a la justicia.

Tema: 2 Gramática tradicional española

LA GRAMÁTICA

El término Gramática (del latín gramática y éste del griego gramatiké) se utiliza y se
concibe de diversas formas; a manera de ejemplo, véase lo propuesto en la Nueva
gramática de la lengua española (2009:1.a):

En [el sentido] más estricto, la GRAMÁTICA es la parte de la lingüística que estudia la


estructura de las palabras, las formas en que estas se enlazan y los significados a los que
tales combinaciones dan lugar.

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Morfosintaxis del español
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En [el sentido] más amplio, la gramática comprende, además de todo lo anterior, el


análisis de los sonidos del habla, que corresponde a la FONÉTICA, y el de su
organización lingüística, que compete a la FONOLOGÍA.

En el primero de los dos sentidos que se han introducido, la gramática se divide en dos
subdisciplinas: LA MORFOLOGÍA se ocupa de la estructura de las palabras, su
constitución interna y sus variaciones; a la SINTAXIS corresponde el análisis de la
forma en que se combinan y se disponen linealmente, así como el de los grupos que
forman. […] también es objeto de la gramática el estudio de los significados de todas las
expresiones complejas así constituidas. La duplicidad de sentidos [respecto del término
gramática] se refleja en el hecho de que unas veces se usa [este término] […] para hacer
referencia a todas las disciplinas mencionadas, mientras que en otras ocasiones este
término designa el conjunto formado por la morfología y la sintaxis".

Siguiendo a Alcina y Blecua (1975:38; citado por Bernal: 1984: 15): "Este título (el de
gramática tradicional) es un cajón de sastre en el que se guardan más de veinte siglos de
especulaciones, desde las raíces del pensamiento occidental [los griegos] hasta los
manuales del siglo XX, especulaciones basadas en principio, en el prestigio de la
tradición grecolatina en todos los aspectos de la cultura occidental". Como se sabe, esta
"clase de gramática" tenía como elemento de análisis: la palabra. Un "aspecto que
subyace en la gramática tradicional es la concepción prescriptiva o normativa del
lenguaje. […] Aún hoy es posible encontrar la clásica definición de gramática: "El arte
de hablar y escribir correctamente una lengua". En consecuencia, una gramática,
cualquier gramática, suministraba las normas para hacerlo precisamente así: como un
arte." (Bernal, 1984: 16-17).

Se pueden mencionar aquí varios tipos de gramáticas (descriptiva, normativa,


comunicativa, cognitiva,...) pero se limitarán por el momento a dos: la gramática
descriptiva y la gramática normativa.

La gramática descriptiva se ocupa del uso de la lengua. Describe cómo los hablantes
de una lengua usan la lengua en un determinado momento histórico. La gramática
descriptiva no parte de la norma para describir una lengua, sino que observa la lengua
que sus hablantes usan en diversas partes para describir cómo es esa lengua.
Teóricamente, la gramática descriptiva no utiliza conceptos como “correcto” e
“incorrecto”.

La gramática normativa define la lengua a través de normas y preceptos que


determinan lo que es aceptable o adecuado según una única norma. Esta norma no suele
coincidir con ninguna variante diatópica (de una determinada zona) o diastrática (la que
usa una determinada clase social). La gramática normativa no refleja la lengua de nadie,
pero todos pueden verse reflejados –aunque sólo en parte- en ella.

La RAE nos presenta las siguientes definiciones: … la gramática descriptiva y la


gramática normativa. La primera presenta las propiedades de las unidades gramaticales
en cada uno de los niveles de análisis: fonética, fonología, morfología y sintaxis; la
segunda establece los usos que se consideran ejemplares en la lengua culta de una
comunidad, a menudo con el respaldo de alguna institución a la que se reconoce
autoridad para fijarlos. (RAE, Nueva gramática de la lengua española, pág. 4)

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Morfosintaxis del español
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La mayoría de los manuales de gramática tienen un carácter marcadamente normativo


aunque todos incluyen descripciones –limitadas- de algunas variantes diatópicas a esa
norma. La gramática española está en esta línea.

Complementario a lo anterior, la gramática normativa se puede definir, como "el


conjunto de normas y preceptos establecidos por el uso sincrónico de la mayoría de la
gente culta que habla una lengua […] ésta [la gramática normativa] es el producto de un
acuerdo tácito entre los usuarios de una lengua y por eso es arbitraria [convencional,
producto de un acuerdo], subjetiva". (Rosenblat y Sanabria, 1968: 102-103)

La gramática funcional y textual. La gramática se la puede abordar, además, desde


una percepción explicativa. Esta visión de la gramática se puede relacionar con: a) la
denominada lingüística generativo transformacional -con su principal figura, el lingüista
norteamericano, Noam Chomsky y b) la denominada lingüística textual -con su máximo
exponente, el lingüista Holandés, Teun A. Van Dijk.

La gramática del texto o del discurso.Finalmente, de acuerdo con la Nueva gramática


de la lengua española (2009: 1.2 g): "las GRAMÁTICAS DEL TEXTO O DEL
DISCURSO […] se centran en el estudio de las relaciones interoracionales, en especial
de las que garantizan la coherencia y la cohesión de los mensajes y de sus segmentos
constitutivos, así como las inferencias a las que dan lugar en función de las piezas
léxicas y las estructuras sintácticas que se elijan".

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Morfosintaxis del español

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