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Este documento discute el concepto de libertad de expresión en el Perú y las diferentes formas en que se manifiesta, incluyendo decir palabras sin sentido, criticar a otros, difundir chismes y producir contenido mal orientado. También analiza cómo estas acciones a veces entran en conflicto con los derechos de otros a la dignidad y cómo la Constitución peruana tiene contradicciones sobre la libertad de expresión y religión.
Este documento discute el concepto de libertad de expresión en el Perú y las diferentes formas en que se manifiesta, incluyendo decir palabras sin sentido, criticar a otros, difundir chismes y producir contenido mal orientado. También analiza cómo estas acciones a veces entran en conflicto con los derechos de otros a la dignidad y cómo la Constitución peruana tiene contradicciones sobre la libertad de expresión y religión.
Este documento discute el concepto de libertad de expresión en el Perú y las diferentes formas en que se manifiesta, incluyendo decir palabras sin sentido, criticar a otros, difundir chismes y producir contenido mal orientado. También analiza cómo estas acciones a veces entran en conflicto con los derechos de otros a la dignidad y cómo la Constitución peruana tiene contradicciones sobre la libertad de expresión y religión.
Columna N6: Sobre el derecho a la libre expresión y deber del
desorden.
¿A qué le llamamos libertad de expresión?, ese concepto
coqueto y resguardado por la Constitución. Dejemos claro, eso sí, que la pregunta está referida únicamente al compatriota peruano.
Respondiendo en posibilidades primero, quizá sea el hecho de
profesar palabras sin sentido, criticar al vecino, cholear a la gente, especular y difundirlo, producir seriecitas mal orientadas, pintar con grafitis las paredes de los colegios, lanzar demagogias a peruanos desesperados, qué se yo, son solo suposiciones.
Sin embargo, tras observar el día a día, notamos que las
posibilidades se van entrometiendo en lo que llamamos realidad. Comencemos por extender un poco el tema de profesar palabras sin sentido, incoherentes, vacías, nulas, que casi siempre se podrían escuchar de personas con un desdén hacia la educación (misma que se degrada con el tiempo y muere en el olvido, pero ese es otro tema), peyorativas a la lengua establecida para ejemplificar, sobran, aunque por nominar una podemos obtener: “cuerpa”. Y luego de la nominación... con ustedes una excepción, pues la autora del que espero nunca sea un neologismo, no creo carezca de educación alguna, en fin. Pasemos mejor al caso de todos aquellos que calumnian a sus vecinos, los “maleteros” (según la masiva academia de la lengua peruana, maletero es todo aquel que habla mal a las espaldas del otro) que nunca faltan. Ellos, hacen uso de su libertad, pero sin que a nadie le importe más que al afectado, omiten también el derecho al respeto de la dignidad como fin supremo de la sociedad, y el Estado que a través de hechos nos deja claro que faltas de respeto como esas no tienen relevancia.
Cholear a la gente, la típica actitud que adquiere un
ricachón o alguien que dice o cree (a ciegas) serlo. Es irritantemente común escuchar en los medios de transporte o instituciones “educativas” la irreverencia de: calla cholo, o calla serrano, pretendiendo ofender a la persona o al menos hacerla sentir inferior, una completa gilipollez claro, pues la mayoría de los peruanos somos cholos y nuestros antepasados nos convierten en cholos, duela a quién le duela.
Ahora, especular y difundirlo. ¡El favorito en cuestión de
chismes por los programas televisivos “chicha” o los periódicos sobrevivientes re “chichas”! Estos medios informativos y nada culturales encargados de desgraciarle la reputación, más de lo que está, a los personajes famosos de la conocida farándula peruana o como le acuñan a la actualidad: Chollywood.
Y para no cansar a los lectores con mentalidad extraña que
disfrutan de las columnas, vamos a juntar en un montón, las últimas posibilidades del segundo párrafo para su breve desarrollo.
Producir seriecitas mal orientadas, pintar con grafitis
amorosos y disléxicos las paredes de los colegios, lanzar demagogias a peruanos desesperados, ¿Qué tienen en común? La palabra “Calamitoso”. Pues no se difunde cultura para algún bien a la sociedad o mejora en ella, no se trata de actos moralmente bien vistos, etc.
¡Listo! Hemos terminado con la profundización de las
hipótesis propuestas a la cuestión, más no con el “raje”.
La libertad de expresión engloba demasiados conceptos, pero
rápidamente hemos tocado si a penas el de la comunicación por lo general, oral y cotidiana. Para resaltar a un punto de vista personal, las muchas interpretaciones del término “libertad” para su ejecución, a pesar de estar especificado en el libro de la CPP lo que significa (es actuar bajo propia voluntad sin sobrepasar los derechos de otros), y con esto quiero llegar al desorden que se fomenta y las violaciones a la integridad de la persona por mera ignorancia o capricho, a causa de las contradicciones también por parte de los mismos artículos o incisos de la Carta Magna, tales como: el ejercicio público de todas las confesiones es libre y la difusión del pensamiento, pero a su vez, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden público, bien, pongamos un caso de la vida real. “Un evangelista que para el ejercicio público de su confesión y la difusión de la misma, pregona por las calles a viva voz, citas bíblicas o reflexiones. En eso, aparece una señora moralmente ofendida al ser su doctrina contraria a la del evangelista y lo censura”. Contradictorio ¿no? Aquí tienes algo más para analizar en tus ratos libres, amigo lector.
Artículo 1º.- La defensa de la persona humana y el respeto de
su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado.
Artículo 2º.- Toda persona tiene derecho:
2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por
motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.
3. A la libertad de conciencia y de religión, en forma
individual o asociada.
No hay persecución por razón de ideas o creencias. No hay
delito de opinión. El ejercicio público de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden público. 4. A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley.
8. A la libertad de creación intelectual, artística, técnica
y científica, así como a la propiedad sobre dichas creaciones y a su producto. El Estado propicia el acceso a la cultura y fomenta su desarrollo y difusión.
19. A su identidad étnica y cultural. El Estado reconoce y
protege la pluralidad étnica y cultural de la Nación.
Todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante
cualquier autoridad mediante un intérprete. Los extranjeros tienen este mismo derecho cuando son citados por cualquier autoridad.
Artículo 13º.- La educación tiene como finalidad el
desarrollo integral de la persona humana. El Estado reconoce y garantiza la libertad de enseñanza.
Los padres de familia tienen el deber de educar a sus hijos y
el derecho de escoger los centros de educación y de participar en el proceso educativo.