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LA MAYÉUTICA O MÉTODO SOCRÁTICO

Si bien Sócrates nunca


sistematizó su método,
Platón en sus diálogos
nos permite
reconstruir la secuencia de la
maieutiké techné, en cinco
pasos:
1. En un momento inicial, se
plantea una pregunta
referente a un tema
general y de
naturaleza trascendental:
Qué es la virtud?; Qué
es el saber?; En qué
consiste la
belleza?... etc.
2. El alumno o interlocutor
da una respuesta que es
rebatida o discutida por el
maestro.
3. Luego, se provoca una
discusión cuyo objetivo es
desatar la confusión e
incomodidad
del interlocutor o aporía (
πορίαἀ ), a la cual se
llega cuando éste no logra
ver con
claridad aquello que al
comienzo del diálogo
defendía con claridad y
vehemencia. La
llegada a esa aporía resulta
ser definitiva para el
aprendizaje. Sócrates
identifica este
momento con los dolores que
siente la parturienta justo
antes de dar a luz.
4. Después de superar
este momento de
aparente confusión, la
Mayéutica propone
trascender hacia definiciones
cada vez más generales de
la cuestión considerada
5. La discusión llegaría a su
fin cuando el discípulo,
gracias a la ayuda del
“maestro-
partera”, consigue llegar a
aprehender el conocimiento
universal de aquel asunto
que
se indagaba. Sin embargo, en
muchos casos se llega a un
estado de indefinición, de
suspensión del juicio o
epokhé
Si bien Sócrates nunca
sistematizó su método,
Platón en sus diálogos
nos permite
reconstruir la secuencia de la
maieutiké techné, en cinco
pasos:
1. En un momento inicial, se
plantea una pregunta
referente a un tema
general y de
naturaleza trascendental:
Qué es la virtud?; Qué
es el saber?; En qué
consiste la
belleza?... etc.
2. El alumno o interlocutor
da una respuesta que es
rebatida o discutida por el
maestro.
3. Luego, se provoca una
discusión cuyo objetivo es
desatar la confusión e
incomodidad
del interlocutor o aporía (
πορίαἀ ), a la cual se
llega cuando éste no logra
ver con
claridad aquello que al
comienzo del diálogo
defendía con claridad y
vehemencia. La
llegada a esa aporía resulta
ser definitiva para el
aprendizaje. Sócrates
identifica este
momento con los dolores que
siente la parturienta justo
antes de dar a luz.
4. Después de superar
este momento de
aparente confusión, la
Mayéutica propone
trascender hacia definiciones
cada vez más generales de
la cuestión considerada
5. La discusión llegaría a su
fin cuando el discípulo,
gracias a la ayuda del
“maestro-
partera”, consigue llegar a
aprehender el conocimiento
universal de aquel asunto
que
se indagaba. Sin embargo, en
muchos casos se llega a un
estado de indefinición, de
suspensión del juicio o
epokhé.
Mayéutica significa arte de dar a luz ideas. La madre de Sócrates era partera, entonces
hace una co relación entre el nacimiento de un ser humano y el surgimiento de una idea
verdadera o concepto. La mayéutica es un diálogo sobre se empela la dialéctica.
Si bien Sócrates nunca sistematizó su método, Platón en sus diálogos nos
permite reconstruir la secuencia:
1.IRONÍA:
En un momento inicial, se plantea una pregunta referente a un tema general y de
naturaleza trascendental: ¿Qué es la virtud?; Qué es el saber?; En qué consiste
la belleza?... etc. El emisor afirma la sabiduría de su interlocutor.
2. REFUTACIÓN:
El alumno o interlocutor da una respuesta que es rebatida o discutida por el maestro.
Aquí se provoca una discusión cuyo objetivo es desatar la confusión e incomodidad del
interlocutor, a la cual se llega cuando éste no logra ver con claridad aquello que al
comienzo del diálogo defendía con claridad y vehemencia. Sócrates identifica este
momento con los dolores que siente la parturienta justo antes de dar a luz.
3.MAYÉUTICA PROPIAMENTE DICHA
. Después de superar este momento de aparente confusión, la Mayéutica
propone trascender hacia definiciones cada vez más generales de la cuestión
considerada. La discusión llegaría a su fin cuando el discípulo, gracias a la ayuda del
“maestro-partera”, consigue llegar a aprehender el conocimiento universal de aquel
asunto que se indagaba. Sin embargo, en muchos casos se llega a un estado de
indefinición, de suspensión del juicio o epokhé.
EJEMPLO DE DIÁLOGO SOCRÁTICO

«Glaucón, muchacho de menos de veinte años, deseoso de ponerse al frente de la nación,


es disuadido por sus parientes pero sin conseguirlo. Sólo Sócrates, por la voluntad que le
profesa, tiene influencia sobre él para desvanecerle sus ilusiones ya sea usando la dureza;
o usando el ridículo. Un dia, habiéndole encontrado fortuitamente, le detiene y para hacerle
entrar en conversación y abrirle ganas de oírle, le dijo:

—Glaucón, ¿así que tienes pensado convertírtenos en gobernante?

—¡Así es Sócrates!—A fe mía que cosa honrosa es esa, si las hay entre los hombres.
Claro que se entiende que si logras hacerlo bien. Incluso estarás en condiciones de ayudar
a tus amigos, de ser la honra de tus padres y engrandecerás la patria, llegando a ser
célebre no sólo en tu polis, sino en la Grecia entera e incluso entre los bárbaros. Y por
donde quieras que vayas, despertarás admiración…

Glaucón, oyendo tales cosas, se ponía ufano y gustoso se queda a hablar con él. Sócrates
continuó:

—Entonces una cosa debe quedar bien clara, y es que si quieres estos honores ¿es que
los quieres conseguir haciendo bien a la nación?

—Pues, claro que sí.

—Venga, pues, no seas reservado, y dinos por dónde vas a empezar a hacerle bien a la
nación.

Habiendo quedado Glaucón pensativo, Sócrates siguió:

— Será acaso así como si quisieras engrandecer la casa de un amigo, tratarías


seguramente de ir haciéndola más rica, así también va a intentar hacer más rica a la
nación?

—Por supuesto que pienso hacerlo así.

—Si es así, ¿será más rica si logras aumentar sus ingresos? Por ello, supongo que tienes
muy bien examinado, el estado de cuentas para saber de dónde sacar y dónde poner.

—A fe mía, que estas cuestiones no las tengo bien examinadas…

—Bueno, si aún no has calculado los ingresos, ¿tienes por lo menos examinado los gastos
para poder cercénarlos si crees que son excesivos?

—Aún no he tenido tiempo de ocuparme de eso.

—Siendo esto así dejaremos para otro rato lo de hacer rica a la nación, pues, ¿cómo va a
ser posible, sin conocer ni los gastos ni ingresos?

—Pero es que, Sócrates, también se puede enriquecer a la nación a costa de los


enemigos.

—Sí a fe mía y mucho por cierto, siempre que uno salga victorioso de ellos, porque si
quedas derrotado, es mejor ni intentarlo.

—Me parece justo tu razonamiento.

—Vamos a ver: Dínos primero que todo: ¿cuál es la fuerza de la nación a derrotar, el
número de los enemigos, para ver si sus fuerzas resultan superiores a las tuyas?
—No voy a poder así, de memoria, decirte todo esto.

—Pues si lo tienes por escrito, venga acá, que con mucho gusto habré de oírlo.

—Es que tampoco nunca lo he puesto por escrito.

—O sea, que deberemos también abstenemos de las cuestiones de la guerra, puesto que
o bien por su amplitud o por tu bisoñez aún no las tienes examinadas.…Acepto tus
excusas, pero me sigue preocupando la futura gestión de tu gobierno. Si algún día
pretendes administrar una ciudad compuesta por diez mil casas y todas a la par espero por
lo menos me expliques cómo te has ido ensayando en la tuya o en mejorar las condiciones
de una sola, la de tu tío, que bien todos sabemos que lo necesita. Y si con estas dos
puedes, prueba de ir intentándolo en las otras. Porque si no puede uno cargar con una
arroba, ¿cómo va a poder con muchas?

—Sí; pero es que yo bien que acertara a mejorar la casa de mi tío, si quisiera hacerme
caso.

—Y, tú crees, que si no has podido convencer a tu tío, ¿crees que vas a poder convencer
a todos los atenienses, con tu tío incluido? Guarda, Glaucón, no sea por ansia de hacerte
un gran renombre vengas a caer en el efecto contrario. O, ¿es que no ves cuán
resbaladizo es ponerse a hablar sobre materias que uno no conoce? Considera que los
hombres que tienen renombre y consideración son los que entienden en sus propios
asuntos; y los que tienen mala fama y son menospreciados son los más ignorantes. Así
que si tienes buena fama y renombre, ve intentando conseguir eso de saber sobre
aquellas cosas en que quieres actuar; porque si quieres triunfar sólo podrás hacerlo, si
tienes ventaja sobre los demás».

JENOFONTE (Recuerdos de Sócrates» cap. VI, 1.)

ACTIVIDAD:

1).-Menciona cuál es el tema que se dialoga

2).-Qué hace Sócrates durante el diálogo?


3).-A qué conclusión es posible llegar?

4).-Te ha pasado que creías saber algo y cuando tuviste que explicarlo no podías hacerlo
con claridad?

5).-Qué sugerencias podrías dar para no caer en una situación incómoda al dejar en
descubierto tu ignorancia?

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