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Doña Pachita

Oriunda de Parral, en Chihuahua, pero radicada en la Ciudad de México, su nombre real fue
Bárbara Guerrero. Es la chamana-nahuala en quien Grinberg personalmente profundizó más,
ahondando en su capacidad de afectar el espacio, la energía y la materia con la mente para sanar
enfermedades. Explica que la mente es capaz de dar indicaciones a su cuerpo de manera
inconsciente (para indicar, por ejemplo, que debe mover un brazo y tomar un objeto o una pierna
para caminar) y que de esta manera, brujos del nivel de conciencia de Pachita lograban darle
indicaciones a cuerpos en el exterior para sanarlos a través de “milagrosas operaciones
quirúrgicas” –En su libro “Las manifestaciones del ser, Pachita”, Grinberg relata a detalle estas
operaciones invisibles. Plantea también la relación de este enigmático don con las curaciones que
sacerdotes y príncipes mexicas realizaban en la época precolombina, quienes eran médiums o
instrumentos orgánicos para que los seres espirituales pudieran encarnar en el mundo material y
sanar a quien así lo pedía.

Brujas de Huichapan

Huichapan es un municipio y también un Pueblo Mágico del estado de Hidalgo. Es aquí donde está
muy arraigada la creencia de la existencia de brujas. Se cuenta que en los cerros de esta región,
estos seres llevan a cabo sus aquelarres y rituales. En el día puedes encontrar a muchas mujeres
caminando por las calles. Lucen normales, como cualquier humano. Sin embargo, cuando las
estrellas salen en el cerro de Coatépetl algo siniestro pasa. Hay noches en las que practican magia
negra en ese cerro, sobre todo a la luz de la luna. Se sacan los ojos, se cortan las piernas y brazos a
manera de ofrenda. Muchas adoptan forma de guajolote en las noches pero, con el primer rayo
del sol, dejan su piel y vuevel a convertirse en mujeres. A muchos, ni se les ocurre pronunciar la
palabra “bruja” los viernes y, de manera extraña, hay quienes protegen las entradas de sus casas
con sal de grano o tijeras abiertas para que las brujas no se roben a los niños. Antes de la
pandemia, en este misterioso lugar, el gobierno municipal promovía un tour “miedo y misterio”
para conocer más a fondo las leyendas de brujas, los sitios donde se supone suelen estar, además
de otros lugares donde ocurren cosas extrañas.

Las brujas de Los Dinamos

El Parque Nacional los Dinamos, al sur de la CDMX, es un lugar ideal para conectar con la
naturaleza sin salir del gigante de asfalto. Puedes recorrer sus senderos naturales, conocer el Río
Magadalena y las cascadas que se forman a su alrededor. Pero, ¿sabías que allí existen brujas
esperando a su próxima víctima? Los cerros de Los Dinamos han sido perfectos escenarios de
leyendas que involucran magia negra, brujas, por supuesto, y ocultismo. En especial, en las noches
de luna llena, el misterio se hace presente. Los lugareños aseguran que, si andas solo en la
madrugada por ahí y volteas al cielo, alcanzarás a ver unas brillantes bolas de fuego que caen
detrás de las montañas. Si te preguntas qué son, la respuesta quizá no sea la que esperabas. Según
los habitantes más longevos de Los Dinamos y zonas aledañas, se trata e brujas que han salido a
iniciar sus ritos, a buscar recién nacidos para robárselos y, así, nunca envejecer. No faltan aquellas
que solo quieren vengarse de aquellos humanos que pudieron timarlas para escapar de su maldad.
No son pocos los que aseguran haber visto a mujeres hermosas convertirse en guajolotes cerca de
esta zona.

La bruja de Aculco

En el Estado de México, en el municipio de Aculco, el frío cala los huesos. Las mañanas se cubren
de una capa de niebla. Entre cascadas, peñas, ríos y calles empedradas donde se construyeron
casas de cantera blanca pasan sucesos escalofriantes. Uno de ellos pregona que hay espíritus que
no quieren dejar Aculco y almas encerradas en los árboles. El relato más escalofriante es el de una
mujer de piel trigueña y pelo negro que, a pesar de su belleza, nadie se le acercaba, pues había
algo raro en ella. La gente decía que era una persona poco confiable y practicante de magia negra.
El tiempo pasó y nadie se acercaba a la mujer, ella quería ser madre, los años corrieron y la
esperanza se fue. Así que ella decidió convocar entes malignos para que le concedieran el deseo
de ser madre. Sin embargo, lo único que creció en ella fue el odio. Un día, desesperada, hizo un
trato con el diablo y, al poco tiempo, comenzaron a desaparecer en el pueblo de Aculco. La gente
confrontó a la mujer, pero lo único que vieron fue un enorme árbol en medio de la casa de ella.
Para sorpresa el árbol era la mismísima bruja, junto al alma de los niños desaparecidos. Los
habitantes del pueblo empezaron a machetear el árbol, pero una voz macabra confesó lo ocurrido.
Desde entonces, el árbol permanece intacto. No falta quien cuente que, si cortas un pedazo del
tronco, saldrá una savia blanca y luego de unos minutos se tornará roja como la sangre. Se dice
que todavía se escuchan a los niños gritando. El gobierno del municipio de Aculco realiza un
recorrido de leyendas por este Pueblo Mágico, así que, si vas a sitio, te recomendamos pedir
informes en el ayuntamiento para obtener más información.

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