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12 leyendas mexicanas cortas basadas en el folclore

popular
Varias historias fundamentadas en la cultura oral mexicana, leyendas con
décadas de historia.

Las leyendas mexicanas cortas son famosas por su contenido místico y el


sincretismo cultural que las conforma. Son parte importante de la cultura
popular, ya que representan y al mismo tiempo transmiten valores e
imaginarios sobre la vida y la muerte, lo masculino y lo femenino, la
moral y la injusticia, las sanciones y las recompensas.

En este artículo encontrarás 12 leyendas mexicanas cortas, así como una


breve descripción sobre este tipo de narrativas y cuáles son las
funciones que cumplen.

12 leyendas mexicanas cortas

Las leyendas son los relatos que se transmiten de generación en


generación a través de la palabra hablada, y en menor medida a través de
los textos. Se trata de narraciones que pueden incluir elementos y
personajes históricos, fantásticos o sobrenaturales, que interactúan con
las personas e impactan los fenómenos de la vida cotidiana. Tienen la
función de explicar situaciones humanas o de la naturaleza, y tienen la
facultad de representar parte importante de los imaginarios, los valores
y las convenciones sociales.

Por lo mismo, las leyendas varían de acuerdo con el lugar donde emergen y
la cultura que las transmite. En las leyendas mexicanas podemos encontrar
un amplio repertorio de imágenes simbólicas y representaciones míticas
que cumplen funciones sociales importantes. Aunque existen muchas más, a
continuación veremos varias leyendas mexicanas cortas.

1. La llorona

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo existió una mujer que, en un
intento de vengarse del hombre que amaba, asesinó a sus hijos ahogándolos
en un río. Inmediatamente después se arrepintió, y ante la culpa decidió
suicidarse.

Desde entonces, vaga por las calles de distintas ciudades al caer la


media noche (especialmente se aparece cerca de lugares donde hay agua), y
repite sin cesar “¡Ay mis hijos!”. Por esto es conocida como “La Llorona”

Las raíces de esta mujer, y los motivos que la llevan a vengarse, varían
de acuerdo con la versión. Así mismo hay quienes cuentan que se trata de
una mujer que se aparece específicamente a hombres borrachos y a través
del susto les castiga.

2. El Popocatépetl y el Iztaccíhuatl

En el centro de México existen dos volcanes que se llaman Popocatépetl e


Iztaccíhuatl, tal como habían sido nombrados un guerrero azteca, y la
hija de uno de los jefes, respectivamente. Popocatépetl tuvo que ir a la
guerra, pero le prometió a Iztaccíhuatl que volvería tan pronto como
fuera posible.
No obstante, otro guerrero que los había escuchado y también se
encontraba enamorado de la hija de jefe, le hizo saber a Iztaccíhuatl que
Popocatépetl había muerto en combate, aunque esto no había ocurrido. Fue
tanta la tristeza que Iztaccíhuatl decidió quitarse la vida, y cuando
Popocatépetl regresó y no encontró a su amada, hizo lo mismo. En un signo
de estremecimiento, los dioses decidieron reunirlos de nuevo en la forma
de dos grandes volcanes.

3. El callejón del beso

Esta leyenda, típica de la ciudad de Guanajuato, cuenta que un padre


receloso habían separado a su hija Carmen de su enamorado. A tal punto le
disgustaba el vínculo amoroso, que le prometió casarla con otro hombre,
más rico y prestigioso, que vivía fuera de país. Antes de cumplir con
ello, encerró a la hija en una de las típicas casas de la ciudad, que se
caracterizan por encontrarse en alto y una muy cerca de la otra,
divididas únicamente por un pequeño callejón.

Para fortuna de los enamorados, la ventana de la habitación de Carmen


colindaba con la de una casa en venta, que fue rápidamente adquirida por
el enamorado, como única solución para su reencuentro. Así los enamorados
pudieron estar juntos nuevamente.

Pero, poco después, fueron descubiertos por el padre, quien presa de la


furia, clavó una navaja en el pecho de su hija. Su amado solo pudo darle
un beso de despedida. Desde entonces, este callejón ha sido bautizado
como el callejón de beso, y es tradición para las parejas que lo
atraviesan besarse ahí mismo.

4. El colibrí maya

Dicen cuando los dioses mayas crearon la tierra, a cada animal le


asignaron una tarea determinada. Pero, al terminar, se percataron de que
no había quien transportara las ideas, los pensamientos y los deseos
entre unos y otros.

Encima se habían terminado el barro y el maíz, que son los materiales con
los que habían originado el resto de las cosas. Sólo les quedaba una
pequeña piedra de jade, por lo que decidieron tallarla y crear una
pequeña flecha. Cuando finalizaron soplaron sobre ella y salió volando.
Habían creado así un nuevo ser, al que llamaron x’ts’unu’um, que
significa colibrí.

5. La Mulata de Córdoba

La Mulata de Córdoba fue una mujer condenada a la hoguera por el Santo


Oficio, cerca de la costa al este de México. Se le atribuía el poder de
la eterna juventud y ser la abogada de los casos imposibles, como los de
obreros desempleados y mujeres solteras. Se encontraba siempre rodeada de
hombres que con facilidad se enamoraban de ella y perdían el camino de la
rectitud. Ante todo lo anterior, decían que tenía pactos con el diablo y
que incluso lo recibía en su propia casa.

Hasta que fue detenida por el Tribunal de la Santa Inquisición, siendo


acusada de practicar la brujería y de haber llegado en un barco que no
había atracado en ninguna playa. Una noche antes de cumplir su condena y
mientras se encontraba en una celda, solicitó que le llevaran un trozo de
carbón, con el que dibujó un barco y pudo volar fuera de las rejas. Al
llegar, los guardias sólo pudieron encontrar un olor a azufre, cuya
existencia se relata hasta nuestros días.

6. El callejón del muerto

Esta leyenda cuenta que en la ciudad de Oaxaca, al sur de México, un


hombre cuya tarea era encender las lámparas de aceite de la ciudad, fue
asesinado ahí mismo. Había concluido su labor, pero enseguida se percató
de que faltaba encender una, por lo que volvió justo antes de volver a
casa. Murió misteriosamente y, desde entonces, dice la leyenda que su
alma se aparece después de las 9 de la noche, para recorrer el callejón
de las lámparas de aceite.

Esta es una de las leyendas de México con unos orígenes más recientes,
pero no por eso deja de formar parte de la cultura popular de la región.

7. El nagual

Desde la época prehispánica, varios de los dioses que han formado parte
de la cultura mexicana han tenido la facultad de cambiar de la forma
humana a la de algún animal. Está facultad se trasladó después a brujos,
brujas y chamanes, quienes adquieren las habilidades del animal en el que
se transforman y lo utilizan en favor de la comunidad.

Así pues, dice la leyenda que los nahuales se aparecen constantemente a


las personas, especialmente a la media noche y tomando la forma de
animales comunes.

Esta es una de las leyendas mexicanas en las que se nota la influencia


del folclore prehispánico fundamentado en muchas creencias animistas
según las cuales objetos y animales no humanos tienen facultades
intelectuales propias de nuestra especie.

8. El callejón del diablo

Ubicado en la Ciudad de México, cuentan que en este callejón se aparece


el mismísimo diablo. Un hombre escéptico decidió comprobar tal historia,
con lo que se animó una noche a caminar por ahí. Se trataba de un lugar
sombrío donde se encontraban algunos árboles.

Cuando no llevaba ni la mitad del camino se detuvo, ya que creyó haber


visto una sombra detrás de un árbol. Enseguida continuó andando, y
cuentan que la sombra se le acercó, tomando la forma de un hombre que
reía intensamente. El hombre antes escéptico salió corriendo, pero
comenzó a sentir que el suelo se hundía y le atrapaba con fuerza para
impedir su huída.

No obstante, logró escapar y transmitir su encuentro con el diablo a


quienes se encontró por el camino. En otras versiones se cuenta que la
aparición fue hacia un hombre borracho y que, para evitarla, es necesario
depositar diariamente joyas y ofrendas bajo el árbol donde se aparece.

9. La isla de las muñecas


En Xochimilco, una de las delegaciones de la Ciudad de México donde se
encuentra un gran lago con numerosas trajineras, se cuenta que un hombre
llamado Julián Santana recolectaba muñecas abandonadas.

El hombre vivía en una de estas trajineras, y la razón por la que juntaba


las figuras era para ahuyentar a los espíritus de lago. Específicamente,
Don Julián ofrecía estas muñecas en símbolo de paz para ahuyentar el
espíritu de una niña que murió ahogada ahí mismo.

Actualmente existe una pequeña isla con las muñecas recolectadas por Don
Julián en los canales de Xochimilco, y dicen que el alma de este hombre
vuelve constantemente para cuidarlas. De sta manera, esta leyenda
mexicana ha dado paso a una leyenda urbana cuya realidad transcurre en el
tiempo presente.

10. La princesa Donají

Esta leyenda cuenta que Cosijopi, el último gobernador del Istmo de


Tehuantepec, en la zona sur de México, tuvo una hija a la que llamó
Donají. Durante una guerra entre los mixtecos y los zapotecos, Donají fue
capturada como rehén y posteriormente decapitada. A pesar de que su
cuerpo fue sepultado, nunca se dio a conocer el lugar donde yacía su
cabeza.

Tiempo después, un pastor que pasaba por la sierra oaxaqueña arrancó una
azucena (flor silvestre también llamada lirio). Al hacer esto, encontró
bajo la tierra lo que parecía ser una cabeza humana, y al rescatarla, la
llevó a reunirse junto con su cuerpo en el templo de Cuilapam. Fue
entonces cuando el alma de la princesa Donají pudo finalmente descansar
en paz.

Este es otro de los muchos ejemplos que muestran hasta qué punto la
muerte tiene un rol relevante en las leyendas mexicanas, y casi siempre
va de la mano de elementos narrativos relacionados con el drama.

11. El árbol del vampiro de Guadalajara

Hace muchos años, un extranjero proveniente de Europa llegó a un poblado


de la zona de Guadalajara, México. Era una persona extraña y reservada,
pero su falta de interés en socializar con la gente de la región no era
lo más inquietante.

De hecho, desde la llegada de este hombre misterioso, empezaron a


aparecer primero cadáveres de animales, y luego cuerpos sin vida de
niños, todos ellos desangrados.

Una noche, las gentes del poblado decidieron buscar al extranjero para
enfrentarlo, asumiendo que él era el autor de los hechos. Esa noche lo
encontraron intentando morder a un lugareño, así que le clavaron una
estaca de madera y luego sepultaron su cuerpo bajo una pila de ladrillos.

Años después un árbol creció de entre los ladrillos a partir de la estaca


de madera, y se dice que al cortar sus ramas aparecen dentro del corte
regueros de sangre, de las víctimas del vampiro de Guadalajara.

12. La leyenda de Tepoztécatl


Tepoztécatl es un personaje de leyenda de la región mexicana de Morelos.
Se dice que fue el hijo de una princesa embarazada a través de la magia a
través de un pequeño pájaro que se posó en su hombro. Como no estaba
casada, los padres de la princesa se enfadaron con ella, y la joven se
vio forzada a separarse del bebé una vez se produjo el nacimiento.

Y así empezó el periplo de Tepoztécatl, cuando su madre lo abandonó en el


bosque y fue recogido por una colonia de hormigas. Estos pequeños
insectos lo alimentaron cooperando con unas abejas, que cedieron parte de
su miel para que las hormigas se la llevaran al pequeño.

Meses más tarde, las hormigas dejaron al pequeño Tepoztécatl al lado de


un agave, y este lo acogió entre sus hojas y lo alimentó con su sabia.
Pasó un tiempo, y el agave dejó a Tepoztécatl sobre unos maderos y lo
puso en el río, lugar en el que el niño viajó hasta que una pareja de
ancianos de Tepoztlán lo hallaron y lo adoptaron en su familia.

Años más tarde, cuando Tepoztécatl ya era un joven fuerte e inteligente,


un monstruo con forma de serpiente gigante llamado Mazacóatl apareció
para atemorizar a los pobladores de la región, y el anciano que había
adoptado al joven fue elegido para luchar con ella. Como se sentía viejo
y débil, su ahijado Mazacóatl lo reemplazó, y mató a la serpiente usando
un filo hecho con cristal de obsidiana.

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