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Interioridad en la espiritualidad
espafiola en 1530
1. El hecho.
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388 MELQUIADES ANDRÉS
Para Osuna no hay otra comunicacion con Dios sino la oracion. Distingue tres
clases: vocal, de meditacion y de recogimiento.
En cuanto a la primera el mistico andaluz supera el recargamiento exterior de
la escuela de las reformas y observancias con sus seis, siete y mas horas de oracion
vocal cada dia. Los religiosos que de sean aprovechar, no deberian rezar vocalmente
mas que el oficio divino y alguna oracion a Nuestra Serrora. Algo similar afirma
B. de Laredo 6. Bernabé de Palma abandona la espiritualidad de la multiplicacion
de obras y se abraza con la dei recogimiento, que se endereza en directo a la raIz:
"este es el camino verdadero para desarraigar los vicios y plantar las virtudes. En-
serre, pues, el que quisiere a guardar la vista y hacer penitencia... y cosas seme-
jables para a1canzar virtudes ... , que yo no quiero enserrar ese camino, mas que tra·
bajen 10 primero de recoger los pensamientos dentro de SI mismos ... , porque es
mucha mejor mirar las raices y cortarlas, que no ... cortar las ramas dejando las
raices" 7.
Para Osuna la oracion de recogimiento es mas perfecta, porque para ella se alza
10 mas alto de nuestra alma mas pura y afectuosamente a Dios con las alas dei
deseo y piadosa afeccion esforzada por el amor. El cual cuanto mayor es tiene me·
nos palabras. Porque si es verdadero, no sabe buscar rodeos de palabras compues·
tas, mas callando obra grandes cosas 8. De ahi el canto maravilloso de Osuna al
amar, compuesto segun el recurso literario de los alfabetos: "Oh amor dichoso ...
que tu eres ancora de nuestra esperanza ... ; baculo pastoral...; comunicacion dei
Espiritu Santo ... ; don entregarido en los otros dones ... ; estrella de la marrana ... " 9.
5 B. DE LAREDO, Subida deI Monte Si6n, o. C., pp. 114·115. He aqul otro pasaje: «No vaya
el anima a ver aquestos misterios al lugar a donde caescieron, mas que el lugar y el mis·
terio 10 atraiga y 10 meta en si misma, recogiéndose todo dentro de si, porque en su mismo
coraz6n tiene anchuras y lugar ... », p. 119. «Vuelve y éntrate en ti, y a ti atraeras los mis·
terios y todos cabran en ti ... », p. 200. No nos derramemos en ir a los lugares santos, ni
aun al cielo, sine que en mirando la imagen pintada, nos retraigamos a entrar dentro de
nosotros mismos, y dentro en nuestro coraz6n, y que en él nos encerremos y dentro en él
hallaremos nuestro benigno Dios, espejo clarisimo en el cual veremos todo nuestro querer,
todo cuanto ver quisiéremos; y ésta es arte para presto aprovechar mucha mas y con mas
recogimiento.
«Contemplar nuestro inaccesible Dios sin los entremeses, revueltas y casi juego dei gusto
de aquestos nuestros sentidos, y aun de su interior sentimiento, negandose todo el hombre
de todo 10 que no es Dios, viendo que es no inteligible y que 10 que el hombre puede obrar
en su inquisici6n en verdad es casi nada por si». O. C., p. 200.
6 B. DE LAREDO, O. C., p. 380, reduce el tiempo de las oraciones vocales en la contemplaci6n
en quietud a media hora 0 menos de invocaci6n a Nuestra Senora y a la Cruz 0 llagas de
Cristo. Los grados de la escala de Laredo para ir a la perfecci6n son pura interioridad: lecci6n,
meditaci6n, contemplaci6n y espiritualidad: "Con la dicci6n busca el anima 10 que quiera;
con la oracl6n 10 demanda; la meditaci6n 10 recibe, y en la contemplaci6n 10 posee y goza
de toda quietud y paz en la espiritualidad pura, simple y verdadera conoce a su Hacedor,
que demanda ser buscado en espiritu y verdad» (LAREDO, o. C., p. 205).
7 B. DE PALMA, O. C., Preparaci6n, c. 8.
S F. DE OSUNA, O. c., tr. 13, cc. 3 y 4, pp. 465·467.
9 En el Cuarto Abecedario 0 Ley de Amor, Misticos Franciscanos, Madrid 1948, BAC) pp.
445·448, recoge los aforismos sobre los cuales pensaba haber hecho este abecedario.
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Nuestros misticos dei siglo XVI son los grandes cantores de la espiritualizacion
y trasvase deI amor terrenal al divino 10. El alma col oc ad a en la cima deI amor no
desprecia las formas sensibles de religiosidad, sino cumple los mandamientos y em-
plea la libertad que da el amor, para juzgar las divers as manifestaciones cambiantes
de cuIto.
2. Etapas de la interioridad.
Las etapas de la interioridad en los recogidos son tres: conocimiento propio
o aniquilacion 0 confusion, imitacion de Jesucristo y oracion de recogimiento 0
amor. Francisco de Ortiz distingue tres etapas: exterior, interior y superior. Entrar
des de 10 exterior bien dentro de si, y conocerse a si mismo, y des de ahi levantarse
a 10 superior y divino 11. Ni él ni ninguno de nuestros misticos separan 10 experior
de 10 interior, ni reducen 10 cristiano apura interioridad rechazando la oracion
vocal, las obras y penitencias externas. Esa escision equivale para Osuna a nadar
con una sola mano, 0 andar con un solo pie, 0 ser santos de pie quebrado. La union
con Dios se verifica en 10 interior deI corazon, pero comporta conocimiento de si
y seguimiento exterior e interior de Cristo en cuanto hombre, especialmente en la
pasion, y en cuanto Dios 12.
En un pasaje Osuna distingue el contenido de entrar en si y subir sobre si. loQué
es mejor?
"A esto decimos que ambas cosas ... , e que sin recogimiento no se puede hacer
ni 10 uno ni 10 otro. El entrar el hombre en si mesmo es el principio deI sobir
sobre si... Estas dos cos as : entrar el hombre en si mesmo e sobir sobre si,
o retraerse el anima en si, 0 sobir en alto, son las dos cos as mayores que se
hall an en este ejercicio ... El entrar en si se hace con menos trabajo que no
el salir sobre si; y por 10 tanto me parece que cuando el anima esta pronta
e idonea para ambas cos as, igualmente debes entrar dentro de ti, porque el
salir sobre ti, ell0 se verna sin tu procurarlo ...
Algunas veces acaece que se halla bien el anima no entrando en si mesma,
ni subiendo sobre si, mas en un medio, coma quien esta a la puerta, que ni
quiere salir ni entrar ... E 10 que mas debes procurar es levantar el espiritu,
recogerlo dentro de ti, e no 10 dejes ir a parte ninguna, sino que 0 junto entre
dentro, 0 junto se levante sobre ti, estando siempre entero en si segun aque-
110 ... : gozaos siempre, orad sin entreponimiento ... " 13.
El reino de Dios esta dentro de nosotros. Es tardanza y rodeo buscarle fuera. Hay
que tornar una y otra vez al coraz6n en silencio y esperanza. Osuna diferencia
tomaI' el hombre a si y tomaI' sobre si. Para 10 primero es menester que el hombre
esté consigo, pues se ha de hollar y hacer de si escal6n para tornar sobre si. El
tornar sobre si arrade una operaci6n redoblada deI alma que junta al recogimiento
un mirar sobre ello, coma quien esta sobre aviso y para mientes en 10 que hace,
no coma distracci6n, sino coma reflexi6n. Para llegar a esta cima han de pasar
muchos arros de oraci6n mental 14. El recogimiento lleva al analisis psicol6gico y
espiritual de los hechos personales. De ello ofrecen copiosos y atinados ejemplos.
Laredo distingue tres grados: llegarse el alma a si, entrarse en si, y subir sobre
si 0 sobre sus potencias, 10 cual no es otra cos a que reducirse a recogerse el alma
a la esencia 0 sustancia de si misma. Sustancia es para él 10 mas profundo, escon-
dido y radical deI alma 15. Y 10 explica con el ejemplo de la tortuga, el erizo y el
caracol.
Bernabé de Palma distingue cuatro estudios: puro corp6reo, corp6reo y espiritual,
puro espiritual y sobrenatural. Su modo de hablar pervive en Diego de Estella, Fray
Juan de los Angeles y en otros autores deI siglo XVI. "Obrar segun el espfritu y
adorar en espiritu ... es hacer nue stras obras por Dios y por su amor. Y obrar segun
la carne es hacer nuestras obras por interés deI mundo 0 apetito de carne ... Debe-
mos de jar las cos as visibles y pasar a las invisibles ... Debes acostumbrar tu enten-
dimiento a andar fuera de las cosas corporales, en tal manera que ... no se embarace
en 10 corporal, mas luego pase a entender la presencia deI Serror. El punto de par-
tida es para él la aniquilaci6n 0 conocimiento de la propia nada. Pero Palma cuida
de aseverar que no presenta un ensayo intelectual sobre los grados de la interiori-
dad, cuanto ofrece un camino experimentado y entrarral para plantar las virtudes
y desarraigar los vicios, y disponer el coraz6n "con un bien inclinado talante a obrar
con fiducia" 16.
El recogimiento procede en Osuna por una doble via: de ascenso hasta 10 mas
alto 0 sindéresis y a la transformaci6n en Dios, y de descenso en oscuridad y hon-
dura hast a las profundidades deI coraz6n 17. Compara al recogido con el erizo y la
tortuga. La mistica deI recogimiento intenta recoger las potencias y reunificarlas
en el centro deI alma en un proceso de esencializaci6n, claro ya des de los primeros
formuladores.
La mistica posterior sigue ese mismo camino de reducci6n de los sentidos exte-
riores a los interiores y potencias y de éstas a la parte superior, centro 0 fondo deI
alma, donde tiene lugar el encuentro deI alma con Dios y la transformaci6n. El pro-
ceso hacia la transformaci6n es un proceso de interiorizaci6n, esencializaci6n y di-
vinizaci6n.
Miguel de la Fuente, O. Carm. (1623), distingue tres grados, coma Ortiz y otros
anteriores: corporal, racional y espiritual 0 intimo 0 de puro espiritu, que procede
por inteligencia y afecto, recogiendo el alma a su centro, 0 esencia simplidsima, 0
vida sobreesencial y unitiva. Alli resplandece maravillosamente la semejanza deI
alma con Dios. Alli no hay multitud, sino unidad, ni distinci6n, ni composici6n de
14 F. DE OSUNA, o. c., tr. 21, c. 5, p. 545; tr. lB, c. 1, pp. 525,527, 529: «Dentro de nuestra
camara suplicamos cuando quitamos nuestro coraz6n de todo ruido de pensamientos y cui-
dados totalmente, y en una manel'a secreta y familial' decimos a Dios nuestros ruegos. Oramos,
cerrada la puerta, cuando ... Oramos en escondido, cuando solamente con el coraz6n y con
atenta anima a solo Dias nuestras peticios ... » Tl'. lB, 3, 530: «En esta operaci6n no se quita
el silencia, mas anadese un ver el hombre que calla, coma quien calla adrede y con una
fOl'zosa porfia ... »
15 LAREDO, O. c., c. 41, p. 432.
16 B. DE PALMA, O. c., cc. 5 y B.
17 OSUNA, O. c., tr. 6, c. 3, p. 3BO.
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3. Interioridad y expel'iencia.
18 MIGUEL DE LA FuENTE, O. Cann., Las tres vidas dei hombre, Toledo, 1623, ed. Madrid, 1959,
pp. 321-322. En Regla y modo de vida de los Terceros y Beatas de N.a Senora dei Carmen,
Toledo, 1615, apéndice, distingue hombre exterior, interior e intimo, 10 mismo que en Las
tres vidas.
19 B. DE LA PALMA, O. c., fil. 5: «Tiene este santo ejercicio una propiedad muy aventajada
sobre todos los otros: que cria en el anima que se da a él con todas sus fuerzas un amor
de Dios entrafiable, porque como su obra consiste en 10 interior deI hombre, alli hace sus
efectos donde es su conversaci6n, conviene a saber en las entrafias deI coraz6n. Y como son
el lugar tan tierno sus operaciones, emprimese muy fuertemente y como ase al hombre de
cosas tan delicadas, tiénelo preso con tan complido sefiorio, que en ninguna manera, ni en
lugar ninguno 10 deja, mas si alguna cosa se le interpone, tanto es el desabrimiento y desaso-
segado descontento, que no puede en manera alguna holgar hasta vol ver con quietud a ver la
cara que con solo mirar llag6 su coraz6n .. _ll «Esto siente s610 aquel que vivamente trae puestos
los ojos de la consideraci6n examinando los movimientos interiores y enfriamientos e infla-
mamientos deI entrafiable fervor; de aqui viene que pocos gozan de la holganza interior,
porque la procuran donde es imposible hallarla.ll
20 ANGELA SELKE, O. c., p. 179.
21 F. DE OSUNA, Ley de amor, BAC, Misticos Franciscanos, Madrid, 1948, pp. 221, 225.
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Pertenece a los hombres angélicos, de pura fe. Ademas, coma el alma es puro
esplritu invisible, la oraciôn que mas se conformare con el alma, le es muy mas
satisfactoria, evita los derramamientos exteriores, favorece el recogimiento interior,
enfrena los sentidos y eslabona las viitudes 24. Pero no hay verdadero seguimiento
de Cristo si falta la correspondencia en la obra. A la meditaciôn debe suceder la
operaciôn. No dice el apôstol que creamos a los pensamientos, sino a las obras 25.
La afirmaciôn de que pensamientos sin obras son engafio, y que hay que seguir a
Cristo con cuerpo y alma en la consolaciôn interior, en el trabajo y sufrimiento,
se repite par doquier frente al luteranismo, erasmismo y alumbradismo.
22 OSUNA, Tercer Abecedario, tr. 21, c. 4, p. 565.
23 OSUNA, Tercer Abecedario, tr. 17, c. 5, P. 520.
24 B. DE LAREDO, Subida del Monte Si6n, p. 328; OSUNA, Tercer Abecedario, pp. 466, 568, etc.
25 F. DE OSUNA, Tercer Abecedario, tr. 17, c. 4, p. 520. En Primer Abecedario, letra M, tr. 11,
c. 1, compara la espiritual y corporal: «Es de notar que toda casa espiritual es mas perfecta
en su manera que la corporal que le corresponde. Mas perfecto es el ver espiritual que no el
ver corporal; mas perfecto es el gozo espiritual que no el corporal; asi mas perfecto es el
dolor espiritual...ll
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"nuevo género de judafsmo contentarse con las obras exteriores y visibles, sin tener
ojo a 10 interior que significan" 28.
d. con la doctrina espiritual tradicional, que distingue los vestigios de Dios en
la naturaleza y la imagen de Dios en el hombre 29.
Es tradicional en la Iglesia, des de los libros revelados y la patrfstica la oposicion
entre interior y exterior (intus et foris). Pero el follaje que reviste la vida de la fe,
se habfa desarrollado tanto en el siglo XV, que amenazaba ahogarla y superficia-
lizarla. Era necesaria una catequesis profunda. Los conversos plantearon el proble-
ma apasionadamente. Lo mismo acontece en Hernando de Talavera, Pérez de Va-
lencia, en las apologéticas antijudfas, en las obras anticabalistas de Pedro Garda,
Pablo de Heredia, Alfonso de Zamora y en algunos tratados de espiritualidad:
"No habfan de ser justificados y salvos los hombres por sus propias obras,
sino por la fe en el Salvador; en cambio en la ley de Moisés solo se podfan
justificar por las obras, y porque la ley de Moisés no contenfa en sf salvo
que preceptos y prohibiciones" 30.
28 M. BATAILLON, Erasmo y Espaiia, p. 210. Reitera la observaci6n de que cuando cito esta
obra sin indicar volumen, se trata de la 2." edici6n.
29 SAN BUENAVENTURA, en los primeras capitulos de Itinerarium Mentis in Deum, sefiala este
triple proceso: consideraci6n deI mundo exterior, que es vestigio de Dios; de la imagen de
Dios en nosotros, imagen de Dios inmortal, espiritual, interior a nosotros. Desde ella nos
elevamos a Dios, en ella le encontramos; trascender al eterno, al espiritualismo, que esta
sobre nosotros. Lo exterior es 10 corporal, animal, sensual. Lo interior a nosotros 10 llama
espiritu. Lo superior a nosotros, mente. Esta terminologia es de no pequefio interés para en-
tender la de algunos misticos franciscanos espafioles. Para Erasmo, en cambio, hombre interior
es el alma, y hombre exterior es el cuerpo.
30 XIMÉNEZ DE PRÉXAMO, Lucero de la vida cristiana, Salamanca, 1439, c. 130. El tema de la
adoraci6n en espiritu aparece en HERNANDO DE TALAVERA, Cat6lica impugnacl6n, Mlsticos Es-
pafioles, VI, 195.
31 EUGENIO ASENSIO, Los estudios sobre Erasmo, de Marcel Bataillon, en Revista de Occi-
dente (968), 314.
32 V. BELTRAN DE HEREDIA, El edicto contra los Alumbrados dei reino de Toledo, en Revista
Espaiiola de Teologia, 10 (950) 110-118. Prop. 5: Que aunque no se pronunciasen con la boca
las palabras de la consagraci6n, bastaba pronunciarlas interiormente. Prop. 7: Que a los que
lloraban sus pecados los llamaban penitenciarios, prapietarios de SI mismos, y lloraduelos.
Prop. 12: Que estando en el dejamiento no habla de obrar, porque no pusiesen obstaculo a
10 que Dios quisiese obrar. Prop. 13: Que los actos exteriores de la oraci6n no hacen al caso,
ni son menester, y que hacerlos es imperfecci6n. Prop. 14: Que levantarse a el Evangelio 0
hacer otras sefiales e humillaciones que no era otra cosa sino jugar con el cuerpo en la Iglesia.
Prap. 16: Que no curasen de hacer reverencia a las imagenes de Nuestro Sefior y nuestra
Sefiora, que eran palos... Prop. 20: Que la oraci6n habla de ser mental y no vocal. E que
rezar en la Iglesia era atadura. Prop. 17: Diciendo a una persona que por qué no tenla
imagen de nuestra Sefiora, decfa que mirando a una mujer se acordarla de nuestra Sefiora.
Prop. 19: Que se dejasen al amor de Dios y que no rezasen: que para qué era el rezar.
Prop. 21: Que era bien no estar el hombre en oraciones particulares, porque iban a ellas los
hombres por sentimientos, y que se engendraban alli malas cosas, y que tenia por defecto
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pensar en la pasi6n y consolarse con ella... y el jueves de la Cena habia tenido mucho regocijo
y placer como si fuese dia de pascua. Prop. 24: ... que para qué adoraban la cruz, que era
un pedazo de madera que 10 podian quemar. Prop. 27: Que para qué son las excomuniones,
ayunos e abstinencias de la Iglesia: que libre habla de ser el alma. Prop. 28: Que no habla
necesidad de bulas ... Prop. 30: Que no estaba bien que los hombres se metiesen frailes.
3J ERASMO, Enquiridion militis christiani, Mtinchen, 1933, p. 67. Puede compararse esta tra·
ducci6n literaI con la deI ARCEDIANO DEL ALCOR, Enquiridion 0 manual dei caballero cristiano,
edici6n de Damaso Alonso, Madrid, 1971: «Que toda la perfecci6n de que mayor necesidad
tiene el buen cristiano, consiste en esforzarse y trabajar para apartar el coraz6n destas cosas
visibles, que por la mayor parte son imperfectas 0 medias, como ya vimos, y esto por mejor
aprovechar y crecer en las que son invisibles, pues éstas son las perfectas, como parece
en la divisi6n que arriba hubimos hecho de las partes que hay en el hombre» (p. 231).
34 B. DE LA PALMA, O. c., c II, dice que su intenci6n es dar reglas suficientes para que
cada uno de carnal sea hecho espiritual, es decir, que venga a estado que sea regido por el
esplritu en todas las cosas y sea edificado el hombre interior en el conversar espiritual, de
modo que las pasiones no le derriben ni le impidan.
15 B. DE LAREDO (1538), O. c., p. 45; en pp. 330·331 dice que el levantamiento deI alma a
Dios mediante la afici6n (mo es otra cosa que moverse sin movimiento de nuestra voluntad
por or den de solo amor».
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fifes" son opuestos los sacramentos y otras "ob ras" cristianas 36. A través de los
procesos de los alumbrados se puede seguir la penetracion deI luteranismo en la
Penlnsula.
37 Fray JUAN DE LOS ANGELES, Conquis ta dei reino de Dios, VIII, 1 (Madrid, 1958), p. 364.
3B B. DE LAREDO, Subida dei Monte Si6n, p. 327.
39 B. DE LAREDO, o. c., p. 413. El tema de la unidad es caracteristico de la mistica de reco-
gimiento. F. de Ortiz y B. de Osuna comentan: «aediflcans Hierusalem Domlnus, dlspersiones
Israelis congregabit» (Ps 146, 2), haciendo de Jerusalén nuestra voluntad; de Israel nuestro
entendlmiento; entre Moisés en la niebla, quedandose Aar6n en la ladera deI monte, y las
turbas de las fantasias lejos deI monte» (OSUNA, Tercer Abecedario, BAC, pp. 140 Y 159);
cf. A. SELKE, o. c., p. 262.
40 B. DE LAREDO, o. c., p. 324.
41 B. DE LAREDO, o. c., pp. 344, 368, 359.
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MELQUIADES ANDRÉS
Paseo Reina Cristina, 24, 2. 0
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