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Propiedades físicas
Propiedades químicas
Historia
La dopamina fue sintetizada artificialmente por primera vez en 1910 por George Barger y James
Ewens en Laboratorios Wellcome, en Londres, Inglaterra. Se denominó dopamina por ser una
monoamina, y su precursor sintético es la 3,4-dihidroxifenilalanina (L-Dopa). En 1952, Arvid
Carlsson y Nils-Åke Hillarp, del Laboratorio de Farmacología Química del Instituto Nacional del
Corazón en Suecia, demostraron su importante papel como neurotransmisor. Este y otros logros
en transducción de señales en el sistema nervioso le valieron a Carlsson el Premio Nobel en
Fisiología o Medicina, en el 2000.
Biosíntesis
La dopamina se biosintética tanto en ciertas neuronas del encéfalo como en la médula suprarrenal
primero por la hidroxilación de los aminoácidos L-tirosina a L-Dopa mediante la enzima tirosina 3-
monooxigenasa, también conocida como tirosina hidroxilasa, y después por la descarboxilación de
la L-DOPA mediante la enzima dopa-descarboxilasa. En algunas neuronas, la dopamina es
transformada en norepinefrina por la dopamina beta-hidroxilasa.
En las neuronas, la síntesis se da en los terminales axónicos mediante enzimas transportadas por
el axón, la dopamina se empaqueta en vesículas, que se liberan en la sinapsis en respuesta a un
impulso eléctrico presináptico.
Biosíntesis de la dopamina
Inactivación y degradación
Las neuronas dopaminérgicas (es decir, las neuronas cuyo neurotransmisor primario es la
dopamina) están presentes mayoritariamente en el área tegmental ventral (VTA) del cerebro
medio, la parte compacta de la sustancia negra y el núcleo arcuato del hipotálamo.
Las respuestas de las neuronas dopaminérgicas se observan cuando se presenta una recompensa
inesperada. Estas respuestas se trasladan al inicio de un estímulo condicionado después de
apareamientos repetidos con la recompensa.
Por otro lado, las neuronas de dopamina se deprimen cuando la recompensa esperada se omite.
Las neuronas de dopamina parecen codificar la predicción del error para resultados provechosos.
En la naturaleza, aprendemos a repetir comportamientos que conducen a maximizar las
recompensas. La dopamina, como se cree, proporciona una señal instructiva a las partes del
cerebro responsables de adquirir el nuevo comportamiento. La diferencia temporal del
aprendizaje proporciona un modelo computacional que describe cómo el error de predicción de
neuronas de dopamina se usa como una señal instructiva.
Anatomía
vía mesocortical
vía mesolímbica
vía nigroestriatal
vía tuberoinfundibular
Esta inervación explica muchos de los efectos de activación de este sistema dopaminérgico. Por
ejemplo, la vía mesolímbica conecta el VTA y el núcleo accumbens, centrales en el sistema de
recompensa cerebral.
Movimiento
Mediante los receptores de dopamina D1, D2, D3, D4 y D5, la dopamina reduce la influencia de la
vía indirecta e incrementa las acciones de la vía directa involucrando los ganglios basales. La
biosíntesis insuficiente de dopamina en las neuronas dopaminérgicas puede causar la enfermedad
de Parkinson, la persona pierde la habilidad para ejecutar movimientos finos y controlados. La
activación fásica dopaminérgica parece ser crucial con respecto a una duradera codificación
interna de habilidades motoras.
Socialización
En casos de trastorno bipolar, sujetos maníacos pueden ser hipersociales, y también pueden ser
hipersexuales. Esto también se da por acción de un incremento de dopamina, lo que provoca
manía, que puede ser tratada con antipsicóticos bloqueadores de dopamina. [cita requerida]
Sistema de recompensa
La dopamina se libera desde neuronas situadas en el área tegmental ventral (ATV) hasta
estructuras como el núcleo accumbens, la amígdala, el área septal lateral, el núcleo olfatorio
anterior, el tubérculo olfatorio y el neocórtex mediante las proyecciones que tiene el ATV sobre
estas estructuras. Participa en experiencias naturalmente recompensantes tales como la
alimentación, el sexo, algunas sustancias adictivas y los estímulos neutrales que se pueden asociar
con estos.
Los primeros estudios sobre el papel de la dopamina en la recompensa observaron que, cuando a
las ratas se les proporcionaba acceso a una palanca que liberaba dopamina en su cerebro, estas no
paraban de presionar la palanca. Esto hizo que se relacionase por primera vez la dopamina con el
placer. En un estudio más reciente y sofisticado, a las ratas se les extrajo la dopamina hasta en un
99 % en el nucleus accumbens y neostriatum, usando 6-hidroxidopamina. Con esta gran reducción
de dopamina, las ratas ya no pudieron alimentarse por su propia voluntad. Los investigadores las
alimentaron de manera forzada y notaron las expresiones faciales que indicaban si les agradaba o
no. Concluyeron que la reducción de dopamina no disminuye el placer de consumo, sólo el deseo
de comer.
Esto sugiere que el papel de la dopamina en la recompensa es más complejo de lo que se pensaba
y que está más relacionado con la motivación o deseo que con el placer.
Según este modelo, el sistema de recompensa se compone de tres elementos: saliencia del
estímulo (deseo), el componente hedónico (placer) y el aprendizaje (condicionamiento).
Los niveles de dopamina también varían en función de la predicción de recompensa. Cuando las
recompensas son inesperadas o mayores a las previstas, producen un incremento a corto plazo de
los niveles de dopamina. Mientras que cuando se espera una recompensa y ésta no aparece, los
niveles de dopamina bajan.
Sustancias como la cocaína, la nicotina y las anfetaminas parecen generar directa o indirectamente
el incremento de dopamina en esas áreas, y en relación con las teorías neurobiológicas de la
adicción química, y se argumenta que esas vías dopaminérgicas se alteran patológicamente en las
personas que presentan adicciones. Estas sustancias incrementan el deseo, pero no alteran las
expresiones de placer.
Los opioides y cannabinoides, en lugar de transmitir la dopamina, pueden modular el placer de los
alimentos y sabor. Estas drogas si incrementan expresiones de placer
Otros placeres, sin embargo, pueden estar más asociados con la dopamina. Un estudio informó
que tanto la anticipación como la consumación de la conducta sexual (machos) fueron
interrumpidos por receptores antagonistas de la dopamina.20 La libido puede incrementarse con
sustancias que afectan la dopamina, pero no por otras que afecten a los péptidos opioides o a
otros neurotransmisores.
En los fármacos que aumentan la actividad de la dopamina (Levodopa), se puede dar un efecto
secundario de comportamiento compulsivo (apuestas, compras, coleccionismo, desinhibición
sexual), y esto puede estar relacionado con un aumento de la dopamina.
La dopamina cumple más papeles en otros procesos del sistema de recompensa. Participa en la
consolidación de recuerdos relacionados con la recompensa y en el aprendizaje de respuestas
motoras que facilitan la adquisición de estímulos recompensantes.
El bloqueo de los receptores cerebrales de dopamina aumenta el consumo de drogas. Dado que el
bloqueo de dopamina disminuye el deseo, el aumento en el consumo de drogas se podría ver no
como un deseo químico sino como un profundo deseo psicológico de «sentir algo».
Déficit en los niveles de dopamina se han relacionado con el déficit atencional con hiperactividad
(DAH) y los medicamentos estimulantes usados exitosamente para tratar el aumento desmedido
en los niveles de neurotransmisores de dopamina llevan a la disminución de los síntomas.
Psicosis
La dopamina anormalmente alta se asocia con psicosis y esquizofrenia. Las neuronas de dopamina
en la vía mesolímbica están particularmente asociadas con estos síntomas. Las pruebas vienen
parcialmente del descubrimiento de una clase de drogas llamadas fenotiacinas (que bloquean los
receptores de dopamina D2) que pueden reducir los síntomas psicóticos, y parcialmente del
descubrimiento de drogas como la anfetamina y cocaína (que son conocidas por incrementar de
manera importante los niveles de dopamina) que pueden causar psicosis. Por esto, la mayoría de
los modernos fármacos antipsicóticos, por ejemplo, Risperidona, están diseñados para bloquear la
función de la dopamina en diversos grados.
Uso terapéutico
La dopamina es también usada como una droga inotrópica en pacientes con shock para
incrementar el gasto cardíaco y la presión sanguínea
Otros datos
Este neurotransmisor controla el sistema retiniano y los sistemas encargados de activar los centros
responsables de la actividad motora, así como los de regular ciertas secreciones hormonales, de
mandar información a células del mesoencéfalo que conectan con el cortex frontal y con distintas
estructuras del sistema límbico. Estos dos últimos sistemas tienen una función muy importante en
la vida emocional de las personas y su mal funcionamiento es característico en algunos tipos de
psicosis.
Luego de atravesar por una serie de estructuras cerebrales, la información relevante del ambiente
llega a una parte específica de la amígdala, en la que, después de un procesamiento local, pasa a
una región vecina que desarrolla la respuesta, es decir, decide si habrá o no ansiedad.
Como ocurre en cualquier parte del S. N., las estructuras que se comunican con la amígdala lo
hacen con neurotransmisores: sustancias que se liberan desde una neurona y llegan a los
receptores de la neurona vecina, en la que pueden activar o suprimir la actividad de esa célula. El
efecto de un neurotransmisor y, por tanto, de la propagación de la información, depende de los
receptores involucrados y del arreglo de los circuitos.
Por ejemplo, se sabe que entre la parte de la amígdala que recibe la información relevante del
entorno y la que envía la respuesta ansiogénica, hay grupos de neuronas inhibitorias, llamadas
islas intercaladas paracapsulares, que liberan al neurotransmisor conocido como Gaba y que
forman una especie de interfase, explicó el investigador.
El principal efecto de estas células es controlar el paso de los impulsos nerviosos desde la estación
de entrada y la de salida de la amígdala y modular la respuesta ansiosa.
Entre los neurotransmisores que actúan sobre la amígdala también está la dopamina, para la cual
hay dos receptores: D1 y D2.
Respuestas
El grupo ha encontrado que los receptores D1 se ubican en las islas intercaladas paracapsulares,
mientras los D2 se concentran en la parte de la amígdala que desarrolla la respuesta ansiosa. Más
aún, los estudios en los que se administran distintas sustancias en el cerebro de ratas de manera
controlada y no dolorosa nos han llevado a concluir que los mecanismos en los que participa la
dopamina son diferentes para modular las respuestas de ansiedad condicionada y no
condicionada, afirmó.