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Ser modernos es vivir una vida de paradojas y contradicciones. Es estar dominados por las
inmensas organizaciones burocráticas que tienen el poder de controlar, y a menudo
destruir las comunidades, los valores, las vidas y sin embargo no vacilar en nuestra
determinación de enfrentarnos a tales fuerzas, de luchar para cambiar el mundo y hacerlo
nuestro. Es ser, a la vez revolucionario y conservador: vitales ante las nuevas posibilidades
nihilistas a que conducen a tantas aventuras modernas, ansiosos por crear y asirnos a algo
real aún cuando todo se desvanezca. Ser totalmente modernos es ser antimodernos. Es
imposible captar y abarcar las potencialidades del mundo moderno sin aborrecer y luchar
contra sus realidades más palpables.
Introducción a la modernidad:
Hay una forma de experiencia vital, experiencia de tiempo y espacio, de uno mismo y los
demás, de las posibilidades y peligros de la vida que comparten todos en el mundo de
hoy. Este conjunto de experiencias es “La Modernidad”.
Ser modernos es encontrarnos en un entorno que nos promete aventuras, poder, alegría,
crecimiento, transformación propia y del mundo, todo lo que sabemos, todo lo que
somos. La modernidad atraviesa a todos, une a toda la humanidad. Pero es una unidad
paradójica, la unidad de la desunión. Nos arroja a todos en una vorágine de perpetua
desintegración y renovación de lucha y contradicción, de ambigüedad y angustia. Ser
modernos es formar parte de un universo, que como dijo Marx “Todo lo sólido se
desvanece en el aire”.
Las personas que se encuentra en el centro de esta vorágine se creen que son las primeras
y tal vez las únicas que pasan por ella. Sin embargo la realidad es que un número
considerable de personas han pasado por ella en durante cerca de 500 años. Aunque la
mayoría de estas personas han experimentado la modernidad como una amenaza radical
a su historia y tradiciones, esta a desarrollado una historia y tradiciones propia.
La vorágine de la vida moderna ha sido alimentada por muchas fuentes: los
descubrimientos en las ciencias físicas, que cambiaron nuestras imágenes del universo y
nuestro lugar en el; la industrialización de la producción, que transforma el conocimiento
científico en tecnología, crea nuevos entornos humanos y destruye los antiguos, acelera el
ritmo de la vida, genera nuevas formas de poder colectivo y lucha de clases; las inmensas
alteraciones demográficas, que separaron a millones de personas de su habitad ancestral,
lanzándolas a nuevas vidas a través de medio mundo; el crecimiento urbano, rápido y a
menudo caotico; los sistemas de comunicación de masas, de desarrollo dinámico, que
envuelven y unen a las sociedades y pueblos más diversos, los estados cada vez más
poderosos, estructurados y dirigidos burocraticamente, que se esfuerzan constantemente
en por ampliar sus poderes; los movimientos sociales masivos de personas y pueblos que
desafían a sus dirigentes políticos y económicos y se esfuerzan por conseguir control de
sus vidas; un mercado capitalista que dirige a todas las personas que siempre está en
expansión y drasticamente fluctuante. En el siglo XX los procesos sociales que dan origen a
esta vorágine reciben el nombre de “Modernización”. Estos procesos de la historia han
nutrido variedad de ideas y visiones que pretenden hacer de los hombres y mujeres los
sujetos y objetos de la Modernización, darles el poder de cambiar el mundo que esta
cambiandolos, abrir paso a través de la vorágine y hacerla suya. Estos valores y visiones
fueron nombrados modernismo. Este libro es un estudio de la dialéctica entre
Modernización y Modernismo.
Fases de la modernidad:
Primera fase: comienzos de S XVI – fines del S XVII, las personas empiezan a experimentar
la vida moderna. Buscan desesperadamente un vocabulario adecuado, tienen poca o nula
de pertenecer a un público o comunidad moderna en el cual compartir sus esfuerzos y
esperanzas.
Segunda Fase: Comienza con la ola de revoluciones en 1790. Con la Revolución francesa
surge el gran público moderno. Este público comparte la sensación de estar viviendo una
época revolucionaria, una época que genera insurrecciones explosivas en todas las
dimensiones de la vida personal, social y política. Al mismo tiempo, el publico moderno
del S XIX puede recordar lo que es vivir en mundos que no son absolutamente modernos.
De esta idea de vivir en dos mundos surgen las ideas de Modernización y modernismo.
Tercera fase: S XX. El proceso de Modernización se expande en todo el mundo y la cultura
del modernismo en el mundo en desarrollo consigue triunfos espectaculares en el arte y
en el pensamiento. Mientras el público moderno se expande, se rompe en una multitud
de fragmentos. La idea de modernidad pierde buena parte de su viveza. Pierde buena
parte de organizar la vida de las personas. Por esto nos encontramos en una edad
moderna que perdió el contacto con las raíces de su propia modernidad.
Rosseau fue el primero en utilizar la palabra modernidad con el sentido que se uso en el S
XIX y XX y es la fuente de de algunas de nuestras tradiciones modernas más vitales: la
ensoñación nostálgica, la introspección psicoanalítica y la democracia participativa.
Rousseau asombro a todos al decir que la sociedad europea estaba al borde del abismo.
Experimentaba la vida cotidiana de esa sociedad como un torbellino ¿Cómo iba el
individuo a a moverse y sobrevivir en el torbellino?.
Podemos hacernos una idea de la y riqueza del Modernismo de S XIX escuchando a Marx
que no es asociado a ninguna clase de modernismo.
Marx: “ Las revoluciones de 1848 no fueron más que pequeños hechos episodicos. Ligeras
fracturas y fisuras en al dura corteza de la sociedad europea bastaron para poner de
manifiesto el abismo que se extendía por debajo. Demostraron que bajo esa superficie,
tan sólida en apariencia existían verdaderos océanos, que sólo necesitaban ponerse en
movimiento para hacer saltar en pedazos continentes enteros en de duros peñascos” Las
clases dominantes del 1850 dijeron al mundo que todo volvería a ser sólido, pero no esta
claro que ellas mismas se lo creyeron. Marx dice: “La atmósfera donde vivimos ejerce en
cada uno de nosotros una presión de 20.000 libras¿ Acaso la sentimos?”. Uno de los
objetivos de Marx es hacer que la gente sienta esta dominación de la clase de arriba. “Nos
hallamos en presencia de un gran hecho característico del S XIX que ningún partido se
atreverá a negar”. El hecho fundamental de la vida moderna, tal como Marx la
experimenta es que esta es radicalmente contradictoria en su base:
Despertaron a la vida unas fuerzas industriales y científicas que cuya existencia no hubiese
podido sospechar siquiera ninguna de las épocas históricas precedentes. A su vez existen
síntomas de decadencia en mucho a los horrores del Imperio Romano.
Hoy todo parece ir en contradicción. Las máquinas, dotadas de la maravilla de acortar y
hacer más fructífero el trabajo humano provocan el hambre y el cansancio del trabajador.
El dominio del hombre sobre la naturaleza es mayor pero al mismo tiempo se convierte en
esclavo de otro hombre.
Estas miserias llenan de desesperación a muchos modernos y quieren deshacer a la
modernidad pero Marx proclama una fe paradigmaticamente modernista. Para acabar con
las contradicciones mencionadas las máquinas deben pasar a hombres nuevos, los
obreros. Estos son un invento de la época moderna, como las propias máquinas. Por lo
tanto, una clase de hombres modernos será capaz de resolver las contradicciones de la
modernidad.
En el manifiesto comunista vemos que el dinamismo revolucionario que derrocara a la
burguesía nace de los impulsos y necesidades más profundas de los burgueses.
La burguesía no puede existir sin revolucionar incesantemente los instrumentos de
producción y por consiguiente las relaciones de producción y con todo ello, todas las
relaciones sociales. Una revolución continua en la producción, una incesante conmoción
de todas las condiciones sociales, una inquietud y un movimiento constantes distinguen la
época burguesa de las anteriores.
Probablemente esta sea la visión definitiva del entorno moderno que le dio origen a una
plétora de movimientos modernistas desde la época de marx a la nuestra. Esta visión se
desarrolla:
Las relaciones estancadas, con su cortejo de creencias e ideas quedan rotas, las nuevas se
hacen añejas antes de haber podido osificarse. Todo lo sólido se desvanece en el aire;
todo lo sagrado es profanado y los hombres se ven forzados a considerar serenamente sus
condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas.
Así, el movimiento dialéctico de la modernidad se vuelve contra su fuerza motriz
fundamental, la burguesía.
Prefacio:
En el prefacio, el autor presenta su obra como un intento de comprender el impacto del
modernismo en la sociedad y la cultura. El modernismo se caracteriza por el cambio
constante, la renovación y la crítica de las tradiciones. El autor argumenta que el
modernismo es una fuerza que ha desafiado y cambiado radicalmente la forma en que
vivimos y pensamos.
Introducción:
En la introducción, el autor describe el concepto de modernismo y su impacto en la
sociedad. Berman sostiene que el modernismo es una respuesta a la modernidad, una
fuerza que ha transformado radicalmente la vida humana a través de la industrialización,
la urbanización y la tecnología. El autor también describe cómo el modernismo ha influido
en la cultura y el arte.
Capítulo uno:
En el primer capítulo, el autor explora la transformación de la ciudad moderna y cómo el
modernismo ha influido en la forma en que vivimos en las ciudades. Berman argumenta
que la ciudad moderna es un lugar de cambio constante y movimiento, que ha sido
influenciado por la cultura y la política. El autor describe cómo el modernismo ha afectado
la forma en que vemos y experimentamos la ciudad, y cómo esto ha llevado a una mayor
conciencia de la individualidad y la libertad.
Capítulo dos:
En el segundo capítulo, el autor examina la influencia del modernismo en la cultura
popular y la vida cotidiana. Berman argumenta que el modernismo ha afectado la forma
en que entendemos y experimentamos la cultura popular, la moda, la música y la
tecnología. El autor sostiene que el modernismo ha llevado a una mayor conciencia de la
individualidad y la libertad, pero también ha tenido efectos negativos, como la alienación
y la pérdida de sentido de la comunidad.
En resumen, "Todo lo sólido se desvanece en el aire" es una obra que examina el impacto
del modernismo en la sociedad y la cultura. El libro explora cómo el modernismo ha
transformado la vida humana a través de la industrialización, la urbanización y la
tecnología, y cómo esto ha influido en la forma en que entendemos y experimentamos la
ciudad, la cultura popular y la vida cotidiana.
Capítulo uno: "El modernismo en la calle"
El autor describe cómo la experiencia modernista fue una forma de lidiar con la
transformación constante del mundo moderno. Berman argumenta que el modernismo
permitió a las personas encontrar nuevas formas de sentido en el mundo, y que esto se
refleja en la cultura popular y la vida cotidiana. Sin embargo, también advierte que la
experiencia modernista puede ser alienante y difícil de comprender, y que es importante
reconocer los desafíos que plantea.
Harvey sostiene que la globalización ha sido impulsada por una combinación de factores
tecnológicos y políticos. La caída del muro de Berlín y la expansión del capitalismo fueron
eventos importantes que permitieron la globalización. Además, el desarrollo de las
tecnologías de la información y la comunicación ha acelerado el proceso de globalización y
ha permitido la creación de una economía global.
Entre las principales corrientes del pensamiento contemporáneo que se han ocupado de
la posmodernidad, se pueden mencionar:
A lo largo del libro, Bobbio proporciona un análisis detallado de los principales debates
históricos y contemporáneos de la filosofía política y proporciona información sobre cómo
las diferentes concepciones de la libertad y la igualdad pueden dar forma a las prácticas y
los resultados políticos. En general, el libro ofrece un tratamiento matizado de la relación
entre libertad e igualdad, y proporciona información sobre su relevancia actual en los
debates políticos contemporáneos.
Guiddens:
Giddens ofrece un nuevo análisis de las obras de tres pensadores clave en la historia de la
teoría social: Karl Marx, Emile Durkheim y Max Weber. Mediante el examen de los escritos
de estos tres autores, Giddens busca establecer el marco básico de la sociología
contemporánea, ofreciendo información sobre las formas en que estos pensadores han
dado forma a nuestra comprensión de las sociedades capitalistas.
Giddens argumenta que Marx, Durkheim y Weber brindan perspectivas importantes sobre
las dimensiones sociales, económicas y culturales de la sociedad moderna. Explora las
formas en que estas perspectivas pueden integrarse en un marco sociológico más amplio
y critica los enfoques tradicionales que han tendido a priorizar los puntos de vista de un
autor sobre los demás.
A lo largo del libro, Giddens se involucra en un análisis textual detallado de las obras de
Marx, Durkheim y Weber, proporcionando nuevos conocimientos sobre sus teorías del
capitalismo y la modernidad. También considera la relevancia actual de sus ideas para los
debates contemporáneos en la teoría social y política.
Además, Giddens critica la visión de Weber del capitalismo como un sistema burocrático y
completamente racionalizado, argumentando que esta visión no tiene en cuenta el papel
continuo de los factores culturales y simbólicos en la configuración del comportamiento
económico. Giddens sugiere que es necesaria una comprensión más matizada del
capitalismo, una que considere las formas en que las normas y valores culturales siguen
dando forma a las prácticas económicas, incluso en las sociedades industriales más
avanzadas.