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Resumen: Todo lo sólido se desvanece en el aire.

“La experiencia
de la Modernidad” (Marshall Berman).

Existen varias formas de experiencia vital, las cuales son: la experiencia del
tiempo y del espacio, la experiencia de un mismo y los demás, la experiencia
de las posibilidades y peligros de la vida, a esto lo llamaremos Modernidad.
Ser modernos es encontrarnos en un entorno que nos promete aventuras,
poder, alegría, crecimiento, y transformación de nosotros y el mundo, pero al
mismo tiempo amenaza con destruir todo lo que tenemos, todo lo que
sabemos y todo lo que somos. Ser moderno es ser parte de un universo que,
como dijo Karl Marx, “Todo lo sólido se desvanece en el aire”.
La vorágine de la vida moderna ha sido alimentada principalmente por
cambios en el mundo, que se han visto reflejados a través de fases; En la
primera fase, las personas comienzan a experimentar la vida moderna,
aunque aún no son conscientes de ella. En la segunda, las repercusiones de
la revolución francesa hacen surgir el gran público moderno, quienes
recuerdan lo que es vivir material y espiritualmente, llevando a la sensación
de vivir dos mundos que despliegan las ideas de modernización y
modernismo. Y en la tercera fase, este fenómeno abarca todo el mundo.

La modernidad en el siglo XIX se percibe en una atmosfera industrial, propia


de un mercado en expansión.
Marx proclama una fe paradigmáticamente modernista, en la que, para
hacer trabajar bien a las nuevas fuerzas de la sociedad, sólo se necesita que
éstas pasen a manos de hombres nuevos, los obreros, un invento de la época
moderna.
Como consecuencia, surge un nuevo tipo de hombre, al que Marx pone su fe:
el hombre del mañana y el pasado mañana. No se trata de los hombres
modernos, para quienes ser mediocres es la única moralidad que tiene
sentido, se trata de otro tipo de hombre moderno, quien necesita de la
historia, ya que ningún rol social le va completamente bien, así que sigue
probando unos y otros. Este, quien en oposición a su hoy, tendrá el valor y la
imaginación para crear nuevos valores necesarios para que los hombres y
mujeres se abran camino a través de los peligros infinitos en los que viven.
El modernismo permite que el eco de las interrogantes de las personas
perdure mucho más tiempo que ellas mismas y sus respuestas.
La voz que comparten Marx y Nietzsche, es de expresar y captar un mundo
en el que todo está preñado de su contrario y “Todo lo sólido se desvanece
en el aire”, esta voz al mismo tiempo resuena en el autodescubrimiento y la
burla de sí mismo, la autocomplacencia y la duda de sí mismo.

En el siglo XX las visiones de la vida moderna han sido suplantadas por


visiones erradas.
Después de la primera guerra mundial, encontramos un nuevo modernismo
de las formas refinadas de la “estética de la máquina”. Este modernismo esta
subyacente en los modelos de modernización que los científicos sociales
norteamericanos de la posguerra desarrollaron para exportar al tercer mundo.
El problema del modernista futurista, es que con unas máquinas
resplandecientes y unos sistemas mecánicos que desempeñan todos los
papeles principales, al hombre moderno le queda muy poco que hacer, que
no sea enchufar las máquinas.
En cambio, los críticos de la modernidad del siglo XX carecen casi por
completo de esa empatía y esa fe en los hombres y mujeres contemporáneos.
(seres sin corazón, sin espíritu y sin ser), por lo tanto, la sociedad moderna
no sólo es una jaula, sino que todos los que habitan están configurados por
sus barrotes. Esto lleva a que el hombre moderno, como sujeto haya
desaparecido. Irónicamente los críticos del siglo XX, de la “Jaula de hierro”
adoptan la perspectiva de los guardianes de esta.
El modernismo de los años 70 se puede dividir en tres tendencias basadas
en las aptitudes hacia la vida moderna en su conjunto: Afirmativa, negativa y
marginada. Se presentaba como la búsqueda del objeto de arte puro y auto
referido.
El modernismo aparecía como un gran intento de liberar a los artistas
modernos de las impurezas y vulgaridades de la vida moderna. Hubo círculos
en el que el modernismo se convirtió en el santo y seña de todas las muestras
de rebelión. Otra idea que el modernismo propone como modelo de sociedad,
es una sociedad que en sí misma está exenta de problemas.
El problema de la modernidad en la década de los 70, ha significado la
destrucción de una forma vital del espacio público, ha desintegrado el mundo
en una serie de grupos privados de interés material y espiritual.

Este libro sostiene que, los modernismos del pasado pueden devolvernos el
sentido de nuestras propias raíces modernas, que se remontan a 200 años
atrás. El retroceso podría ser una manera de avanzar; recordar los
modernismos del siglo XIX nos puede dar la visión y el valor para crear los
modernismos del siglo XXI. Devolver el modernismo a sus raíces conlleva a
que éste se nutra y sea capaz de afrontar las aventuras y peligros que le
aguardan.
Así mismo la modernidad del ayer puede ser una crítica a la modernidad de
hoy y un acto de fe en las modernidades de mañana y pasado mañana.

Glosario
• Exenta: Libre, desembarazado de algo / Dicho de una persona o una
cosa no sometida a la jurisdicción ordinaria.

• Paradigmáticamente: (Paradigmático): Perteneciente o relativo al


paradigma / Dicho de una relación que existe entre dos o más
elementos de un paradigma

• Preñado: Embarazado de la mujer / Dicho de una mujer o de hembra


de cualquier especie que ha concebido y tiene el feto o la criatura en el
vientre.

• Subyacente: Que subyace / (Subyacer): Yacer o estar debajo de algo.

• Vorágine: Mezcla de sentimientos muy intensos.

Presentado por:
Juan David Rodríguez León 22180969
Carlos David Espinel Pinzón 22180274

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