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cienciaeinframundo@gmail.com
Luis Barba
H oy día las investigaciones científicas se realizan en equipo y
cada participante es un especialista en cierta disciplina. En el
caso de las investigaciones arqueológicas lo deseable es que todo
lo descubierto sea analizado por múltiples ojos, múltiples puntos de
vista, para así extraer toda la información posible. A este enfoque de
trabajo múltiple, simultáneo, integrado, con objetivos en común, le
llamamos interdisciplinario.
Laboratorio de Fitolitos
El objetivo de este laboratorio es analizar fitolitos (cristales
microscópicos de sílice) para reconocer la presencia de plantas que
estuvieron presentes en el sitio de estudio. Su búsqueda y estudio
se realiza en muestras de suelos y en sedimentos encontrados en
vasijas y en artefactos obtenidos durante excavaciones
arqueológicas, así como en artefactos de molienda. La
recuperación, identificación y análisis de los fitolitos provee
información para determinar patrones de subsistencia, dieta,
desarrollo de técnicas agrícolas, uso de plantas, identificación y
reconstrucción de antiguas vegetaciones.
Laboratorio de Paleozoología
Realiza investigaciones relacionadas con restos de animales
(fauna) recuperados en las excavaciones arqueológicas, desde
huesos o dientes hasta conchas o escamas. Estos estudios
permiten saber a qué especie o tipo de animal corresponde cada
elemento descubierto. También es su objetivo determinar cómo es
que dicho organismo fue utilizado en el sitio, qué percepción tenía la
gente de esa época de la fauna, así como reconocer qué tipo de
ambiente existió en otras épocas en el sitio explorado.
Comenta el arqueólogo:
… después de analizar los resultados de los estudios de prospección, se propuso hacer
una excavación de 3 x 3 justo donde está la pequeña elevación. Una semana después,
cuando habíamos excavado 70 cm, nos llamaron para avisarnos que había aparecido
una especie de piso de lajas. Trabajando con más ahínco, pero también con más
cuidado, días después habíamos terminado de dejar al descubierto no un piso, como
se creyó, sino un altar.1
Armando un rompecabezas
Madre e hijo
Una vez que los restos óseos han llegado al laboratorio se procede
a su limpieza, consolidación y restauración, si es necesario, y
posteriormente se realiza un inventario. Éste consiste en contabilizar
y describir la cantidad de huesos que se encontraron, así como
documentar las características que se pueden ver a simple vista
como lesiones de algunas enfermedades óseas o que dejan marcas
en el hueso, señales de cortes, fracturas, golpes y huellas de
actividad ocupacional; también se toman algunas medidas que
permiten caracterizar al individuo. Más tarde esta información
servirá para identificar el sexo, la filiación biológica, estimar la edad,
la estatura y conocer las particularidades de cada esqueleto.
Química y sedimentos
Las plantas
Las mutaciones son cualquier cambio del ADN que se da al azar. Pueden ser cambios en
una de sus moléculas básicas, o en un conjunto de ellas; pueden ser la pérdida de una o
su adición por “errores” de la célula, o ser diferentes en segmentos de ADN que están
repetidos (elaboró B. Z. González Sobrino).
En una célula animal el ADN se encuentra en el núcleo, pero también en los organelos
llamados mitocondrias. Su ADN también sufre mutaciones y proviene sólo de la línea
materna, ya que cuando se unen el óvulo y el espermatozoide este último sólo participa
con el ADN de su núcleo, mientras que el óvulo aporta todo lo demás (imagen de célula de
Blanca Zoila González Sobrino, imagen de mitocondria
tomado de http://www.quo.es/salud/terapia-de-adn-mitocondrial).
Haplogrupos del Continente Americano en México (A, B, C y D). Cada haplogrupo tiene
variantes según la región; por ejemplo, no todos los haplogrupos A en el norte son los
mismos que los del sureste (elaboró B. Z. González Sobrino).
Resulta que todos los seres vivos estamos formados por millones de
átomos de carbono que existen en tres tipos diferentes – el carbono
12 (12C), el carbono 13 (13C) y el carbono 14 (14C) – los cuales
asimilan las plantas a través de la fotosíntesis y el resto de los
organismos mediante la cadena alimentaria. De estos tres tipos de
carbono, sólo el carbono 14 es radiactivo (emite un tipo de energía
que conocemos como radiación). Mientras los organismos están
vivos, la proporción de los tres tipos de átomos de carbono es
constante y es la misma que hay en la atmósfera. Pero, cuando los
organismos mueren y cesa el intercambio de átomos de C con la
atmósfera, la concentración de 14C comienza a disminuir a una
velocidad constante y conocida. Es por ello que si logramos
determinar cuánto carbono 14 le queda a una muestra que alguna
vez estuvo viva, podemos saber el tiempo transcurrido desde el
evento de la muerte.4
Cuándo y quiénes
Como se determinó a través del datamiento, el entierro se realizó
entre 1436 y 1492 dC, en el periodo que llamamos Posclásico
tardío, y el material cerámico mostró características (por ejemplo la
forma y el decorado) que al compararse con colecciones de
referencia, permitió definir que había sido creado por personas de la
cultura mexica.6
Los protagonistas
La situación del entierro, la orientación, la disposición final de los
individuos, los objetos asociados y el análisis osteológico permiten
interpretar que la causa de la muerte de la mujer fue un parto. La
colocación de los restos infantiles en una vasija al lado de la mujer,
indica que el infante nació prematuro, posiblemente muerto o murió
durante el parto junto con la madre.
Los objetos
El alimento
Los huesos cocidos y los restos de vegetales que no formaron parte
de adornos o vestimenta seguramente fueron parte de una ofrenda
alimentaria.
El perro
Sin duda la presencia del perro merece un espacio aparte, ya que la
evidencia de la fractura del cráneo permite establecer que éste fue
sacrificado con un golpe muy fuerte que le privó de la vida para ser
empleado en el ritual del enterramiento humano. Como no hay
evidencias de cocimiento o marcas de corte, es claro que su uso
nada tuvo que ver con el alimento.
El cuándo
La edad del perro tiene un valor especial, ya que complementa la
información botánica para determinar cuándo se realizó el entierro.
Los perros tienen camadas dos veces al año: entre mediados de
mayo y final de junio y entre final de noviembre y principios de
enero. Si a estas fechas le agregamos diez meses, tenemos dos
momentos probables de su muerte y como los datos botánicos se
enfocan más hacia la segunda mitad del año, la conclusión es que
este evento se dio muy probablemente entre final de octubre e
inicios de noviembre.
Periodos de floración de plantas diversas en el centro de México, de Cempaxúchitl y
épocas en que tenemos perros de diez meses de edad. Con ello se concluyó que el
entierro había tenido lugar entre final de octubre y principios de noviembre.
Los datos de las plantas y del perro indican que el deceso se dio
hacia el final del año, entre octubre y noviembre. Como el parto fue
prematuro, es de suponer que su embarazo inició en marzo.
El cuerpo de las mujeres muertas en el parto era bien cuidado
durante el entierro. Por considerarlas guerreras, algunas partes del
mismo, por ejemplo el dedo medio de la mano y los cabellos, eran
codiciados por los guerreros, ya que creían que podían dar a los
combatientes mayor fuerza en la batalla y, además, cegar los ojos
del enemigo.8
6 La cultura mexica se desarrolló en el centro de México desde finales del siglo xiii y desde
el siglo xiv fue construyendo un imperio que estaba en su apogeo cuando Hernán Cortés
y su ejército llegaron al centro de México en 1519.
7 En Mesoamérica se creía en la existencia de una entidad anímica en el cuerpo que daba
identidad y conciencia al ser humano y que lo abandonaba al morir para ir a una
existencia ultraterrena. Los aztecas identificaban dicha sustancia inmortal con el “teyolía”,
radicado en el corazón. Dicha conciencia pervivía en el lugar de los muertos en donde
seguía requiriendo alimento, reconocimiento y algunas otras ayudas espirituales que
podían ser otorgadas por los vivos para permitirles continuar su existencia inmortal. El
registro arqueológico de estos pueblos muestra que en sus ritos funerarios era común
dejar en la sepultura objetos de uso cotidiano, herramientas del oficio del difunto, joyería,
ropas, alimentos, piedras semipreciosas, entre otras cosas para ayudar al difunto en su
travesía y estancia en el otro mundo.
8 Sahagún, fray Bernardino de, 1999: Lib. vi, cap. xxix, p. 61.
9 Sahagún, fray Bernardino de, 1979.
10 Fray Bernardino de Sahagún (1499-1590) fue un fraile español que vivió en la Nueva
España de 1529 hasta su muerte. Durante este tiempo se interesó en conocer la cultura
mexica y durante años reunió la información que llegaba a sus oídos. Aunque la modificó
en muchas ocasiones, posee la virtud de que buscó apegarse lo más posible a lo que le
comentaban y además su obra incluye los textos en náhuatl y su traducción o
interpretación en español. La versión original se encuentra en copias exactas
(facsímiles), por ejemplo en la biblioteca del Instituto de Investigaciones Antropológicas
de la unam, bajo el nombre de Códice Florentino. La versión más accesible al público en
general se llama Historia general de las cosas de Nueva España, publicado por editorial
Porrúa.
11 La muerte de una joven en parto y su significado en la vida lacustre: el entierro 5 en el
islote 20, la ciénaga de Chignahuapan, estado de México, Y. Sugiura, L. Torres, M.
Covarrubias, M. de Ángeles. Anales de Antropología 2003, V.37, iia, unam.
12 La cultura mexica dividía al universo en varios niveles que incluían el cielo, el
inframundo y el mundo terrenal. Respecto de este último, lo dividían en cuatro regiones
que se unían en un punto central, dominadas por cuatro dioses, cada uno vinculado con
los cuatro puntos cardinales y los cuatro elementos básicos, agua, aire, fuego y tierra.
(http://www.mexico-tenoch.com/magico/text2.html).
E sa mañana la mujer se levantó con cierto malestar. Su
embarazo había sido difícil desde el inicio, dada su juventud y
por ser su primer parto era común que tuviera episodios de miedo
que frecuentemente le llevaban al llanto y para sentirse más segura
había seguido con cuidado las indicaciones de la tlamatquiticitl, la
partera del pueblo.13 La abuela le había indicado reposo, la
ingestión de algunas yerbas especiales y algunos baños de
temazcal, el cual su esposo le preparaba dos veces por semana.
14https://www.aciprensa.com/recursos/origenes-de-halloween-1698/
15 http://www.festivaldevidaymuerte.com/dia-de-muertos/
http://diadelosmuertos.yaia.com/historia.html
El Laboratorio de Prospección
arqueológica agradece al la Dra. Yoko
Sugiura y a la Dra. Alessandra Pecci el
poder utilizar sus figuras para mostrar la
metodología y excavación en el apartado
correspondiente a nuestros resultados.
Para saber más
Alcántara, Berenice
2000 Miquizpan. El momento del parto, un momento de muerte.
Prácticas alrededor del embarazo y parto entre nahuas y ma-
yas del Posclásico, Estudios Mesoamericanos, 2: 37-48.
Barba, Luis
1984 The Ordered application of geophysical, chemical and
sedimentological techniques for the study of archaeological
sites: the case of San José Ixtapa, México, tesis, University of
Georgia, Athens, Georgia.
Barba Luis, Luz Lazos, Karl F. Link, Agustín Ortiz y L. López Luján
1998 Arqueometría en la Casa de las Águilas, Revista de
Arqueología Mexicana, VI, (31) México.
Cruz, Martín de la
1991 Libellus de medicinalibus indorum herbis, Instituto Mexicano
del Seguro Social, México.
Garza, Mercedes de la
2015 Ideas nahuas y mayas sobre la muerte, Elsa Malvido, Gregory
Pereyra y Vera Tiesler (coord.), El cuerpo humano y su
tratamiento mortuorio, Centro de Estudios Mexicanos y
Centroamericanos, Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México.
Escorcia, Lilia
2015 Antropología física forense: cultura, biología y leyes, Revista
Digital Universitaria, 16 (10): 1-14.
http://www.revista.unam.mx/vol.16/num10/art84/.
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1988 Current Paleoethnobotany: Analytical Methods and Cultural
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Chicago Press, Chicago
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2010 Manual para la identificación del sexo y la estimación de la
edad a la muerte en esqueletos menores de quince años,
Instituto Nacional de Antropología e Historia, México.
Pearsall, Deborah M.
2000 Paleoethnobotany: A Handbook of Procedures, Academic
Press.
Ubelaker D. H.
1999 Human skeletal remains. Excavation, analysis, interpretation.
3rd edition, Manuals on Archaeology 2, Taraxacun,
Washington.