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Instituto Nueva Galicia

Literatura infantil
5ºSemestre
Carol Selenia García Salazar

Breve historia de la literatura infantil


• Una de las primeras colecciones fue Lo cunto de li cunti overo lo trattenemiento de
peccerille, de Giambattista Basile, publicado en dos volúmenes en 1634 y 1636. En
él Basile recoge cuentos de sus viajes entre Creta y Venecia, como «Cenicienta» o
«Rapunzel».
• Charles Perrault se inspiraría en algunos de los cuentos de Basile para hacer su propia
colección en francés. Los cuentos de Perrault sobrevivieron pasando a formar parte
de la cultura popular y sirvieron de inspiración para los hermanos Grimm. Así nos
han llegado historias tan célebres como el «Gato con Botas», «Caperucita Roja» o la
«Bella Durmiente».
• La primera vez que un escritor se planteó hacer un libro dirigido a niños nunca tuvo
en mente la idea de entretener sino de instruir y educar.
• John Cotton escribía en 1656 su Spiritual Milk for Boston Babes, el primer catecismo
para niños publicado en Estados Unidos.
• En 1658, se publicaba el Orbis Pictus de Juan Amos Comenius, el filósofo y teólogo
considerado como el padre de la educación moderna. Este libro puede traducirse
como El mundo en imágenes, puede considerarse como el primer libro ilustrado para
niños.
• El primer libro que carece de intención didáctica y cuyo objetivo es el puro
entretenimiento es A Little Pretty Pocket-Book, escrito en 1744 por John Newbery,
el libro contenía rimas sencillas con ilustraciones infantiles, cada una de ellas
dedicada a una letra del alfabeto.
• En el siglo XIX, Hans Christian Andersen viajó por toda Europa recopilando cuentos
de hadas que incluían «La Sirenita», «Blancanieves», «El traje nuevo del emperador»
o «Pulgarcito».
• E.T.A. Hoffmann publicó una colección de cuentos infantiles que contenía el clásico
navideño «El cascanueces y el rey de los ratones». Las anteriores recopilaciones de
historias se dejaba una puerta abierta para la magia y la fantasía, el relato de Hoffmann
llevó el asombro a un nuevo nivel.
• En 1865, apareció una de las novelas infantiles más importantes de la historia de la
literatura: Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll.
• A finales del s.XIX y principios del s. XX surgió Mujercitas de Louisa May Alcott
en 1868, Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain en 1876 ‒y Las aventuras de
Huckleberry Finn en 1885‒, Las aventuras de Pinocho de Carlo Collodi entre 1882 y
1883, La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson en 1883, El libro de la selva de
Rudyard Kipling en 1984, El maravilloso mago de Oz de L. Frank Baum en 1900, El
cuento de Pedro Conejo de Beatrix Potter en 1902, El viento en los sauces de Kenneth
Grahame en 1908, El jardín secreto de Frances Hodgson Burnett en 1910, Peter Pan
y Wendy de J.M. Barrie en 1911, solo por mencionar algunos. Además de clásicos,
muchos de esos libros fueron verdaderos bestsellers en su época.
• A.A. Milne, Winnie-the-Pooh, publicado en 1926. Los libros de Milne, centrado en
uno temas característicos del género como es la fugacidad de la niñez y el difícil paso
a la edad adulta, continúa siendo una fuente de inspiración para el cine, la música, los
cómics o la televisión.
• Entre 1920 y 1930 un escritor revolucionaba la historia de la literatura, y no solo la
infantil y juvenil. Se trata de J.R.R. Tolkien, cuyo libro El hobbit, precuela de El señor
de los anillos, dio origen a muchos de los tópicos y convenciones del género
fantástico. Para la celebérrima secuela Tolkien colaboró, en una lluvia de ideas, con
su buen amigo C.S. Lewis, que en la década de los cincuenta publicaría otro de los
clásicos de la literatura juvenil, el primero de los libros de Las crónicas de Narnia: El
león, la bruja y el armario.
• La importancia que tuvo Milne en la literatura solo encontraría parangón en la obra
de Dr. Seuss. En 1937 tuvo un brillante debut con Y pensar que lo vi por la calle
Porvenir. Después llegarían sus grandes éxitos, llenos de imágenes surrealistas e
icónicas ilustraciones: ¡Cómo el Grinch robó la Navidad!, El Lorax y El gato en el
sombrero. Su contribución a la literatura infantil fue reconocida en 1984 con uno de
los galardones más importantes del panorama literario, el premio Pulitzer.
• Las siguientes décadas, las de los sesenta y los setenta, están dominadas sobre todo
por Roald Dahl, autor de Charlie y la fábrica de chocolate, James y el melocotón
gigante, Matilda, El gran gigante bonachón, Las brujas y Relatos de lo inesperado.
• Rebeldes de Susan Eloise Hinton fue publicado en 1967, y a partir de ese momento
los editores comenzaron a descubrir el filón que había en la audiencia adolescente. El
libro de Hinton, que de hecho era adolescente cuando se publicó, simbolizaba lo que
los editores buscaban en YA: conversaciones directas sobre los desafíos a los que se
enfrentan los adolescentes y una gran carga emocional.
• Por otra parte, Judy Blume destapó para un público adolescente temas hasta entonces
enormemente controvertidos, como el racismo, la menstruación, el sexo entre
adolescentes, el divorcio o la masturbación. Blume no disimuló ni adornó los detalles
desagradables de crecer, y resultó que eso es exactamente lo que los adolescentes
estaban buscando. ¿Estás ahí Dios? Soy yo, Margaret se publicó en 1970.
• La tendencia continuó en la década de 1980, cuando aparecieron series de libros como
las de Sweet Valley High o El club de las canguros. Pero no solamente iba dirigidos
a un público femenino, los lectores masculinos también contaban con autores como
Robert Cormier o Walter Dean Myers.
• La literatura experimentó una pequeña depresión en los años 90, pero aun así vieron
la luz algunos clásicos que los adolescentes siguen leyendo hoy en día. La
serie Pesadillas de R.L. Stine volvió a encender a través del horror, mientras que El
dador de Lois Lowry nos daba una muestra de un futuro distópico o Tamora Pierce y
Garth Nix llevaban a los jóvenes lectores al mundo de la fantasía.
• Como un fénix renaciendo de sus cenizas, la literatura juvenil y adolescente resurgió
en el nuevo milenio, con más vida incluso que en las décadas anteriores, gracias en
gran parte a Harry Potter, que vendió tantas copias en su día que hizo que la literatura
infantil y juvenil pasara a tener su propia lista de bestsellers, separada de la lista para
adultos.
• La serie Crepúsculo de Stephenie Meyer en 2005 comenzó un todo un género de
novelas románticas paranormales y Suzanne Collins inició la ola distópica en la que
todavía estamos hoy en día. Autores como Rick Riordan, cuyos libros ya van
dirigidos a un lector con una edad mucho menos definida, de 20 años en adelante. No
es tan extraño que estos libros sean leídos por adultos, porque muchos de los jóvenes
que aprendieron a amar la literatura con ellos han seguido leyéndolos al crecer.
• En la actualidad hay más libros infantiles y juveniles que nunca en la historia de la
literatura, podemos decir que estamos asistiendo a un boom del género sin
precedentes, no solo en cantidad sino en calidad y en cuidado de la edición
• Las tendencias actuales en literatura ya favorecen las novelas independientes, con una
mayor diversidad de autores y personajes de todas las identidades raciales, étnicas y
sexuales. En los últimos tiempos hemos visto incluso cómo editoriales se han
arriesgado a dar voz a realidades que hasta hace poco hubieran sido impensables en
este tipo de libros.

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