Está en la página 1de 3

Baldwin Gómez José Enrique.

Grupo: 9303

Control de Lectura 1:

José Carlos Rendón, Teoría e Investigación de la

Comunicación de Masas, Capítulos 1 y 2.

Amplio ha sido el debate a lo largo de los años sobre si la comunicación


debiera considerarse una ciencia en sí misma, o tan sólo un objeto de estudio de
otras, el autor se declina por esta segunda consideración, puesto que, luego de
debatir entre las opiniones de diferentes autores, concluye que los fenómenos
comunicativos son un campo de estudio para las ciencias sociales. Cada una de
ellas aporta desde sus estudios diferentes conclusiones que explican los procesos
que tienen que darse para poder dar lugar a la comunicación.

En la historia se han debatido dos principales enfoques para entender la


comunicación en masas, se tratan de los paradigmas positivistas y los críticos. El
primero, desarrollado principalmente en Estados Unidos, argumenta que todo
ocurre en función de las leyes universales de la naturaleza, de modo que no
cuestiona los fenómenos sociales. El segundo, de origen sobre todo europeo, va
más allá y analiza la forma en la que los medios de comunicación imponen las
ideas que convienen a las élites uniformando la opinión pública. Estos dos
enfoques utilizan diferentes técnicas de investigación: los positivistas hacen uso
de métodos cuantitativos, mientras que los críticos prefieren emplear técnicas
cualitativas.

Entre las técnicas cuantitativas podemos encontrar al experimento en


laboratorio, la encuesta por muestreo y el análisis de contenido. Mientras que
como técnicas cualitativas tenemos a la entrevista en profundidad, la historia oral,
la observación participante y el análisis semiótico o estructuralista. Cada una de
éstas técnicas se enfoca en diferentes elementos del proceso comunicativo: el
emisor, el mensaje y el receptor.

Posteriormente surgió un tercer enfoque, el interpretacionista, que usa


sobre todo a la hermenéutica para comparar las diferentes interpretaciones que
realizan los autores para comparar las conclusiones a las que llegan para de esta
forma llegar a una única, que de respuesta a los fenómenos comunicativos.

Pero actualmente se barajan amabas teorías, colaborando entre sí para


poder llegar a conclusiones en el estudio de las relaciones comunicacionales.

Para situarnos temporalmente, debemos saber que las teorías de la


comunicación comenzaron a surgir a finales del siglo XIX e inicios del XX, y
también enfrentaron dos posturas principales: los aristocráticos y la escuela crítica
de Frankfurt. Los primeros atribuían a las masas un rol destacado en la sociedad,
pero sin atender a las peticiones de la élite. Mientras que la escuela crítica de
Frankfurt criticaba al imperialismo cultural, es decir, el cómo los medios de
comunicación tenían como objetivo uniformar a la sociedad con una sola
ideología, conveniente a las élites y a los poseedores del poder, haciéndolos vivir
una falsa realidad con la creencia de que esta misma era la que ellos anhelaban.

Al mismo tiempo, fue desarrollada la teoría de la aguja hipodérmica, la cual


explicaba que los medios de comunicación tenían un enorme poder al
considerarlos como capaces de moldear la opinión pública y el rumbo que la
sociedad tomaba.

Pero posteriores estudios, como los funcionalistas, iban en contra de esta


creencia, puesto que argumenta que cada miembro de la sociedad es un ente
activo, capaz de pensar por sí mismo y de desarrollar un criterio propio, con base
en el cual decidir que ideología adoptar.

Concluyendo, es necesario analizar cómo es que la comunicación ha sido


estudiada a lo largo de los años, y si algunas de las posturas que ha adoptado los
autores sigue siendo vigente en la actualidad. La reflexión que me llevo es el
cuestionamiento de si todavía vivimos en una cultura donde reina el imperialismo
cultural, puesto que, con la gran revolución que han tenido los medios de
comunicación desde los inicios del presente siglo, parece ser que cada vez
estamos más sujetos a las ideologías que las élites, los políticos y los líderes de
opinión nos quieren imponer, vivimos incluso en una época en la que, gracias a las
inteligencias artificiales, se pueden crear contenidos audiovisuales que emulen
con gran calidad del discurso de un presidente, por ejemplo. Cada vez nos es más
difícil saber a ciencia cierta si el video que observamos de los discursos que nos
rodean, realmente sucedieron o sin son tan sólo una recreación digital, y esto es
un arma peligrosísima, que puede desencadenar graves consecuencias.

También podría gustarte