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Sergio Alejandro Cano Soto

RECENSIÓN, COMPENDIO DE ACTUALIZACIÓN PARLAMENTARIA,


PÁGINAS 3 A LA 43

El contenido de la recensión a efectuar, derivado de la lectura realizadas a


las páginas descritas anteriormente, figura acerca de lo relativo al Derecho
Parlamentario Guatemalteco. Iniciando para el efecto con una breve introducción
del congreso desde el origen del Congreso, partiendo desde la premisa de una
democracia directa para posteriormente adecuarse al sistema de elecciones
populares y democráticas, derivado a su funcionalidad, en el cual se confía en un
diputado, la representación ciudadana en la toma de decisiones ante el Congreso.
Así mismo, abarca la naturaleza del referido Congreso, refiriéndose al origen de
éste, conformado por las expresiones ciudadanas en el país, debido a que la
Constitución Política de la República de Guatemala, no exige mayores requisitos
para poder optar a dicho cargo público.

En el mismo sentido, se mencionan los dos sistemas bajo los cuales se


eligen a los diputados, siendo estos: por listado distrital y por listado nacional. De
igual forma, se hace mención a los orígenes que marcaron las debilidades del
Congreso, toda vez que desde tiempos antiguos, no hubo una representación
popular genuina ya que existía una cámara de notables, sin que la mayoría de la
población pudiese manifestarse mediante ellos.

El Congreso tiene la obligación y la necesidad de responder a cabalidad


con el mandato que ha recibido de sus electores. Es allí donde se muestra una de
las funciones más importantes de los diputados, como lo es la función
representativa. Sin embargo, en la parte conclusiva de la presente recensión
expondré mi punto de vista relativo a lo “utópico” que resulta dicha función en la
mayoría de diputados, ya que el referido Congreso es el encargado de ejercer la
representación de los intereses de los ciudadanos, de ejercitar los controles
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intraorgánicos y la labor democrática, a pesar que dicha labora no es bien vista


por la mayoría de la población guatemalteca.

Así mismo, se hace referencia a la parte conceptual del Derecho


Parlamentario, partiendo desde una definición genérica y utilizando para el efecto
el Diccionario de la Real Academia Española, para posteriormente citar a ciertos
autores que también desarrollan el concepto aludido anteriormente y finalmente
concretizar en una definición de Derecho Parlamentario propia del respetable
autor, la cual indica que: “Es la rama del Derecho Público, formalista y dinámica,
que desarrolla normas, valores y principios del Derecho Constitucional, que se
aplica a los parlamentos y otras entidades deliberativas y que regula su
funcionamiento y sus relaciones con otros entes públicos y privados, con el
propósito de dar certeza jurídica a las disposiciones que emanen del parlamento o
de las entidades que lo apliquen.

Analizando la definición elaborado por el autor, es menester manifestar lo


relativo a uno de los elementos respecto a la naturaleza jurídica o ubicación del
Derecho Parlamentario, para lo cual surge la interrogante si éste se puede
considerar o no como una rama del Derecho. En ese sentido, se indica que el
referido Derecho se puede considerar como una rama del Derecho Constitucional
y parte del Derecho Público.

Por otro lado, se hace alusión a ciertos principios bajo los cuales el Derecho
Parlamentario se puede direccionar, dentro de los cuales destacan el principio de
representación, mismo que desarrolla que los diputados representan a toda la
población y no únicamente a las personas que hayan votados por ellos. Segundo,
el principio de igualdad, mismo que establece que cada diputado tendrá
únicamente un voto en la toma de decisiones y que no deben existir los
denominados “votos de calidad”. Tercero, el principio de libertad para decidir, hace
referencia que los diputados no deben ser influenciados en la toma de decisiones
por ningún tercero. Por último, el principio de estabilidad hace alusión a que los
diputados deben tener claro y tomar en cuenta que gozan de una estabilidad para
ejercer sus funciones, protegidos de sobremanera por la inmunidad brindada por
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el derecho de antejuicio, con la finalidad que no se vean cohibidos o presionados


al momento de tomar una decisión que pueda resultar con limitaciones en su
futuro actuar.

Como parte final de la lectura realizada al texto respectivo, se indica lo


relacionado a las fuentes del Derecho Parlamentario, partiendo como base
fundamental desde la Constitución Política de la República de Guatemala, toda
vez que la referida ley fundamental le dedica veinticuatro de sus doscientos
ochenta y un artículo para enunciar su funcionamiento, mayoría para tomar
resoluciones, ausencias, prerrogativas de los diputados, prohibiciones, requisitos,
atribuciones del Congreso, interpelaciones, entre otras. También, es importante
mencionar que la Ley Orgánica del Organismo Legislativo, cumple una
herramienta importante como fuente del Derecho Parlamentario, toda vez que
desarrolla las directrices contenidas en la Constitución Política de la República de
Guatemala. Un aspecto de considerable importancia es otra de las fuentes del
referido Derecho, siendo ésta los precedentes legislativos, mismos que pueden
invocarse como fuente del mismo en materia de debates y sesiones; estos
precedentes se encuentran normados en el artículo 5 de la Ley Orgánica del
Organismo Legislativo.

Derivado de lo anterior, desde un punto de vista personal, la presente


recensión fue de invaluable utilidad cognitiva para continuar formando todo lo
relativo al Derecho Parlamentario aplicado a nuestro país. Resaltando que
lastimosamente lo contenido en los conceptos teóricos analizados, no se aplican
en el contexto de la realidad social, toda vez que derivado a lo público que suelen
ser las sesiones del Congreso de la República de Guatemala, se puede notar de
sobremanera que la mayoría de diputados electos, no responden más que a
intereses políticos y personales, violentando el principio representación y el de
libertad para decidir, ya que pocas veces se interpone la voluntad de la población
y se desvirtúa el concepto de democracia representativa al igual que la función
representativa que conlleva. Respecto a la libertad de decisión se puede
yuxtaponer lo descrito anteriormente, toda vez que resulta no existir
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independencia para la toma de decisiones, tanto de otros Organismos del Estado


como de partidos políticos e intereses empresariales.

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