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DERECHO

PARLAMENTARIO.
DEFINICIÓN
El Dr. Berlín Valenzuela 1 lo define como el
conjunto de normas que regulan las
actividades internas de las asambleas
legislativas (parlamentos o congresos) de
los Estados en lo referente a su
organización, funcionamiento, facultades,
deberes, privilegios de sus miembros y
relaciones entre los grupos políticos que la
integran (Definición estricta), señalando que
puede ser ampliada la definición si se
incorporan elementos axiológicos y
teleológicos consustanciales al estado de
derecho.

1 BERLÍN VALENZUELA, Francisco. Derecho parlamentario,


Fondo de Cultura Económica, México. 1993.
En este sentido, referimos la definición de
Fernando Santaolalla, letrado de las Cortes
Generales españolas, quien considera al
Derecho Parlamentario como “…un conjunto
de normas que regulan la organización y
funcionamiento de las Cámaras
parlamentarias, entendidas como órganos
que asumen la representación popular
de un Estado constitucional y
democrático de derecho y el ejercicio de
sus funciones supremas”, añadiendo que tal
órgano “…encarne la voluntad popular, libre
y democráticamente” 2

2 Santaolalla, Fernando. Derecho parlamentario español.


Madrid, España, 1990.
De las distintas definiciones que varios
autores plantean (José Antonio Alonso, Jorge
Gentile, Silvano Tosi y Fernando Santaolalla)
se pueden identificar dos cuestiones
fundamentales:

 El Derecho Parlamentario rige al interior


de los Parlamentos, y las materias
que comprende refieren la
organización y funcionamiento del
Parlamento.
 El Derecho Parlamentario está ubicado
como parte del Derecho
Constitucional. aunque se están
generando opiniones en el sentido de
reconocer la autonomía de la materia.
Juan Carlos Cervantes Gómez 3 señala que el
Derecho Parlamentario:
 En tanto ciencia, es la disciplina que
estudia las reglas de organización y el
funcionamiento de las asambleas
legislativas democráticas, así como los
deberes y prerrogativas de los
parlamentarios.
 En tanto precepto, es el conjunto de
normas, parte del Derecho Constitucional,
que regulan la organización y el
funcionamiento del Poder Legislativo
considerado como asamblea representativa.

3 Cervantes Gómez, Juan Carlos, Derecho parlamentario,


organización y funcionamiento del congreso, Centro de
Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias,
Cámara de Diputados, LXI Legislatura, México. 2012.
Existe una polémica respecto de la
denominación de la materia, en el marco de
los sistemas de gobierno, en el sentido de que
en nuestro régimen presidencialista la
figura del poder Legislativo es de
Congreso General, mientras que en los
países europeos lo que prevalece es la
figura del Parlamento.

Por otra parte, respecto del nombre de


Derecho Legislativo que también se le asocia,
considera Cervantes Gómez que es muy
limitado respecto de las funciones propias,
como las que desempeña nuestro Congreso
General, pues no contempla aspectos como la
organización y funcionamiento interno de
las asambleas legislativas en su
naturaleza de órganos colegiados.
Luego entonces, el Derecho Parlamentario
puede ser considerado:

 Como una disciplina que estudia las


reglas de organización y el
funcionamiento de las asambleas
legislativas democráticas,
 Como el conjunto de normas que
regulan la organización y el
funcionamiento del Poder Legislativo,
en tanto asamblea representativa, o
 Como los deberes y prerrogativas de
los legisladores.
Así, para el caso mexicano, la naturaleza
jurídica del Derecho Parlamentario (esencia
y propiedad de la rama de derecho), es un
derecho cuasiconstitucional porque es el
constituyente originario o permanente
quien lo emite y, al mismo tiempo, es su
destinatario.

No obstante ello, esta rama del derecho


también toma principios de otras disciplinas
jurídicas constitucionales, procesales o
administrativas, aunque reiteramos la
opinión de diversos especialistas en el
sentido de que su estudio, por su objeto,
apunta a ser considerado como autónomo.
CARACTERÍSTICAS DEL
DERECHO PARLAMENTARIO.
EL PARLAMENTARIO ES UN DERECHO:

 Políticamente comprometido, porque sólo


existe en regímenes democráticos que
garanticen la representatividad de los
ciudadanos a través de un Parlamento electo
en procesos electorales libres. Para Martínez
Elipe 4, en las democracias cerradas, el
Derecho Parlamentario no tiene más carácter
que el puramente adjetivo, en cuanto
referido al conjunto de normas reguladoras
de la organización y funcionamiento de las
Cámaras Políticas.

4 MARTÍNEZ ELIPE, León, Introducción al derecho parlamentario,


T. 1. Aranzandi, Pamplona, 1999, p. 59.
En las democracias abiertas, tiende a
extenderse al estudio de los medios a través
de los cuales se consigue la concordia de los
conflictos sociales que, por mediación de los
partidos políticos, se encuentran
representados en el Parlamento.

 Flexible, lo que se manifiesta en la forma de


producción de este Derecho, al margen de la
estabilidad que significan las previsiones
constitucionales; en efecto, el cambio de
circunstancias y la posible ausencia de
regulación, motivan generalmente una respuesta
rápida por los órganos parlamentarios; es por
esto que, en algunos sistemas, las normas
de mayor relevancia van a ser los usos y las
costumbres parlamentarias, que permiten
demostrar la idoneidad de la norma antes de ser
positivizada.
 De producción interna, característica
esencial basada en las teorías de la
autonomía parlamentaria. Se ejerce con
completa libertad de jurisdicción en
sus procedimientos, con los cuales crea
un orden normativo distinto del general.

Con base en las teorías de auto legitimación


del Parlamento aunado a la de división de
poderes, el Derecho Parlamentario se
asemeja a una concepción privatista-
contractualista; es decir, es similar a una
corporación privada con capacidad de
auto legitimación, imponiendo las reglas
del juego y la disciplina de los miembros que
la componen, sin recurrir al aparato estatal.
 Discontinuo, característica importante que
consiste en la consideración de este Derecho
como un conjunto de reglas que se dan los
parlamentarios al inicio de cada legislatura
en atención a las particulares necesidades de
cada asamblea que, en coherencia con la
concepción contractualista, no puede
vincular más que a las partes contratantes,
dejando completa libertad a las asambleas
siguientes para que sean ellas las que se
regulen.
 Producto del consenso, pues su
reglamentación debe ser la expresión de la
autonomía normativa de las Cámaras, por lo
que debe ser el fruto del acuerdo de todos
los grupos sin imposición de unos sobre
otros y con independencia de su
conformación numérica.
 Revisable, característica que se le
ha atribuido en el marco del
desarrollo de la justicia
constitucional. El ser objeto de
control jurisdiccional implica que
el órgano de control constitucional
puede supervisar que los
reglamentos o cualquier otra norma
que genere, estén de acuerdo con el
texto de la Carta Magna.
AUTONOMÍA
PARLAMENTARIA.

De acuerdo con Karl Loewesntein 5, la


autonomía del Parlamento consiste en que la
asamblea debe estar organizada y operar de
tal manera que pueda llevar a cabo sus
tareas sin la presión exterior o la
intervención de otros detentadores del
poder o de fuerzas extra
constitucionales. Esto es, el Parlamento
puede ordenar y gestionar, propia e
ilimitadamente, sus cuestiones internas
(autogobierno).

5 LOEWENSTEIN, Kart, Teoría de la Constitución, Editorial


Ariel, Barcelona, 1983, p. 242.
Como representante directo de la voluntad
popular, su organización y funcionamiento
deben darse en el marco de la más absoluta
libertad; no obstante, la autonomía
organizativa, que se expresa en la
autonomía de reglamentación,
presupuestaria, disciplinaria y de
condiciones de su personal, se ha ido
adaptado a los nuevos requerimientos de los
sistemas constitucionales: ha pasado de
ser ilimitada a aceptar controles de
constitucionalidad; es decir, el Derecho
Parlamentario debe ordenar la vida de las
Cámaras velando por la autonomía y su
buen funcionamiento, pero respetando los
preceptos constitucionales que son el
fundamento de todo el sistema.
Desde esa perspectiva, se tiene que dejar de
hablar de independencia parlamentaria;
ahora se concibe como autonomía
orgánico funcional de las Cámaras; así.
esta es una nueva concepción de los
Parlamentos que, a diferencia de la clásica
en la que se auto legitimaban por su relación
directa con la sociedad, los incorpora al
Estado por el Derecho. Es decir, sus
decisiones entran en el ámbito de lo
revisable, como las de cualquier otro
órgano del Estado.

Sin embargo, las reglas y técnicas


necesarias para su operación quedan
fijadas generalmente en el reglamento
parlamentario.
Con respecto a este problema, Michela
Manetti 6 señala que el Reglamento
Parlamentario, aludiendo a la legislación
de producción autónoma por las Cámaras,
tiene como objeto exclusivo la disciplina
de las relaciones entre sujetos político-
parlamentarios, por lo que todas la
relaciones que se refieran a otras materias,
o referidas a terceros, no son de su
competencia, y encuentran su fundamento
en las leyes.

6 MANETTI, Michela “La legittimazione del diritto


parlamentare” Giufré Editore, 1990, p.145, citada por Elviro
Aranda Álvarez, en “Los actos parlamentarios no
normativos y su control jurisdiccional”. p. 90.
INTEGRACIÓN DEL
CONGRESO GENERAL.
Previo al abordaje del tema de la citada
integración, habría que hacer referencia al ámbito
espacial de validez en nuestro sistema Federal;
es decir, la competencia entre la Federación y
las entidades federativas para legislar,
contenida en el artículo 124 Constitucional.

De acuerdo con el Artículo 49 Constitucional, “El


Supremo Poder de la Federación se divide para su
ejercicio, en Legislativo, Ejecutivo y Judicial”. Así
mismo, el artículo 50 establece que: “El Poder
Legislativo de los Estados Unidos Mexicanos se
deposita en un Congreso General, que se dividirá
en dos Cámaras, una de Diputados y otra de
Senadores”.
Derivado de lo que establece el artículo124,
con relación al 73 constitucionales, existe
una clara división de competencias entre la
Federación y las entidades federativas; en
efecto, todo aquello que no este
expresamente atribuido a la Federación, es
competencia de las entidades federativas, de
donde se deduce que el Congreso General
tiene facultades limitadas, de acuerdo al
principio de distribución de competencias a
que se hace referencia.

Al respecto, también se colige que solo la


Constitución otorga facultades a los Poderes
de la Unión, entre ellos al Legislativo, y de
ninguna manera lo puede hacer una Ley.
La fracción XXX del artículo 73
Constitucional señala que el Congreso tiene
facultad: “…para expedir todas las leyes que
sean necesarias, a objeto de hacer efectivas
las facultades anteriores...”; de la misma
manera, en la parte in fine de la citada
fracción se precisa “…y todas las otras
concedidas por esta Constitución a los
Poderes de la Unión”, lo cual implica la
posibilidad de que otro precepto
Constitucional le otorgue al Congreso
facultad adicional para expedir la Ley en la
materia de la que se trate.

A esta facultad se le conoce con el nombre


de “facultades implícitas”.
Ahora bien, con referencia a lo que establece el
precitado artículo 50 constitucional, nuestro
sistema parlamentario es bicamaral; es decir, el
Poder Legislativo se deposita en dos cámaras que
integran el cuerpo legislativo de la nación, cuyo
objeto es establecer un control intraorgánico para
la expedición de las leyes o decretos, en virtud de
que el carácter imperativo y obligatorio de la leyes
sólo dimana del Congreso actuando como un todo.

Con ello se tiene el propósito de buscar equilibrio,


ponderación y prudencia en las decisiones del
Poder Legislativo, mediante la discusión del mismo
asunto en distintas asambleas, a fin de que una
Cámara revise las decisiones de la otra,
reconociéndose un control intraorgánico de revisión
eficaz; así también, es de considerarse que esta
división del Poder Legislativo atempera su fuerza
frente a los otros órganos del Estado.
Al respecto, Tena Ramírez señala que el sistema
bicameral presenta las siguientes ventajas:
 Favorece al equilibrio de poderes, pues
debilita al Legislativo el cual tiende siempre a
predominar.
 En caso de conflicto entre el Ejecutivo y una
de las cámaras, la otra puede intervenir como
mediadora.
 La segunda cámara es una garantía contra la
precipitación legislativa, el error el desborde y
predominio de las pasiones políticas en el
proceso legislativo.

De la misma manera Duverger señala que el


sistema bicameral es propio de los sistemas
federales.
Para el autor citado, en este tipo de
parlamentos existen dos cámaras: una
representa la unidad del Estado federal; es
la representación de cada Estado particular
en su individualidad, y la otra representa el
conjunto del pueblo, la totalidad de la
nación; en esta clasificación ubicamos a las
cámaras de nuestro Congreso.

De esta manera, resulta evidente que el


tema de la integración de las asambleas
legislativas reviste gran importancia, puesto
que de ella depende, en gran medida, el
destino de las políticas que el gobierno
pretenda implementar.
Es de destacar que en los regímenes
federales, la Cámara baja se elige
proporcionalmente a la población de cada
Estado miembro, en tanto que la Cámara
alta está compuesta por igual número de
delegados por cada Estado, sin tener en
cuenta la importancia de su población.

En nuestro país, con la reforma política de 1977


se introdujo el actual sistema de elección mixta,
Así, la Cámara de Diputados está integrada por
500 miembros, de los cuales 300 son electos
por el principio de votación mayoritaria relativa,
bajo el sistema de distritos electorales
uninominales, y 200 electos por el principio de
representación proporcional, bajo el sistema de
listas regionales votadas en cinco
circunscripciones plurinominales.

En lo que respecta al Senado de la República, el


artículo 56 prevé que la Cámara de Senadores
se integre por 128 miembros de los cuales 64
son electos por el principio de mayoría relativa,
dos por cada Estado y el Distrito Federal; 32 se
asignan a la primera minoría y 32 se eligen
según el principio de representación
proporcional, mediante el sistema de una lista
votada en una sola circunscripción nacional.
AUTONOMÍA
PARLAMENTARIA
La autonomía del Parlamento se manifiesta en la
organización de la asamblea la cual se realiza y
opera sin la presión exterior o la intervención de
otros detentadores del poder o de fuerzas
extraconstitucionales.

La autonomía funcional se concreta en el principio


de self-goverment (autogobierno interno): el
Parlamento puede ordenar y gestionar, propia e
ilimitadamente, sus cuestiones internas; las reglas
y técnicas necesarias para su realización quedan
fijadas generalmente en el reglamento
parlamentario 7.

7 LOEWENSTEIN, Kart, Teoría de la Constitución, Editorial Ariel,


Barcelona, 1983, p. 242.
La autonomía es una de las características
esenciales del Parlamento ya que se ha
considerado que, como representante directo
de la voluntad popular que comprende a
todas las expresiones políticas, su
organización y funcionamiento debe darse en el
marco de la más absoluta libertad.

Al respecto, la teoría de los Interna corporis


acta es una de las construcciones dogmáticas
más acabadas para garantizar la independencia
de las Cámaras en el ejercicio de sus funciones.

La concepción tradicional de los interna corporis


se refiere, en principio, a la libertad en la
ordenación de los temas de discusión, al modo
de dirigir esas discusiones, así como al
procedimiento de deliberación.
Por otra parte, se refiere a la competencia
exclusiva en la facultad de elaborar los códigos del
procedimiento y lo que es más importante, la
facultad de valorar discrecionalmente sobre el
modo de aplicar la disciplina parlamentaria e
interpretar y modificar sus preceptos.
Como puede observarse, esta teoría permitió el
fortalecimiento de las garantías parlamentarias con
lo que se crearon facultades tan importantes para
las Cámaras como el hecho de poder decidir
soberanamente sobre la aplicación e interpretación
de las normas internas.
Para el caso mexicano, esta facultad se encuentra
prevista en forma expresa en nuestras normas
parlamentarias –aunque en forma más restringida-
en el inciso b) del artículo 20 de la Ley Orgánica de
nuestro Congreso, y en forma implícita en los
artículos 23 inciso f) y 67 inciso b) de la misma
Ley.
Los interna corporis en su concepción
amplia, parten de la teoría clásica de
garantizar la independencia del Parlamento y
los parlamentarios en el ejercicio de sus
funciones institucionales frente a los demás
poderes públicos. En síntesis, la pretensión
consiste en que aquellas materias que
comienzan y concluyen en la Cámara, no
estén sometidas a ningún control externo.
No obstante, la autonomía se ha ido
adaptado a los nuevos requerimientos de los
sistemas constitucionales con lo que ha
pasado, de ser ilimitada, a aceptar controles
de constitucionalidad.
En efecto, Siguiendo a Fernández Miranda, el
Derecho de Parlamentario debe ordenar la vida
de las Cámaras, velando por la autonomía y su
buen funcionamiento, pero respetando los
preceptos constitucionales que son el
fundamento de todo el sistema.

Actualmente, el Poder Judicial ha asumido un


papel determinante en los regímenes
constitucionales. Esta es una nueva concepción
de los Parlamentos, que a diferencia de la
clásica -en la que se autolegitimaban por su
relación directa con la sociedad-, ahora sus
decisiones entran en el ámbito de lo revisable,
como las de cualquier otro órgano del Estado.
Así, a partir de este momento se tiene que dejar
de hablar de independencia parlamentaria y
comenzar a hacerlo de autonomía orgánico
funcional de las Cámaras
ESTRUCTURA DEL CONGRESO
MEXICANO
El Congreso mexicano es un órgano complejo
que a su vez se divide en una gran cantidad de
órganos internos que podemos dividir en rectores
y funcionales, los cuales interactúan para llevar a
cabo las funciones que tiene conferidas el Poder
Legislativo; su estructura actual es la que se
estableció con la Ley Orgánica de 1999, la que
incorporó figuras novedosas como la Junta de
Coordinación Política y en el caso de la Cámara
de Diputados, la Conferencia para la Dirección y
Programación de los Trabajos Legislativos,
órganos en los que los Grupos Parlamentarios
tienen representación y facultades para tomar
acuerdos previos con respecto a los asuntos que
deberá sancionar el Pleno de la Cámara.
Los Grupos Parlamentarios incorporados
desde 1977 a nuestro sistema, juegan un
papel determinante en la organización y
funcionamiento del Congreso, al igual que en
los principales parlamentos del mundo.
Los Grupos Parlamentarios son la base para
conformar tanto los órganos de dirección
como los funcionales, ya que se integran a
partir de sus propuestas, tomando en cuenta
el principio de mayoría. Como puede
observarse, los Grupos han adquirido una
importancia fundamental en la organización
de las Cámaras.
ORGANIZACIÓN
PARLAMENTARIA
Según Luis Aguilar Luque, “…la organización
parlamentaria se sustenta en los principios
organizativos básicos que reglan el
funcionamiento del Parlamento. Estos principios
organizativos constituyen el núcleo del Derecho
Parlamentario y fueron incorporados a los textos
constitucionales, para salvaguardar el debate y la
igualdad de armas entre las distintas fuerzas
políticas a fin de proteger la posición de las
minorías y, en última instancia, como vía de
garantizar el pluralismo”.7

AGUILAR DE LUQUE, Luis, “La composición y organización


parlamentarias en la jurisprudencia constitucional” en Paui I Vall,
Francesc, (coord.) Parlamento y Justicia Constitucional, IV Jornadas
de Asociación Española de Letrados de Parlamentos” Aranzadi
Editorial, Pamplona, 1997, p. 54.

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