Al Señor
1 Secretario de Estado de Hacienda de la Nación
DI
sobre los intereses
originados
en la importación
de bienes
con pago diferido
P01· tratarse de un problema que consideramos pueda
interesar a muchos de nu(?stros lectores, publicamos el
texto completo del recurso de apelacidn presentado
por Da/mine Siderca al S.eííor Secretario de Estado de
Hacienda de la Nación, pidiendo sea derogada la
Resolución General NIJ .1.110 (R), dictada por la
Dirección Genera l Imp ositiva el 26 de Enero de 1967.
ATediante la ¡·eferida resolución se declararon sujetos
al im pu es to a los 1·éditos los intereses originados en la
importación de bienes con pago diferido .
34
Dr. Rodo lfo F. Aguilar
PRESENTE
En uso del derecho que le confiere el artículo 9Q de
la ley 11.683 (t.o. en 1960 y sus modificaciones),
DALMINE SIDERCA S.A.I. y C., con domicilio legal
en la calle 25 de Mayo 386, Capital, tiene el honor
de dirigirse al Señor Secretario de Estado de Ha-
cienda con el objeto de interponer en tiempo y forma
recurso de ape lación contra la Resolución Gene ral
N'-' 1.110 (R) dictada por la Dirección General Impo-
sitiva el 26 de enero de 1967 (B. O. 10-2-67), refe-
rente a la aplicación del impuesto a los réditos sobre
los intereses originados en la importación de bienes
con pago diferido.
Al amparo de las argumentaciones que a continua-
ción se expresan, interpretamos que la tributación
que la Dirección General Impositiva pretende impo-
ner resulta errónea, pues vulnera gratuita e ifícita-
mente los claros principios de fuente sobre los que
ha sido estructurada fundamentalmente la aplicación
del impuesto a los réditos en nuestro país, impor-
tando como natural consecuencia una injustificada
ampliación de la materia imponible sujeta a ese
gravamen. A fin de dotar a nuestras manifestaciones
de una mayor claridad conceptual, hemos conside-
rado oportuno puntualizar todos los agravios e im-
plicancias que genera la interpretación fiscal que es
motivo de apelación, mediante su enfoque simultáneo
tanto desde el plano genérico y esencial de la impo-
sición que se propicia, como desde el punto de vista
de los derechos irrevocablemente adquiridos por Dál-
mine Siderca S. A. l. y C. a través de los reconoci -
mientos oficiales dictados sobre la materia.
l . - LA RESOLUCION GENERAL N9 1.110 NO ES
INTERPR ETATIVA SINO MODIFICATORIA
La Dirección General Impositiva invoca como justi-
ficativo del dictado de su Resolución Genera l nú-
mero 1.110 (R) , la necesidad de aclarar el trata-
miento fiscal que, frente al impuesto a los réditos,
corresponde dispensar a los intereses originados en
las adqúisiciones de bienes en el exterior con pago
diferido.
Ello podría se r cierto, en el absurdo supuesto de
admitirse que la " aclaración " de un determinado
concepto tributar io es sinónimo de " marginación
lisa y llana" de un criterio interpretativo emanado
del mismo organismo fiscalizador y con plena vi-
gencia hasta el presente, que en la instancia actual
ha sido sustituido por una concepción diametral-
mente opuesta en cuya virtud , se sometería al gra-
vamen una renta irremisiblemente exenta a través
de la legislación actual.
Si tomamos en consideración que:
- La temática desarrollada por la Resolución Ge-
neral NQ 1.110 ya había sido co'ntemplada con toda
amplitud por las dependencias técnicas de mayor re--
presentatividad dentro de la propia Dirección General
Impositiva (su ex Asesoría Técnica y actual Direc-
ción Técn ico Impositiva).
- Las conclusiones liberatorias arribadas por tales
dependencias en sus dictaminaciones, fueron confir-
madas de un modo cabal y absoluto por los funcio-
narios de más alta jerarquía dentro de la Repartición
fiscal (su Director General y Subdirector General ,
respectivamente), quienes gozan de plena capacidad
de derecho para interpretar las leyes tributarias con
sentido general (art. 99 de la ley 11.683).
- El criterio que así se puntualizaba era conceptua-
do como base de solución genérica para todos aque-
llos problemas que sobre esta materia se presentasen
ante los órganos de la Dirección General Impositiva
para su juzgamiento.
- Que en su virtud, habían sido dictados actos ad-
ministrativos irrevocables de la naturaleza del exte-
riorizadQ a nuestra empresa por vía de la comunica -
ción de la Agencia N9 9 fechada el 17 de octubre de
1966, cuyo texto en copia se acompaña .
-Todo ello, unido a la circunstancia fundamental
de que las normas fiscales en juego son exactamente
las mismas que indujeron al Fisco a considera r en
aquellas instancias liberados del gravamen los inte-
reses de financiación sobre importaciones de bienes
con pago diferido, obligan a reconocer que las dis-
posiciones de la Resolución General N ~ 1.110 im-
portan , en este momento, mucho más que una mera
" aclaración de tratam iento" como la que se invoca
a título de justificativo de su dictado.
En el trance de testimoniar la presencia de los ante:
cedentes y actuaciones administrativas que se apun-
tan y, asimismo, de señalar las implicancias que de
los mismos derivan pues a ello se encuentra íntima-
mente ligada la eventual vigencia del nuevo régimen
que instituye la Resolución Gen.eral N9 1.110, basta
a nuestro juicio traer a colación el texto del sumario
que presenta el Dictamen N ~ 12/62 de la Dirección
General Impositiva, cuyo contenido condensa de un
modo categórico la opinión oficial y unánime vigente
sobre esta materia y que ahora se pretehde desvir-
tuar por medio de la Resolución General N9 1.110.
En dicha síntesis se consagra el principio de que:
"Fuente: Las diferencias corrientes por recargos di-
" rectos sobre precio de venta o por fijación de un
" interés sobre saldos impagos, constituyen parte
" integrante de dicho precio con el que forman un
" todo indivisible a los efectos de determinar la
" fuente del rédito".
La demostración más cabal sobre hasta qué punto
la nueva teoría ensayada por la Dirección General
Impositiva constituye una innovación de tratamiento,
la constituyen las consideraciones de fondo sosteni -
das en ese entonces por el propio Organismo Fiscal
al conformar el dictamen del 27-7-62, que señalaba:
" Con fecha 4 de diciembre de 1958, Asesoría Téc-
" nica se expidió sobre el problema planteado en las
" presentes actuaciones, considerando que la deter-
" minación del valor mayorista en el lugar de origen
" debía efectuarse acorde con la naturaleza o carac-
" terísticas de la operación , atento a que dichos va-
" lores pueden variar según que las concertaciones
35
" respectivas fueron de pago "contado" o "diferido"
" y en esas condiciones -sea por recargo directo
" al precio de venta o por la fijación de un interés
" sobre saldos de pago- si las diferencias obser-
" vadas son de aquellas corrientes a este tipo de
" comercialización , es obvio que dichas diferencias
" constituyen parte integrante del precio de venta
" de la mercadería y conforman con ésta, a los efec-
" tos de la determinación de la fuente, un todo indi-
" visible, cuyos resultados corresponden ser encua-
" drados en la disposición establecida por la primera
" parte del inciso b) del artículo 99 de la ley, criterio
" éste aprobado por la Superioridad al conformar el
"respectivo dictamen " .
Luego de referirse a algunas particularidades res-
pecto a las modalidades operativas del caso que era
objeto del pronunciamiento, la Dirección Técnico Im-
positiva concluía sosteniendo que:
"Lo expuesto confirma la tesis sustentada por Ase-
" soría Técnica , de que "'los intereses por pago dife-
" rido, sólo obedecen a una norma obligatoria impues-
" ta por el Banco Central y que no corresponde darles
" el carácter de intereses de financiación, por cuanto
" no responden a las causales que provocan estos
" últimos".
Atendiendo a la naturaleza e importancia de la cues-
tión que así se ventilaba, la dependencia asesora
propon:a a la Dirección General el dictado de una
resolución de alcance genérico sobre la base de los
fundamentos eximitorios arribados, formalidad ésta
que motivó la manjfestación del señor Subdirector
General en el sentido de que ello no resultaba nece-
sario, EN MERITO A QUE LOS CASOS QUE SE PRE-
SENTEN PUEDEN SOLUCIONARSE CONFORME AL
CRITERIO SUSTENTADO EN LOS DICTAMENES
ADJUNTOS.
Tendiendo a cumplimentar tal finalidad, se disponía
consiguientemente la publicación de los respectivos
textos.
A la luz de la interpretación más objetiva sobre los
36
diversos antecedentes y actuaciones que se traen a
colación , aparece pues de plena evidencia que:
a) Los intereses por pago diferido cuya gravabilidad
con el impuesto a los réditos propicia la Dirección
General Impositiva en su Resolución N0 1.110, con-
figuraban hasta la fecha del dictado de ésta un defi-
nido rédito de fuente extranjera, toda vez que " ... es
obvio que dichas diferencias constituyen parte inte-
grante del precio de venta con el que forman un todo
indivisible a los efectos de determinar la fuente del
rédito".
b) El criterio eximitorio así exteriorizado -que ya
desde el año 1958 reconoce virtualidad interpreta-
tiva sobre la materia- fue durante el año 1963
objeto de confirmación expresa por parte de las auto-
ridades máximas de la Dirección a quienes se le
atribuyen ineludibles funciones de "interpretar la ley
fiscal" de acuerdo con las normas del artículo 9Qde
la Ley 11.683 .
e) La formnlidad del dictado de una resolución ex-
presa y genérica con tal sentido liberatorio, fue sus-
tituida en esa oportunidad mediante la publicación
de los dictámenes correspondientes (según reza ex-
presamente la instrucción impartida), directiva éstn
que no sólo representaría una simple previsión con-
ceptual, sino que ha sido materializada a través do
la consideración de los casos concretos planteados
por los contribuyentes, como el que diera lugar al
pronunciamiento dirigido a nuestra empresa por la
Agencia N0 9 de la Dirección General Impositiva con
fecha 17 de actuare de 1966, a raíz de la consult<:1
que oportunamente formuláramos sobre esta materi;1 .
Frente a todo:> esos antecedentes que demuestran
bien a las claras que el verdadero alcance de la Re·
solución General Nq 1.110 es netamente modifica-
torio del tratamiento acordado a tales rentas hasta
el presente, no podemos bajo ningún punto de vista
admitir -en nuestra calidad de expresos destinata-
rios de un criterio interpretativo que en su momento
fuera sentado ni amparo de la misma ley- se pre-
tenda acordar al contenido de dicha resolución gene-
ral un carácter meramente aclaratorio como el que
infortun3damente se invoca n los fines de su dictado.
11.- LOS FUNDAMENTOS ESGRIMIDOS POR LA
RESOLUCION GENERAL NQ 1.110
SON ERRONEOS
Por vía de una pretendida aclaración -que no ad-
quiere ese carácter según ha quedado demostrado
en el capítulo anterior-, la Dirección General Im-
positiva arri ba a la curiosa conclusión de que los
intereses devengados a favor de exportadores del
extranjero y originados exclusivamente en la intro-
duc«:ión de sus productos en el país, constituyen
una renta de fuente argentina .
Esa conclusión es una consecuencia natural de la
muy sutil apreciación que se formula sobre las im-
plicancias jurídico-fiscales que a juicio de ese Orga-
nismo derivan de las operaciones de venta con pago
diferido realizadas por exportadores foráneos , al sos-
tenerse que las mismas "no se reducen a la simple
introducción de sus productos en la República ya
que, en los hechos , se está financiando esas ventas"
y que de esa manera " el exportador del extranjero
ha colocado capital en el país, debiendo por lo tanto
oblar el impuesto por los intereses pactados expre-
samente o representados total o parcialmente por la
diferencia de precio obtenida ".
La inconsistencia y contradicción que presenta este
argumento resulta de toda evidencia a poco que se
observe que para los casos de exportaciones reali -
zadas desde nuestro país, es decir, una situación
conceptualmente idéntica , jamás ha sido dable pre-
sumir que los intereses de financiación obtenidos
por los responsables como consecuencia de sus ven-
tas al extranjero, podr:an conceptuarse como deri-
vados de "una colocación de capital fuera del país"
y, consiguientemente, importar la automática margi -
nación de esas rentas de la tributación que con-
templa la Ley 11.682.
Frente a una concepción tan original como la que en
abono de su tesis desarrolla la Dirección General
Impositiva, no queda otra alternativa que recurrir
a la interpretación cabal del contenido y cometido
de las distintas disposiciones que en materia especí -
fica de "fuente" consagran expresamente tanto la
ley del impuesto a los réditos como su reglamenta -

37
ción, siendo que sobre su base se apoya de un modo
fundamental la tributación del gravamen en nues-
tro país.
En este sentido, debemos traer a colación en primer
término la norma del artículo 6'' de dicho texto legal
que establece:
"En general y sin pequ1c1o de las disposiciones
" especiales de los artículos siguientes, son rédi-
, tos de fuente argentina aquellos que provienen
" de capitales, cosas o derechos situados , coloca-
, dos o utrlizados económicamente en la Repúb'i -
, ca; de la realización en el territorio del país rl~=>
" actividades civiles o comerciales, o trabajo per-
, sonal, sin tener en cuenta la nacionalidad, domi-
, cilio o residencia del titular o de las otras partes
" aue intérvengan en las operaciones ni el lup.:M
" de celebración de los contratos".
Por ~u oarte, el artículo go de la lev -una de f;:~c;
cfisoosiciones especiales a aue se refiere el tr;:¡nc:.
cripta artículo 69- disoone tPxtualmente en su inci-
~"' ;:¡) , primer y segundo párrafo:
" La determin;:~ción rle los rédito~ aue derivan de
" la exportación e importación de bienes , se re-
, P-irá por Jos siguientes principios:
;:¡) l _os réditos provenientes de f;:¡ exportación de
los bienes producidos . tratados . mannhr:tur:=~ ­
r1ns o comorados en el país, son totalmente
rle fuente argentina" .
"El rédito neto se establecerá deduciendo del pre-
cio ele venta mavorista en el Jugar de destino. el
costo de tales 'bienes. los gastos de transoortP.
v lo ~t=>l1rJro hnsta dicho luflar. la comisión v p-astos
de venta v los gastos incurridos en la Reoúblir.~
en cr•;:¡nto sean necesarios para obtener el rédito
P,ravado".
PP.se a que la lev no lo dice expresamente. dehl'l
inferirse que si está alcanzado con el impuesto lo
menos, esto es, el precio mayorista en el lugar de
destino, también se encuentra gravado lo más, es
decir, el eventual excedente en aquellos casos en que
38
el valor de la exportación supera el precio mayorista
de destino.
Para estas situaciones , lo que la ley ha fijado es una
pauta mínima, indicando dentro de la respectiva ope-
ración cuál es el importe mínimo alcanzado por el
tributo.
Es por ello indudable que de acuerdo con la mec:cí-
nica del gravamen, el mayor valor o excedente que
un exportador local obtenga con relación al precio
de plaza en destino, se encuentra totalmente afec-
tado por el impuesto a los réditos sea como interés
presunto, mayor precio, etc. (y esto debería ser obje-
to de definición concreta por parte de la Dirección) ,
toda vez que la aplicación de un principio fundamen-
tal como es el de la "fuente" no puede convertirse
eri un factor determinativo de la magnitud del rédito,
sino que atañe exclusivamente a su configuración a
los fines de su imputación jurisdiccional.
Hasta aquí, muy escuetamente , hemos bosquejado
el tratamiento que la ley asigna a los resultados que
obtienen nuestros exportadores, los cuales, como se
ha evidenciado, quedan íntegramente sometidos al
gravamen ya sea que comprendan un mayor valor
con relaciÓn al precio mayorista de destino, intereses
presuntos, intereses pactados, etc.
Ello es una clara consecuencia de la aplicación ar-
mónica y racional del principio de que "accesorium
sequitur principali ", esto es, que si los beneficios
provenientes de la exportación de bienes están gra-
vados con el impuesto a los réditos, los intereses por
pago diferido que hacen a la misma operación o
resultan de ella , por accesorios, reciben análogo
tratamiento.
En cuanto a los exportadores del exterior, el trata-
miento que la Ley 11.682 les dispensa está precisado
por la cláusula del inciso b) de su artículo 9Q, que
establece:
"Los réditos que obtienen los exportadores del ex-
, tranjero por la simple introducción de sus pro-
, duetos en la República, son de fuente extranjera.
" Sin embargo, cuando el precio de venta al com -
, prador del país, sea superior al precio mayorista
'' vigente en el lugar de origen mas los gastos do
"transporte y seguro hasta la República, se consi-
" derará , salvo prueba en contrario, que existe vin-
" culación económica entre el importador del . país
" y el exportador del exterior, constituyendo la dife-
" rencia rédito de fuente argentina, de cuyo impues-
" to ambos son solidariamente responsables".
Surge claramente del texto transcripto que los ré-
ditos que obtienen los exportadores del exterior son
de fuente ext ra njera, en tanto se limiten a la simple
introducción de sus productos.
Resta desentrañar, pues, cuál es el sentido que en
la especie adquiere la expresión "simple introduc-
ción " que contiene el citado texto.
Conforme a las normas clásicas de la interpretación,
cuando su letra es clara , la ley debe interpretarse
por sus palabras, y éstas, de acuerdo con 'reiteradJ
jurisprudencia, deben considerarse en su acepciór
vulgar. El sentido corriente , en este caso coinciden
con el gramatical, asigna a la palabra "simple" lo
acepción de puro, sin mezcla.
Vale decir que cuando la operación consiste única-
mente en la introducción de la mercadería , nos en-
contramos en presencia de réditos de fuente extran -
jera. Nada dice la ley sobre lo relativo a forma de
pago. Si el fin perseguido por la norma ha sido e'
de someter a tributo los intereses originados por
el pago diferido, nada hubiera obstado para que se
lo diga expresamente, sustituyéndose para lograr ese
objetivo la expresión de "simple introducción ... "
por la de "introducción con pago al contado".
Simple introducción de una mercadería es consecuen -
temente su mera venta, cualquiera sea la forma de
pago contratada, al contado o a plazos. Sostener ~ue
una venta a plazos no es una simple venta , es decir.
no representa una venta pura, implica sustentar la
tesis de que en toda venta a plazos hay dos op~ra­
ciones; una de venta propiamente dicha, y otra de
préstamo, criterio éste que no sólo la Dirección Ge-
neral Impositiva ha desechado en pronunciamientos
administrativos específicos, sino que tendenciosa -
mente ha omitido precisar en vista de la incongruen -
cia que ello representa.
El préstamo , contrato de mutuo, no está en mod ·
alguno configurado dentro de una compraventa a
plazos. La definición y características del préstamo
está expresamente legislada en nuestro Código Ci-
vil , artículo 2240 , que señala :
" Habrá mutuo o empréstito de consumo, cuando un::1
" parte entregue a la otra una cantidad de cosas
"que esta última está autorizada a consumir, de-
" volviéndole en el tiempo convenido, igual cantidad
" de cosas de la misma especie y calidad".
De la simple lectura de este artícy.lo puede ¡:¡preciarse
que no se reúnen en la compraventa con pago dife-
rido, los elementos esenciales contenidos en la defi-
nicfón del mutuo. El comprador no devuelve al ven-
dedor igual cantidad de cosas de la misma especie
y calidad, sino que está pagando por ellas un precio
cierto en dinero.
Demostrado así que no hay mutuo, es decir otra
operación además de la compraventa, sino ésta y nada
más, sólo cabe llegar a la conclusión de que se trata
de una introducción " simple" esto es, pura.
1
Si se pretende arribar a una conclusión distinta,
habrá que modificar el Código Civil yjo la ley del im-
puesto a los réditos , pero con la actual legislación ,
nunca .
Siendo pues que en los casos de importación de
mercaderías con pago diferido los intereses (pactados
o presuntos) participan de la naturaleza misma de
la operación y resultan consecuencia natl,lr.al de la
modalidad operativa que se adopta , corresponde ubi -
car a tales rentas dentro de las disposiciones aplica-
bles en materia de fuente. Para ello, y al margen del
encuadre expreso que el artículo 9?, inciso b) prevé,
nada mejor que transcribir los conceptos vertidos
por el Tribunal Fiscal de la Nación en Fallo N? 231
de fecha 20-10-61, hechos suyos por la propia Di rec-
ción General Impositiva en su dictamen NQ 225/64,
cuyos términos son los siguientes:
" En tales condiciones, es de innegable claridad que,
" conforme a lo prescripto en el art. 523 del Código
39
"Civil, la obligación de abonar intereses es accesoria
" de la de pagar el impuesto y por ende tales intere-
" ses están sometidos a idéntico tratamiento que el
" vigente para dicho impuesto, de conformidad con
"el principio de que lo accesorio sigue a lo prin-
" cipaL
" En cuanto a la aplicación de la referida norma de
" derecho privado en la dilucidación de la cuestión
" sub-examen, es dable tener presente que: «Esta
" norma legal, es aplicable a las causas de la índole de
" la presente, ya que, como lo ha declarado la Corte
" Suprema de Justicia Nacional (Doctrina Judicial
"del 30 de marzo de 1961), nada impide que las
" normas generales de derechos, en cuanto expre-
" sión de principios comunes de justicia -en el caso,
"de certeza jurídica- puedan integrar el ordena-
" miento impositivo. El carácter supletorio, secun-
" dario, que aparece cuando los principios civiles
" discrepan con la letra o resultan inadecuados para
" la solución de los problemas tributarios, no rige
" en los supuestos en qu~ ni uno ni otro extremo se
' cumplen». En virtud de ello puedo considerarse que
" la obligación de abonar intereses es accesoria de
"la de pagar el impuesto, ya que ésta es la razón de
" ser de la existencia de la otra, pudiendo entonces
" afirmarse que los intereses están sometidos a las
" normas y principios vigentes para los impuestos,
" conforme a la regla de que lo accesorio sigue a lo
"principal". (Fallo del Tribunal Fiscal N9 231 de fe·
cha 20-10-61).
Tanto el Tribunal Fiscal de la Nación como la propia
Dirección General Impositiva reconocen que, a falta
de enunciación legal expresa en contrario, lo acce-
sorio sigue la suerte de lo principaL Conclusión na-
tural de tal principio es, en nuestro caso específico,
que si los réditos que obtienen los exportadores co-
mo resultado de la simple introducción de sus mer-
caderías en el país son de fuente extranjera, también
deben serios los intereses originados como conse-
cuencia.
Un análisis más minucioso sobre la norma legal del
dar artificiosamente una operación que resulta exenta
40
de esa clase de réditos, nos lleva a formular las si-
guientes disquisiciones.
La condición de rentas de fuente extranjera que la
ley asigna a las provenientes de la simple introduc-
ción de productos en la República (sea por utilidad,
mayor valor o intereses), presenta una sola ,excep-
ción, que ha sido expresamente fijada para los casos
en que exista vinculación económica entre el expor-
tador foráneo y el importador locaL Ello, por cuanto
la ley pretende evitar que mediante una simple ma-
niobra de facturación entre entidades económica-
mente vinculadas, pueda el importador nacional com-
putar como costo impositivo de la mercadería o
materia prima que ingresa al país, un valor superior
al reaL Obviamente, esa diferencia disminuirá el
resultado fiscal derivado de su ulterior venta.
Pero fuera de esta previsión concreta y específica,
la aplicación del tributo no es susceptible de ex-
tenderse arbitrariamente, pues implicaría vulnerar el
principio fundamental de que: "sólo está gravado
aquello que expresamente la ley ha calificado como
materia o hecho imponible", criterio este que cabal-
mente han recogido tanto nuestra doctrina como
nuestra jurisprudencia, al sostener unánimemente
que no resulta lícito introducir gravaciones por vía
de interpretaciones subjetivas.
Extender una imposición que se prevé exclusivamen-
te para los casos en que existe vinculación econó-
mica a aquellos otros en que no la hay, sin que ello
esté contemplado expresamente por la norma fiscal,
significaría admitir la integración de la ley por vía
analógica o bien, dentro de las corrientes doctrina-
rias, aceptar la interpretación analógica en materia
tributaria, criterio este que ha sido uniformemente
rechazado por la jurisprudencia.
Cuando existe vinculación económica la ley grava el
mayor valor con reláción al precio vigente en el lugar
de origen, y no lo hace porque ese plus se considere
interés, sino para colocar al importador dentro de
la realidad de la operación en su contenido econó-
mico. Fuera de esto, la adopción de posiciones como
la que fija la Dirección General Impositiva al deslin-
dar artificiosamente una operación que resulta exen-
ta para el exportador extranjero por expreso imperio
legal (art. 9?, inc. b), equivale lisa y llanamente a
modificar la ley, creando un derecho paralelo que
convierte al Organismo Fiscal en un Tribunal de
Equidad, lo que se halla expresamente prohibido por
nuestra Constitución Nacional.
111. ANALISIS CRITICO DE LAS DISPOSICIONES DE
LA RESOLUCION GENERAL N 9 1.110
El artículo 1? de esta Resolución, al definir la r.lQ·
teria imponible que la misma crea, establece que:
" ... el mayor precio fijado con relación al precio
"mayorista vigente en el lugar de origen es asimila-
" ble a intereses de financiación y, en consecuencia,
" constituye un rédito de fuente argentina en los
" términos previstos por el artículo 6° de la Ley
" N? 11.682 ... "
Su redacción, al expresar que "es asimilable a in-
tereses de financiación y en consecuencia constituye
un rédito de fuente argentina ... ", indica claramen-
te -a contrario sensu- que si las respectivas di-
ferencias no fueran asimiladas a intereses de finan-
ciación, no resultarían imponibles frente al grava-
men.
Es decir que se hace caer a tales intereses dentro del
ámbito de aplicación del impuesto a los réditos, sólo
como consecuencia de ser asimilables a "intereses
de financiación".
Este concepto, intereses de financiación, cuya im-
portancia parece exceder según la D.G.I. la mera
condición de un accesorio de la operación a punto tal
que llega a convertirse en factor determinante de su
"fuente", no creemos que frente a la actual estruc-
turación de la Ley 11.682 adquiera el sentido de
imposición que el organismo fiscal le otorga.
En un modo fundamental, por la circunstancia de
que el tratamiento fiscal relativo a los "intereses de
financiación" no figura previsto en modo expreso
por ninguna de las normas legales y reglamentarias
que regimentan la aplicación del tributo, y de ahí que
resulte en cierto modo sorprendente que las diferen-
cias que la D.G.I. apuntan sean asimiladas a una
materia imponible cuya configuración, a su vez, res-
ponde a lineamientos generales de estructuración del
gravamen. Tal es así que al definirse por vía regla-
mentaria (art. 20) el concepto de "interés", la ley
fiscal interpreta como tal a "toda suma que sea el
producto del capital prestado, se pague bajo esa de-
nominación, o bajo la de comisiones, indemnizacio-
nes, primas u otras".
La presencia de intereses dentro de las operaciones
de compraventa con pago diferido, se manifiesta
desde el punto de vista práctico ya sea por estipu-
lación expresa de partes, o bien por apreciación pre-
suntiva al incluírselos globalmente dentro del precio
de venta.
Pero sea cual fuere el motivo u origen de su existen-
cia (que no se discute), lo impugnable de la interpre-
tación que hace la Dirección General Impositiva es
que otorga a tales intereses una individualidad "de-
finida" que los hace pasibles de la tributación, sin
advertir que la operación a la que acceden -inte-
grándola de un modo indisoluble- escapa al ámbito
de aplicación del gravamen por expresa previsión
legal.
El interés emergente de una compra-venta de bienes
con pago diferido, tal como ha quedado demostrado
y fuera sostenido por la propia Dirección General
Impositiva hasta la sanción de su Resolución General
N9 1.11 O, forma parte integrante y constitutiva del
precio de venta de la mercadería y un todo indivisible
a los fines de la determinación de la fuente del ré-
dito.
Esta es la única interpretación congruente con el
contenido esencial y proyecciones de aquellos regí-
menes fiscales que, como el nuestro, se estructuran
sobre la base del sistema de la "fuente del rédito"
para imponer la obligación.
Sostener lo contrario, como lo hace la Dirección Ge-
neral Impositiva a través de su Resolución General
N9 1.110, importa llegar a la paradójica conclusión
de que los intereses devengados por ventas con pago
diferido realizadas por los exportadores extranjeros
y nacionales quedan íntegramente sujetos al impues-
41
to, lo cual resulta totalmente inconciliable no sólo
con las normas genéricas de fuente sobre las que se
estructura la aplicación del gravamen, sino con dis-
posiciones expresas de ley (art. 9'', inc . b) que acuer-
dan un tratamiento totalmente opuesto.
Fuera ya del ámbito estrictamente impositivo, y
tendiendo a lograr una visión integral del problema,
creemos oportuno hacer una escueta mención sobre
las normas vigentes en materia de introducción de
bienes de capital al país.
En este sentido, debemos recordar que la Circular
R. C. N9 196 del Banco Central de la República Ar-
gentina , dictada con fecha 20 de noviembre de 1964
y que reconoce antecedentes similares, establece
concretamente que la cancelación de importaciones
de bienes de capital deberá efectuarse indefectible-
mente con pagos diferidos. Se fijan en esta Circular
distintos planes de financiación que abarcan com-
pras de hasta u$s. 5.000 .- únicas que pueden abo-
narse al contado, y llegan a las adquisiciones de más
de un millón de dólares, con plazos que varían en-
tre el mínimo de treinta meses y un máximo de ciento
ocho meses.
¿Cómo es posible pues que la Dirección General Im-
positiva, que no puede desconocer la realidad e im -
plicancias de esta modalidad operativa, sustente un
determinado criterio fiscal que parte de una premisa
(compra al contado) cuya realización está vedada al
importador local?
Colocado entre esta antinomia está el importador,
que en definitiva debe cargar con el tributo, por
cuanto el vendedor fija a sus bienes un precio neto
y definitivo, libre ·totalmente de la incidencia de
cargas fiscales en el país de destino.
Podría argüirse que siendo una renta que se atribuye
fiscalmente al titular del exterior, el deudor local
puede practicar la retención impositiva que ordena la
ley en el momento de su pago.
Es indudable que sí. Pero ello constituye una fla-
grante violación de los contratos suscriptos, que in-
cidirá en definitiva no sólo en mengua de la posición
de los empresarios deudores , sino que influirá ade -
42
más en la confianza de nuestros proveedores del ex·
terior.
Es norma del comercio internacional la fijación de
precios netos y, consiguientemente, la convención
expresa de que cualquier gravamen que pudiera afec-
tar la operación esté a cargo del deudor. De tal suer-
te, el importe de la tributación siempre deberá ser
soportado por nuestros importadores.
En las operaciones ya concertadas (con precios de-
finitivos fijados) , el nuevo tratamiento de la Resolu-
ción General N9 1.110 traerá como consecuencia in-
mediata un incremento de costos, toda vez que los
mismos han sido estimados sobre la base de una
exención que intempestivamente se deroga . Ese ma-
yor costo traerá entre otras consecuencias mediatas
un aumento del precio de los productos elaborados
que, en el supuesto de no ser susceptible de trasla-
darse al adquirente, importará una irremediable
pérdida en cabeza de las empresas productoras. Con
la agravante de que todo ello redundará indirecta-
mente en el juego de la economía en general , con
otras consecuencias que, no por ser imprevisibles,
son menos importantes.
Todas estas circunstancias inducen a reflexionar que
en el presente caso no han sido tenidas en cuenta
las implicancias y derivaciones que resultan de las
normas obligatorias impuestas por el Banco Central
a través de su Circular N9 196, pues debe recono-
cerse que, en definitiva , el contenido de la Resolu-
ción General N9 1.110 importa abonar el gravamen
sobre aquellos intereses que se pagan por imposición
del propio Estado.
IV. ACOTACIONES SOBRE LA VIGENCIA DE LA
RESOLUCION GENERAL N9 1.110
La indudable repercusión de las disposiciones de la
Resolución General No 1.110 y las graves consecuen -
cias que su dictado produce, imponen la necesidad
de enfocar detenidamente el problema relativo a su
vigencia . Ello, por cuanto en el hipotético supuesto
de que sus términos fueran mantenidos como inter-
pretación oficial sobre la materia -vulnerándose así,
como se ha visto , la letra misma y sentido de la
ley-, adquiere una importancia fundamental el re- de la Resolución General N9 1.110 que son motivo
conocimiento de que se trata de una concepción fis- de la presente apelación .
cal modificatoria de un criterio de exención sosteni-
Hacemos propicia la oportun idad para saludar al
do hasta su dictado.
Señor Secretario de Estado de Hacienda con nuestra
Si bien en nuestro caso concreto lo relat ivo a la vi - consideración más distinguida .
gencia de la Resolución General NQ 1.110 presenta
características netamente singulares (por cuanto
existe con anterioridad a su dictado un acto adminis-
trativo firme emanado de funcionario fiscal con ca-
pacidad para refrendarlo y en cuya virtud se reco-
noce expresamente la no gravabilidad de los intere-
ses oblados por nuestra empresa) creemos que la
hipotética ratificación del nuevo criterio no debería
dar pie a un enervamiento liso y llano de los legítimos
derechos emergentes de la interpretación eximitoria
anterior.

Es 'decir que debería respetarse el alcance liberato-

rio asignado a tales operaciones por la propia Direc-
ción General Impositiva hasta el dictado de su Reso-
lución General NQ1.110, haciendo extensiva la exen-
ción a la totalidad de las operaciones de importación
que se hubieran conce rtado efectivamente hasta el
10 de febrero de 1967.

El temperamento que así se sustenta , además de

resultar de estricta justicia, contribuiría a impedir
se desvirtúe un elemental principio de estabilidad
de la interpretación fiscal, poniendo en debido res-
guardo aquellas operaciones efectivamente ampara-
das dentro de un determinado régimen de exención
que, en nuestro caso particular, ha contado a Dál-
mine Siderca S.A.I. y C. como uno de sus específicos
destinatarios.

V. PETITORIO

Al amparo de los fundamentos de hecho y de dere-

cho expuestos en esta presentación, no dudamos
que la cuestión de fondo será resuelta por esa Se-
cretaría de Estado de Hacienda en concordancia con
el real significado jurídico-fiscal de las disposiciones
legales en juego , lo que se traducirá -no dudamos-
en la automática derogación de las disposiciones

43