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Domènech Gómez
El venerable
maestro
La silla de Salomón
El Venerable Maestro
Josep-Lluís Domènech Gómez
editorial masonica.es®
SERIE VERDE (Libros prácticos)
Este libro no pretende en ningún momento ser una guía, manual o vademécum
para ejercer como Venerable Maestro. Sencillamente versa y trata de reflejar una
distendida y a la vez sucinta pero concisa exposición de mi experiencia personal
en este Oficio y a las conclusiones que he llegado sobre el particular.
Mis opiniones referenciadas, que procuro sustantivar con fuentes y bibliografía,
no aspiran a otra cosa que expresar ideas dispersas, aunque encasilladas, con un
mínimo de racionalidad y abrir un debate distendido, lejos de la polémica y la
controversia y, si cabe, poder orientar a quien desee profundizar sobre el tema.
Dentro del amplio magma que conforman todos los estudios formales,
académicos y de referencia, así como los libelos y escritos contrarios al Arte
Real, este opúsculo pretende si se me permite la expresión, poner una pica en
Flandes, no con sentido ampuloso y pomposo, sino como aportación a una
cuestión que ha tenido pocos —por no decir ningún— canon de contribución
literaria sobre el tema en lengua castellana. Sin embargo, en Francia se han
llegado a publicar diversos libros sobre el particular.
También quisiera expresar mi opinión en relación a que la Masonería no es
secreta, sino discreta. Que si los masones deseamos que el Arte Real salga de la
nebulosa de la desinformación y del libelo, hay que ir acostumbrando a la
sociedad con nuestra obra, y huir de actitudes herméticas que nos alejan a la
ciudadanía. La Masonería —es necesario hacer hincapié en ello— está en los
registros de asociaciones culturales del estado de una gran parte de países
democráticos.
Por otra parte, todo lo que aparece en estas páginas, entiendo respeta
escrupulosamente mis obligaciones y promesas en lo que se refiere a
revelaciones que solo deben ser conocidas por los iniciados.
Pero ya en el bien entendido que tanto en Internet como en librerías circula un
extenso volumen de información masónica, solamente los iniciados en el Arte
sabemos bien que el solo y verdadero secreto es el vivido y que es
incomunicable por naturaleza. Y ya sería hora de que los libros de Latomia
dejaran de estar catalogados en los estantes de ocultismo en las librerías.
Al Oriente de Barcelona
Agosto del 2015
J.L.D.
CAPíTULO PRIMERO
DESDE EL ORIENTE PARA
ILUMINAR LA LOGIA
Autoridad espiritual
El sagrado deber del Venerable Maestro que se sienta en la Silla de Salomón, y
no Trono, implica con equidad que al sentarse en una silla no se es un rey,
aunque simbolice al rey Salomón. Su verdadero papel es el de Princeps Oficii o
jefe de un oficio. Es ante todo un Primus inter pares (primero entre iguales) con
un oficio temporal de responsabilidad y mando, concedido por sus hermanos y
hermanas en logia.
Su deber es trabajar y luchar para que la Luz del Conocimiento ilumine el
templo, siendo tan solo él, un mero conductor de la misma. Debe en todo
momento velar por mantener las leyes de la Orden y la ejecución correcta de los
reglamentos de la Obediencia y de la logia, gobernándola con dulzura y firmeza.
Estos usos y costumbres emanan de antiguos y reconocidos códigos masónicos:
Le Vénérable-Maître est spécialement chargé de veiller au maintien des lois de
l´Ordre, et à l´execution des réglements; il doit gouverner sa loge avec
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douceur et fermeté, y maintenir la subordination.
De la civilización egipcia emana un concepto central del Orden y el Caos.
Maat es la Regla Eterna del Universo, verdad de la vida luminosa, armonía y
justicia. Isefet representa la tendencia natural a la injusticia, al mal, al conflicto, a
la destrucción. El deber del Faraón según los Textos de las Pirámides era hacer
prevalecer Maat sobre Isefet. La tarea y las obligaciones del Venerable Maestro
en logia, también se ajustan a esta concepción.
Es también función del presidente de la Asamblea el velar por la asistencia a
las tenidas y el saber excusar a los ausentes por cuestiones profesionales o
personales y conseguir la relación entre los hermanos y hermanas fuera del taller,
mediante la asistencia a Tenidas Blancas, conferencias o encuentros fraternales
alrededor de una buena mesa, además de los ágapes con que deben finalizar
todas las tenidas.
El Venerable representa en logia un papel principal. Y hace falta precisar que
está solo en el escenario. Es el hermano más observado, todas las intervenciones
están dirigidas hacia su persona y encarna el centro de la comunidad dentro del
templo.
Y ateniéndonos que una logia tiene que ser como un laboratorio de humanidad
y atanor de la fraternidad, el Venerable debe a mi modo de entender, saber el
momento oportuno de distender el ambiente del taller y lograr la aparición de la
complicidad y si es necesario la sonrisa entre los hermanos y hermanas que lo
decoran.
Debe de practicar el principio de autoridad sin autoritarismo e intentar actuar
con sabiduría, con la concepción bien clara de que esta es el más alto grado de
conocimiento y que casi siempre esta pretensión puede ser una quimera. Por lo
tanto el Venerable deberá intentar que sus actos estén regidos por el sentido
común y las buenas intenciones.
A partir de este concepto quizás la sabiduría se podrá intentar ejercitar sin
presentarse como un sabio ante la logia. Debe comportarse más que como un
jefe, como un hermano mayor, al que sus iguales han confiado el primer mallete,
para dar luz a los recién iniciados y aclarar el camino de todos, y esto es una
tarea delicada con toda seguridad.
En una orquesta, el director de la misma conoce a la perfección el libreto de la
obra a interpretar, y a él le toca dirigir la partitura, pero jamás debe olvidar que
si no tiene buenos músicos, la obra musical no sonará bien.
Aldo Lavagnini en su libro Manual del Maestro, al hablar sobre el Venerable
nos dice:
…es únicamente un maestro elegido entre los maestros que forman la logia —
como miembros dotados del pleno goce de la calidad y de los derechos
masónicos— y gobierna la logia con la autoridad que estos le han reconocido
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y delegado.
Lorenzo Frau Abrines también nos instruye en este concepto:
El Venerable Maestro jamás debe perder de vista que se debe por entero al
servicio de la logia que le ha honrado con sus sufragios... jamás vera amigos y
enemigos en la logia, sino hermanos a quienes amar y distinguir por igual...
Parco en la censura y prudente en las alabanzas, ha de procurar que su
imparcialidad nunca pueda ser puesta, ni por un solo instante, en tela de juicio.
Esclavo de sus deberes, les debe el sacrificio de sus miras y afecciones
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particulares, en aras del bien común.
Otra de las funciones a ejercer, es la de la enseñanza de los Maestros, como los
Vigilantes lo hacen con los Aprendices y Compañeros.
Desgraciadamente, esta faceta se cumple menos veces de las que sería
conveniente, debido a las variadas obligaciones para con la logia que tiene el
Venerable Maestro y también por las dificultades de compaginar citas puntuales
con los Maestros, sea por causas propias o ajenas.
También en ocasiones, se puede dar el caso que se presente ante el Director de
la Logia, un determinado asunto que por su complejidad no esté claro para tomar
una decisión correcta.
Es entonces el momento de las consultas discretas a otros hermanos venerables
de otras logias o masones con experiencia, que en su momento detentaron la
Veneratura. Los consejos prudentes, sabios, mesurados y fruto de la experiencia,
ayudaran siempre, para poder valorar las futuras decisiones, antes de tomar una
providencia precipitada.
El pensar dos veces y si hace falta tres, antes de decidir cuándo se detenta el
mando y más en la posición del Venerable Maestro —que siempre actúa como
elegido por sus hermanos y hermanas— en situaciones delicadas, ennoblece y
dignifica la voluntad de ser mejores y querer lo sobresaliente para los demás,
evitando emplear la lupa que acentúa los defectos.
Ilia Galán nos recuerda en un artículo que versa sobre las disputas en logia, un
admirable consejo para el Presidente de la Asamblea:
Ya Goethe como masón, escribió sobre la química que une o separa a las
personas en sus Afinidades electivas. La mirada fraternal tiende a perdonar y a
ver más en positivo. Esta es la gran virtud que en la Masonería se busca
practicar para encontrarse como humanos y como hermanos. Rito sin
fraternidad es protocolo hueco, como el beato que va a misa a diario, pero
luego es mala persona. La fraternidad es esencial en la francmasonería y si eso
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falta el resto se desmorona.
Cuando el Venerable termina su ciclo de mandato y sus funciones en el Oriente,
por norma general pasa al Occidente a desempeñar el Oficio de Guardatemplo.
Este cambio no es una pérdida de categoría, sino una prueba de humildad del ya
Pasado Venerable Maestro hacia sus hermanos y hermanas.
En los ritos de Emulación y Rito Escocés Rectificado, el Pasado Venerable
Maestro, continúa en el Oriente, sentado al lado del Venerable en ejercicio. Este
uso, tiende a explicarse como el de estar cercano y poder aconsejar con su
experiencia al nuevo Presidente en determinadas ocasiones. Sin embargo, en el
Rito Escocés Antiguo y Aceptado y en el Rito Francés, el Pasado Venerable
desde su sitio de Guardatemplo, pertenece al Oriente y está en contacto directo
con el Oriente. De esta manera se da la circunstancia de un especial contacto
visual entre ambos.
El Venerable nunca debe olvidar que el Rey Salomón no solo era rey... todos lo
recordamos por ser un constructor. Pero también era artesano, del bronce en
concreto, y no dudó en realizar en persona magníficos trabajos para su templo.
Por tanto el Primer Mallete de la logia, estará siempre dispuesto a bajar de su
silla cuando la situación lo requiera, porque nunca tiene que olvidar que aunque
es regente temporalmente, no lleva corona sino que continúa llevando un mandil
de obrero. Y si se analiza a fondo y con objetividad la tarea del Venerable
Maestro, se puede ver que a lo largo de su cometido, tiene más deberes que
prebendas.
Potestades y Deberes
Por norma, en los Reglamentos Generales de las Obediencias, están definidos —
siempre con sus peculiaridades— los derechos y deberes de los Venerables
Maestros, aunque difieren muy poco en sus generalidades.
En las siguientes líneas, desarrollo —siempre con el riesgo de olvidar alguna—
una serie de potestades y deberes de manera generalista que pueden variar en
razón de los Reglamentos y Estatutos de las diferentes Obediencias de la Orden.
Convocar las Tenidas de la logia o delegar esta función al hermano
secretario que lo hará Por Orden del Venerable Maestro.
Abrir, dirigir y terminar los trabajos de la logia.
Presidir las Iniciaciones, Aumentos de Trabajo y Exaltaciones.
Presidir todas las delegaciones o comisiones que la logia patrocine,
establezca o constituya. Teniendo derecho o libertad de usar o no esta
prerrogativa.
Dirigir la administración de la logia controlando el trabajo de los otros
Oficiales.
Firmar toda la documentación administrativa de la logia.
Promover cualquier deliberación sobre temas que pudieran interesar al
taller en particular o la Francmasonería en general.
Poner, si se presentan, las proposiciones bajo mallete o retenerlas para ser
sometidas a la Cámara del Medio.
Ejercer el poder disciplinario de la logia en todas sus vertientes, con la
facultad retirar la palabra a cualquier miembro de la logia que altere el
orden de los trabajos y poder hacerle cubrir el templo si es necesario.
Suspender si fuera preciso los trabajos a golpe de mallete por situaciones
de falta de respeto a su autoridad sin ninguna formalidad ritualista. Y
poder retomar los trabajos cuando las circunstancias le parezcan
oportunas. Ningún otro hermano podrá reanudar la sesión.
Intervenir en las tenidas siempre en última instancia.
El Venerable Maestro en las tenidas no puede ser corregido por ningún
miembro, con la excepción del Orador.
Resumir los debates al final de las deliberaciones y requerir las
conclusiones del Orador.
La Carta Patente otorgada a la logia por la Obediencia será custodiada
por el Venerable Maestro.
El Venerable Maestro, será el conservador de todos los archivos durante
todo su mandato y deberá transmitirlos en su totalidad al Venerable
Maestro que le suceda.
Conceder la autorización para entrar y salir de la logia a los hermanos
durante los trabajos.
Podrá si lo considera oportuno, por propia decisión o a petición del taller,
suspender los trabajos y dejarlos en receso por un determinado espacio de
tiempo a golpe de mallete,
El Presidente del taller, si por los debates o por otras consideraciones o
situaciones lo considera oportuno, podrá pedir las conclusiones al Orador
y finalizar la Tenida a golpe de mallete.
Aplica las amplias facultades discrecionales que la ley le reconoce para la
buena marcha y mejor provecho de los trabajos y para mantener en logia
el espíritu masónico, especialmente en los aspectos de la armonía y la
tolerancia entre los hermanos y hermana.
CAPÍTULO SEGUNDO
EVOCACIÓN HISTÓRICA DEL VENERABLE
MAESTRO
El trabajo en la sombra
El Venerable Maestro desde su silla en el centro del Oriente, de frente a
Occidente, está en una posición cósmica que simboliza al Sol Naciente. A él le
corresponde llevar y transmitir la Luz hacia les regiones oscuras y encarna la
Mañana, el comienzo del nuevo día, la renovación.
Su función es activa y pasiva. Debe equilibrar y estimular; promover, generar
y mantener la energía de todos los hermanos; y al mismo tiempo calmar,
suavizar y frenar los impulsos del celo excesivo que os lleven a cometer
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errores.
Como Centro de Unión, además de dirigir la logia, su función consiste en
conseguir la diversidad, tanto en los conflictos como en los momentos en los que
los sentimientos fraternales invaden los corazones de los hermanos.
Otra de las funciones del presidente de la Asamblea, es cuidar de evitar y ser
siempre el Mediador en conflictos y diferencias que puedan surgir entre
hermanos. Andrés Cassard nos dice al respecto:
El Venerable tendrá particular cuidado en impedir las intrigas y destruir los
complots que se formen en el seno de la familia de que es cabeza... Impondrá
silencio a las proposiciones equivocas, y no permitirá que queden impunes las
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que se hagan indirectamente contra la reputación de un hermano.
Tiene que ser siempre y en todo lugar un adalid y líder de la diplomacia, para
en todo momento prever y neutralizar de la manera más suave posible, todos los
posibles desordenes que se puedan presentar en logia, y mirar siempre de
discernir entre lo correcto y lo incorrecto, como Salomón, hijo de David actuó
según reza la Biblia:
Entonces Dios le dijo a Salomón: Ya que has pedido sabiduría y conocimiento
para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he hecho rey, y no has pedido
riquezas, ni bienes ni esplendor, y ni siquiera la muerte de tus enemigos o una
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vida muy larga, te los otorgo.
Tiene que ser justo y bueno y sus decisiones siempre deben responder a la
equidad, a la justicia y a la imparcialidad. Como Salomón supo actuar cuando
dos mujeres se presentaron a él para reclamar a un recién nacido vivo, aunque
ninguna de ellas podía aportar pruebas fehacientes de su maternidad, y fue
cuando amenazó con cortar al niño en dos partes y entregar a cada mujer una
mitad:
Entonces ordenó: —Traedme una espada. Cuando se la trajeron dijo: —Partid
en dos al niño que está vivo, y dadle una mitad a esta y otra mitad a aquella. La
verdadera madre, angustiada por su hijo, le dijo al rey: —¡Por favor, señor mío!
¡Dale a ella el niño que está vivo, pero no lo mates! En cambio la otra exclamó:
—¡Ni para mí ni para ti! ¡Que lo partan! Entonces el rey ordenó: —No lo
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matéis, Entregadle a la primera el niño que está vivo, pues ella es la madre.
El Venerable debe en todo momento no verse considerado como un reyezuelo,
ni como un manager de empresa y evidentemente jamás como un dictador. Tiene
que lograr ser la persona de la Unión y de la Síntesis de la logia, en definitiva
mirar de ser, la Piedra Angular.
En determinadas ocasiones, ciertas circunstancias exigen decisiones rápidas y
concisas, jamás exentas de criterios lo más sobrios posibles. Si un taller no
dispone de un conductor capacitado para tomar providencias, camina hacia su
desaparición. Una serie de indecisiones, dejaciones, abandonos o renuncias en la
toma de medidas y arbitrajes, pueden deteriorar y perjudicar el Trabajo en
Equipo.
El conductor de la Asamblea como ya se ha dicho, jamás se debe comportar en
la toma de decisiones, como un autócrata o dominador. Tiene en ocasiones que
obrar con firmeza y quizás adoptar laudos poco gratos, pero siempre en las
antípodas del autoritarismo.
Él es el Centro de Unión, el espejo de la Logia, que tiene que reflejar con sus
decisiones, la naturaleza del Bien Común de la misma y el buen ejemplo hacia
los demás. Sus acciones quedan reflejadas hacia sus hermanos y hermanas y
siempre deben tener como único objetivo el bienestar general.
En mi opinión, el presidente de la Asamblea nunca tendría que actuar limitando
el espíritu de apertura de miras, muy especialmente en materia de política y de
religión. Si bien se tiene que mantener el principio adoptado y aprobado en
Lausana en 1875 en lo referente a la prohibición de hablar de los antes citados
dos temas.
Facilita mucho la tarea del Primer Mallete de la logia si en ningún momento de
las tenidas tiene que prohibir taxativamente discusiones partidistas y apología
directa de posiciones políticas y religiosas.
Pero es bueno —y este es mi criterio— el permitir y fomentar consideraciones
objetivas de hechos ideológicos o sociales básicos, para conocer, entender e
interpretar a la Humanidad y su evolución a lo largo de los tiempos. Esta
exégesis requiere más responsabilidad en general y en especial al Director de los
Trabajos, pero permite el crecimiento intelectual de la logia.
El Venerable Maestro, en estos determinados casos, tendrá que velar con
habilidad, en la frontera entre la objetividad y la subjetividad, entre el
tratamiento académico o el partidista de un determinado tema, ya que puede
desembocar rápidamente en un terreno resbaladizo y no deseado, sobre todo
cuando se hace referencia a la realidad más inmediata, en el tiempo y en el
espacio. Albert Pike comentaba sobre el particular que:
Un susurro puede llenar la tierra tan fácilmente como Demóstenes llenaba el
Ágora... Hace de la masa un solo hombre, le habla en su mismo lenguaje
común, y provoca una respuesta segura y sencilla. El discurso pasa al
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pensamiento y de ahí con prontitud al acto.
La Egrégora, de la que precedentemente se ha hablado, debe concienciar al
Venerable de la logia en determinadas ocasiones, al ejercicio sistemático del
abandono de la propia voluntad en favor de la colectividad.
Con unos mínimos de sensibilidad, se debe trabajar para todos y cada uno de
los hermanos, ejecutando una gimnasia de servicio hacia el prójimo, que colma
de armonía y fraternidad. Cuando se produce esta situación, Gael Carniri nos
dice al respecto:
Uno mismo se siente como aplastado por el influjo que emana desde las
Columnas de la logia y acosado por los impulsos y el ímpetu colectivo de los
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congregados.
Al asumir las tareas de la conducción de una asamblea masónica, sin querer se
llega al ejercicio de abandono del ego personal y conseguir adiestrarse en mirar
de ser el Reflejo de la Voluntad de los hermanos y hermanas.
El ejercicio de la Venerabilidad
Después de adoptar el término Venerabilidad, que no está en el diccionario
profano, y dándole vueltas a las diversas raíces del término Venerable que ya
hemos abordado anteriormente, existe etimológicamente una raíz indo-europea
que asocia la palabra Venerable a la diosa Venus.
Si ejercitamos el simbolismo y la astrología, sin adentrarnos en mucho
detallismo, veremos que Venus es la estrella de la mañana y de la noche. Como
afrodita griega conforma numerosas tradiciones y mitologías muy antiguas.
Apareciendo alternativamente al Este y al Oeste del cielo diurno, esta estrella
es el símbolo de la Muerte y del Renacimiento. Asociada al Sol a causa de la
similitud de su recorrido, Venus es un astro divinizado y considerado como el
Mensajero del Sol e intercesor entre él y los hombres.
En el plan astrológico, encarna a la atracción instintiva y a la primitiva, a la
ternura, a la armonía, a la simpatía y a la dulzura.
La habilidad de delegar
Es preciso siempre recordar un axioma masónico. Es explícito y casi todos los
masones lo saben de memoria: «Tres la dirigen, cinco la iluminan y siete la
hacen justa y perfecta». Es por esta circunstancia que una logia no está dirigida
por un hombre o una mujer, talentosos o carismáticos, sino por un equipo
compuesto por el Venerable Maestro y su Colegio de Oficiales.
El Venerable Maestro, si lo cree conveniente, puede asistir en las reuniones de
instrucción de sus dos vigilantes a los Aprendices y Compañeros, pero procurará
no interferir en las clases lectivas.
De igual manera regularmente, compartirá sesiones administrativas con el
Tesorero, el Hospitalario y el Secretario, con la praxis de que delegar es
reconocer a sus hermanos las competencias y capacidades de autonomía en sus
funciones.
Tanto el Experto, como el Maestro de Ceremonias y el Orador deberán sentirse
en su medida autónomos en sus cargos u oficios.
Sin embargo, delegar no significa ausencia de control y de coordinación. Una
reunión de oficiales un cuarto de hora antes de cada tenida, es suficiente para
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asegurarse de que todo es justo y perfecto.
Aunque se tenga contactos individuales con los oficiales, las entrevistas de
grupo tienden a reforzar la cohesión general. El presidente de la Asamblea tiene
que conocer las opiniones de sus colaboradores y oficiales. Estos, al ser
escuchados se sienten comprendidos, valorados y apreciados, y esta
circunstancia obrará en beneficio de todos.
Lo que tiene que quedar claro es que colaborar y ayudar al Venerable Maestro
no significa suplirlo o reemplazarlo. Cada oficial de logia tiene una misión
determinada y unas responsabilidades específicas, pero es el Venerable, el último
garante, guardián y responsable del funcionamiento general de la logia.
Debe delegar, pero también —fraternalmente— supervisar y dirigir. Pero esta
misión no debe comportar el hecho de vigilar ni de curiosear, sencillamente estar
atento.
La capacidad de observación
Desde el momento que se toma el primer mallete de la logia, el encargado de
dirigirla se debe a ella. Poco a poco, paso a paso, debe ir conociendo el
comportamiento general de todos los hermanos y hermanas. Desde lo alto de la
Silla de Salomón debe aprender a observar y poder identificar de la manera más
ágil y rápida posible, cualquier agitación, alegría o murmullo que se vaya
produciendo durante el transcurso de las tenidas.
Esta capacidad o ejercicio de observación permitirá una mejor dirección y
gestión de manejo de los tempos en que se desarrollan los trabajos y garantizar la
Egrégora general del taller.
Pero también tendrá que tener en cuenta que como consecuencia de su
privilegiada ubicación en el templo, se convierte en un verdadero punto de mira,
un objetivo totalmente despejado y expuesto a las miradas de los oficiales y de
los miembros de la logia.
Desde el lugar prominente que ocupa, los mínimos gestos de las manos, los
menores movimientos del rostro, están totalmente a la vista, circunstancia que
deberá siempre evaluar, en provecho y responsabilidad de su cargo.
Una atención permanente también fuera de los trabajos masónicos, sea en el
transcurso de los Ágapes después de las tenidas, sea en el mundo profano, en el
devenir de los días, manteniendo una amable, discreta y leal relación con todos
los miembros de la logia, permitirá al Venerable Maestro conocer y que le
conozcan más a fondo.
El dialogo regular, la relación mutua, y el compartir conferencias, Tenidas
Blancas y reuniones alrededor de una buena mesa, ayudaran a crear fraternidad,
concordia y armonía.
El triángulo de la Ceremonia
Este triángulo también puede denominarse triángulo del Ritual. Y se conjuga, en
la sintonía que siempre tiene que existir en el desarrollo de las tenidas, es decir,
en el transcurso y desarrollo del ritual, entre el Venerable Maestro, el/la
Experto/a y el Maestro/a de Ceremonias.
Se ha dicho anteriormente que el oficio de Venerable, puede extrapolarse al de
un director de orquesta. Y por ende, aunque este conozca de memoria la pieza
musical, sino cuenta con buenos músicos que interpreten con maestría la
melodía, el resultado puede ser aciago y funesto.
CAPÍTULO SEXTO
LA FUNCIÓN INICIÁTICA
Es necesario dejar patente que desde tiempos remotos, las sociedades iniciáticas
se han sustentado siempre en una jerarquía que desde la Iniciación se ha vivido
como preconcebida. Y que en la antigüedad se conformaba en deberes y pocos
derechos.
Y la Francmasonería iniciática, heredera de una larga tradición, concibe como
unidad fundamental la Logia, las labores de un Venerable Maestro a la cabecera
de todos los oficios, dirigiendo los trabajos desde el Oriente.
La Exaltación
La Tenida Magna de Exaltación a la Maestría de un Compañero es una tenida
especial e importante. No solo para el hermano/a que va a ser Elevado, sino
también para el Venerable.
El pilar de la Sabiduría debe recordar al presidente de la Asamblea que los
trabajos deben ser armoniosos y solemnes, y que un hermano/a va adquirir toda
la impronta masónica que aún le faltaba y que culminará en los grados de la
Masonería Azul.
Los textos conminando a luchar contra la Ambición, desenmascarar la
Hipocresía y enseñar al Ignorante, deben sustentar la tarea a realizar por el
director de la Tenida Magna.
Las tinieblas del ambiente reforzarán el papel creador de los momentos
sublimes de la ceremonia y las débiles Estrellas enviarán un alegórico y firme
mensaje a todos los presentes de la importancia de la tenida, en el sentido que la
Luz siempre se impondrá sobre la Oscuridad.
La marcha inversa del postulante recordará al Venerable todo el trabajo que
resta por efectuar, la preparación posterior del nuevo Maestro y su compromiso
con él y la Orden en este sentido.
Las transmisiones de los viajes serán vividas simbólicamente también por el
Primer Mallete, reviviendo su Exaltación y renovando todos los compromisos
adquiridos.
La leyenda representará una Recarga Espiritual de Fuerza Iniciática para
transmitirla en los momentos posteriores al compromiso del recién exaltado y a
la creación del nuevo Maestro.
Las baterías de gozo, un sentimiento del deber cumplido y un refuerzo y
asistencia iniciática, para proseguir la tarea de la dirección de la logia.
Si el ejercicio de las Iniciaciones potencia la labor iniciática del Venerable, las
Exaltaciones culminan la tarea.
La realización del ritual en este grado, impone al Director, la ejecución de todo
su cometido con firmeza, calma y alta y buena dicción, sabiendo entonar los
momentos de tristeza, de rigor y los de gozo fraternal.
Las palabras dirigidas al nuevo/a Maestro/a, no tienen que ser repetitivas e
impersonales, sino cargadas de fraternidad, buenos deseos y con la máxima
expresividad e individualización posible.
La función creadora del Conductor del Taller y Primer Mallete de la logia se
diversifica en todos los grados azules de la Masonería.
En las etapas de los hermanos y hermanas del taller que derivan en los cambios
de estado y de progresión masónica, él es el testigo principal y el ejecutor de las
Iniciaciones, Aumentos de salario y de las Exaltaciones.
A él le corresponde estar al lado de los que cambian de grado y recorre con
ellos el sendero o camino iniciático de los misterios masónicos.
Todos los masones hemos pasado por la Iniciación. Y no hay que olvidar jamás
este proceso rigurosamente iniciático, individual, pero profundamente colectivo,
en una formalidad excepcional que transciende en el tiempo y en el espacio y
nos une a todos los francmasones del mundo, tanto con los del presente, del
pasado como los del futuro.
El Venerable Maestro actúa como un alquimista, representando iniciáticamente
en estos determinados momentos de las tenidas, los trabajos precisos y
ancestrales de las transmutaciones atávicas. Así, de esta manera, Serge Hutin
precisa:
El Venerable Maestro ejerce el papel del alquimista esforzándose en
reproducir en una escala reducida, lo que pasó en los orígenes de manera
excelsa a partir de la consecución del orden en el caos primordial borroso por
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la luz que irradiaba...
También Daniel Beresniak, lo precisa de esta manera:
El Venerable Maestro es el alquimista que transmuta las pasiones y las
asperezas de las almas en amor fraternal. Este amor genera el estímulo del
espíritu y constituye la atmosfera necesaria para el desarrollo del
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conocimiento.
CAPÍTULO SEPTIMO
EXÉGESIS DE LA LOGIA
Referencias históricas
Las primeras reseñas referentes a la ceremonia de Instalación del Venerable
Maestro aparecen alrededor de 1753 a resultas del litigio histórico inglés de los
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Antiguos y los Modernos . Y a raíz de una documentación de René Guilly se tiene
conocimiento de dicha práctica ceremonial:
En efecto, entre las numerosas quejas hechas a los Modernos de 1717 por los
Antiguos de 1753 y que son enumerados extensamente por B.E. Jones en su
Freemasons Guide and Compendium (pág. 201) este indica haber dejado caer
en desuso la ceremonia esotérica de la Instalación del Maestro, aunque algunas
de sus logias hayan practicado tempranamente tal ceremonia y continua por su
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propia iniciativa para hacerlo.
En todo momento, sin dar detalles concisos, se citan Secretos Particulares y
ambiguos detalles de la ceremonia, con referencias a su importancia,
considerándola como un verdadero Landmark del Oficio, con observaciones
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detalladas a ser preservada.
René Guilly termina sus comentarios con la observación de la importancia
masónica del Venerable Maestro en los talleres y la necesidad de perpetuar dicha
ceremonia:
Nunca se dirá lo suficiente sobre cuanto la personalidad del Venerable tiene de
importancia para la vida de una logia. Este rol eminente del Maestro de la
Logia es una de las grandezas y una de las debilidades de nuestra Institución.
También todo lo que contribuye a reforzar la dignidad y la instrucción
masónica de los Maestros en «Trono» (Maître en Chaire) solo puede tener una
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influencia benéfica para nuestra Orden.
A partir de 1810 se instaura de nuevo la Ceremonia de Instalación de los
Venerables Maestros y es la Logia Antiquity núm. 2 la que aborda el tema en
tenida. Y una vez finalizada, se crea un Consejo de Maestros Instalados.
A partir de aquel momento, todos los dignatarios, Venerables y Pasados
Venerables de Inglaterra, fueron reinstalados.
Este rito no otorga teóricamente ningún grado en especial, y su función es
cualificar, para el ejercicio de la Veneratura. Los Venerables y Antiguos
Venerables que hayan vivido la ceremonia de Instalación, pueden reunirse en
Consejo de Maestros Instalados, libremente y fuera de toda estructura
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obediencial.
Referencias Iniciáticas
En la progresión masónica, la primera premisa es la Iniciación, para después en el
grado de Aprendiz continuar el ascenso después de la pertinente enseñanza, y ya en
el grado de Compañero, ascender y arribar a la Maestría.
Cada etapa es esencial en la vida iniciática. Después, con el paso del tiempo,
los talleres, las Obediencias y, en fin, la Orden, pueden exigir más funciones al
hermano/a en Tercer Grado. Una de ellas es la de ser Venerable Maestro.
Y entonces esta progresión requiere una ceremonia especial, con un ritual
establecido, con unas connotaciones específicas y de una intensidad particular.
A partir de este momento el elegido tendrá una serie de obligaciones y
atribuciones.
Pero si se siguen las pautas iniciáticas, que por desgracia en algunas Obediencias
no son tenidas en algunas ocasiones en cuenta, la función y el ejercicio del Oficio del
Venerable requiere una ceremonia más, una elevación determinada mediante un
ceremonial con un ritual secreto:
En la Masonería tradicional hay que considerar que el comienzo de las
funciones de un Venerable, sea objeto de una ceremonia particular, dicha de
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Instalación, que comprende una parte secreta.
Ya después de 1717, el pastor Anderson redactor de las famosas
Constituciones, admitió que no se habían seguido correctamente las pautas de los
antiguos rituales, ya que muchos ni se llegaron a escribir —se realizaban de
memoria— y otros se habían perdido o habían sido destruidos.
Jean Delaporte aporta su opinión al respecto:
A partir de esta instalación secreta el Venerable Maestro no es el primero entre
sus iguales. La iniciación a su función a este grado más allá de los grados
simbólicos, le permite sentarse al Oriente sin ser quemado por su fuego. Y si
el ritual de entronización no se ha celebrado, la función del Venerable no se
asume completamente y se reduce a una simple tarea de un grupo de
65
hermanos.
Este hermano sostiene la teoría de que el ritual de Instalación es muy
importante, ya que de él derivan todos los demás rituales que se practican en
logia. Y en sus procederes itálicos secretos se emula la promesa que realizaban
66
los Maestros de Obra en la Edad Media.
Los rituales, comentarios, signos, instrumentos simbólicos, toques y la palabra
del Maestro Instalado figuran en los Libros de Rituales de la Gran Logia
67 68
Nacional Francesa y de la Gran Logia Tradicional y Simbólica Opera .
CAPÍTULO DECIMO
LOS TRABAJOS HAN SIDO
JUSTOS Y PERFECTOS
[←1]
ALBAN, Gilbert. Manuel Practique du Vénérable Maître et du Couvreur. Editions Detrad. 2005.
París. p. 31.
[←2]
PIKE, Albert. Moral y Dogma (Grados de Aprendiz, Compañero y Maestro). Editoril
MASONICA.ES. 2010. Oviedo. p. 144.
[←3]
LIGOU, Daniel. Dictionnaire de la Franc-Maçonnerie. Presses Universitaires de France. 2005. París.
p. 413.
[←4]
OTAOLA, Javier. «Egrégora masónica. Sinergia colectiva». Revista ERGO SUM. num.3. p.12.
[←5]
LÓPEZ STILLE, Francisco. «Símbolos». Retales de Masonería. Año 2. Núm. 10. p. 13.
[←6]
Extrait du Code de Lyon des loges réunies et rectifiées des Gaules (orthographe de l´époque), 1778.
[←7]
LAVAGNINI, Aldo. Manual del Maestro. Ed. KIER. 2007. Buenos Aires. p.159.
[←8]
FRAU ABRINES, Lorenzo. Diccionario Enciclopédico de la Masonería. Tomo III. 1976. México.
D.F. p. 1927.
[←9]
GALAN, Ilia. Trabajos masónicos de referencia, «De las disputas entre hermanos». Editorial
MASONICA.ES. 2013. Oviedo. p. 143.
[←10]
«Manuscrito Regius o de Haliwell». Papeles de Virtualidad 5. p. 7
[←11]
ESPADAS AGUILAR, Ramón. Estudio sobre la Historia de la Masonería Universal. Supremo
Consejo del Rito Primitivo. 2003. Mérida (México) p. 14.
[←12]
Venerable se compone de dos terminos: Vénéré (amor) derivando del nombre Venus y Habilis (Apto).
[←13]
Ver Hathor and Thoth. Leiden. 1973.
[←14]
DELAPORTE, Jean. Le Vénérable Maître, fonction, devoris et symbolique. MdV Editeur. 2011.
París. p. 16.
[←15]
GUIGUE, Christian. La Formation Maçonnique. GUIGUE Editions. 2003. Mons-en-Baroeul. p. 774.
[←16]
Cfr. «Essai sur l´Origine de la Franc-Maçonnerie du Grand Orient de France».
[←17]
BERESNIAK, Daniel. La symbolique du Vénérable Maître. Editions Maçonniques de France. 2012.
París. p.16.
[←18]
MENDEZ-TRELLES DIAZ, Ignacio. Libro de estilo masónico. MASONICA.ES, 2010. Oviedo.
p.179.
[←19]
CASSARD, Andrés. Manual de Masonería. ED. G.L.R.B. 2006. La Paz. Tomo II. p. 560.
[←20]
2Cr 1.11-12
[←21]
1R 3. 24-27
[←22]
PIKE, Albert. Moral y Dogma» (Grados de Aprendiz, Compañero y Maestro). Editorial
MASONICA.ES. 2010. Oviedo. p. 93.
[←23]
CARNIRI, Gael. Guide Pratique du Vénérable Maître. Editions Conform. 2010. París. p.22.
[←24]
ZAMBROWSKI, Jean-Jacques. Être Vénérable Maître efficace... et hereux? Editions Dervy. 2014.
París. p. 16.
[←25]
Cfr. GUERRA, Víctor. «El pase al Oriente Eterno». ERGO SUM Magazine. n.º 7. pp. 22-28.
[←26]
Referencia de la Columna J, que en el Rito Francés varía con respecto al Rito Escocés y que en el
GODF es el rito mayoritario.
[←27]
PALMAROLA NOGUÉ, Joan. «Ratio de Hermanos por logia». HIRAM ABIF, num,74. Abril – 2006.
pp. 20-21.
[←28]
Cfr. PALMAROLA NOGUÉ, Joan. «Ratio Hermanos por Logia».
[←29]
BERESNIAK, Daniel. Oficios y Oficiales de la Logia. Hiria Ediciones. 2003. Donostia. p. 62.
[←30]
BOUCHER, Jules. La symbolique Maçonnique. Ed. DERVY. 1998. París. pp. 308-309.
[←31]
DELAPORTE, Jean. Le Vénérable Maître, fonction, devoris et symbolique. MdV Editeur. 2011.
París. p. 38.
[←32]
GRAN ORIENT DE CATALUNYA. Ritual de Primer Grau. 1996. Barcelona. p. 22.
[←33]
JACQ, Christian. El Iniciado. Ediciones Martínez Roca. 1998. Barcelona. p.18.
[←34]
Cfr. FRAU, L. ARÚS, R. (s.f.) Taller General de la Francmasonería». D.E.F. T. 3. La Habana.
Propaganda Literaria. p.9.
[←35]
ZAMBROWSKI, Jean-Jacques. Être Vénérable Maître efficace... et hereux? Editions Dervy. 2014.
París. p. 84.
[←36]
Crf. DOMÈNECH, Josep-Lluís. El Ritu Francès Restablert. Sant Joan i Barres. n. 12. Abril 2015.
pp.25-26.
[←37]
ZAMBROWSKI, Jean-Jacques. Être Vénérable Maître efficace... et hereux? DERVY. 2014.París. p.
34.
[←38]
MANGUY, Irene. Symbolique des outils et glorification du metier. Dervy. 2007. París. p. 195.
[←39]
HUTIN, Serge. Les Alchemistes au Moyen-Âge. Le Seuil. 1985. París. p.15.
[←40]
BERESNIAK, Daniel. Oficios y Oficiales de la Logia. Hiria Ediciones. 2003. Donostia. p. 58.
[←41]
«El Manuscrito Sloane». Papeles de Virtualidad 23. p. 8.
[←42]
«El Manuscrito Wilkinson». Papeles de Virtualidad 19. p. 31.
[←43]
PRICHARD, Samuel. «La Masonería diseccionada». Papeles de Virtualidad 21. pp. 16-17.
[←44]
2C, 2-1
[←45]
BERESNIAK, Daniel. La symbolique du Vénérable Maître. EDIMAF. 2012. París. pp. 72-73.
[←46]
DAZA, Juan Carlos. Diccionario de la Francmasonería. AKAL. 1997. Madrid. p. 377.
[←47]
Cfr. Constitució del Gran Orient de Catalunya. pp.28-29.
[←48]
Cfr. Grandes Constitutions de la Grande Loge Française de Memphis-Misraïm. 2005. pp. 9-11.
[←49]
Cfr. Enciclopedia Universal Ilustrada Espasa. Ágapes.
[←50]
«Constituciones de Anderson (17 de Enero de 1723)». Papeles de Virtualidad 14. p. 10.
[←51]
Cfr. Constitución, Reglamentos Generales y Estatutos. GLFF. 5901. París. p. 22Bis.
[←52]
Cfr. «Grandes Constitutions de la Grande Loge Française de Memphis-Misraïm. 2005. París. p. 11.
[←53]
DAZA, Juan Carlos. Diccionario de la Francmasonería. AKAL. 1997. Madrid. p. 356.
[←54]
ALBAN, Gilbert. «Manuel Practique du Vénérable Maître et du Couvreur». Editions Detrad. 2005.
París. pp. 255-256.
[←55]
FRAU ABRINES, Lorenzo. Diccionario Enciclopédico de la Masonería. Tomo II. 1976. México.
D.F. p. 1230.
[←56]
LIGOU, Daniel. Dictionnaire de la Franc-Maçonnerie. Presses Universitaires de France. 2005. París.
p. 1006.
[←57]
Cfr. LIGOU, Daniel. Dictionnaire de la Franc-Maçonnerie. p. 453.
[←58]
Cfr. LIGOU, Daniel. Dictionnaire de la Franc-Maçonnerie. p. 347.
[←59]
Cfr. DOMÈNECH, Josep-Lluís. El Ritu Francès Restablert. Sant Joan i Barres. n. 12. Abril 2015
p.25-26.
[←60]
VILLALTA, Joaquim. En Oro y Azur. Editorial MASONICA.ES. 2013. Oviedo. p. 199.
[←61]
Cfr. VILLALTA, Joaquim. En Oro y Azur. p. 202.
[←62]
VILLALTA, Joaquim. En Oro y Azur. Editorial MASONICA.ES. 2013. Oviedo. p. 206.
[←63]
BERESNIAK, Daniel. Oficios y Oficiales de la Logia. Hiria Ediciones. 2003. Donostia. p. 59.
[←64]
Cfr. Encyclopédie de la Franc- Maçonnerie. 2000. París. p. 88.
[←65]
Cfr. DELAPORTE, Jean. Le Vénérable Maître, fonction, devoirs et symbolique. 2011. París. p. 93.
[←66]
Cfr. DELAPORTE, Jean. Le Vénérable Maître, fonction, devoirs et symbolique. 2011. París. p. 94.
[←67]
Cfr. Installation du Venerable Maitre. Editions GLNF. 2014. París.
[←68]
Cfr. Ceremonia Obediencial de Instalación del Venerable Maestro en el R.E.R.. 2006. París.
[←69]
BERESNIAK, Daniel. La symbolique du Vénérable Maître. EDIMAF. 2012. París. P.88.