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CLAVES PARA UNA MEJOR DIGESTIÓN

Algunas combinaciones de alimentos son fáciles de digerir, nos aportan energía y nos
sentimos en plena forma porque absorbemos un máximo de nutrientes. Sin embargo, otras
combinaciones pueden ser un desastre para nuestro aparato digestivo, nos producen gases,
hinchazón y malestar intestinal. Cuantos menos alimentos distintos mezclemos mejor
haremos la digestión.
Una mala digestión, además de impedir de aprovechar todos los nutrientes, nos va a hacer
sentirnos más cansados. Por eso, si sientes cansancio con frecuencia a pesar de dormir las
horas necesarias puede ser debido a una alimentación inadecuada. Prueba a cambiar tu dieta
durante una o dos semanas a ver cómo reacciona tu cuerpo: aumenta la ingesta de frutas y
verduras y combina los alimentos de forma adecuada para que tu digestión sea óptima y
para evitar que tu organismo se intoxique o haga esfuerzos innecesarios.
Desde el momento en que tenemos el plato delante y nos acercamos la cuchara o el tenedor
a la boca, nuestro cerebro envía señales a nuestro sistema digestivo para indicarle cuánto y
qué tipos enzimas y jugos gástricos se van a necesitar. Cada tipo de alimento requiere un
tipo de digestión distinto, si los alimentos no se combinan adecuadamente estos pueden
fermentar o alargar la digestión, produciendo molestias, gases tóxicos que perjudican a
nuestro organismo.
La digestión empieza en la boca
La enzima ptialina o amilasa sirve para degradar el almidón y convertirlo en azúcares
simples, que luego serán glucosa que, una vez absorbida dará energía a nuestro organismo.
Esta enzima es excretada por las glándulas salivares y el páncreas. Cuando se consumen al
mismo tiempo alimentos ácidos, como tomates, limones, naranjas, vinagre o bebidas
alcohólicas, éstos impedirán la acción correcta de la amilasa. La digestión del almidón que
se inicia en la boca no tendrá efecto. La digestión de esos alimentos necesitará más tiempo
y energía. Cuanto más perfecto sea el trabajo de masticación, menos trabajo tendrán otros
órganos de nuestro aparato digestivo como el intestino y el páncreas, además, se
aprovecharán mejor los nutrientes y la digestión será más fácil.
Beneficios de una correcta combinación de los alimentos
Una buena combinación de alimentos nos ayudará a sentirnos bien y a mejorar nuestra
salud en general, también evitará que necesitemos tomar medicamentos para aliviarnos tras
una pesada digestión y, además,
Al evitar que los alimentos fermenten en el intestino, reduciremos la sensación de
hinchazón, dolores de estómago y gases.
Al ser más eficiente la digestión tendremos menos acidez estomacal.
Absorberemos mejor todos los nutrientes por lo que nuestro cuerpo se reforzará
nuestro sistema inmunológico y estará mejor nutrido.
Nos sentiremos con más energía, más jóvenes, al evitar la mala digestión también evitamos
las toxinas que se produce.
Controlaremos mejor nuestro peso, ya que los alimentos adecuadamente combinados se
asimilan y metabolizan mejor reduciendo la probabilidad de almacenar grasas innecesarias.
Siete claves para combinar mejor los alimentos
Regla 1. Equilibrar los alimentos alcalinos y ácidos:
Equilibrar la alimentación con 80% de alimentos alcalinos y 20% de alimentos ácidos. Esto
se consigue comiendo mucha fruta y verduras, privilegiando las proteínas vegetales y
cereales integrales y consumir mucha menos carne, pescado, queso y huevos.
Regla 2. No mezclar alimentos ácidos con carbohidratos:
La combinación de ácido y almidón es muy rara en la naturaleza. Los ácidos de la fruta no
sólo dificultan la digestión de los hidratos de carbono, sino que también favorecen su
fermentación.
La mayoría de las frutas ácidas (naranjas, limones, mandarinas, pomelos, piñas) liberan su
contenido en fructosa rápidamente y necesitan poca digestión si se consumen solas, sin
embargo, inhiben la digestión de los hidratos de carbono.
Los tomates no deben combinarse con alimentos ricos en almidón (patatas, maíz, arroz). Se
pueden comer con verduras y alimentos grasos. Los tomates son ricos en ácido cítrico,
málico y oxálico, dichos ácidos impiden la digestión de los almidones.
Cuando se sufre de acidez de estómago, se debe evitar la ingestión de alimentos ricos en
almidón. Fermentan en el intestino e intoxican el organismo.
El arroz con tomate no son una buena combinación.
Comer los alimentos de fermentación rápida como las frutas, solas, mejor en ayunas o entre
las comidas, al menos 30 minutos antes de consumir otro alimento. Muchas frutas
fermentan rápidamente, como ciruelas, mangos, papayas, fresas, sandías y melones, deben
comerse sin ser mezcladas con otros alimentos.
Alimentos ricos en carbohidratos: Pan, patatas, guisantes, legumbres en general,
plátanos, arroz, pasta, maíz. Frutas ácidas: Limones, limas, naranjas, mandarinas,
pomelos, piñas, fresas, arándanos, cerezas …
Regla 3. Las proteínas animales, mejor con verduras sin almidón:
La carne, aves, el pescado, queso y los huevos necesitan grandes cantidades de ácido en el
estómago y una digestión larga (unas 3 horas). Es mejor comerlos solos o acompañados de
verduras sin almidón, de preferencia frescas, como una ensalada.
Alimentos ricos en almidón: Arroz, alcachofas, zanahorias, nabo, remolacha, maíz,
avena, guisantes, patatas, boniatos, trigo, calabaza, castañas.
Verduras sin almidón: espárragos, brócoli, col, coliflor, apio, pepino, ajo, judías verdes,
verduras de hoja verde, algas, calabacín.
Por ejemplo, evitar el pollo con arroz o la pasta con salsa de tomate y carne.
Regla 4. Comer los alimentos ricos en almidón solos o con verduras
Los alimentos ricos en almidón (maíz, arroz, patatas, pasta en general) pueden combinarse
con todo tipo de verduras con o sin almidón o legumbres. Legumbres con verdura,
combinan bien pero no con carne.
Regla 5. Los alimentos de digestión rápida siempre se comen solos
Melones y sandías comer siempre solos. Y toda la fruta en general.
Regla 6. Consumir pocos carbohidratos refinados
Reducir el consumo de carbohidratos re nados (harina, pasta, arroz). Preferir los cereales
completos o semi-completos y el pan integral para aprovechar todas sus propiedades
nutricionales ya que la mayoría se pierden durante el proceso de re nado o blanqueo. Las
frutas que no fermentan con facilidad como los plátanos, la manzana o el coco, se pueden
combinar con carbohidratos de liberación lenta como la avena y el mijo.
Regla 7. Dar tiempo al cuerpo a despertarse
Darle tiempo al cuerpo a despertarse. Es preferible no ingerir comida inmediatamente
después de despertarse. Empezar rehidratando el organismo con un vaso de agua y luego
comer algo de fruta fresca y sola, en forma de fruta entera, zumo natural o compota (sin
azúcares añadidos). Asearse y luego desayunar, eso permite dejar un tiempo a nuestro
cuerpo a que se active tras las horas de descanso, a que la fruta se digiera antes de ingerir el
resto de los alimentos que compondrán el desayuno que puede estar compuesto de
carbohidratos como pan integral o muesli con una bebida vegetal enriquecida con calcio.
Los estimulantes como el té o el café se pueden tomar en último lugar o más tarde, a media
mañana.
Regla 8. Si quieres adelgazar no bebas vino
El cultivo de la uva utiliza una gran cantidad de productos sanitarios, pesticidas y
fungicidas. Algunos de esos productos acaban en la barrica y el vino tradicional contiene
restos de productos químicos y sulfatos. Algunos médicos recomiendan el consumo
moderado de vino tinto por su contenido en taninos, que tienen poder antioxidante. Por ello,
si se desea tomar vino con la comida éste será de cultivo ecológico (bio) y en pequeña
cantidad, 100 a 200 ml como máximo dependiendo del peso de la persona. Según un
estudio reciente de la Universidad de Indiana, beber vino con la comida aumenta la ingesta
de calorías. Además de las calorías suplementarias que contienen las bebidas alcohólicas,
su consumo antes o durante la comida estimula el hipotálamo, actúa como aperitivo
abriendo el apetito y respondiendo con mayor sensibilidad al olor de los alimentos. Las
mujeres son especialmente sensibles a sus efectos.
Si a pesar de esto quieres tomar vino con la comida, hay muchos tipos de vinos, por aroma
y cuerpo, pueden combinar con casi todo. Consultar alguna web de enología para encontrar
las mejores combinaciones.
¿Cuánto tiempo se tarda en digerir cada alimento?
Cada tipo de alimento necesita un tiempo de digestión, además, si los alimentos se
combinan adecuadamente se digieren en menos tiempo.
Tiempo medio de digestión de algunos alimentos:
 Agua: 0-10 minutos
 Zumo de fruta o verdura: de 15 a 30 minutos
 Fruta entera: de 30 a 60 minutos
 Frutos secos: 2,5 a 3 horas
 Melones: de 30 a 60 minutos
 Brotes: 1 hora
 La mayoría de las verduras: de 1 a 2 horas
 Los granos y legumbres: de 1 a 2 horas
 Carne cocida y pescado: de 3 y 4 horas o más
 Mariscos: de 4 a 8 horas o más

Reglas de la dieta combinada

Aunque los carbohidratos y las proteínas forman ácidos, su digestión requiere


condiciones distintas, por lo que no deben ser ingeridos en la misma comida.

Los almidones y azúcares, nunca deben mezclarse con las frutas y proteínas. Por
ejemplo, el cereal con fruta es un error.

Las verduras, ensaladas y frutas deben ser la mayor parte de la dieta.

Las proteínas, almidones y grasas deben consumirse en porciones pequeñas.

Solo se puede incluir en la dieta cereales integrales y almidones no procesados. Hay


que eliminar los productos refinados o procesados.

Se debe dejar pasar 4 horas entre el consumo de almidones como los cereales y las
proteínas como la carne.

La leche no combina bien con la comida, se debe tomar con suficiente tiempo de
separación o ingerirla lo menos posible.

COMBINAR BIEN LOS ALIMENTOS PARA UNA MEJOR DIGESTIÓN


Una buena combinación de los alimentos es fundamental para un buen estado de
salud, tan importante como lo son la calidad y la cantidad de alimentos que ingerimos

Quizá vuestra alimentación ya es limpia y notáis sus beneficios; y, ahora, leyendo este
artículo pensáis: “Ya he eliminado bastantes alimentos de mi dieta, ¿y ahora la debo hacer
más restrictiva?”. La misma pregunta me hice yo, pero no pude resistirme a probarlo.
Aunque mi alimentación ya se basaba en productos de origen vegetal y era altamente cruda,
los resultados que experimenté fueron notables. Niveles de energía aún más elevados, piel
aún más suave y brillante, y un adiós definitivo a la barriga hinchada.
Combinar bien los alimentos no solo nos permite mejorar la digestión, sino también
asimilar mejor los nutrientes. El sistema digestivo requiere menos energía y el resultado es
que el organismo puede centrarse en otras funciones como reparar células y depurar el
cuerpo (como consecuencia, perderemos peso, si nos hace falta). Este ahorro de energía
también repercute en el estado de ánimo: nos sentimos menos pesados y cansados después
de las comidas y tenemos más energía y vitalidad a lo largo del día.
¿De dónde sale y en qué se basa la teoría de la combinación de los alimentos?
Las pautas para combinar correctamente los alimentos surgieron en el siglo XX durante el
movimiento higienista. Su creador fue el doctor neoyorquino William Howard y, más
adelante, la popularidad de esta práctica creció con la difusión que hizo de ella el doctor y
naturópata Herbert M. Shelton.
Según la teoría de la combinación de los alimentos, los diferentes grupos de alimentos
requieren tiempos diferentes y diferentes tipos de enzimas en el estómago y en los
intestinos para poder ser digeridos. Un medio alcalino o ácido activará unas enzimas u
otras. Cuando comemos ciertos alimentos al mismo tiempo, liberamos ambos tipos de
enzimas; así se crea un ambiente neutro que lo único que hace es inhibir y retrasar el
proceso digestivo. Eso puede originar fermentación de azúcares y putrefacción de proteínas
en el estómago, y provocar gases, inflamación y otros síntomas de indigestión. Un proceso
de fermentación en el intestino ocasiona un exceso de polialcoholes, que son fuente de
alimento de bacterias y levaduras. La putrefacción de las proteínas genera residuos tóxicos.
El concepto de la correcta combinación de los alimentos es aplicable y altamente
beneficioso para todos los estilos de alimentación: se consuma carne, huevo, pescado,
lácteos, o se practique el veganismo o 100% crudivorismo.

Pautas para combinar los alimentos de forma correcta


1. Solo comer cuando se tiene hambre. El cuerpo es muy listo y está preparado para
indicarnos qué debemos hacer en cada situación orgánica (defecar, orinar,
comer…). Cuando necesita alimento, nos avisa con la sensación de hambre y es
entonces cuando le debemos aportar nutrientes. Si no nos pide, es porque aún está
procesando y asimilando los alimentos de la última comida. Comer cuando no se
tiene hambre congestiona el sistema digestivo y el proceso natural de depuración del
cuerpo se ve alterado.
2. Comer un solo alimento concentrado a la vez. Los alimentos concentrados son
los que no contienen prácticamente agua, como los almidones y las proteínas. Los
alimentos no concentrados son los que contienen un tanto por ciento elevado de
agua, como la fruta madura y los vegetales sin almidón. Para facilitar la digestión y
ahorrar energía, es muy recomendable incluir un solo tipo de alimento concentrado
en el plato. Eso nos lleva a la tercera pauta…
3. No mezclar proteínas y almidones. Aquí es cuando se rompen los esquemas. Os
preguntaréis: “¿Qué pasa con el pollo al horno con patatas, las tostadas integrales
con pavo, el sushi de atún, el salmón a la plancha con arroz salvaje? ¿Lo he estado
haciendo mal durante años y años?”. Pues siento deciros que sí, pero la clave es
saberlo y hacer los cambios a partir de ahora. Para entenderlo mejor, debemos mirar
cómo se digieren estos dos tipos de alimentos. Las proteínas necesitan un ambiente
ácido formado por ácido clorhídrico y las enzimas llamadas proteasas. Por otro lado,
los almidones se digieren en un ambiente alcalino y con la presencia de enzimas
amilasas. Si tomamos estos dos alimentos al mismo tiempo, los jugos ácidos y los
jugos alcalinos liberados se neutralizarán entre sí y eso hará que el cuerpo deba
invertir horas y horas y mucha energía para digerir, y nosotros nos sentiremos más
cansados. Cuanto más rato pasan estos alimentos dentro del estómago a altas
temperaturas (37 ºC), más probabilidad hay que se produzcan residuos tóxicos. El
cuerpo no podrá absorber ni aprovechar del todo los nutrientes del alimento y
nosotros tendremos gases y la barriga hinchada.
4. Los vegetales sin almidón se pueden mezclar con todo. Este grupo combina
prácticamente con todo el resto, a excepción de la fruta, que solo se puede mezclar
con los vegetales de hoja verde, ya que requieren el mismo tiempo de digestión.
5. Mezclar almidones diferentes es correcto. Aunque siempre es más fácil digerir
cuando no se mezclan demasiados alimentos, es correcto tomar dos tipos de
almidones diferentes. La mejor opción es mezclar los almidones con vegetales sin
almidón como hojas verdes, brócoli, espárragos…
6. Mezclar proteínas diferentes no es correcto. Las proteínas son el grupo más
difícil de digerir por su compleja diversidad de aminoácidos. Como el cuerpo
necesita mucha energía y rato para digerirlas, no las mezclaremos. Así que nada de
hacer platos mar y montaña… Podemos, sin embargo, mezclar proteínas de origen
vegetal diferentes en un mismo plato: frutos secos, semillas y algas, ya que tienen
una estructura química más simple. Las legumbres cuestan de digerir porque tienen
tantas proteínas como carbohidratos; por lo tanto, la mejor recomendación es no
mezclar diferentes tipos y acompañarlas de vegetales sin almidón.
7. Mezclar grasas con proteínas o con almidones es correcto si se hace con
moderación. Las grasas combinan bien con todos los grupos, excepto las frutas. De
una forma y otra, si ya cuesta digerir la proteína, sobre todo de origen animal, mejor
no mezclarla con grasas. Si hacemos una ensalada con muchos frutos secos y
semillas y lo aliñamos con aceite de oliva, podemos tener una digestión más pesada;
es más prudente aliñarla con zumo de limón o vinagre de manzana.
8. La fruta se debe comer sola. La fruta es el alimento que se digiere más deprisa. En
veinte o treinta minutos ya está fuera del estómago. Imaginad que coméis fruta de
postre después de una comida llena de proteínas y almidones: los azúcares de la
fruta quedarían retenidos a altas temperaturas mientras esperan ser digeridos, pero
acabarían fermentando y acidificando el resto de los alimentos. -Si queréis comer
fruta antes de las comidas, lo debéis hacer entre media hora y una hora antes de
tomar nada más. -El único grupo de alimentos que combina bien con la fruta son los
vegetales de hoja verde. Esta explosiva combinación es la base principal de los
zumos verdes. -Podemos mezclar las frutas subácidas con las ácidas o con las
dulces, pero nunca frutas dulces con ácidas.
9. Los melones y sandias se deben comer solos, ya que, de todas las frutas, son las
que requieren menos tiempo de digestión. Combinar melones con otras frutas podría
frenar el proceso.
10. Los líquidos fuera de las comidas. Hay que evitar tomar líquidos durante las
comidas para no diluir los jugos gástricos ni las enzimas necesarias para hacer el
proceso de la digestión. Podemos beber entre un cuarto y media hora antes y dos o
tres horas después de comer.

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