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Puerto Montt, veintiocho de enero de dos mil veintidós.

PRIMERO: intervinientes. Que, los días 12, 13, 17 y 18 de enero de


2022 recién pasados, ante la segunda sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de
Puerto Montt, constituida por los jueces titulares don Andrés Villagra Ramírez, quien
presidió, doña Rosario Cárdenas Carvajal y don Patricio Carrasco Uribe, juez titular
del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Castro, subrogando legalmente, se llevó a
efecto mediante video conferencia la audiencia de Juicio Oral en la causa RIT N°86-
2021, RUC N° 2000573749-5, con la presencia del fiscal adjunto don Marcelo
Maldonado González, y las querellantes adheridas la abogada doña Javiera Oyarzún
Knittel, en representación de Delegación Presidencial Regional de Los Lagos,
continuadora de la Intendencia de Los Lagos, y del abogado don Alex Contreras
Zapata, del Centro de Apoyo a Víctimas de la comuna de Castro, en representación
de la víctima indirecta doña Carolina Ernestina Sotomayor Saldivia, quienes
sostuvieron la acusación fiscal y particular respectivamente, en contra del acusado
ROLANDO ALEXANDER CEA RAMOS, chileno, cédula de identidad N°19.365.969-
1, camionero y vendedor integral, domiciliado en Calle Fe, Nº1018, población Fe y
Esperanza, Alerce Sur, comuna de Puerto Montt, nacido en Puerto Montt, el 4 de
diciembre de 1995, 26 años, estudios técnicos completos, soltero, apodado “Roly”,
representado por el abogado defensor penal privado don Sergio Coronado Rocha.
SEGUNDO: Acusación fiscal y particular adherida. Que, respecto a los
hechos materia de la acusación fiscal, a la cual se adhirieron los querellantes según
auto de apertura de juicio oral del Juzgado de Garantía de Puerto Montt, son los
siguientes: “El día 7 de Junio de 2020, después de las 22:00 horas, en
circunstancias de estar rigiendo la prohibición de desplazamiento de los ciudadanos
ordenada como medida sanitaria por resolución N°203 de fecha 24 de Marzo de
2020, en la vigencia del estado de catástrofe decretado por Decreto Supremo N°104
del Ministerio del Interior, de fecha 18 de Marzo de 2020, que rige por 90 días todo
ello en el contexto de las medidas sanitarias adoptadas en el estado de excepción
constitucional para controlar la pandemia del virus Covid-19, cerca de las 22:07
horas, ya pasado el horario en el cual tenía la obligación de aislamiento nocturno, sin
contar con permiso o salvoconducto que lo habilitara, el acusado ROLANDO
ALEXANDER CEA RAMOS, condujo el vehículo móvil, camioneta placa patente
CHYT. 35-7, por la Ruta V 505, de sur a norte, y al llegar al cruce La Vara, de la
ciudad de Puerto Montt, en la proximidad de un control en la pista Puerto Montt
Alerce por parte de funcionarios del Ejército, el cual se encontraba debidamente
señalizado conforme a señalética vial con chalecos reflectantes de seguridad, lo
evadió a gran velocidad, y sin disminuirla, cambiándose de pista, por la cual circuló
a velocidad no permitida, contra el sentido del tránsito, a sabiendas de encontrarse
otro grupo de efectivos del Ejército en el perímetro, impactando, de esta forma, a la
víctima, el soldado conscripto Hugo Jonathan Muñoz Sotomayor, quien se
encontraba cumpliendo funciones en el respectivo control vehicular norte a sur, a la
altura de la pasarela peatonal del lugar, y a causa de este impacto, la víctima fue
eyectada alrededor de 30 metros de donde se encontraba, falleciendo en el lugar
por politraumatismo”.
A juicio del Ministerio Público y querellantes, los hechos descritos
configuran, un delito de homicidio simple, previsto y sancionado en el artículo 391
N°2, en grado de desarrollo consumado.
Afirman las acusadoras que al encartado le ha correspondido
participación en los hechos materia de la acusación, en calidad de autor directo,
conforme a lo dispuesto en el artículo 15 Nº1 del Código Penal, reconociendo la
circunstancia atenuante del artículo 11 N°6 del Código Penal, y que le perjudica la
circunstancia agravante del artículo 12 N°10 del mismo cuerpo legal, por cometer el
delito con ocasión de calamidad o desgracia.
Por lo anterior el Ministerio Público y querellantes solicitaron para el
acusado la pena de DOCE AÑOS de presidio mayor en su grado medio, el comiso
de especies que sean efecto del delito, accesorias legales de suspensión de cargo u
oficio público durante el tiempo de la condena y al pago de las costas del
procedimiento según lo prescrito en el artículo 45 y siguientes del Código Procesal
Penal.
Además, que se ordene en la sentencia condenatoria la determinación
de la huella genética del acusado y su incorporación al Registro de Condenados, de
acuerdo con lo establecido en el artículo 17 de la Ley 19.970.
TERCERO: Convenciones Probatorias. Los intervinientes no
acordaron convenciones probatorias.
CUARTO: Alegatos de Apertura de los intervinientes. Que, en los
alegatos de apertura los intervinientes manifestaron en lo pertinente lo siguiente:
Ministerio Público: Señaló, en síntesis, que este juicio va a girar en
torno a la dogmática en cuanto al dolo, que no se trata de un hecho que se pueda
verificar por los sentidos. En esto va a ser importante la prueba que veamos
principalmente de manera filmográfica, se observará en un video como el imputado a
toda velocidad evade un primer control, habiendo 3 funcionarios que estaban
terminando de instalar unos conos, lo que pueden captar las cámaras de la
Municipalidad que se encontraban puestas en dicho lugar.
Afirmó que es la conducta de los otros ciudadanos que antes de él
llegan al lugar, se dan cuenta que hay funcionarios del Ejército, que están los conos
y ellos tienen una conducta que uno espera de todo ciudadano, al advertir la
presencia de personal uniformado, reducen velocidad, incluso algunos detienen su

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marcha, esperan ser fiscalizados, y continúan su trayectoria cuando el personal del
Ejército se los pide. Añadió que en eso basa los criterios para adjudicar un actuar
doloso de parte del imputado. Que, este juicio va a versar sobre el actuar propio
social que uno espera de los ciudadanos conforme lo señala el profesor Hasbún.
Mencionó que en mes de junio, transcurridos 3 meses de esta
situación de pandemia que todos hemos tenido que vivir. La velocidad a la que iba el
imputado excedía en 3 veces a lo menos, la velocidad exigida conforme la
señalización vial, por dos razones conforme explicará el perito de la SIAT, una
primera señalética de obligación general de 30 kilómetros por hora, una segunda
señalética de obligación de 30 kilómetros por hora por zona de escuela, y finalmente
pasado el lugar del accidente se puede retomar la velocidad a 50 kilómetros por
hora. Adujo que el imputado iba a una velocidad no inferior a 90 kilómetros por hora,
lo que no va a estar en discusión, porque son cálculos físicos que se pudieron
realizar en base al análisis de imagen asesorados por un profesor en física. La
discusión será si él iba a 90 o 110 kilómetros por hora, la velocidad mínima a la que
él iba era 3 veces superior a la que estaba permitida para la zona y excedido en 40
kilómetros a lo menos para esta zona urbana del país, lo que lo pone en una
disposición de ilicitud y de capacidad de representarse que su conducta es contraria
al derecho, y ahí es donde radica la diferencia entre el dolo y la culpa, que es esta
capacidad de representarse que con su accionar el imputado está en disposición de
poder generar un riesgo reprobable para el derecho, el que es que precisamente el
acusado que transita a esas horas en horario de toque de queda, a una altísima
velocidad, que advierte un primer control porque lo evade, no deteniéndose como es
la obligación de todo ciudadano, claramente está en condiciones de representarse la
muerte de una persona, asumirla y asumir esa acción, y eso es lo que se le viene
imputando a título de dolo, es decir, la capacidad del imputado de representarse que
su conducta es reprobable por el derecho, que su conducta de puesta en riesgo de
la vida de las personas, precisamente es lo que finalmente gatilla la muerte del
soldado conscripto Hugo Sotomayor.
Aseveró que la imputación se va a acreditar con los peritajes
principalmente del capitán Muñoz, los testimonios de los soldados conscriptos que
se encontraban en el lugar que dirán como el imputado no se detuvo, que era lo que
estaban haciendo, cómo lo habían hecho, veremos una especie de simulación de
cómo fue este atropello, sin detenerse, sin frenar en ningún momento.
Sostuvo que al final del juicio pretendemos que se condene al
imputado en los términos señalados en la acusación, sin que los elementos de
prueba aportada por la defensa desvirtúan el hecho, y en ese sentido establecer que
no hay ninguna responsabilidad por parte del funcionario del Ejército que está
ejerciendo funciones con su chaleco reflectante, incluso teniendo un cono al

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momento de los hechos, el que el imputado con una actitud racional claramente
habría evitado, por lo cual toda la responsabilidad cabe en el actuar doloso del
acusado.
La querellante Delegación Presidencial Regional de Los Lagos:
Manifestó que el hecho que motiva el presente juicio nos retrotrae al 7 de junio del
año 2020, fecha que se sitúa en los períodos más complejos y de mayor
incertidumbre de los que hayamos podido ser testigos, es que para esa fecha la
pandemia del Coronavirus parecía expandirse sin control alguno, de ahí entonces
que mediante decreto Supremo 104 del 18 de marzo del año 2020, la máxima
autoridad del país decretará para todo el territorio nacional el estado constitucional
de catástrofe por calamidad pública. En virtud de estas y otras resoluciones que se
adoptaron una serie de medidas tendientes a evitar la propagación del virus.
Afirmó que es indubitado que todas las providencias adoptadas por la
autoridad tendientes a resguardar la salud pública, como un bien jurídico supra
individual, fueron medidas ampliamente difundidas, a través de los medios de
comunicación social, de ahí entonces que alegar la ignorancia de aquellas resultaría
una premisa ilusoria.
Es por ello, que la conducta que se imputa a nivel acusatorio resulta
especialmente reprochable, pues el Sr. Cea Ramos, en pleno conocimiento de las
medidas restrictivas vigentes a la época el día 7 de junio, aproximadamente a las
22:07 horas, mientras regía el horario de aislamiento nocturno conocido como toque
de queda, evadió un control de fiscalización, provocando el fallecimiento del soldado
conscripto Hugo Muñoz Sotomayor.
Añadió que en la audiencia de juicio quedará suficientemente
acreditado que, en el día y hora señalado, el Sr. Cea Ramos se dirigía desde la
comuna de Puerto Montt, hacia el sector Alerce a bordo de su vehículo, y al llegar al
punto de control conformado por al menos 10 miembros del Ejército de Chile,
ubicado a un costado norponiente del cruce de la Ruta V-505 con la Ruta V-629,
conocido como Cruce La Vara, con manifiesta intención de evadir el control por parte
del personal militar realiza una maniobra evasiva dirigiéndose hacia el costado
izquierdo de la pista, desplazándose contra el sentido del tránsito e impactando
fatalmente a la víctima.
Esta conducta del Sr. Cea Ramos no puede ampararse, en
dificultades atribuibles a condiciones climáticas, tampoco podría ligarse a la escasa
luminosidad del lugar, pues comprobaremos en esta audiencia de juicio que la
iluminación artificial existente en el lugar era la adecuada para asegurar el normal
desplazamiento vehicular, mucho menos podría formularse reclamos respecto al
equipamiento con el que estaba dotado el personal militar, pues a partir de la prueba
testimonial, documental y pericial podremos verificar que efectivamente cada uno de

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los individuos que conformaba este punto de control, estaban previstos de la
vestimenta y el equipamiento necesario para la prestación de sus servicios, entre
ellos, chaleco reflectante,
Articuló que no existirán impedimentos ni meteorológicos, ni físicos
que obstruyeran la visual del conductor, clara manifestación de aquello serán los
registros de las cámaras de seguridad que darán cuenta de que minutos previos al
hecho que convoca esta audiencia de juicio, otros conductores al advertir la
presencia de este punto de control, si disminuyeron efectivamente su velocidad. En
ese sentido resulta especialmente gravoso que el acusado haya conducido a una
velocidad que se sitúa entre 90 y 110 kilómetros por hora, según un peritaje, en un
sector en que la velocidad máxima permitida es de 30 kilómetros por hora.
Estos antecedentes que serán debidamente acreditados permiten
sostener que el acusado actuó a sabiendas de estar infringiendo la normativa
vigente, no pudiendo menos que representarse las perniciosas y fatales
consecuencias de su actuar.
Finalmente, la víctima de este hecho no era una persona que
circunstancialmente estaba transitando en el lugar, era un individuo de 19 años, que
se encontraba en un punto fijo, en acto de servicio, en un período en que a todos los
habitantes de la República se nos exigía un deber de observancia y cumplimiento de
medidas extraordinarias, tendientes a resguardar tanto la salud como la vida de las
personas.
Señaló que con la prueba rendida en esta audiencia de juicio lograran
la convicción más allá de toda duda razonable, con miras a obtener sentencia o
veredicto condenatorio respecto del acusado, pidiendo se le impongan las penas
solicitadas en la acusación fiscal, a la cual adhirió en su totalidad.
El querellante Centro de Apoyo a Víctimas de la comuna de Castro:
Alegó que su parte en representación de la madre de la víctima fallecida, estima que
durante el transcurso de este juicio oral, con toda la prueba que ya ha anticipado el
fiscal y la otra querellante, lograran demostrar más allá de toda duda razonable,
cómo ocurrieron los hechos ese fatídico día de junio del año 2021(sic) derribando la
presunción de inocencia y formando la convicción de que efectivamente estamos en
presencia de un homicidio.
Señaló que la estrategia de la defensa será establecer que esto es un
cuasidelito de homicidio, que no hay dolo, que hay culpa, y hacer pasar esta
circunstancia casi como un accidente de tránsito donde la culpa o la responsabilidad
principal será de la persona fallecida, un joven de 19 años con toda la vida por
delante, que se encontraba desempeñando un servicio como soldado conscripto del
Ejército de Chile. Pero con la prueba que se rendirá quedará claramente establecido
que ese día 7 de junio, cerca de las 10:00 de la noche, el acusado en realidad utilizó

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su vehículo como un arma con la intención directa de arrollar a este joven Hugo
Muñoz, encontrándonos en un estado de excepción constitucional, en el primer
trimestre de la pandemia, en toque de queda, situación que ni la víctima ni el
imputado habían experimentado en su transcurso vital. Por lo tanto el acusado al ver
este punto de control y estar infringiendo el toque de queda, por no contar con los
permisos ni justificaciones para circular a esa hora trata de evadirlo, evidentemente
se asusta, trata de evitar una eventual detención, eludiendo un primer control, para
luego encontrase con el control donde estaba trabajando Hugo con todas las
medidas, eventualmente visible y conos. Por lo tanto cualquier argumento de señalar
que Hugo apareció de repente en la calzada, casi como un animal silvestre
asustado, no tiene ningún sustento. Claramente él decidió aumentar la velocidad y
envestir al personal del ejército que se encontraba ahí en el control, para lograr huir y
zafar de esta situación de incumplimiento del toque de queda y las medidas
restrictivas que autorizaba el estado de excepción constitucional.
Postuló que la conducta desplegada constituye el tipo penal previsto
en el artículo 391 N° 2 del Código Penal, que constituye un homicidio y que el
acusado es merecedor de las penas solicitadas en la acusación.
La Defensa: Indicó que el planteamiento de la fiscalía, que es
compartido por los querellantes, de entender que los hechos atribuidos son
constitutivos de un delito de homicidio, no va a prosperar por dos razones. Primero
por los hechos que están descritos en la acusación, y por otra parte los antecedentes
probatorios que pretenden respaldar una imputación por el delito de homicidio.
Expuso que respecto de la descripción de hechos que efectúa el fiscal
en su acusación, tiene defectos insalvables. Que en el análisis de la descripción de
lo atribuido a su representado, es posible percatarse que lo descrito es un
cuasidelito, pues en ninguna parte del relato de hechos están contenidos los
elementos que constituyen un delito de homicidio, en la hipótesis que indica el fiscal
del homicidio con dolo eventual, sin perjuicio de lo planteado por el querellante don
Alex Contreras quien postula un homicidio con dolo directo.
Afirmó que el dolo eventual parte de la base de establecer, qué fue lo
que percibió en sus sentidos la persona imputada, esa es la base del conocimiento.
Y los otros dos elementos del dolo eventual son la representación y la aceptación. Es
decir, conocimiento en cuanto a qué fue lo que percibió en la acción desplegada,
elemento cognitivo; segundo, que él se represente como probable de causar el
resultado típico; y tercero, la aceptación, esto es, que acepte el resultado, no
obstante que no es lo querido. Ninguno de estos elementos están descritos en la
acusación, en ninguna parte se dice que su representado haya visto que estaba
enfrentando un control del ejército, no se indica que su representado no obstante
haber percibido ese control del Ejército haya perseverado en su acción, conociendo

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que había gente en la calzada, y tampoco está descrito en la acusación que éste
haya aceptado el resultado de muerte, no obstante, que no era lo querido, por lo que
la sentencia no puede exceder el contenido de la acusación, y ésta lo que hace es
describir un cuasidelito, una infracción de tránsito, un atropello que se efectúa en un
contexto de exceso de velocidad.
Manifestó que, en la audiencia de preparación de juicio oral, se dictó
sobreseimiento definitivo, el que se encuentra firme o ejecutoriado respecto de la
figura del artículo 318 del Código Penal, por lo que esta acusación enfrenta un
problema, que ningún elemento descriptivo que sustente el artículo 318, relativa a
temas sanitarios o al contexto en el cual se habría efectuado esta conducción, puede
ser utilizado para fundar condena respecto de su representado.
Señaló que solicita condena por un cuasidelito de homicidio.
En cuanto a la prueba, articuló que ninguno de los testigos o peritos
va a hablar de un homicidio, sino de un accidente de tránsito, de conductas
imprudentes, de una acción evasiva. Por ninguna parte va a parecer un germen o
algún elemento que sustente la teoría del homicidio con la vertiente de dolo eventual
o directo.
Profirió que la figura del cuasidelito del artículo 492 del Código Penal,
se debe relacionar con una serie de elementos que no tienen como fuente al joven
don Hugo Muñoz, sino que el jefe de patrulla del Ejército, por dónde y cómo se
desarrolló ese control, en la vía pública, en la noche, no existiendo ninguna
señalización, vulnerando la normativa de tránsito en cuanto a la forma de efectuar
los controles.
Arguyó que el efectuar un control bajo un semáforo activo induce a
error, y cuando su representado venía de Puerto Montt a Alerce enfrentó un
semáforo en verde, y ve dos o 3 tambores de color, dispuestos debajo de un
semáforo en verde, de noche y él evita chocar con esos tambores. Él nunca percibió,
nunca vio que se estaba efectuando algún tipo de control del ejército o un control
sanitario, jamás se imaginó porque no estaba anunciado de ninguna manera, porque
ningún funcionario de la patrulla portaba los elementos necesarios para un control de
tránsito nocturno, linternas, guantes reflectores, cascos con linternas, nunca se
imaginó que por la otra parte, por la otra vía, había un puesto de control dispuesto
bajo una pasarela peatonal, donde la iluminación es cero, está a oscuras, que iban a
existir personas ahí, si lo hubiera sabido su actividad hubiese sido distinta, por lo que
no pudo frenar, porque veía a exceso de velocidad, pero además existió un
exposición imprudente al riesgo y esa patrulla expuso a don Hugo Muñoz a una
situación de riesgo o de peligro, que sumado a la imprudencia de su representado
desemboca en su atropello y en su lamentable muerte, y eso es un cuasidelito y por
lo que debe ser condenado.

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QUINTO: Declaración del acusado. El encartado renunciando a su
derecho a guardar silencio, expuso en lo pertinente, ese día del accidente yo pasé
por ahí, fui hacia mi lugar de trabajo, estuve trabajando normal, entré al Líder a las
12:00 de la tarde y salí a las 08:00 de la tarde de trabajar, después mi polola me
llamó para que vaya a su casa, llevamos 3 años. Fui a su casa salimos a comprar un
sándwich, y ya como un cuarto para las 10:00, nos empezamos a despedir porque
yo estaba consciente del toque de queda, siempre he sido consciente de lo mismo,
yo pasaba todas las semanas por acá trabajaba en el camión.
Así es que llegué hice andar mi camioneta para efectuar mi
desplazamiento hacia mi casa porque yo vivo en Alerce, y al momento en que iba
llegando a La Vara, lo primero que me percaté que el semáforo estaba en verde y
debajo, porque fue algo de milisegundos, había unos tambores, y lo primero por
reacción para no chocar con algo efectué mi movimiento hacia el lugar izquierdo, yo
en ningún momento vi que hubiese habido un cono o una linterna, o un vehículo, yo
no vi el camión, no tenía intermitentes, ni nada, no sabía que había pasado. Y
cuando me giro a la izquierda avanzo y freno, y más adelante me doy cuenta de que
hay como un bulto en la carretera, pero en el lado izquierdo, y en eso vuelvo a
frenar, y aunque yo quise frenar nuevamente, el vehículo se fue, y en ese momento
paso a tropellar al conscripto Hugo, y ahí el chico quedó sobre el capó en los pocos
segundos que pasó, en eso sentí que choqué con una barrera de cemento que había
al lado.
En eso por deducción yo creo que el cabo salió del vehículo y quedó
al lado, y de ahí en ese momento con el choque se me vino el capó encima del
vehículo. En eso el vehículo siguió andando hasta que pudo parar, yo me acuerdo
que hice parar el vehículo por mi consentimiento, porque yo lo que me imaginé es
que había alguien haciendo un trabajo, pero nunca me imaginé que eran militares, fui
hacia el lugar del accidente a prestar mi ayuda y en ese momento me percato que
vienen unas personas con armamento que son militares, y vamos con ellos y ahí vi
que había sido una persona la que había pasado a atropellar. Ahí tuvimos
diferencias con el hombre que estaba ahí de jefe porque yo le decía, cómo se les
ocurre estar ahí en un semáforo en verde, de ahí me llevaron a hacer mi examen de
alcoholemia y no tenía nada. Yo si hubiese sabido que había un control sanitario, yo
no tengo nada que esconder, yo iba con toda mi documentación al día, mi licencia,
sin alcohol, sin ningún tipo de droga. Si hubiese sabido que ahí había un control yo
hubiese parado, y si hubiese sido detenido, me voy detenido. Yo no tengo nada
contra los militares como decían, si hubiese sabido que había un control, o si
hubiese sabido que al otro lado había una persona, yo hubiese preferido mil veces
tirarme a la derecha, hubiese chocado mi camioneta debajo de un puente, pero no
haber atropellado una persona. Yo creo que uno cuando sale de su casa, no sale

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con la intención de atropellar a alguien, menos si uno va a su trabajo, a nadie le
gustaría eso. Hacía la familia y a todos les pido disculpas, no fue mi intención
provocar un accidente o una muerte.
Al ser contrainterrogado por el Fiscal, indicó que vive en Alerce 26
años, que nació en Alerce, en esa fecha tenía casi 6 años de licencia. Que tomaba
esa ruta 4 o 5 veces a la semana para ir a su trabajo. De hecho, ese mismo día
había pasado por ahí, como a las 11:30 horas, antes de entrar a su trabajo. Conoce
bien esa ruta. Trabaja en el Líder desde los 17 años y desde hace 6 años que
recorre esa ruta de manera permanente.
Señaló que, en Jardín Austral en el semáforo, que estaba en rojo,
cuando cambió a verde, adelantó o pasó por el lado de dos vehículos porque ellos
estaban detenidos, después de adelantarlos tomó la pista derecha.
Cuando se enfrenta al semáforo toma la pista izquierda para seguir
por Alerce, cuando va a enfrentar el semáforo advierte que hay 3 bultos negros ahí
en la calle.
Dijo que el soldado Hugo Sotomayor estaba en cuclillas, porque
estaba más abajo de la estatura normal de una persona, vio que él estaba
agachado, no vio que estaba detrás de un cono, fue algo de milésima de segundos,
no sabe si tenía un cono en sus manos.
Él detuvo el vehículo, lo dejó enganchado y se bajó, frenó en el
momento que vio el primer bulto, giró a la izquierda. y cuando vio el segundo bulto
frenó, pero el vehículo no le reaccionó se deslizó nomás.
Al ser contrainterrogado por la querellante Delegación Presidencial
Regional de Los Lagos, indicó que salió un cuarto para las 10:00 de la casa de su
polola, por el toque de queda, porque estaba consciente que había un toque de
queda, y no portaba el salvoconducto que lo habilitara a transitar a esa hora, por eso
salió antes para no llegar tarde a su casa.
Al ser interrogado por el abogado defensor, manifestó que trabajaba
sábados, domingos y festivos en el Líder, en turnos rotativos, entraba a las 12:00
horas y salía a las 20:00 o 20:30 horas. Durante la semana trabajaba con su papá
manejaba un camión Atego de 12.000 kilos, lo cargaba acá en Puerto Montt con
mercadería y se dirigía dos veces por semana a Hornopirén.
El día anterior había pasado por ahí igual, de ida a las 11:30 horas y
regresó como a las 22:00 horas. Ese día no había ningún control, pasaba muchas
veces por ahí, no había ningún tipo de control sanitario.
El día del accidente iba manejando solo, no había consumido alcohol
ni drogas.

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Metros antes de enfrentar el semáforo en verde no vio ningún cartel, ni
cono que le dijera que había algo adelante, lo único que vio frente a él fue un
semáforo en verde, no había ninguna señalización.
Bajo el semáforo vio los tambores, y en eso giro hacia la izquierda
para no provocar un accidente con los tambores, frenó para volver a la pista y vio
que había un segundo bulto, intentó frenar, pero el vehículo se resbaló, no lo vio
usando linternas, estaba en cuclillas en medio de la calle y al parecer estaba de lado.
Anteriormente no vio a personas en la calle, si hubiese sabido que
había más personas hubiese sido diferente, no vio a nadie utilizando guantes
reflectores, ni haciendo señas para que parara.
SEXTO: Prueba del Ministerio Público.
I. Testimonial:
1.- NELSON DEL TRÁNSITO GALLARDO TORRES, cabo 2° del
Ejército de Chile, domiciliado en Regimiento Sangra, Ruta 5 sur, Km. 1015, comuna
de Puerto Varas.
2.-MAURICIO SEBASTIÁN ROSALES TORRES, subteniente del
Ejército de Chile, domiciliado en Regimiento Sangra, Ruta 5 sur, Km. 1015, comuna
de Puerto Varas.
3.-FELIPE ALBERTO CARRILLO CATALÁN, soldado de tropa del
Ejército de Chile, domiciliado en Regimiento Sangra, Ruta 5 sur, Km. 1015, comuna
de Puerto Varas.
4.-DANIEL ELIAS SEPÚLVEDA NAVARRETE, cabo 2° del Ejército de
Chile, domiciliado en Regimiento Sangra, Ruta 5 sur, Km. 1015, comuna de Puerto
Varas.
5.-CLAUDIO GALLARDO CORDONES, capitán del Ejército de Chile,
domiciliado en Regimiento Sangra, Km. 1015, comuna de Puerto Varas.
II.- Pericial:
1.- GERMAN QUAPPE DE LA MAZA, médico legista, domiciliado en
Deber Cumplido N°240, Puerto Montt.
2.-DARLENG SALDIVIA PINEDA, Sargento 2° y Perito criminalístico
Labocar Puerto Montt, Domiciliado en Ruta 5 Sur, ex edificio Dipreca, Puerto Montt.
3.-SEBASTIAN MUÑOZ TOLEDO, Capitán de Carabineros,
Domiciliado en Ruta 5 Sur, KM. 1010, comuna de Puerto Varas,
III.-Documental:
1.- Certificado de nacimiento de HUGO JONATHAN MUÑOZ
SOTOMAYOR.
2.- Certificado de defunción de HUGO JONATHAN MUÑOZ
SOTOMAYOR.
3.- Acta de Asesoría en Cálculo Físico- Matemático de fecha 19 de

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julio de 2020, suscrito por Claudio Romero Zúñiga, Doctor en Física.
4.- Resolución Exenta N° 203 del Ministerio de Salud, de fecha 24
marzo de 2020.
5.- Copia decreto 104 de fecha 18 de marzo por el que se decretó
Estado de excepción Constitucional por Calamidad Pública.
6.- Copia Resolución exenta N° 202 del Ministerio de Salud, de fecha
22 de marzo de 2020.
7.- Informe Oficial N° 311/20 de la Dirección Meteorológica de Chile.
8.- Hoja de vida de conductor del requerido.
9.- Certificado de inscripción y anotaciones vigentes del vehículo
involucrado.
10.- Copia de las hojas N°1, 2 y 3 de la Orden para la ejecución del
Período de Actividades Complementarias del Batallón de Infantería Liviano (unidad
de encuadramiento del SLC. MUÑOZ) correspondiente al período 14D1C2019 al
31MAR2020.
11.- Copia de las hojas N°1 y 2 de la Orden del Día N°63 del
Regimiento N°12 "Sangra", de fecha 30MAR2020, donde se deja constancia en su
párrafo N°5 de la realización de instrucción al personal integrante de la Unidad
Fundamental de Orden Público (UFOP).
12.- Copia de la Resolución Exenta JDN Los Lagos N° 3 7/5247 de
fecha 31 MAYO de 2020 mediante la cual el jefe de la Defensa Nacional Región Los
Lagos dispone al Cdte. del Regimiento N°12 "Sangra", asumir con sus medios la
responsabilidad como regulador del orden público en los sectores de Alerce y La
Vara, ambos pertenecientes a la comuna de Puerto Montt.
13.- Copia de la Resolución Exenta R. N°12 (R) N03550/15678/1073
de fecha 07JUN2020, mediante la cual se dispone el despliegue de medios de la
Unidad Fundamental de Orden Público (UFOP) del Regimiento N°12 "Sangra" el
07JUN 2020.
14.- Informe de alcoholemia de fallecido HUGO JONATHAN MUÑOZ
SOTOMAYOR, Nº 10-PMT-OH-2662-20, de fecha 29 de julio de 2020, el que arrojó
como resultado cero (0.0) gramos por mil de alcohol en la sangre, incorporado de
conformidad con lo dispuesto en artículo 315 del Código Procesal Penal.
IV. Otros medios de prueba:
1.- Set de 18 fotografías incluidas en el informe de diligencias
periciales de la sección Labocar Puerto Montt, que ilustran sitio del suceso y
elementos levantados a la llegada de personal experto.
2.- Set de 51 fotografías e imágenes incorporadas en Informe Técnico
39- A-2020 que ilustran sitio del suceso y elementos levantados desde este y análisis
de evidencia.

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3.-Dos Videos correspondientes a cámaras de vigilancia de local
Automotora Lazo contenidos en disco custodiado bajo el NUE 3898817.
4.- Videos correspondientes a cámaras de vigilancia municipal de
cruce de la ruta, contenidas en disco custodiado bajo el NUE 2859672.
5.-Cinco Videos correspondiente a animaciones de los hechos,
denominadas bajo los rótulos de Prueba de campo, Animación y 39-A 20202
realizados por SIAT, referentes a Informe Técnico N° 39-A-2020 que ilustran
representaciones gráficas con simulaciones de los hechos y perspectivas de
conductor contenida en DVD anexo a Informe.
6.- Croquis que ilustra Características viales del sitio del suceso
incorporado en hoja 82 de Informe Técnico N° 39-A-2020.
7.-Set de 39 Fotografías que ilustran diligencias realizadas y
plasmadas en Informe Técnico Pericial N° 01-D-2021.
SÉPTIMO: Prueba querellantes. Que los querellantes adheridos
hicieron suya prueba incorporada por Ministerio Público y no rindieron prueba propia.
OCTAVO: Prueba de la Defensa. La defensa del encausado hizo suya
la prueba del Ministerio Público, y rindió además la siguiente prueba de descargo.
I.- Pericial:
- Marcos Montoya Salgado, perito judicial, con domicilio en calle
Brown Norte N°100, oficina 303, de la comuna de Ñuñoa.
II.- Documental:
1.- Certificado de constatación de lesiones y alcoholemia, SAR Alerce,
de fecha 07 de junio de 2020, que corresponde al acusado, suscrito por Mariolga
Fernández.
2.- Boleta de prueba respiratoria practicada al acusado, de fecha 07
de junio de 2020.
3.- Minuta informativa de accidente en el tránsito del informe técnico
N°39- A-2020.
4- Informe de Laboratorio 08-CCP-SES-109/20 de ROLANDO CEA
RAMOS, de fecha 27 de agosto de 2020, incorporado de acuerdo a lo prescrito en el
artículo 315 del Código Procesal Penal.
NOVENO: Que, respecto a los alegatos de clausura, los intervinientes
manifestaron lo que pasa a indicarse:
El Ministerio Público: Expuso que, el perito de la defensa no trabajó el
sitio del suceso, y no estuvo presente en las diligencias de reconstitución de escena.
Articuló que es importante conocer, por qué se encontraba en el lugar
donde fue atropellado el soldado conscripto Hugo Muñoz Sotomayor, esa noche del
7 de junio de 2020, no estaba ahí por ser un mero peatón, que esperaba la luz verde
del semáforo.

12
Recalcó que lo importante en esta causa es que los hechos ocurren
en un estado de excepción constitucional, eso es lo relevante, en una obligación
ciudadana de permanecer en aislamiento nocturno, y por ello tampoco es irrelevante
la actitud de los demás conductores, por eso la premisa y el prisma con el cual se
debe abordar esto, no es el de una fiscalización de ley de tránsito, o el de desvío por
una obra de construcción. Claramente los ciudadanos saben a esta altura de
transcurrida la pandemia, los alcances del no acatamiento de lo instruido por la
autoridad, saben que en cualquier momento y lugar pueden ser objeto de un control,
e incluso de detención por no andar con su salvoconducto, como el imputado que
andaba sin un salvoconducto, sin un permiso temporal.
Expuso que la muerte del soldado conscripto Hugo Muñoz Sotomayor,
es fruto de la creación de riesgos que el imputado genera, al comportarse en primer
lugar al margen de una serie de obligaciones legales, conducción con precaución por
las condiciones climáticas, y de la ruta en una zona urbana, con una velocidad
reducida a 30 Kilómetros por hora, y a todas luces con una infracción gravísima
excediendo con creces los 20 kilómetros por hora adicionales que estable el artículo
203 de la ley de tránsito, advirtiendo los respectivos tambores, los que incluso el
imputado elude, tambores reglamentarios de acuerdo al propio perito de la defensa,
y pese al control militar ni siquiera disminuye su marcha, a diferencia de lo que hizo
el resto de los conductores. Este es uno de los elementos principales de la
imputación, el no disminuir su marcha, y desde esa perspectiva debe realizarse el
análisis del dolo, si bien, las teorías modernas abandonan la teoría finalista
tradicional, que el dolo exhibiría un elemento por una parte intelectual o cognitivo y
por otra parte un elemento volitivo, que implica por una parte la dualidad entre
conocimiento de los elementos del tipo y voluntad en que el autor ha querido o al
menos aceptado la realización del tipo penal.
Manifestó que el imputado conoce la ruta, seis años viajando a diario
por la misma, su hoja de vida nos da cuenta de una serie de infracciones por no
conducir a las velocidades que la ley establece, pero también nos da cuenta de tener
el imputado licencia profesional, es decir, un mayor conocimiento de la leyes de
tránsito, por ende sabe que debe transitar en esa ruta a 30 kilómetros por hora, que
es una zona urbana, y transitando el imputado el día de los hechos al triple de la
velocidad permitida, advirtiendo los tambores puestos por el ejército para hacer la
maniobra de esquivarlos y no chocarlos, y el hecho de haberle hecho algunas señas
el personal del ejército, y bajo esa mirada debe necesariamente inferirse que el
imputado ha aceptado la realización del tipo penal. Nos declara en juicio y en las
diligencias de reconstitución de escena que ve los tambores, y de acuerdo a las
pruebas de la SIAT esos tambores eran visibles a distancia, y eso que en las
pruebas hubo uno solo posicionado. El soldado está en una zona de tránsito que no

13
era para vehículos, la zona achurada por la convergencia, como quedó asentado por
los testimonios de los otros funcionarios del ejército que se encontraban en el lugar,
con las actuaciones que pudimos ver a través de la fotografías de la reconstitución
de escena, con la misma acción de la simulación, con el análisis que hizo el personal
SIAT que se encontraba el afectado en ese momento con un tambor reglamentario, y
de acuerdo al imputado que pese a verlo agachado, no desvía su trayectoria, como
lo hizo con los otros tambores que logró apreciar, debiendo haber vuelto después de
haber esquivado estos primeros tambores a su pista normal de circulación, cosa que
no hace, no frena, sino que sigue su marcha, incluso con los daños que sufrió el
vehículo, no hace ningún intento de frenada, y tampoco existe marca, y podemos
advertir que lanza al soldado Hugo Muñoz 42 metros más allá del impacto, y no
detiene su marcha sino hasta después de 100 metros de realizado el impacto.
Añadió, que aun aplicando estas teorías tradicionales que pudieran
hacernos pensar que el imputado ha actuado con dolo eventual, es posible entender
su actuar con el carácter de un dolo homicida, no obstante, como lo plateó la
defensa que esto estaría dentro de la culpa consciente, sin embargo, cree relevante
internarnos en la doctrina contemporánea que permite un mejor desarrollo para una
adecuada imputación a título de homicidio, entendiéndolo como dolo no intencional,
en el sentido del concepto del dolo normativo, ello por cuanto las intenciones no
pueden ser objeto de prueba, es una cuestión que está dentro del fuero interno del
individuo, en su psiquis y por ello no puede ser objeto de valoración, así lo pante el
profesor Mauricio Rettig cuando sustenta un concepto unitario y cognitivo del dolo
que está basado en la función de la norma de conducta descrita por el tipo penal, se
busca motivar de esta forma al ciudadano, a fin de que se abstenga de realizar
conductas ex ante lesivas o peligrosas para determinados bienes jurídicos, en este
caso la vida. El dolo es un juicio de imputación penal y en ese sentido la reflexión se
torna simple, que si del punto de vista del tipo penal objetivo lo esencial es
determinar si el sujeto ha creado con su conducta un riesgo jurídicamente
desaprobado para un bien jurídico, desde el prisma del tipo subjetivo y en particular
del dolo, lo cardinal plantea el autor es establecer si el sujeto conocía ese riesgo
jurídicamente desaprobado inherente a su comportamiento al momento de
ejecutarlo. Así para el profesor Juan Pablo Mañalich y otros autores el dolo no sería
un concepto descriptivo, sino que adscriptivo, es decir, el dolo no se constataría, sino
que se atribuiría sobre la base de ciertos criterios y parámetros, los cuales en todo
caso no se encuentran en la cabeza del autor. Así estima probados los hechos que
constituyen indicios claros que permiten encuadrar una suerte de catálogo de
indicadores que hacen inferir que el imputado conocía el riesgo jurídicamente
desaprobado inherente a su conducta al momento de realizarlo, el conocimiento del
estado de excepción constitucional, de no andar con un salvoconducto, de ser

14
horario de toque de queda, conocer su velocidad, incluso el imputado reconoce que
momentos previos en un semáforo anterior pasa a dos vehículos que se encontraban
esperando la luz roja, advierte los conos o los tambores que son de carácter
reglamentario en el camino, e incluso los evade. Existiendo según la propia versión
del conductor de ese vehículo un camión con señal luminosa, y en ese sentido
manteniendo el soldado conscripto Hugo Muñoz Sotomayor un tambor de carácter
reglamentario, y en esas condiciones el imputado no detiene su marcha, no
disminuye su velocidad, no frena, y continua adelante a sabiendas que estaban
todas estas circunstancias, condiciones y obviamente ser advertible la presencia del
personal del ejército en este punto de control. Teniendo en consideración lo que
sostiene el profesor Cristóbal Hasbún, en cuanto a que la sanción a título de dolo por
parte del adjudicador se condiga con aquella que los ciudadanos estimen en su
diario vivir que constituiría una conducta dolosa. De la revisión de los videos del
análisis del capitán Muñoz de la SIAT, el comportamiento de los demás conductores
era entender que manejar a una velocidad excesiva, no detenerse era una conducta
que claramente producía un riesgo y debemos detenernos en dichas actitudes
plasmadas en lo presenciado en juicio. Estos principales elementos que hemos
planteado claramente hacen atribuible responsabilidad directa de los hechos del
imputado Rolando Cea Ramos, por lo que pide sea condenado como autor de
homicidio doloso en los términos sostenidos en la acusación.
Querellante Delegación Presidencial Regional de Los Lagos:
Manifestó que estima que con la prueba rendida en esta audiencia se ha logrado
desvirtuar la presunción de inocencia que asiste al acusado. A la luz de las
probanzas rendidas en esta audiencia de juicio ha quedado acreditado más allá de
toda duda razonable, que efectivamente el día 7 de julio del año 2020 alrededor de
las 22:00 horas el acusado se dirigió a bordo de su vehículo, una camioneta marca
Nissan, modelo Terrano placa patente única CHYT 35 desde la ciudad de puerto
Montt hacia el sector Alerce, pero al llegar al punto de control establecido para la
fiscalización del cumplimiento del horario de restricción vehicular nocturno, el Sr. Cea
Ramos con pleno conocimiento de las medidas restrictivas vigentes en aquella
época en todo el territorio nacional, y consciente de no estar portando el
salvoconducto que lo habilitara para desplazarse en ese horario, realizó una
maniobra evasiva hacia el costado izquierdo, y en consecuencia se desplazó en
contra del sentido del tránsito a exceso de velocidad. Maniobra que culminó con el
fatal desenlace por todos conocido. En efecto producto de un politraumatismo
atribuible al atropello fallece el soldado conscripto Hugo Muñoz Sotomayor. El
contexto en el que se desarrolla el supuesto fáctico contenido en la acusación no
estuvo dotado de impedimentos, ni meteorológicos ni físicos que obstruyeran la
normal visual del conductor. En ese sentido de las declaraciones vertidas en la

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audiencia de juicio por el perito don Sebastián Muñoz Toledo, los testigos Nelson
Gallardo Torres, Mauricio Rosales y Daniel Sepúlveda, dieron cuenta que el punto de
control conocido con el nombre de “check point”, estuvo conformado por 10
miembros del Ejército de Chile, todos quienes estaban provistos de un chaleco
reflectante, situación que respecto de la víctima quedó demostrado a través de la
imagen N°47 de los otros medios de prueba N°3, lo que además fue confirmado con
la declaración de don Claudio Gallardo, funcionario a cargo de la elaboración del
respectivo sumario administrativo, pero además fue corroborada esta información
por el médico legista don Germán Quappe de La Maza. Asimismo, con base a las
imágenes y registros audiovisuales incorporados al juicio fue posible comprobar que
la luminosidad existente en la época era perfectamente adecuada para asegurar el
normal tránsito vehicular del lugar. Estos factores aunados a todos los elementos
que fueron utilizados para erigir el punto de control, como por ejemplo estos
tambores de gran volumen, los que miden un metro de alto por 50 cm de diámetro,
de color naranjo, debidamente señalizados con sus láminas reflectantes, además de
la presencia de un camión de considerables magnitudes que tenía su baliza
encendida y que tenía además las luces intermitentes en funcionamiento. Aquellos
factores permiten inferir que efectivamente el punto de control si era perceptible al
ojo humano, en palabras del perito Muñoz Toledo el punto de control era apreciable
al ojo humano a 80 metros de distancia, e incluso estando de noche. Esta afirmación
adquiere mayor sustento si tenemos en consideración tal como quedó acreditado de
los registros de las cámaras de seguridad municipal, que momentos previos a la
ocurrencia del hecho otros conductores sí pudieron perfectamente advertir la
existencia de este punto de control. Otros conductores que si efectivamente pudieron
disminuir la velocidad, que es la consulta esperable de cualquier ciudadano, no
obstante, en esta zona en que la velocidad máxima permitida es de 30 kilómetros por
hora, el acusado desplegó una conducta que está muy lejos de lo esperable de
cualquier ciudadano, pues al confrontar el punto de control en lugar de inhibir su
actuar, actuó dirigiéndose a exceso de velocidad en contra del sentido del tránsito,
provocando el fatal desenlace y provocando además la detención del automóvil, la
que no podemos atribuir a un gesto voluntario por parte del acusado, sino que esta
era un elemento que forzosamente se iba a producir como consecuencia de los
daños que el vehículo sufrió después de impactar a la víctima. No se debe olvidar
que la víctima no era un individuo que ocasionalmente se encontraba en el lugar de
los hechos, si no que se encontraba ejerciendo una labor fundamental del servicio
público en un contexto de especial relevancia para nuestro país, y que todos los
individuos estábamos en conocimiento y conscientes de las medidas restrictivas que
nos regían a todos los habitantes del territorio nacional.

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Afirmó que de los antecedentes expuestos en la audiencia de juicio y
de la prueba ampliamente rendida en el mismo, estima que el acusado no podía
menos que representarse las perniciosas consecuencias de su actuar, por lo tanto,
pudo haber inhibido su actuar, no obstante, decidió hacerlo, por lo que pide se dicte
veredicto condenatorio, imponiéndose las penas solicitadas por el Ministerio Público
en su acusación, a las cuales adhirió en su integridad.
Querellante Centro de Apoyo a Víctimas de la comuna de Castro:
Refirió que estima que durante el transcurso del juicio se ha logrado probar más allá
de toda duda razonable cómo ocurrieron los hechos el día 7 de junio de 2020. Esa
noche, el hijo de su representada Sra. Carolina Sotomayor, el joven Hugo Muñoz
Sotomayor, quien se encontraba prestando funciones como soldado conscripto, con
19 años, con toda la vida por delante, que voluntariamente se presentó a hacer su
servicio militar, y que en ese contexto y dado el estado de excepción constitucional
que regía producto de la pandemia por coronavirus fue destinado a punto de control
de tránsito o “check point” como señalaron los miembros de su patrulla militar que
declararon en estrados. Durante la rendición de la prueba, en primer lugar declara el
imputado quien señala que no vio a la patrulla militar, que no vio al joven Hugo
Muñoz Sotomayor, estableciendo o queriendo establecer la tesis de la defensa de
que se trata de un cuasidelito y de un accidente de tránsito, casi asimilándolo a un
atropello en medio de la carretera en la noche, pero de todo el resto de la prueba
rendida, a saber el perito Germán Quappe de la Maza quien declara la causa de
muerte de Hugo, que es un politraumatismo producto de este atropello, el jefe de la
patrulla militar don Nelson Gallardo, quien dice expresamente que el acusado Cea
Ramos no frenó, relata también como ocurrieron los hechos el subteniente Mauricio
Rosales, quien dice que la camioneta a toda velocidad se cambia de pista y en
sentido contrario al tránsito atropella al soldado Muñoz, lo refiere también Felipe
Carrillo, declarando que el acusado Cea Ramos a toda velocidad, iba en contra del
sentido del tránsito, el conductor del vehículo militar, que era un camión de
considerables proporciones don Daniel Sepúlveda, quien expone respecto de todas
las medidas de seguridad tomadas, los tambores grandes de color naranjo con
huinchas reflectantes, que toda la patrulla militar portaba chalecos reflectantes, todo
esto queda gráficamente ilustrado con la declaración del perito de la SIAT Sebastián
Muñoz, quien expone en detalle todas estas circunstancias. Se logró establecer por
medios científicos que la velocidad del imputado era entre 90 y 110 kilómetros por
hora, en una zona de 30 kilómetros por hora.
Argumentó que con todos estos elementos queda demostrado que
este control era visible, pero al acusado Rolando Cea Ramos no le importó, aumentó
la velocidad, quiso evadir el control y en este contexto arrolla, atropella al joven Hugo
Muñoz Sotomayor, arrebatándole la vida y destrozando la vida familiar de su

17
representada, quien ha perdido a su joven hijo. Por estas razones pide veredicto
condenatorio y que se apliquen las penas solicitadas en la acusación fiscal a la que
adhirieron como querellantes.
La Defensa: Afirmó que ni los hechos descritos en la acusación, ni la
prueba rendida por la fiscalía, ni la parte querellante permiten sostener de una
manera razonable y sin dudas, la existencia de un homicidio con la vertiente del dolo
eventual. Esta acusación y esta persecución penal parte con defectos de base y
estos están referidos a los hechos que están descritos en la acusación, y que
evidentemente son el límite, son las fronteras que se deben considerar a la hora de
dictar sentencia condenatoria o absolutoria. En definitiva, lo que está relatado en la
acusación, lo que se le imputa a su representado, considerando además que la
figura del artículo 318 fue sobreseída, por lo tanto todas la referencias que se han el
día de hoy a la situación del pasaporte, a la situación sanitaria no pueden ser
consideradas para ningún efecto, pero al margen de eso lo que tenemos es una
infracción reglamentaria asociada a un resultado específico de un atropello con
consecuencias de muerte, eso es lo que está descrito en la acusación. Homicidio
con vertiente de dolo eventual en ningún caso se encuentra contenido en el relato de
hechos de la fiscalía, porque no está descrito el elemento conocimiento. La única
referencia que está en la acusación es que mi representado a sabiendas de
encontrarse otro grupo en el perímetro habría efectuado la situación del atropello, lo
que tiene el estándar suficiente para contener el elemento conocimiento que exige el
dolo eventual, no obstante, lo que debería haber contenido la acusación es un
elemento de conocimiento específico, esto es, que su representado sabiendo que
había gente y visualizando que había gente en la vía pública, en la calzada, no
obstante eso persevera en su acción, nada de eso está descrito en la acusación.
Pero, además falta que frente a ese conocimiento, a lo que percibió qué fue lo que
se representó él, que es lo que en definitiva se transmitió hacia si, que fue lo que
procesó, es decir, no obstante que voy a exceso de velocidad, que vio gente ahí, de
todas maneras voy a seguir adelante, aunque es muy posible el atropello. Y el tercer
elemento que no está descrito en la acusación, es la aceptación del resultado, es
decir, que, frente al conocimiento, frente a la representación del resultado como más
que probable, él acepta, asume ese resultado, por lo que no puede servir de base
para una condena.
Agregó que a estos problemas que tiene la acusación, se suman
todos los problemas generados por la prueba rendida, la principal prueba de los
informes relatados por el perito Capitán de la SIAT, él en ningún momento habla de
homicidio en su informe, para él lo que hay es un accidente, una situación de un
atropello vinculado a una maniobra efectuada por su representado por sobre la
velocidad permitida que trae aparejada un resultado de muerte, eso es lo que se

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investigó, eso es lo que pudo constatar en la elaboración de sus informes, y eso es
lo que en definitiva aparece traducido en la acusación, no hay en la prueba rendida
ni a nivel testimonial ni pericial, y tampoco en ningún antecedente documental
elementos que permitan sostener eso. Lo que cree es que la figura que permite
entender de mejor manera lo ocurrido, que permite una sanción adecuada y
proporcional a los hechos que se establecieron, es una figura cuasi delictual, una
figura culposa, y esta figura culposa que tiene como su base la negligencia y la
imprudencia, tiene una doble contribución, pues su representado condujo a exceso
de velocidad, él lo reconoció, las cámaras lo indican y los daños que tiene el vehículo
dan cuenta de eso, pero también hay un aporte que fue fundamental, y nadie discute
que el conscripto Muñoz estaba ahí porque había una orden emanada del
regimiento, a propósito de condiciones sanitarias especiales. Tanto la prueba de
cargo como de descargo dan cuenta que las condiciones en que fue expuesto el Sr.
Muñoz en la vía pública lamentablemente contribuyeron al resultado del atropello y la
muerte. Primero un control efectuado a destiempo, pues existieron vehículos que
pasaron a las 22:00, a las 22:01 porque el control se inició después de la hora
correcta, dos personas de la patrulla dijeron que cuando ocurre esto el conscripto
Muñoz estaba acomodando recién los conos o los tambores como los pudimos
visualizar. Por lo tanto, era una fiscalización que estaba recién instalándose. A las
22:03 como indicaban las cámaras recién se estaba bajando del camión el personal
de la patrulla. Segundo, un control que no se estableció con la asesoría de las
personas que más conocen de tránsito, de control en la vía pública, como son
Carabineros de Chile, eso lo decidió el Teniente Rosales ahí, vimos que era una
persona muy joven y en este tipo de cosas lo que prevalece es la experiencia de
vida, quien no tiene ningún conocimiento ni experticia en un control nocturno en la
vía pública, sin ningún tipo de señalización previa, ningún cartel, ninguna luz que
avisara ala conductor que iba en la vía pública con que se iba a encontrar. El perito
Marcos Montoya dio cuenta que este tema de la seguridad en la vía pública, la
seguridad en los controles sea quien sea que lo haga responden a un tema de
sentido común, es decir, qué condiciones le vamos a proveer a las personas que
están en la vía pública para disminuir las posibilidades de un atropello. Esas
condiciones están asociadas a los avisos, incluso a vías que permitan reducir la
velocidad, la colocación de la persona en la vía pública, las ropas que vista, los
guantes que tiene que portar, el que sus cascos también cuenten con elementos
reflectores, el portar linternas, la forma correcta de utilizar los chalecos reflectantes.
Hay un sinnúmero de cosas que en modo alguno fueron respetados por el ejército,
que colocó al conscripto Muñoz en una situación de peligro, de riesgo que
contribuyó, sumado a la imprudencia de su representado al resultado de muerte. El
camino más razonable, el que se ajusta más a la prueba rendida es la figura del

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cuasidelito, que mejor explica lo ocurrido, con la actitud de su representado, con su
colaboración, con su compromiso con la investigación, él se arrepiente por la pérdida
de un ser humano, pues rechaza ese resultado nunca lo quiso.
Los intervinientes hicieron uso de su derecho a réplica en la forma que
aparece íntegramente registrado en el audio del juicio oral.
DÉCIMO: Que, en relación con los hechos acreditados. El tribunal
ponderando con libertad los elementos de prueba producidos e incorporados en la
audiencia del juicio oral por los intervinientes, pero sin apartarse de la lógica, de las
máximas de la experiencia, ni de los conocimientos científicamente afianzados, ha
adquirido, más allá de toda duda razonable, convicción acerca de la ocurrencia de
los siguientes sucesos: Que, el día 7 de junio de 2020 cerca de las 22:07 horas, en
circunstancias de estar rigiendo la prohibición de desplazamiento de los ciudadanos
ordenada como medida sanitaria por resolución N°203 de fecha 24 de marzo de
2020, en la vigencia del estado de catástrofe decretado por Decreto Supremo N°104
del Ministerio del Interior, de fecha 18 de marzo de 2020, que regía por 90 días, en el
contexto de las medidas sanitarias adoptadas en el estado de excepción
constitucional para controlar la pandemia del virus Covid-19, ya pasado el horario en
el cual tenía la obligación de aislamiento nocturno, sin contar con permiso o
salvoconducto que lo habilitara, ROLANDO ALEXANDER CEA RAMOS, condujo el
vehículo móvil, camioneta placa patente CHYT. 35-7, por la Ruta V 505, de sur a
norte, y al llegar al cruce La Vara, de la ciudad de Puerto Montt, en la proximidad de
un control en la pista Puerto Montt Alerce por parte de funcionarios del Ejército, el
cual se encontraba debidamente señalizado conforme a señalética vial con chalecos
reflectantes de seguridad, lo evadió a gran velocidad, y sin disminuirla, cambiándose
de pista, por la cual circuló a velocidad no permitida, contra el sentido del tránsito,
encontrándose en tales circunstancias con un grupo de efectivos del Ejército en el
perímetro, impactando al soldado conscripto Hugo Jonathan Muñoz Sotomayor,
quien se encontraba cumpliendo funciones en el respectivo control vehicular norte a
sur, a la altura de la pasarela peatonal del lugar. A causa de este impacto, la víctima
fue eyectada alrededor de 30 metros de donde se encontraba, falleciendo en el lugar
por politraumatismo.
UNDÉCIMO: Calificación jurídica y participación. Que los hechos
relacionados en el motivo precedente resultan constitutivos de un delito consumado
de homicidio simple, previsto y sancionado en el artículo 391 N°2, del Código Penal,
en menoscabo de Hugo Jonathan Muñoz Sotomayor, perpetrado el 7 de junio de
2020 en la comuna de Puerto Montt, correspondiéndole a CEA RAMOS,
participación en calidad de autor del hecho punible anteriormente descrito, toda vez
que ha intervenido en su ejecución de una manera inmediata y directa en la forma
que describe el artículo 15 Nº1 del mismo cuerpo legal.

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Valoración de la prueba.
DUODÉCIMO: Que, a las conclusiones fácticas anunciadas en el
considerando anterior se ha arribado de la confrontación de la prueba documental,
testimonial, pericial, y los otros medios de prueba, los cuales son concordantes en
relación al particular y han producido la reconstrucción completa, precisa y
circunstanciada de estos hechos, que como se indicara en lo precedente, cumplen
los requisitos para tipificarlos como un ilícito de homicidio simple, ejecutado de un
modo inmediato y directo por el acusado CEA RAMOS, cuyo iter criminis fue el de
consumado.
Que, en la especie los elementos de juicio incorporados por las
acusadoras fiscal y querellantes adheridas para dichos efectos, descansan
principalmente sobre el testimonio de los testigos presenciales y peritos, conforme
relatos que pueden oírse en el registro del juicio, -audio- según detalles relevantes
sucesivos.
En primer término, se pudo determinar que el día de los hechos, esto
es, el 7 de junio de 2020, con posterioridad a las 22:00 horas, regía la prohibición de
desplazamiento de los ciudadanos conforme al denominado toque de queda,
ordenado como medida sanitaria por resolución N° 203 de fecha 24 de Marzo de
2020, en la vigencia del estado de catástrofe decretado por Decreto Supremo N° 104
del Ministerio del Interior, de fecha 18 de Marzo de 2020, que regía por 90 días, en el
contexto de las medidas sanitarias adoptadas en el estado de excepción
constitucional para controlar la pandemia del virus Covid-19.
Lo anterior se tuvo por acreditado con la prueba documental rendida
consistente en copia del decreto 104 de fecha 18 de marzo, instrumento público por
el que se decretó Estado de excepción Constitucional de Catástrofe por Calamidad
Pública, por propagación del virus Covid-19, por el plazo de 90 días.
Asimismo, con la incorporación de las copias de resolución exenta N°
202 del Ministerio de Salud, de fecha 22 de marzo de 2020; y resolución exenta N°
203 del Ministerio de Salud, de fecha 24 marzo de 2020, instrumentos públicos que
evidencian la prohibición establecida para todos los habitantes de la República de
salir a la vía pública entre las 22:00 y 05:00 horas, como medida de aislamiento.
Medida que debía ser ejecutada de acuerdo a las instrucciones de los jefes de la
Defensa Nacional de las distintas regiones. Disposición que conforme los decretos
analizados, entró en vigor desde las 22:00 horas del 22 de marzo de 2020, y por un
plazo indefinido, hasta que las condiciones epidemiológicas permitan su suspensión.
Asimismo, sobre el hecho que motiva el presente juicio, la acusadora
incorporó el testimonio de NELSON DEL TRÁNSITO GALLARDO TORRES, Cabo 2°
del Ejército de Chile, quien señaló, en lo pertinente, que en junio de 2020 y en la
actualidad cumple funciones en el Regimiento Sangra, que conoció a Hugo

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Sotomayor porque era soldado conscripto del regimiento, quien estaba realizando su
servicio militar.
Indicó que la noche que falleció Hugo Muñoz, ellos debían hacer
“check point” en el sector de La Vara, esto es, debían a hacer control del
salvoconducto después del toque de queda, el que partía a las 10:00 de la noche.
Adujo que la agrupación estaba compuesta por 10 personas y a cargo
del teniente Rosales, que se dividieron en dos equipos, que por cada equipo había
uno que detenía los vehículos, otro que grababa, y otro que hacía el control a
vehículos o peatones, pues no era un control de tránsito, era un control general.
Afirmó que en un equipo estaba el teniente Rosales, el soldado de
tropa Carrillo y otro soldado conscripto que era también de apellido Muñoz. Y en el
otro equipo estaba él, el soldado conscripto Báez y el soldado conscripto Muñoz
Sotomayor, los que estaban a su cargo.
Expuso que llegaron al sector de La Vara en dos camiones Mercedes
Benz 1017, que son camiones grandes, y esperaron que sean las 10:00 para
empezar a armar el “check point”.
Expresó que estaban colocando los conos, porque su equipo iba a
hacer el control de los vehículos que venían de Puerto Varas a Alerce, mientras que
el equipo del teniente iba hacer control de los vehículos que iban desde Puerto Montt
hacia Alerce.
Narró que a las 10:05 o 10:07, estaba hablando con los dos soldados,
el viento botó un tambor, y el soldado conscripto Muñoz Sotomayor lo fue a recoger,
estaba acomodando el tambor, y en eso vio que venía un vehículo en dirección
Puerto Montt hacia Alerce, a exceso de velocidad, muy rápido, y se cambia de pista
evadiendo los conos y el control que tenía el teniente (Puerto Montt hacia Alerce), y
no les dio tiempo de reaccionar. Señaló que le gritó al soldado como dos o tres
veces, “cuidado Muñoz” y no le dio tiempo de agarrarlo y tirarlo, porque estaba como
a dos metros, y éste (Muñoz Sotomayor) lo único que hizo fue darse vuelta con el
tambor en la mano y el vehículo lo impactó de frente.
Relató que toda la patrulla andaba con casco balístico, chaleco
reflectante y chaleco antibalas con placa.
Añadió que el tambor mide como 1 metro de alto y de ancho 50
centímetros, aproximadamente, es de color naranjo, con reflectantes. Argumentó que
los tres tambores que estaban en el otro sector donde estaba el teniente Rosales
eran similares al que tenía Muñoz Sotomayor.
Describió que el vehículo con la velocidad que llevaba se detuvo a
unos 80 o 100 metros, después del atropello.
Profirió que luego que impactó al soldado, todos salieron corriendo a
buscarlo, que él llegó primero porque estaba más cerca, lo encontró y le revisó el

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pulso, mientras el soldado de tropa Carrillo y el cabo Sepúlveda fueron a buscar al
joven que atropelló lo atropelló, y lo trajeron, ahí prendieron las cámaras, porque no
nos les dio tiempo de grabar, y comenzaron a grabar una vez que ya lo había
impactado.
Detalló que con el impacto salió volando el soldado y chocó con un
letrero.
Manifestó que antes de salir le hicieron inducción de control vehicular
y de peatones, y tenían harto cuidado porque cuando recién empezó la pandemia
varias veces les tiraron el vehículo encima.
Explicó que ese día su grupo iba a hacer el control de los vehículos
que venían desde Alerce hacia Puerto Montt, y nunca pensaron podía venir un
vehículo de Puerto Montt hacia Alerce, que iba a evadir el control que tenía el
teniente Rosales.
Detalló que habían hecho controles desde antes que empezara la
pandemia, incluso desde que empezó el estallido social andaban patrullando.
Dijo que ese día antes del vehículo que atropelló al soldado Muñoz
habían pasado 4 o 5 vehículos según recuerda, que siempre registraban los
vehículos, pero ese día el capitán Orellana, que era el encargado de la patrulla les
dijo que a partir de las 10:15 empiecen a tomar al personal retenido para que
llamaran a carabineros y adoptaran el procedimiento y se los llevaran, es decir, iban
a dar un margen de 15 minutos, por eso el teniente no anotó a nadie.
Reveló que los vehículos que pasaron antes, que venían desde
Puerto Montt hacia Alerce se detuvieron dónde estaban los conos.
Expresó que en el lugar había alumbrado público, que las condiciones
climáticas dificultaban un poco la visibilidad, pues estaba lloviznando, pero había
visibilidad para que un vehículo se detenga.
Aportó que estima que el acusado no lo hizo con la intención de
atropellarlo, pero si con la velocidad que traía no le dio tiempo de reaccionar ni
siquiera frenó, y si hubiese frenado el soldado no hubiese fallecido, por los
elementos de protección que tenía.
Refirió que el teniente Rosales decidió hacer los dos “check point”, y
decidió poner uno de ellos bajo el semáforo, y el otro control casi enfrentado la salida
de la gente que viene de La Vara, que esa era la primera vez que hacían un control
en ese lugar, ya que casi siempre hacían controles en el sector de la línea.
Narró que la inducción no la realizó Carabineros, que no pusieron
señal o cartel anunciando que había control más adelante, pero siempre hacían
señales de linterna y tienen tambores y chalecos reflectantes, los que se veían a
buena distancia, que los tambores estaban puestos bajo el semáforo en línea.
Señaló que no portaban guantes reflectantes y que el Sr. Muñoz no

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andaba con linterna, los que siempre andaban con linterna era el personal de planta,
no los conscriptos, que los cascos no tenían reflectantes, y las ropas eran de
camuflaje de color verde.
En igual sentido declaró don MAURICIO SEBASTIAN ROSALES
TORRES, subteniente del Ejército de Chile, el que expuso que en junio del año 2020
cumplía funciones de comandante de patrulla en el Ejército, realizando controles,
fiscalizaciones del toque de queda desde las 10:00 de la noche hasta las 05:00 de la
mañana, o lo que diga el escalón superior.
Señaló que ese día 7 de junio les tocó estar en el cruce La Vara, que
después de las 10:00 de la noche, establecieron su control o “check point”.
Adujo que la patrulla estaba conformada por 10 hombres, dividiéndose
en dos equipos de 5 personas, controlando por un lado él a los que iban desde el
sur, y el equipo del cabo segundo Gallardo realizaba el control a los que venían del
norte, y en ese grupo estaba el soldado Muñoz Sotomayor.
Relató que la patrulla contaba con un camión ejército al cual se le
colocaba una baliza, y también contaban con medidas para establecer un “check
point” que eran básicamente conos, de varios tamaños, pequeños y grandes,
también los New Jersey o pincha llantas, y cada integrante de la patrulla contaba con
su casco, su chaleco balístico, y demás todos andaban con chaleco reflectante.
Añadió que había una cartilla de instrucción para este tipo de
patrullajes, que daba el Regimiento Sangra donde se establecían los parámetros.
Manifestó que recibieron instrucciones para realizar controles y cada
uno andaba con una cartilla de uso de la fuerza, para complementar la instrucción.
Describió que para que los conductores adviertan el control se
ubicaron en un lugar con buena iluminación, y al camión además de tener la
iluminación propia de todo vehículo se le puso la baliza correspondiente, y cada
elemento de fiscalización tiene unas cintas reflectantes, y a su vez estaban debajo
del cruce donde estaban los semáforos, aparte de contar con linternas.
En cuanto al atropello aportó que todo fue muy rápido, que esto fue
alrededor de la 22:05 o 22:07 horas, y como él estaba controlando los vehículos que
venían desde el sur, es decir, desde Puerto Montt hacia Puerto Varas, se percató de
una camioneta que venía a unos 400 metros, a gran velocidad, que se cambia de
pista, a la pista contraria. Indicó que había un soldado de tropa que se encontraba a
su lado, al que le alcanza a decir “cuidado” y éste se corre hacia él.
Detalló que la camioneta al momento de cambiarse de pista se va por
la pista contraria, y sigue avanzando e impacta al soldado Muñoz.
Narró que él se dirigió a ver al soldado mientras el vehículo siguió
avanzando por la vía, cree que el conductor no quiso detenerse, porque siguió
avanzando, si no se hubiese detenido altiro. Describió que el soldado conscripto

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falleció en el lugar, que lo vio con sangre, que trató de tomarle el pulso, pero no
tenía.
Adujo que no era frecuente que se evadieran controles, que este fue
el primer caso en que se evadió el control, que se controlaron vehículos
anteriormente, se detuvieron vehículos, estos fueron fiscalizados y se les dio el paso,
porque tenían un margen para darle la facilidad de que se vayan a su casa, porque
eran recién las 10:00 de la noche, y había mucha gente que venía del trabajo.
Expuso que el patrullaje del día 7 de junio fue en la división entre
Alerce y La Vara, y apostar el “check point” en el cruce La Vara lo decidía el
escalafón superior, que a él le indicaban el lugar específico y las horas, pero eso lo
determinaba el comandante del regimiento.
Refirió que se avisó a carabineros que iban realizar controles esa
noche en ese lugar, que fue él quien dio el avisó momentos antes de apostarse en el
cruce La Vara.
Añadió que él decidió efectuar los “check point” separados, porque es
muy grande la avenida.
Pormenorizó que no se puso señalización previa advirtiendo que se
estaba efectuando el control, pues no estaban esos medios.
Agregó que toda la patrulla portaba linterna esa noche, según
recuerda, pero lo principal era el chaleco reflectante el casco, y el chaleco balístico
porta placa.
Respondió que el casco no tenía elementos reflectantes y no portaban
guantes reflectantes.
En plena concordancia con lo que se viene señalando, encontramos la
declaración de don FELIPE ALBERTO CARRILLO CATALAN, soldado de tropa del
Ejército de Chile, quien refirió que en el mes de junio cuando pasó esto, sus
funciones consistían en fiscalizar vehículos, controlar a la gente que no ande más
allá de las 12:00, siempre al mando del más antiguo que era el teniente Rosales.
Reseñó que conoció al soldado Muñoz, que patrullaba con él todos los
días, que desde que partió estuvo con el soldado siempre acompañándose.
Profirió que se encontraba en medio de la calle, y a su costado estaba
el teniente Rosales, estaban armando el “check point”, tenían los conos, no
pensaban que pudiera pasar lo que ocurrió.
Declaró que los otros estaban en el costado de la ruta esperando que
pasen los vehículos de Alerce a Puerto Montt, que la camioneta iba contra el
tránsito, pues los vehículos tienen su pista de recorrido, y no tendrían por qué
pasarse a la pista del lado, que a él (Muñoz Sotomayor) lo atropelló contra el
tránsito.
Manifestó que el soldado Muñoz estaba armando el control al otro

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lado de la pista, de los vehículos que transitaban de Alerce a Puerto Montt, estaba
poniendo los conos al medio para comenzar la fiscalización.
Señaló que estaba de espalda, no estaba atento, puesto que no
pensaba que iba a venir un vehículo contra el tránsito, él estaba mirando la pista
donde estaba armando el control, y en el último momento gira con el cono, y lo
impacta la camioneta.
Expuso que solo vio el impacto, siguió la camioneta con la vista y con
el choque saltó el soldadito (sic), y no se vio más. La camioneta siguió su recorrido
unos 10 a 25 metros ahí paró, y fue donde él, lo bajó de la camioneta, para hacer el
procedimiento correspondiente que es detenerlo, él estaba abajo cuando llegó y lo
llevaron para que no intente hacer otra cosa, a la espera de carabineros.
Detalló que le dijeron que él hizo un gesto o un movimiento a la
camioneta, una silueta o algo, pero no recuerda, vio la camioneta que venía por la
pista donde estaba él y de pronto toma la otra pista y acelera, que estima que la
velocidad a la que venía era unos 90 o 100 km/h.
Dijo que llegaron al lugar en un camión militar verde, estaban vestidos
con un chaleco porta placa, ropa mimetizada, guantes, fusil y casco.
Señaló que era primera vez que ellos efectuaban el control en el
Cruce La Vara, y que no había señales o carteles indicando el control, para los autos
que iban desde Puerto Montt en dirección a La Vara.
Articuló que cuando viene este vehículo estaban recién instalando el
control, y que se ubicaron bajo el semáforo, que no portaba guantes y no recuerda si
el casco era reflectante, que el oficial a cargo siempre portaba linterna.
Profirió que el teniente Rosales decidió la forma de poner los
controles, por vías distintas, porque había una salida desde La Vara hacia Puerto
Montt o Alerce.
Indicó que el “check point” del conscripto Muñoz estaba ubicado en el
sector del paso peatonal.
Sustentó lo que se viene detallando lo declarado en estrados por el
testigo DANIEL ELIAS SEPULVEDA NAVARRETE, cabo segundo del Ejército de
Chile, el que articuló que en junio de 2020 se desempeñaba como patrulla de
Ejército en controles de toque de queda y sanitarios durante el día.
Arguyó que el día en que fallece el soldado Muñoz Sotomayor se
desempeñaba como conductor de uno de los dos camiones de la patrulla.
Añadió que el camión que conducía era un camión Mercedes Benz
1017, de mimetismo zona sur de color verde, que como implemento siempre
utilizaban una baliza que conectaba a la batería cuando el camión estaba detenido y
se estaba realizando el control, y la desconectaba una vez que se levantaba el
control.

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Señaló que ese día se estacionó en el lugar donde ocurrieron los
hechos, faltando 10 minutos para las 10:00 (PM). Explicó que cuando andaban en
procedimiento siempre había uno de los dos camiones que quedaba con la baliza el
que ubicaban a orilla de camino, que en este caso fue su camión, por lo que se
estacionó en una entrada de paradero que está a un costado de la calzada, ahí puso
los intermitentes e instaló la baliza.
Relató que mientras se encontraba en el puesto del conductor
mirando hacia el sur, hacia Puerto Montt, ya que como conductor no tenía la
obligación de bajar a controlar, pero siempre cooperaba. En ese momento entre las
10:05 o 10:10 de la noche, en el momento en que quiere bajar, mira hacia el sur
antes de abrir la puerta, y de repente vio que venía una camioneta, la que identificó
como una Nissan roja, y se pasa a la calzada del lado, contra el tránsito, venía
demasiado rápido, no tuvo oportunidad de bajar para detenerla, y una vez que pasó
al lado del camión escuchó un golpe fuerte. Bajó del camión y escuchó al teniente
que decía “graben, graben”, miró hacia el norte en dirección hacia Alerce y vio que la
camioneta un poco más allá perdió el control, porque se le levantó el capó y quedó
estacionada, o se detuvo cerca de una barrera.
Añadió que no se percató que el hombre atropelló el soldado, y solo
pensó que infringió el control y se fue a retenerlo, fue hacia donde estaba el
vehículo, y cuando llega al vehículo el soldado de tropa profesional Carrillo ya le
había pedido al sujeto que bajara del auto. Expresó que el hombre estaba en schock
y ahí lo escolta a la patrulla y cuando lo va escoltando, se dio cuenta de que había
atropellado al soldado, ordena a los soldados de tropa profesionales Sepúlveda y
Carrillo que le brinden seguridad al ciudadano para que no haya un intento de
arrancar y se dirigió a ver al soldado Muñoz, le tomó el pulso, pero se percató que el
soldado estaba inconsciente, y el teniente estaba hablando con el Capitán.
Detalló que llamó a bomberos y ellos empiezan a brindarle primeros
auxilios al soldado que estaba atropellado, luego entre 5 y 8 minutos después de
bomberos llegó la ambulancia y el paramédico también le brindó primeros auxilios al
soldado.
Recalcó que había dos puntos de control, uno que iba a controlar
autos que venían del norte hacia el sur, de Alerce a Puerto Montt, y el otro del sur
hacia el norte, donde estaba el teniente. Que siempre los puntos de control se
demarcaban con conos y el personal portaba encima de su equipamiento un chaleco
reflectante.
Profirió que en el momento en que el teniente levanta su mano y
detiene el primer auto, vio que se detuvieron 5 o 6 vehículos en el fuljo desde Puerto
Montt, que reconocieron el control.

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Narró que todos los de la patrulla llevaban la tenida de mimetismo
zona sur, un chaleco balístico con un casco y encima del chaleco balístico todos
usaban como obligación un chaleco reflectante, lo que era controlado siempre por el
comandante de patrulla.
Reseñó que ese día estaba de noche eran las 22:00 horas cuando
llegaron a La Vara, era un día oscuro porque llovió, pero donde estaban controlando
existía la luminosidad de un cruce que tiene semáforos. Relató que al momento de la
ocurrencia de los hechos no estaba lloviendo, y que los tambores, son conos
grandes de color naranjo con una franja blanca holográfica.
Refuerza lo que se viene analizando, el testimonio de don CLAUDIO
GALLARDO CORDONES, Capitán del Ejército de Chile, quien expuso, que tomó
conocimiento de los hechos materia del juicio, mientras se encontraba en la unidad,
y posteriormente fue designado como fiscal de la investigación sumaria
administrativa, que eran dos, una para buscar responsables de la institución y la otra
investigación para determinar si el fallecimiento del soldado había sido en acto de
servicio, logrando determinar que fue en acto de servicio porque él se encontraba
haciendo un patrullaje.
Señaló que para determinar si había culpables dentro de la institución
tomó declaraciones, verificó que esté toda la documentación correspondiente a los
patrullajes, comprobó si la patrulla que había salido escoltada tenía la instrucción
correspondiente para ejecutar los “check point”.
Articuló que tomó declaraciones a la patrulla y revisó la
documentación que salía del puesto de mando hacia la unidad, documentación
interna del puesto de mando.
Expresó que revisó la hoja de vida y las capacitaciones del soldado, y
arribó a las conclusiones de que no había ninguna persona responsable del Ejército,
esto en base a la instrucción que recibieron de parte del mando, es decir, que se
haya hecho lo que se había ordenado y que los protocolos se hayan ejecutado el día
de los hechos, determinando que ese día todos se encontraban con chalecos
reflectantes y los conos que correspondían.
Adujo que sabía que ese día había lluvia y eso afectaba un poco la
visibilidad.
Manifestó que no hay constancia que se le hayan entregado linternas
o guantes reflectores.
Agregó que el teniente Rosales en la investigación para determinar si
el atropello ocurrió en acto de servicio, dice en su declaración que cuando ocurre el
atropello el conscripto Muñoz estaba acomodando un cono.
Así las cosas, a juicio de estos juzgadores los relatos de los testigos
de cargo resultan veraces por ser coherentes, lógicos y no presentar

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contradicciones, dando razón de sus dichos, contando detalladamente lo que
presenciaron el día de los hechos en el caso de los deponentes Gallardo Torres;
Rosales Torres; Carrillo Catalán: y Sepúlveda Navarrete, encontrándose éstos en el
grupo de efectivos del Ejército junto al soldado Muñoz Sotomayor, que ese día 7 de
junio de 2020 efectuaban un control vehicular con ocasión de la limitación de
desplazamiento que regía con posterioridad a las 22:00 horas, como se señaló
precedentemente, resultando creíbles sus testimonios por ser concordantes entre sí
y por tratarse de testigos presenciales de los acontecimientos.
Sus declaraciones igualmente se estiman concordantes con lo
reseñado por el capitán Gallardo Cordones, quien dio cuenta pormenorizadamente
del conocimiento cabal que tiene de los hechos, toda vez que le correspondió
conocer de dos investigaciones sumarias efectuadas a raíz de estos mismos
acontecimientos, resultando igualmente creíble lo relatado por aquel.
De los testimonios antes descritos se puede arribar a la convicción de
que el hecho que motiva el presente juicio ocurrió el día 7 de junio de 2020,
aproximadamente a las 22:07 horas, mientras la víctima Hugo Jonathan Muñoz
Sotomayor ejercía labores de control vehicular norte a sur a la altura de una pasarela
peatonal ubicada en el Cruce La Vara, en su calidad de soldado conscripto del
Ejército de Chile, con ocasión del toque de queda que regía a esa hora.
Por su parte también se puede determinar que a la hora antes
indicada Rolando Alexander Cea Ramos circulaba en su camioneta de sur a norte,
por la ruta V-505, y en la proximidad de un control en la pista Puerto Montt Alerce,
por parte de funcionarios del Ejército, el que se encontraba señalizado con conos
tipo tambores reflectantes y portando chalecos reflectantes los funcionarios
encargados del control, lo evadió a gran velocidad, y sin disminuirla, se cambió de
pista, circulando contra el sentido del tránsito, encontrándose en tales circunstancias
con un grupo de efectivos del Ejército en el perímetro, impactando al soldado
conscripto Hugo Jonathan Muñoz Sotomayor, eyectándolo varios metros de donde
se encontraba, falleciendo en el lugar.
DÉCIMO TERCERO: Hecho del fallecimiento del ofendido y de la
causa de muerte y su individualización. Se pudo establecer con los mismos
testimonios anotados anteriormente, ya que según refirieron los testigos, el ofendido
fue atropellado por el móvil que era conducido por el acusado y proyectado por el
aire hasta detenerse al impactar con una señalética de tránsito existente en la vía
pública, resultando fallecido en el lugar.
Esto además se vio reforzado con la exposición del médico legista
GERMAN QUAPPE DE LA MAZA, quien detalló, en resumen, que el día 8 de junio
del año 2020, realizó en el Servicio Médico Legal de Puerto Montt, la autopsia a un
cadáver de sexo masculino identificado como Hugo Jonathan Muñoz Sotomayor, de

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19 años de edad, remitido por carabineros, con el antecedente de atropello en el
sector La Vara.
Adujo que practicó la autopsia de acuerdo al protocolo de trabajo
tanatológico en tiempo de emergencia sanitaria de Covid. Que el cuerpo ingresó
vestido con uniforme militar el que se encontraba húmedo, con algunos cortes y
algunos desgarros, sobrepuesto traía un chaleco reflectante con desgarro en el
hombro izquierdo.
Señaló que al examen externo destacaban livideces escasas
desplazables en plano posterior del cuerpo, conjuntivas pálidas, electrodos de
monitorización cardiaca y punturas en sitios habituales.
Articuló que las lesiones eran una placa apergaminada en la hemi
cara izquierda con desgarros en la cien ciliar, palpebral y en el mentón, también
presentaba una equimosis violácea en la región infra clavicular izquierda, equimosis
violácea en el flanco izquierdo, en el muslo derecho y en la rodilla derecha,
escoriaciones en dorso de ambas manos una placa apergaminada erosiva en la
rodilla izquierda con luxo fractura de la rodilla.
Adujo que al abrir la cavidad abdominal constató hemi peritoneo, un
extenso sangramiento en la cavidad abdominal, con desgarros viscerales en el vaso,
en el riñón izquierdo, y desgarros mesentéricos que exponían el retro peritoneo.
Describió que el examen de alcoholemia resultó 0,0 gramos por mil, el
estudio toxicológico negativo para medicamentos y drogas de abuso, concluyendo
causa de muerte el politraumatismo, lesiones recientes, vitales, necesariamente
mortales compatible con atropello, y con signos de haber recibido asistencia médica.
Que las lesiones se concentran en el lado izquierdo del cuerpo.
Estiman estos sentenciadores que la declaración de este perito dio
cuenta de un procedimiento pericial sin objeciones y que no fue cuestionado siquiera
por la defensa, respecto de la causa de muerte de Hugo Jonathan Muñoz
Sotomayor, ajustado a la Lex Artis, el profesional dio cuenta de un proceso científico
que detalló con precisión, razón por la cual no se duda de las conclusiones que se
explicaron en juicio. En dichas explicaciones se destaca la causa de muerte por
politraumatismo, que incluye lesiones osteomusculares, detallando que en este caso
se constató una luxo fractura en la rodilla izquierda, y también lesiones viscerales,
desgarros viscerales en el abdomen de bazo y del riñón izquierdo y también
desgarros del mesenterio, lo constituye un politraumatismo esquelético y visceral
compatible con atropello, independientemente de las lesiones que pudiera haber
presentado en cabeza y en tórax, lo cuales no fueron explorados por el protocolo de
emergencia sanitaria y Covid.
Esta causa de muerte se plasma, además, con el certificado de
defunción de Hugo Jonathan Muñoz Sotomayor, que indica que murió producto de

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politraumatismo/ atropello, consignando como fecha de defunción el 7 de junio de
2020, instrumento público que refleja el hecho del fallecimiento como también la
causa, que ha sido explicada por el perito, y, por ende, resulta ser un hecho
irrefutable.
DÉCIMO CUARTO: Dinámica y Causa del atropello. Sobre el punto, el
perito SEBASTIAN JORGE MUÑOZ TOLEDO, Capitán de Carabineros de la SIAT,
indicó que este fue un accidente de tránsito del tipo atropello, en el que falleció una
persona, el cual ocurre en la calzada de la Ruta V-505, entre los 7 y los 9 metros al
norponiente de la ruta V-629, el día 7 de junio de 2020, aproximadamente a las
22:06 horas.
Adujo que se constituyeron a las 00:00 horas en el lugar a
requerimiento de la fiscalía de Puerto Montt, las condiciones en el lugar del
accidente eran de cielo cubierto, normal, de noche, con luminosidad artificial, la
calzada se encontraba mojada en buen estado, sin ningún elemento ajeno a ella ya
sea líquido, viscoso o físico que haya generado una desviación del desplazamiento
del móvil 1, (camioneta patente CHYT-35).
Refirió que la visual se determinó para el participante 1, es decir,
Rolando Cea Ramos, como buena; y para el participante 2, es decir, Hugo Muñoz
Sotomayor, quien falleció, como no determinada, en base a que no se pudo
determinar qué posición tenía él con respecto al vehículo que lo atropelló. Señaló
que el primero conducía una camioneta patente CHYT-35.
Manifestó que se estableció como dinámica, que el participante 1
conducía el móvil por la segunda pista de circulación de la ruta V-505, en dirección al
norponiente a una velocidad calculada entre los 90 y los 110 kilómetros por hora,
mientras que el participante 2 se mantenía en la calzada en un área existente entre
un paso peatonal y una zona achurada de un área de convergencia por la
convección de tres a dos pistas. En esas circunstancias el participante 1 debido a
que conducía a exceso de velocidad en una zona restringida a 30 km/h motivado por
el huir del control del personal de ejército, efectúa una maniobra evasiva hacia la
izquierda, traspasando el eje de calzada hacia la presencia y proximidad del
participante 2, atropellándolo, aduciendo que esta también es la causa del accidente.
Manifestó que posteriormente el móvil continúa desplazándose,
chocando por proyección en una barrera New Jersey de cemento, con el vértice
anterior izquierdo, es decir, con el tapabarro y rueda anterior izquierda y luego
continua un poco más adelante y se detiene en una señal informativa.
Expresó que en lo que respecta al participante 2, éste cae en proceso
de arrastre sobre la barrera New Jersey, y posteriormente impacta en una señal
vertical, señal informativa “La Vara”, hasta detenerse. Que, la zona donde fue
atropello se determinó como zona A de atropello, y la zona donde impactó el

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vehículo y también impacta el participante 2 con la señalización se estableció como
zona B de impacto.
Explicó que los fundamentos para establecer esta zona fueron el eje
de trayectoria mantenido por el vehículo, antes, durante y después del accidente
investigado, la proyección y localización de los restos de mica, plástico y pintura del
móvil 1, la proyección de unos restos retro reflectantes de un tambor que mantenía
el participante 2, los daños que tenía la barrera New Jersey donde impacta el
vehículo, los daños que mantenía la señalización informativa donde impacta el
participante 2 y unos restos de líquido de color café rojizo de aspecto sanguinolento
atribuible a la anatomía del participante 2, también las dimensiones de la vía en
relación al diseño del vehículo, la localización de los daños del vehículo dentro de su
respectiva estructura, que en su gran mayoría estaban concentrados en su parte
frontal, el parabrisa y los que tiene en el lateral izquierdo producto del impacto con
barrera New Jersey, además de ello las declaraciones de los testigos del hecho y el
participante 1.
Reseñó que la fundamentación de dinámica y la causa basal del
informe se fundan primero en el contexto de la situación que se estaba viviendo,
recordando que nos encontrábamos en un estado de excepción constitucional
decretado por el presidente de la República, mediante el Decreto Supremo 104, el
cual nombra además los jefes de la Defensa Nacional para las distintas regiones del
país, decreto que tenía una vigencia de 90 días.
Producto de ello nombra en la región de Los Lagos como jefe de la
defensa al General Cristian Eguía de la Fuerza Aérea, a quien le entrega las
facultades contenidas en Decreto Supremo 104 para poder mantener el orden,
conforme al estado de catástrofe que se vivía por la pandemia del COVID 2019, a su
vez el General Eguía emite las resoluciones 2, 8 y 37 mediante las cuales fija los
horarios de toque de queda entre las 22:00 y las 05:00 horas, nombra a los
coordinadores de seguridad en las distintas partes de la región, dentro de los cuales
nombra al comandante del Regimiento Sangra, Sr. Lizama Pieper, asignándole
dentro de sus áreas de jurisdicción los sectores de La Vara y Alerce, quien a su vez
el día 7 de junio emite la resolución reservada 3550 donde establece que se debe
efectuar el control conforme el estado de excepción constitucional , y determina el
personal que va a los distintos sectores, dentro de los cuales se encuentra el
participante 2, que en esos momentos se encontraba como soldado conscripto del
Regimiento Sangra, por lo cual le tocó realizar labores en cuanto a la restricción de
libertad del libre tránsito, esto es, el normal desplazamiento de las personas
restringido entre las 22:00 y las 05:00 horas.
Profirió que además, se estableció la dinámica en base a la
localización de las zonas ya mencionadas; las condiciones existentes en el terreno

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referidas; y las declaraciones de los testigos: el subteniente Mauricio Rosales Torres,
el soldado Carrillo Catalán quienes estaban en el costado suroriente del cruce,
Nelson Gallardo Torres quien se encontraba al lado del participante 2, al costado
norponiente del cruce de la Ruta V-629 con la Ruta V-505, declaración de Martín
Báez Soto y del participante 1.
Explicó que también está el análisis de los videos que se levantaron
en el sitio del suceso y desde la central de cámaras de la Municipalidad de Puerto
Montt.
Detalló que son dos videos de la central cámaras de la Municipalidad
de Puerto Montt y que en ambos se muestra el paso de este vehículo, dentro del
cual en el video más extenso se puede apreciar el preludio del accidente, en el
sentido de la llegada del personal militar, donde se ve que todos van con chaleco
retro reflectante, lo que es visible a la cámara de video considerando que esta no
tiene una luz de apoyo, aun así capta los elementos que llevan, que son los
tambores retro reflectantes y también conos retro reflectantes que se instalan en el
sitio del suceso.
Describe que en la cámara se visualiza que primero se enfoca hacia el
costado donde está el subteniente con el soldado Carrillo Catalán, no apreciándose
el costado donde estaba el participante 2, se ve que una vez que instalan los conos,
empiezan a aparecer vehículos desde la localidad de Puerto Montt, quienes ya a una
distancia bastante considerable se empiezan a percatar de la presencia de estas
personas y adoptan una actitud de reducción de velocidad, refirió que son 4
vehículos que llegan y que empiezan a reducir su velocidad.
Añadió que a las 22:06 se muestra el paso del participante 1, quien se
logra apreciar que se desplaza por el costado izquierdo de la calzada, sin reducir
velocidad y sin realizar ninguna maniobra tendiente a aquello, tampoco a desviarse
hacia la derecha. Después de esto se desvía la cámara hacia el costado izquierdo,
una vez que pasa el vehículo y los soldados que estaban con el subteniente Mauricio
Rosales Torres van corriendo hacia el lugar, hacia donde se desplazó la camioneta,
donde con posterioridad se puede apreciar que se encuentra el soldado Hugo Muñoz
Sotomayor en la señal vertical informativa que dice “La Vara”, se encuentra apoyado
en esta, con su cabeza en el poste derecho y el tercio inferior de su anatomía en el
poste izquierdo, pues es una señal vertical constituida de dos postes.
Narró que se levantaron videos de la Automotora Lazo que se
encuentra más al sur oriente, siendo uno de ellos utilizado para análisis, en el cual
se aprecia el paso del vehículo, muy rápido sin demostrar actitud de disminuir su
velocidad o detenerse, además se ven también otros cuatro vehículos que pasan
antes, los cuales si se aprecia que van disminuyendo su velocidad, incluso hay un
bus dentro del recinto y en el reflejo de sus vidrios se aprecia que estos vehículos

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encienden su tercera luz de freno cuando pasan por el lugar.
Manifestó que la velocidad se determinó en base a diligencia de
medición del espacio que graba la cámara de la Automotora Lazo, diligencia que
realizó el suboficial mayor Jorge Luarte y el Sargento Marcelo Díaz, estableciendo
que era una distancia de recorrido 49,5 metros y se hizo un conteo de fotogramas
para establecer cuánto es el tiempo que se demoró el vehículo en recorrer dicha
distancia, determinándose que el vehículo recorrió esa distancia en 1.86 segundos,
lo que arrojó 41 fotogramas por segundo, concluyendo que la velocidad en esa parte
era de 95,8 km por hora.
Explicó que luego con la cámara de la central cámaras de la
Municipalidad de Puerto Montt se hizo una medición en la línea de eje de calzada,
que está muy próxima a donde estaba el subteniente Rosales, con el soldado
conscripto, teniendo dicha línea una prolongación de 21,9 metros, por tanto, desde el
momento en que la camioneta se posiciona al inicio de la línea hasta el final se hizo
un conteo de tiempo por cálculo de fotogramas, pudiendo establecer que en ese
tramo demoró en recorrer 0,73 segundos, estableciendo la velocidad para aquel
tramo en 108 kilómetros por hora.
Señaló que posteriormente se hizo un cálculo de velocidad mediante
la aplicación del método “Searle” que consiste en considerar la distancia de
proyección de un cuerpo cuando es atropellado frontalmente y de forma envolvente
con la parte frontal del vehículo, y en esa diligencia se estableció que de la zona de
atropello a la posición final del participante 2 habían 42,7 metros, más el coeficiente
de roce apropiado por el cual se desplazó por la barrera, se determinó la velocidad
en 93 kilómetros por hora, ello considerando que el participante 2 es detenido por
esta señal vertical, por tanto, la velocidad podría haber sido mucho mayor si hubiese
seguido el libre desplazamiento y se hubiese detenido únicamente por la fricción de
su cuerpo contra la superficie. Añadió que los cálculos fueron hechos por el doctor
en física asesor de la SIAT don Claudio Romero Zúñiga, quien estableció que en
promedió el participante 1 circulaba entre los 90 y los 110 km/h, agregando que
podría haber un margen de error de un 10%.
Expuso que en base a esto se estableció que el participante 1 se
desplazaba a exceso de velocidad, considerando que desde la línea de detención
donde estaba el subteniente Rosales hacia el sur poniente había una señal
restrictiva de velocidad de 30 kilómetros por hora a 351, 52 metros y a 394,11 había
otra señal restrictiva de velocidad de 30 km/h, existiendo dos señales restrictivas de
velocidad, por tanto, la velocidad calculada al participante 1 era muy superior a la
establecida legalmente.
Articuló que se hizo una pericia técnico mecánica elaborada por el
ingeniero Sebastián Barría, pudiendo establecer que el vehículo no presentaba fallas

34
en sus sistemas que hayan sido desencadenantes del accidente, siendo los daños
que presentaba atribuibles a éste.
Reseñó que concurrió al regimiento con la finalidad de analizar el
tambor que fue impactado por el vehículo el cual se encontraba con grandes daños,
calzando con los daños que mantiene en la parte frontal el vehículo.
Relató que, se efectuó una prueba de campo en el sitio del suceso
con condiciones similares y horarios, haciendo un recorrido en el mismo sentido del
móvil colocando el tambor de tránsito en la primera parte donde se encontraba el
subteniente Rosales, y una funcionaria de carabineros con chaleco reflectante, a fin
de determinar si eran perceptibles los soldados, diligencia que estableció que
aproximadamente a unos 80 metros ya era visible la retro reflectancia del tambor y el
chaleco de la cabo.
Refirió que con una fotografía a los 22 metros se pudo establecer con
mayor claridad la presencia de esta persona y del tambor. Prueba que también se
hizo del otro lado donde estaba el soldado, y se pudo apreciar que aproximadamente
a 100 metros era visible esta persona.
Reveló que se estableció que la motivación del participante 1 fue en
base a que no llevaba su salvoconducto y al apreciar la presencia y proximidad del
personal de ejército, efectúa esta maniobra con la finalidad de eludir el control y por
proyección atropella al soldado Hugo Muñoz Sotomayor, y en esa trayectoria pasa
por un área achurada la cual no está destinada al tránsito vehicular, sino que tiene la
finalidad de hacer una especie de embudo a un área convergente cuando se
traspasa de área de más pistas, a menos pistas y en este caso de tres pistas a dos
pistas de circulación.
Explicó que las restricciones de velocidad por el artículo 146 de la ley
de tránsito son establecidas por la autoridad municipal, considerando que este era
un lugar urbano de acuerdo al plano regulador, pero la autoridad lo determinó a 30
km/h, no obstante, que ahí hay una zona de escuela, y que las señales restrictivas
que en este caso son las circulares con borde rojo, fondo blanco y números negros,
solo pueden ser modificadas por otra señal de restricción de velocidad, y en este
caso la autoridad colocó dos señales de 30 km/h y más al norponiente una señal de
50 km/h donde eleva la velocidad.
Agregó que existió una reconstitución de escena y reconstitución
fotográfica de los hechos, donde participó el acusado, el subteniente Mauricio
Rosales Torres, el cabo Nelson Gallardo Torres y Martín Báez Soto, en esa
diligencia el participante 1 señala que se percata del soldado aproximadamente a
24,06 metros, por lo que si hubiese ido a 30 km/h se pudo establecer que se hubiese
detenido antes de la posición de esta persona.
Manifestó que la causa basal del accidente fue que el participante 1

35
debido a que conduce el móvil a exceso de velocidad, en zona restringida a 30 km/h
y motivado por eludir el control de personal de ejército efectúa una maniobra evasiva
hacia la izquierda, traspasando el eje de la calzada ante la presencia y proximidad
del participante 2 don Hugo Muñoz Sotomayor, para luego chocar en la barrera New
Jersey, y a su vez don Hugo Sotomayor también desplazarse en la barrera New
Jersey y chocar con la señal informativa.
Se contextualizó su declaración con la exhibición del N°14 de otros
medios de prueba, signado como “Croquis que ilustra Características viales del sitio
del suceso incorporado en hoja 82 de Informe Técnico N°39-A-2020”; detallando que
el fin del croquis es visualizar todos los elementos que enfrentó el participante 1,
explicando que la señal de 30 km/h restrictiva solo puede ser modificada por otra
señal restrictiva según el manual de señalización de tránsito, que la señal de escuela
es una señal de advertencia, por peligros posibles y probables en la vía, que pueden
haber niños en horario de entrada y salida, y que estas señales son modificadas por
una señal de 50 km/h que está más arriba.
Dio cuenta que, si la señal de escuela estuviese sola, y no
acompañada de las señales restrictivas de 30 km/h, la velocidad de la ruta sería solo
en horario de escuela, pero aquí la velocidad es de 30 km/h de manera permanente,
pues las señales restrictivas imperan.
Describió que se observa la Automotora Lazo muy cerca de la zona
del accidente de donde se obtuvieron las grabaciones.
Recalcó que el normal desplazamiento del participante 1 habría sido
por donde circularon los demás automóviles por la pista derecha.
Se le exhibió la prueba individualizada como otros medios de prueba
N°7 y N°8 del auto de prueba, denominados “Dos Videos correspondientes a
cámaras de vigilancia de local Automotora Lazo contenidos en disco custodiado bajo
el NUE 3898817”; y “Videos correspondientes a cámaras de vigilancia municipal de
cruce de la ruta, contenidas en disco custodiado bajo el NUE 2859672”, exhibiendo
un video de cada medio de prueba, describiendo a cabalidad la dinámica observada
corroborando lo señalo en la exposición precedente.
Se contextualizó su declaración exhibiendo el N° 3 de otros medios de
prueba, signado como “Set de 51 fotografías e imágenes incorporadas en Informe
Técnico 39- A-2020 que ilustran sitio del suceso y elementos levantados desde este
y análisis de evidencia” detallando lo observado en las gráficas.
Se le exhibió la evidencia N°13 de otros medios de prueba,
consistente en “Cinco Videos correspondiente a animaciones de los hechos,
denominadas bajo los rótulos de Prueba de campo, Animación y 39-A 20202
realizados por SIAT, referentes a Informe Técnico N° 39-A-2020 que ilustran
representaciones gráficas con simulaciones de los hechos y perspectivas de

36
conductor contenida en DVD anexo a Informe”, refiriendo la dinámica del hecho, en
diferentes perfectivas.
Se contextualizó su declaración con exhibición del N°15 de otros
medios de prueba del auto de apertura, individualizado como “Set de 39 Fotografías
que ilustran diligencias realizadas y plasmadas en Informe Técnico Pericial N° 01-D-
2021” pormenorizando y describiendo cada una de estas evidencias.
En cuanto a esta pericia, fue expuesta sin mayores inconvenientes
de forma tal que refleja íntegramente el trabajo pericial hecho en el sitio del suceso,
porque además fue sostenido en imágenes que se tomaron del sitio el suceso,
suficientemente ilustrativas del lugar y de lo que el perito que concurrió pudo ver.
Adicionalmente fue descrito y explicado a través de un croquis que refleja las
características de la vía del sitio del suceso.
En ese orden de consideraciones no se vislumbran objeciones a la
pericia, en el sentido que realizó conclusiones que son reproducibles por el propio
tribunal, determinado con precisión y claridad la ubicación de los participantes, la
zona de atropello y de impacto, en base a los hallazgos evidenciados en el lugar de
los hechos, como en base a la declaración de los testigos, además de diligencia de
reconstitución de escena y reconstitución fotográfica.
Por otra parte, resulta relevante que el perito contó con los videos de
las cámaras de seguridad de la municipalidad y de una automotora cercana al lugar
acontecimiento, donde se ve la dinámica anterior al impacto y el desplazamiento del
móvil 2 que fueron reproducidos en estrados y que el tribunal pudo apreciar
directamente.
En concreto, se estima plausible la apreciación del perito, en cuanto
a que la motivación de Cea Ramos fue en base a que no llevaba su salvoconducto,
atendido el horario en el cual tenía la obligación de aislamiento nocturno, lo que fue
reconocido incluso por éste en la declaración que como medio de defensa prestó
en juicio, por lo que, al ver la presencia y proximidad del control de personal de
ejército, efectúo una maniobra evasiva hacia la izquierda con la camioneta que
conducía (PP CHYT.37-5), traspasando el eje de la calzada.
Refuerza además la motivación para no detenerse ante el control, el
hecho que tanto con la prueba documental y pericial como los otros medios de
prueba consistente en set fotográficos y animaciones incorporados a la misma, dan
cuenta de la existencia de conos del tipo tambor, los que según se detalló cumplen
con la normativa del reglamento de señalización de tránsito y cuentan con
elementos retro reflectantes, por otra parte también se acreditó suficientemente que
todos los funcionarios que integraban la patrulla que se encontraba efectuando
controles el día 7 de junio de 2020, poseían chalecos retro reflectantes, además de
haber apostado el camión del ejército con la baliza encendida a un costado de la

37
ruta, según refirieron los testigos Sepúlveda Navarrete y Rosales Torres. Lo
anterior sumado a que de la reproducción del video de la cámara de vigilancia de la
Municipalidad y de los testimonios de los testigos se pudo establecer que a lo
menos 4 vehículos que pasaron antes del móvil de Cea Ramos en la misma
dirección, si pudieron advertir perfectamente el control, disminuyendo la velocidad e
incluso algunos deteniéndose derechamente ante la presencia del personal del
Ejército.
Esto encuentra correlato en la prueba de campo realizada en el sitio
del suceso en condiciones y horario similares, haciendo un recorrido en el mismo
sentido del móvil, colocando el tambor de tránsito y a una funcionaria de carabineros
con un chaleco retro reflectante en el lugar donde se ubicaba el control evadido,
estableciéndose que aproximadamente a unos 80 metros ya era visible la retro
reflectancia del tambor y el chaleco.
A mayor abundamiento, el documento denominado “copia de las hojas
N°1, 2 y 3 de la Orden para la ejecución del Período de Actividades
Complementarias del Batallón de Infantería Liviano (unidad de encuadramiento del
SLC. MUÑOZ) correspondiente al período 14D1C2019 al 31MAR2020” y la “copia de
las hojas N°1 y 2 de la Orden del Día N°63 del Regimiento N°12 "Sangra", de fecha
30MAR2020, donde se deja constancia en su párrafo N°5 de la realización de
instrucción al personal integrante de la Unidad Fundamental de Orden Público
(UFOP)”, no objetados por la defensa, constatan que la unidad a la que pertenecía el
soldado conscripto Muñoz Sotomayor, había recibido instrucciones o capacitaciones
en cuanto a control del orden público, como a la aplicación de la técnica de “Check
point” lo que según fue explicado en estrados consiste en el control de tránsito, por
lo que dicho instrumentó da fuerza probatoria a lo que se viene sosteniendo.
Por otra parte, y sin perjuicio de que con la prueba documental
consistente en Informe Oficial N° 311/20 de la Dirección Meteorológica de Chile, que
el día y la hora del accidente el cielo estaba cubierto con presencia de chubascos, el
perito estableció la visibilidad como buena para el participante 1, no pudiendo
desatenderse el hecho de que quedó demostrado que el lugar donde se efectuaba el
control era en un cruce donde existía iluminación artificial.
En base a lo anterior se puede establecer que el control militar se
encontraba debidamente señalizado conforme a la señalética vial, contando con un
camión con baliza encendida al costado de la ruta, con conos retro reflectantes y los
integrantes de la patrulla portando chalecos reflectantes de seguridad, por lo que
debe ser descartada la tesis de la defensa en orden a que el encausado no se
percató o no vio dicho control, y aun cuando no se acreditó que portaran guantes
blancos o mosqueteros o linternas en los cascos como lo exigía la defensa técnica, o
que el control se encontrara avisado con antelación, lo cierto es que estos

38
sentenciadores estiman que la patrulla del ejército contaba con los elementos de
seguridad mínimos y necesarios para ser visualizados por todos los conductores.
En cuanto a los cálculos de velocidad referidos en extenso por el
perito Muñoz Toledo, datos que se han visto refrendaos con la documental
denominada “Acta de Asesoría en Cálculo Físico- Matemático de fecha 19 de julio
de 2020, suscrito por Claudio Romero Zúñiga, Doctor en Física”, se dará por
acreditado que la velocidad a la que se desplazaba en su móvil Rolando Cea
Ramos oscilaba entre los 90 y los 110 km/h, velocidad que conforme al relato del
perito y conforme al video exhibido y levantado de la Automotora Lazo, no
disminuyó, ni realizó maniobra de frenado alguna.
En lo tocante a la velocidad anteriormente señalada, podemos
establecer, primero, que en base a la testimonial como a la pericial que se viene
analizando se estima probado que el encausado se cambia de pista, circulando a
una velocidad no permitida, o a exceso de velocidad ( 90 a 110 km/h) contra el
sentido del tránsito, concordando el tribunal con lo señalado por el perito Muñoz
Toledo en que de acuerdo a la señalética existente en el lugar de los hechos la
velocidad máxima es de 30 km/h de manera permanente, atendido que se trata de
una señal restrictiva, la que solo puede ser modificada por otra señal restrictiva,
conforme al manual de señalización de tránsito, a diferencia de la señal de
velocidad de zona escuela, que es una señal de advertencia y que rige solo en
horario de entrada y salida de escolares, dejando en evidencia aquello, el hecho
verificado en el croquis del sitio de suceso, en qué metros más adelante del lugar
del impacto estas señales son modificadas por una señal restrictiva de 50 km/h.
En el mismo sentido, en base a la pericia y declaraciones de los
testigos de cargo, se determinó, que mientras el encausado efectuaba la maniobra
evasiva y el desplazamiento a una velocidad excesiva por la pista contraria se
encontró con otro grupo de efectivos del Ejército en el perímetro, e impactó al
soldado conscripto Hugo Jonathan Muñoz Sotomayor, quien se encontraba
cumpliendo funciones en el respectivo control vehicular norte a sur, a la altura de la
pasarela peatonal del lugar, proyectándolo alrededor de 30 metros de donde se
encontraba, falleciendo en el lugar.
Refuerza lo que se viene argumentando, la declaración de la perito de
Labocar DARLENG SALDIVIA PINEDA, quien depuso sobre el informe preliminar de
las diligencias que realizó en el sitio del suceso, en relación con el parte policial 1201
de fecha 7 de junio de 2020 de la sexta comisaria de Carabineros de Alerce.
Señalando que concurrió a la ruta V-505 del cruce La Vara de la
ciudad de Puerto Montt a inspeccionar un vehículo tipo camioneta, marca Nissan,
modelo Terrano patente CHTI-35 (sic) el cual se encuentra orientado por su parte
frontal hacia el norte.

39
Narró que efectuó una inspección ocular, una descripción escrita, un
fijación fotográfica, búsqueda y rastro de evidencia relacionado con los hechos que
se investigaban, apreciando daño de consideración en la parte frontal, consistente en
abolladuras del tipo hendiduras, deformación de metal, fragmentación de material,
desprendimiento de pintura en la parte del parachoques, tapabarro, mascarilla,
radiador, focos. Y de igual forma se puedo apreciar daños en el parabrisa delantero
correspondiente a una fractura en forma concéntrica y radial que se originó de afuera
hacia adentro, provocado por un elemento dotado de masa, que tiene relación con
un accidente de tránsito del tipo atropello, daños que fueron fijados de manera
fotográfica.
Se contextualizó su declaración incorporando la evidencia signada
como otros medios de prueba N° 2 del auto de apertura, consistente en “Set de 18
fotografías incluidas en el informe de diligencias periciales de la sección Labocar
Puerto Montt, que ilustran sitio del suceso y elementos levantados a la llegada de
personal experto”, describiendo que en la imagen N°1: observó la camioneta a la que
hizo mención, marca Nissan, modelo Terrano, vista general del sitio primario;
fotografía N°2: apreciando que todos los daños que mantiene es en la parte frontal;
imagen N°3: vista particular del capó de la camioneta, con deformación de material;
fotografía N°4: vista particular del daño del parabrisas que mantiene una forma
concéntrica y radial que se produjo de afuera hacia dentro por un elemento dotado
de masa que se atribuye a un accidente de tránsito del tipo atropello; imagen N°5:
vista particular de los mismos daños, pero con vista del habitáculo anterior, de
adentro hacia afuera; fotografía N°6: vista general del costado derecho de la
camioneta; fotografía N°7: vista general del capó con los daños que presentaba
deformación de material y desprendimiento de pintura, fragmentación de material;
imagen N°8: vista general del costado derecho de la camioneta, los focos se
encontraban en normal estado funcionamiento; fotografía N°9: costado izquierdo de
la camioneta, vista general de los daños; imagen N°10: tercio superior del
parachoques, con deformación; fotografía N°11: vista particular del habitáculo
delantero; imagen N°12: vista particular del habitáculo trasero; fotografía N°13: vista
particular del habitáculo delantero de la zona conductor; imagen N°14: vista general
del habitáculo trasero, costado izquierdo; fotografía N°15: vista particular del
ventilador del radiador, ahí se puede visualizar el trozo de poliuretano que se levantó
rotulado como “E-1”; imagen N°17: vista particular del levantamiento del trozo
poliuretano “E-1”; que se envió al laboratorio para cotejar con una muestra que se
levantó de un cono que corresponde a parte del chaleco reflectante que mantenía el
occiso al momento del atropello; fotografía N°18; levantamiento y rotulado de E-2,
(trozo de pintura del capó) para cotejar con la evidencia levantada de las ropas del
occiso.

40
En cuanto al relato entregado por la perito estima este tribunal que fue
clara y precisa en la descripción de lo que pudo observar, apoyándose del set
fotográfico, describiendo pormenorizadamente los daños ocasionados en el móvil
conducido por Cea Ramos, daños que permiten asimilar la magnitud del impacto
sufrido por la víctima y dan vigor a la dinámica de los hechos descrita en el libelo
acusatorio.
Que, no obstante, la perito incurrió en una imprecisión al mencionar el
número de placa patente de la camioneta que era conducida por el encausado, lo
cierto es que la individualización del móvil se trata de un hecho no controvertido en el
juicio, y que se estima además probado con la declaración del perito Muñoz Toledo y
con la incorporación de la documental signada como “Certificado de inscripción y
anotaciones vigentes del vehículo involucrado”, instrumento público que señala que
la camioneta Placa Patente CHYT35-7, registra como propietario actual a Rolando
Cea Ramos.
Como conclusión, los hechos de la acusación han sido acreditados de
la siguiente forma, Rolando Cea Ramos al apreciar la presencia y proximidad de un
control del personal de ejército debidamente señalizado en la pista Puerto Montt a
Alerce y debido a que no portaba permiso o salvoconducto, lo que fue reconocido
incluso por la declaración del encartado prestada en juicio, a gran velocidad, sin
disminuirla, efectuó una maniobra evasiva hacia la izquierda con la camioneta que
conducía (PP CHYT.37-5), traspasando el eje de la calzada y cambiándose de pista,
circulando a una velocidad no permitida, contra el sentido del tránsito, encontrándose
con un grupo de efectivos del ejército en el perímetro, e impactando al soldado
conscripto Hugo Jonathan Muñoz Sotomayor, quien se encontraba cumpliendo
funciones en el respectivo control vehicular norte a sur, a la altura de la pasarela
peatonal del lugar, proyectándolo alrededor de 30 metros de donde se encontraba,
falleciendo en el lugar.
DÉCIMO QUINTO: Nexo causal y dolo. Primero, desde el punto de
vista de la faz objetiva, hay una acción idónea para provocar la muerte, la
conducción a alta velocidad contra el sentido del tránsito, y el posterior atropello que
sufre el ofendido, existe un nexo causal desde que es precisamente dicho impacto el
que provoca la muerte que constituye el resultado previsto por la norma. Luego, en el
plano subjetivo, estimamos que el hechor actúa con dolo eventual por cuanto no
persigue un resultado y tampoco lo prevé como seguro, sino que sólo prevé que es
posible que se produzca, pero para el caso de su producción lo asume en su
voluntad.
En palabras del profesor Jaime Náquira “(…) el dolo eventual existe si
el sujeto se ha representado el hecho delictivo como una consecuencia posible o
probable de su actuar y ha aceptado (o se ha resignado, conformado, tolerado o

41
asumido) dicha posibilidad para el caso que sobrevenga. En síntesis, el dolo
eventual implica de parte del actor el conocimiento y la aceptación del riesgo o
peligro que encierra la conducta que piensa desarrollar.”1
Entendiendo que la diferencia entre dolo eventual e imprudencia
consciente resulta sutil, que la intención y la previsión que pudo hacer el hechor de
sus acciones, queda únicamente en su mente, lo que corresponde efectuar es una
imputación de dolo, en este caso, dolo eventual, para lo cual, con el fin de diferenciar
dicha forma de imputación subjetiva sobre la imprudencia consciente, se recurrirá a
la denominada teoría de Stratenwherth, (Derecho Penal Chileno Parte General,
Jaime Náquira, pág. 212) dilucidando el componente intelectual del autor como su
elemento volitivo.
En ese orden de consideraciones, estimamos que la decisión del
encausado de evadir el control del ejército debidamente señalizado, atendido que no
portaba con permiso o salvoconducto para transitar, manteniendo la obligación de
aislamiento nocturno, conduciendo su vehículo a más del triple de la velocidad
permitida (90 a 110 km/h), en una zona cuya velocidad máxima es de 30 km/h,
cambiándose de pista y dirigiéndose contra el sentido del tránsito, encontrándose de
noche, y rigiendo la prohibición de desplazamiento o toque de queda, lo cual quedó
demostrado en juicio con la prueba documental, pericial y otros medios de prueba
incorporados conjuntamente con ella, además de la testimonial previamente
analizada, permiten determinar que el al dirigir su actuar de la forma en que lo hizo,
tomó en serio la posibilidad de producción del hecho delictivo o no descartó que se
podía producir; y por otra parte se conformó o resignó ante la posibilidad
representada, es decir lo aceptó.
En este sentido, fue reconocido incluso por el encartado que conocía
perfectamente la ruta, pues prácticamente a diario transitaba por allí, relatando que
durante toda su vida ha residido en el sector de Alerce, por lo que no se puede
menos que concluir que conocía el límite reducido de velocidad de dicha zona, en
que además se acreditó que había un cruce regulado por semáforo, y que la vía
sufría un angostamiento o reducción, pasando de 3 vías a solo 2, lo que
naturalmente no puede ser desconocido por un conductor que a diario recorre dicho
camino, y más aún cuando se trata de un conductor profesional según da cuenta la
documental de cargo consistente en “Hoja de vida de conductor del requerido”,
instrumento público que evidencia que cuenta con licencia A4.
En ese orden de consideraciones, habiendo constatado la presencia
del control y del personal militar en el lugar, conforme se acreditó, toda vez que
como se ha indicado éstos mantenían conos reflectantes y portaban chalecos

1
Jaime Náquira R., Derecho Penal Chileno Parte General, segunda edición, Editorial
Legal Publishing Chile, Santiago, 2015, pág. 224.

42
reflectantes, tratándose de un cruce por el que naturalmente transitan transeúntes a
pie y en vehículo, no se puede menos que aseverar, que la previsión de un atropello
atendida la alta velocidad, de noche, en este cruce regulado, de una zona urbana, la
maniobra evasiva y la circulación contra el sentido del tránsito, deviene como natural
en quien decide emprender dicha conducta, de forma tal que su eventual resultado
es aceptado.
Desde el punto de vista fáctico, por otro lado, concurre el nexo causal
entre la acción del acusado y la muerte del ofendido, desde que el resultado se
verificó precisamente porque éste fue atropellado por aquel, de forma tal que existe
una conexión innegable, pero, además, dicha causa es jurídicamente la que procede
imputar desde que fue el acusado el que generó un riesgo jurídicamente relevante y
desaprobado.
En conclusión, hay que señalar como se viene diciendo, que
concurren todos los niveles de la imputación objetiva, que se refieren a i) la creación
de un riesgo jurídico-penalmente relevante o no permitido, ii) la realización del riesgo
imputable en el resultado y iii) el fin de protección del propio tipo penal infringido o
alcance del tipo penal. En el primer nivel se verifica precisamente por el incremento
del riesgo en la conducción a exceso de velocidad, en la maniobra evasiva y en la
circulación contra el sentido del tránsito, en una zona urbana, en cruce regulado por
semáforo, con el fin de eludir un control del ejército. En el segundo nivel se requiere
que además de una relación de causalidad exista una “relación de riesgo”, es decir,
que como consecuencia del riesgo creado por la conducta se produzca el resultado,
lo que precisamente ocurre en la especie. Por cierto, que el tipo penal cubre también
este tipo de situaciones si consideramos que el tipo penal de homicidio no tiene
formas especiales de ejecución quedando protegidos todas las modalidades de
ejecución que produzcan dicho resultado.
DÉCIMO SEXTO: Que en cuanto a los documentos acompañados por
el ente persecutor consistentes en “Certificado de nacimiento de HUGO JONATHAN
MUÑOZ SOTOMAYOR”; “Copia de la Resolución Exenta JDN Los Lagos N° 3
7/5247 de fecha 31 MAYO de 2020 mediante la cual el jefe de la Defensa Nacional
Región Los Lagos dispone al Cdte. del Regimiento N°12 "Sangra", asumir con sus
medios la responsabilidad como regulador del orden público en los sectores de
Alerce y La Vara, ambos pertenecientes a la comuna de Puerto Montt”; y “Copia de
la Resolución Exenta R. N°12 (R) N03550/15678/1073 de fecha 07JUN2020,
mediante la cual se dispone el despliegue de medios de la Unidad Fundamental de
Orden Público (UFOP) del Regimiento N°12 "Sangra" el 07JUN 2020”, todos ellos no
objetados, permiten establecer, no obstante, no ser hechos discutidos en el juicio
que la víctima Hugo Muñoz Sotomayor, tenía 19 años al momento de su deceso y
que se encontraba desempeñando labores como soldado conscripto en el

43
Regimiento Sangra de la comuna de Puerto Varas, siendo enviado el día 7 de junio
de 2020 junto a un equipo a prestar servicios de patrullaje en el sector La Vara y
Alerce, como miembro de la unidad fundamental de orden público, por orden del
comandante del Regimiento al cual pertenecía y el que se encontraba como
coordinador del orden público de los sectores ya mencionados, dado el estado de
excepción constitucional de catástrofe.
Que por su parte la documental signada como “Informe de
alcoholemia de fallecido HUGO JONATHAN MUÑOZ SOTOMAYOR, Nº 10-PMT-
OH-2662-20, de fecha 29 de julio de 2020, el que arrojó como resultado cero (0.0)
gramos por mil de alcohol en la sangre, incorporado de conformidad con lo dispuesto
en artículo 315 del Código Procesal Penal”, refuerza lo que se viene concluyendo en
el sentido que la víctima se encontraba cumpliendo las labores encomendadas en su
calidad de soldado conscripto y por consiguiente en normal estado de temperancia
alcohólica.
DÉCIMO SÉPTIMO: Prueba de descargo. Que la prueba pericial
aportada por la defensa en juicio consistente en declaración de don MARCO
ANTONIO MONTOYA SALGADO, perito judicial, quien expuso en lo medular, que a
solicitud de la defensa realizó un informe técnico en relación con el accidente donde
se ve involucrado don Rolando Cea y don Hugo Muñoz, teniendo todos los
antecedentes de la carpeta fiscal a la vista y videos. Que, concurrió al lugar de los
hechos el día 1 de septiembre de 2021 alrededor de las 22:30 horas, que es
aproximadamente la hora en que se origina el accidente, para tener una apreciación
in situ del diseño vial.
Manifestó que lo primero que le llama la atención al llegar al lugar es
que, pese a que los informes y plano regulador se señala que es un lugar urbano, la
vía tiene características de rural, pista de dirección bidireccional y a diferencia del
sector urbano tiene una berma y un terreno adyacente sobre 10 o 15 metros, postes
muy distanciados e inexistentes, a diferencia de la ciudad en que los postes deben
estar a nomás de 50 metros.
Señaló que del análisis del informe 39 A y 1 D de la SIAT, concluyen
que se trata de un accidente de tránsito, y también se establece que el conductor
enfrenta luz verde e ingresa al cruce con luz verde. El primero de estos informes
señala que el personal del ejército estaba realizando control de tránsito, pero al
analizar los videos se puede percibir que ellos estaban recién instalando los
tambores de tránsito, para empezar a realizar esta labor de control, pues por el
horario del accidente había toque de queda, mandatado por decreto.
Refirió que los tambores de tránsito si cumplen la normativa, pero no
se cumple con la normativa básica que es señalizar previamente este corte de
tránsito, esto se llama reducción de tránsito para lograr la detención del vehículo.

44
Manifestó que en el informe 39 A no se menciona, si la instalación de
estos tambores señaléticos cumple con el objetivo de avisarle al conductor que va a
tener que detenerse frente a un elemento, tampoco habla si se ajusta a la prevención
de accidentes realizar este tipo de control en un cruce regulado por semáforo, lo que
según la normativa de tránsito y carabineros no puede realizarse, porque el
conductor va a fijar su vista en el semáforo.
Agregó que sobre los tambores se deben poner luces destellantes
según el manual de señalización, que en los videos se aprecia que los chalecos
están mal puestos porque están abiertos por la parte frontal, y por la parte frontal es
donde el fiscalizado ve al fiscalizador, que no estaban haciendo uso de linternas, ni
de guantes mosqueteros, ni de cubre cascos reflectantes. Elementos de seguridad
que apuntan a que el conductor tenga la visibilidad suficiente y pueda reaccionar.
En cuanto a la señalética de velocidad, la primera señal que restringe
la velocidad está a más de 350 metros del área de conflicto, y existe una segunda
señal donde se reiteran los 30 km/h pero sale como zona escuela, por norma general
las señales duran hasta que otra señalética restrinja o elimine la anterior.
Por lo tanto, la primera señalética de restricción de velocidad se
elimina con la señalética de zona escuela, y por la hora en que fue el accidente se
entiende que se eliminan ambas señales porque no es hora de funcionamiento de
escuela. En consecuencia, en el informe 39 A, se habla de que el conductor iba a
exceso de velocidad en una zona de 30 km/h lo que no correspondería, pero señala
que evade las señales de tránsito, y no hay ninguna señal de tránsito que este
deteniendo al conductor porque ellos están recién instalándose.
Expresó que ambos informes hablan de una visual buena, lo que es
un error, porque el conductor debe tener sobre 100 metros de visión clara para ello, y
acá no se considera que es de noche, que estaba lloviendo, que la luz artificial era
insuficiente.
Profirió que el control de tránsito del ejército no cumple la normativa
señalética, ni de seguridad personal para una persona que vaya a realizar este tipo
de influencia en el tránsito, según el manual de señalización.
Señaló que la conclusión es que el peatón don Hugo Muñoz y el
personal de ejército que estaba realizando labores de tránsito en el lugar, se
exponen a riesgo de accidente, al no tener las condiciones mínimas de seguridad, no
cumpliendo con la normativa de avisar con antelación de este corte, de no portar los
elementos de protección personal en forma adecuada, chaleco cerrado hacia
adelante, con cubre gorra, con guantes mosqueros o guantes blancos, con linternas
o con paletas de detención.
Argumentó que no se debía hacer un control en un cruce regulado,
donde el conductor enfrenta luz verde, y que el conductor se encuentra con un bulto,

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lo evade y lamentablemente en esa evasión atropella al peatón, quienes estaban en
un lugar de la vía que no es de tránsito peatonal, por lo que no debiesen haber
estado en ese lugar sin las medidas necesarias para avisar previamente el corte que
pretendían realizar.
La exposición del perito de descargo adoleció a juicio de estos
sentenciadores de contundencia, dejando en evidencia la falta de fundamento de las
conclusiones, estableciendo que la causa basal sería directamente las medidas
inexistentes de seguridad de parte de todo el equipo del ejército, que estaba
realizando funciones de tránsito sin apegarse a las medidas o a las normativas
disponibles para este tipo de situaciones; lo que no resultó refrendado en juicio y por
el contrario, fueron derechamente controvertidas al tenor de la prueba de cargo que
se incorporó; a lo que debe sumarse la falta de sustento jurídico y técnico
evidenciada; al sustentar que se encuentra vedado efectuar este tipo de controles en
un cruce regulado por semáforo y no señalar la normativa en la que estaría
contenida esta prohibición, lo que fue desmentido por el perito SIAT de cargo.
Además evidenció una exposición imprudente al riego del personal del ejército por
no contar con guantes blancos o mosqueteros ni cascos reflectantes, invocando
como supuestamente infringida la normativa para el control vehicular de carabineros,
sin indicar la norma o disposición regulatoria, ni de qué forma se hacían exigible
estos elementos al personal del ejército, en circunstancias que el mismo perito
reconoce que contaban con conos de tránsito del tipo tambor los que los que
cumplían la normativa de señalización, reconociendo que todos portaban chalecos
reflectantes.
Asimismo, en lo tocante al límite de velocidad en el lugar de los
hechos, el perito de descargo fue poco claro, y la conclusión de que en la zona prima
la señalización de zona de escuela anulando la señal restrictiva de velocidad de 30
k/h atendida la hora del accidente, no resultó plausible, teniendo en consideración la
información especialmente clarificadora que al respecto introdujo el perito Muñoz de
la SIAT, por lo que se considera la pericial de descargo como insuficiente para
desacreditar la imputación realizada por las persecutoras al encartado.
En cuanto a la prueba documental aportada por la defensa técnica,
consistente en “Certificado de constatación de lesiones y alcoholemia, SAR Alerce,
de fecha 07 de junio de 2020, que corresponde al acusado, suscrito por Mariolga
Fernández”; “Boleta de prueba respiratoria practicada al acusado, de fecha 07 de
junio de 2020”; “Informe de Laboratorio 08-CCP-SES-109/20 de ROLANDO CEA
RAMOS, de fecha 27 de agosto de 2020, incorporado de acuerdo a lo prescrito en el
artículo 315 del Código Procesal Penal”; instrumental tendiente a desacreditar la
imputación referente a hechos del libelo acusatorio que se le atribuyen a su
representado, dando cuenta el primero de ellos que el encartado al ser atendido el

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día de los hechos por la facultativa médico en urgencia de la localidad de Alerce,
para constar lesiones se encontraba sin lesiones, se sometió al examen de
alcoholemia, consignando que presentaba ansiedad y labilidad emocional; indicando
el segundo, que al ser sometido a la prueba respiratoria para detección de alcohol
Rolando Cea Ramos arrojó 0,0 gramos por mil de alcohol en la sangre; y
desprendiéndose del tercero que realizada la pericia de rigor no se encontró
presencia de drogas de abuso en el encausado. Documentos que al ser analizados
en nada alteran lo que se viene razonando, atendido que no dicen relación a hechos
controvertidos en el presente juicio, pues no ha resultado discutido en la especie,
que el acusado presentara lesiones, su estado anímico posterior a los hechos, o que
se encontraba bajo los efectos del alcohol o algún psicotrópico.
Por su parte en lo tocante a la “minuta informativa de accidente en el
tránsito del informe técnico N° 39- A-2020”, si bien, de esta refleja como causa basal
probable del accidente la conducción del encausado bajo una polarización afectiva al
querer eludir el control militar de manera temeraria y riesgosa, al hacerlo por el
costado izquierdo de la calzada sin percatarse de la presencia y proximidad de la
víctima, este instrumento nada puede dar por acreditado, toda vez que del mismo
texto se desprende que se trata de una causa basal provisoria, que puede sufrir
modificaciones de forma o fondo, pues aún no se ha completado la investigación de
los hechos, por lo que será desestimado.
DÉCIMO OCTAVO: Declaración del acusado como medio de defensa.
Que en la declaración que prestó en la sala el acusado, si bien entregó una versión
alternativa en orden a que no se percató del control militar y justificó su actuar en
que la víctima se expuso al daño, si aportó antecedentes relevantes para dilucidar la
dinámica de los acontecimientos, situándose en el lugar de los hechos, reconociendo
que no portaba permiso o salvoconducto, relatando cronológicamente su
desplazamiento, trayectoria y velocidad de su vehículo, por lo que se estima que su
testimonio si constituyó una contribución al esclarecimiento de los supuestos facticos
atribuidos.
DÉCIMO NOVENO: Que, en cuanto a las alegaciones de la defensa
técnica, referente a que habiéndose dictado sobreseimiento definitivo, el que se
encuentra firme o ejecutoriado respecto de la figura del artículo 318 del Código
Penal, ningún elemento descriptivo relativo a temas sanitarios o al contexto en el
cual se habría efectuado esta conducción, puede ser utilizado para fundar condena
respecto de su representado. Estos sentenciadores discrepan con dicho
planteamiento, toda vez que si bien, estos hechos no pueden ser utilizados para
configurar nuevamente el tipo penal por el que fue sobreseído el acusado, toda vez
que dicha resolución tiene efecto de cosa juzgada, nada impide que en el contexto
de los hechos que motivan el presente juicio se haga alusión a las circunstancias de

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encontrarse en estado de excepción constitucional o rigiendo la prohibición de
desplazamiento o toque de queda, puesto que, de acuerdo a la dinámica en que se
suscitaron los acontecimientos tales antecedentes son inherentes al contenido
fáctico de la acusación, de la forma en que se han estimado acreditados, por lo que
dicha alegación será rechazada.
De igual manera en cuanto a la alegación de exposición imprudente al
riesgo por parte del personal del ejército, toda vez que no estaba anunciado de
ninguna manera, porque ningún funcionario de la patrulla portaba los elementos
necesarios para un control de tránsito nocturno, linternas, guantes reflectores,
cascos con linternas, bajo una pasarela peatonal, donde no hay iluminación. En este
punto con la prueba rendida y previamente analizada en los motivos precedentes
habiéndose acreditado y argumentado latamente que el control del ejército se
encontraba debidamente señalizado, no vislumbrando estos sentenciadores una
exposición imprudente al riesgo de parte de la víctima, atendido entre otras razones
que el control se efectuó en un cruce, en una zona urbana con un límite de
velocidad de 30 km/h y contando la patrulla con los conos de tipo tambor con
elementos reflectantes como asimismo con chalecos reflectantes, y la presencia de
un camión con la baliza encendida, dicha argumentación igualmente será
desatendida.
VIGÉSIMO: Que, en la audiencia del artículo 343 del Código Procesal
Penal, se llamó a debatir al efecto a los intervinientes, señalando el Ministerio
Público que reconoce la atenuante del artículo 11N° 6 del Código Penal,
entendiendo que concurre solo una circunstancia modificatoria, por lo que sostiene la
pena de 12 años que viene pidiendo, que está dentro del mínimo de un delito de
homicidio. Referente a la colaboración sustancial estima que no concurre, pues no
hay sustancialidad en las declaraciones que el imputado prestó tanto en juicio como
durante el curso de la investigación, que dan un cariz distinto a la dinámica de los
hechos, plantean hipótesis que efectivamente pudimos advertir que eran
absolutamente contrarias a lo que finalmente se termina probando, y si se saca la
declaración del acusado se llega a una conclusión no muy distinta, y es la prueba de
Ministerio Público la que ha llevado a la convicción del tribunal, por lo que solicita
que se condene a las penas solicitadas en la acusación. Los querellantes adheridos
mantuvieron las penas solicitadas por el persecutor fiscal, y la querellante Centro de
Apoyo a Víctimas de la comuna de Castro solicitó además se tenga en cuenta la
extensión del mal causado, la que indicó ha sido catastrófica para su representada,
ha devastado a su familia, pues Hugo era un joven de 19 años y toda la vida por
delante, y las circunstancias en la que se comete su homicidio es que él se
encontraba prestando un servicio al país cumpliendo con su servicio militar
voluntario, y además en un control de tránsito, “check point” en una situación de

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pandemia, solicitando se rechace la atenuante de colaboración sustancial, pues la
declaración del acusado siempre ha sido en el sentido de exculpar su
responsabilidad y de configurar un cuasidelito que fue desestimado.
Por su parte la Defensa, solicitó que se le reconozca la atenuante de
irreprochable conducta anterior del artículo 11 Nº6 del Código Penal, conforme lo
solicitó el Ministerio Público y Querellantes. Y que además se considere concurrente
la atenuante del artículo 11 N°9 del Código Penal, esto es, la colaboración sustancial
al esclarecimiento de los hechos, estimando que desde los inicios de la investigación
su representado prestó declaración de manera inmediata, ante personal de la SIAT,
sin presencia de abogado, asumiendo los aspectos más importantes que fue materia
de condena, la conducción la situación de velocidad, la maniobra que efectúa, por lo
tanto los aspectos principales que sostienen la acusación y la condena fueron
reconocidos por él, participó de diligencias de reconstitución de escena y prestó
declaración en el juicio, entendiendo que lo que hay que valorar es la actitud o el
comportamiento de su representado frente a la investigación, se sometió a la
alcoholemia y a exámenes toxicológicos.
Por lo que, concurriendo dos circunstancias atenuantes, solicitó una
rebaja en 2 grados de la pena, conforme el artículo 68 del Código Penal, y que la
pena quede en el rango de presidio menor en su grado máximo, esto es, entre los 3
años y un día y los 5 años, en su rango inferior, y si no es posible que no supere los
5 años.
Peticionó que se le conceda la Libertad Vigilada Intensiva,
incorporando respecto a los requisitos subjetivos, un informe de evaluación
psicológica forense, evacuado por el psicológo Diego Quijada Sapiain; y un peritaje
social elaborado por doña Pamela Díaz Fernández, requiriendo que se le reconozca
el abono del tiempo que su representado ha permanecido privado de libertad en esta
causa.
VIGÉSIMO PRIMERO: Que, en relación a la atenuante del artículo 11
N°6 del Código del Ramo, ella será acogida, teniendo presente que no existió
oposición a la citada circunstancia. Para ello, se tiene presente que, si bien no se
incorporó al juicio el extracto de filiación y antecedentes del condenado, el
reconocimiento efectuado por el Ministerio Público y Querellantes en torno a su
concurrencia resulta suficiente en el presente caso.
VIGÉSIMO SEGUNDO: En relación a la atenuante del artículo 11 N°9
del Código Penal, esto es, la colaboración sustancial al esclarecimiento de los
hechos del condenado, alegada por la defensa, se debe poner de manifiesto que
colaborar en la investigación consiste en la preocupación del imputado de
suministrar a la autoridad los antecedentes que provean al esclarecimiento del
suceso y de la participación que le habría correspondido en el mismo. El legislador

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requiere una colaboración sustancial, lo que involucra para que la atenuante se
conforme, en realizar un aporte de real y de efectiva significación, de importancia y
trascendencia en la clarificación del hecho, lo que ha acontecido en el presente caso,
debido a que el acusado CEA RAMOS, declaró al inicio de la investigación y en el
juicio, lo que evidencia una actitud procesal de contribución al esclarecimiento de los
hechos en todas las etapas del proceso, y asimismo, que aportó antecedentes
relevantes para dilucidar la dinámica de los acontecimientos, permitiendo reforzar las
probanzas de cargo incorporadas al juicio, situándose en el lugar de los hechos,
reconociendo que no portaba permiso o salvoconducto, relatando cronológicamente
su desplazamiento, trayectoria y velocidad de su vehículo, lo que facilitó la labor
fiscal y también la decisión jurisdiccional condenatoria, pese a que trató de justificar
la conducta desplegada en contra de la víctima señalando que ésta fue expuesta
negligentemente al daño, por lo que se acogerá en favor del encartado la minorante
alegada por su abogado defensor.
VIGÉSIMO TERCERO: Que, en lo concerniente a la circunstancia
agravante del artículo 12 N°10 del Código Penal, esto es, “Cometer el delito con
ocasión de tumulto o conmoción popular u otra calamidad o desgracia”, invocada por
las acusadoras respecto del encartado en el libelo acusatorio, será desestimada, por
no haber sido sostenida en sus alegaciones vertidas durante el juicio oral, y acorde a
la valoración que de los hechos verificó el tribunal con ocasión del establecimiento
del delito por el que en definitiva fue condenado, entendiendo en consecuencia, que
su consideración implicaría necesariamente una doble valoración, lo que se
encuentra expresamente vedado por la normativa vigente.
VIGÉSIMO CUARTO: Que, a fin de determinar el rango de la
penalidad que resulta aplicable al caso concreto por el delito de homicidio, los
juzgadores han de tener presente la pena señalada por ley al delito, su grado de
ejecución, la forma de participación, las circunstancias modificatorias de
responsabilidad concurrentes y la extensión del mal producido por el delito. En la
especie el acusado ha resultado responsable en calidad de autor del delito
consumado antes mencionado, previsto en el artículo 391 N°2 del Código Penal, y
sancionado con la pena de presidio mayor en su grado medio, esto es, un grado de
una pena divisible. Le favorecen dos circunstancias atenuantes de responsabilidad –
las del N°6 y N°9 del artículo 11 del Código del Ramo-, y no le perjudica ninguna
agravante, por lo que conforme a la facultad establecida en el artículo 67 inciso 4°
del estatuto punitivo, el tribunal aplicará la pena rebajada en dos grados, es decir,
dentro del rango de presidio menor en su grado máximo, que va desde tres años y
un día a cinco años, teniendo en consideración para establecer el quantum
específico, que lo imputado ha sido un homicidio simple con dolo eventual, una

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forma de imputación subjetiva que por cierto, contiene un injusto menor al dolo
directo.
No obstante, dentro del marco de pena anunciado precedentemente,
el tribunal impondrá una pena considerando la extensión del mal causado, en cuanto
a la magnitud del daño producido a la víctima, atendido el artículo 69 del Código
Penal, mayor extensión que se estima acreditada atendida la temprana edad de 19
años en que la víctima resultó fallecido, quien además se encontraba cumpliendo su
servicio militar obligatorio y en el ejercicio de sus funciones como soldado conscripto
del Ejército de Chile, a raíz de la pandemia que afectó a nuestro país, provocando
inherente dolor y sufrimiento en la familia del ofendido, por lo que se aplicará en un
quantum de cuatro años de presidio menor en su grado máximo.
VIGÉSIMO QUINTO: Forma de cumplimiento. Que en lo que respecta
a la pena impuesta al sentenciado atendido lo dispuesto en el artículo 1° de la ley
18.216, al haberse determinado su responsabilidad en calidad de autor de un delito
consumado de homicidio simple consagrado en el artículo 391 N°2 del Código Penal,
no resulta procedente a su respecto sustituir la pena corporal que se viene
imponiendo por alguna de las que regula dicho compendio normativo, por lo que se
rechaza la petición de la defensa, y deberá cumplir entonces real y efectivamente,
sirviéndole de abono el tiempo que ha permanecido ininterrumpidamente privado de
libertad por esta causa, esto es, desde el día 7 de junio de 2020, según consta del
auto de apertura, y del certificado del Ministro de Fe del tribunal; por lo que hasta la
fecha de la presente sentencia registra un abono de 601 días.
VIGÉSIMO SEXTO: Penas accesorias. Que, en lo referente a las
penas accesorias del artículo 29 del Código Penal, siendo un imperativo legal, se
condenará a las mismas.
En cuanto a las costas de la causa, no se condenará en éstas al
acusado, conforme a lo dispuesto en el inciso final del artículo 47 del Código
Procesal Penal, teniendo en consideración que solo ejerció la garantía constitucional
del derecho a defensa.
Finalmente, se ordenará la determinación de la huella genética del
acusado y su ingreso al Registro de Condenados del Sistema Nacional de Registros
de ADN, por tratarse de un delito de aquellos contemplados en el artículo 17 de la
ley Nº19.970, para lo cual se deberá tomar las muestras biológicas respectivas, lo
que se cumplirá en la etapa de ejecución del fallo.
POR ESTAS CONSIDERACIONES y visto lo dispuesto en los
artículos 1°, 5°, 7°, 11 N°6, 11N°9, 14 Nº 1, 15 Nº1, 18, 21, 24, 25, 28, 39, 39 bis, 50,
68, 69 y 391 N°2 del Código Penal; 1°, 4, 36, 45, 47, 48, 281 y siguientes, 295, 297,
309, 314, 323, 324, 325, 328, 333, 338, 339, 340, 341, 342, 343, 344, 346, 347 y 468
del Código Procesal Penal; artículo 1 de la ley 18.216, SE DECLARA:

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I.- Que se CONDENA a ROLANDO ALEXANDER CEA RAMOS,
cédula de identidad N°19.365.969-1, a la pena de CUATRO AÑOS DE PRESIDIO
MENOR EN SU GRADO MÁXIMO; y a las accesorias de inhabilitación absoluta
perpetua para derechos políticos y la inhabilitación absoluta para cargos y oficios
públicos durante el tiempo de la condena; como autor de un delito de HOMICIDIO
SIMPLE, previsto y sancionado en el artículo 391 N° 2 del Código Penal, cometido
en grado de desarrollo consumado, en la persona de Hugo Jonathan Muñoz
Sotomayor, en la comuna de Puerto Montt el 7 de junio de 2020.
II.- Que atendido lo dispuesto en el artículo 1° de la ley N°18.216 no
se sustituye la sanción corporal impuesta, en el numeral precedente y, en
consecuencia ROLANDO ALEXANDER CEA RAMOS, deberá cumplir íntegra y
efectivamente la pena impuesta, abonándosele a su cómputo los días que ha
permanecido privado de libertad por estos hechos, esto es, un total de seiscientos
un días (601) en que ha estado sometido a la medida cautelar de prisión preventiva y
arresto domiciliario total, según da cuenta el auto de apertura, el certificado del
Ministro de Fe del Tribunal y los registros de este juicio, más los días –en su caso-,
que transcurran hasta que el presente fallo quede firme o ejecutoriado; y, sin
perjuicio de otros abonos que el tribunal encargado de la ejecución de la sentencia
determine.
III.- Se ordena, de conformidad al artículo 17 de la Ley N° 19.970,
atendida la naturaleza del ilícito por el que ha resultado condenado ROLANDO
ALEXANDER CEA RAMOS, que un profesional o técnico que se desempeñe en el
Servicio Médico Legal o en instituciones públicas o privadas acreditadas ante el
referido servicio, obtenga la huella genética del sentenciado en comento, previa toma
de muestras biológicas si fuere necesario, y la incluya en el Registro de Condenados
del Sistema Nacional de Registros de ADN, cuya administración y custodia
corresponde al Servicio de Registro Civil e Identificación. Lo anterior una vez
ejecutoriado el presente fallo.
IV.- Que se exime del pago de las costas al acusado de acuerdo a los
fundamentos expuestos en los motivos que preceden.
Hágase devolución a los intervinientes de los documentos, evidencia
material y otros medios de prueba, acompañados y/o incorporados a la audiencia de
juicio o la dispuesta en el artículo 343 del Código Procesal Penal.
Regístrese y comuníquese en su oportunidad al Juzgado de Garantía
de Puerto Montt, para su cumplimiento de conformidad al artículo 468 del Código
Procesal Penal, en relación al artículo 113 del Código Orgánico de Tribunales, hecho
archívese.
Redactada por el Magistrado Patricio Carrasco Uribe.

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RUC N° 2000573749-5
RIT N° 86-2021.

SENTENCIA PRONUNCIADA POR LA SEGUNDA SALA DEL


TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL DE PUERTO MONTT, INTEGRADA
POR LOS JUECES TITULARES ANDRÉS VILLAGRA RAMÍREZ, EN CALIDAD DE
PRESIDENTE; DOÑA ROSARIO CÁRDENAS CARVAJAL; Y POR DON PATRICIO
CARRASCO URIBE, JUEZ TITULAR DEL TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO
PENAL DE CASTRO, SUBROGANDO LEGALMENTE, QUIEN NO FIRMA, NO
OBSTANTE HABER CONCURRIDO A LA DELIBERACIÓN Y ACUERDO DEL
FALLO, POR HABER CESADO SU COMETIDO.

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