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Tema:
DERECHOS
HUMANOS
Estudiante:
PALACIN CARHUANCHO, MARYFELM DAJHANNE
Docente:
ZEVALLOS MATOS, VICTOR ALEX
Ciclo: V
Tingo Maria – Huánuco – Peru
2023
Los Derechos Humanos
1. Generalizacion
Antecedentes históricos: Los antecedentes de los derechos humanos se remontan a
las civilizaciones antiguas, como la antigua Grecia y Roma, donde se formularon
ideas sobre la igualdad y la dignidad humana. También se pueden encontrar
principios similares en diversas tradiciones religiosas y filosóficas en todo el
mundo.
Código de Hammurabi (aproximadamente 1750 a.C.): El Código de
Hammurabi, una antigua ley mesopotámica, establecía una serie de normas
y principios para regular la vida cotidiana y la justicia en la antigua
Babilonia. Si bien no se centraba en los derechos humanos como los
conocemos hoy en día, sentó las bases para la idea de un sistema legal justo
y la protección de ciertos derechos.
El antiguo Egipto (aproximadamente 3100 a.C. - 332 a.C.): En el antiguo
Egipto, se desarrollaron principios y prácticas legales que protegían los
derechos de los individuos. Los egipcios reconocían derechos como la
libertad personal, la propiedad y la igualdad ante la ley. Además, las leyes
establecían castigos proporcionales para diferentes delitos, mostrando una
noción incipiente de justicia y derechos legales.
Filosofía griega y romana (siglos V a.C. - V d.C.): En la antigua Grecia,
filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles desarrollaron ideas sobre la
igualdad, la justicia y la dignidad humana. Estos conceptos se reflejaron en
la democracia ateniense y en las leyes romanas, que reconocían ciertos
derechos y protecciones legales para los ciudadanos romanos.
Ley Mosaica (aproximadamente siglo XIII a.C.): La Ley Mosaica, también
conocida como los Diez Mandamientos, fue un conjunto de leyes y
principios morales que se considera uno de los primeros intentos
registrados de establecer derechos humanos. Incluía mandamientos
relacionados con el respeto a la vida, la propiedad, la familia y la justicia.
Tradiciones religiosas: Diversas tradiciones religiosas han influido en el
desarrollo de los derechos humanos. El cristianismo, por ejemplo, ha
promovido principios de amor al prójimo, igualdad y dignidad humana. En
el islam, se establecen derechos y responsabilidades para los individuos en
el Corán y la Sunna del Profeta Muhammad.
Ilustración y teoría de los derechos naturales (siglos XVII-XVIII): Durante
la Ilustración, filósofos como John Locke, Thomas Hobbes y Jean-Jacques
Rousseau desarrollaron teorías sobre los derechos naturales inherentes a
todos los seres humanos. Estas teorías sentaron las bases para la posterior
formulación de los derechos humanos.
La Carta Magna (1215): La Carta Magna, promulgada en Inglaterra en 1215,
estableció por primera vez la idea de que incluso los gobernantes están sujetos a la
ley y garantizó ciertos derechos y libertades para los nobles. Aunque la Carta
Magna no estaba dirigida a todos los ciudadanos de Inglaterra, sentó las bases para
el establecimiento de los principios legales y políticos que posteriormente se
convertirían en derechos fundamentales. Algunas de las cláusulas más destacadas
de la Carta Magna incluían:
Debido proceso legal: Establecía que ninguna persona podía ser privada de sus
derechos o propiedad sin el debido proceso legal y un juicio justo.
Acceso a la justicia: Garantizaba que todos tuvieran acceso a la justicia y a un
tribunal imparcial para resolver disputas.
Protección de la propiedad: Reconocía y protegía los derechos de propiedad de los
nobles, evitando su confiscación sin causa justa.
Aunque en su origen la Carta Magna estaba dirigida principalmente a la nobleza y
no era un documento de derechos humanos en el sentido moderno, sus principios
sentaron las bases para el desarrollo posterior de los derechos humanos y la
protección de las libertades individuales. Su influencia se puede rastrear en
documentos posteriores como la Declaración de Derechos de los Estados Unidos y
la Declaración Universal de Derechos Humanos.
La Declaración de Derechos de los Estados Unidos (1776): La Declaración de
Independencia de los Estados Unidos en 1776 afirmó que "todos los hombres son
creados iguales" y tienen derechos inalienables, incluyendo la vida, la libertad y la
búsqueda de la felicidad. Posteriormente, la Constitución de los Estados Unidos y
la Carta de Derechos (Bill of Rights) consagraron derechos fundamentales.
La Declaración de Derechos de los Estados Unidos se refiere a los primeros diez
enmiendas a la Constitución de los Estados Unidos, conocidas como la Carta de
Derechos. Estas enmiendas se agregaron a la Constitución en 1791, no en 1776.
La Declaración de Independencia de los Estados Unidos se firmó en 1776 y es un
documento separado que establece los principios fundamentales y la justificación
para la independencia de las Trece Colonias de Gran Bretaña.
La Carta de Derechos, compuesta por diez enmiendas, fue redactada para
garantizar ciertos derechos y libertades individuales y proteger a los ciudadanos de
una posible violación de sus derechos por parte del gobierno. Algunos de los
derechos consagrados en la Carta de Derechos incluyen la libertad de expresión, la
libertad de religión, el derecho a portar armas, el derecho a un juicio justo y el
derecho a la propiedad privada.
La Declaración de Derechos de los Estados Unidos tuvo un impacto significativo
en el desarrollo de los derechos humanos a nivel mundial, ya que sentó un
precedente en la protección de los derechos individuales y ha sido un modelo para
muchas otras constituciones y documentos de derechos en todo el mundo.
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789): Durante la
Revolución Francesa, se proclamó la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, que establecía los derechos naturales, individuales y universales,
incluyendo la libertad, la igualdad y la propiedad.
La Declaración establece los derechos inalienables y universales que se consideran
inherentes a todos los seres humanos, sin importar su nacionalidad o estatus social.
Los derechos proclamados en la Declaración incluyen la libertad, la igualdad, la
propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. También se enfoca en la
garantía de los derechos individuales y la separación de poderes en la organización
política.
El documento fue redactado por un comité liderado por el Marqués de Lafayette,
Thomas Jefferson y otros destacados líderes revolucionarios. La Declaración se
basa en la filosofía de la Ilustración y refleja los ideales de la Revolución Francesa,
que buscaba derrocar el antiguo régimen monárquico y establecer un sistema
político basado en la democracia y la igualdad.
Aunque la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano fue
inicialmente un componente importante de la Constitución francesa de 1791, su
influencia trascendió las fronteras de Francia. Ha sido considerada una inspiración
para otras declaraciones de derechos, como la Declaración de Independencia de los
Estados Unidos (1776) y la Declaración Universal de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas (1948).
En resumen, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789
es un documento histórico que establece los derechos individuales y las libertades
fundamentales que deben ser protegidas por cualquier gobierno. Su impacto en la
historia de los derechos humanos y su influencia en la redacción de otras
declaraciones de derechos en todo el mundo lo convierten en un texto fundamental
en la lucha por la justicia y la igualdad.
Abolición de la esclavitud (siglo XIX): A lo largo del siglo XIX, se llevaron a cabo
movimientos abolicionistas que lucharon por la abolición de la esclavitud en todo
el mundo. Este fue un paso crucial en la promoción de la igualdad y la dignidad
humana.
Uno de los eventos más significativos en la abolición de la esclavitud fue la
Revolución Haitiana, que tuvo lugar entre 1791 y 1804 en la colonia francesa de
Saint-Domingue (actualmente Haití). Esta revolución liderada por esclavos
africanos y afrodescendientes resultó en la independencia de Haití y en la abolición
de la esclavitud en ese territorio.
En el contexto de la abolición de la esclavitud en el siglo XIX, el Reino Unido
desempeñó un papel destacado. En 1807, el Parlamento británico aprobó la Ley
para la Abolición de la Trata de Esclavos, prohibiendo el comercio de esclavos en el
Imperio Británico. Posteriormente, en 1833, se aprobó la Ley de Abolición de la
Esclavitud, que puso fin a la esclavitud en las colonias británicas. La abolición de la
esclavitud en el Imperio Británico fue un hito importante y sentó un precedente
para otros países.
En los Estados Unidos, la cuestión de la esclavitud fue una fuente de conflicto
durante todo el siglo XIX. La Guerra Civil estadounidense (1861-1865) tuvo como
uno de sus principales puntos de controversia la esclavitud, y la Proclamación de
Emancipación emitida por el presidente Abraham Lincoln en 1862 declaró la
liberación de los esclavos en los estados rebeldes. La Decimotercera Enmienda a la
Constitución de los Estados Unidos, adoptada en 1865, finalmente abolió la
esclavitud en todo el país.
En otros países europeos, como Francia, España y Portugal, la abolición de la
esclavitud también tuvo lugar en el siglo XIX. En muchos casos, los movimientos
abolicionistas fueron impulsados por presiones internas, así como por un cambio
en la opinión pública y la creciente conciencia de la injusticia de la esclavitud.
Movimientos obreros y derechos laborales (siglo XIX): Durante la Revolución
Industrial, los trabajadores se organizaron en movimientos obreros para exigir
mejores condiciones laborales y derechos fundamentales, como la jornada de
trabajo limitada, el salario justo y la protección social.
En Inglaterra, la Revolución Industrial generó condiciones laborales
extremadamente duras, especialmente para los trabajadores en las fábricas. A
medida que los trabajadores comenzaron a organizarse en sindicatos y
asociaciones, se llevaron a cabo protestas y huelgas para exigir mejores salarios,
condiciones de trabajo más seguras y una reducción de las horas de trabajo. La
formación de los sindicatos y el movimiento obrero en general llevaron a la
promulgación de leyes laborales más justas, como la Ley de Fábricas de 1833 y la
Ley de Fábricas de 1847, que establecieron regulaciones para proteger a los
trabajadores, especialmente a las mujeres y los niños.
En otros países de Europa, como Francia y Alemania, también se formaron
movimientos obreros y sindicatos para luchar por los derechos laborales. En 1864
se fundó la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), conocida como la
Primera Internacional, que buscaba coordinar los esfuerzos de los movimientos
obreros en diferentes países y promover la solidaridad internacional entre los
trabajadores.
En los Estados Unidos, el movimiento obrero también se desarrolló durante el siglo
XIX. La formación de sindicatos y la organización de huelgas fueron elementos
clave en la lucha por mejores condiciones laborales. Uno de los eventos más
significativos fue la huelga de Haymarket en 1886 en Chicago, que buscaba una
jornada laboral de ocho horas. Aunque la huelga fue reprimida violentamente y
tuvo consecuencias negativas para el movimiento obrero en ese momento, sentó las
bases para futuras mejoras en los derechos laborales.
A medida que los movimientos obreros crecían en influencia, se lograron avances
significativos en la legislación laboral. En muchos países, se implementaron leyes
que establecían límites a las horas de trabajo, regulaban la seguridad laboral,
prohibían el trabajo infantil y reconocían el derecho de los trabajadores a
organizarse en sindicatos y negociar colectivamente.
La Declaración Universal de Derechos Humanos (1948): Después de la Segunda
Guerra Mundial y los horrores del Holocausto, las Naciones Unidas proclamaron
la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) en 1948. Este documento
histórico establece los derechos humanos básicos que deben ser protegidos en todo
el mundo, independientemente de la raza, la religión, el origen étnico, el género u
otras características.
La DUDH fue redactada después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial y
con el objetivo de prevenir futuras violaciones masivas de los derechos humanos.
Fue elaborada por representantes de diferentes culturas y tradiciones legales de
todo el mundo, y su adopción fue un logro histórico que reflejó un consenso global
sobre los valores fundamentales que deben prevalecer en la humanidad.
La Declaración consta de 30 artículos que abarcan una amplia gama de derechos
civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Algunos de los derechos
proclamados incluyen el derecho a la vida, la libertad de pensamiento, expresión y
religión, la igualdad ante la ley, el derecho al trabajo, la seguridad social, la
educación y la participación en la vida cultural.
La DUDH establece que todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos, y prohíbe la discriminación por motivos de raza, color,
género, religión, origen nacional o social, entre otros. También enfatiza la
importancia de proteger los derechos humanos individuales y promover el respeto
mutuo, la justicia y la paz.
Aunque la Declaración Universal de Derechos Humanos no tiene fuerza legal
vinculante por sí misma, ha sido un documento influyente que ha sentado las bases
para la elaboración de tratados y convenciones internacionales de derechos
humanos. También ha inspirado la redacción de constituciones y legislaciones
nacionales en muchos países, así como la labor de organizaciones y defensores de
derechos humanos en todo el mundo.
Pactos Internacionales de Derechos Humanos (1966): La DUDH sentó las bases
para la adopción de dos pactos internacionales de derechos humanos en 1966: el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Estos pactos ampliaron y
codificaron los derechos establecidos en la DUDH.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos garantiza una amplia gama
de derechos civiles y políticos, tales como el derecho a la vida, la libertad de
pensamiento, expresión y religión, el derecho a un juicio justo, la prohibición de la
tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a participar
en la vida política y pública.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales protege
derechos económicos, sociales y culturales, tales como el derecho al trabajo, a
condiciones laborales justas, a la seguridad social, a la educación, a la vivienda
adecuada, a la alimentación, a la salud y a participar en la vida cultural.
Ambos pactos fueron creados para complementarse mutuamente y reconocen que
los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales son indivisibles e
interdependientes.
Cada pacto establece un Comité de Derechos Humanos encargado de supervisar su
implementación y recibir informes periódicos de los Estados Parte. Los Estados que
ratifican los pactos se comprometen a tomar medidas legislativas, administrativas
y judiciales para garantizar el pleno ejercicio de los derechos reconocidos en los
pactos y a informar regularmente sobre las medidas adoptadas.
Los Pactos Internacionales de Derechos Humanos han sido ratificados por
numerosos Estados en todo el mundo y han influido en la elaboración de leyes y
políticas nacionales en materia de derechos humanos. Además, han sido
fundamentales para el desarrollo de la jurisprudencia internacional en el campo de
los derechos humanos y han proporcionado una base sólida para la promoción y
protección de los derechos fundamentales en la comunidad internacional.
Movimientos por los derechos civiles y la igualdad (siglo XX): Durante el siglo
XX, se llevaron a cabo numerosos movimientos por los derechos civiles y la
igualdad en todo el mundo. Ejemplos destacados incluyen el movimiento por los
derechos civiles en Estados Unidos, el apartheid en Sudáfrica y la lucha por los
derechos de las mujeres.
Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos: Durante la primera
mitad del siglo XX, los afroamericanos en Estados Unidos lucharon contra
la segregación racial y la discriminación institucionalizada. El movimiento
ganó impulso en la década de 1950 y 1960, liderado por figuras
prominentes como Martin Luther King Jr., Rosa Parks y Malcolm X. El
movimiento culminó en la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de
1964 y la Ley de Derecho al Voto de 1965, que prohibieron la discriminación
racial y garantizaron el derecho al voto para todos los ciudadanos.
Movimiento por los derechos de la mujer: A lo largo del siglo XX, el
movimiento feminista luchó por la igualdad de derechos y oportunidades
para las mujeres. Las sufragistas del siglo XIX sentaron las bases para la
lucha por el derecho al voto de las mujeres, que se logró en muchos países
durante el siglo XX. El movimiento feminista también abordó cuestiones
como la igualdad salarial, el acceso a la educación y el control sobre el
propio cuerpo. La Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación
contra la Mujer de las Naciones Unidas (1979) y la Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (1981)
son tratados internacionales importantes en esta lucha.
Movimiento por los derechos LGBTQ+: A partir del siglo XX, las personas
lesbianas, gays, bisexuales, transgénero y queer comenzaron a organizarse
y luchar por la igualdad de derechos y la aceptación social. El movimiento
LGBTQ+ ha abordado cuestiones como la despenalización de la
homosexualidad, el reconocimiento del matrimonio igualitario, la lucha
contra la discriminación y la violencia basadas en la orientación sexual o
identidad de género, y la promoción de la igualdad de derechos en áreas
como el empleo y la adopción. Varios países han promulgado leyes y
políticas para proteger los derechos de las personas LGBTQ+, y en 2015 la
Corte Suprema de Estados Unidos legalizó el matrimonio igualitario en
todo el país.
Desarrollo del derecho internacional humanitario y los tribunales
internacionales: En las últimas décadas, se ha fortalecido el derecho internacional
humanitario y se han establecido tribunales internacionales, como la Corte Penal
Internacional, para juzgar y sancionar los crímenes de guerra, genocidio y crímenes
contra la humanidad.
El derecho internacional humanitario, también conocido como derecho de la guerra
o derecho de los conflictos armados, es un conjunto de normas y principios que
buscan limitar el sufrimiento humano durante los conflictos armados y proteger a
las personas que no participan en las hostilidades, como civiles, prisioneros de
guerra y personal médico. Estas normas prohíben el uso de violencia excesiva o
indiscriminada, establecen reglas para el trato humanitario de las personas
capturadas o detenidas y regulan el acceso a la asistencia humanitaria.
El DIH se ha desarrollado a lo largo del tiempo a través de tratados
internacionales, como los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos
Adicionales de 1977, así como a través de la práctica y la jurisprudencia de
tribunales internacionales y cortes nacionales.
En cuanto a los tribunales internacionales, han desempeñado un papel
fundamental en el establecimiento de la responsabilidad individual por violaciones
graves del derecho internacional humanitario y los derechos humanos durante
conflictos armados. Algunos de los tribunales más destacados incluyen:
Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY): Establecido en
1993 por el Consejo de Seguridad de la ONU, el TPIY fue creado para
procesar a los responsables de crímenes de guerra, crímenes contra la
humanidad y genocidio cometidos durante los conflictos en la ex
Yugoslavia.
Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR): Creado en 1994, el TPIR
tenía como objetivo juzgar a los responsables del genocidio en Ruanda en
1994, donde aproximadamente 800,000 personas, principalmente tutsis,
fueron asesinadas.
Corte Penal Internacional (CPI): Establecida en 2002, la CPI es el primer
tribunal penal internacional permanente. Tiene jurisdicción sobre crímenes
de guerra, crímenes contra la humanidad, genocidio y crímenes de
agresión. La CPI busca garantizar la rendición de cuentas de los individuos
responsables de los crímenes más graves que afectan a la comunidad
internacional.
Estos tribunales internacionales y otros tribunales ad hoc han desempeñado un
papel crucial en la promoción de la justicia, la rendición de cuentas y la disuasión
de futuras violaciones del derecho internacional humanitario y los derechos
humanos.
2. Introduccion
Desde la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, no
han cesado los debates y desarrollos sobre la naturaleza de estos derechos y los medios
para favorecer sociedades más justas, donde puedan comenzar a ser una realidad para
todas las personas, colectivos y pueblos.
Sólo así es posible enfrentar y superar la instrumentación de los derechos humanos como
herramientas para mantener las inequidades e injusticias existentes.
Todavía estamos lejos de la construcción de una cultura crítica de derechos humanos que
favorezca su apropiación popular.
Las Constituciones del Estado de derecho establecen contrapesos formales entre los
distintos poderes como medio para prevenir la concentración y el ejercicio autoritario del
poder. A su vez, desarrollan un régimen de responsabilidad pública, orientado a
garantizar la adhesión de los organismos públicos a los principios constitucionales.
La restricción legal de la actuación de los poderes del Estado responde a una necesidad
efectiva de establecer un regimen amplio de control de los órganos encargados de la
administración de los recursos públicos y del sistema de justicia, así como del monopolio
en el empleo de la fuerza.
Defender que los actores privados no tienen obligaciones de respetar los derechos
humanos en las actividades que desarrollan es contradictorio con el proyecto de lograr el
respeto a la dignidad de las personas y los procesos sociales en que se desenvuelven; así
como con la constatación del impacto que sus actividades tienen sobre personas y
poblaciones enteras.
Una de las consecuencias de estos desarrollos es la aparicion del modelo de Estado social
de derecho o Estado de bienestar, que si bien no desafía los principios liberales básicos,
impone obligaciones en materia social al Estado para garantizar derechos sociales y
servicios básicos asociados. Este modelo, inspirado en las constituciones española y
alemana citadas, y basado en el cobro de impuestos progresivos de acuerdo al ingreso, se
implementó fundamentalmente en Europa en la segunda mitad del siglo XX y se
reprodujo en distintas etapas de la historia republicana en América Latina.
Se corresponden, por tanto, con la búsqueda de cada pueblo para conquistar un orden
social libre de las fuentes de opresión, orientado a lograr la satisfacción de sus necesidades
principales como grupo humano. De ahí que no se pueden afirmar como naturales, ni
eternos, ni absolutos, ni derivados de ciertos realidades metafísicas o separados de los
vaivenes de la historia, sino que son la esencia de los procesos sociales que expresan e
intentan concretar lo que la conciencia ética de los pueblos reconoce como necesario para
vivir con dignidad.
Una visión de los derechos humanos como proyecto a ser con- cretado en la práctica
política y cultural de los pueblos, reivindi- ca el carácter fundamental que las luchas
sociales tienen en su construcción, así como destaca la influencia de las condiciones
históricas en que surgen y se desarrollan. Reconocer el carácter utópico de los derechos
humanos previene de las falsas seguri- dades derivadas de las concepciones que los
asumen como algo dado, al margen de la realidad cotidiana de la gente.
Un pueblo indígena y una comunidad política que coloniza su territorio con fines
de desarrollo, amenazando la integridad de los primeros.
Una familia trabajadora en pobreza extrema, y una familia millonaria cuyas
relaciones formen parte del entramado que impide a los sectores en pobreza
mejorar su economía.
Una mujer víctima de la violencia, y el entorno cultural y social que violenta su
dignidad e integridad física.
5.4. Descolonizar los derechos humanos
Para enfrentar la instrumentación de los derechos humanos y asegurar su efectividad
política y cultural en los procesos sociales protagonizados por los pueblos del Sur, se
requiere apostar por la descolonización de los conceptos de las visiones hegemónicas
eurocentristas. Esto requiere su reformulación filosófica y política participativa –una
dinámica en la que participan activa y crecientemente los pueblos del Sur, con sus luchas y
demandas y su participación en los procesos de construcción de nuevos modelos de
organización social.
Por ello, la lucha efectiva por los derechos humanos significa también la lucha por la
transformación de los sistemas políticos, para así garantizar la conquista de espacios
crecientes de participación democrática para los distintos sectores de la población. En ese
sentido, las políticas públicas desarrolladas por el Estado deben necesariamente asegurar
la participación social en todas sus etapas, si quieren verdaderamente responder a las
demandas de los sectores que requieren respuestas para la protección y realización de sus
derechos humanos.
Derechos Civiles
Derecho a la vida: Contra la privación de la vida y la “desaparición” o
incluso el asesinato legal (la pena capital o pena de muerte).
Derecho a la integridad física: Contra la tortura.
Derecho a la libertad: Contra la esclavitud y la detención ilegal.
Derecho a la igualdad y no discriminación.
Derecho a la libertad de expresión.
Derecho a la libertad de imprenta.
Derecho a que se respete la vida privada.
Derecho al acceso a la información.
Derecho a la libertad de tránsito.
Derecho a una nacionalidad.
Derecho de acceso a la justicia.
Derecho a la identidad.
Derechos Políticos
Derecho a votar y ser votado para cargos públicos.
Derecho de libertad de reunión o de asociación.
Derecho afiliación.
Derechos Económicos
Derecho al trabajo.
Derecho a buenas condiciones laborales.
Derecho a un salario justo.
Derecho a la libertad de trabajo: Contra el trabajo forzado, la prostitución y
la servidumbre por deudas.
Derecho a la libertad y organización sindical.
Derechos Sociales
Derecho a la alimentación y a vestido.
Derecho a tener una vivienda digna.
Derecho a gozar de salud y atención médica.
Derecho a educarse.
Derecho vacaciones y divertirse sanamente.
Derechos Culturales
Derecho a disfrutar de la creación artística del propio pueblo.
Derecho a los beneficios de la ciencia y de los avances de la técnica.
Derecho al propio idioma.
Derecho a la propia cultura.
Derecho a la propia religión.
Derechos de Solidaridad
Los Derechos de Tercera Generación también conocidos como los Derechos de Solidaridad
o de los Pueblos contemplan cuestiones de carácter Supranacional, como el Derecho a la
Paz y a un Medio Ambiente Sano.
Derecho a la Autodeterminación
Derecho a la Identidad Nacional y Cultural
Derecho a la Independencia Económica y Política
Derecho a la Paz
Derecho a la Solución de problemas Alimenticios, Educativos y Ecológicos
Derecho al Patrimonio de la Humanidad
Derecho al Medio Ambiente Sano
Derechos a la Ciencia y Tecnología
Representa a la sociedad en juicio para los efectos de defender a la familia, a los menores e
incapaces y el interés social, así como para velar por la moral pública, la persecución del
delito y la reparación civil.
8. Los sistemas de protección de los Derechos Humanos
Un sistema de protección de derechos humanos es un mecanismo implementado en el
marco de una organización internacional, ya sea de carácter universal o regional, con la
finalidad de asegurar que los Estados que pertenezcan a su sistema, respeten y promuevan
los derechos humanos de las personas que están bajo su jurisdicción.