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CLASE TEÓRICA UNIDAD 2

Unidad 2: EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA PROTECCIÓN JURÍDICA de los DD.HH

Introducción. Antecedentes preconstitucionales. El nacimiento del constitucionalismo y la era del


constitucionalismo clásico. El Constitucionalismo social. Normas Internacionales anteriores y posteriores
a 1945. Las décadas de 1970 y 1980: Los derechos de tercera generación. La Constitucionalización del
DIDH. La década de 1990.

-DESARROLLO DE TEMAS-

Introducción. Antecedentes preconstitucionales.

La noción de derechos humanos es bastante antigua. Los orígenes de los mismos los podemos encontrar
en diferentes referentes. Al respecto, la mayoría de autores nos remiten a los hebreos o a la Grecia
clásica, donde se hablaba ya de leyes no escritas y de ley natural. En el Derecho Romano se hablaba de la
existencia de ciertos derechos naturales del hombre. Además, aunque la Edad Media no fue época
favorable a la idea de los derechos humanos, vale la pena resaltar la labor de personajes como Santo
Tomás de Aquino que, influenciado por la filosofía aristotélica, consideraba la ley natural como derivada
de la razón.
El respeto de determinados valores que informan lo que hoy conocemos como derechos humanos se fue
inculcando por medio de las distintas religiones que a través de la historia se fueron estableciendo, a
pesar que las mismas no lograron la igualdad de todos los seres humanos a la que aspiran.

Lo anterior evidencia que la idea de derechos humanos es tan antigua como la propia historia de las
civilizaciones, habiéndose manifestado en distintas culturas y momentos históricos sucesivos, en hechos
donde se ha afirmado la dignidad de la persona humana y en la lucha contra todas las formas de
dominación y exclusión.

Obviamente, la noción de derechos humanos que se pudo haber tenido en el mundo antiguo no tiene
los mismos contenidos que en la actualidad, ya que los derechos humanos se han desarrollado
indisolublemente unidos a conceptos modernos como la autodeterminación de los pueblos y la
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democracia. Sin embargo, dichas nociones significaron un continuo esfuerzo por desarrollar
instrumentos normativos que tuvieron como fin la dignificación humana.

Los orígenes de los derechos humanos, respecto al Derecho Positivo, se remontan a documentos
aparecidos en siglos recientes, de tal manera, encontramos como referentes a la 1) Carta Magna de
1215, 2) el Habeas Corpus de 1679 y 3) Bill of Rights de 1689, en Inglaterra, o el Bill of Rights del estado
de Virginia y la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, ambas en 1776. Es en documentos
de este tipo que comienza a dársele especificidad normativa a las libertades individuales. Resulta de
singular importancia, el Bill of Rights inglés, ya que significó el recorte de los poderes absolutos del
monarca.

1) CARTA MAGNA: Podría decirse que la Carta Magna o la “Gran Carta”, fue la influencia primitiva
más significativa en el extenso proceso histórico que condujo a la ley constitucional actual en el mundo
de habla inglesa. En 1215, después de que el rey Juan de Inglaterra violara un número de leyes y
tradiciones antiguas con que se había gobernado Inglaterra, sus súbditos lo forzaron a firmar la Carta
Magna, la cual enumera lo que después vino a ser considerado como los derechos humanos. Entre ellos
estaba el derecho de la iglesia a estar libre de la intervención del gobierno, los derechos de todos los
ciudadanos libres a poseer y heredar propiedades y que se les protegiera de impuestos excesivos.
Estableció el derecho de las viudas que poseían propiedades para decidir no volver a casarse, y establece
principios de garantías legales e igualdad ante la ley. También contenía disposiciones que prohibían el
soborno y la mala conducta de los funcionarios. Considerada ampliamente como uno de los documentos
legales más importantes en el desarrollo de la democracia moderna, la Carta Magna fue un punto de
cambio crucial en la lucha para establecer la libertad.

2) HABEAS CORPUS DE 1679: El hábeas corpus, consagrado por la ley de 1679, es


una institución que garantiza la libertad individual poniendo al alcance de los individuos un medio
expeditivo de obtener de inmediato el amparo de los magistrados. El hábeas corpus de 1679 no
pretendió garantizar sino una sola de las libertades o derechos individuales: la libertad corporal.

3) Bill of Rights de 1689, en Inglaterra: La Carta de Derechos o Declaración de Derechos es un


documento redactado en Inglaterra en 1689, que impuso el Parlamento inglés al príncipe Guillermo de
Orange para poder suceder al rey Jacobo II. El propósito principal de este texto era recuperar y fortalecer
ciertas facultades parlamentarias ya desaparecidas o notoriamente mermadas durante el reinado
absolutista de los Estuardo (Carlos II y Jacobo II). Constituye uno de los precedentes inmediatos de las
modernas «Declaraciones de Derechos», incluyendo: el preámbulo de la Declaración de Independencia
de los Estados Unidos (1776), la revolucionaria Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano (1789) y la internacional Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).

El nacimiento del constitucionalismo y la era del constitucionalismo clásico

El constitucionalismo clásico es un término que designa al sistema filosófico y político surgido tras la Revolución en
los Estados Unidos de 1776 y la Revolución Francesa de 1789. El concepto tuvo como antecedentes ideológicos a
pensadores como Rousseau, Montesquieu o Locke.
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Hasta ese momento, el sistema de gobierno más habitual era el absolutismo. En este no solo había un rey al frente
con una legitimidad buscada en la religión, sino que existía una gran diferencia de derechos entre los distintos
súbditos.

Imagen: Declaración Universal de los Derechos Humanos- Fuente: Jean-Jacques-François Le Barbier

El constitucionalismo clásico buscó acabar con esa situación. A partir de los escritos de los filósofos nombrados, se
intentó consagrar la igualdad de todos los seres humanos. De igual forma, se publicó la Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano (imagen), otorgándole a cada persona unos derechos inalienables. Este tipo de
constitucionalismo se basó en establecer una serie de garantías para el individuo frente al Estado. Estas quedaban
recogidas en un texto escrito, la Constitución, que se convertía en la Ley superior de las naciones que las
promulgaban.

Fuente del Constitucionalismo Clásico:

De acuerdo al historiador Don Edward Fehrenbacher, el Constitucionalismo se define como “«un complejo de ideas,
actitudes y pautas de comportamiento que establecen el principio de que la autoridad del gobierno deriva y está
limitada por la parte principal de una ley suprema».

A partir de este concepto político nació el sistema constitucionalista y el Estado de Derecho. En estos, a diferencia
de en otros regímenes, el poder queda limitado por la acción de las leyes. Por encima de todas ellas se encuentra la
Constitución, que no en vano es denominada en algunos lugares “Ley de Leyes”.

Antes de aparecer este concepto, salvo excepciones históricas, el poder había estado concentrado en muy pocos
individuos. En muchas sociedades se usaba la religión como legitimadora de ese poder, que se convertía en
absoluto.

Revolución de EE.UU y Revolución francesa:

La Revolución de los Estados Unidos y la Revolución Francesa están consideradas como el inicio del
constitucionalismo clásico. La primera tuvo lugar en 1776 y la segunda en 1789.

Como se indicaba anteriormente, el sistema político más común hasta esas fechas era la monarquía absolutista. En
estas, el rey gozaba de un poder casi ilimitado.

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Tras el rey, existían dos clases sociales, bajo el mandato del monarca pero por encima del resto: la nobleza y el
clero. Por último, aparecía la incipiente burguesía y el llamado tercer estado, sin ningún derecho como ciudadanos.

Esa situación fue una de las causas de ambas revoluciones, aunque en el caso estadounidense se mezclara con la
búsqueda de la independencia de Gran Bretaña. Así, dentro de las intenciones de los revolucionarios de ambos
lugares se encontraba el limitar el abuso de poder por parte del Estado.

La influencia de los filósofos de la época llevó a que se redactaran documentos en los que se recogían los derechos
del hombre. La Declaración de Virginia (1776), la Constitución de los Estados Unidos (1787) y la Constitución
Francesa (1791) recogen ya buena parte de esos derechos.

La obra principal fue la propia Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, elaborada en 1789 que,
como las otras mencionadas, consagró los principios constitucionales fundamentales.

Concepto del Constitucionalismo Clásico:

El constitucionalismo clásico se nutre de dos conceptos estrechamente relacionados. Ambos aparecieron como
oposición a los principios del absolutismo.

El primero es la necesidad de garantizar las libertades y los derechos individuales, por encima de los deseos del
Estado y de la religión. En segundo deja claro que un país puede dotarse de una Constitución formal y, sin embargo,
no establecer dichas libertades.

En resumen, el constitucionalismo clásico no solo requiere la aparición de una Constitución, sino que esta tenga
unas características definidas.

Características del Constituionalismo Clásico:

• LEY ESCRITA y RÍGIDA: La primera característica del constitucionalismo clásico y, por ende, de los regímenes políticos
basados en este concepto es la existencia de constituciones escritas. Con la excepción de Gran Bretaña, cuya Carta Magna no
quedó reflejada en ningún texto, Francia y Estados Unidos redactaron sus constituciones poco después de sus revoluciones. En
los dos casos, las constituciones eran muy rígidas. Esto tenía la intención de recordar a los gobernantes sus límites, incluso
otorgando a los gobernados la posibilidad de resistir la posible opresión que se produce cuando esos límites se traspasan. Para
los pioneros del constitucionalismo, era necesaria que la Constitución estuviera por escrito. Consideraban que aumentaba las
garantías de que fuera respetada y seguida. Además, hacía más complicado que nadie tratara de manipular el significado de
cada ley. De esta forma, el constitucionalismo clásico se convirtió en la manera de garantizar los derechos del individuo frente al
Estado. Esta sistema buscó asentar la seguridad jurídica a todos los niveles.

• RACIONALISMO y LIBERALISMO: El constitucionalismo clásico se basó en el racionalismo. Desde la época de


la Ilustración, los filósofos colocaron al ser humano y la razón por encima de la religión y la sumisión a los reyes. La Revolución
Francesa llegó a hablar de la Diosa Razón. Para estos teóricos, la razón era la única cualidad capaz de ordenar la sociedad
mediante normas escritas. En ciertos aspectos, este primer constitucionalismo también comenzó a incorporar aspectos
relacionados con el liberalismo, entendido como la importancia de la libertad individual en todos los ámbitos.
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• DIVISIÓN de PODERES: En su pretensión por limitar el poder del Estado frente a los ciudadanos, el constitucionalismo
clásico estableció un reparto de competencias que condujo a la separación de poderes. Nacía así la división del Ejecutivo, el
Legislativo y el Judicial, que ejercían un control mutuo para que no sobrepasar sus funciones.

• DERECHOS del HOMBRE: Otro de los elementos más importantes que caracteriza a este constitucionalismo es la
aparición del concepto de los derechos humanos. Tanto las primeras constituciones, como la propia Declaración de Derechos,
fueron hitos fundamentales en este aspecto. Para los teóricos de la época, cada ser humano es titular de unos derechos. Estos
serían enunciados de las facultades atribuida por la razón a cada individuo.

• PAPEL del ESTADO: El Estado es considerado por el constitucionalismo clásico como un ente artificial, creado por los
seres humanos. Su papel sería garantizar el ejercicio de los derechos de cada ciudadano. El poder ejercido por el Estado está
supeditado a la soberanía popular. La autoridad, según esta visión, procede del pueblo y son los ciudadanos los que deben
pronunciarse sobre cómo organizarla y ejercerla.

El Constitucionalismo social

El constitucionalismo social fue el resultado de las desigualdades económicas y la falta de derechos de


gran parte de la población durante los siglos XIX y XX. A pesar de que el constitucionalismo liberal había
promulgado la igualdad de los seres humanos, esta no se reflejaba en la sociedad de la época.

La Revolución Industrial y el cambio del paradigma económico había supuesto una mayor creación de
riqueza. Sin embargo, esta solo alcanzó a parte de la población, mientras que se creaban bolsas de
pobreza entre los trabajadores. Estos no contaban con casi ningún derecho laboral y quedaban a merced
de los empresarios.

Con algunos antecedentes, como la Constitución surgida de la Revolución Francesa de 1848 o, incluso,
los avances sociales del II Reich, no fue hasta la aparición de movimientos obreros organizados cuando la
situación empezó a cambiar.

Fuente del Constitucionalismo Social:

Con algunos antecedentes, como la Constitución surgida de la Revolución Francesa de 1848 o, incluso,
los avances sociales del II Reich, no fue hasta la aparición de movimientos obreros organizados cuando la
situación empezó a cambiar. La Revolución Industrial surgida en la Inglaterra del siglo XVIII cambió la
economía en casi toda Europa y en parte de América. La introducción de maquinaria aumentó
enormemente la producción y la industria sustituyó a la agricultura como base de la economía. En esos
momentos empezaba también a extenderse el llamado constitucionalismo liberal. Este tenía como base
principal la libertad del individuo frente a la acción del Estado. Igualmente, establecía la igualdad de cada
persona ante la ley. En términos políticos, supuso una mayor democratización, pero también ocasionó
efectos negativos.

La Revolución Industrial surgida en la Inglaterra del siglo XVIII cambió la economía en casi toda Europa y
en parte de América. La introducción de maquinaria aumentó enormemente la producción y la industria
sustituyó a la agricultura como base de la economía.
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En esos momentos empezaba también a extenderse el llamado constitucionalismo liberal. Este tenía
como base principal la libertad del individuo frente a la acción del Estado. Igualmente, establecía la
igualdad de cada persona ante la ley. En términos políticos, supuso una mayor democratización, pero
también ocasionó efectos negativos. Los mayores perjudicados fueron los obreros y trabajadores. El
constitucionalismo liberal no permitía, en principio, ninguna regulación de la economía. No existía
normativa para los salarios, ni derecho a huelga ni a beneficios sociales. Se creó, de esta manera, una
gran bolsa de pobreza, con muchos ciudadanos malviviendo aunque estuvieran trabajando.

Con la aparición de la ideología socialista y, después, comunista, los obreros comenzaron a organizarse.
Su intención era mejorar sus condiciones laborales y vitales. Este fue el germen del constitucionalismo
social. Aunque existieron algunos antecedentes, los historiadores afirman que su primer ejemplo fue la
Constitución surgida de la Revolución Mexicana que comenzó en 1910.

Fue en el siglo XX cuando el constitucionalismo social se implantó en numerosos países. La Gran


Depresión de 1929 y la Primera Guerra Mundial empobrecieron a millones de personas. Los distintos
países se vieron obligados a actuar para proteger a los ciudadanos.

Otro acontecimiento que, de acuerdo a muchos historiadores, favoreció la expansión de este tipo de
constitucionalismo fue la Revolución Soviética y el comunismo. Existía miedo a que los trabajadores se
unieran a esta ideología y se repitieran movimientos revolucionarios. La mejor manera de evitarlos era
intentar mejorar sus condiciones de vida. La Constitución Mexicana de 1917, promulgada tras la victoria
de los revolucionarios, está considerada como el primer ejemplo de constitucionalismo social. Sin
embargo, la provincia de Mendoza, Argentina, ya había redactado una Carta Magna similar el año
anterior. En Europa los primeros ejemplos se dieron en Alemania. Tras la derrota en la Primera Guerra
Mundial se constituyó la República de Weimar. Su Constitución de 1919 estableció derechos a los
trabajadores.

Caracteres del Constitucionalismo Clásico:

• ECONOMÍA: El constitucionalismo social abogaba por la intervención del Estado en la


economía. No se trataba, como en los sistemas socialistas, de planificarla, sino de corregir los excesos. El
primer paso fue legislar sobre los derechos sociales. A esto le siguió la regulación del funcionamiento de
las empresas privadas, impidiendo la explotación de los trabajadores. Igualmente, se creó una política de
distribución de riqueza, usando los impuestos para conseguirlo. La base era que los más favorecidos
pagaran más con el fin de que la sociedad se beneficiara en su conjunto.

• ESTADO BENEFACTOR: El constitucionalismo social abogaba por la intervención del Estado


en la economía. No se trataba, como en los sistemas socialistas, de planificarla, sino de corregir los
excesos. El primer paso fue legislar sobre los derechos sociales. A esto le siguió la regulación del
funcionamiento de las empresas privadas, impidiendo la explotación de los trabajadores. Igualmente, se
creó una política de distribución de riqueza, usando los impuestos para conseguirlo. La base era que los
más favorecidos pagaran más con el fin de que la sociedad se beneficiara en su conjunto. El Estado del
Bienestar se debe encargar de proteger a los individuos menos favorecidos. Circunstancias como el
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desempleo, la enfermedad o una discapacidad estaría, de esta manera, cubiertas por el Estado y el
ciudadano no quedaría desamparado.

• DERECHOS DEL TRABAJADOR: En todos estos textos se hacía especial hincapié en los
derechos sociales, especialmente en el caso de los trabajadores. Aunque existieron diferencias
dependiendo del país, algunas de las leyes más comunes fueron las que limitaban la jornada de trabajo a
8 horas, la creación de seguros de enfermedad, maternidad y vejez, el derecho a huelga o la aparición de
leyes que protegían los contratos laborales de los trabajadores. Uno de los hitos en la historia del
constitucionalismo social fue la creación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este
organismo supranacional apareció en 1919 y está formado por gobiernos, sindicatos y empresarios. Su
función original era ayudar a los trabajadores del mundo a reclamar sus derechos, impulsando la
inclusión de estos en las constituciones. Las normas del Derecho del Trabajo están compuestas por ocho
convenios fundamentales: libertad sindical, negociación colectiva, abolición del trabajo forzoso,
abolición del trabajo infantil, eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación.

Normas Internacionales anteriores y posteriores a 1945. Las décadas de 1970 y 1980: Los derechos de
tercera generación.

Los derechos de tercera generación, también conocidos como derechos de toda la comunidad en su conjunto,
incluyen el valor solidaridad, son aquellos que se basan en la paz, el medio ambiente y el progreso. Nacieron en el
siglo XX, tras la Segunda Guerra Mundial.

Los derechos humanos, como estamos analizando en esta Unidad, han ido evolucionando. Cabe destacar que los
cambios más novedosos han ocurrido tras eventos con peso mundial, como la Revolución francesa y la Revolución
Industrial. En cambio la característica más relevante de los derechos de tercera generación es buscar cubrir las
necesidades de las personas ante las nuevas tecnologías.

Así, el derecho a la libertad informática y a la privacidad destacan entre una variedad de temas muy importantes.
Sin embargo, los derechos descritos son muy heterogéneos, pues abarcan temas ambientales, buscando mantener
la salud de las personas. Se tocan otros temas referentes a la salud, como el derecho a una muerte digna y el
derecho al aborto; este último como una reivindicación de los grupos feministas. Asimismo, el desarrollo
tecnológico de los países toma un lugar muy importante en la lista de derechos, que sigue modificándose con el
paso del tiempo.

Fuentes de los Derechos de Tercera Generación:

Con el establecimiento de los Derechos Humanos por parte de la ONU, surgieron en el mundo nuevos derechos de
obligatorio cumplimiento para todos los estados. Con el tiempo, adquirieron el nombre de derechos de tercera
generación. Ellos se basaban en la paz en sociedad, así como en el bienestar individual y planetario. Muchos de
estos se consagraron en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, que tiene un peso universal.
Sin embargo, con el paso de los años fue evidente que muchos derechos no estaban especificados en la misma. Se
hizo necesario especificarlos, puntualizarlos y actualizarlos. En los años 80 se hicieron las primeras reivindicaciones
sobre el cuidado del medio ambiente. En épocas anteriores, ese tema no había sido tratado con tanto interés. A
partir de esa fecha comenzó a gestarse un movimiento reformista en el área de derechos. Tomaron la palestra los
derechos reproductivos, de igualdad entre orientaciones sexuales, la autodeterminación y el desarrollo.

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Qué categorías de Derechos incluyen los derechos de Tercera Generación:

Derecho al Desarrollo Sostenido

Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos

Derecho a la Paz

Derecho al Patrimonio Común de la Humanidad

Derecho al Medio Ambiente

Derecho al Consumidor

La Constitucionalización del DIDH. La década de 1990

Un recorrido a través del siglo XX

Con relación a la ampliación progresiva a lo largo del tiempo del catálogo de derechos humanos, el siglo
XX es el de la consolidación de los derechos económicos y sociales. El derecho al trabajo, a sus frutos, y a
la seguridad social pasan a ser las nuevas exigencias y se reclama su protección. Dentro de distintos
entornos culturales y regímenes políticos, se irán interiorizando estas demandas, y ya a principios de
siglo ven su consagración jurídica al ser recogidas en algunas constituciones y documentos:

La Constitución de México de 1917 (fruto de la revolución mexicana), trataba de conciliar los derechos civiles y
políticos con los emergentes derechos económicos y sociales.
-La Declaración de Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado de 1918, redactada por los revolucionarios rusos e
incorporados a la nueva Constitución Soviética, priorizaba los derechos económicos y sociales.
-La Constitución de Weimar de 1919 proclamaba derechos sociales de la ciudadanía alemana, como la protección
a la familia, el derecho a la educación y al trabajo.

La Revolución Rusa dio lugar a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Frente a los derechos civiles
y políticos (también llamados de "primera generación") considerados fundamentales y prioritarios desde
las declaraciones de derechos americanas y francesas, el socialismo marxista planteó una jerarquización
inversa de los derechos, poniendo en primer lugar los derechos económicos, sociales y culturales,
argumentando que sólo impulsando estos era posible hacer efectivos los otros. Las distintas vías, desde
la revolución radical hasta el reformismo interno, irán difundiendo la necesidad y la importancia de los
derechos económicos, sociales y culturales, pasando a ser considerados, con el tiempo, definitivamente
inseparables y complementarios de los derechos civiles y políticos.

Un año antes de la Constitución de Weimar había finalizado la Primera Guerra Mundial (1914-1918),
desencadenada a causa de los proyectos expansionistas y colonialistas de los países implicados.
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Extendida por más de medio mundo, se convirtió en el conflicto más sangriento de la historia hasta
entonces.

Acabada la guerra se creó la Sociedad de Naciones, con el objetivo de fomentar una política mundial de
desarme y seguridad colectiva. Hizo obligatorio para los países miembros el recurso al arbitraje en caso
de conflicto, e intervino en distintos contenciosos. No obstante, depués de 1935 la Sociedad de Naciones
no fue considerada como una amenaza por parte de los proyectos expansionistas de Alemania, Italia
(que había ignorado las reprobaciones de la Sociedad a raíz de la invasión de Abisinia) y Japón (que
también había ignorado la orden de retirarse de la Manchuria China).

Al margen de su labor de arbitraje, la Sociedad de Naciones se distinguió por la creación en 1921 de


la Corte Permanente de Justicia Internacional (el precedente del actual Tribunal Penal Internacional de la
Haya, establecido en 1998), la firma del Convenio Internacional para la Supresión de la Esclavitud
(firmado en 1926 y completado y ratificado por las Naciones Unidas en 1956) y la creación de la
Organización Internacional del Trabajo.

Tras la Primera Guerra Mundial, las democracias liberales perdieron credibilidad mientras que al mismo
tiempo medraban, en el ambiente de descontento, movimientos de extrema derecha y de extrema
izquierda. En este contexto se afianzan los dos totalitarismos más devastadores del siglo XX, el
comunismo y el nazismo. Ambos partían de las mismas premisas: la liquidación del pluralismo, la
implantación de la ideología oficial del Estado, el culto al líder y la obediencia ciega. Sus consecuencias
fueron comparables: el terrorismo estatal y millones de víctimas. En la Unión Soviética, a partir de
1924 Stalin inició la eliminación de toda oposición, convirtiéndose en dictador absoluto (adoptando un
modelo de comunismo muy alejado de las ideas de Marx y Engels). En Alemania, Hitler accedió al poder
en 1933 por la vía democrática, introduciendo luego medidas cada vez mas totalitarias y racistas, unas
medidas anunciadas ya anteriormente en su obra Mein Kampf (1926):

"La mezcla de la sangre y, por lo tanto, la decadencia racial, son


las únicas causas de la desaparición de las viejas culturas, ya que
los pueblos no mueren como consecuencia de las guerras perdidas
sino por la anulación de aquella fuerza de resistencia que sólo es
propia de la sangre incontaminada."
"El principio de organización constructiva de la raza aria ha sido
sustituido por el principio destructor que vive en el judío,
convertido así en el 'fermento de descomposición' de pueblos y
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razas y, en un sentido más amplio, en el factor de disolución de la
cultura humana."

En 1939, con la invasión de Polonia por las tropas de Hitler, empezó la Segunda Guerra Mundial. Al
finalizar, en 1945, el balance era desolador: cincuenta millones de muertos (de ellos treinta millones de
civiles), dos explosiones nucleares dirigidas contra la población civil (Hiroshima y Nagasaki),
deportaciones masivas, el exterminio metódico y sistemático en los campos de exterminio nazis de
judíos, gitanos, homosexuales y otras minorías étnicas, la esclavitud sexual de mujeres promovida por el
ejército japonés, ciudades enteras demolidas, países arrasados, etc.

En los Juicios de Núremberg y los Juicios de Tokio los vencedores juzgaron a los máximos responsables
alemanes y japoneses. Se les acusaba de haber cometido crímenes contra la paz (violaciones de tratados
internacionales y actos de agresión injustificada contra otras naciones), crímenes contra la humanidad
(planificación y participación en exterminios y genocidios) y crímenes de guerra (violación de las leyes y
convenios internacionales sobre la guerra). El conjunto de procedimientos llevados a cabo tanto en Tokio
como en Núremberg significaron el establecimiento, a partir de entonces (ya que con anterioridad no
existían), de reglas básicas de persecución de criminales de guerra así como la tipificación de los delitos
correspondientes.

Pero lo que no se juzgó en ningún caso fueron las violaciones de derechos humanos cometidas por los
países aliados, que también se produjeron. Por ejemplo, la agresión a Polonia por parte de la Unión
Soviética, los bombardeos aliados de civiles tanto sobre Alemania como sobre Japón, o las represalias y
las violaciones sobre la población alemana cometidas por el ejercito soviético durante la ocupación final
de Alemania. Según los criterios usados durante los juicios de Núremberg y Tokio, estos también fueron
crímenes contra la humanidad, pero sus responsables no fueron encausados.

La Segunda Guerra Mundial finalizó en 1945. Alemania se rindió en mayo, Japón en agosto tras el
lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Dos meses más tarde, el 24 de
octubre, fue fundada oficialmente en San Francisco la Organización de las Naciones Unidas mediante la
firma de la Carta de las Naciones Unidas por parte de 51 estados. Las Naciones Unidas reemplazaban así
a la Sociedad de Naciones, en la medida que ésta había fracasado en sus propósitos preventivos, al no
ser capaz de evitar el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

A los 51 estados miembros iniciales en los años sucesivos se les fueron añadiendo nuevos estados, tal
como contemplaba el Artículo 4 de la Carta:

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"Podrán ser Miembros de las Naciones Unidas todos los demás
Estados amantes de la paz que acepten las obligaciones
consignadas en esta Carta, y que, a juicio de la Organización,
estén capacitados para cumplir dichas obligaciones y se hallen
dispuestos a hacerlo. La admisión de tales Estados como
Miembros de las Naciones Unidas se efectuará por decisión de la
Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad."

Los horrores de la guerra y los juicios de Núremberg y Tokio mostraban la necesidad de


regular de forma precisa el concepto de derechos humanos y, sobre todo, de establecer
claramente cuáles eran. Uno de los primeros trabajos de las Naciones Unidas fue la
elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un texto cuya
redacción estuvo sujeta a muchas discusiones, ya que las posturas de las distintas
naciones no eran coincidentes acerca de sus contenidos. No obstante, finalmente fue
aprobada el 10 de diciembre de 1948. Con la aprobación de la Declaración Universal la
humanidad se dotó a sí misma de un documento marco para la convivencia entre los
seres humanos, con el objetivo de que estos derechos llegaran a formar parte del
derecho positivo de todas las naciones.

Los horrores de la Segunda Guerra Mundial y el deseo de que estos horrores no se


repitieran condujeron al establecimiento de las Naciones Unidas y a la redacción de
múltiples documentos sobre derechos humanos. Desde la sociedad civil es reveladora
también la eclosión de organizaciones de defensa de los derechos humanos, tanto desde
el trabajo de denuncia (Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Save the Children,
etc.).

Pero tampoco hay que olvidar que ninguna conquista alcanzada es una garantía de cara al
futuro: casos como los genocidios cometidos durante la guerra de Bosnia-
Herzegovina (1992-1995), o el genocidio de Ruanda de 1994 (por citar sólo los más
llamativos, ya que una lista exhaustiva que recogiera todos los conflictos nacionales o
regionales en los que se han violado de forma masiva los derechos humanos sería
excesivamente larga), muestran la fragilidad de los logros conseguidos.
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Para juzgar las violaciones de derechos humanos que se cometieron en Bosnia-
Herzegovina y Ruanda se crearon sendos Tribunales Penales Internacionales con
jurisdicción sobre cada uno de los países. Posteriormente, culminando una antigua
aspiración de la comunidad internacional, en la Conferencia de Roma de 1998, se creó el
Tribunal Penal Internacional, de carácter permanente, el cual entró en vigor en 2002, al
sumar las necesarias ratificaciones estatales. El Tribunal tiene por objeto ser un
instrumento capaz de asumir la defensa jurídica de las víctimas de violaciones de
derechos humanos en cualquier parte del mundo y, especialmente, en los casos de
crímenes de guerra, genocidio y crímenes de lesa humanidad.

Al iniciarse el siglo XXI, además de distintos conflictos bélicos y su larga secuela de


violaciones de derechos humanos, siguen persistiendo otras muchas violaciones de
derechos humanos, en general arrastradas desde los tiempos más remotos:

--El azote del hambre padecido por millones de personas, en un mundo globalizado y con
los recursos necesarios para alimentar toda la humanidad.
--La falta de acceso a la sanidad y a la educación de una parte considerable de la
humanidad.
--La persistencia de la esclavitud, en su forma más tradicional circunscrita a casos muy
concretos, pero diseminada por todo el mundo bajo nuevas formas de servidumbre
(prostitución forzada, trabajo esclavo infantil, etc.).
--La persistencia de la tortura (incluso en ocasiones la reivindicación de su legalización) a
socaire de la nueva lucha antiterrorista.
--La misoginia y la homofobia, cobijada en prejuicios ancestrales y alentada en ocasiones
por algunas interpretaciones religiosas.
--El racismo y la xenofobia, alentado por los prejuicios o la defensa de privilegios de
sectores sociales de las zonas más prósperas a las que intenta acceder la población de
algunas zonas depauperadas y sin recursos.

La lista tampoco es exhaustiva. A ella, además, habría que añadir las tensiones y
conflictos relacionados con los llamados derechos de tercera generación, de modo
especial el derecho a un medio ambiente saludable y sostenible, una nueva y urgente
preocupación luego que, tras constatar durante el siglo XX los efectos sobre la salud de
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según qué prácticas industriales altamente contaminantes, ya en el siglo XXI cada vez es
más indiscutible la incidencia del comportamiento humano sobre el clima terrestre, con
los peligros que ello conlleva.

En la Argentina con la Reforma Constitucional del año 1994 se marca un hito para la
incorporación de los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos en nuestra
Constitución Nacional dandole el rango de Constituc ión a los mismos.

Esto se plasmó el en art. 75 inc 22 de la Constitución Nacional:

Corresponde al Congreso- inc. 22. Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las
organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a
las leyes.

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración Universal de Derechos Humanos; la
Convención Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la
Sanción del Delito de Genocidio; la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
Racial; la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; la Convención contra
la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la Convención sobre los Derechos del Niño; en las
condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la primera parte de esta
Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos. Sólo podrán ser
denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo Nacional, previa aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de
los miembros de cada Cámara.

Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el Congreso, requerirán del voto
de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional.

Además en los siguientes artículos de nuestra Constitución tenemos también a los


Derechos Humanos incorporado e internalizado:

Art. 75- Inc. 23:Corresponde al Congreso:

Legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y
ejercicio de los derechos reconocidos por esta Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos, en
particular respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad.

Dictar un régimen de seguridad social especial e integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo
hasta la finalización del período de enseñanza elemental, y de la madre durante el embarazo y el tiempo de lactancia.

Art. 75 Inc. 24: Corresponde al Congreso: 24. Aprobar tratados de integración que deleguen competencias y jurisdicción a
organizaciones supraestatales en condiciones de reciprocidad e igualdad, y que respeten el orden democrático y los derechos
humanos. Las normas dictadas en su consecuencia tienen jerarquía superior a las leyes.

La aprobación de estos tratados con Estados de Latinoamérica requerirá la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de
cada Cámara. En el caso de tratados con otros Estados, el Congreso de la Nación, con la mayoría absoluta de los miembros
presentes de cada Cámara, declarará la conveniencia de la aprobación del tratado y sólo podrá ser aprobado con el voto de la
mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, después de ciento veinte días del acto declarativo.

UdeMM – J2105 Derechos Humanos Pág. 13 (2° cuatrimestre)


La denuncia de los tratados referidos a este inciso, exigirá la previa aprobación de la mayoría absoluta de la totalidad da los
miembros de cada Cámara.

En la Parte Dogmática de la Constitución Nacional (declaraciones y derechos) en el


Capítulo Segundo incorporado por la Reforma Constitucional de 1994, se expresa a través
siguientes artículos:

Artículo 41.- Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que
las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber
de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley.

Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del
patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales.

Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las
necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales.

Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.

Artículo 42.- Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su
salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato
equitativo y digno.

Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra
toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los
servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios.

La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los marcos regulatorios de los
servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y
de las provincias interesadas, en los organismos de control.

Artículo 43.- Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más
idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja,
altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o
una ley. En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesiva.

Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los derechos que protegen al ambiente, a
la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor del
pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y formas de su
organización.

Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten en
registros o bancos de datos públicos, o los privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para
exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquéllos. No podrá afectarse el secreto de las fuentes de
información periodística. Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o amenazado fuera la libertad física, o en caso de
agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de detención, o en el de desaparición forzada de personas, la acción de hábeas
corpus podrá ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá de inmediato, aun durante la vigencia
del estado de sitio.

UdeMM – J2105 Derechos Humanos Pág. 14 (2° cuatrimestre)


Completar el estudio de esta Unidad con la siguiente Bibliografía de Referencia:

Escobar Roca, G. (2005). Introducción a la teoría jurídica de los derechos humanos. Trama Editorial. Capítulo 1.
https://elibro.net/es/lc/udemm/titulos/55534

- Richiarte, D. (2020). Manual práctico de Derechos Humanos y Derecho Constitucional. Eudeba.


https://elibro.net/es/lc/udemm/titulos/153691

UdeMM – J2105 Derechos Humanos Pág. 15 (2° cuatrimestre)

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