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4.

Explique la presencia de los 4 tejidos básicos en un órgano tubular, tomando como ejemplo
el intestino.

El intestino es un órgano tubular que forma parte del sistema digestivo y está compuesto por
los cuatro tejidos básicos: tejido epitelial, tejido conectivo, tejido muscular y tejido nervioso.
Cada uno de estos tejidos cumple funciones específicas y contribuye al funcionamiento
adecuado del intestino.

Tejido epitelial: El tejido epitelial recupera la superficie interna del intestino y forma una capa
continua de células llamada epitelio. En el intestino, el tejido epitelial se especializa en la
absorción de nutrientes y la secreción de enzimas y moco. Las células epiteliales presentan
microvellosidades en su superficie, lo que aumenta su superficie de absorción. También se
encuentran células especializadas llamadas células de Paneth, que secretan sustancias
antimicrobianas para proteger el intestino de infecciones.

Tejido muscular: El tejido muscular está presente en el intestino para facilitar la función
principal de este órgano, que es el movimiento y el transporte de alimentos a lo largo de su
longitud. El intestino es un órgano tubular largo y flexible que forma parte del sistema
digestivo, y se divide en dos partes principales: el intestino delgado y el intestino grueso.

El intestino delgado es responsable de la absorción de nutrientes de los alimentos, mientras


que el intestino grueso se encarga de la reabsorción de agua y la formación de las heces.
Ambas partes del intestino contienen tejido muscular en su pared, que se compone de dos
capas principales: la capa muscular circular interna y la capa muscular longitudinal externa.

La capa muscular circular interna se encuentra en el interior de la pared del intestino y consiste
en células musculares dispuestas en forma de anillo alrededor del tubo intestinal. Estas células
musculares se contraen de manera coordinada para producir un movimiento llamado
peristaltismo. El peristaltismo es esencial para el transporte de alimentos a lo largo del
intestino, ya que impulsa los alimentos digeridos y los mezcla con los jugos digestivos para
facilitar la absorción de nutrientes.

La capa muscular longitudinal externa se encuentra en el exterior de la pared del intestino y


consiste en células musculares dispuestas longitudinalmente a lo largo del tubo intestinal. Estas
células musculares se contraen y se relajan de manera coordinada para generar un movimiento
de acortamiento y alargamiento del intestino. Esto ayuda a propulsar el contenido intestinal y a
facilitar su avance a lo largo del tubo.

La presencia de tejido muscular en el intestino permite que el órgano realice movimientos


peristálticos y contracciones coordinadas, lo que es esencial para su correcto funcionamiento.
Estos movimientos musculares contribuyen a la mezcla y el transporte adecuado de los
alimentos, asegurando que sean digeridos y absorbidos de manera eficiente en el proceso de la
digestión.

Tejido nervioso: El tejido nervioso está presente en todo el cuerpo, incluidos los órganos
tubulares como el intestino, debido a su función crucial en la coordinación de las actividades y
respuestas del cuerpo. El sistema nervioso es responsable de la regulación y el control de
diversas funciones fisiológicas, y el intestino no es una excepción.

En el caso del intestino, existe una red compleja de tejido nervioso conocida como el sistema
nervioso entérico (SNE). El SNE es una subdivisión del sistema nervioso autónomo y está
compuesto por millones de neuronas que forman una red interconectada en la pared del tracto
gastrointestinal. Estas neuronas se distribuyen a lo largo de todo el intestino y están
organizadas en dos plexos principales: el plexo mientérico (plexo de Auerbach) y el plexo
submucoso (plexo de Meissner).

El plexo mientérico se encuentra entre las capas musculares longitudinales y circulares del
intestino. Está involucrado en el control de los movimientos musculares peristálticos que
impulsan el contenido alimenticio a lo largo del tubo digestivo. Además, el plexo mientérico
también regula la motilidad intestinal y la función de las válvulas intestinales, lo que contribuye
a la digestión y absorción adecuadas de los nutrientes.

El plexo submucoso se encuentra en la capa submucosa del intestino. Está asociado con el
control de la función secretora y de absorción del intestino. El plexo submucoso controla la
liberación de enzimas, hormonas y fluidos hacia la luz intestinal, así como la absorción de
nutrientes y agua.

Además de los plexos mientérico y submucoso, el tejido nervioso también se encuentra en los
ganglios nerviosos dispersos a lo largo del intestino, donde las neuronas reciben y transmiten
señales nerviosas para coordinar la actividad intestinal.

En conjunto, la presencia del tejido nervioso en el intestino permite una comunicación rápida y
eficiente entre las células y tejidos del órgano, lo que resulta en una regulación adecuada de la
motilidad intestinal, la secreción y la absorción necesarias para el proceso de digestión y el
mantenimiento de un ambiente intestinal óptimo.

Tejido conjuntivo: El tejido conjuntivo es un tipo de tejido conectivo que se encuentra presente
en todo el cuerpo, incluyendo los órganos tubulares como el intestino. El tejido conjuntivo
cumple diversas funciones estructurales y de soporte en los órganos, contribuyendo a su
organización y función adecuada.
En el caso del intestino, el tejido conjuntivo se encuentra presente en diferentes capas y
desempeña varias funciones esenciales. A continuación, se explica la presencia y función del
tejido conjuntivo en las diferentes capas del intestino:

Capa submucosa: Esta capa se encuentra debajo de la mucosa, la cual es la capa interna del
intestino. La submucosa está compuesta principalmente por tejido conjuntivo. Su función
principal es proporcionar soporte estructural y conectar la mucosa con las capas más
profundas del intestino. Además, la submucosa contiene vasos sanguíneos, nervios y ganglios
linfáticos que son esenciales para el suministro de nutrientes, la comunicación neuronal y la
respuesta inmunológica.

Capa muscular: El intestino tiene una capa muscular compuesta por músculo liso, responsable
de los movimientos peristálticos que impulsan el alimento a lo largo del tubo digestivo. En esta
capa, el tejido conjuntivo forma parte de la lámina propia y rodea los haces de células
musculares lisas, proporcionando soporte y contribuyendo a la organización de las fibras
musculares. Además, el tejido conjuntivo permite la conexión de la capa muscular con las
capas adyacentes.

Adventicia o serosa: En la capa más externa del intestino, ya sea denominada adventicia o
serosa dependiendo de la región anatómica, el tejido conjuntivo forma una capa que recubre el
órgano y lo protege. Esta capa conectiva ayuda a mantener el órgano en su posición adecuada
dentro de la cavidad abdominal y proporciona una superficie lubricada para reducir la fricción
con estructuras vecinas.

En resumen, la presencia del tejido conjuntivo en el intestino cumple funciones de soporte


estructural, conexión entre las diferentes capas del órgano, suministro de vasos sanguíneos y
nervios, así como protección. Estas funciones son esenciales para el correcto funcionamiento
del intestino y su capacidad para llevar a cabo la digestión y absorción de nutrientes.

5. Que características morfológicas se relacionan con las funciones generales de los tejidos

a) Epitelial b) Conectivo c) Muscular d) Nervioso

a) Tejido epitelial:

Capacidad de formar barreras y revestir superficies.

Células definidas unidas formando láminas continuas.

Polaridad celular con una cara apical y una cara basal.


Presencia de uniones celulares especializadas.

Alta tasa de renovación celular.

Superficie apical especializada en función de la ubicación (ciliada, microvellosa, secretora, etc.).

Ausencia de vasos sanguíneos (excepto en tejido epitelial glandular).

b) Tejido colectivo:

Riqueza en matriz extracelular (compuesta por fibras y sustancia fundamental).

Diversidad de células presentes en el tejido (fibroblastos, adipocitos, células inmunológicas,


etc.).

Proporciona soporte estructural y resistencia a los tejidos.

Participa en la reparación de tejidos.

Puede contener vasos sanguíneos y nervios.

Diferentes tipos de fibras (colágeno, elastina, reticular) que tienen diferentes propiedades
mecánicas.

c) Tejido muscular:

Capacidad contractual.

Presencia de miofibrillas, que contienen filamentos de actina y miosina.

Variedad de formas y tamaños celulares según el tipo de músculo (estriado esquelético,


estriado cardíaco, liso).

Participación en el movimiento y generación de fuerza.

Puede ser involuntario (músculo liso y cardíaco) o voluntario (músculo esquelético).

Abundante en mitocondrias para generar energía.

d) Tejido nervioso:

Presencia de neuronas, células especializadas en la generación y conducción de impulsos


eléctricos.

Presencia de células gliales, que brindan soporte y nutrición a las neuronas.

Organizado en redes y circuitos neurales.

Capacidad para recibir, integrar y transmitir información.

Formación de estructuras especializadas como el cerebro, la médula espinal y los nervios


periféricos.

Control de funciones corporales, procesamiento de estímulos y coordinación de respuestas.

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