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CAPITULO 8

CAPITULO 9
LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES Y RESPIRATORIAS

ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES: CARDIOPATÍA ISQUÉMICA


Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte y morbilidad grave en
la mayor parte de los países desarrollados. Los estudios epidemiológicos han demostrado
que aproximadamente entre un 40 y un 50% de los fallecimientos que se producen en los
países industrializados están relacionados con trastornos circulatorios.

La naturaleza de los trastornos coronarios es compleja. La causa directa de la enfermedad


coronaria es la aterosclerosis. La aterosclerosis o enfermedad aterosclerótica se caracteriza
por un engrosamiento y pérdida de elasticidad de las paredes arteriales, en las que se
forma lo que se denominan placas de ateroma. Cuando estas placas aumentan de tamaño y
número, pueden llegar a obstruir parcial o totalmente el suministro de sangre a los tejidos
que son irrigados por estas arterias.

Los factores de riesgo inherente son los que resultan de condiciones genéticas o físicas que
no pueden ser cambiadas aunque se modifiquen las condiciones de vida. Los principales
son: la edad, el sexo, la diabetes y los antecedentes familiares. Los factores tradicionales
comprenden aquellos factores que tienen un mayor componente físico/biológico, aunque
también emocional, tales como el colesterol y la hipertensión, y otros factores con mayor
componente comportamental como el consumo de tabaco, cafeína, alcohol y la falta de
ejercicio físico habitual

FACTORES PSICOSOCIALES DE RIESGO CORONARIO


El estrés psicosocial
Partiendo de los hallazgos de los estudios epidemiológicos y psicofisiológicos, se han
propuesto dos vías a través de las cuales el estrés actuaría como factor de riesgo en la
génesis de la enfermedad coronaria:
1. Una vía estaría relacionada con los cambios en el sistema biológico que el estrés
produce y que afectan a la salud.
2. Una vía indirecta sería el incremento de hábitos de comportamiento no saludables como
modos de afrontamiento, que a corto plazo tendrían eficacia, pero que a largo plazo
producirían efectos negativos.

Mecanismos psicofisiológicos
El eje hipotálamo-hipófiso-médula suprarrenal se ha considerado el principal nexo que
vincula las variables psicológicas a los trastornos cardiovasculares. La secreción de
hormonas catecolaminas por la médula suprarrenal como respuesta al estrés produciría
cambios hemodinámicas y bioquímicos que estarían relacionados con enfermedades
precursoras de la cardiopatía coronaria. La adrenalina es vasopresora, aumenta la presión
arterial, estimula el músculo cardíaco y aumenta el output y el gasto del corazón. El
incremento de catecolaminas plasmáticas se relaciona con la hipertensión arterial,
importante factor de riesgo de la enfermedad coronaria.
Factores psicológicos
Para explicar los diferentes mecanismos psicofisiológicos involucrados en la génesis y
evolución de la cardiopatía isquémica hay que tener en cuenta necesariamente la
participación.
El patrón de conducta tipo A
El concepto de conducta tipo A fue establecido originariamente por los cardiólogos
Friedman y Rosenman en 1959 para describir ciertas características comportamentales que
eran comunes entre sus pacientes con cardiopatía isquémica.

Las características más significativas de este patrón, según Sender y cols., (1993), son en
síntesis las siguientes:
1. Una serie de manifestaciones conductuales relativas al comportamiento motor y estilo de
habla. Los sujetos de tipo A se caracterizan por movimientos rápidos, tensión muscular
facial, tono de habla enérgico, gesticulación excesiva y aire de impaciencia.
2. Manifestaciones comportamentales de carácter complejo, como exceso de ambición,
agresividad, impaciencia y competitividad.
3. Reacciones emocionales de ira y hostilidad cuando se obstaculiza la consecución de sus
metas.
4. Sistema de creencias y valores de marcado carácter sociocultural, como miedo al fracaso
o una constante necesidad de probar su valor personal.

Este patrón presenta como estrategia de afrontamiento las características siguientes:

a) Tendencia a percibir un número mayor de situaciones como amenazantes y competitivas.


b) Búsqueda activa de situaciones con cierto grado de desafío.
c) Tendencia a sobrecargarse de actividades e implicarse en múltiples tareas a plazo fijo.
d) Necesidad de reconocimiento social y competencia.
e) Propensión a acelerar la ejecución de cualquier tarea.
f) Extraordinario estado de alerta mental y física.
g) Niveles altos de agresividad y hostilidad como reacción a la frustración.

Diferenciación psicológica de patrón de conducta tipo A


A la luz de los datos epidemiológicos, se acepta en general la relación entre el PTA y los
trastornos coronarios, pero las conclusiones alcanzadas han llevado a la consideración de
que el patrón A es un constructo de naturaleza dimensional, con componentes específicos,
que hace que los sujetos con un patrón de conducta tipo A sean heterogéneos en cuanto a
sus características.

• Impaciencia-urgencia
1. Como característica esencial destaca la sensación crónica de urgencia que invade el
ámbito de la vida personal de estos individuos, y que se manifiesta en una percepción de
escasez de tiempo.
2. Se trata de sujetos refractarios a establecer prioridades y limitaciones en la asunción de
tareas, y que por tanto atienden indiscriminadamente cualquier solicitud del ambiente, lo
que comporta prisas en la ejecución para cumplir lo estipulado.
3. El trabajo comprimido y a plazo fijo representa para ellos un desafío y un control del buen
uso del tiempo. Poner mayor énfasis en los resultados cuantitativos de la acción que
consiste en la satisfacción derivada de la realización de la tarea en sí.
4. Experimentan dificultad para mantener la atención centrada en un tema.
5. Muestran inquietud ante periodos de inactividad: suprimen vacaciones, alargan la jornada
laboral, llevan trabajo a casa los fines de semana.
6. Reaccionan con impaciencia y hostilidad cuando se ven obligados a detener el ritmo de
actividad autoimpuesto.
7. Presentan ansiedad anticipatoria: prevén situaciones y problemas con el fin de lograr
mayor control, lo que genera impaciencia y estados de ansiedad.

Implicación / sobrecarga laboral


En la vida laboral es donde se observa la activación conductual que se deriva de sus
cogniciones peculiares o bien el sustrato neuroendocrino hiperrespondiente a los estímulos.

1. En el sistema de valores de las personas con patrón de conducta tipo A la vida laboral
ocupa un lugar central, es un medio de autoafirmación ante sí mismas y ante los otros.
2. Anteponen las exigencias laborales a cualquier otra actividad, como las de ocio, en
detrimento de las relaciones familiares y sociales.
3. La jubilación es un acontecimiento sumamente estresante porque crea en ellos un grave
problema de autoestima y distrés, sobre todo cuando se ve precipitada por la enfermedad.
4. Las consecuencias biológicas de la implicación laboral en trabajos con alta demanda
psicológica.

• El complejo hostilidad
Este complejo, junto con la urgencia/impaciencia, constituye el núcleo esencial del patrón, y
varios estudios epidemiológicos lo hacen directamente responsable del riesgo de
enfermedad coronaria

a) Cólera o ira: constituye un estado emocional formado por sentimientos que pueden variar
desde la simple irritación hasta la furia.

b) Hostilidad: representa el elemento más estable y característico del PTA y reúne el


conjunto de creencias y temores que son el núcleo cognitivo del mismo (competitividad,
actitudes duras de dominio), aunque movilizan comportamientos que difieren de manera
significativa en los distintos individuos.

c) Agresividad: componente conductual del complejo, puede estar presente en el PTA,


aunque no necesariamente se traduce en respuestas de violencia física. Los individuos con
patrón A expresan su agresividad por medio de conductas complejas como:
– Desvirtuar los logros ajenos.
– Minar la fiabilidad de los resultados de los demás.
– Disminuir los esfuerzos de los otros.
– Desacreditar sus ideas.
– Negar a los demás la atención o ayuda que precisan
CONSECUENCIAS PSICOSOCIALES DE LA
CARDIOPATÍA ISQUÉMICA
Analizados los principales factores psicosociales asociados al riesgo coronario, vamos a
describir las variables psicológicas que con mayor frecuencia se han vinculado a las
repercusiones de la enfermedad. En concreto nos centraremos en las consecuencias
psicosociales del infarto de miocardio y en sus efectos sobre la rehabilitación de los
pacientes afectados

DEPRESION
El mecanismo por el cual la depresión aumenta la morbilidad y la mortalidad en estos
pacientes no está claro. Los pacientes con depresión presentan un elevado nivel basal de
catecolaminas circulantes y muestran una respuesta exagerada al estrés exógeno, con una
producción de catecolaminas anormalmente activa

ANSIEDAD

El mecanismo por el cual la ansiedad influye en los resultados de la enfermedad coronaria


es desconocido. Como muchos de los efectos adversos de la ansiedad parecen estar
relacionados con la muerte cardíaca súbita, se ha prestado atención a las alteraciones del
ritmo cardíaco como una posible explicación, siendo un factor crítico la tendencia a la
arritmia ventricular. Además, se ha demostrado constantemente que los pacientes con
ansiedad muestran evidencias de alteración en el equilibrio del sistema nervioso autónomo,
caracterizado por un desequilibrio del sistema nervioso simpático, con una excesiva
producción de catecolaminas. Se cree que tanto el deterioro de la respuesta barorrefleja
como la disminución de la variabilidad de la tasa cardíaca que se constatan en pacientes
con ansiedad, son marcadores sensibles de trastornos de la regulación cardiovascular
autónoma y factores independientes de riesgo de muerte súbita cardíaca

ENFERMEDADES RESPIRATORIAS: EL ASMA BRONQUIAL


La respiración es uno de los pocos procesos fisiológicos sobre los que se puede influir de
manera voluntaria. Es sabido que la frecuencia y profundidad de la respiración aumentan en
reacciones de preparación (lucha /huida), infecciones (sepsis), procesos del sistema
nervioso central (SNC), así como por ansiedad o situaciones de temor, y que estos
parámetros se reducen durante el sueño, en estados depresivos o cuando nos relajamos.
La función respiratoria está regulada por mecanismos neurovegetativos y voluntarios, y
participa en la expresión de las emociones. En los trastornos respiratorios se encuentran
implicados una serie de factores que actúan bien en el origen, bien en el mantenimiento de
la sintomatología. Entre ellos, además de los factores inmunitarios y ambientales, tienen un
papel destacado los procesos conductuales y psicosociales, tales como el estrés, la
ansiedad y otras conductas emocionales.
Durante mucho tiempo se consideró que la alergia constituía el factor etiopatogénico por
excelencia, estableciéndose una clasificación del asma en dos grandes grupos en función
de la respuesta a determinados alergenos:
1. Asmas extrínsecas: aquellas que responden a factores alérgicos comprobados (reacción
inmunitaria provocada por algún antígeno –pólenes, mohos, polvo, contaminantes, etc.–
que, en interacción con un anticuerpo del tipo IgE, dan lugar a la liberación de sustancias
que desencadenan la reacción bronquial).
2. Asma intrínseca: aquella en la que no es posible detectar factores alérgicos específicos.

Estrés y emociones negativas


Los estados de ansiedad y estrés pueden influir en el asma bronquial a través de dos vías.
La primera son las conductas que normalmente acompañan a todo estado emocional
intenso como gritar, reír o llorar, que actúan sobre el sistema respiratorio provocando
broncoconstricción de manera similar al ejercicio físico. La segunda vía de influencia se da a
través de los cambios producidos en la actividad autonómica como consecuencia del estado
emocional, que son responsables de la respuesta brococonstrictora.
La estrecha relación entre actividad simpática y dilatación bronquial ha dado lugar a
diferentes hipótesis sobre la influencia de las respuestas de estrés y ansiedad en la
precipitación de las crisis asmáticas.

Influencia de los factores psicológicos en el curso


y pronóstico del asma

Así, hallaron que los pacientes con elevada ansiedad se caracterizaban por:
1. Mayor necesidad de tratamiento medicamentoso antiasmático, que se traducía en la
necesidad de mayores dosis de corticoides y de más días de hospitalización.
2. Las mayores dosis de corticoides se relacionan con la intensidad de la sintomatología
ansiosa, pero no con un empeoramiento de la enfermedad. La sintomatología ansiosa
puede hacer que se diagnostique un asma grave que en realidad no es tal.
3. Mayor tasa de hospitalizaciones que los pacientes con puntuaciones medias en
ansiedad.
En cambio, los enfermos con puntuaciones más bajas en ansiedad se caracterizan por:
1. Minimizar la intensidad de los síntomas (aunque los perciban correctamente).
2. Menor adherencia al tratamiento farmacológico indicado.
3. Mayor tasa de reingreso en el hospital que los sujetos con puntuación media en
ansiedad.

LINK DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES Y SU RELACIÓN CON LA


PSICOLOGÍA.
https://secardiologia.es/images/publicaciones/libros/2006-sec-monografia-aspectos-psicologi
cos.pdf
CAPITULO 10

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