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CAPITULO 9
LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES Y RESPIRATORIAS
Los factores de riesgo inherente son los que resultan de condiciones genéticas o físicas que
no pueden ser cambiadas aunque se modifiquen las condiciones de vida. Los principales
son: la edad, el sexo, la diabetes y los antecedentes familiares. Los factores tradicionales
comprenden aquellos factores que tienen un mayor componente físico/biológico, aunque
también emocional, tales como el colesterol y la hipertensión, y otros factores con mayor
componente comportamental como el consumo de tabaco, cafeína, alcohol y la falta de
ejercicio físico habitual
Mecanismos psicofisiológicos
El eje hipotálamo-hipófiso-médula suprarrenal se ha considerado el principal nexo que
vincula las variables psicológicas a los trastornos cardiovasculares. La secreción de
hormonas catecolaminas por la médula suprarrenal como respuesta al estrés produciría
cambios hemodinámicas y bioquímicos que estarían relacionados con enfermedades
precursoras de la cardiopatía coronaria. La adrenalina es vasopresora, aumenta la presión
arterial, estimula el músculo cardíaco y aumenta el output y el gasto del corazón. El
incremento de catecolaminas plasmáticas se relaciona con la hipertensión arterial,
importante factor de riesgo de la enfermedad coronaria.
Factores psicológicos
Para explicar los diferentes mecanismos psicofisiológicos involucrados en la génesis y
evolución de la cardiopatía isquémica hay que tener en cuenta necesariamente la
participación.
El patrón de conducta tipo A
El concepto de conducta tipo A fue establecido originariamente por los cardiólogos
Friedman y Rosenman en 1959 para describir ciertas características comportamentales que
eran comunes entre sus pacientes con cardiopatía isquémica.
Las características más significativas de este patrón, según Sender y cols., (1993), son en
síntesis las siguientes:
1. Una serie de manifestaciones conductuales relativas al comportamiento motor y estilo de
habla. Los sujetos de tipo A se caracterizan por movimientos rápidos, tensión muscular
facial, tono de habla enérgico, gesticulación excesiva y aire de impaciencia.
2. Manifestaciones comportamentales de carácter complejo, como exceso de ambición,
agresividad, impaciencia y competitividad.
3. Reacciones emocionales de ira y hostilidad cuando se obstaculiza la consecución de sus
metas.
4. Sistema de creencias y valores de marcado carácter sociocultural, como miedo al fracaso
o una constante necesidad de probar su valor personal.
• Impaciencia-urgencia
1. Como característica esencial destaca la sensación crónica de urgencia que invade el
ámbito de la vida personal de estos individuos, y que se manifiesta en una percepción de
escasez de tiempo.
2. Se trata de sujetos refractarios a establecer prioridades y limitaciones en la asunción de
tareas, y que por tanto atienden indiscriminadamente cualquier solicitud del ambiente, lo
que comporta prisas en la ejecución para cumplir lo estipulado.
3. El trabajo comprimido y a plazo fijo representa para ellos un desafío y un control del buen
uso del tiempo. Poner mayor énfasis en los resultados cuantitativos de la acción que
consiste en la satisfacción derivada de la realización de la tarea en sí.
4. Experimentan dificultad para mantener la atención centrada en un tema.
5. Muestran inquietud ante periodos de inactividad: suprimen vacaciones, alargan la jornada
laboral, llevan trabajo a casa los fines de semana.
6. Reaccionan con impaciencia y hostilidad cuando se ven obligados a detener el ritmo de
actividad autoimpuesto.
7. Presentan ansiedad anticipatoria: prevén situaciones y problemas con el fin de lograr
mayor control, lo que genera impaciencia y estados de ansiedad.
1. En el sistema de valores de las personas con patrón de conducta tipo A la vida laboral
ocupa un lugar central, es un medio de autoafirmación ante sí mismas y ante los otros.
2. Anteponen las exigencias laborales a cualquier otra actividad, como las de ocio, en
detrimento de las relaciones familiares y sociales.
3. La jubilación es un acontecimiento sumamente estresante porque crea en ellos un grave
problema de autoestima y distrés, sobre todo cuando se ve precipitada por la enfermedad.
4. Las consecuencias biológicas de la implicación laboral en trabajos con alta demanda
psicológica.
• El complejo hostilidad
Este complejo, junto con la urgencia/impaciencia, constituye el núcleo esencial del patrón, y
varios estudios epidemiológicos lo hacen directamente responsable del riesgo de
enfermedad coronaria
a) Cólera o ira: constituye un estado emocional formado por sentimientos que pueden variar
desde la simple irritación hasta la furia.
DEPRESION
El mecanismo por el cual la depresión aumenta la morbilidad y la mortalidad en estos
pacientes no está claro. Los pacientes con depresión presentan un elevado nivel basal de
catecolaminas circulantes y muestran una respuesta exagerada al estrés exógeno, con una
producción de catecolaminas anormalmente activa
ANSIEDAD
Así, hallaron que los pacientes con elevada ansiedad se caracterizaban por:
1. Mayor necesidad de tratamiento medicamentoso antiasmático, que se traducía en la
necesidad de mayores dosis de corticoides y de más días de hospitalización.
2. Las mayores dosis de corticoides se relacionan con la intensidad de la sintomatología
ansiosa, pero no con un empeoramiento de la enfermedad. La sintomatología ansiosa
puede hacer que se diagnostique un asma grave que en realidad no es tal.
3. Mayor tasa de hospitalizaciones que los pacientes con puntuaciones medias en
ansiedad.
En cambio, los enfermos con puntuaciones más bajas en ansiedad se caracterizan por:
1. Minimizar la intensidad de los síntomas (aunque los perciban correctamente).
2. Menor adherencia al tratamiento farmacológico indicado.
3. Mayor tasa de reingreso en el hospital que los sujetos con puntuación media en
ansiedad.