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https://doi.org/10.16888/interd.2023.40.1.

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Atribuciones hacia la timidez y la soledad en niños y niñas


de diferentes contextos sociales argentinos

Attributions towards shyness and unsociability

in Argentinian children from different social contexts

Karen Noel Castillo1, Mirta Susana Ison2 y Carolina Greco3


1
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina.
https://orcid.org/0000-0003-3517-5452. E-mail: kcastillo@mendoza-conicet.gob.ar
2
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina.
https://orcid.org/0000-0002-3598-982X. E-mail: mison@mendoza-conicet.gob.ar
3
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina.
https://orcid.org/0000-0001-9481-0132. E-mail: cgreco@mendoza-conicet.gob.ar

Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (INCIHUSA)


Centro Científico Tecnológico (CCT)
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
Mendoza, Argentina.

Resumen sus atribuciones y percepciones en distintos


aspectos. Las diferentes pruebas no paramé-
Las atribuciones de los niños y las niñas tricas realizadas señalaron que el personaje
hacia los comportamientos de retraimiento tímido fue percibido con mayor motivación
social suelen estar determinadas por el entorno social y menor intencionalidad en su conducta
sociocultural particular en el que se desarro- que el personaje solitario en todos los grupos.
llan e influyen en la forma en que reaccionan No se encontraron diferencias entre los
a las conductas de sus pares durante las inte- contextos en la atribución de consecuen-
racciones sociales. El objetivo de este trabajo cias sociales negativas para estas conductas,
fue comparar dichas atribuciones hacia dos aunque el grupo de escolares rurales reportó
subtipos de retraimiento social (timidez y mayor preferencia afiliativa y compasión por
preferencia por la soledad) referidas por el personaje tímido en comparación con el
niños y niñas de tres contextos diferentes de grupo urbano. Se discuten estos resultados
Mendoza (Argentina): urbano, urbano-mar- considerando cómo las expectativas de socia-
ginado y rural. Se llevó a cabo un estudio lización de cada contexto podrían influir en
con 221 niños y niñas abordando jardines de las percepciones de los escolares hacia el
infantes estatales de cada ámbito (urbano: n = retraimiento social.
82, Mmeses= 62.33; urbano-marginado: n = 72, Palabras clave: retraimiento social, timidez,
Mmeses= 60.47; rural: n = 67, Mmeses= 63.07). soledad, infancia, atribuciones, contexto social
Los escolares fueron entrevistados individual-
mente con una serie de viñetas gráficas con Abstract
personajes hipotéticos desplegando conductas
sociables, tímidas, solitarias y agresivas frente Children’s attributions towards withdrawn
a las cuales respondieron preguntas sobre behaviors are usually determined by the partic-

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ular social milieu in which they develop and the unsociable, which was not evidenced in
tend to influence their behaviors and reactions. the other groups. In addition, children from
The aim of this work was to compare the attri- the rural sample showed a greater preference
butions towards two subtypes of social with- for interact with the hypothetical shy peer
drawal (shyness and unsociability) referred than with the unsociable character and this
by children from three different contexts in inclination was also greater when compared
Mendoza, Argentina: urban, urban-marginal- with the urban sample. Taken together, these
ized and rural. Participants were 221 kinder- results may suggest that different socializa-
garten children from these contexts (urban: n = tion norms and expectations would evoke
82, Mmonths = 62.33; urban-marginalized: n = 72, different meanings and implications to the
Mmonths = 60.47; rural: n = 67, Mmonths = 63.07). socially withdrawn manifestations. It might
Children were individually interviewed with be possible that in urban contexts children’s
a series of graphic vignettes with hypothet- socialization expectations highlight extra-
ical characters displaying shy and unsociable version and self-affirming behaviors which
behaviors, and for comparison purposes were generate more empathetic reactions in front of
also assessed aggressive and socially compe- passive or fearful manifestations as shyness.
tent behaviors. After each vignette, children On the other hand, rural children may prefer
were asked a series of questions designed to peers who display shy behaviors possibly
assess their attributions toward each behavior because it is in line with expectations of social
in six dimensions: intentionality, social moti- cohesion and modesty that are value in this
vation, affiliative preference, social status, milieu. Nevertheless, no differences were
negative impact and sympathy. The results found between shy and unsociable behav-
of this study showed that young children in iors in any of the contexts in terms of social
the three contexts were able to distinguish position and negative impact that they antici-
social withdrawal from other types of behav- pated for the peer group. These results could
iors (i.e., aggressiveness and sociability). provide some support for the idea that social
Overall, withdrawn behaviors received more withdrawal tends to be globally perceived as
positive attributions (greater affiliative prefer- benign at an early age, and especially in the
ence, better social position and less negative rural context, where it is a frequent and valued
impact) than aggressive behaviors, although behavior. Although it is not possible with the
they were also perceived negatively in rela- limited variables included in this study to
tion to more socially competent behaviors (the know which are the specific contextual aspects
latter were attributed greater affiliative prefer- that affect some attributions and through what
ence and best position within the peer group). mechanisms they do so, these findings are
Furthermore, it was observed that children an important starting point to continue deep-
from the three contexts made clearly distinc- ening the socialization processes in urban,
tions among the different forms of social urban-marginalized and rural young children.
withdrawal in terms of intentionality and This study is also one of the first to evaluate
social motivation. Specifically, they reported the knowledge and attributions of Argentinean
that compared with unsociable characters, children from different social context toward
shy ones are more socially motivated and social withdrawal and provides new evidence
less intentional in their behavior, evocating on the differences in the cultural meaning and
greater feelings of compassion. However, implications of withdrawn behaviors in early
some peculiarities can be appreciated in each childhood.
context. The results indicated that children in Keywords: social withdrawal, shyness, unso-
the urban group reported greater feelings of ciability, early childhood, attributions, social
sympathy for the shy character in relation to context

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Introducción de sus experiencias sociales dentro del grupo


de pares (Hartup, 2009). Siguiendo la teoría
Las relaciones interpersonales en la de las atribuciones de Weiner (1986, 1995),
infancia son la vía central para el crecimiento podría suponerse que las atribuciones motiva-
y la diversificación de los procesos cogni- cionales y causales que los pares hacen sobre
tivos, emocionales y sociales (Bukowski, los comportamientos retraídos son factores
Castellanos, Vitaro y Brendgen, 2015; Rubin, que anteceden a sus respuestas conductuales
Bukowski y Bowker, 2015). Por esta razón, frente a ellos. Al respecto, Henderson, Green
la psicología infantil ha centrado su interés en y Wick (2018) han expuesto cómo las reac-
las causas y consecuencias que la ausencia de ciones de los niños y las niñas hacia sus pares
estas interacciones sociales podría tener en los con timidez son el resultado de una secuencia
niños y las niñas, lo que hace del retraimiento en la cual las inferencias sobre la responsa-
social una de las características individuales bilidad de la conducta (por ejemplo, ¿quiere
más estudiadas dentro del campo del desa- el niño tímido comportarse así?) preceden a
rrollo socioemocional infantil actual (Bowker respuestas emocionales y conductuales espe-
y White, 2021; Rubin et al., 2015). cíficas (como acercamiento o rechazo).
Se ha definido el retraimiento social como Otros estudios en esta línea han sugerido
un constructo teórico que abarca aquellas que los niños y las niñas aún en edad prees-
manifestaciones en las que los niños y las colar realizan evaluaciones precisas sobre
niñas se repliegan en sí mismos alejándose las motivaciones de sus compañeros y que
de las interacciones sociales por factores sus atribuciones hacia las conductas tímidas
internos que engloban diversos componentes guardan estrecha relación con sus emociones
motivacionales y emocionales y dan lugar y comportamientos sociales posteriores
a distintos subtipos de retraimiento social. (Barnett, Wadian, Sonnentag y Nichols, 2015;
(Rubin, Coplan y Bowker, 2009). Uno de Chen, 2015; Goossens, Bokhorst, Bruinsma
estos subtipos, denominado preferencia por y Van Boxtel, 2002; Graham y Hoehn, 1995;
la soledad, supone la predilección propia del Rubin, Barstead, Smith y Bowker, 2018).
niño o la niña por permanecer y realizar activi- Además, existe evidencia de que a lo largo
dades en solitario debido a un deseo o interés del desarrollo las conductas retraídas social-
positivo por estar sin compañía (Asendorpf, mente se vuelven cada vez más notorias y
1990; Coplan y Rubin, 2010). Otro subtipo, menos deseables dentro del grupo de pares,
conocido como timidez, implica la reacción de lo que aumenta la dificultad de estos niños
cautela y ansiedad del niño o la niña frente a y estas niñas para establecer vínculos de
situaciones de novedad social y en las cuales amistad saludables y tener aceptación entre
existe la percepción de evaluación por parte sus compañeros (Bowker y White, 2021;
de los demás (Coplan y Rubin, 2010). A dife- Gavinski-Molina, Coplan y Younger, 2003;
rencia de lo que ocurre en la situación de Henderson et al., 2018; Ladd, 2006; Rubin et
preferencia por la soledad, en la timidez los al., 2018; Younger, Gentile y Burgess, 1993).
niños y las niñas se retraen de la interacción En relación a las atribuciones que hacen
por temor y sentimientos negativos de tensión los pares sobre el retraimiento social, los
e incomodidad al contacto interpersonal estudios más representativos en la temática
(Schmidt y Buss, 2010). (Coplan, Girardi, Findlay y Frohlick, 2007;
Gran parte del estudio de esta temática se ha Coplan, Zheng, Weeksy Chen, 2012; Ding
centrado en las percepciones y atribuciones que et al., 2015; Goossens et al., 2002; Zava et
las conductas retraídas evocan en los niños y al., 2019) han utilizado viñetas y dibujos con
las niñas dado que estos elementos tienen gran historias acorde a las capacidades cognitivas
relevancia para comprender las características de los niños y las niñas de 4, 5 y 6 años con

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el fin de evaluar la comprensión y las posibles patrones culturales occidentales, que realzan
reacciones ante personajes (pares hipotéticos) la autodeterminación y el individualismo, las
retraídos. Los resultados hasta el momento manifestaciones de preferencia por la soledad
han demostrado que, incluso a estas edades pueden ser percibidas como un comporta-
tempranas, los niños y las niñas son capaces miento infantil deseable, mientras que en
de diferenciar claramente entre los personajes culturas que prioricen la afiliación y la grupa-
que juegan solos porque son socialmente lidad, como las orientales (y posiblemente las
temerosos (tímidos) y aquellos que prefieren latinoamericanas), las conductas de soledad
hacerlo por propio deseo (preferencia por la pueden resultar problemáticas y desajus-
soledad) en términos de la intencionalidad y tadas al medio social. De forma inversa, las
causalidad de sus conductas y reportan reac- conductas de timidez tienden a ser asociadas a
ciones emocionales y conductuales diferentes dificultades socioemocionales en culturas que
según sea el caso (Coplan et al., 2012; Zava et valorizan la competencia y asertividad social,
al., 2019). mientras que aparentemente su impacto
En consecuencia, cuando se les presentan negativo en las interacciones es menor en el
situaciones con personajes tímidos y solita- contexto de culturas gregarias y cooperativas
rios, los niños y las niñas de edades prees- (Chen, 2018, 2019; Ding et al., 2015; Liu et
colares caracterizan más positivamente al al., 2015).
personaje tímido, adjudicándole menor inten- Pese a la mencionada relevancia que la
cionalidad en sus conductas y menor impacto temática del retraimiento social infantil ha
o consecuencias negativas en las interac- adquirido en el campo de la investigación y
ciones grupales. Además, le atribuyen al par al creciente número de trabajos dedicados al
hipotético tímido un mayor deseo de acerca- estudio de las atribuciones infantiles sobre
miento social que al solitario y sus conductas estas conductas, es aún escaso el conocimiento
les generan mayores niveles de empatía y que se tiene de estos aspectos en los contextos
compasión. Si bien los personajes retraídos en latinoamericanos. Hasta el momento, no se han
general son menos elegidos que aquellos más encontrado trabajos previos al respecto, con la
sociables para un posible juego o una poten- excepción de un interesante estudio realizado
cial interacción, los niños y las niñas tienden en Cuba (Álvarez Valdivia et al., 2005) en el
a demostrar preferencias por establecer que los autores informaron vínculos entre el
vínculos de amistad y juego con el personaje retraimiento social y el rechazo de los pares
tímido antes que con el solitario y a considerar en niños y niñas de escolaridad primaria.
que el primero tendría mejor posición social Sumado a ello, escasas investigaciones
dentro de un grupo de pares (Coplan et al., han explorado específicamente las formas de
2007; Coplan et al., 2012). retraimiento comparando las características
Por otra parte, se ha observado que las contextuales de entornos sociales diferentes
percepciones y atribuciones que los niños de los urbanos, como es el caso de los ámbitos
y las niñas tienen sobre el retraimiento urbano-marginados y rurales. Este aspecto
social de sus pares tienden a presentar varia- resulta significativo si se tiene en cuenta que
ciones según las diferencias culturales de cada uno de dichos entornos suponen un
los entornos de desarrollo (Chen, 2015). Las conjunto de características sociodemográ-
investigaciones interculturales realizadas en ficas particulares que dan lugar a situaciones
los últimos años han aportado evidencias de y rutinas cotidianas propias que inciden sobre
que las conductas retraídas tienen distintas los procesos psicológicos (Keller, 2012;
implicancias según los significados que el Murry, Hill, Witherspoon, BerkelyBartz,
entorno social les otorga (Chen, 2018; Coplan 2015). De esta manera, es posible que además
et al., 2012; Ding et al., 2015). Bajo ciertos de las reglas culturales macrocontextuales,

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las cualidades valoradas y las normas de cada Shonkoff y Phillips, 2000), posiblemente la
grupo social específico también incidan en la timidez sea considerada una conducta de pasi-
evaluación y las atribuciones que hacen los vidad y cautela no deseada ni promovida por
niños y las niñas de las manifestaciones de los adultos.
timidez y soledad, con diferentes implicancias En cuanto a los ambientes rurales, se los
en el desarrollo infantil (Chen, 2018, 2019; ha descripto en términos de un gran senti-
Rubin et al., 2009). miento de comunidad y cohesión con el
Por ejemplo, los niños y las niñas estadou- grupo social en comparación con los sectores
nidenses de contextos urbanos con niveles urbanos (Lev‐Wiesel, 2003). La interdepen-
socioeconómicos medios y altos acceden a dencia es el modo predominante de vincularse
posibilidades de interacción con otros adultos en estos contextos en los cuales los padres
y pares tempranamente y estas experien- y las madres tienden a transmitir a sus hijos
cias son más variadas en comparación con e hijas la priorización de los objetivos, las
las de los niños y las niñas de otros grupos normas y los deberes colectivos de la familia
más vulnerables (Lareau, 2000). Estos niños y del grupo social y refuerzan como valores la
y estas niñas reciben estimulación para que obediencia, el respeto y las conductas sociales
exploren con interés el mundo físico y social pasivas, sobre todo en los grupos rurales afri-
externo, por lo cual se espera que respondan canos y asiáticos cuya actividad predomi-
con independencia, autonomía y autorregula- nante es la agricultura (Keller, 2012; Keller,
ción (Keller, 2012, 2018; Tamis-LeMonda et Borke, Yovsi, Lohaus y Jensen, 2005). Debido
al., 2008). En el caso de los niños y las niñas de a esto, en investigaciones en los contextos
China, este mismo énfasis puesto en la explo- rurales de China, los comportamientos de
ración autónoma y la iniciativa social hace iniciativa social, exploración y extraversión
que las conductas de timidez y soledad sean se evalúan como no deseables por interferir
percibidas como inapropiadas, inmaduras o con la armonía grupal (Chen, 2018, 2019).
problemáticas y acentúa sus consecuencias En cambio, las manifestaciones de pasividad,
negativas para el desarrollo socioemocional cautela y autocontrol son evaluadas positiva-
(Chen, 2015, 2019). mente y reforzadas cuando aparecen (Chen,
Por otra parte, en Argentina los niños y las 2018; Keller, 2012, 2018). De manera inversa,
niñas que habitan zonas urbano-marginadas las conductas de preferencia por la soledad
tienden a ver más restringidas sus posibili- tienden a ser desalentadas y hasta rechazadas
dades de interacción fuera del núcleo familiar por los adultos y los pares dado que suponen
por limitaciones económicas, situaciones de un perjuicio para el objetivo de cohesión
inseguridad en sus barrios y/o por las formas grupal, interdependencia y asertividad social
particulares en que las configuraciones fami- (Chen, 2015; Coplan et al., 2012; Ding et al.,
liares priorizan la permanencia dentro del 2015).
espacio del hogar (Ierullo, 2015; Tuñón, 2019). Pese a lo expuesto, el estudio comparativo
Esto podría implicar que las manifestaciones del retraimiento social en estos entornos resulta
de preferencia por la soledad no fueran perci- aún un área pendiente dentro del campo de las
bidas negativamente por los adultos dentro relaciones entre pares en la infancia temprana
del hogar ni por los pares, quienes también en Latinoamérica. Si se tiene en cuenta, tal
podrían estar más acostumbrados a los juegos como se mencionó anteriormente, que las
y a las actividades solitarias. Asimismo, en atribuciones de los niños y las niñas sobre
un contexto que tiende a exigir predominan- los diferentes comportamientos de sus pares
temente respuestas rápidas, prácticas y orien- pueden influir en sus reacciones emocionales
tadas a la resolución de problemas inmediatos y conductuales, es de esperar que las formas
(Duncan, Magnuson y Votruba-Drzal, 2015; en las cuales sean percibidas las manifesta-

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ciones de retraimiento social incidan poste- Escuelas (Ley N° 9031, 2017) y la Dirección
riormente en el grado de aceptación o rechazo de Estadísticas e Investigaciones Económicas
por parte de su grupo de pares y con ello, en de Mendoza (DEIE, 2017).
sus indicadores de desarrollo socioemocional El grupo urbano (n = 82, 57.3 % varones,
(Coplan et al., 2012). En este sentido, como Mmeses= 62.33, DE = 7.88) pertenecía a una
un primer acercamiento a la exploración de la escuela ubicada en el centro de la ciudad de
temática en el ámbito local, el objetivo de este Mendoza. Ambos progenitores presentaron
estudio fue comparar las atribuciones hacia los mayormente estudios universitarios completos
dos subtipos de retraimiento social (timidez y (54.9 % de los padres y 73.2 % de las madres).
preferencia por la soledad) de los niños y las El grupo urbano-marginado (n = 72, 54.2
niñas de contextos urbanos, urbano-margi- % varones, Mmeses= 60.47, DE = 6.30) asistía a
nados y rurales de Mendoza, Argentina. un jardín de infantes situado en la periferia de
En base a las citadas investigaciones la ciudad. En los progenitores predominó el
previas en la temática, se planteó como nivel educativo secundario incompleto (34.7
primera hipótesis general que los niños y las % de los padres y 37.5 % de las madres) y
niñas de los tres contextos atribuirían menos completo (13.9 % de los padres y 26.4 % de
intencionalidad y mayor deseo de interacción las madres).
social en los pares (hipotéticos) que presen- Por su parte, la muestra rural (n = 67, 52.2
taran conductas tímidas y referirían mayor % mujeres, Mmeses= 63.07, DE = 6.99) perte-
compasión y preferencia por interactuar con necía a un jardín de infantes ubicado a 70
ellos. Además, se preveía encontrar diferen- km del núcleo urbano más cercano, en una
cias entre los contextos en las atribuciones zona desértica de la provincia. Los padres de
sobre el impacto negativo que cada subtipo estos niños y estas niñas contaban principal-
de retraimiento social podría tener. De esta mente con el nivel primario completo (28.4
manera, una segunda hipótesis fue que los %), seguido de los niveles primario incom-
grupos urbano y urbano-marginado consi- pleto y secundario incompleto y completo en
derarían más problemáticas las conductas igualdad de porcentajes (14.9 % cada uno),
de timidez en comparación con los compor- mientras que las madres presentaron mayor-
tamientos de preferencia por la soledad, mente estudios secundarios incompletos (29.9
mientras que el grupo rural atribuiría mayor %) y universitarios completos (19.4 %).
impacto negativo a las conductas de soledad Tanto la elección de las instituciones educa-
en comparación con las de timidez. tivas como la conformación de los grupos
muestrales fueron realizadas de manera no
Método probabilística e intencional. Previamente, se
excluyeron los niños y las niñas que presen-
Participantes taban padecimientos mentales previamente
diagnosticados por profesionales de salud
La muestra correspondiente al presente mental y cuya condición les impedía contestar
trabajo estuvo conformada por un total de 221 las preguntas durante las entrevistas.
niños y niñas de 4 y 5 años, de ambos géneros,
que asistían al nivel inicial (salas de 4 y 5 años) Instrumentos
en tres instituciones educativas de gestión
estatal de la provincia de Mendoza. Cada Entrevistas infantiles con viñetas (Coplan et
institución pertenecía a un contexto sociocul- al., 2007)
tural considerado urbano, urbano-marginado
y rural según criterios geográficos y demográ- La técnica consiste en una serie de cuatro
ficos establecidos por la Dirección General de viñetas que representan a pares hipotéticos del

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mismo sexo que el niño o la niña entrevistados, pregunta evaluó las atribuciones de inten-
desplegando diferentes formas de compor- cionalidad hacia el par hipotético (“¿Pensás
tamientos: sociabilidad, agresión, timidez que ___ quiere actuar de esa manera?”). Otra
y preferencia por la soledad. Estas viñetas pregunta evaluó la comprensión sobre las
fueron adaptadas en base a estudios anteriores motivaciones sociales del personaje (“¿A___
sobre atribuciones infantiles hacia comporta- le gusta jugar con otros/as niños/as?”). Las
mientos agresivos y retraídos (Gavinski-Mo- siguientes dos preguntas estaban relacionadas
lina, Coplan y Younger, 2003; Goossens et con las preferencias de afiliación de los niños
al., 2002; Graham y Hoehn, 1995). Resul- y niñas hacia el personaje hipotético (“¿Te
tados previos han proporcionado evidencia gustaría jugar con ___?” y “¿Te gustaría ser
de la confiabilidad y validez de este protocolo amigo/a de ___?”). Dos preguntas se referían
de evaluación tanto en culturas occidentales a las atribuciones de los niños y niñas sobre
como asiáticas (Coplan et al., 2007; Coplan et las consecuencias sociales de los comporta-
al., 2012; Ding et al., 2015; Zava et al., 2019). mientos de los pares hipotéticos preguntando
Cada viñeta tiene un dibujo y un texto sobre la posición social del personaje (“Imagi-
breve que lo describe (por ejemplo, para la nate que ___ va a tu salita, ¿a tus compañeros
viñeta de timidez se le relata al niño o niña: les gustaría jugar con él/ella?”) y el impacto
“Este es Martín/ Esta es Julia. Él/Ella tiene negativo en el aula (“Imaginate que ___ está
miedo de hablar con otros chicos y chicas. en tu salita ¿haría lío?”). La última pregunta
Cuando los otros chicos o chicas juegan, él/ evaluó la compasión o pena de los niños y
ella solo los observa”). Si bien el interés de niñas hacia el par hipotético (“¿Te da pena
este trabajo está centrado en los subtipos __?”).
tímido y solitario, se mantuvieron las viñetas La distribución de la presentación de las
de sociabilidad y agresión originales con el fin viñetas fue al azar para cada escolar a los fines
de tener un parámetro de comparación de las de controlar los efectos del orden de los estí-
conductas de retraimiento con aquellos estilos mulos, pero no el orden de las preguntas que
conductuales más y menos aceptados en las siempre permanecieron iguales.
interacciones sociales. Luego de cada dibujo
y su relato breve, se le realizaba al niño o a Procedimiento
la niña una serie de preguntas que respondía
señalando círculos de diferentes tamaños El estudio recibió aprobación del Comité
representados en una escala Likert de tres de Ética en Investigación del Instituto de Cien-
puntos (no, tal vez/a veces, sí). cias Humanas, Sociales y Ambientales (INCI-
Para la adaptación al español de la técnica, HUSA-CONICET) y los procedimientos
las viñetas y las preguntas fueron tradu- fueron aprobados por la Dirección General de
cidas del inglés por un traductor profesional Escuelas de Mendoza (M22/2017) y por los
y luego evaluadas por el equipo de inves- supervisores de cada institución correspon-
tigación. La versión obtenida fue aplicada diente. Los objetivos y el procedimiento de la
en una prueba piloto a un grupo de niños y investigación se expusieron a los directores,
niñas (no incluidos en la muestra final) a los docentes, padres/madres y niños/niñas.
fines de evaluar la comprensión de las viñetas Las entrevistas se realizaron como parte de
y preguntas y la adecuación de los términos un proyecto de investigación más amplio, por
utilizados. Luego, la entrevista fue traducida lo que los padres y las madres ya habían otor-
nuevamente al inglés para corroborar la preci- gado el consentimiento informado escrito para
sión con la versión original. la participación de sus hijos/hijas. Por esta
La versión en español quedó conformada misma razón, los escolares ya habían cono-
por siete preguntas para cada viñeta. Una cido e interactuado durante meses previos con

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las entrevistadoras. Los encuentros se reali- variaban de acuerdo al contexto de perte-


zaron durante el horario escolar en un lugar nencia. En este caso, se empleó la prueba de
tranquilo sin otros niños ni adultos presentes Kruskal-Wallis para muestras independientes
durante aproximadamente 20 minutos. Al con un nivel de significación de .05 y en las
inicio de cada entrevista, el niño o la niña comparaciones post hoc se empleó la prueba
también daban su asentimiento para participar U de Mann-Whitney con un nivel de signifi-
y se les recordaba que podían retirarse de la cación de .05. En dichas comparaciones post
misma cuando lo desearan. Las respuestas hoc se calculó el tamaño del efecto de las
de los niños y las niñas eran registradas por diferencias, para lo cual la magnitud de las
escrito en los protocolos correspondientes diferencias obtenidas fue estimada utilizando
por cada evaluadora. Tanto los niños como el coeficiente de correlación biserial (Domín-
sus padres conocían el carácter confidencial guez-Lara, 2017).
y anónimo de los datos y su posterior trata-
miento. Resultados
Análisis estadístico Tipo de comportamiento por contexto

Debido a que las seis variables de atribu- En un primer momento, se analizó si las
ciones (intencionalidad, motivación social, atribuciones que los niños y las niñas reali-
preferencia afiliativa, posición social, impacto zaron variaban de acuerdo al tipo de compor-
negativo y compasión) no presentaron una tamiento en cada contexto. Los resultados
distribución normal y no dieron cumpli- obtenidos se presentan en las Tablas 1 a 4.
miento a los supuestos de un ANCOVA de En el contexto urbano, todas las atribu-
medidas repetidas (normalidad, homocedasti- ciones que los niños y las niñas realizaron
cidad, esfericidad e igualdad de las varianzas variaron en función del tipo de comporta-
de error), se decidió conducir una serie de miento (ver Tabla 1). Sin embargo, entre los
pruebas no paramétricas. comportamientos tímidos y solitarios, las
En primer lugar, se realizaron estudios pruebas post hoc mostraron que este grupo
segmentados para observar si las atribuciones reportó puntuaciones similares en las atribu-
de los niños y las niñas variaban en función ciones de preferencia afiliativa (z = -1.52, p
de los diferentes tipos de comportamientos = .128, rbis = .17), posición social (z = -.08,
(agresivo, tímido, solitario y sociable) en cada p =.935, rbis = .01) e impacto negativo (z =
contexto. Para ello se utilizó la prueba de -.10, p = .919, rbis = .01). Las principales dife-
Friedman para muestras relacionadas con un rencias se encontraron en las atribuciones de
nivel de significación de .05 y en las compara- intencionalidad, que fueron mayores para el
ciones post hoc se utilizó la prueba de rangos comportamiento solitario en comparación con
de Wilcoxon para muestras relacionadas con el tímido (z = -3.83, p < .001, rbis = .26), y
un nivel de significación de .05. en las percepciones de compasión, que fueron
A continuación, se realizó un estudio para mayores para el comportamiento tímido en
cada comportamiento infantil (en este caso, relación al solitario (z = -1.95, p = .041, rbis
tímido y solitario) para analizar si las atri- = .22).
buciones referidas por los niños y las niñas

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https://doi.org/10.16888/interd.2023.40.1.26

Tabla 1.
Diferencias en atribuciones de los niños y las niñas según el tipo de comportamiento en el contexto
urbano

Agresión Timidez Soledad Sociable


Variable χ2(3)
M(DE) M(DE) M(DE) M(DE)
Intencionalidad 2.49(.84) 1.98(.92) 2.46(.79) 2.84(.48) 52.50

Motiv. Social 1.45(.76) 2.23(.88) 1.67(.86) 2.83(.47) 100.18

Pref. Afiliativa 1.15(.41) 2.40(.72) 2.26(.81) 2.64(.65) 126.84


Posición Social 1.16(.48) 2.17(.80) 2.20(.87) 2.63(.64) 112.32
Impacto Negativo 2.74(.58) 1.33(.63) 1.34(.65) 1.27(.61) 140.72
Compasión 1.28(.57) 1.77(.84) 1.52(.82) 1.26(.62) 28.28

n = 82

En el contexto urbano-marginado también ciones de motivación, que resultaron mayores


se observó que el tipo de comportamiento para las conductas tímidas (z = -2.75, p = .006,
moduló las seis atribuciones de los niños y rbis = .32). No se registraron diferencias entre
las niñas (ver Tabla 2). Especialmente, las ambos tipos de comportamiento en las atribu-
principales diferencias entre los comporta- ciones de preferencia afiliativa (z = -1.46, p =
mientos tímido y solitario estuvieron en las .145, rbis = .17), posición social (z = -.73, p =
atribuciones de intencionalidad, que fueron .467, rbis = .09), impacto negativo (z = -.45, p
mayores para las manifestaciones de soledad = .656, rbis= .05) ni compasión (z = -1.76, p =
(z = -3.46, p < .001, rbis = .41), y en las atribu- .074, rbis = .21).

Tabla 2.
Diferencias en atribuciones de los niños y las niñas según el tipo de comportamiento en el contexto
urbano-marginado

Agresión Timidez Soledad Sociable


Variable χ2(3)
M(DE) M(DE) M(DE) M(DE)
Intencionalidad 2.67(.71) 2.11(.93) 2.60(.76) 2.94(.23) 41.58
Motiv. Social 1.88(.90) 2.36(.79) 2.04(88) 2.89(.43) 57.93
Pref. Afiliativa 1.46(.72) 2.57(.68) 2.43(.77) 2.74(.54) 90.17
Posición Social 1.68(.84) 2.13(.84) 2.24(.78) 2.67(.71) 56.27
Impacto Negativo 2.68(.65) 1.49(.73) 1.43(.73) 1.22(.56) 116.23
Compasión 1.43(.71) 1.81(.82) 1.57(.75) 1.13(.37) 35.51

n = 72

En el contexto rural se observó que el buciones de los niños y las niñas (ver Tabla
tipo de comportamiento moduló las seis atri- 3). Específicamente, en comparación con el

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Castillo, Ison y Greco

comportamiento solitario, la manifestación de se encontraron diferencias entre los compor-


timidez recibió mayores atribuciones de moti- tamientos mencionados en las atribuciones de
vación social (z = -3.28, p < .001, rbis = .15) y posición social (z = -1.28, p = .202, rbis = .16),
preferencia afiliativa (z = -2.38, p = .017, rbis impacto negativo (z = -1.87, p = .061, rbis =
= .29), y menores atribuciones de intenciona- .23) y compasión (z = -1.11, p = .266, rbis =
lidad (z = -4.38, p < 0.001, rbis = 0.53). No .14).

Tabla 3.
Diferencias en atribuciones de los niños y las niñas según el tipo de comportamiento, en el contexto
rural

Agresión Timidez Soledad Sociable


Variable χ2(3)
M(DE) M(DE) M(DE) M(DE)
Intencionalidad 2.57(.78) 1.99(.96) 2.73(.66) 2.97(.17) 55.12
Motiv. Social 1.75(.80) 2.09(.84) 1.57(.78) 2.96(.21) 92.88

Pref. Afiliativa 1.27(.55) 2.59(.71) 2.34(.76) 2.91(.34) 126.12


Posición Social 1.28(.55) 2.18(.82) 2.04(.81) 2.91(.34) 111.66
Impacto Negativo 2.87(.42) 1.28(.60) 1.48(.80) 1.04(.21) 131.44
Compasión 1.36(.67) 1.43(.72) 1.33(.59) 1.03(.24) 23.00
n = 67

Tipo de contexto .070, rbis = .15), ni entre los del contexto rural
y el urbano-marginado (z = -.61, p = .540,
En un segundo momento, se analizó si las rbis = .05). Los niños y las niñas del contexto
atribuciones de intencionalidad, motivación rural percibieron mayor compasión hacia el
social, preferencia afiliativa, posición social, comportamiento tímido en comparación con
impacto negativo y compasión, que los niños sus pares del contexto urbano (z = -2.62, p =
y las niñas realizaron hacia cada uno de los .009, rbis = .21) y urbano-marginado (z = -2.93,
comportamientos infantiles, diferían según el p = .003, rbis = .24). No se observaron diferen-
contexto de pertenencia (ver Tabla 4). cias en compasión hacia el comportamiento
En el comportamiento tímido se registró tímido entre el grupo del contexto urbano y el
que la preferencia afiliativa (χ2(2) = 6.28, p = del urbano-marginado (z = -.34, p = .737, rbis =
.043) y la compasión (χ2(2) = 8.70, p = .013) .03). El resto de las atribuciones no mostraron
indicadas por los niños y las niñas variaron diferencias significativas entre los grupos.
en función del contexto de pertenencia. Los En el comportamiento solitario, se observó
participantes del contexto rural informaron que la atribución de intencionalidad (χ2(2)
mayor preferencia afiliativa hacia el compor- = 6.82, p = .033) de los niños y niñas varió
tamiento tímido en comparación con sus pares de acuerdo al contexto de pertenencia. Los
del contexto urbano (z = -2.29, p = .022, rbis participantes del contexto rural percibieron
= .19). No se observaron diferencias en la mayor intencionalidad en el comportamiento
preferencia afiliativa hacia el comportamiento solitario que sus pares del contexto urbano
tímido entre los niños y las niñas del contexto (z = -2.58, p = .010, rbis = .21). No se obser-
urbano y urbano-marginado (z = -1.81, p = varon diferencias en intencionalidad hacia el

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comportamiento solitario entre los niños y urbano (z = -1.35, p = .176, rbis = .11). El resto
las niñas del contexto rural y el urbano-mar- de las atribuciones hacia este comportamiento
ginado (z = -1.23, p = .217, rbis = .10), ni no mostró diferencias significativas entre los
entre los del contexto urbano-marginado y el grupos.

Tabla 4.
Diferencias en atribuciones de los niños y las niñas por comportamiento según contexto urbano,
urbano-marginado y rural

Urbano-
Urbano Rural
Marginado
Variable (n = 82) (n = 67) χ2(2) p
(n = 72)
M(DE) M(DE) M(DE)
Timidez

Intencionalidad 1.98(.92) 2.11(.93) 1.99(.96) .97 .617

Motiv. Social 2.23(.88) 2.36(.79) 2.09(.85) 4.081 .130

Pref. Afiliativa 2.40(.72) 2.57(.68) 2.59(.71) 6.28 .043

Posición Social 2.20(.87) 2.24(.78) 2.04(.81) .153 .926

Impacto Negativo 1.34(.65) 1.43(.73) 1.48(.80) 3.86 .146

Compasión 1.77(.84) 1.81(.82) 1.43(.72) 8.70 .013

Soledad

Intencionalidad 2.46(.79) 2.60(.76) 2.73(.66) 6.82 .033

Motiv. Social 1.67(86) 2.04(.88) 1.57(.78) 3.63 .163

Pref. Afiliativa 2.26(.81) 2.43(.77) 2.34(.76) 2.26 .323

Posición Social 2.17(.80) 2.13(.84) 2.18(.82) 2.22 .330

Impacto Negativo 1.33(.63) 1.49(.73) 1.28(.60) .809 .667

Compasión 1.52(.82) 1.57(.75) 1.33(.59) 3.73 .155

Discusión la causalidad y la estabilidad de la conducta,


generan emociones y marcan tendencias de
Las atribuciones cognitivas que las acción (Balabanian y Lemos, 2020; Chen,
personas hacen sobre los diferentes compor- 2015; Hartup, 2009). De esta manera, las atri-
tamientos desempeñan un papel importante buciones motivacionales y causales que los
en el establecimiento de las relaciones con niños y las niñas hacen sobre los comporta-
los demás ya que involucran creencias sobre mientos retraídos son uno de los factores que

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Castillo, Ison y Greco

influyen sobre sus respuestas ante los pares el impacto negativo grupal (en qué medida la
tímidos y solitarios. El contenido de tales conducta del par puede resultar problemática
atribuciones está determinado por el contexto o disruptiva en la sala), y la compasión que la
particular en el que tienen lugar (Miller, Wice conducta genera (cuánta pena sienten por el
y Goyal, 2018; Tamis-LeMonda et al., 2008) par). Estas seis atribuciones se evaluaron en
en un proceso en el que las normas cultu- personajes hipotéticos que se les presentaron
rales propias de cada contexto les brindan a a los niños y las niñas a través de viñetas con
los niños y las niñas referencias para percibir, diferentes dibujos e historias.
juzgar y responder ante los comportamientos Un primer elemento a resaltar es que los
sociales de los demás e inciden en la manera niños y las niñas de este estudio pudieron
en que evalúan, exhiben o regulan sus propios distinguir el retraimiento social de otros tipos
comportamientos (Chen, 2012, 2015). de conductas (agresividad y sociabilidad).
Existe cada vez más evidencia acerca Globalmente, los comportamientos retraídos
de que las conductas de retraimiento social recibieron atribuciones más positivas (mayor
responden a este mismo proceso, adquiriendo preferencia para interactuar, mejor posición
significados y atribuciones diferentes de otros social y menos impacto negativo) que las
comportamientos (como los de agresividad y conductas agresivas, aunque también fueron
prosocialidad, por ejemplo) y variando en sus percibidos negativamente en relación a los
implicancias en función del contexto en el que comportamientos sociables (a estos últimos
se presenten (Coplan et al., 2012). Asimismo, se les atribuyó mayor preferencia afiliativa
dado que los comportamientos de retrai- y mejor posición dentro del grupo de pares).
miento social no son homogéneos, sus varia- De esta manera, aunque el retraimiento social
ciones también son percibidas y compren- puede no ser tan llamativo dentro del grupo de
didas de maneras particulares (Coplan et al., pares como las conductas de agresión, aparen-
2007; Ding et al., 2015; Wichmann, Coplan y temente contradice ciertas normas sociales
Daniels, 2004). básicas en todos los contextos a partir de las
En consonancia con lo anterior, el obje- cuales se espera que los niños y las niñas sean
tivo de este trabajo consistió en comparar las abiertos, comunicativos y gregarios con sus
atribuciones hacia los dos subtipos de retrai- pares (Chen, 2012).
miento social (a saber, timidez y preferencia Siguiendo la primera hipótesis planteada,
por la soledad) referidas por los niños y las se esperaba que los niños y las niñas de los tres
niñas de 4 y 5 años de tres contextos diferentes: contextos atribuyeran menos intencionalidad
urbano, urbano-marginado y rural. Para ello, y mayor deseo de interacción social hacia los
se consideraron seis posibles aspectos que los pares (hipotéticos) que presentaran conductas
niños y las niñas tienen en cuenta al momento tímidas y refirieran mayor compasión y prefe-
de evaluar las conductas de sus pares: las atri- rencia por interactuar con ellos. Los resul-
buciones de intencionalidad(cuánto propósito tados hallados al respecto confirmaron en
o determinación atribuyen a la conducta del gran medida esta hipótesis. Se observó que,
par), la comprensión sobre las motivaciones en términos generales, los niños y las niñas
sociales (cuánto consideran que el par desea pudieron diferenciar entre los subtipos tímido
interactuar con otros niños u otras niñas), las y solitario en sus características esenciales
preferencias de afiliación (cuánto les gustaría haciendo atribuciones particulares para cada
interactuar con el par), las atribuciones sobre uno de ellos. En comparación con los perso-
las consecuencias sociales de los compor- najes solitarios, aquellos tímidos fueron perci-
tamientos de los pares en la posición social bidos como más motivados socialmente y
(cuánto consideran que el grupo de compa- menos intencionales en su conducta en los tres
ñeros desearía interactuar con ese par) y en contextos. De esta manera, tal como se podía

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anticipar en base a lo reportado por investiga- de autoafirmación (Chen, 2015; Keller, 2012;
ciones previas (Coplan et al., 2012; Coplan et Tamis-LeMonda et al., 2008) generando en
al., 2007; Ding et al., 2015; Goossens et al., los niños y las niñas mayores reacciones de
2002), los niños y las niñas de este estudio empatía y pena frente a manifestaciones de
pudieron realizar distinciones entre los pares mayor pasividad y temor al contacto social.
hipotéticos tímidos y solitarios, observándose Por otra parte, los participantes del grupo
que a la edad de 4-5 años ya son capaces de rural refirieron mayor preferencia por vincu-
percibir las diferentes motivaciones e inten- larse con el par hipotético tímido que con
ciones centrales que subyacen a los subtipos el par solitario. De manera contraria al caso
de retraimiento social. urbano, una posibilidad es que para los
Esto significa que los niños y las niñas contextos rurales las conductas tímidas sean
presentan indicadores de poder comprender evaluadas positivamente por concordar con
que los pares tímidos tienden a retirarse de las expectativas de cohesión social, modestia
las oportunidades de socialización a pesar del y grupalidad (Chen, 2018; Keller, 2012,
deseo de interactuar, mientras que los pares 2018) y por ende, los niños y las niñas que
solitarios prefieren pasar tiempo jugando a viven en estos ambientes tienden a preferir a
solas. Este dato se encuentra en consonancia pares que presenten estas cualidades. Inversa-
con los modelos teóricos actuales del retrai- mente, los pares que desplieguen conductas
miento social para los cuales la timidez se de preferencia por la soledad podrían ser
define a partir del temor que genera la inte- menos elegidos dado que no responden a este
racción social y su consecuente retirada parámetro de interdependencia y asertividad
(conflicto de acercamiento-evitación social), social de las comunidades rurales (Chen,
mientras que la preferencia por la soledad 2015; Coplan et al., 2012; Ding et al., 2015).
implica una retracción de los intercambios Sin embargo, los comportamientos tímidos
sociales por genuino interés en realizar activi- y de preferencia por la soledad no presen-
dades y juegos en solitario (baja tendencia de taron diferencias en ninguno de los contextos
acercamiento y evitación social) (Asendorpf, respecto de las atribuciones de posición social
1990; Coplan y Rubin, 2010). e impacto negativo. Este dato se mostró
No obstante, si se observa separadamente contrario a la hipótesis propuesta y resultó
cada contexto, pueden apreciarse algunas llamativo dado que las investigaciones previas
particularidades. La hipótesis propuesta para han demostrado que los pares tímidos suelen
estas diferencias contextuales fue que los ser más preferidos para las interacciones
grupos urbano y urbano-marginado consi- diádicas y grupales y se los percibe como
derarían más problemáticas las conductas menos problemáticos que los pares solitarios
de timidez en comparación con los compor- (Coplan et al., 2007; Coplan et al., 2012; Ding
tamientos de preferencia por la soledad, et al., 2015). Solamente un estudio reciente
mientras que el grupo rural atribuiría mayor reportado por Zava y sus colaboradores (2019)
impacto negativo a las conductas de soledad encontró respuestas similares en preescolares
en comparación con las de timidez. Específica- italianos. Los autores asociaron estos resul-
mente, en el grupo urbano se observó además tados a la posibilidad de que el retraimiento
que los niños y las niñas reportaron mayores social fuera globalmente percibido como
sentimientos de compasión por el personaje benigno en la infancia temprana debido a que
tímido en relación al solitario, lo cual no fue las actividades solitarias durante esta etapa
evidenciado en los otros grupos. Es posible aún son frecuentes y, por ende, las expecta-
que en los contextos urbanos las expectativas tivas de interacción que los niños y las niñas
de socialización infantil resalten la extraver- tienen hacia sus pares son menores (Coplan et
sión, la exploración autónoma y las conductas al., 2019; Zava et al., 2019). De esta manera,

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Castillo, Ison y Greco

si bien los niños y las niñas lograron distinguir nados.


los subtipos de retraimiento social en las moti- Asimismo, este aspecto también podría
vaciones internas fundamentales que los dife- explicar la mayor intencionalidad atribuida
rencian, no se observó que esto modificara sus hacia el personaje solitario en el grupo rural
atribuciones en relación al impacto social que en comparación con el grupo urbano. Es
cada subtipo podría tener en las interacciones decir, dada la estimulación por interactuar y
diádicas y grupales y, menos aún, en relación participar socialmente a la que responden los
al subtipo de preferencia por la soledad como niños y las niñas en los contextos rurales, las
se esperaba. conductas de soledad podrían percibirse en
Por otra parte, cuando se compararon los mayor grado como elecciones voluntarias
grupos de los tres entornos evaluados entre sí que dependen de las intenciones personales
emergieron algunas diferencias no anticipadas (Álvarez Valdivia et al., 2005).
en las hipótesis previas en relación a las atribu- Contrariamente a lo propuesto en las hipó-
ciones de preferencia afiliativa y sentimientos tesis iniciales, no se observaron diferencias
de compasión hacia los diferentes subtipos de entre los tres grupos en términos de la posi-
retraimiento. Por ejemplo, no solamente los ción social y el impacto negativo que los
niños y las niñas rurales refirieron mayor deseo niños y las niñas les atribuyen a los personajes
de interactuar con el personaje tímido que con tímidos y solitarios. Esto implica que ambos
el personaje solitario como ya fue comentado, personajes fueron percibidos similarmente
sino que esta preferencia fue incluso mayor atractivos para el grupo de pares y por igual
en comparación con los pares del contexto entre los diferentes contextos. Estos resultados
urbano. Además, este grupo reportó mayores podrían brindar cierto apoyo a la idea de que
sentimientos de compasión hacia el personaje el retraimiento social tiende a ser globalmente
tímido que los grupos de los contextos urbano percibido como benigno en edades tempranas,
y urbano-marginado. y especialmente en el contexto rural, donde
Nuevamente, una posible interpretación es un comportamiento frecuente y valo-
para estos resultados podría encontrarse en las rado (Chen, 2018; Coplan et al., 2019). No
particularidades de socialización durante la obstante, la ausencia de trabajos previos sobre
infancia que se han descripto para los contextos la temática en estos entornos hace necesario
rurales. Estas comunidades tienden a enfatizar que futuras líneas de investigación consideren
la orientación al grupo y la cohesión social y profundicen en dichos aspectos para lograr
en mayor medida que los contextos urbanos mayor claridad.
(Chen, 2018, 2019; Lev‐Wiesel, 2003), por De esta manera, tal como lo demuestra la
lo cual las conductas pasivas, la obediencia literatura al respecto, algunas características
y la cautela son cualidades evaluadas posi- centrales que determinan las diferencias entre
tivamente y promovidas en los espacios de los comportamientos retraídos son perci-
interacción social (Chen, 2018; Keller, 2012, bidas por igual en todos los grupos, aunque
2018). Los comportamientos tímidos forman es posible observar que ciertas atribuciones de
parte de dichas manifestaciones de modestia los niños y las niñas varían según el contexto
y prudencia y esto los vuelve habituales y particular en el que se desarrollan (Chen,
valorados dentro de estos contextos desde la 2012; Miller et al., 2018; Tamis-LeMonda
infancia. Debido a ello, no resulta sorpren- et al., 2008). No es posible discernir con los
dente que los niños y las niñas que viven en elementos aquí estudiados cuáles son los
ambientes rurales tiendan a elegir para sus aspectos contextuales específicos que inciden
interacciones a pares que presenten estas sobre algunas atribuciones y mediante qué
cualidades y sientan más simpatía hacia ellos mecanismos lo hacen, aunque estos hallazgos
que los de contextos urbanos o urbano-margi- son un punto de partida para continuar profun-

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dizando en las diferencias y similitudes entre ción del desarrollo de la Teoría de la Mente.
los entornos locales de características urbanas, Por último, otra limitación atañe a la inten-
urbano-marginadas y rurales en los procesos cionalidad de las muestras dado que solo se
de interacción infantiles y sus implicancias en abordó un jardín de infantes por contexto.
el desarrollo socioemocional. Los entornos urbanos, urbano-marginados
y rurales son diferentes entre sí en muchos
Conclusiones aspectos, pero también existe una gran hete-
rogeneidad y pluralidad de “urbanidades” y
Este estudio es uno de los primeros en “ruralidades” (Landini, 2015). En este sentido,
evaluar las atribuciones hacia el retraimiento sería interesante que estudios futuros repli-
social en niños y niñas de diferentes contextos caran este trabajo con muestras de diferentes
socioculturales de Argentina, incluyendo un regiones de Argentina y Latinoamérica para
entorno rural. Esto permitió una aproximación contar con mayores evidencias respecto a las
a la evaluación que ellos hacen de los compor- implicancias del contexto en el retraimiento
tamientos tímidos y solitarios que podría, al social durante la infancia, así como también
menos en parte, estar asociada a las normas de considerar otras variables socioeconómicas
socialización propias de cada entorno. que pudieran influir significativamente en
No obstante, algunas limitaciones de este las diferencias entre los grupos, por ejemplo,
trabajo deben ser consideradas en la interpre- el nivel educativo de los padres, el acceso a
tación de los resultados. En primer lugar, las tecnología, los recursos educativos y de salud,
respuestas de los niños y las niñas emitidas entre otros.
ante las viñetas presentadas podrían no Pese a las limitaciones mencionadas, este
guardar relación directa con las reacciones estudio ha permitido explorar las diferencias
que tienen o tendrían en los ambientes reales y similitudes en la comprensión que tienen los
de interacción ante los pares que presentan niños y las niñas de estos comportamientos
efectivamente conductas retraídas. Las obser- según sus entornos, poniendo de relieve la
vaciones naturales de las interacciones diarias importancia de los aspectos contextuales en
de los niños y niñas y el reporte de los padres el estudio de la socialización infantil (Chen,
y docentes también podrían aportar más infor- 2015). Partiendo de estos conocimientos,
mación sobre los elementos que los niños y las futuras intervenciones en el ámbito de la
niñas consideran en contextos reales cuando educación y de la salud mental infantil podrían
evalúan socialmente a sus pares. ser planificadas considerando las particulari-
En segundo lugar, cabe resaltar que, si dades que el retraimiento social adquiere en
bien fueron excluidos del estudio los niños y cada contexto y sus implicancias en los grupos
las niñas con diagnósticos de padecimientos de pares en la infancia temprana.
mentales, no se realizaron evaluaciones
previas sobre el nivel de desarrollo cogni- Referencias
tivo y lingüístico en ninguna de las muestras.
Las posibles variaciones en estos dominios Álvarez Valdivia, I., Schneider, B. H., Lorenzo
podrían explicar la falta de normalidad en Chavez, K. L. y Chen, X. (2005). Social with-
las puntuaciones obtenidas. Asimismo, dado drawal and maladjustment in a very group-ori-
que la capacidad de los niños y las niñas para ented society. International Journal of Behav-
comprender los estados mentales de sus pares ioral Development, 29(3), 219–228. https://
se encuentra en progreso durante la edad doi.org/10.1080/0165025044000008
preescolar (Querejeta, Romanazzi y Fachal, Asendorpf, J. B. (1990). Beyond social with-
2020), podría resultar de utilidad incluir en drawal: Shyness, unsociability, and peer avoid-
futuras investigaciones una medida de evalua- ance. Human Development, 33(4–5), 250–259.

Atribuciones infantiles hacia la timidez y la soledad. INTERDISCIPLINARIA, 2023, 40(1), 433-450 447
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Recibido: 29 de junio de 2021


Aceptado: 26 de julio de 2022

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