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Qué Hacer Cuando Un Estudiante Nos Pide Un Consejo
Qué Hacer Cuando Un Estudiante Nos Pide Un Consejo
Así que dar un consejo a la ligera no sería prudente. ¿Le diremos al estudiante
que pide el consejo?: “Si yo fuera tú... “? No verdad. Compartiríamos la culpa por
cualquier mal resultado
(Gál. 1:10) ¿Estoy tratando de ganarme a los hombres, o a Dios? ¿Acaso estoy
tratando de agradar a los hombres? Si todavía estuviera agradando a los
hombres, no sería esclavo de Cristo.
Aquel que toma sus decisiones pensando principalmente en complacer a quien le
enseña la Biblia o a otro ser humano está sirviendo a hombres, no viviendo por fe.
Como apreciamos a nuestros estudiantes, queremos asegurarnos de
aconsejarlos de una forma que no los haga sentir mal y que la respuesta sea
acorde con las directrices de las Escrituras y no en preferencias personales.
¿Cómo podemos lograrlo?
Podemos dirigir la atención a ejemplos bíblicos oportunos.
También podemos mostrarle cómo investigar y encontrarlos por sí mismo.
Podríamos explicarle los principios bíblicos implicados, pero sin señalar cómo
aplicarlos a la situación en que se encuentra.
Preguntarle si ve algo en los principios bíblicos que pueda ayudarlo a tomar una
decisión sabía.
Y Animarlo a considerar al proceder que agradaría a Jehová.
Las ayudas que Jehová pone a nuestro alcance mediante su organización nos
permiten dar y recibir los mejores consejos.
Conclusión:
Si un estudiante de la Biblia nos pide un consejo de cómo actuar en cierta
situación debemos tener presente que cada cual debe asumir la responsabilidad
de sus decisiones (Gál. 6:5). Y el que toma decisiones pensando principalmente
en complacer a quien le enseña la Biblia está sirviendo a hombres, no viviendo por
fe (Gál. 1:10). Así pues, para ayudar al estudiante que nos pide un consejo, lo
mejor es dirigir su atención a principios y ejemplos bíblicos oportunos, y
preguntarle si ve algo en ellos que pueda ayudarlo a tomar una buena decisión.
De esta forma, la persona preparará “su capacidad de discernimiento [...] para
distinguir lo que está bien de lo que está mal.” (Heb. 5:14).