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La forma normal a través de la cual Dios nos guía es transformándonos en personas sabias.

Este es
un principio que debes entender a la hora de tomar decisiones.

Desde un punto de vista bíblico, ser sabio es ser capaz de ver y «leer» la vida con los ojos de Dios.
Él quiere convertirnos en esa clase de personas. ¿Cómo lo hace?

La voluntad de Dios
Contrario a lo que podríamos pensar, Dios ya expresó Su voluntad respecto a las cuestiones más
importantes y trascendentes de la vida. En un sentido muy real y práctico, Dios ha revelado Su
voluntad y es la misma para todos los seres humanos, de todos los tiempos, en todas las épocas.

No tienes que sacar un doctorado en teología para saber de qué se trata. Gracias a la Biblia
¡sabemos qué es lo que Él quiere! Lo que necesitamos es aprender a aplicar la voluntad revelada
de Dios a nuestras decisiones cotidianas.

Como alguien dijo una vez: «No me preocupan tanto las partes de la Biblia que no entiendo, lo que
sí me preocupa son aquellas partes de la Biblia que entiendo perfectamente y que no estoy
obedeciendo».

¿Conoces la voluntad de Dios?


Entonces tienes que preguntarte: «¿Conozco bien a fondo qué dice la Biblia con respecto a aquello
que estoy a punto de decidir?». Es importante no presuponer que ya conoces la respuesta sino
investigar con diligencia sobre el tema.

El medio principal que Dios utiliza para guiarme es convertirme en alguien sabio y el medio
principal para convertirme en alguien sabio es Su Palabra

Muchas veces me sorprendo cómo después de años de haber estudiado y enseñado la Biblia
vuelvo a leer un texto o investigar sobre un tema y me encuentro con infinidad de información y
verdades que no había visto.

Cuando estamos pasando por una situación novedosa o compleja, esa nueva realidad nos hace
estar mucho más atentos a pasajes y verdades que antes pasábamos por alto o que no
meditábamos en profundidad; como la crianza de los niños, por ejemplo. Escuchamos
respetuosamente cuando un pastor predica sobre el tema o leemos algún versículo que trata ese
punto, pero no prestamos toda la atención que el tema merece hasta que tenemos hijos propios.

Lo mismo sucede con cualquier otra verdad o enseñanza que no es tan relevante en el momento
que la escuchas o la lees. ¿Qué dice toda la Biblia sobre el noviazgo? ¿Qué enseña toda la Palabra
sobre las razones para cambiar de iglesia? ¿Qué enseña sobre el uso sano y bíblico de mi dinero,
mi tiempo o mis dones? Antes de tomar una decisión importante, necesito hacer un estudio
importante.

Luego de hacer este estudio, si Dios me muestra algo en la Biblia que no coincide con mis planes o
preferencias, ¿estoy verdaderamente dispuesto a dejarme guiar y cambiar mi decisión? Henry
Blackaby escribió:
Decimos que Dios es el Señor y que Él puede interrumpir nuestras vidas siempre que quiera.
Sencillamente no esperamos que lo haga. Esperamos que confirme cada cosa que estamos
haciendo, y que nunca nos pida cambiar nada de lo que ya hemos planeado.

Si el medio principal que Dios utiliza para guiarme es convertirme en alguien sabio y el medio
principal para convertirme en alguien sabio es una compresión profunda de Su Palabra, ¿cuánto
tiempo, esfuerzo y compromiso le dedico regularmente a su estudio para llegar a ser esa clase de
persona?

El consejo de otros cristianos


¿Qué pasa cuando la palabra de Cristo habita en abundancia en nosotros? Nos convertimos en
personas capaces de instruirnos y aconsejarnos unos a otros con toda sabiduría (Col 3:16).

Vivimos en una cultura que nos grita: «No dejes que nadie te diga lo que tienes que hacer. Sigue tu
corazón. Haz siempre lo que te apetezca». La Biblia una y otra vez nos da el consejo opuesto. La
sabiduría está en escuchar a otros; en darme cuenta de que soy propenso al autoengaño; en
buscar consejo en personas más maduras y experimentadas que yo.

Una persona sabia se deja guiar, se deja corregir, escucha, no piensa que lo sabe todo, recibe el
consejo de otros (¡especialmente de los que están en desacuerdo!). Entonces, ¿cuál es la
verdadera razón para no pedir consejo cuando tengo que tomar una decisión importante?

El principal aporte que tiene el consejo de otras personas es que puede ayudarte a evaluar si has
convertido tu deseo en un ídolo

«El que vive aislado busca su propio deseo, contra todo consejo se encoleriza» (Pr 18:1). Este
proverbio no nos da escapatoria; la verdadera razón para no buscar consejo es que estoy
obsesionado con aquello que deseo.

La persona que no quiere acercarse a otros para escuchar una perspectiva diferente, «busca su
propio deseo», es decir, se ha vuelto esclavo de aquello que desea. En otras palabras, ha
transformado su deseo en un ídolo.

¿Por qué no quiere escuchar a otros? ¿Por qué no está dispuesto a evaluar una perspectiva
diferente? ¿Por qué no puede tolerar el desacuerdo? ¿Por qué se encoleriza frente a la oposición?
Porque está aferrado a su deseo y no está dispuesto a soltarlo.

El principal aporte que tiene el consejo de otras personas es que puede ayudarte a evaluar si has
convertido tu deseo en un ídolo. Quisiera recordarte una verdad vital: no hay un momento en tu
vida donde te gradúes de «sabio» y ya no necesites buscar consejo. «Cesa, hijo mío, de escuchar la
instrucción, y te desviarás de las palabras de sabiduría» (Pr 19:27). ¿Te das cuenta lo que enseña
este texto? Deja de recibir consejo y ¡dejarás de tomar decisiones sabias!

Recuerda que la forma normal a través de la cual Dios nos guía es transformándonos en personas
sabias. «Lo principal es la sabiduría; adquiere sabiduría, y con todo lo que obtengas adquiere
discernimiento» (Pr 4:7).

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