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vigilar y castigar

Michael Foucault
Habla de cómo las personas se empiezan a cansar del suplicio como tal,
entonces, para ellos este acto les empieza a parecer de lo más bajo y ya no lo
toleran. Debido a esto, una nueva forma de pensar surge y las
personas empiezan a restarle importancia al suplicio y defienden sus
ideales argumentando que se puede castigar sin maltratar el cuerpo a tal
grado.
Hay un cambió socialmente, incluso se menciona en la lectura que los
crímenes se suavizan antes que las leyes y eso era lo que peleaban las personas
de la época. Entonces, las personas empezaron a analizar su situación y
descubrieron muchas inconsistencias en la misma. Se dieron cuenta de que la
severidad legal era para los pobres, lo que generaba comportamientos
y sentimientos negativos en ellos.
Describen que dentro del sistema hay “privilegiados” que quedan fuera del
derecho común. Y eso se puede ver en México, ya que, muchas veces cuando
una persona de bajo recursos comete un delito es juzgado con todas las de la
ley y como no tiene los medios para defenderse termina encarcelado o incluso
hay personas de esta misma condición social que ni siquiera son culpables de
lo que se les acusa y son encarcelados injustamente, y a veces, el gobierno dice
“perdón, me equivoqué” y los deja en libertad después de que sus derechos
humanos fueron violados.
La gente estaba cansada y buscaba que el poder fuera repartido
equitativamente, que estuvieran personas de diversas clases sociales
inmersas en este hábito para que se tuviera una visión más concreta del tema,
lograr la unificación y que el poder no estuviera solamente en manos de unos.

Entonces, nos damos cuenta que la burguesía no respeta los reglamentos y leyes porque se creen
superiores a los demás y la misma sociedad lo permite. Es algo establecido y aceptado, cosa que
no debería de ser, porque si buscamos una equidad e igualdad de oportunidades no debemos
contribuir a que esto se siga dando. En la reforma se plantea que el ciudadano firma una especie
de acuerdo con el Estado y este le cede su libertad para aceptar las ideas del Estado y cuando
alguna persona rompe el pacto se vuelve enemigo de la sociedad, pero, si la persona está
dispuesta a corregir su camino al ser sancionado y respetar lo que se le dicte, está
contribuyendo favorablemente a la sociedad.

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