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Grupo: 503
Las leyes del estado son necesarias dentro de la sociedad pues sin ellas
viviríamos en un caos total y no tendríamos con que defender nuestra dignidad
humana. Su objetivo al igual que las normas morales es regular las relaciones
entre los individuos y entre estos y la comunidad. Estas leyes se presentan y
deben centrarse principalmente en aquel punto donde se cruzan las libertades
de los individuos, es decir, todos somos libres de hacer lo que queramos y
seamos capaces, pero si en la práctica de nuestra libertad afectamos la libertad
de otros entonces estamos cometiendo una injusticia y es entonces cuando la
ley debe intervenir prohibiendo los actos que puedan tener consecuencias
negativas sobre otros (por ejemplo, al conducir tenemos la libertad natural de
andar por donde sea en medida de lo posible, pero si al ejecutar esta acción
atropellamos a alguien quitándole la vida estaríamos privándolo de su libertad
de vivir, entonces, aunque podamos hacer esto, no debemos, y de aquí el
origen de las leyes de tránsito).
Para que las leyes puedan ser acatadas por la sociedad deben tener un gran
rango de autoridad, interpretando a la “autoridad” como un poder para juzgar
que se tiene sobre los individuos, pero con el único fin de ayudarlos y hacer
progresar a la comunidad brindando una mejor calidad de vida.
La ley debe ser aplicada por personas a quienes se les otorga ese poder de
autoridad y las hay en todo tipo de instituciones, como los jueces, los policías,
abogados, directores, el magistrado, etcétera.
Con los ejemplos anteriores se puede notar que el origen de las injusticias no
está en las leyes, pues estas son absolutamente necesarias, sino en aquellos
encargados de llevarlas acabo, que son los que tienen la autoridad para juzgar.
Esto mismo lo dice Sócrates, en “Critón o del deber” cuando concluye que iba a
morir víctima de la injusticia, no de las leyes, sino de los hombres. Entonces las
leyes no son injustas y no se puede devolver una injusticia con otra injusticia
porque sería una contradicción hacia nuestros principios, y contra nosotros
mismos.
Para solucionar este problema, puesto que no se puede combatir mal con mal,
debemos usar la razón. Hay que estudiar, informarse y analizar objetivamente
todo lo que sucede en nuestro entorno, siempre usando un pensamiento crítico
el cual se adquiere a partir del conocimiento. Después ese conocimiento no nos
lo debemos quedar sólo para nosotros, sino hay que transmitirlo a las personas
que nos rodean, así lograremos un gran cambio en la forma de pensar de la
sociedad, olvidándonos de los prejuicios que tanto nos esclavizan. No sólo se
arreglará el problema de las injusticias, sino también muchos otros problemas
sociales a los que nos enfrentamos. Así también es como podríamos tirar el
sistema tan injusto que nos rige.