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Bibliografía:
1. Emile Durkheim empieza desarrollando diferentes conceptos que tienen otros autores como el de
James Mill que considera que la educción hace del individuo un instrumento de dicha para sí
mismo y para sus semejantes, como las ideas de Kant sobre el fin de la educación, el cual “es
desarrollar todas las facultades humanas. Llevar hasta el punto más alto que pueda ser alcanzado
todas las fuerzas que anidamos en nuestro interior”. También nombra a Stuart Mill, el cual
afirma que todo lo que hacemos por voluntad propia y todo en cuanto hacen los demás en favor
nuestro con el fin de aproximarnos a la perfección de nuestra naturaleza es educación. Y por
último menciona a Spencer con su definición de dicha “La dicha completa, es la vida completa”.
Desde estos autores se basa para hacer un examen crítico acerca de la educación en su texto.
No podemos ni debemos entregarnos todos al mismo género de vida, pero debemos, según nuestras
aptitudes, desarrollar funciones diferentes y es indispensable que cada uno de nosotros se ponga en
armonía con las que le incumben.
No todos estamos hechos para reflexionar, se necesitan también hombres de intuición y acción. Al
contrario, también se necesitan hombres que tengan la tarea de pensar.
Toda sociedad, considerada en un momento determinado de su desarrollo, tiene un sistema de
educación que se impone a los individuos con una fuerza generalmente irresistible.
Existe, por tanto, en cada período, un modelo normativo de la educación, del que no nos es lícito
apartarnos sin tropezar con vivas resistencias que intentan contener las veleidades de los disidentes.
La realidad como hechos sociales, analizables como cosas.
Cada sociedad se forma en determinado ideal de hombre, de qué es lo que tiene que ser tanto desde
el punto de vista intelectual como desde el físico y moral
Es la sociedad en su conjunto y cada uno de los ambientes sociales en particular quienes determinan
este ideal que la educación tiene que realizar.
4. La educación es el medio por el cual logrará crear en el corazón de las jóvenes generaciones las
condiciones esenciales para la propia existencia.
La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que no están todavía
maduras para la vida social; tiene como objetivo suscitar y desarrollar al niño cierto número de
estados físicos, intelectuales y morales que requieren en él tanto la sociedad política en su
conjunto como el ambiente particular al que está destinado de manera específica.
Para Emile Durkheim el humano se compone de: ◦ Un ser individual ◦ Un ser social• La
educación tiene como fin crear un ser social y por lo tanto no tiene sentido si no se efectúa dentro
de la sociedad. El objetivo final de la educación sería precisamente constituir ese ser en cada uno
de nosotros.
5.
No debemos olvidar que la transformación pedagógica está íntimamente ligada a la
transformación social. El maestro debe ser consiente del momento histórico en que debe
desarrollar su tarea, debe poseer capacidad de intervenir sobre la estructura social para que
cumpla la función social que necesita ese tiempo y buscar su transformación.
Los docentes son sujetos claves en las prácticas escolares, cumpliendo el rol de mediadores ente
escuela y sociedad. Cumpliendo la educación, su función socializadora.
Es por ello que la educación a través del docente, quien es el ente facilitador, el guía, el
mediador, el que a través de varias estrategias metodológicas incita al estudiante a razonar,
pensar, criticar y reflexionar sobre teorías, conceptos acordes a la complejidad del conocimiento
y a la matriz cognitiva se alinea a nuevas tendencias y propuestas innovadoras en el desarrollo
educativo.
La educación moral tiene como función inicial al niño en los deberes, suscitarle ciertas virtudes,
“desarrollar en él la aptitud general para la moralidad, las disposiciones fundamentales que están
en la raíz de la vida moral, constituir en él el agente moral, dispuesto a las iniciativas que son
condición general del progreso.”
El encargado directo de cumplir con esta función “Moral” es el maestro, el educador laico, con
alto sentido de su misión, ya que es parte de la sociedad en tanto persona moral, intérprete de las
ideas morales de un país o sociedad determinada “…la autoridad moral es la cualidad principal
del educador. Esta autoridad Está constituida totalmente por el respeto que siente a sus funciones
y a su ministerio. Este respeto es el que, a través de la palabra y del gesto pasa de su conciencia a
la del niño.
La educación como un elemento social retoma planteamientos claves en relación a procesos de
enseñanza-aprendizaje, situación significativa en la que los docentes necesariamente deberán
apuntalar los saberes cognitivos, sicomotores y socio-afectivos encausados al respeto de la
cultura, idiosincrasia y tradiciones, que plantean la configuración de un ser humano con sus
propias particularidades, esto hace que se convierta en materia prima para la transformación de la
educación y sociedad en el marco de las relaciones sociales de convivencia, de trabajo, de
disfrute, de armonía, en contextos pluriculturales pero integral de los estudiantes.
“La acción que ésta [la sociedad] ejerce sobre él, señaladamente por medio de la educación, no
tiene, de ningún modo, como objeto y como efecto, comprimirle, disminuirle, desnaturalizarle;
sino, por el contrario, engrandecerle y hacer de él un ser verdaderamente humano.”
Los aportes durkheimianos deben estar presentes en el ejercicio de nuestra práctica docente para
continuar con el ideal de una sociedad integrada, con una cierta escala de valores compartidos
por la mayoría de los miembros de la sociedad, atendiendo a las diferencias del medio específico
en el cual se desarrolla el niño, respetando las “individualidades” necesarias para el intercambio
social y crecimiento del mismo como se individual y social.
Hoy en día la escuela, cada vez debe tener más presente su papel integrador y de cohesión social,
frente a las fisuras del tejido social y a los procesos de exclusión social.
6. Desde el momento en que la educación es una función esencialmente social, el Estado no puede
desinteresarse de ella. Por el contrario, todo lo que es educación debe estar, hasta cierto punto,
sometido a su acción.
No pertenece al Estado el crear esa comunidad de ideas y de sentimientos sin la cual no hay
sociedad; debe ésta constituirse por si misma, y el Estado sólo puede consagrarla, sostenerla,
hacer que sea más consciente en los individuos.
Hoy en día existen en la base de nuestra civilización un cierto número de principios como
respeto a la razón, a la ciencia, a las ideas y a los sentimientos que están en la base de la moral
democrática. La función del Estado es abrir paso a estos principios esenciales, hacer que sean
enseñados en las escuelas, velar para que en ninguna parte se consienta que los ignoren los niños,
para que en todas partes se hable de ellos con el debido respeto.
El Estado es una sociedad organizada, este debe hacerse cargo de la educación en la medida, que
este es la sociedad organizada.
El Estado debería limitarse a auxiliar y como sustituto a las familias si no cumplen sus
obligaciones. Pero no debe quedar completamente abandonada la educación al árbitro de
particulares porque es una función esencialmente social.