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Capítulo 7

Cubiertas vegetales en vides para


producción de uva de mesa
Gabriel Selles, Raúl Ferreyra y Oscar Seguel

7.1 Introducción
El desarrollo radicular de las vides, como de otras especies frutales, depende de
características genéticas propias de la variedad o del portainjerto que se utilice.
Sin embargo su expresión puede ser alterada por condiciones ambientales, en
particular por las propiedades físicas del suelo. Habitualmente, los suelos son
descritos sobre la base de un conjunto de propiedades físicas, tales como la es-
tructura, la textura, la densidad aparente, la distribución y el de tamaño de poros
y las características morfológicas de los perfiles.

La textura del suelo es una propiedad intrínseca, que depende del tamaño de par-
tículas que constituyen la matriz del suelo y no pueden ser alteradas por el manejo
del mismo. Sin embargo la estructura, la densidad aparente y la distribución del
tamaño de poros sí pueden ser alteradas por prácticas de manejo de suelo, las que
en agricultura intensiva generalmente resultan en procesos de compactación. La
compactación del suelo aumenta la densidad aparente y la resistencia mecánica.
Al modificarse estos factores, también lo hace la geometría de los poros, influ-
yendo sobre el número y distribución del tamaño de éstos, lo que hace disminuir
los macroporos y aumentar los microporos. Efectos derivados de lo anterior son
la disminución de la capacidad de aire del suelo, el aumento de la retención de
agua, la disminución de la velocidad de infiltración y la disminución de la difusión
de los gases, entre otros factores (Satish and Gupta, 1991).

En la Figura 1 se muestra la relación entre la densidad aparente, que es un reflejo


del grado de compactación que presenta el suelo y la disminución de la macro-
porosidad. La reducción de la macroporosidad implica menor capacidad de aire
del suelo y mayor susceptibilidad a provocar asfixia radicular por mal manejo
del agua de riego.

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Figura 1.  Relación entre el grado de compactación, representada por la densidad apa-
rente y la macroporosidad, en un suelo franco arcilloso del valle de Aconcagua (Selles et
al., datos no publicados).
35

30

25
Macroporosidad (%)

20

15

10

0
1,20 1,25 1,30 1,35 1,40 1,45 1,50 1,55 1,60 1,65 1,70

Densidad aparente (g/cm3)

En trabajos realizados por INIA se demostró que, en el cv Thompson Seedless, el


desarrollo de raíces en uva de mesa estaba estrechamente relacionado con la
macroporosidad del suelo (Figura 2) y que a su vez la producción de fruta está
relacionada con la magnitud del sistema radicular (Figura 3).

De lo anterior se puede concluir que las propiedades físicas del suelo, tienen un
importante efecto sobre el desarrollo radicular de las plantas y sobre su produc-
tividad. En consecuencia, la compactación de suelos es una variable que hay que
considerar al momento de realizar una plantación, por lo cual previo a plantar
es necesario contar con estudios de suelo detallados, que permitan determinar
cuantitativamente las limitaciones físicas que presenta el suelo para tomar de-
cisiones de preparación en preplantación.

En un documento del INIA (Boletín 234) se abordó el tema de la compactación


mediante el uso de labores mecánicas, como es el caso del subsolado. Existen,
sin embargo plantaciones, normalmente antiguas, donde no se han realizado
labores de subsolado de preplantación labores que han quedado mal realizadas o
simplemente el suelo se ha vuelto a recompactar, por lo que es necesario buscar
alternativas de remediación con miras a recuperar la funcionalidad física del suelo.

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Figura 2.  Relación entre la macroporosidad del suelo (%) y la densidad radicular (N° de
raíces/400 cm3 de suelo), en vid de mesa cv Thompson Seedless (Ruiz et al., 2005).
20

15 y = 77,518x = 7,3487
R2 = 0,6554
N° raíces/400 cm2

10

0
5 10 15 20 25 30

-5
Macroporosidad (%)

Figura 3.  Relación entre el rendimiento (cajas de 8,2 kg/ha) y la densidad radicular (N°
raíces finas /m2 de suelo), en el cv Thompson Seedless (Sellés et al., 2003).
2150

2050

1950
Rendimiento (cajas/ha)

1850

1750

1650

1550

1450
450 550 650 750

N° raíces finas/m
2

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En este capítulo se entregan los resultados de un estudio de caso, en los cultivares
Thompson y Flame, en el valle de Aconcagua, donde se utilizaron cubiertas ve-
getales como una forma de mejorar las propiedades físicas del suelo, analizando
el efecto que el uso de estas cubiertas tuvo tanto sobre la física de suelos, como
sobre la producción comercial de uva. Este estudio de casos se desarrolló en el
marco del proyecto INNOVA- CORFO 05-CR11PAT-11.

7.2 Efecto de las cubiertas vegetales sobre propiedades


físicas del suelo
El estudio se llevó a cabo en dos predios, uno con la variedad Thompson Seedless,
ubicado en el sector de Encón, y otro con la variedad Flame Seedless, ubicado
en el sector de Santa María, ambos en la Provincia de San Felipe. El parrón del
cultivar Thompson Seedless, se plantó sobre pie franco el año 2005. El parrón de
Flame Seedless fue plantado en el año 2004, también sobre pie franco; en ambos
casos no se realizó preparación de suelos pre-plantación.

En el Cuadro 1 se presentan las propiedades físicas de los suelos de ambos sec-


tores al inicio del estudio.

Cuadro 1.  Textura y densidad aparente del parronal cv Thompson Seedless (Sector En-
con) y del parronal cv Flame Seedless (Sector Santa María). Abril de 2007.

Prof % % % Clase D.A. R.M.S.


(cm) Arena Limo Arcilla Textual (g/cc) (KPa)
cv 0-20 18,6 34,7 46,7 Arcilla 1,43
Thompson
20-40 21,7 36,1 42,2 Arcilla 1,43
(Sector
Encon) 40-60 21,5 36,2 42,3 Arcilla 1,38
0-20 13,7 50,4 35,9 Franco- 1,45 1.114
Arcillo-
Limos
20-40 21,1 44,6 34,3 Franco- 1,55 1.315
cv Flame Arcillosa
(sector Sta.
María) 40-60 14,2 52,4 33,4 Franco- 1,42 1.304
Arcillo-
Limos
60-80 38,3 35,8 25,9 Franco- 1,48
Arcillosa

D.A, densidad aparente. R. M.S., resistencia mecánica del suelo,

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Los valores de densidad aparente para las clases texturales de suelo indican
altos niveles de compactación, especialmente en los primeros 40 cm de suelo.
Densidades aparentes del suelo sobre 1,4 g/cm3 de suelo afectan el desarrollo
radicular de las vides (Sellés et al., 2012).

El estudio tuvo una duración de 4 temporadas, entre los años 2007/08 a 2010/11
y se evaluaron diferentes tipos de cubiertas: La primera temporada (2007-2008)
se sembró avena, cv Nehuén, centeno cv Forrajero Platina, rábano cv Weedcheck y
hualputra cv Santiago. La segunda y tercera temporadas (2008-2009 y 2009-2010),
se reemplazó hualputra por arveja, dado el mal establecimiento de la primera.
Finalmente, la última temporada (2010-2011), se sembró sólo avena y centeno,
esto dado las dificultades de establecimiento que presentaron las leguminosas. En
todas las temporadas se consideró un tratamiento testigo, sin cubierta. Se esta-
blecieron cuatro repeticiones por tratamiento, distribuidas al azar. Cada repetición
cubrió dos entre hileras con un largo de 50 m. Una vez segada las cubiertas, su
biomasa fue esparcida como mulch en la sobre hilera colindante. Adicionalmente,
en octubre del 2008 se sembraron lombrices anécicas, de la especie Lumbricus
friendi en 10 plantas del tratamiento testigo y de la avena (84 lombrices por
planta). Respecto al efecto de las lombriz anésica sobre las propiedades físicas
de suelo, se puede consultar en Selles et al., (2006).

Para evaluar el efecto de las cubiertas vegetales sobre las propiedades físicas
de los suelos, se evaluaron los siguientes parámetros: velocidad de infiltración
del agua en el suelo, densidad aparente, distribución de tamaño de poros, esta-
bilidad de agregados y resistencia a la penetración. Complementariamente se
evaluó el contenido de materia orgánica al final del ensayo en Flame Seedless y
la respiración de suelo.

7.2.1 Velocidad de infiltración

La velocidad de infiltración es un parámetro que indica la capacidad de flujo de


agua en el suelo y se relaciona con el nivel de estructuración y el grado de com-
pactación del suelo. En el Cuadro 2 se puede apreciar la velocidad de infiltración
inicial a los 30 minutos de comenzada la prueba y la estabilizada a 240 minutos
medida en el parrón de Thompson Seedless. En la temporada 2008-2009 no hubo
diferencia en la velocidad de infiltración inicial entre los tratamientos, pero en la
temporada 2010-2011 el tratamiento de avena más lombrices presentó la mayor
velocidad de infiltración, en tanto el testigo presentó el menor valor. Respecto
de la velocidad de infiltración estabilizada, en la temporada 2008-2009 no hubo

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Cuadro 2.  Velocidad de infiltración promedio (mm/h) según tipo de cubierta empleada y
temporada (Thompson Seedless).

Tratamiento 30min 240min


2008-2009 2010-2011 2008-2009 2010-2011
Testigo 400 a 339 a 245 a 109 b
Centeno 689 a 593 ab 290 a 169 ab
Avena 503 a 612 ab 224 a 133 a
Arveja 572 a - 203 a -
Rábano 411 a - 214 a -
Avena+lombrices - 840 a - 245 a
Testigo+lombrices - 612 ab - 174

Letras iguales en un mismo tiempo de infiltración indican que no hubo diferencias estadísticas signifi-
cativas con la prueba de comparación múltiple de Tukey con un nivel de confianza del 95%.

diferencias entre los tratamientos, mientras que en la temporada 2010-2011


la avena más lombrices presentó la velocidad más alta y el testigo la más baja.

Luego de 4 temporadas, sólo las cubiertas de avena y avena más lombrices in-
crementaron este parámetro. La mejora de este parámetro, utilizando cubiertas
vegetales parece ser un proceso lento y de largo plazo. Baginsky et al., (2010)
indican que se necesitan al menos 4 temporadas para obtener efectos persistentes
de las cubiertas vegetales sobre las propiedades de flujo en el suelo, lo que se ve
confirmado por los resultados obtenidos en este estudio de casos.

7.2.2 Densidad aparente

Este parámetro depende inicialmente de la textura del suelo, pero también, en


gran medida, por el grado de agregación o estructuración del suelo, por lo cual una
mayor densidad aparente, a igual clase textural, refleja una mayor compactación
del suelo. En consecuencia, se podría esperar que si las cubiertas tuviesen un
efecto sobre el grado de agregación de las partículas, esto se pudiera manifestar
el valor de densidad aparente.

En el parrón de Thompson Seedless, se hicieron mediciones de densidad aparente


en la temporada 2011-2012, tomando muestras con cilindros en profundidad, a
través de calicatas. Las evaluaciones fueron realizadas en los tratamientos de
avena más lombrices, avena sola y testigo.

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Figura 4a.  Densidad aparente del suelo (gcm-3) en la sobre hilera según cubierta utiliza-
da y profundidad.

Densidad aparente (g*cm-3) sobrehilera


1 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 1,6 1,7 1,8
Profundidad (cm) 0

-20

-40

-60
Avena+lombrices SH Avena SH Testigo SH

Los resultados de las evaluaciones en la sobre hilera se pueden apreciar en la


Figura 4a, donde la alta variabilidad de los valores de densidad aparente no per-
mitió obtener diferencias significativas en profundidad, entre los tratamientos de
cubiertas vegetales y el tratamiento testigo. Sin embargo, los valores obtenidos
entre los 0 y 20cm de profundidad fueron menores en los tratamientos de cubier-
tas vegetales. En profundidad la densidad aparente aumentó, llegando a valores
que bordearon los 1,4 g/cm3 en todos los tratamientos, similares a los medidos
a comienzos del estudio.

Una situación similar se observa en la entre hilera (Figura 4b), donde los trata-
mientos de avena con lombrices como avena sola tendieron a reducir la densidad
aparente en los primeros 20 cm de suelo.

Figura 4b.  Densidad aparente del suelo (g cm-3) en la entre hilera según cubierta utili-
zada y profundidad.
Densidad aparente (g*cm-3) sobrehilera
1 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 1,6 1,7 1,8
0
Profundidad (cm)

-20

-40

-60
Avena+lombrices SH Avena SH Testigo SH

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Similar evaluación se realizó en el parrón de Flame Seedless la temporada 2010/11,
en cuyo caso los valores se presentan en el Cuadro 3. Se observó un efecto sólo
en la sobre hilera hasta 10 cm de profundidad, siendo la avena y la avena más
lombrices las que produjeron el mayor efecto sobre esta propiedad física. En la
entre hilera no se observó ninguna diferencia entre tratamientos.

Cuadro 3.  Densidad aparente (g/cm3, promedio ±DS) de los distintos tratamientos según
ubicación de las muestras (sobre hilera y entre hilera) y profundidad de muestreo. 2010-
2011.

Densidad aparente cilindro (g/m3)


Tratamiento Profundidad (cm)
0-10 10-30 30-60
Sobre hilera
Testigo 1,22 (±0,04) 1,36 (±0,05) * 1,40 (±0,19)
Avena 1,01 (±0,25) 1,37 (±0,15) 1,41 (±0,26)
Centeno 1,35 (±0,20) 1,40 (±0,03) 1,48 (±0,13)
Avena+lombrices 1,07 (±0,11) 1,36 (±0,13) 1,52 (±0,12)
Testigo+lombrices 1,12 (±0,01) 1,34 (±0,15) 1,43 (±0,14)
Entre hilera
Testigo 1,26 (±0,03) 1,58 (±0,02) 1,48 (±0,15)
Avena 1,37 (±0,14) 1,32 (±0,06) 1,47 (±0,08)
Centeno 1,44 (±0,06) 1,47 (±0,16) 1,43 (±0,10)
Avena+lombrices 1,43 1,44 1,60
Testigo+lombrices 1,30 1,42 1,62

El asterisco (*) denota diferencias entre ubicaciones para un mismo tratamiento al realizar la prueba de
comparación múltiple de Tukey con un nivel de confianza del 95%.

7.2.3 Porosidad del suelo

En el parrón de Thompson Seedless, durante la temporada 2011-2012 se tomaron


muestras de suelo, a distintas profundidades, con el fin de determinar el efecto
del uso de cubiertas vegetales en la macroporosidad (poros de drenaje rápido,
PDR) y en la microporosidad del suelo (poros de agua útil, PAU). Los resultados
en la entre hilera se presentan en el Cuadro 4, donde se puede apreciar que la

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cantidad de poros de drenaje rápido (macroporos) son mayores al testigo solo en
los primeros 20 cm; a mayor profundidad no se observaron diferencias debido a las
cubiertas o al uso de lombrices. En relación a los poros de agua útil (microporos),
sólo la avena presentó diferencias con el testigo entre los 0-20 cm de profundidad.

Cuadro 4.  Distribución de tamaño de poros (%, promedio ± Desviación estándar) de los
distintos tratamientos en la sobre hilera en función de la profundidad de muestreo.

Profundidad
Tamaño Tratamiento 0-20 20-40 40-60
poro (µm) Sobrehilera
PDR Testigo 9.5 (±3.6)* 11.5 (±1.5) 11.9 (±1.7) ab
(>50 µm)
Avena 15.5 (±2.2) 11.4 (±2.7) 14.2 (±1.6) a
Avena+lombrices 16.6 (±5.5) 11.6 (±2.8) 7.8 (±2.1) b
PAU Testigo 13.5 (±1.7) b 11.4 (±1.8) 11.8 (±1.5)*
(10-0.2 µm)
Avena 20.0 (±3.3) a* 12.7 (±3.9) 10.8 (±0.9)*
Avena+lombrices 12.9 (±2.8) b 12.2 (±3.3) 10.2 (±5.3)

PDR: Poros de drenaje rápido o macroporos; PAU: Poros de agua útil o microporos. Letras distintas indican
diferencias estadísticas significativas (?≤0,05) entre tratamientos para una misma profundidad, tipo de poro
y ubicación de la muestra. El asterisco (*) denota diferencias entre ubicaciones para un mismo tratamiento.

En la entre hilera los efectos fueron menores, el volumen de poros fue más bajo
que en la sobre hilera y sin diferencias significativas entre los tratamientos.

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Cuadro 5.  Distribución de tamaño de poros (%, promedio ± Desviación estándar) de los
distintos tratamientos en la entre hilera en función de la profundidad de muestreo.

Profundidad
Tamaño poro Tratamiento 0-20 20-40 40-60
(µm) Sobrehilera
PDR Testigo 3.5 (±1.0) 11.2 (±4.3) 12.0 (±2.5)
(>50 µm)
Avena 8.2 (±7.5) 11.4 (±2.9) 13.0 (±3.4)
Avena+lombrices 13.1 (±5.4) 10.9 (±5.5) 11.8 (±3.5)
PAU Testigo 14.0 (±1.4) 11.1 (±1.5) 9.2 (±1.3) ab
(10-0.2 µm)
Avena 11.2 (±3.9) 9.7 (±1.8) 7.1 (±1.8) b
Avena+lombrices 13.2 (±0.7) 10.6 (±2.2) 10.5 (±1.2) a

PDR: Poros de drenaje rápido o macroporos; PAU: Poros de agua útil o microporos. Letras distintas indican
diferencias estadísticas significativas (?≤0,05) entre tratamientos para una misma profundidad, tipo de poro
y ubicación de la muestra. El asterisco (*) denota diferencias entre ubicaciones para un mismo tratamiento.

7.2.4 Estabilidad de los agregados

En el parrón de Flame Seedless, en la última temporada se realizó una prueba de


estabilidad de agregados, que consiste en cuantificar la dispersión que presentan
los de agregados del suelo al ser humedecidos violentamente con agua.

Se realizaron pruebas con micro (1-2 mm) y macro agregados (agregados entre 2
a 30 mm), con el objeto de dilucidar a qué nivel dentro de la jerarquía estructural
están actuando los manejos propuestos (Tisdall y Oades, 1982). En el Cuadro 7 se
entrega los resultados de estabilidad de microagregados (1-2 mm) evaluada como
una relación de dispersión (RD), en la que el menor valor denota mayor estabilidad.

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Cuadro 6.  Dispersión de microagregados (%, promedio ±DS) de los distintos tratamien-
tos según ubicación de la muestras (sobre hilera y entre hilera) y profundidad de mues-
treo. Ensayo Flame Seedless.

Tratamiento Relación de Dispersión (%)


Profundidad (cm)
0-20 20-40 40-60
Sobre Hilera
Testigo 78.1 (±16.1) 82.7 (±15.3) 89.2 (±3.3)
Avena 70.1 (±23.8) 78.9 (±25.8) 74.1 (±19.6)
Centeno 69.6 (±19.9) 82.8 (±16.5) 65.2 (0.8)
Avena+lombrices 81.7 (±19.0) 79.6 (±18.9) 83.7 (±8.2)
Testigo+lombrices 71.7 (±29.9) 89.1 (±4.5) 64.9 (±28.4)
Entre Hilera
Testigo 82.7 (±15.5) 91.0 (±4.6) 83.0 (±15.3)
Avena 74.7 (±9.2) 77.7 (±14.9) 70.2 (±15.8)
Centeno 72.8 (±6.0) 79.8 (±19.3) 81.2 (±14.4)
Avana+lombrices 91.8 85.5 64.6
Testigo+lombrices 54.8 52.5 86.5

No se observaron diferencias estadísticas significativas entre los tratamientos. En


la entre hilera del testigo con lombrices hubo un mayor efecto sobre la estabilidad
de los agregados, ya que presenta el menor valor de Relación de Dispersión (RD).
Esto estaría indicando que las lombrices por sí solas o asociadas a un cultivo son
capaces de ejercer un efecto positivo sobre el suelo, sin embargo esto no se notó
cuando se realizaron las pruebas de infiltración, donde el testigo con lombrices
presentó el menor valor de velocidad infiltración.

La relación de dispersión en el ensayo de Thompson Seedless (suelo arcilloso)


presentó mejores niveles (valores más bajos de RD) en relación al ensayo en Flame
Seedless, tal como se muestra en el Cuadro 7.

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Cuadro 7.  Dispersión de microagregados (%, promedio ±DS) de los distintos tratamien-
tos según ubicación de la muestras (sobre hilera y entre hilera) y profundidad de mues-
treo. Ensayo Thompson Seedless.

Tratamiento Relación de Dispersión (%)


Profundidad (cm)
0-20 cm 20-40 cm 40-60 cm
Sobre hilera
Testigo 51,9 (±3,2) a* 55,7 (±10,0) a 52,4 (±5,2) a
Avena 54,1 (±6,6) a 53,1 (±11,4) a 48,0 (±5,3) a
Avena+lombrices 58,8 (±8,0) a 54,1 (±7,9) a 55,8 (±3,6) a*
Entre hilera
Testigo 61,1 (±6,7) a 52,6 (± 8,2) a 53,3 (±6,8) b
Avena 66,1 (±6,9) a 44,4 (± 5,6) a 44,7 (±4,5) a
Avena+lombrices 60,8 (±7,8) a 51,9 (± 9,2) a 37,5 (±2,3) a

Letras distintas indican diferencias estadísticas significativas (p < 0,05) entre tratamientos para una
misma profundidad y ubicación. El asterisco (*) denota diferencias entre ubicaciones para un mismo
tratamiento (p < 0,05).

En este caso, el efecto se generó en profundidad de la entre hilera, donde los valores
de RD son los más bajos (mayor estabilidad) y los manejos propuestos mostraron
diferencias significativas con el testigo, indicando que tanto el crecimiento de
las raíces en profundidad como la actividad de lombrices son capaces de generar
efectos importantes en el suelo.

La estabilidad de los macro agregados se evaluó como la variación del diámetro


medio de agregados (VDMA) entre tamizaje seco y húmedo, ponderado por su
abundancia. El Cuadro 8 presenta los resultados del ensayo en Flame Seedless,
donde el mayor VDMA se interpreta como una menor estabilidad al agua (Hartge
y Horn, 2009).

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Cuadro 8.  Variación del diámetro medio de agregados (VDMA, mm) para cada uno de los
tratamientos según ubicación de la muestras (sobre hilera y entre hilera) y profundidad
de muestreo. Promedio (± DS).

Tratamiento Relación de Dispersión (%)


Profundidad (cm)
0-10 cm 10-30 cm 30-60 cm
Sobre hilera
Testigo 9.15 (±3.8) a 13.79 (±4.2) a 16.40 (±1.8) a
Avena 6.15 (±4.2) a 7.79 (±2.1) ab 12.59 (±3.8) a
Ceteno 4.27 (±2.6) a 12.18 (±2.9) a 15.89 (±2.3) a
Avena+lombrices 3.65 (±2.5) a 2.28 (±0.4) b 11.97 (±6.4) a
Testigo-+lombrices 10.38 (±5.6) a 10.70 (±5.5) ab 10.53 (±4.0) a
Entre hilera
Testigo 6.20 (±0.4) 8.78 (2.7) 9.44 (±4.2)
Avena 12.18 (±2.9) 7.32 (±1.6) 14.89 (±4.2)
Ceteno 13.79 (±2.6 13.60 (±3.6) 11.52 (±2.6)
Avena+lombrices 4.42 8.00 8.4
Testigo-+lombrices 10.58 14.53 13.85

Letras distintas indican diferencias estadísticas significativas (a ≤ 0,05).

En general todos los tratamientos presentaron en la sobre hilera una mejor


estabilidad que el testigo, destacando la avena+lombrices en las dos primeras
profundidades. Sin embargo, a mayor profundidad se pierde el efecto, tendiendo
todos los tratamientos a un valor alto y sin diferencias estadísticas significativas.

Para el caso de la entre hilera, destaca nuevamente el avena+lombrices como


un tratamiento en que se potencia la acción conjunta del cultivo con la lombriz.

7.2.5 Resistencia mecánica del suelo

Los valores del ensayo en el suelo arcilloso (Thompson Seedless) fueron elevados
en la entre hilera, por sobre los 2.000 kPa, pero la sobre hilera, al no presentar
tránsito de maquinaria, presenta una mejor condición física (Figura 5a).

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Figura 5a.  Valores de resistencia mecánica en la sobre hilera (SH) y la entre hilera (EH) en
función de la profundidad para el tratamiento testigo (izquierda) y con cultivo de centeno
(derecha) en el ensayo de Thompson Seedless.

Resistencia (kPa)
0 2000 4000 4000
0

-20
Profundidad (cm)

-40

-60

-80

-100
Testigo SH Testigo EH

Resistencia (kPa)
0 2000 4000 4000
0

-20
Profundidad (cm)

-40

-60

-80

-100
Centeno SH Centeno EH

El cultivo de un cereal en la entre hilera fue efectivo en disminuir la resistencia a


la penetración, aunque el efecto se manifestó sólo hasta los 50 cm de profundidad.
En este sentido, resulta fundamental el hábito de crecimiento del sistema radi-
cal del cultivo de cubierta y el régimen hídrico del suelo. Así, sistemas de raíces
pivotantes generan un efecto a mayor profundidad que sistemas fasciculados y
condiciones bajo riego previenen el crecimiento radical en profundidad, generando
un desarrollo radical concentrado en superficie (Seguel et al., 2013).

Para el ensayo en el suelo franco arcilloso (Flame Seedless), el menor contenido


de arcilla generó valores menores de resistencia a la penetración en relación al
suelo arcilloso, destacando los manejos de cultivos de cubierta frente al testigo
(Figura 5b).

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Figura 5b.  Valores de resistencia mecánica en función de la profundidad para la sobre
hilera del ensayo en Flame Seedless.

Resistencia (kPa)

0 200 400 600 800


0

-10
Profundidad (cm)

-20

-30

-40

-50
Testigo Avena
Centeno Avena+Lombriz

7.2.6 Desarrollo de microrganismos del suelo

Durante el desarrollo del estudio, los cortes de las cubiertas se dispusieron sobre
la hilera como mulch. En el cv Flame Seedless, al término del ensayo (noviembre
de 2010) se tomaron muestras de suelo para determinar contenido de materia
orgánica (M.O) en los primeros 20 cm de suelo (Figura 6). No se observó diferencias
significativas entre los tratamientos, dada la variabilidad encontrada, especialmente
en el testigo y en la cubierta de Centeno (29% de coeficiente de variación). La
cubierta de avena presentó un promedio de 3,4% de M.O, con un coeficiente de
variación de 5%. Si se compara este valor con el valor de M.O inicial en el sector
del ensayo, indicado con línea punteada en la Figura 6 (2,82±0,12%), el uso de
cubiertas de avena significaría un incremento de 0,58% de materia orgánica en
los primeros 20 cm de suelo. La incorporación de materia orgánica utilizada como
mulch y al material que permanece en el suelo, como las raicillas, afectan posi-
tivamente el desarrollo de macro y microorganismos del suelo (Bretchel, 2004).

Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA / MINISTERIO DE AGRICULTURA 95


Figura 6.  Contenido de materia orgánica (M.O en %) de los primeros 20 cm de suelo al
término del estudio en el testigo, y cubiertas de avena y centeno (Flame Seedless, no-
viembre 2010). La línea punteada corresponde al contenido de M.O a inicios del estudio
(noviembre 2007).
4

3,5

2,5
M.O. (%)

1,5

0,5

0
Testigo Avena Centeno

Un indicador de la actividad de los microorganismos del suelo es la respiración


edáfica. En los meses de noviembre y diciembre se tomaron muestras para evaluar
la tasa respiratoria del suelo, utilizando la metodología propuesta por García et al.,
(2003), como una forma indirecta de evaluar la actividad de los microorganismos.

Figura 7.  Tasa respiratoria del suelo, en C-CO2 en 100 gr de suelo, en los cvs Thompson
Seedless y Flame Seedless, en el tratamiento testigo y con cubiertas de avena y centeno.
(Noviembre y diciembre 2010).
150

135 130
120 118

105 102
96 96
C-CO2 mg/kg suelo

90
90
76
75 72

60 54 56
45 42 42

30

15

0
Thompson S. Nov. Thompson S. Dic. Flame S. Nov. Flame S. Dic.

Testigo Avena Centeno

96 BOLETÍN INIA Nº 425


Las mediciones presentaron una alta variabilidad. Sin embargo, hay una tenden-
cia a que el tratamiento testigo presenta una menor tasa respiratoria que los
tratamientos con cubierta, lo que podría ser una señal de que el uso de mulch
producto de las cubiertas favorece la actividad microbiológica, lo que en último
término generará un mayor desarrollo de estructura de suelo (Kader et al., 2017).

7.3 Efecto de las cubiertas vegetales sobre el comportamiento pro-


ductivo de los cultivares Thompson Seedless y Flame Seedless
Se determinó el efecto de las cubiertas y las condiciones de manejo, sobre el
desarrollo vegetativo y la producción y calidad de la fruta. Para evaluar el creci-
miento vegetativo, se midió el porcentaje de cubrimiento del dosel (intercepción
de radiación solar) y peso de poda; a nivel de raíces se midió su distribución en
el perfil de suelo, y a nivel productivo se siguió la producción por planta, el color
y tamaño de bayas.

7.3.1 Crecimiento vegetativo

En ambos parronales se realizaron mediciones de la intercepción de la radiación


solar fotosintéticamente activa (PAR), utilizando un ceptómetro de barra. Mientras
mayor es el porcentaje de PAR interceptada, mayor es el grado de cubrimiento
que tiene el parronal.

En Thompson Seedless, esta medición se realizó en enero durante las tempora-


das 2008/09, 2009/10 y 2010/11 (Figura 8). Los tratamientos con cubiertas se
iniciaron en la temporada 2007/08. En todos los casos, el grado de cubrimiento
(intercepción de la radiación solar) fue disminuyendo de un año a otro, como un
síntoma de debilitamiento general del parronal, ya que el testigo también dis-
minuyó su grado de cubrimiento.

En la evaluación de la temporada 2008-2009, la radiación PAR interceptada fue


estadísticamente mayor con la arveja que con el testigo, centeno y rábano. Sin
embargo, en la temporada 2009-2010, esta ventaja se pierde y las plantas del
testigo presentan una mayor intercepción que los tratamientos con cubierta, en
particular a los con centeno y avena. En la temporada 2010-2011 no hubo dife-
rencias en la intercepción de la radiación al utilizar cubiertas, ya que el testigo
también presentó una reducción de interceptación.

Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA / MINISTERIO DE AGRICULTURA 97


Figura 8. Radiación fotosintéticamente activa interceptada (%) según tratamiento y
temporada en Thompson Seedless.
2008-2009 2009-2010 2010-2011
100
a
90

80 ab
a
70 a a
PAR interceptada (%)

a ab
60 a

ab
50

40

30

20

10

0
Testigo Centeno Avena Arveja Rábano

Letras iguales dentro de una misma temporada indica que no hubo diferencia significati-
va al realizar prueba de comparación múltiple de Tukey con 95% de confianza.

Lo anterior queda refrendado por los pesos del material de poda medido en las
diferentes temporadas (Cuadro 9). En el invierno de 2008, sólo el peso de poda
del tratamiento con arvejas fue superior al peso de poda del tratamiento con
centeno, el resto de los tratamientos fueron iguales al testigo. Al año siguiente

Cuadro 9.  Peso de poda (kg MS/planta) según cubierta y temporada.

Fecha Testigo Centeno Avena Arveja- Rábano


Hualputra
17-07-2007 3.3 - - - -
26-06-2008 1.6 ab 1.2 b 1.7 ab 2.3 a 1.4 b
30-06-2009 1.3 a 1.5 a 1.0 a 1.4 a 1.4 b
16-06-2011 1.3 a 1.2 a 1.0 a -

Letras iguales dentro de una misma temporada indica que no hubo diferencias significativas al realizar
prueba de compasión múltiple de Tukey con 95% de confianza. Ensayo Thompson Seedless.

98 BOLETÍN INIA Nº 425


esta ventaja no se manifestó y todos los tratamientos presentaron el mismo valor
de peso de poda. Lo mismo ocurrió en la poda del año 2011. Sin embargo, queda
de manifiesto que el parrón en general fue presentando síntomas generales de
debilitamiento, ya que el peso de poda del testigo fue disminuyendo en el tiempo.

En el ensayo realizado en el cv Flame Seedless, se observó un fenómeno similar.

En resumen, se pudo ver un efecto detrimental de las cubiertas frente al desarrollo


vegetativo de ambos cultivares, probablemente asociado a una mayor competencia
por agua y nutrientes, provocado por las cubiertas utilizadas.

7.3.2 Producción y calidad de fruta

En el cv Thompson Seedless se hicieron determinaciones sobre el efecto de las


cubiertas vegetales, en algunos parámetros productivos, como el peso de las
bayas a cosecha y la acumulación de sólidos solubles.

Los pesos de baya a la cosecha se presentan en el Cuadro 10, donde se muestra


que no hay una tendencia clara en el efecto de las cubiertas sobre esta variable,
no existiendo diferencias significativas entre ellas.

En la temporada 2009/10, las bayas de las plantas con cubierta de centeno tu-
vieron un menor peso que el resto. Sin embargo, esta situación no se repitió al
año siguiente, por lo cual se puede señalar que el parámetro tamaño de bayas, en
las condiciones de este estudio, no se vió afectado por las cubiertas. Los sólidos
solubles en este cultivar no se vieron afectados por el uso de cubiertas vegetales.

Cuadro 10.  Peso de baya a cosecha según tipo de cubierta empleada y temporada.

Temporada Peso de baya a cosecha (g) según cubierta y temporada


Testigo Centeno Avena Arveja Rábano
2008-2009 6.8 6.6 ab 6.1 b 6.8 a 6.2 b
2009-2010 6.1 ab 5.9 b 6.4 a 6.7 a 6.0 ab
2010-2011 6.9 a 6.6 a 6.9 a - -

Letras iguales en la misma temporada indican que no hubo diferencias estadísticas significativas con la
prueba de comparación múltiple de Tukey a un nivel de confianza del 95%.

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En el cv Flame Seedless se llevó un seguimiento sobre aspectos productivos,
tales como el peso de racimo y la producción exportable, además de aspectos de
calidad, como el color y la distribución de calibres. Esto se realizó en las tempo-
radas 2009/10 y 2010/11. Los efectos sobre el peso de los racimos y la produc-
ción exportable se muestran en el Cuadro 11. En la temporada 2009-2010, los
menores pesos de racimos se registraron en arveja y centeno. Sin embargo esto
no afectó la producción exportable, no observándose diferencias significativas
entre tratamientos.

En la temporada 2010-2011, sin embargo, los pesos de racimos de las plantas con
cubiertas vegetales (avena y centeno), presentaron una disminución respecto de
la temporada anterior, siendo claramente menores que el testigo, lo que redundó
en una menor cantidad de cajas de exportación.

El testigo alcanzó las 2168 cajas/ha, mientras que las cubiertas llegaron sólo a
1700 cajas/ha en promedio. Lo anterior refleja un claro efecto negativo del uso
y manejo de las cubiertas vegetales utilizadas sobre la producción de fruta de
exportación en el cv Flame Seedless.

Cuadro 11.  Peso de racimos y producción por hectárea, temporadas 2009-2010 y 2010-
2011, cv Flame Seedless.

Peso de racimos (g) Producción (cajas/ha)


Tratamiento 2009/10 2010/11 2009/10 2010/11
Testigo 502 ab 524 a 2.254 a 2.168 a
Rábano 520 a 2.137 a
Arveja 478 b 2.194 a
Avena 520 a 379 b 2.241 a 1.553 c
Centeno 466 b 391 b 2.213 a 1.820 b

Letras distintas indican diferencias estadísticas significativas (a ≤ 0,05)

En uva Flame Seedless existen dos parámetros importantes que definen su calidad,
el calibre y el color de las bayas. Los resultados de la distribución de calibres se
presentan en el Cuadro 12. Durante la temporada 2008-2009 en todos los tra-
tamientos predominaron calibre jumbo y grande. Sin embargo, en la temporada
2009-2010 disminuyó el calibre jumbo y la distribución de calibres fue similar

100 BOLETÍN INIA Nº 425


Cuadro 12.  Distribución de calibres de baya según tipo de cubierta vegetal durante tres
temporadas. Ensayo Flame Seedless Calibres: Jumbo >20mm, Grande 18-20mm, Media-
no 17-18mm, chico < 17 mm.

Distribución de calibre (%), según cubierta utilizada y temporada


Temporada Camponovo Norte
Tamaño Testigo Rábano Arveja Avena Centeno
Jumbo 21.0 29.0 32.0 23.0 36.0
Grande 52.0 45.0 49.0 51.0 48.0
2008-2009
Mediano 18.0 14.0 11.0 18.0 11.0
Chico 8.0 11.0 8.0 8.0 6.0
Jumbo 4.0 2.0 4.0 6.0 6.0
Grande 35.0 29.0 33.0 35.0 31.0
2009-2010
Mediano 22.0 39.0 29.0 26.0 25.0
Chico 40.0 30.0 33.0 33.0 38.0
Jumbo 27.8 - - 2.8 5.6
Grande 45.8 - - 18.8 27.1
2010-2011
Mediano 10.4 - - 21.5 22.8
Chico 16.0 - - 56.9 44.4

entre los tratamientos. Finalmente, durante la temporada 2010-2011, la distri-


bución de tamaño de bayas mostró una mayor proporción de calibres grande y
jumbo en el testigo (73,6%) que en avena (21,6%) y centeno (32,7%). En ambos
tratamientos con cubiertas existió un claro predominio de calibres chicos, de
bajo valor comercial.

El color de cubrimiento que presentan los racimos del cv Flame Seedless, definen
también la calidad del producto y su valor comercial. El color del racimo se define
mediante una escala hedónica, definida por notas de 1 a 5, donde 1 es completa-
mente falta de color (color verde) y 5 la expresión completa del color del cultivar.

Durante la temporada 2010-2011 se determinó el color de racimos a cosecha,


donde el tratamiento testigo presentó un 64% de racimos completamente cu-
biertos (nota 5), a diferencia de los tratamientos con cubiertas vegetales, que
sólo llegaron al 20% los racimos en esta categoría.

Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA / MINISTERIO DE AGRICULTURA 101


En consecuencia, el uso de cubiertas vegetales, en este cultivar resultó ser cla-
ramente detrimental.

7.4 Consideraciones finales


Este estudio se desarrolló en la provincia de San Felipe, Valle de Aconcagua, en
suelos de textura fina, representativos de los suelos del valle, caracterizados por
presentar altos valores de densidad aparente y elevados niveles de resistencia
mecánica entre los 40 y 60 cm de profundidad. Es decir, el estudio se desarrolló
en suelos compactados, que presentan limitaciones para el desarrollo radicular
de las plantas, en particular las vides (Sellés et al., 2012).

Los parrones de los cultivares Thompson Seedless y Flame Seedless, fueron plan-
tados en suelos que no fueron subsolados en profundidad previa a la plantación,
por lo cual los niveles limitantes de compactación de suelo no fueron corregidos
mediante acción mecánica (Ver Cuadro 1).

En consecuencia, las cubiertas vegetales se sembraron en suelos compactados.


Dentro de las cubiertas se consideraron dos especies de gramíneas, avena (Avena
sativa) y centeno (Secale cereale), además de una leguminosa, hualputra (Medicago
polymorpha L.) que tuvo que ser reemplazada por arveja (Pisum sativum) y rábano
(Raphanus sativus).

Las especies que mejor se adaptaron, en cuanto a emergencia y producción de


materia seca a las condiciones ambientales del estudio fueron las gramíneas
(avena y centeno), las cuales se mantuvieron por 4 temporadas. Adicionalmente
se consideró la incorporación de lombrices, del tipo anécicas (Lumbricus friendi),
ya que estudios previos mostraron que pueden realizar mejoras de las propiedades
físicas del suelo en el largo plazo (Sellés et al., 2006).

Luego de cuatro temporadas consecutivas de uso de cubiertas vegetales, se


registraron algunos efectos benéficos sobre la condición física del suelo, lo que
se reflejó en un aumento de la velocidad de infiltración estabilizada, un aumento
en los poros de drenaje rápido, una disminución de la densidad aparente, aunque
sólo en los primeros 20 cm de profundidad, además de una menor resistencia
mecánica entre 0-50 cm en algunos casos, no provocando ningún efecto a mayor
profundidad.

El uso de lombrices mostró algunos beneficios en estos parámetros, incluso en el


tratamiento testigo, pero su acción no fue concluyente, dado el corto plazo del
trabajo desarrollado.

102 BOLETÍN INIA Nº 425


A nivel productivo, tanto en el cv Thompson Seedless como en Flame Seedless,
el uso de cubiertas vegetales no presentó ninguna ventaja, al contrario, en el
cv Flame Seedless el uso de las cubiertas vegetales tuvo un efecto claramente
negativo sobre el crecimiento vegetativo, la producción y la calidad de la fruta.
Esto se manifestó claramente en la temporada 2010/11, después de 4 temporadas
bajo cubierta de gramíneas.

Lo anterior indica que existió una fuerte competencia entre las cubiertas vegetales
y las vides, tanto por agua como por nutrientes. Dada la mejor condición física
del suelo en los primeros 20 cm, las raíces de la vides tendieron a concentrase en
dicha posición (datos no presentados), donde probablemente también se concentró
la mayor cantidad de raíces de las cubiertas. Determinaciones de extracción de
nutrientes realizadas a las cubiertas de avena y centeno (datos no presentados)
arrojaron valores de 19 kg/ha de N, para centeno y 35 kg/ha en el caso de la avena,
del orden de 5 kg/ha de P205 y 40 kg/ha de Potasio en ambas cubiertas, cantidades
no adicionadas al programa de fertilización del parrón.

La literatura indica (Doorembos y Pruitt,1996) que las cubiertas vegetales in-


crementan el consumo de agua entre 20 y 25% respecto del suelo desnudo, que
puede haber afectado el desarrollo de las vides. No hay que descartar también la
existencia a una mayor sensibilidad de los cvs de uva de mesa a la competencia
por agua y nutrientes con las cubiertas vegetales en relación a otras especies
frutales, donde esta práctica es más común. En este estudio ha quedado en evi-
dencia que dentro de los cultivares del estudio, Flame Seedless. mostró ser más
sensible que Thompson Seedless.

De este estudio también se desprende que en suelos fuertemente compactados,


es conveniente realizar una preparación profunda de suelos previa al estableci-
miento del huerto, utilizando subsolador o garras, que permitan romper las capas
compactadas en profundidad, favoreciendo la colonización de raíces de las vides
en todo el perfil de suelo. Las cubiertas vegetales pueden ser una práctica de
manejo complementaria, para mantener las mejores propiedades físicas logradas
con esta labor, disminuyendo los efectos negativos de la recompactación, dado el
inevitable uso de maquinaria agrícola en los cuarteles de uva de mesa. El efecto
se daría por el aporte de M.O, el cual promueve la actividad biológica del suelo,
con reciclaje de nutrientes y estabilización de la estructura del suelo.

Queda en esta materia mucho por hacer, como seleccionar las cubiertas vegetales
más adecuadas, según el tipo de suelo y el cultivar de uva de mesa, considerando
además el manejo de la nutrición y el riego, entre otras prácticas culturales.

Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA / MINISTERIO DE AGRICULTURA 103


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