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La Catedral de Santiago de Compostela se construyó en el siglo XI para albergar los restos del apóstol Santiago el Mayor, convirtiéndose en destino de peregrinación. Siguió el modelo de cruz latina de tres naves y fue dirigida por varios maestros hasta su mayoría de construcción en 1122. En el siglo XVIII se reemplazó su fachada románica original por otra de estilo barroco, cambiando significativamente su apariencia.
La Catedral de Santiago de Compostela se construyó en el siglo XI para albergar los restos del apóstol Santiago el Mayor, convirtiéndose en destino de peregrinación. Siguió el modelo de cruz latina de tres naves y fue dirigida por varios maestros hasta su mayoría de construcción en 1122. En el siglo XVIII se reemplazó su fachada románica original por otra de estilo barroco, cambiando significativamente su apariencia.
La Catedral de Santiago de Compostela se construyó en el siglo XI para albergar los restos del apóstol Santiago el Mayor, convirtiéndose en destino de peregrinación. Siguió el modelo de cruz latina de tres naves y fue dirigida por varios maestros hasta su mayoría de construcción en 1122. En el siglo XVIII se reemplazó su fachada románica original por otra de estilo barroco, cambiando significativamente su apariencia.
Compostela surgió hacia el 813, cuando se descubrió un sepulcro con restos atribuidos al apóstol Santiago el Mayor, lo que dio origen a grandes peregrinaciones. La actual Catedral sustituye a dos edificios anteriores y su construcción comenzó alrededor del año 1075. Fue promovida por el obispo Diego Peláez y dirigida por distintos maestros: Roberto y Bernardo, a los que siguieron, a fines del siglo XI Esteban y, a comienzos del XII, Bernardo, nieto del primero. La mayor parte de la obra estaba construida hacia el 1122. Sigue el modelo de planta de cruz latina de tres naves, incluso en el crucero, con girola y cinco capillas radiales. Todo el alzado del templo tiene tribunas (triforio), lo que acentúa el aspecto vertical El brazo principal mide 100 m. de largo reducidos a 97 por el grosor de los muros; el transepto mide 70 m. por fuera y 65 adentro. Las naves centrales alcanzan una altura de 22 m. y un ancho de 8,5 m. Las laterales tienen de 9,50 m. de alto y 4,50 de ancho. El cimborrio llega a los 32 m. En los extremos del crucero había fachadas y puertas monumentales. De la del norte (llamada de la Azabachería) sólo han quedado algunos restos. Mejor conservada está la de las Platerías con sus dos grandes puertas y profusa decoración escultórica. El llamado Maestro Mateo trabajó en la Catedral desde 1168 y se ocupó de los últimos tramos de la nave y de la construcción de la cripta que soportaría el famoso Pórtico de la Gloria, además del coro, del que han perdurado importantes piezas. El relieve de este Pórtico es uno de los más grandes monumentos románicos del mundo y ejemplo de la evolución que durante la segunda mitad del siglo XII sufre el románico hacia el naturalismo gótico. En el siglo XVIII la fachada románica fue casi completamente reemplazada por otra de estilo barroco, lo que cambió notablemente su aspecto. Se sustituyó la fachada de la Azabachería y se cubrió la gran fachada occidental con la del Obradoiro, entre otros cambios que dificultan la evocación de la apariencia original de la catedral. La altura de las torres de la fachada actual es de 74 m.