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SAN MIGUEL DE LILLO

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Notas previas

Declarado Monumento Nacional en 1885 y como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO,
inscrito con otros monumentos prerrománicos asturianos con el nombre de “Iglesias del Reino de Asturias”,
en 1985.
En la Edad Media, hacia el siglo XI, un desplazamiento de tierras destruyó los dos tercios más orientales de
la iglesia, por lo que se cerró a partir del primer tramo de las naves con un muro y un ábside.
En 1850, bajo la dirección de Andrés Coello se efectuó una primera intervención efectuando obras de
conservación y reparación y eliminando todos los elementos añadidos a lo largo de diez siglos, para dejarla
en su aspecto actual.
A lo largo del siglo XX ha sufrido diversas intervenciones arqueológicas y de restauración, la última de ellas,
efectuada por el Instituto Arqueológico Alemán en 1989/90 ha permitido reconstruir con suficiente fiabilidad
su planta original.

Entorno histórico
Según indican todas las crónicas de la época, Ramiro I ordenó construir esta
iglesia, situada a 300 pasos del palacio que hoy llamamos Santa María, como
parte de la residencia de reposo que creó en la falda sur del monte Naranco.
Todas sus características indican que la encargó al mismo arquitecto y que éste
utilizó el mismo taller. Desgraciadamente sólo ha llegado hasta nosotros una
tercera parte de la construcción original, ya que toda la cabecera y parte de las
naves se derrumbaron, posiblemente en el siglo XI, al parecer debido a un
desplazamiento de tierras motivado por un arroyo cercano. En la actualidad,
después de las excavaciones que se efectuaron a lo largo del siglo pasado,
conocemos no sólo la parte que aún subsiste, sino también toda su planta original.

Descripción

Si, como ya hemos indicado, todo el arte ramirense nos parece un rompimiento casi total con el arte asturiano
anterior, San Miguel de Lillo es el caso más evidente. Se trataba de una iglesia de planta basilical de 19,70m
de largo por 10.05 de ancho y hasta 11m de altura en la nave central, con tres naves, tres ábsides cuadrados de la
misma profundidad pero más ancho el central que los laterales y un pórtico interior que soporta una tribuna a la que
se accede por dos escaleras situadas cada una en un compartimento lateral del pórtico. Hasta aquí no parece ser tan
“diferente” pero pasemos a analizar su estructura.

A diferencia de los edificios asturianos anteriores, San Miguel


estaba totalmente abovedado y la separación entre las naves era a
base arcos sobre columnas en lugar de utilizar pilares. La nave
central, de 11m de alto por sólo 3,35 de ancho, disponía de
una bóveda de toba, sobre arcos perpiaños reforzados por
contrafuertes exteriores, semejante a la de Santa María del
Naranco, lo que da una sensación de verticalidad que parece
anticipar el arte románico y que resulta completamente opuesta a la
tendencia horizontal que domina en las iglesias del periodo
anterior; por ejemplo en San Julián de los Prados la nave central
mide unos 7m de ancho por 10 de alto y tiene cobertura plana
de madera. En las naves laterales se utilizó un sistema aún más
original: en lugar de disponer de una sola bóveda como la nave
central, en éstas cada uno de los cinco tramos tiene una bóveda independiente con la particularidad de que
son perpendiculares entre sí y de distinta altura, más altas las perpendiculares a la central, en las que se
abrían grandes ventanas con celosías caladas en piedra de magnífica decoración. Sólo podemos encontrar un
antecedente próximo de este conjunto de bóvedas independientes en cada tramo de una nave en
el crucero de Santa Lucía del Trampal.

Mientras la triple cabecera era ya habitual en el arte asturiano, su estructura general se asemeja más a algunas
iglesias cruciformes visigodas, de tres naves abovedadas, sin separación de ambientes entre las naves y la
cabecera como San Pedro de la Nave o Quintanilla de las Viñas, y con una tribuna sobre pórtico interior
que ya encontramos en la mencionada de Quintanilla y en San Giao de Nazaré.
A diferencia del periodo anterior, existe una riquísima decoración esculpida desarrollada para este edificio y
mucha parte de ella sobre elementos estructurales, como en Santa María del Naranco, lo que demuestra
que San Miguel también se construyó según un plan previo perfectamente definido.

Es importante destacar que la calidad del arquitecto de Ramiro I es tan excepcional que en el periodo
siguiente se perdieron todas las características reseñadas, excepto en San Salvador de Valdedios, también
abovedada aunque volviendo a la utilización de pilares, en la que se mantuvo una relación semejante entre la
altura y la anchura de la nave central y, por lo tanto, la sensación de verticalidad pero en un conjunto mucho
más pesado.

Exteriormente su diseño de volúmenes era muy complejo debido a los


contrafuertes y a las distintas alturas del pórtico, la nave central y los dos tipos de naves laterales. Su estructura
debía ser de gran originalidad para esa época ya que las tres naves laterales de mayor altura, de las que sólo se
conserva la más occidental, darían la falsa sensación de que la iglesia disponía de tres naves transversales, como si
tuviera tres naves de crucero. Su fachada principal es la más interesante de todo el prerrománico español. En
la composición que forman sus tejados se contemplan cuatro planos distintos: en la parte inferior el pórtico y el
muro de la primera nave lateral y en la superior además de los dos anteriores la nave central y la segunda nave
lateral, todos ellos terminados en planos inclinados excepto el último que, al ser esta nave perpendicular a la
central, se presenta como una línea horizontal. En el muro del pórtico existen una gran puerta en forma de arco de
medio punto sobre jambas e impostas y dos grandes ventanas situadas sobre su vertical, una de ellas actualmente
tapiada; en los de las primeras naves laterales hay otras dos grandes ventanas y en la parte superior del muro de la
nave central un rosetón. Todas las ventanas están decoradas con celosías caladas en piedra, en las que se ha tallado
con gran maestría una parte inferior de arcos de medio punto sobre columnillas y capiteles y, la superior se ha
decorado con un rosetón o con nuevos arcos y otra decoración terminando en forma de arco de medio punto.
La decoración esculpida tiene en San Miguel tanta importancia como hemos visto en
Santa María del Naranco. Las columnas de la nave eran lisas, sobre basas cuadradas decoradas con figuras
humanas dentro de arcos y con capiteles de forma piramidal que contenían relieves de tipo bizantino o de
ascendencia hispánica. Las de la tribuna alta tenían decoración de estrías, con imposta cuadrada en vez de capitel y
los arcos de la tribuna estaban rodeados por óvalos de piedra con sogueado en los bordes y decoración interior de
ruedas y soles, que recuerda mucho al arte visigodo. Aún mayor interés tiene la decoración de las jambas de la
puerta de entrada, que contienen escenas con figuras humanas, parece ser que copiadas de un díptico consular del
que se conserva una copia en el Museo de Leningrado. En base a todo lo anterior nos podemos hacer una idea
del nivel que alcanzaría la decoración de la parte desaparecida de esta iglesia, sobre todo en la cabecera de la que se
han encontrado algunos restos, entre otros el altar, trasladado posteriormente a Santa María y hoy en el Museo
de Oviedo, con una decoración de gran calidad que forma un friso de hojas de hiedra. Es importante destacar que
aquí aparece esculpida por primera vez en el arte asturiano la figura humana, cuyas últimas representaciones
anteriores en España se encuentran en monumentos dos siglos más antiguos como San Pedro de la Nave
o Quintanilla de las Viñas.

Como ya hemos indicado, parece que toda la decoración esculpida fue desarrollada por un único taller, el mismo
que decoró Santa María, con la misma técnica que modifica la de bisel a dos planos visigodo redondeando los
volúmenes para obtener un efecto mucho más suave y realista, y también con motivos de influencias tan diferentes
como la bizantina, la oriental, la irlandesa y la hispánica.

También se conservan algunos restos de pinturas murales, en los que se pueden distinguir dos tipos muy distintos,
uno semejante a las de las bóvedas de los ábsides de San Julián de los Prados y otro con figuras humanas, que
también aparecen por primera vez en el arte asturiano y que tienen una gran relación con la miniatura llamada
“mozárabe”.

Conclusiones
Como en Santa María del Naranco, en esta iglesia nos encontramos con otra gran obra de un arquitecto genial, que
supo conjuntar las técnicas constructivas y artísticas conocidas hasta ese momento para crear unas edificaciones
que se apartaban casi totalmente de lo habitual en esos momentos, con una completa planificación previa y
desarrollada por un equipo que demuestra una gran madurez. De hecho el conjunto palacial del monte Naranco
constituye una de las zonas más importantes de todo el arte prerrománico europeo, hasta el punto de que las
soluciones que se utilizaron en estos dos monumentos se adelantaron tanto a su época que en el periodo siguiente
no pudieron ni siquiera intentar imitarlas, por lo que para volver a encontrar construcciones con una estructura
semejante debemos esperar al comienzo del arte románico, más de cien años después

Otra información de interés


Forma de Acceso: Subir desde el centro de Oviedo al monte Naranco por Padre Vinjoy, Hermanos Menéndez
Pidal, Teniente Coronel Teijeiro y Ramiro I desde la Plaza de Paz y seguir los indicadores. Coordenadas GPS: 43º
22′ 49,20 N 5º 52′ 6,17 O

Teléfono de Información: Párroco: 985 212 660 (D. José Luis Pascual Arias). Para visitas guiadas: 638 260 163
Horario de visitas: La última visita comienza siempre media hora antes del cierre. 1 de Octubre a 31 de Marzo:
martes a sábado: 10 a 13h y 15 a 17h. Domingos y lunes: 10 a 13h. 1 de Abril a 30 de Septiembre: martes a sábado:
9h30 a 13h30 y 15h30 a 19h30. Domingos y lunes: 9h30 a 13h30.

Bibliografía

Arte Pre-románico Asturiano: Antonio Bonet Correa


SUMMA ARTIS: Tomo VIII
L’Art Préroman Hispanique: ZODIAQUE
Ars Hispanie: Tomo II
Arte Asturiano: José Manuel Pita Andrade
Guía del Arte Prerrománico Asturiano: Lorenzo Arias Páramo
Portales

Santa Maria del Naranco y San Miguel de Lillo (Página Oficial)


Reconstrucción de la iglesia de San Miguel de Liño: L. Arias Páramo
Iglesia de San Miguel de Lillo
La intervención en la arquitectura prerrománica asturiana: Jorge Hevia Blanco, Gema Elvira Adán Álvarez
Observaciones arqueológicas sobre producción arquitectónica y decorativa de las iglesias de S. Miguel de Lillo y
Santianes de Pravia

2 thoughts on “SAN MIGUEL DE LILLO”

1. Manuel dice:
25 abril, 2018 a las 9:40 am

Muy interesante me gusta y me ha servido

Responder

1. 4AsE dice:
28 abril, 2018 a las 12:58 pm

Gracias.

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