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Obra de la Sociedad de San Pablo

8º Domingo del Tiempo Ordinario

AÑO 72 N° 08 / SEMANARIO DE INSTRUCCIÓN RELIGIOSA / Ciclo C / 27 de febrero 2022 / ISSN 1405-6453


G ru p o E d itoria l S a n P a b lo p on e su c on fia n za e n
D ios n u estro señ or, esta m os seg u ros q u e él n os
a c om pa ñ a rá h oy y siem pre, y q u erem os q u e tú
ta m bién sien ta s su presen c ia y te sien ta s
acom pañado por él y por nosotros, por eso,
h em os prepa ra d o pa ra ti esta versión espec ia l d e
n u estro sem a n a rio "E l D om in g o", pa ra d ec irte
q u e esta m os siem pre c erc a d e ti y n os u n im os en
ora c ión , rog a n d o a n u estro S eñ or J esu c risto por
tod a la h u m a n id a d p a ra q u e su fe se a c re c ie n te y
p od a m os, e n e stos tie m p os d ifíc ile s, d a r
te stim on io d e e sp e ra n za y solid a rid a d .

-Al Servicio de la Verdad en la Caridad-


¡P roh ib id a s u re p rod u c c ión tota l o p a rc ia l!
REFLEXIÓN INICIAL
“El amor a Dios no es para uno mismo”
“¿Puede un ciego guiar a otro ciego?”. La pregunta que hace
Jesús a sus discípulos no pudo ser más directa. Previamente,
Jesús les había dicho en qué consiste ser discípulo y cuáles
deben ser los valores que tienen que poner en práctica. Jesús
ha sido claro. Sus palabras han causado escándalo y en algu-
nos rechazo. Sin lugar a dudas, las exigencias del discipulado
no son para todos. La vida cristiana es un modo de vivir, no
se trata de una religión. El amor que demanda Jesús no sólo
es para vivirse dentro de los templos, o con aquellos que
piensan igual que uno. El amor a Dios no es para uno
mismo. Lo que pide Jesús es llevar a la vida los valores del
Evangelio. Pensar a Dios es hermoso, vivir conforme a la
voluntad de Dios es divino.
Quienes han escuchado a Jesús no pueden permane-
cer igual. Se debe tomar una decisión. El seguimiento de Jesús
implica un cambio de mentalidad, y en algunos casos precisa
un cambio de corazón. El discípulo debe vivir lo que ha
aprendido del maestro, debe ser como él.Vivir contrariamen-
te a lo que el maestro pide es vivir en la oscuridad, en la
ceguera. No se puede ser del mundo y, al mismo tiempo,
pretender ser un hijo de Dios.
Este cambio radical en la vida debe partir de la
reflexión de lo que es uno mismo. “¿Por qué miras la astilla en
el ojo de tu hermano y no adviertes el tronco que tienes en el
tuyo?”. Toda renovación implica un cambio interior. Pretender
que todos cambien primero sería asumir una conducta hipó-
crita. El discípulo, el seguidor de Jesús, debe tomar una deci-
sión. Seguir a Jesús o dejarlo. Los evangelistas son claros a
este respecto. Cuando escucharon a Jesús hablar así, nos
narran, comenzaron a abandonarlo.

P. Reyes Muñoz Tónix, SchP

                        


03
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
VIII Domingo del Tiempo Ordinario

Monición
Hermanos, cuando le permitimos a la Palabra de Dios transformar nuestras vidas de una forma continua,
el efecto se refleja y comenzamos a ver la vida desde una perspectiva que propicia la comunión y no el
juicio. Dispongámonos a vivir nuestra Eucaristía. Bienvenidos a esta celebración.

Ritos iniciales
Antífona de entrada
El Señor es mi refugio, lo invo¬qué y me libró. Me salvó porque me ama.

Acto penitencial
Sacerdote: El Señor ha dicho: el que esté sin pecado, que tire la primera piedra. Reconociendo con
humildad que somos pecadores, pidamos a Dios, desde lo más íntimo de nuestro corazón, que nos perdo-
ne (Silencio).

Sacerdote: Por el amor paternal que nos tienes: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.

Sacerdote: Por la confianza que depositas en tus creaturas: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.

Sacerdote: Por la fidelidad a tus mandatos: Señor, ten piedad.


R. Señor, ten piedad.

Sacerdote: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve
a la vida eterna. Amén.

Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alaba-
mos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo; Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas
el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

                        


04
Oración colecta
Concédenos, Señor, que tu poder paci¬ficador dirija el curso de los acontecimientos del mundo y que tu
Iglesia se regocije al poder servirte con tranquilidad. Por nuestro Señor Jesucristo...

Liturgia de la palabra
Monición
Los actos y las palabras son la prueba para conocer la riqueza de una persona. Sabia es la sugerencia que
nos da el autor del libro del Eclesiástico: “Nunca alabes a nadie antes de que hable”. Escuchemos.

Primera lectura
Del libro del Sirácide (Eclesiástico)
(Sir 27, 5-8)
Al agitar el cernidor, aparecen las basuras; en la discusión aparecen los defectos del hombre.
En el horno se prueba la vasija del alfarero; la prueba del hombre está en su razona-miento. El fruto
muestra cómo ha sido el cultivo de un árbol; la palabra muestra la mentalidad del hombre. Nunca alabes a
nadie antes de que hable, porque ésa es la prueba del hombre.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (Sal 91)


R. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!

L. ¡Qué bueno es darte gracias, Dios altísimo,/ y celebrar tu nombre,/ pregonando tu amor cada mañana/
y tu fidelidad, todas las noches! ./R.

L. Los justos crecerán como las palmas,/ como los cedros en los altos montes;/ plantados en la casa del
Señor,/ en medio de sus atrios darán flores. / R.

L. Seguirán dando fruto en su vejez,/ frondosos y lozanos como jóvenes,/ para anunciar que en Dios, mi
protector,/ ni maldad ni injusticia se conocen. /R.

                        


05
Monición
San Pablo manifiesta su alegría por la victoria de Cristo sobre la muerte. Cristo la ha reducido a la
más absoluta impotencia y puntualiza que la raíz de la muerte total del hombre es el pecado.
Escuchemos.
Segunda lectura
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios
(1Cor 15, 54-58)
Hermanos: Cuando nuestro ser corruptible y mortal se revista de incorruptibilidad e inmortali-
dad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: La muerte ha sido aniquilada por la victoria.
¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el
pecado y la fuerza del pecado es la ley. Gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro
Señor Jesucristo.
Así, pues, hermanos míos muy amados, estén firmes y permanezcan constantes, trabajan-
do siempre con fervor en la obra de Cristo, puesto que ustedes saben que sus fatigas no quedarán
sin recompensa por parte del Señor.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


(Flp 2, 15. 16)
Aleluya, aleluya.

Iluminen al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida.

Aleluya, aleluya.

Monición
Es difícil poner en práctica el evangelio de hoy. Las bienaventuranzas no sólo son el corazón del
Evangelio, sino que nos indican cuál es el camino de la transformación social y la santidad cristia-
na. Escuchemos.

Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas
(Lc 6, 39-45)
Gloria a Ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: “¿Puede acaso un ciego guiar a otro
ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine
su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te
atreves a decirle a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo’, si no adviertes la viga que
llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar
la paja del ojo de tu hermano.

                        


06
No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos.
Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los
espinos. El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice
cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón”.
Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Profesión de fe
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisi-
ble.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios
de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza
del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo
[en las palabras que siguen, hasta “se hizo hombre”, todos se inclinan], y por obra del Espíritu Santo se encar-
nó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la
derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre
y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

                        


07
Oración universal
Sacerdote: Dios y Padre nuestro, acoge benévolo las
súplicas que tu pueblo te presenta, ya que en ti está nuestra
esperanza, por eso con fe te decimos:

Te lo pedimos, Señor.

1. Por los jóvenes, para que en sus padres tengan buen


ejemplo de servicio, crezcan en un ambiente sano y en el
futuro se empeñen en el cuidado de toda la creación.
Roguemos al Señor.

2. Oremos por los que comienzan su trabajo en alguna


instancia gubernamental, para que con valentía e integridad
trabajen por el bien de la humanidad. Roguemos al Señor.

3. Oremos por quienes se han separado de sus familias en


busca de mejores posibilidades de vida, y para que nosotros
seamos desprendidos con quienes viven una difícil situación
económica. Roguemos al Señor.

4. Por el perdón de los pecados y la conversión de quienes


se han desviado del camino del bien, para que por la bondad
del Padre se arrepientan y vuelvan a él. Roguemos al Señor.

Intenciones de la Iglesia local.

Sacerdote: Escucha, Señor, nuestras oraciones y asíste-


nos con las inspiraciones del Espíritu Santo para que poda-
mos seguir siendo discípulos tuyos, testimonios del amor y
ayuda fraternal para nuestros hermanos. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.

                        


08
Liturgia eucaristica
Sacerdote: Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios
Padre todopoderoso.

Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de
su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

Oración sobre las ofrendas


Señor Dios, que haces tuyas nuestras ofrendas, que tú mismo nos das para dedicarlas a tu nombre,
concédenos que también nos alcancen la recompensa eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Antífona de la comunión
(Cfr. Sal 12, 6)
Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho, y entonaré un himno de alabanza al Dios Altísimo.

Comunión Espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del
Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no
pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás
me aparte de Ti. Amén

Oración después de la comunión


Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor, tu misericor¬dia, para que este
sacramento que nos nutre en nuestra vida temporal nos haga partícipes de la vida eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

                        


09
CATEQUESIS SOBRE LA EUCARISTIA
-La Misa es el memorial de la Pascua de Cristo-
Continuando con su catequesis sobre la Misa, el Papa dice: “La Misa es el memorial
del Misterio pascual de Cristo. (…) Para comprender el valor de la Misa debemos
ante todo entender el significado bíblico del ‘memorial’. En la celebración litúrgica,
estos acontecimientos se hacen, en cierta forma, presentes y actuales. Jesucristo, con
su pasión, muerte, resurrección y ascensión al cielo llevó a término la Pascua. Y la
Misa es el memorial de su Pascua, de su ‘éxodo’, que cumplió por nosotros, para
hacernos salir de la esclavitud e introducirnos en la tierra prometida de la vida
eterna”.
(Audiencia del Papa Francisco, 26 de noviembre de 2017 / Adaptación: Padre Emmanuel)

                        


10
CALENDARIO LITÚRGICO

                  

27 FEBRERO 28 FEBRERO 01 MARZO


VIII Domingo del Tiempo S. Román S. David de Cambria
Ordinario
1Lectura
1Lectura
1Lectura 1Pe 1, 3-9
Sir 27, 5-8 1Pe 1, 10-16
Salmo Salmo
91 110 Salmo
2 Lectura 97
1Cor 15, 54-58 Evangelio
Evangelio Mc 10, 17-27 Evangelio
Lc 6, 39-45 Mc 10, 28-31

02 MARZO 03 MARZO 04 MARZO


MIÉRCOLES DE CENIZA Jueves después de Ceniza
Viernes después de Ceniza
1Lectura 1Lectura 1Lectura
Jl 2, 12-18 Deut 30, 15-20 Is 58, 1-
Salmo
50
Salmo Salmo
2 Lectura 1 50
2Cor 5, 20 6, 2
Evangelio
Mt 6, 1-6. 16-18 Evangelio Evangelio
Lc 9, 22-25 Mt 9, 14-15

05 MARZO
Sábado después de Ceniza
1Lectura
Is 58, 9-14

Salmo
85

Evangelio
Lc 5, 27-32

4a Semana del Salterio


                        
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