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INTRODUCCIÓN A LA CELEBRACIÓN
Q ueridos hermanos:
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sacerdotal y podamos ser ese nuevo Rostro de Cristo en nuestro
tiempo.
ACTO PENITENCIAL
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
El coro canta SEÑOR TEN PIEDAD.
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ORACIÓN COLECTA
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LITURGIA DE LA PALABRA
Palabra de Dios
R. Te alabamos, Señor.
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SALMO RESPONSORIAL Del salmo 23
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En su camino beberá del torrente
por eso levantará la cabeza. R.
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SEGUNDA LECTURA
De la carta primera carta a los Corintios 1, 17-31
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Palabra de Dios.
R. Aleluya, Aleluya
R. Aleluya, Aleluya
EVANGELIO
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Como el Padre me amo, yo también os he amado, permaneced en mi
amor, si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor. Os
he dicho esto para que mi gozo este en vosotros y vuestro gozo sea
perfecto. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus
amigos, Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. No os
llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo, a
vosotros los he llamado amigos, porque todo lo que he iodo a mi padre
os lo he dado a conocer.
A continuación, el sacerdote designado hace la HOMILÍA, que partiendo de los textos sagrados se
expone al pueblo el mensaje de la Palabra de Dios.
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PROFESIÓN DE FE
Una vez terminada la homilía el celebrante introduce a la profesión de fe.
Celebrante:
Celebrante:
Celebrante:
Celebrante:
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Ésta es nuestra fe, ésta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de
profesar, en Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
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4. Por nuestra parroquia de San Francisco de Asís para que el
Señor le siga bendiciendo con abundantes vocaciones para el servicio
de la Iglesia. Roguemos al Señor.
Terminadas las preces el que preside, con las manos extendidas hace la siguiente oración:
D ios nuestro,
lleno de bondad y rico en misericordia,
que nos has concedido
abundantemente los bienes que deseamos,
escucha nuestra oración
y continúa protegiendo con tu ayuda
a los que has alegrado con tus dones.
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Por Jesucristo, Nuestro Señor.
R. Amén.
Terminada la Oración universal, los fieles designados llevan el cáliz y patena que usará el neo-
sacerdote.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Terminado lo anterior, el diácono purifica y prepara los vasos recién bendecidos. Simultáneamente
comienza el canto para el ofertorio y la procesión de ofrendas. Mientras tanto, los ministros colocan
sobre el altar corporal, el purificador, el cáliz, la palia y el misal.
El sacerdote, de pie, junto al altar, toma la patena con el pan y, teniéndola con ambas manos un poco
elevada sobre el altar, dice en voz baja:
Después, el sacerdote toma el cáliz y, teniéndolo con ambas manos un poco elevado sobre el altar, dice
en voz baja:
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que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos;
él será para nosotros bebida de salvación.
Luego, inciensa las ofrendas, la cruz y el altar. Después el diácono inciensa al celebrante, a los
concelebrantes y al pueblo.
Luego el sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto:
Después, de pie en el centro del altar, de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, dice:
Oren, hermanos,
para que, trayendo al altar
los gozos y las fatigas de cada día,
nos dispongamos a ofrecer el sacrificio
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El pueblo responde:
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El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su
nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas.
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PLEGARIA EUCARÍSTICA
PREFACIO
El sacerdocio de Cristo y el ministerio de los sacerdotes.
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la dignidad del sacerdocio real
a todo el pueblo redimido, sino que,
con especial predilección
y mediante la imposición de las manos,
elige a algunos de entre los hermanos,
y los hace partícipes de su ministerio de salvación,
a fin de que renueven, en su nombre,
el sacrificio redentor,
preparen para tus hijos el banquete pascual,
fomenten la caridad en tu pueblo santo,
lo alimenten con la palabra,
lo fortifiquen con los sacramentos y,
consagrando su vida a ti
y a la salvación de sus hermanos,
se esfuercen por reproducir en sí la imagen de Cristo
y te den un constante testimonio de fidelidad y de amor.
Por eso, Señor, con todos los ángeles y santos,
te alabamos, cantando llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo…
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PLEGARIA EUCARÍSTICA I
Canon Romano
P adre misericordioso,
te pedimos humildemente
por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
estos + dones,
este sacrificio santo y puro que te ofrecemos,
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Conmemoración de los Vivos. Memento Domine
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la de su esposo, san José;
la de los santos apóstoles y mártires
Pedro y Pablo, Andrés,
Santiago y Juan,
Tomás, Santiago, Felipe,
Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo;
Lino, Cleto, Clemente,
Sixto, Cornelio, Cipriano,
Lorenzo, Crisógono,
Juan y Pablo,
Cosme y Damián,
y la de todos los santos;
por sus méritos y oraciones
concédenos en todo tu protección.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
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y cuéntanos entre tus elegidos.
Se inclina un poco.
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T OMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo
genuflexión.
Después prosigue:
Se inclina un poco.
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Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
P or eso, Padre,
nosotros tus siervos, y todo tu pueblo santo,
al celebrar este memorial de la muerte gloriosa
de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor;
de su santa resurrección del lugar de los muertos
y de su admirable ascensión a los cielos,
te ofrecemos, Dios de gloria y majestad,
de los mismos bienes que nos has dado,
el sacrificio puro, inmaculado y santo:
pan de vida eterna
y cáliz de eterna salvación.
Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala,
como aceptaste los dones del justo Abel,
el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe,
y la oblación pura
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de tu sumo sacerdote Melquisedec.
T e pedimos humildemente,
Dios todopoderoso,
que esta ofrenda sea llevada a tu presencia
hasta el altar del cielo,
por manos de tu ángel,
para que cuantos recibimos
el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
al participar aquí de este altar,
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que nos han precedido con el signo de la fe
y duermen ya el sueño de la paz.
Junta las manos y ora unos momentos por los difuntos por quienes tiene intención de orar. Después,
con las manos extendidas, prosigue:
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Y nosotros, pecadores, siervos tuyos,
que confiamos en tu infinita misericordia,
admítenos en la asamblea
de los santos apóstoles y mártires
Juan el Bautista, Esteban,
Matías y Bernabé,
Ignacio, Alejandro,
Marcelino y Pedro,
Felicidad y Perpetua,
Águeda, Lucía,
Inés, Cecilia, Anastasia,
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Francisco de Asís y de todos los santos;
y acéptanos en su compañía,
no por nuestros méritos,
sino conforme a tu bondad.
Junta las manos
Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice cantando:
El pueblo aclama:
R. Amén.
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RITO DE LA COMUNIÓN
PADRE NUESTRO
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
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vivamos siempre libre de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
La paz les dejo, mi paz les doy,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
El pueblo responde:
R. Amén.
El celebrante, extendiendo y juntando las manos, añade:
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El pueblo responde:
R. Y con tu espíritu.
Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o un concelebrante, o el mismo celebrante, añade:
Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el cáliz,
diciendo en secreto:
Durante la fracción del pan se canta el CORDERO DE DIOS, mientras tanto el celebrante dice en
secreto.
Señor Jesucristo,
la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mí un motivo de juicio y condenación,
sino que, por tu piedad,
me aproveche para defensa de alma y cuerpo
y como remedio saludable.
El celebrante hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la
patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
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El celebrante comulga bajo las dos especies, enseguida comulgan los ministrantes y el pueblo. Se
entona el canto para la comunión y si se cree conveniente se canta una postcomunión.
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ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
P adre santo,
que me has fortalecido con el pan del cielo
y me has dado a gustar el cáliz de la nueva alianza,
concédeme servirte con dedicación constante
y gastar mi vida en la salvación de mis hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Entrega de los lienzos sacerdotales (estola y paños de la unción) a los padres de familia del neo -
presbítero.
Palabras de agradecimiento por parte del Neo-Presbítero
Para concluir el celebrante bendice al pueblo.
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RITO DE CONCLUSIÓN
BENDICIÓN SOLEMNE
Inclinen su cabeza para recibir la bendición.
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