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22 de enero de 2023
1. Resumen
Este ensayo consiste en una exploración del concepto de realismo cientı́fico, sus diferentes
acepciones, argumentos a favor y en contra, ası́ como distintas tesis y concepciones con las
que han contribuido algunos filósofos de la ciencia. Nos serviremos principalmente del libro
de Antonio Diéguez Realismo cientı́fico: una introducción al debate actual en la filosofı́a de
la ciencia, publicado en 1998, también de algunos textos de Mario Bunge y otra literatura de
distintos autores para cuestiones más especı́ficas. En concreto, nos detendremos en la crı́tica
de la metainducción pesimista de Laudan, ası́ como en la teorı́a de la verosimilitud articulada
por Niiniluoto, pues nos parecen, en el primer caso, una de las crı́ticas más sólidas al realis-
mo; y en el segundo, una de las propuestas realistas más potentes. Tanto los textos escogidos
como mi posicionamiento en el debate pretenden ofrecer una panorámica amplia sin por ello
renunciar a tomar partido en el mismo, pues creemos conveniente adquirir cierto compromiso
con las tesis realistas, o, al menos, con algunas de ellas.
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3. Acepciones de realismo cientı́fico
3.1. Realismo ontológico
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Hablaremos de realismo ontológico para hablar de las tesis que afirman que existen
algunas entidades (ya sean cosas, eventos o procesos) que existen con independencia de nuestra
cognición, operaciones o de nuestra relación con ellos en general. Posiciones contrarias al
realismo ontológico son el instrumentalismo sobre las entidades, que considerarı́a a estas como
meros artefactos predictivos; o el contructivismo social que atribuye un alto peso sociológico
a la construcción de las entidades.
(R1) Las teorı́as cientı́ficas (al menos en su madurez) suelen ser aproximadamente verda-
deras y las teorı́as más recientes se acercan más a la verdad que las antiguas para cierto
dominio o ámbito;
(R2) Los términos observacionales y teóricos dentro de las teorı́as de una cierta madura
se refieren genuinamente (aproximadamente hay sustancias en el mundo que se corresponden
con las ontologı́as presumidas por nuestras mejores teorı́as;
(R3) Las sucesivas teorı́as en cualquier ciencia madura serán tales que preservan las rela-
ciones teóricas y de los aparentes referentes de las anteriores teorı́as (las anteriores teorı́as
pasarán a ser casos lı́mite de las nuevas teorı́as).
(R4) Las nuevas teorı́as aceptables explican y deben explicar por qué sus predecesoras tuvie-
ron éxito y en qué medida.
A estas tesis (semánticas, metodológicas y epistémicas) añade Laudan otra de carácter me-
tafilosófico:
(R5) Las tesis (R1)-(R4) implican que las teorı́as maduras deben tener éxito y dichas te-
sis constituyen la mejor explicación del éxito de la actividad cientı́fica. Es, por tanto, el éxito
explicativo y predictivo lo que proporciona una confirmación empı́rica del realismo.
P1. Si las teorı́as cientı́ficas son aproximadamente ciertas, entonces suelen tener éxito empı́ri-
co.
P2. Si los términos generales de las teorı́as refieren genuinamente, esas teorı́as son empı́rica-
mente exitosas.
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Mientras que los argumentos para R3:
P1. Si las primeras teorı́as de una ciencia madura son aproximadamente verdaderas y los
términos centrales de esas teorı́as refieren genuinamente, entonces las posteriores teorı́as más
exitosas de esa misma ciencia preservarán las anteriores como casos lı́mite.
P2. Los cientı́ficos tratan de preservar las teorı́as anteriores como casos lı́mite.
C. (Probablemente) Las primeras teorı́as de una ciencia madura son aproximadamente ver-
daderas y refieren genuinamente.
Según Laudan los defensores de ECR afirman que de ello se seguirı́a el éxito progresivo
de la ciencia como algo natural; al mismo tiempo que si ECR fuera falsa, serı́a un milagro,
para decirlo con H. Putnam (argumento del no milagro), el éxito de las teorı́as cientı́ficas.
Pues según Putnam o Newton-Smith la verdad y la referencia tienen un papel explicativo en
la epistemologı́a. Laudan duda de que las interrelaciones entre verdad, referencia y éxito sean
sólidas y es que lo que se dispone a revisar a continuación, mostrando por un lado, que cua-
tro de las cinco premisas son demasiado ambiguas, como por otro, que aun considerándolas
verdaderas tampoco se seguirı́an de ellas las conclusiones de ECR. Según Laudan, para los
realistas la referencia explica el éxito (creemos que Laudan entiende aquı́ éxito como éxito
predictivo o instrumental ); y el éxito de una teorı́a garantiza la referencia. El problema es que
no es fácil una dar interpretación rigurosa de referencia, ya que esta se muestra muy comple-
ja e insatisfactoria: si el término de referencia lo restringimos demasiado, al realista le será
difı́cil asegurar la misma incluso para las teorı́as de las ciencias maduras; mientras que si se
estira demasiado la noción de referencia, podrı́amos decir que cualquier teorı́a pasada, incluso
por muy errada que esté, referı́a y el realista no estarı́a diciendo nada. Sin embargo según
Putnam, podemos asumir una noción caritativa de referencia que nos permitiera la decisión:
por ejemplo el electrón de Bohr, la masa de Newton o el gen de Mendel serı́an términos de
referencia a diferencia del éter o el flogisto, que no lo serı́an. Hay ejemplos de teorı́as pasadas
referenciales que durante mucho tiempo no fueron exitosas, como la teorı́a quı́mica atómica
del siglo XVIII o la teorı́a wegeneriana de que los continentes son transportados por grandes
objetos subterráneos. Ası́ pues, ha habido teorı́as presuntamente referenciales no exitosas en
las predicciones empı́ricas; y viceversa, teorı́as no referenciales que presentaron mayor éxito.
Dicho lo cual la tesis realista de que las teorı́as cuyos términos centrales refieren tienen éxito
empı́rico, serı́a falsa según Laundan. El realista siempre podrı́a responder que estos ejemplos
señalados pertenecen a teorı́as de ciencias todavı́a no maduras; sin embargo Laudan habla del
ejemplo del éter electromagnético, una entidad según él indispensable para entender las leyes
de la electrodinámica (a mi juicio la hipótesis del éter tenı́a sentido pero sin ser tanto como
un término esencial necesario para cuenta de la propagación de las ondas electromagnéticas,
los verdaderos referentes de las ecuaciones de Maxwell). Laudan concluye pues, que el éxito
empı́rico y la referencia o no de los términos de una teorı́a van por libre. Y si el realista
debilitara la tesis de que en las teorı́as de ciencias maduras que son exitosas al menos hay
algunos términos que refieren, entonces para Laudan esto no deberı́a satisfacer al realista,
pues deberı́a comprometerse con todo lo que la teorı́a afirma.
La crı́tica de Laudan es pertinente hasta cierto punto, pues hay que decir que muchos filóso-
fos realistas moderarı́an y moderan algunos de los puntos relevantes de las tesis que Laudan
ataca. El concepto de verdad es problemático, sin perjuicio de que es posible que que tenga
más ventajas que problemas; la vaguedad atribuida por Laudan al concepto de verdad no
resiste a algunas formulaciones de la misma. En la siguiente sección abordaremos un ejemplo
prometedor de definición de la verdad sobre nuestras teorı́as cientı́ficas, la propuesta por el
filósofo de la ciencia finlandés Ikka Niiniluoto.
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6. El realismo crı́tico de Niiniluoto y la verosimilitud
6.1. Realismo y progreso
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Ikka Niiniluoto ha articulado una defensa integral del realismo cientı́fico asumiendo to-
das las tesis realistas (quizá con algún pequeño matiz epistemológico apunta Diéguez). Para
ello y, contestando a la crı́tica de Laudan, ha dado una caracterización rigurosa del concepto
de verosimilitud o verdad aproximada. El realismo de este filósofo no encaja, sin embargo,
con algunas de las tesis que Laudan atacó. En concreto, Niiniluoto (1980) no se compromete
con una visión acumulativa de las teorı́as cientı́ficas en general, de la que hablan las tesis
(R3) y (R4) de la sección anterior. Sino que Niiniluoto asume el carácter falible de la ciencia,
pues nuestras mejores teorı́as bien podrı́an ser falsas. No obstante, podemos afirmar que la
ciencia progresa en el sentido de que consigue ofrecer una imagen cada más verosı́mil sobre
la realidad. Este progreso de la ciencia y el conocimiento ha de entenderse como una mejora
respecto de estados epistémicos anteriores. Para Niiniluoto, además, la verdad debe suponer
un acercamiento a una meta, de forma que nuestras teorı́as serán más verosı́miles en función
de la distancia a esa meta. Debemos distinguir aquı́ la cuestión semántica de la metodológi-
ca: Niiniluoto entiende que aunque sea difı́cil medir la distancia a la meta, puede definirse
el progreso cientı́fico como una aproximación a ella. Resulta difı́cil o imposible cuantificar el
progreso, pero al menos podemos afirmar que hay. Mas ese acercamiento no es necesariamente
lineal, pues la pluralidad de ciencias, de lı́neas de investigación y su fertilidad es indicativo de
que el progreso hacia la verdad (o verdades si se prefiere) es de naturaleza ramificada y plural.
donde i recorre todos los constituyentes expresados en L. Esto nos indica el grado de L-
verosimilitud de h para la evidencia disponible e. En la lógica inductiva cuando el número
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(Niiniluoto, 1980) y (Diéguez, 1998)
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de evidencias crece sin un lı́mite, entonces debe haber un único constituyente, Cc , tal que
P (C/e) tienda a 1 en su lı́mite, es decir: ver(h/e) → M (h, Cc ), cuando la evidencia es in-
finitamente amplia, o o que es equivalente, la verosimilitud tiende a ser máxima o 1 dada
una secuencia de teorı́as h1 , h2 , ..., hm , ... que converge a la verdad. Cabe señalar que, si bien
la noción de L-verosimilitud es relativa al lenguaje L, podemos comparar verosimilitudes de
forma absoluta teniendo en cuenta que cada una de ellas está expresada en un lenguaje dis-
tinto, es decir, no podemos comparar h con h′ pero sı́ los valores asociados a los pares (h, L)
y (h′ , L′ ) respectivamente. Hay que tener en cuenta que esto incluye comparaciones entre
teorı́as con ontologı́as muy distintas. Las teorı́as más verdaderas que la comunidad cientı́fica
va seleccionando estarán formuladas en lenguajes suficientemente potentes capaces de descri-
bir adecuadamente las distintas regiones ontológicas.
7. Conclusión
El debate sobre el realismo cientı́fico se muestra uno de los más complejos de la historia
de la filosofı́a, con muchas aristas y con ingente variedad de matices. En este pequeño trabajo
solo hemos esbozado un esquema general y tratado someramente algunos de las puntos más
relevantes de todo el entramado de literatura que hay al respecto. Hemos mostrado ciertas
crı́ticas a una concepción naı́f del realismo, como también otras objeciones a las que caben
contra-crı́ticas razonables. También abordamos el realismo crı́tico de Niiniluoto como ejem-
plo que muestra que es posible caracterizar el realismo de forma precisa y con rigor. A pesar
de la dificultad del debate, creemos pertinente defender una cosmovisión realista sobre los
resultados que arroja la actividad cientı́fica. Además nos vemos en la obligación, más que
nunca, de defender y reivindicar la importancia de la ciencia, de una filosofı́a informada por
el conocimiento cientı́fico y de la racionalidad en sentido amplio.
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Referencias
[1] Bunge, M. (2007). A la caza de la realidad. Gedisa.
[7] Niiniluoto, I. (1998). Verisimilitude: The third period. The British Journal
for the Philosophy of Science, 49(1), 1-29.
[8] Van Fraassen, B. C. (1980). The scientific image. Oxford University Press.