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Nota del Editor: Este artículo es el discurso presentado a las reuniones europeas
en Cibernética y Sistemas de Investigación (EMCSR) en 2014, con motivo de
Mario Bunge recibir el Premio Bertalanffy en Pensamiento complejo, otorgado por
el Centro Bertalanffy para el Estudio de la Ciencia de Sistemas (BCSSS).
Resumen: Los problemas vienen en todos los tipos y tamaños. Los pequeños
problemas requieren el uso de herramientas conocidas que se encuentran en los
campos circunscritos, mientras que los grandes problemas requieren mayor
investigación, que puede requerir ir más allá de las barreras disciplinarias. Esto es
porque cada problema pequeño está relacionado a algún sistema separable cuyos
componentes están tan débilmente relacionados uno con el otro, lo cual puede ser
reducido a un agregado, al menos en una primera aproximación. Yo sostengo que
(a) cada problema se refiere a algún sistema, y (b) el análisis sólo funciona cuando
en el sistema los componentes están tan débilmente relacionados entre sí, que
pueden ser tratados como si fueran objetos aislados. Estos supuestos
metodológicos son los principios clave del sistemismo, la filosofía expuesta
primero por d'Holbach en el siglo 18, y retomada por Bertalanffy y sus compañeros
en el movimiento general de sistemas en el siglo pasado. Sistemas y sistemismo
son poco conocidos en la comunidad filosófica, al punto que la gran mayoría de
los diccionarios filosóficos los han ignorado. Por el contrario, todos los científicos y
tecnólogos/técnicos han practicado el sistemismo - excepto cuando fracasaron por
haber adoptado alguna de las alternativas a sistemismo, concretamente, el
atomismo y el holismo. En este documento, se analizan una serie de ejemplos
tomados de la ciencia y la tecnología contemporánea, desde el enredo de la física
cuántica hasta el diseño de políticas sociales. En el camino se define el concepto
de sistema, y observamos que (a) el análisis es el dual de la síntesis en lugar de
su opuesto; (b) sistemismo no debe ser confundido con el holismo, porque el
primero recomienda combinar los análisis “bottom-up” y “top-down”; (c) El
sistemismo fomenta la convergencia o fusión de disciplinas a diferencia del
reduccionismo. La reciente sustitución del PIB por indicadores sociales más
complejos como la medida del progreso social es considerada como una victoria
de la visión sistémica de la sociedad. Por último, se argumenta que sistemismo es
nada menos que un componente de la matriz filosófica de la investigación
científica y tecnológica, junto con el realismo epistemológico, el materialismo
ontológico, cientificismo y humanismo. También argumento a favor del punto de
vista de Anatol Rapoport, el cual propone que la teoría de sistemas no es una
teoría propiamente, sino un punto de vista o enfoque que ayuda a plantear
problemas y colocarlos en su contexto.
Es bien sabido que los problemas vienen de todos los tipos y tamaños. Hay
problemas cognitivos y morales, problemas individuales y sociales, enigmas
científicos y tecnológicos, y así sucesivamente. Por otra parte, los problemas
pueden ser de carácter aislado o sistémico, y pueden ser abordados
individualmente por expertos o por equipos multidisciplinarios.
Los pequeños problemas requieren el uso de herramientas conocidas que
se encuentran en los campos circunscritos, mientras que los grandes problemas
requieren una mayor investigación, que puede requerir ir más allá de las barreras
disciplinarias. Por ejemplo, mientras que un hueso fracturado puede ser puesto en
su lugar por un experto, mantener una población de todo un pueblo en buen
estado de salud requiere un amplio sistema de salud, que a su vez requiere la
intervención de la salud regional, educación, y autoridades fiscales impulsadas por
ciudadanos educados.
Todo lo anterior es bien conocido. Lo que es menos conocido es por qué
algunos problemas vienen en racimos y no en forma aislada como los demás, y
esto es un problema filosófico, porque trasciende las fronteras disciplinarias. El
pensador individualista, que se centra en elementos aislados, no tiene respuesta,
por lo tanto el ignorará la pregunta, o sugerirá la conocida receta de Descartes:
Analizar el problema dado en sus componentes, y hacer frente a estos uno por
uno. Pero este procedimiento sólo funciona cuando el problema se refiere a un
sistema separable, es decir, uno cuyos componentes están débilmente
relacionados uno con el otro, lo cual puede ser reducido a un agregado, o se trata
de una primera aproximación como si fuera un agregado.
Nótese que hemos avanzado sigilosamente de la epistemología a la
ontología. De hecho, hemos afirmado que (a) cada problema se refiere a algún
sistema, y (b) el análisis funciona cuando los componentes del sistema están
débilmente relacionados, que pueden ser tratados como si fueran objetos aislados.
Ambos supuestos son bastante fuertes, y por lo tanto discutibles. De hecho, son
principios clave de sistemismo, una filosofía tan poco conocida en la comunidad
filosófica, que la gran mayoría de los diccionarios filosóficos la han ignorado.
El punto de este trabajo es argumentar que, si bien la mayoría de los
filósofos han hecho caso omiso de todos los sistemas que no sean filosóficos,
todos los científicos y tecnólogos han practicado el sistemismo - excepto cuando
no pudieron adoptar alguna de las alternativas al sistemismo, conocidos como
atomismo y holismo.
1 Sistemismo: la alternativa al atomismo y al holismo
Figura 1: Los tres subsistemas principales de cualquier sociedad: la economía, la política y la cultura. La superposición
parcial sugiere que cada miembro de es un ser humano de los tres subsistemas. Por ejemplo, un carpintero es también
ciudadano y disfruta de algunos elementos culturales como películas.
5. Conclusión
La perspectiva sistémica no es ni más ni menos que una perspectiva o
punto de vista: que sugiere dimensionar el problema en cuestión, colocándolo en
un contexto lo suficientemente amplio, y pensando en él en relación con un
sistema o parte de uno. La sistémica no nos dice cómo curar el cáncer, pero
sugiere el estudio de los tipos de cáncer y terapias con la ayuda de todas las
disciplinas pertinentes, desde la biología molecular hasta la medicina social, en
lugar de limitar nuestra atención a las muestras de tejido canceroso en una etapa
avanzada. Del mismo modo, la sistémica no nos dice cómo erradicar la pobreza o
la delincuencia, pero nos recuerda que estas y todas las demás cuestiones
sociales vienen en racimos, lo que implica que no se pueden abordar una por una,
de la forma como la mayoría de los políticos y estadistas lo han estado haciendo.
El economista y sistemista teórico Kenneth Boulding llama a la sistémica el
“esqueleto de la ciencia", ya que aborda la estructura independientemente de la
materia, por lo que necesita dar contenido a antes de que pueda hacer algo más
que ayudar a plantear problemas. Anatol Rapoport, otro pionero en el campo, así
como un matemático, psicólogo y experto en ciencias políticas, advirtió que la
teoría de sistemas no es una teoría adecuada, pero algo aún más importante, es
decir, que es un punto de vista fructífero: el que nos ordena a pensar fuera de la
caja, y recordar que cada elemento es o bien un sistema o una parte de uno.
Sistémica no nos dirán cómo un ser humano vive, pero nos recuerda que se trata
de un sistema de sistemas, y que está integrado en un sistema social que a su vez
es parte de un sistema natural. Hay sistema donde quiera que miremos o
actuemos para hacer frente a grandes problemáticas.
References
Bertalanffy, L. v. (1950). An Outline of General Systems Theory. British Journal for the Philosophy of Science, 1, 139-164.
Bunge, M. (1979). Treatise on Basic Philosophy, vol. 4: A World of Systems. Dordrecht: Reidel.
Costanza, R. et al. Time to leave GDP behind. Nature, 505, 283-85.
About the Author
Mario Bunge
Born in Buenos Aires in 1919, Professor Mario Bunge earned his doctorate in physico-mathematical sciences from the National
University of La Plata in Argentina, and has been a professor of theoretical physics and of philosophy. He joined McGill University in
1966, was given a named chair, and was recently made an emeritus professor. He has also been a visiting professor in numerous
countries including the USA, Denmark, Germany, Italy, Mexico, Switzerland, and Australia. Professor Bunge holds 19 honorary
doctorates and four honorary professorships, is a member of four academies and a Prince of Asturias laureate, and ranks #43 in the
AAAS’ Science Hall of Fame. He has authored over 400 papers and more than 80 books on quantum theory, philosophy of science,
semantics, epistemology, ontology, ethics, political philosophy, and science policy.
Referencias
Bertalanffy, L. v. (1950). Un esquema de la Teoría General de Sistemas. Diario británico de la
Filosofía de la Ciencia, 1, 139-164.
Bunge, M. (1979). Tratado sobre Básica Filosofía, vol. 4: Un Mundo de Sistemas. Dordrecht:
Reidel.
Sobre el Autor
Mario BungeNacido en Buenos Aires en 1919, el profesor Mario Bunge obtuvo su doctorado en
ciencias físico-matemáticas de la Universidad Nacional de La Plata, en Argentina, y ha sido
profesor de física teórica y de la filosofía. Se incorporó a la Universidad de McGill en 1966, se le dio
una silla con nombre, y se hizo recientemente un profesor emérito. También ha sido profesor
invitado en numerosos países incluyendo los EE.UU., Dinamarca, Alemania, Italia, México, Suiza y
Australia. Profesor Bunge tiene 19 doctorados honoris causa y cuatro profesorados honorarios, es
miembro de cuatro academias y un Príncipe de Asturias el premio, y ocupa el lugar número 43 en
la Sala de Fama Científica del AAAS '. Es autor de más de 400 artículos y más de 80 libros sobre
la teoría cuántica, la filosofía de la ciencia, la semántica, la epistemología, la ontología, ética,
filosofía política, y la política científica.