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TEMA: SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

ARTÍCULO: DISPLASIA CORTICAL FOCAL

Nombre: Castro Rodríguez José Manuel


Docente: Dra. Iris Galindo
Grupo: 1E
FECHA: 07/09/2022
Las displasias corticales focales (DFC) comprenden un espectro de malformaciones focales del
desarrollo caracterizadas por la disrupción de la citoarquitectura normal de la corteza cerebral. Están
altamente asociados con la epilepsia médicamente intratable. La displasia cortical focal y la epilepsia se
asociaron por primera vez en un informe de Taylor en 1971 (aunque anteriormente aludido por Crome
en 1957), que informaron 10 pacientes (adultos y niños) con epilepsia refractaria sometidos a resección
quirúrgica, que mostraron anomalías focales de la citoarquitectura cortical que coincidían con el foco
anatómico propuesto asociado con su semiología convulsiva. Plantearon la hipótesis de que los
cambios patológicos focales probablemente eran de desarrollo y que explicaban sus convulsiones. La
descripción de otras malformaciones focales de los subtipos de desarrollo cortical (MCD) que
comparten cambios patológicos con FCD, como la hemimegalencefalia y complejo de esclerosis
tuberosa (TSC), se remonta a la década de 1800. También ha habido descripciones recientes de nuevos
síndromes de FCD, incluido el síndrome de Pretzel, la epilepsia del lóbulo temporal autosómico
dominante y la displasia cortical, y la epilepsia focal familiar con focos variables.

Clasificación y Neuropatología
El grupo de trabajo de la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) de la Comisión de Métodos de
Diagnóstico generó una nueva clasificación de consenso de distintos subtipos de displasia cortical focal
basada en características histopatológicas que produce una fiabilidad constante entre observadores e
intraobservadores. El esquema de clasificación ILAE comprende un sistema de tres niveles, que
incluye variantes DCF aisladas y asociadas. Un esquema de clasificación nuevo y completo asume que
todos los tipos de MDC son el resultado de distintas causas genéticas moleculares y de desarrollo, y
que estas afectan directamente el desarrollo cortical en distintas épocas y dentro de distintos tipos de
células.

La displasia cortical focal tipo I se caracteriza por estratificaciones corticales anormales con
microcolumnas radiales, y es de tres subtipos. La displasia cortical focal tipo Ia muestra microcolumnas
radiales que se asemejan al patrón de organización microcolumnar de las primeras etapas del desarrollo
cortical; DCF tipo Ib muestra alteraciones tangenciales de la capa; DCF tipo Ic muestra una
combinación de ambos. Las tres variantes pueden mostrar neuronas heterotópicas en la materia blanca
y neuronas hipertróficas (fuera de la capa 5), así como neuronas normales con dendritas anormales. La
displasia cortical focal tipo I puede afectar uno o varios lóbulos, sin embargo, la resonancia magnética
(IRM) preoperatoria puede ser normal. La displasia cortical focal tipo I puede ser sutil y difícil de
detectar en la neuropatología de rutina, pero debe buscarse específicamente en casos con resonancias
magnéticas preoperatorias normales.

La displasia cortical focal tipo II es común entre las series quirúrgicas de epilepsia y es una causa
importante de epilepsia resistente a los medicamentos antiepilépticos. Es más común en áreas
extratemporales, particularmente en el lóbulo frontal, y generalmente se observa en las resonancias
magnéticas preoperatorias. La displasia cortical focal tipo IIa se caracteriza por neuronas dismórficas y
citomegálicas, pero carecen de células balón; La DCF tipo IIb se caracteriza por neuronas
dismórficas/citomegálicas y células balón. Las células balón tienen un cuerpo celular agrandado y
citoplasma eosinofílico opalescente, de apariencia vítrea. Los tubérculos corticales son un tipo de DCF
que se encuentra en TSC, aunque no se incluyen en el sistema de clasificación ILAE, y ocurren como
lesiones únicas o múltiples en más del 80% de los pacientes con TSC. Están relacionados tanto con la
epilepsia como con las discapacidades neurocognitivas. Los tubérculos son comunes en las regiones
temporales y frontales y se caracterizan histopatológicamente por deslaminación y tipos de células
heterogéneas, como neuronas dismórficas, astrocitos reactivos y las llamadas células gigantes. Las
células gigantes son histológicamente similares a las células balón que se encuentran en DCF tipo IIb.
Tanto las células gigantes como las células balón expresan proteínas características de las células
progenitoras neurogliales, como SOX2, nestina, vimentina y c-myc, lo que sugiere una falla en la
diferenciación antes de la migración a la corteza. El primer estudio para examinar los marcadores de
linaje en DCF encontró que las células balón y las neuronas citomegálicas expresaron marcadores
celulares que reflejan la derivación del linaje de la zona ventricular telencefálica, como OTX-1 y
MASH. Un estudio posterior en DCF I mostró que las muestras de DCF I en pacientes más jóvenes
característicamente tienen una expresión anormal de Tbr1 y Otx1 en la capa II, apoyando sus orígenes
en la glía radial; por el contrario, FCDII mostró un marcado distinto de células balón (Pax6, ER81 y
Otx1) y neuronas dismórficas (Tbr 1, N200 y Map1b), apoyando sus orígenes en células progenitoras
intermedias. Los tubérculos se pueden encontrar tan pronto como a las 20 semanas de gestación,
indicando que los tubérculos (y por extensión, las displasias corticales focales) se forman durante el
desarrollo del cerebro embrionario, probablemente entre las semanas 10 y 20 de gestación humana.

Una ventaja significativa de la clasificación ILAE fue que los cambios patológicos adyacentes o
asociados con lesiones cerebrales sustantivas (como malformaciones vasculares y tumores) podrían
definirse como DCF tipo III. Los cuatro subtipos diferentes de DCF tipo III incluyen IIIa, asociado con
esclerosis del hipocampo; IIIb, asociado a tumores; IIIc, asociado a malformaciones vasculares; y IIId,
asociada a cualquier otra lesión adquirida durante los primeros años de vida.

Presentación Clínica
La epilepsia, a menudo intratable, sigue siendo la presentación clínica más común para todos los tipos
de DCF, así como TSC y hemimegalencefalia. Los pacientes generalmente acuden a la atención clínica
con convulsiones en la primera infancia, aunque las convulsiones pueden comenzar a cualquier edad.
En prácticamente todos los subtipos de DCF, existe una estrecha concordancia entre la ubicación del
inicio de la convulsión definida por electroencefalografía y la ubicación anatómica de la DCF definida
por IRM o visualización intraoperatoria. Además, la localización anatómica de la DCF determina la
semiología convulsiva. La epilepsia del lóbulo frontal puede manifestarse como convulsiones
relacionadas con el sueño caracterizadas por movimientos bilaterales estereotipados y vocalizaciones, a
veces con conciencia preservada. El paciente con convulsiones del lóbulo occipital puede reportar
síntomas visuales, como ver puntos o formas en diferentes colores. Independientemente de la
semiología, las convulsiones recalcitrantes y mal controladas contribuyen al deterioro cognitivo en
niños y adultos. Otras presentaciones clínicas incluyen retraso en el desarrollo, problemas de
comportamiento, trastornos del espectro autista y, a veces, déficits neurológicos focales, dependiendo
del tamaño y la ubicación de la lesión cortical. El resultado quirúrgico puede variar con el subtipo
patológico de DCF.

Displasia cortical focal: patogénesis y genética molecular


En la DCF la patogénesis sigue siendo desconocida, pero hay algunos mecanismos patógenos
potenciales propuestos, incluida la mutación del gen somático o un daño tóxico para el cerebro en
desarrollo. Las similitudes patológicas entre DCFIIb y tubérculos sugirieron un vínculo mecanicista
entre estas lesiones, e incluso que DCF representaba una forma esporádica y somática de mosaico de
TSC. Los estudios han identificado polimorfismos de secuencia de genes TSC1 y TSC2, pero no
mutaciones somáticas, en DCFIIb. La displasia cortical focal puede estar asociada con mutaciones
DEPDC5, lo que sugiere que las formas sindrómicas de DCF pueden identificarse en asociación con
mutaciones en los genes reguladores de Mtor. Un estudio reciente identificó la trisomía somática de
1q21-1q44, una región que abarca el gen AKT3, en el tejido cerebral DCF pero no en la sangre o la
saliva, lo que sugiere un mecanismo mutacional somático. Curiosamente, otro estudio encontró DCF
tipo Ia e IIA en una pequeña cohorte de pacientes con mutaciones en el canal de sodio SCN1A.
Bibliografia
Crino P. B. (2015). Displasia cortical focal. Seminarios en neurología, 35(3), 201–208.

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