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Colegio Particular San Ignacio

Dirección Académica Media


Departamento de Lenguaje
Prof. Ana Paulina Contreras Vicencio

NOTA

EVALUACIÓN SUMATIVA C 1 - LENGUA Y LITERATURA


LA COMEDIA UNA FORMA DE TRANSFORMAR LA REALIDAD
FILA B

Nombre: Curso: 8vo A-B Fecha: __/08/ 2023

Exigencia: 60 % Pte. Ideal: Pte. Obtenido: ____

Aprendizajes esperados:
1. Analizar y evaluar textos literarios, como comedias y poemas considerando:
 Diferencias y similitudes en la forma en que se presentan su forma y su fondo
 Las estrategias de comprensión lectora y de recursos utilizados por los diversos
tipos de textos literarios.

1.- 2.- 3.- 4.- 5.- 6.- 7.- 8.- 9.- 10.-

11.- 12.- 13.- 14.- 15.- 16.- 17.- 18.- 19.- 20.-

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I. SELECCIÓN MULTIPLE
Lee atentamente el encabezado de cada ejercicio antes de responder y luego encierra en un
círculo la alternativa correcta. (2 puntos cada respuesta correcta)

Cobardía
Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza!
¡Qué rubios cabellos de trigo garzul!
¡Qué ritmo en el paso! ¡Qué innata realeza
de porte!, ¡Qué formas bajo el fino tul...!

Pasó con su madre. Volvió la cabeza:


¡me clavó muy hondo su mirada azul!
Quedé como en éxtasis...
Con febril premura,
“¡Síguela!”, gritaron cuerpo y alma al par. ...

Pero tuve miedo de amar con locura,


de abrir mis heridas, que suelen sangrar,
¡y no obstante toda mi sed de ternura,
cerrando los ojos, la dejé pasar!

Amado Nervo. Cobardía.


1 ¿Por qué el hablante “dejó pasar” a la mujer que admira?
A. Porque se sintió acobardado por su madre.
B. Porque tuvo miedo de que ella lo rechazara.
C. Porque se sintió intimidado por su gran belleza.
D. Porque sintió miedo de enamorarse con pasión.

2 cuando el hablante señala que sus heridas “suelen sangrar”, quiere decir que:
A. todavía le duelen mucho.
B. le resulta imposible explicarlas.
C. son demasiadas para compartirlas.
D. quiere evitar ser amado por su dolor.

3 según el poema, el hablante queda “como en éxtasis” cuando:


A. ella lo mira.
B. ella camina.
C. él cierra los ojos.
D. él siente deseos de seguirla.

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TEXTO 2
La primera mentira

Cuando estuve en un bosque encantado


noté con asombro
que una piedra me cantaba,
que una piedra me cantaba,
con modulaciones y con timbres
de tenor, de tenor.
Debajo de la piedra vi a un sapo invernando
y supe que era el sapo el que cantaba,
que era el sapo el que cantaba,
y seguí buscando maravillas que saber,
que saber. Quería una princesa convertida en un dragón,
quería el hacha de un brujo para echarla en mi zurrón,
quería un vellocino de oro para un reino,
quería que Virgilio me llevara al infierno,
quería ir hasta el cielo en un frijol sembrado, 
y ya. De lejos vi una fuente que brillaba y corrí hacia ella, 
pues tenía aguas de oro, pues tenía aguas de oro, era inconfundible aquel color como miel,
como miel.
El sol se reflejaba en la fuente abandonada
y supe que era el sol el que brillaba, que era el sol el que brillaba,
desilusionado por dos veces me alejé, me alejé.
Quería una princesa convertida en un dragón,
quería el hacha de un brujo para echarla en mi zurrón,
quería un vellocino de oro para un reino, quería que Virgilio me llevara al infierno,
quería ir hasta el cielo en un frijol sembrado, y ya.
Después de mil fracasos como estos
me sentí muy tonto:
nos habían engañado,
nos habían engañado,
y me fui a buscar al primer hombre
que mintió, que mintió.
Caminé los caminos,
recorrí los recorridos,
pero cuando hallé al culpable, Ah,
pero cuando hallé al culpable,
hecho un mar de lágrimas, al verme,
me pidió, me pidió:
Yo quiero una princesa convertida en un dragón,
yo quiero el hacha de un brujo para echarla en mi zurrón,
yo quiero un vellosino de oro para un reino,
yo quiero que Virgilio me lleve al infierno
yo quiero ir hasta el cielo en un frijol sembrado
y ya.
Silvio Rodríguez. La primera mentira.

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4 Cuando el hablante se refiere a los “mil fracasos”, ¿qué quiere decir?
A. Que su deseo de ver cosas maravillosas es muy tonto.
B. Que lo aparentemente mágico tiene una explicación lógica.
C. Que a las personas fantasiosas les cuesta aceptar la realidad.
D. Que este tipo de historias se inventaron para burlarse de la gente.

5 En el texto, ¿qué significa el hecho de que el hombre de la primera mentira haya querido lo
mismo que el hablante?
A. Que quien inventó estas historias no reconoce su culpa.
B. Que ambos fueron engañados por estas historias falsas.
C. Que ambos tienen necesidad de soñar cosas maravillosas.
D. Que la fantasía hace que las personas deseen cosas imposibles.

6 ¿Cuándo el hablante piensa que la fuente tiene aguas de oro, ¿qué lo confunde?
A. Una piedra.
B. Un sapo.
C. La miel.
D. El sol.

TEXTO 3
La canción del río
El río se viene cantando, cantando,
como un hechicero de la soledad.
Árboles y riscos se quedan vibrando cuando pasa el río camino del mar.
El río se viene cantando, cantando,
y es una alegría sentirlo pasar.
Tendido en la hierba,
si el agua me toca las manos morenas quemándose al sol,
y el viento sureño me llena la boca,
yo siento que el río, la tierra y la roca laten con la sangre de mi corazón.
Tendido en la hierba,
si el agua me toca, bendigo la fuga del río cantor.
La canción del río se pierde en el llano:
los hombres del valle no tienen canción.
Un murmullo apenas refresca el verano de este silencioso pueblo labrador.
La canción del río se pierde en el llano:
como si del agua se fuera el amor.
El río se viene cantando, cantando desde la nevera palabra de Dios.
Las piedras sonoras quedaron sonando
y en el valle el río su canción perdió.
El río se viene cantando, cantado desde los breñales cantando bajó.
Por el valle estrecho se aleja llorando
y ninguno sabe que el río cantó.

Carlos Préndez Saldías. La canción del río

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7. Según el poema, la canción del río se acaba cuando este:
A. llega al mar.
B. llega al valle.
C. pasa entre la hierba.
D. pasa entre los árboles.

8 ¿Por qué el río se aleja llorando?


A. Porque se niega a llegar hasta el mar.
B. Porque las piedras le quitaron su canto.
C. Porque quiere regresar a su lugar de origen.
D. Porque en el valle nadie escuchó su canción.

9 El hablante, ¿con qué compara el río?


A. Con sus manos morenas.
B. Con la sangre de su corazón.
C. Con un hechicero de la soledad.
D. Con el silencioso pueblo labrador.

TEXTO 4
El nombre del viento
Un sitio para los demonios
Era una noche de Abatida, y la clientela habitual se había reunido en la Roca de Guía. No
podía decirse que cinco personas formaran un grupo muy numeroso, pero últimamente, en
los tiempos que corrían, nunca se reunían más de cinco clientes en la taberna. El viejo Cob
oficiaba de narrador y suministrador de consejos. Los que estaban sentados a la barra
bebían y escuchaban. En la cocina, un joven posadero, de pie junto a la puerta, sonreía
mientras escuchaba los detalles de una historia que ya conocía.
—Cuando despertó, Táborlin el Grande estaba encerrado en una alta torre. Le habían
quitado la espada y lo habían despojado de sus herramientas: no tenía ni la llave, ni la
moneda ni la vela. Pero no creáis que eso era lo peor... —Cob hizo una pausa para añadir
suspense— ¡porque las lámparas de la pared ardían con llamas azules! Graham, Jalee y
Shep asintieron con la cabeza. Los tres amigos habían crecido juntos, escuchando las
historias que contaba Cob e ignorando sus consejos. Cob miró con los ojos entrecerrados al
miembro más nuevo y más atento de su reducido público, el aprendiz de herrero.
—¿Sabes qué significaba eso, muchacho? —Llamaban “muchacho” al aprendiz de herrero,
pese a que les pasaba un palmo a todos. Los pueblos pequeños son así, y seguramente
seguirían llamándolo «muchacho» hasta que tuviera una barba poblada o hasta que, harto
de ese apelativo, hiciera sangrar a alguien por la nariz.
El muchacho asintió lentamente y respondió:
—Los Chandrian.
—Exacto —confirmó Cob—. Los Chandrian. Todo el mundo sabe que el fuego azul es una
de sus señales. Pues bien, estaba...
—Pero ¿cómo lo habían encontrado? —lo interrumpió el muchacho—. Y ¿por
qué no lo mataron cuando tuvieron ocasión?
—Cállate, o sabrás todas las respuestas antes del final —dijo Jake—. Deja que nos lo
cuente.
—No le hables así, Jake —intervino Graham—. Es lógico que el muchacho sienta
curiosidad. Bébete tu cerveza.
—Ya me la he bebido —refunfuñó Jake—. Necesito otra, pero el posadero está

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despellejando ratas en la cocina.
—Subió la voz y golpeó la barra de caoba con su jarra vacía—.
¡Eh! ¡Aquí hay unos hombres sedientos!
El posadero apareció con cinco cuencos de estofado y dos hogazas calientes de pan. Les
sirvió más cerveza a Jake, a Shep y al viejo Cob, moviéndose con vigor y desenvoltura.
Los hombres interrumpieron el relato mientras daban cuenta de la cena. El viejo Cob se
zampó su cuenco de estofado con la eficacia depredadora de un soltero de toda la vida.
Los otros todavía estaban soplando en su estofado para enfriarlo cuando él se terminó el
pan y retomó la historia.
—Táborlin tenía que huir, pero cuando miró alrededor vio que en su celda no había puerta.
Ni ventanas. Lo único que había era piedra lisa y dura. Una celda de la que jamás había
escapado nadie.
» Pero Táborlin conocía el nombre de todas las cosas, y todas las cosas estaban a sus
órdenes. Le dijo a la piedra: “¡Rómpete!”, y la piedra se rompió. La pared se partió como
una hoja de papel, y por esa brecha Táborlin vio el cielo y respiró el dulce aire primaveral.
Se acercó al borde, miró hacia abajo y, sin pensárselo dos veces, se lanzó al vacío...
El muchacho abrió mucho los ojos.
—¡No! —exclamó.
Cob asintió con seriedad.
—Táborlin se precipitó, pero no perdió la esperanza. Porque conocía el nombre del viento,
y el viento le obedeció. Le habló al viento, y este lo meció y lo acarició. Lo bajó hasta el
suelo suavemente, como si fuera un vilano de cardo, y lo posó de pie con la dulzura del
beso de una madre.
» Y cuando Táborlin llegó al suelo y se tocó el costado, donde lo habían apuñalado, vio que
no tenía más que un rasguño. Quizá fuera cuestión de suerte — Cob se dio unos golpecitos
en el puente de la nariz, con aire de complicidad—, o quizá tuviera algo que ver con el
amuleto que llevaba debajo de la camisa.
—¿Qué amuleto? —preguntó el muchacho intrigado, con la boca llena de estofado.
El viejo Cob se inclinó hacia atrás en el taburete, contento de que le exigieran más detalles.
—Unos días antes, Táborlin había conocido a un calderero en el camino. Y aunque Táborlin
no llevaba mucha comida, compartió su cena con el anciano.
—Una decisión muy sensata —le dijo Graham en voz baja al muchacho—. Porque como
sabe todo el mundo, “Un calderero siempre paga doblemente los favores”.
—No, no—rezongó Jake—. Dilo bien: “Con un consejo paga doble el calderero el favor
imperecedero”.
El posadero, que estaba plantado en la puerta de la cocina, detrás de la barra, habló por
primera vez esa noche.
—Te dejas más de la mitad:
“Siempre sus deudas pagan el calderero:
paga una vez cuando lo ha comprado,
paga doble a quien le ha ayudado,
paga triple a quien le ha insultado.”
Patrick Rothfuss. El nombre del viento (fragmento).

10 ¿Quién cuenta la historia de Táborlin el Grande?


A. Cob.
B. Jake.
C. Shep.
D. Graham.

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11 ¿De qué se valió Táborlin para escapar de la torre?
A. De su fuerza para romper la piedra.
B. Del amuleto que le dio buena suerte.
C. De la ayuda brindada por sus amigos.
D. De su poder para controlar las cosas.

12 Según el texto, ¿quién le había dado a Táborlin su amuleto?


A. Un amigo.
B. Un guerrero.
C. Un calderero.
D. Un posadero.

13 ¿A qué se refiere el posadero con la expresión “Te dejas más de la mitad”?


A. A las aventuras de Táborlin.
B. A la curiosidad del muchacho.
C. A lo que se dice acerca del calderero.
D. A lo que estaban comiendo en la taberna.

14 ¿Por qué Jake le dice al muchacho que se calle?


A. Porque considera que sus preguntas son absurdas.
B. Porque quiere escuchar la narración sin interrupciones.
C. Porque se siente enojado, ya que se le terminó la cerveza.
D. Porque está celoso de la atención que le brinda Cob al muchacho.

15 En la expresión: “Un calderero siempre paga doblemente los favores”, las comillas se
usan porque la frase:
A. es una cita de alguien.
B. se usa en sentido irónico.
C. corresponde a un dicho popular.
D. explica el significado de una palabra.

El avaro
ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA
VALERIO y ELISA

VALERIO: ¡Cómo, encantadora Elisa, os sentís melancólica después de las amables


seguridades que habéis tenido la bondad de darme sobre vuestra felicidad! Os veo suspirar,
¡ay!, en medio de mi alegría. ¿Es que acaso lamentáis, decidme, haberme hecho dichoso?
¿Y os arrepentís de esta promesa, a la que mi pasión ha podido obligaros?

ELISA: No, Valerio; no puedo arrepentirme de todo cuanto hago por vos. Me siento
movida a ello por un poder demasiado dulce, y no tengo siquiera fuerza para desear que las
cosas no sucedieran así. Mas, a deciros verdad, el buen fin me causa inquietud, y temo
grandemente amaros algo más de lo que debiera.

VALERIO: ¡Eh! ¿Qué podéis temer, Elisa, de las bondades que habéis tenido conmigo?
ELISA: ¡Ah! Cien cosas a la vez; el arrebato de un padre, los reproches de una familia, las
censuras del mundo; pero más que nada, Valerio, la mudanza de vuestro corazón y esa
frialdad criminal con la que los de vuestro sexo pagan las más de las veces los testimonios
demasiado ardientes de un amor inocente.

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VALERIO: ¡Ah, no me hagáis el agravio de juzgarme por los demás! Creedme capaz de
todo, Elisa, menos de faltar a lo que os debo. Os amo en demasía para eso, y mi amor por
vos durará tanto como mi vida.

ELISA: ¡AH, Valerio! ¡Todos dicen lo mismo! Todos los hombres son semejantes por sus
palabras; y son tan solo sus acciones las que los muestran diferentes.

VALERIO: Puesto que únicamente las acciones revelan lo que somos, esperad entonces, al
menos, a juzgar de mi corazón por ellas, y no queráis buscar crímenes en los injustos
temores de una enojosa previsión. No me asesinéis, os lo ruego, con las sensibles
acometidas de una sospecha ultrajante, y dadme tiempo para convenceros, con mil y mil
pruebas, de la honradez de mi pasión.

ELISA: ¡Ay! ¡Con qué facilidad se deja una persuadir por las personas a quienes ama! Sí,
Valerio; juzgo a vuestro corazón incapaz de engañarme. Creo que me amáis con verdadero
amor y que me seréis fiel; no quiero dudar de ello en modo alguno, y limito mi pesar al
temor de las censuras que puedan hacerme.

VALERIO: Mas ¿por qué esa inquietud?

ELISA: No tendría nada que temer si todo el mundo os viera con los ojos con que os miro;
y encuentro en vuestra persona motivos para hacer las cosas que por vos hago. Mi corazón
tiene en su defensa todo vuestro mérito, fortalecido por la gratitud a que el Cielo me
empeña con vos. Me represento en todo momento ese peligro extraño que comenzó por
enfrentarnos a nuestras mutuas miradas; esa generosidad sorprendente que os hizo arriesgar
la vida para salvar la mía del furor de las ondas; esos tiernos cuidados que me prodigasteis
después de haberme sacado del agua, y los homenajes asiduos de este ardiente amor que ni
el tiempo ni las dificultades han entibiado y que, haciéndoos olvidar padres y patria, detiene
vuestros pasos en estos lugares, mantiene aquí, en favor mío, vuestra fortuna encubierta, y
os obliga, para verme, a ocupar el puesto de criado de mi padre. Todo esto produce en mí,
sin duda, un efecto maravilloso, y ello basta a mis ojos para justificar la promesa a que he
consentido; mas no es suficiente, tal vez, para justificarla ante los demás, y no estoy segura
de que no intervengan en mis sentimientos

VALERIO: De todo cuanto habéis dicho, tan solo por mi amor pretendo, con vos, merecer
algo; y en cuanto a los escrúpulos que sentís, vuestro propio padre os justifica
sobradamente ante todo el mundo; su excesiva avaricia y el modo austero de vivir con sus
hijos podrían autorizar cosas más extrañas. Perdonadme, encantadora Elisa, si hablo así
ante vos. Ya sabéis que a ese respecto no se puede decir nada bueno. Mas, en fin, si puedo,
como espero, encontrar a mis padres, no nos costará mucho trabajo hacérnosle propicio.
Espero noticias de ellos con impaciencia, y yo mismo iré a buscarlas si tardan en llegar.

ELISA: ¡Ah, Valerio! No os mováis de aquí, os lo ruego, y pensad tan solo en situaros
favorablemente en el ánimo de mi padre.

VALERIO: Ya veis cómo me las compongo y las hábiles complacencias que he debido
emplear para introducirme en su servidumbre; bajo qué máscara de simpatía y de
sentimientos adecuados me disfrazo para agradarle, y qué personaje represento a diario con
él a fin de lograr su afecto. Hago en ello progresos admirables, y veo que, para conquistar a
los hombres, no hay mejor camino que adornarse, a sus ojos, con sus inclinaciones,

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convenir en sus máximas, ensalzar sus defectos y aplaudir cuanto hacen. Por mucho que se
exagere la complacencia y por visible que sea la manera de engañarlos, los más ladinos son
grandes incautos ante el halago, y no hay nada tan impertinente y tan ridículo que no se
haga tragar cuando se lo sazona con alabanzas. La sinceridad padece un poco con el oficio
que realizo; más cuando necesita uno a los hombres, hay que adaptarse a ellos, y ya que no
puede conquistárselos más que por ese medio, no es culpa de los que adulan, sino de los
que quieren ser adulados.

ELISA: Mas ¿por qué intentáis conseguir también el apoyo de mi hermano, en caso de que
a la sirvienta se le ocurriera revelar nuestro secreto?
VALERIO: No se puede contentar a uno y a otro; y el espíritu del padre y del hijo son tan
opuestos, que es difícil concertar esas dos confianzas. Mas vos, por vuestra parte, influid
sobre vuestro hermano y servíos de la amistad que hay entre vosotros dos para ponerle de
nuestra parte. Aquí viene. Me retiro. Emplead este tiempo en hablarle, y no le reveléis
nuestro negocio sino lo que os parezca oportuno.

ELISA: No sé si tendré fuerzas para hacerle esa confesión.


Molière. El avaro (fragmento).

16.. Según el texto, ¿qué es lo que más inquieta a Elisa?


A. Que Valerio deje de amarla.
B. Que su padre desapruebe su amor.
C. Que la sociedad critique su decisión.
D. Que su hermano descubra su secreto.

17. en la frase de Valerio: “¡Ah, no me hagáis el agravio de juzgarme por los demás!”,
¿qué significa la palabra “agravio”?
A. Error.
B. Dolor.
C. Enojo.
D. Insulto.

18. ¿Qué quiere decir Elisa con la expresión “Mi corazón tiene en su defensa todo vuestro
mérito”?
A. Que siente miedo de que su amor por Valerio sea mal visto por los demás.
B. Que el argumento de su amor se encuentra en las buenas acciones de Valerio.
C. Que el amor que siente por Valerio es algo imposible de explicar racionalmente.
D. Que está segura de su amor por Valerio, aun cuando el mundo la inclina a dudar.

19 ¿A qué se refiere Valerio con la expresión “Ya sabéis que a ese respecto no se puede
decir nada bueno”?
A. A la actitud del padre de Elisa.
B. A los escrúpulos que siente Elisa.
C. A lo que la gente pueda pensar de Elisa.
D. A los sentimientos dudosos que manifiesta Elisa.

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20. Ante el padre de Elisa, Valerio se comporta de manera:
A. esquiva.
B. temerosa.
C. aduladora.
D. desafiante.

I. VERDADERO O FALSO
Justifica las falsas, cuidado, la negación no es una justificación valida. Recuerda
mantener una ortografía correcta. (10 Puntos)
V/F ASEVERASIONES
1. La obra teatral es un texto que contiene diálogos y personajes
Justificación:

2. La obra dramática es el montaje o la realización escénica de la obra


Justificación:

3. La comedia privilegia el uso de un lenguaje sencillo y familiar


Rusticación:

4. Algunos elementos que utiliza la comedia para exagerar las


situaciones son los estereotipos y algunos prejuicios
Justificación:

5. Desde la antigüedad la comedia entretiene y también visualiza los


defectos de una sociedad determinada.
Justificación:

II. PRODUCCION TEXTUAL

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A partir de lo leído y comentado en clases, escribe un texto argumentativo, teniendo
en cuenta la siguiente situación; Si fuera a escribir una comedia, ¿Qué vicios de la
sociedad representarías?, al momento de escribir, hazlo con claridad, y creatividad.
Con un título y cuidado tu redacción y ortografía. (12 Puntos)
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Rasgos Puntaje.

Contiene la estructura pertinente de todo texto; 2 puntos


Introducción, desarrollo, conclusión

Realiza argumentos adecuados al texto leído, entregando 3 puntos


opiniones fundamentadas. Y las ideas son claras y
reflexivas

Emplea información pertinente al texto, datos, frases, 2 punto


hechos etc.

Redacta de manera coherente y cohesionada. (Emplea las 2 puntos


líneas indicadas)

Utiliza una ortografía adecuada al texto redactado.


(hasta tres faltas ortográficas). Entre cuatro a siete
errores se descontará 1 punto. Entre ocho y diez errores 3 puntos
se descontará 2 puntos.

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