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Liceo Industrial

Chileno Alemá n
Profesor José Henríquez

Guía de trabajo

Instrucciones

 Lee atentamente tu prueba y marca con una X la


alternativa correcta.

 Escribe tu nombre en el espacio asignado para ello.

 Si tienes alguna duda de cómo responder, levanta tu


mano y pide ayuda a tu profesor(a).

 Revisa tus respuestas antes de entregar la prueba.

Nombre:

Curso :
I.- OPCIÓN MÚLTIPLE

Lee atentamente el siguiente texto y responde las preguntas 1 a la 7.

La princesa y el enano

Había una vez una princesa que vivía en un palacio muy grande. El día en que
cumplía trece años hubo una gran fiesta, con trapecistas, magos, payasos… Pero
la princesa se aburría. Entonces, apareció un enano, un enano muy feo que daba
brincos y hacía piruetas en el aire. El enano fue todo un acontecimiento.

Bravo, Bravo, decía la princesa aplaudiendo y sin dejar de reír, y el enano,


contagiado de su alegría, saltaba y saltaba, hasta que cayó al suelo rendido.
“Sigue saltando, por favor” dijo la princesa. Pero el enano ya no podía más. La
princesa se puso triste y se retiró a sus aposentos…

Al rato, el enano, orgulloso de haber agradado a la princesa, decidió ir a buscarla,


convencido de que ella se iría a vivir con él al bosque. “Ella no es feliz aquí”
pensaba el enano. “Yo la cuidaré y la haré reír siempre”. El enano recorrió el
palacio, buscando la habitación de la princesa, pero al llegar a uno de los salones
vio algo horrible. Ante él había un monstruo que lo miraba con ojos torcidos y
sanguinolentos, con unas manos peludas y unos pies enormes. El enano quiso
morirse cuando se dio cuenta de que aquel monstruo era él mismo, reflejado en un
espejo. En ese momento entró la princesa con su séquito.

“Ah estas aquí, qué bien, baila otra vez para mí, por favor”. Pero el enano estaba
tirado en el suelo y no se movía. El médico de la corte se acercó a él y le tomó el
pulso. “Ya no bailará más para vos, princesa” le dijo. “¿Por qué?” preguntó la
princesa. “Porque se le ha roto el corazón”. Y la princesa contestó: “De ahora en
adelante, que todos los que vengan a palacio no tengan corazón”.

Oscar Wilde

1. Según el texto, ¿cuál era el talento del enano?

A. Enamorar princesas.
B. Hacer desaparecer y aparecer cosas.
C. Hacer piruetas y dar brincos en el aire.
D. Transformar su rostro a voluntad propia.
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2. En el texto se señala que el enano creía que:

A. La princesa no era feliz en su palacio.


B. Él era el más bello de los artistas del palacio.
C. La princesa se había enamorado de él a penas lo vio.
D. Él sería capaz de cumplir con absolutamente todos los requerimientos de la
princesa.

3. Del texto anterior, Óscar Wilde es el:

A. Autor.
B. Narrador.
C. Hablante lírico.
D. Personaje principal.

4. ¿Cuál es el ambiente físico en el que se desarrolla el texto anterior?

A. El interior del palacio.


B. Los jardines del palacio.
C. El interior sensible del enano.
D. El interior caprichoso de la princesa.

5. Del texto se desprende que la razón por la cual la princesa se puso triste y se
retiró a sus aposentos fue:

A. La sospecha de saber que pronto el enano moriría.


B. La decepción de saber que el enano no cumpliría con todos sus caprichos.
C. La decepción de no poder disfrutar un momento más del espectáculo del
enano.
D. La sospecha de que el enano se había enamorado de ella y no poder
corresponderlo.

6. Del texto se infiere que el corazón roto del enano equivale a:

A. Su muerte.
B. Otra decepción amorosa.
C. El dolor paralizante de verse otra vez en el espejo.
D. El dolor paralizante de saber que la princesa jamás lo amaría.
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7. ¿Cómo podemos calificar la actitud de la princesa en el último párrafo?

A. Fría y práctica.
B. Fraterna y empática.
C. Comprensiva y cálida.
D. Indiferente e inhumana.

Lee atentamente el siguiente texto y responde las preguntas 8a la 13.

La larva

Como se hablase de Benvenuto Cellini y alguien sonriera de la afirmación que


hace el gran artífice en su Vida, de haber visto una vez una salamandra, Isaac
Codomano dijo:
–No sonriáis. Yo os juro que he visto, como os estoy viendo a vosotros, si no una
salamandra, una larva o una ampusa. Os contaré el caso en pocas palabras. Yo
nací en un país en donde, como en casi toda América, se practicaba la hechicería
y los brujos se comunicaban con lo invisible. Lo misterioso autóctono no
desapareció con la llegada de los conquistadores. Antes bien, en la colonia
aumentó, con el catolicismo, el uso de evocar las fuerzas extrañas, el demonismo,
el mal de ojo. En la ciudad en que pasé mis primeros años se hablaba, lo recuerdo
bien, como de cosa usual, de apariciones diabólicas, de fantasmas y de duendes.
En una familia pobre, que habitaba en la vecindad de mi casa, ocurrió, por
ejemplo, que el espectro de un coronel peninsular se apareció a un joven y le
reveló un tesoro enterrado en el patio. El joven murió de la visita extraordinaria,
pero la familia quedó rica, como lo son hoy mismo los descendientes. Aparecióse
un obispo a otro obispo, para indicarle un lugar en que se encontraba un
documento perdido en los archivos de la catedral. El diablo se llevó a una mujer
por una ventana, en cierta casa que tengo bien presente. Mi abuela me aseguró la
existencia nocturna y pavorosa de un fraile sin cabeza y de una mano peluda y
enorme que se aparecía sola, como una infernal araña. Todo eso lo aprendí de
oídas, de niño. Pero lo que yo vi, lo que yo palpé, fue a los quince años; lo que yo
vi y palpé del mundo de las sombras y de los arcanos tenebrosos. En aquella
ciudad, semejante a ciertas ciudades españolas de provincias, cerraban todos los
vecinos las puertas a las ocho, y a más tardar, a las nueve de la noche. Las calles
quedaban solitarias y silenciosas. No se oía más ruido que el de las lechuzas
anidadas en los aleros, o el ladrido de los perros en la lejanía de los alrededores.
Quien saliese en busca de un médico, de un sacerdote, o para otra urgencia
nocturna, tenía que ir por las calles mal empedradas y llenas de baches,
alumbrado a penas por los faroles a petróleo que daban su luz escasa colocados
en sendos postes. Algunas veces se oían ecos de músicas o de cantos. Eran las
serenatas a la manera española, las arias y romanzas que decían, acompañadas
por la guitarra, ternezas románticas del novio a la novia. Esto variaba desde la
guitarra sola y el novio cantor, de pocos posibles, hasta el cuarteto, septuor, y aun
orquesta completa y un piano, que tal o cual señorete adinerado hacía soñar bajo
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las ventanas de la dama de sus deseos. Yo tenía quince años, una ansia grande
de vida y de mundo. Y una de las cosas que más ambicionaba era poder salir a la
calle, e ir con la gente de una de esas serenatas. Pero ¿cómo hacerlo? La tía
abuela que me cuidó desde mi niñez, una vez rezado el rosario, tenía cuidado de
recorrer toda la casa, cerrar bien todas las puertas, llevarse las llaves y dejarme
bien acostado bajo el pabellón de mi cama. Mas un día supe que por la noche
había una serenata. Más aún: uno de mis amigos, tan joven como yo, asistiría a la
fiesta, cuyos encantos me pintaba con las más tentadoras palabras. Todas las
horas que precedieron a la noche las pasé inquieto, no sin pensar y preparar mi
plan de evasión. Así, cuando se fueron las visitas de mi tía abuela –entre ellas un
cura y dos licenciados– que llegaban a conversar de política o a jugar el tute o al
tresillo, y una vez rezada las oraciones y todo el mundo acostado, no pensé sino
en poner en práctica mi proyecto de robar una llave a la venerable señora.
Pasadas como tres horas, ello me costó poco pues sabía en dónde dejaba las
llaves, y además, dormía como un bienaventurado. Dueño de la que buscaba, y
sabiendo a qué puerta correspondía, logré salir a la calle, en momentos en que, a
lo lejos, comenzaban a oírse los acordes de violines, flautas y violoncelos. Me
consideré un hombre. Guiado por la melodía, llegue pronto al punto donde de
daba la serenata. Mientras los músicos tocaban, los concurrentes tomaban
cerveza y licores. Luego, un sastre, que hacía de tenorio, entonó primero “A la luz
de la pálida luna”, y luego “Recuerdas cuando la aurora…”. Entro en tantos
detalles para que veáis cómo se me ha quedado fijo en la memoria cuanto ocurrió
esa noche para mí extraordinaria. De las ventanas de aquella Dulcinea, se resolvió
ir a las de otras. Pasamos por la plaza de la Catedral. Y entonces… He dicho que
tenía quince años, era en el trópico, en mí despertaban imperiosas todas las
ansias de la adolescencia… Y en la prisión de mi casa, donde no salía sino para ir
al colegio, y con aquella vigilancia, y con aquellas costumbres primitivas…
Ignoraba, pues, todos los misterios. Así, ¡cuál no sería mi gozo cuando, al pasar
por la plaza de la Catedral, tras la serenata, vi, sentada en una acera, arropada en
su rebozo, como entregada al sueño, a una mujer! Me detuve. ¿Joven? ¿Vieja?
¿Mendiga? ¿Loca? ¡Qué me importaba! Yo iba en busca de la soñada revelación,
de la aventura anhelada. Los de la serenata se alejaban. La claridad de los faroles
de la plaza llegaba escasamente. Me acerqué. Hablé; no diré que con palabras
dulces, mas con palabras ardientes y urgidas. Como no obtuviese respuesta, me
incliné y toqué la espalda de aquella mujer que ni quería contestarme y hacía lo
posible por que no viese su rostro. Fui insinuante y altivo. Y cuando ya creía
lograda la victoria, aquella figura se volvió hacia mí, descubrió su cara, y ¡oh
espanto de los espantos! aquella cara estaba viscosa y deshecha; un ojo colgaba
sobre la mejilla huesona y saniosa; llegó a mí como un relente de putrefacción. De
la boca horrible salió como una risa ronca; y luego aquella «cosa», haciendo la
más macabra de las muecas, produjo un ruido que se podría indicar así:
–¡Kgggggg!…
Con el cabello erizado, di un gran salto, lancé un gran grito. Llamé. Cuando
llegaron algunos de la serenata, la «cosa» había desaparecido. Os doy mi palabra
de honor, concluyó Isaac Codomano, que lo que os he contado es completamente
cierto.
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Rubén Darío
8. Según las palabras de Codomano, ¿qué fue lo que aumentó en su región con la
llegada del catolicismo?
A. El gusto por inventar historias de terror.
B. Las apariciones de espectros y presencias del más allá.
C. La presencia de apariciones diabólicas, de fantasmas y de duendes.
D. El uso de evocar las fuerzas extrañas, el demonismo y el mal de ojo.
9. Entre otras cosas, Codomano señala que sus descendientes:

A. Son ricos.
B. Son charlatanes.
C. Se han empobrecido con el pasar del tiempo.
D. Fueron testigos de una serie de hechos paranormales.
10. En el texto se señala que Codomano a los quince años:

A. Hizo su mayor y único acto de rebeldía.


B. Fue testigo directo de un hecho paranormal.
C. Gustaba de realizar serenatas a escondidas.
D. Dialogó por primera vez con un espectro femenino.
11. En el texto anterior predomina la secuencia de tipo:

A. Poética.
B. Narrativa.
C. Dramática.
D. Argumentativa.
12. ¿Qué tipo de narrador predomina en el texto anterior?

A. Testigo.
B. Protagonista.
C. Omnisciente.
D. De conocimiento relativo.

13. El texto anterior lleva por título “La larva” debido a:

A. Una de las historias de Benvenuto Cellini.


B. La “cosa” que Codomano vio en su adolescencia.
C. Una salamandra que Codomano tuvo durante su adolescencia.
D. La forma que tenía la “cosa” que Codomano vio en su adolescencia.

Lee atentamente el siguiente texto y responde las preguntas 14 a la 19.


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El escrache, la inquisición del siglo XXI

La honestidad no es una cuestión de género, sino de identidad, una


verdadera elección.

Declaro que me animo a pensar distinto. Me opongo a toda forma de dominación


intelectual, que coarte mi libertad de pensamiento. No creo que, porque sean
muchos los que digan lo mismo, yo también me tenga que sumar. Por más noble
que sea el motivo, no me olvido del método.

Es innegable que existe la violencia masculina y lucho a diario por aquellas


mujeres que la han padecido, para que obtengan justicia y la reivindicación de su
dignidad. Soy implacable en ese objetivo. De hecho, jamás representaría a un
violador.

Sin embargo, mi experiencia profesional me ha demostrado que las mujeres


también mienten. La honestidad no es una cuestión de género, sino de identidad,
una verdadera elección. Estoy llevando causas de hombres que son víctimas de
los movimientos feministas, de mujeres que utilizan cualquier pretexto basado en
el género para difamar. Estos hombres, víctimas de falsas acusaciones, deben
lidiar en los Tribunales para reivindicar su honor. Luego de haber sido
públicamente humillados sólo por ser hombres, por pensar distinto. Porque ahora
ninguno puede hablar sin temor a ser catalogado como misógino. Si no me creen,
miren a diario los medios de comunicación. Ya no hay versiones que confrontar y
se impone una verdad absoluta, sin importar lo que determine la Justicia.

A muchos hombres se los acusa de abusadores o de violentos sin pruebas. Y


quienes lo hacen, saben que es la peor acusación que un hombre puede recibir y
juegan con eso. Se los escracha, se los estigmatiza. Y quienes lo hacen se
desinteresan del daño que les causan a ellos y a las mujeres que los rodean
(hijas, esposas, madres, hermanas, compañeras). Estos hombres, hoy, pierden
sus vínculos, sus trabajos, sus familias. Y cuando la condena social llega, no hay
marcha atrás. Se acude a la Justicia y por más que esta les dé la razón, ya nunca
más serán los de antes. Y no hay reparación suficiente que pueda pagar tamaño
daño. Creo que la sociedad debiera ser más respetuosa de las garantías, de las
leyes y la Justicia. Porque también soy mujer, también estuve vulnerable, también
necesité luchar y salir adelante. Pero lo pude hacer porque jamás permití que
ningún hombre se apoderara de mi dignidad y me utilizara como un objeto.

El escrache no tiene grandes diferencias a la inquisición de siglos pasados. Es la


hoguera del siglo XXI y por lo tanto es un abuso de poder, al que se suman
muchos que siguen el clamor popular, inspirados por el poder de turno, para
alcanzar la rama, prender la mecha e incentivar el fuego que arderá sobre alguien.
Yo no quiero ser quien sume odio, no quiero ser quien prenda la llama, ni siquiera
quien sume una pequeña chispa.
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Es en la Justicia, y con las debidas garantías constitucionales, donde se deben
debatir todas las cuestiones. No debemos olvidar que toda persona es inocente
hasta que se demuestre lo contrario. No acepto el régimen autoritario, propio de
los reinados o del comunismo. No se trata de a quien le creo, no entro en ese
juego perverso. Porque yo no vi, no presencié, ni conozco a los participantes.
Tampoco soy juez. Sólo defiendo mi derecho a cuestionar, a reflexionar, a
expresarme y principalmente a cuidar celosamente el cumplimiento de nuestra
valiosa Constitución Nacional.

Débora Huczek, abogada, especialista en Derecho penal.

14. En el texto, la autora señala que la honestidad:

A. Es algo inherente a la sociedad.


B. Es una cualidad propia de las mujeres.
C. Se relaciona con un tema de identidad más que de género.
D. Es unan cualidad que hoy por hoy está cada vez más en duda.

15. En el texto, la autora se declara implacable respecto a que:

A. Las mujeres obtengan justicia y reivindicación de su dignidad.


B. Hombres y mujeres reciban el mismo trato en las redes sociales.
C. Las redes sociales dejen de funcionar como un centro de justicia.
D. Los hombres sean capaces de defenderse de las falsas acusaciones
femeninas.

16. La tesis que predomina en el texto anterior la podemos resumir en la siguiente


idea:

A. “La libertad de expresión debiese tener ciertos límites”.


B. “Las mujeres tienden a ser deshonestas al momento de escrachar a los
hombres”.
C. “Todo el mundo tiene derecho a expresarse como quiera dentro de las
redes sociales”.
D. “El escrache es una forma de inquisición retrógrada e injusta para quienes
son inocentes”.

17. La autora compara el “escrache” con la inquisición de siglos pasados debido a


que:
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A. Actualmente las mujeres han llevado la violencia y la ignominia a niveles
propios de la inquisición.
B. Actualmente se ha tendido a adoptar al pie de la letra formas de castigos
propias de la inquisición.
C. Como en la inquisición, actualmente pueden asesinar a un hombre sin
contar con las pruebas suficientes.
D. Como en la inquisición, actualmente no existe confrontamiento de opiniones
y se impone una verdad absoluta.

18. La idea que la autora tiene respecto de los hombres es que:

A. Han sido, son y serán sujetos de privilegios.


B. Han perdido toda credibilidad dentro de las redes sociales.
C. Actualmente están siendo estigmatizados solo por una condición de género.
D. Tienden a ser violentos, pero no por ello hay que juzgarlos sin tener
pruebas.

19. En definitiva, la autora lo que busca defender es:

A. La dignidad femenina.
B. La dignidad masculina.
C. El derecho masculino de defenderse de las falsas acusaciones hechas por
mujeres.
D. El derecho que tiene cualquier persona de cuestionar un discurso y
defenderse ante la ley.

Lee atentamente el siguiente texto y responde las preguntas 20 a la 25.

Carta de amor

Todo lo que de vos quisiera


es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo,

como un perro que pasa, una colina,


esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco,


yo lo quiero de vos porque te quiero.
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Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos


sea otro signo de la libertad.

Julio Cortázar

20. Para el hablante lírico, dos aspectos cotidianos son:

A. La entrega total.
B. Una mañana, un grito.
C. El todo, que es la nada.
D. Un perro que pasa, una colina.
21. Para el hablante lírico, “otro signo de libertad” es:

A. Hacer todo juntos.


B. Ausentarse de la oficina.
C. Inventar un placer juntos.
D. Hacer cosas fuera de lo común.
22. Por su contenido y estructura, el texto anterior es:

A. Una carta.
B. Un cuento.
C. Un poema.
D. Una descripción.

23. EL título, “Carta de amor”, lo podemos interpretar como:

A. Una descripción de situaciones cotidianas.


B. Una petición poética dirigida a la persona amada.
C. Una declaración poética dirigida a un jefe de oficina.
D. Una forma argumentativa que busca convencer por medio versos.
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24. El verso “Que mires más allá de mí”, lo podemos interpretar con la siguiente
expresión:

A. “Que observes todo lo que me rodea”.


B. “Que observes lo que está dentro mío”.
C. “Que observes lo que yo no sé observar”.
D. “Que me observes más allá de mi apariencia”.

25. En definitiva, el texto anterior lo podemos interpretar como:

A. Una declaración amorosa póstuma.


B. El llamado a una entrega mutua que involucre una libertad total.
C. El llamado a amar con cautela dentro de los márgenes establecidos.
D. Una declaración amorosa de una persona que ha dejado de ser amada.

Lee atentamente el siguiente texto y responde las preguntas 26 a la 30.

Historia de la vida del buscón (Fragmento)

Al lector:

Qué deseoso te considero, lector u oidor -que los ciegos no pueden leer-, de
registrar lo gracioso de Don Pablo, príncipe de la vida buscona.
Aquí hallarás, en todo género de picardía -de que pienso que los más gustan-,
sutilezas, engaños, invenciones y modos, nacidos del ocio, para vivir a la droga, y
no poco fruto podrás sacar de él si tienes atención al escarmiento. Y, cuando no lo
hagas, aprovéchate de los sermones, que dudo nadie compre libro de burlas para
apartarse de los incentivos de su natural depravado. Sea empero lo que quisieres;
dale aplauso, que bien lo merece; y cuando te rías de sus chistes, alaba el ingenio
de quien sabe conocer que tiene más deleite saber vidas de pícaros, descritas con
gallardía, que otras invenciones de mayor ponderación.
Su autor ya le sabes; el precio del libro no lo ignoras, pues ya le tienes en tu casa,
si no es que en la del librero le hojeas, cosa pesada para él y que se había de
quitar con mucho rigor, que hay gorrones de libros como de almuerzos, y hombre
que saca cuento leyendo a pedazos y en diversas veces y luego le zurce; y es
gran lástima que tal se haga, porque este murmura sin costarle dineros,
poltronería bastarda y miseria no hallada del Caballero de la Tenaza. Dios te
guarde del mal libro, de alguaciles y de mujer rubia, pedigüeña y carirredonda.

LIBRO PRIMERO
Capítulo III
De cómo fui a un pupilaje por criado de don Diego Coronel

Determinó, pues, don Alonso de poner a su hijo en pupilaje; lo uno por apartarle
de su regalo, y lo otro por ahorrar de cuidado. Supo que había en Segovia un
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licenciado Cabra, que tenía por oficio de criar hijos de caballeros, y envió allá el
suyo, y a mí para que le acompañase y sirviese.

Entramos primer domingo después de Cuaresma en poder de la hambre viva,


porque tal laceria no admite encarecimiento. Él era un clérigo cerbatana, largo sólo
en el talle, una cabeza pequeña, pelo bermejo. No hay más que decir para quien
sabe el refrán que dice, ni gato ni perro de aquella color. Los ojos avecindados en
el cogote, que parecía que miraba por cuévanos; tan hundidos y oscuros que era
buen sitio el suyo para tiendas de mercaderes; la nariz, entre Roma y Francia,
porque se le había comido de unas búas de resfriado, que aun no fueron de vicio
porque cuestan dinero; las barbas, descoloridas de miedo de la boca vecina, que
de pura hambre parecía que amenazaba a comérselas; los dientes, le faltaban no
sé cuántos, y pienso que por holgazanes y vagamundos se los habían desterrado;
(…) no traía cuello ni puños; parecía, con los cabellos largos y la sotana mísera y
corta, lacayuelo de la muerte. Cada zapato podía ser tumba de un filisteo. Pues
¿su aposento? Aun arañas no había en él; conjuraba los ratones, de miedo que no
le royesen algunos mendrugos que guardaba; la cama tenía en el suelo, y dormía
siempre de un lado, por no gastar las sábanas; al fin, era archipobre y
protomiseria.

A poder, pues, de éste vine, y en su poder estuve con don Diego, y la noche que
llegamos nos señaló nuestro aposento y nos hizo una plática corta, que por no
gastar tiempo no duró más. Díjonos lo que habíamos de hacer; estuvimos
ocupados en esto hasta la hora de comer; fuimos allá; comían los amos primero, y
servíamos los criados.

El refitorio era un aposento como un medio celemín; sustentábanse a una mesa


hasta cinco caballeros. Yo miré primero por los gatos, y como no los vi, pregunté
que cómo no los había a un criado antiguo; el cual, de flaco, estaba ya con la
marca del pupilaje. Comenzó a enternecerse, y dijo:

- ¿Cómo gatos? Pues ¿quién os ha dicho a vos que los gatos son amigos de
ayunos y penitencias? En lo gordo se os echa de ver que sois nuevo.

Yo, con esto, me comencé a afligir, y más me asusté cuando advertí que todos los
que de antes vivían en el pupilaje estaban como leznas, con unas caras que
parecía se afeitaban con diaquilón. Sentóse el licenciado Cabra y echó la
bendición; comieron una comida eterna, sin principio ni fin; trujeron caldo en unas
escudillas de madera, tan claro, que en comer una de ellas peligrara Narciso más
que en la fuente. Noté con la ansia que los macilentos dedos se echaban a nado
tras un garbanzo huérfano y solo que estaba en el fondo. Decía Cabra a cada
sorbo:

- Cierto que no hay tal cosa como la olla, digan lo que dijeren; todo lo demás es
vicio y gula.

Acabando de decirlo echóse su escudilla a pechos, diciendo:


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- Todo esto es salud, y otro tanto ingenio.
- ¡Mal ingenio te acabe!, decía yo entre mí cuando vi un mozo medio espíritu y tan
flaco, con un plato de carne en las manos que parecía la había quitado de sí
mismo. Venía un nabo aventurero a vueltas, y dijo el maestro:

-¿Nabos hay? No hay para mí perdiz que se le iguale; coman, que me huelgo de
verlos comer.

Repartió a cada uno tan poco carnero, que en lo que se les pegó a las uñas y se
les quedó entre los dientes, pienso que se consumió todo, dejando
descomulgadas las tripas de participantes. Cabra los miraba y decía:

- Coman, que mozos son y me huelgo de ver sus buenas ganas.

Mire, vuestra merced, qué buen aliño para los que bostezaban de hambre.

Acabaron de comer y quedaron unos mendrugos en la mesa, y en el plato unos


pellejos y unos huesos, y dijo el pupilero:

- Quede esto para los criados, que también han de comer; no lo queramos todo.

- ¡Mal te haga Dios y lo que has comido, lacerado -decía yo-, que tal amenaza has
hecho a mis tripas!

Echó la bendición y dijo:

- Ea, demos lugar a los criados, y váyanse hasta las dos a hacer ejercicio, no les
haga mal lo que han comido.

Entonces yo no pude tener la risa, abriendo toda la boca. Enojóse mucho y díjome
que aprendiese modestia y tres o cuatro sentencias viejas, y fuese.

Sentámonos nosotros, y yo, que vi el negocio malparado y que mis tripas pedían
justicia, como más sano y más fuerte que los otros, arremetí al plato, como
arremetieron todos, y emboquéme de tres mendrugos los dos y el un pellejo.
Comenzaron los otros a gruñir; al ruido entró Cabra, diciendo:

- Coman como hermanos, pues Dios les da con qué; no riñan, que para todos hay.

Francisco de Quevedo
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26. En el texto dirigido al lector, se señala que las sutilezas, los engaños, las
invenciones y modos nacen de:

A. El ocio.
B. La droga.
C. El escarmiento.
D. El resentimiento.

27. En esta misma parte, se señala también que a veces se tiene más deleite:

A. Aprender de las vidas nobles de la alta sociedad, que escuchar sobre la


baja vida de los pícaros.
B. Aprender de la noble vida de los pícaros, que escuchar sobre otras vidas
mejor aceptadas socialmente.
C. Saber de la vida de los pícaros, escritas con valentía, que conocer de otras
vidas mejor aceptadas socialmente.
D. Saber de la vida de los pícaros, escritas con valentía, que conocer de las
vidas de la alta sociedad, las cuales siempre escondenun trasfondo oscuro.

28. Del texto se desprende que el personaje protagonista es:

A. Don Diego.
B. Don Alonso.
C. El licenciado Cabra.
D. Don Pablo, el criado de don Diego.

29. Del licenciado Cabra es correcto señalar que era un hombre:

A. Miserable y tacaño.
B. Bondadoso y atento.
C. Codicioso y egoísta.
D. Caritativo y misericordioso.

30. En definitiva, el texto anterior lo podemos sintetizar como la descripción:

A. Física del licenciado Cabra.


B. De un pupilaje antiguo en la voz de un criado.
C. Psicológica de Don Pablo, el criado de don Diego.
D. De cómo era la sociedad de una determinada época.
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Lee atentamente el siguiente texto y responde las preguntas 31 a la 37.

Hechos Consumados

Marta:¿Y… y el Mario?
Emilio:(Sin mirarla)Menos mal que dispertaste, ya me teníai preocupao.
Marta:¿Qué pasó?
Emilio:Parece que había sentío pasos (escudriña); pero no se ve a nadie.
Marta:No, yo digo que’s lo que pasó: aonde’stá el Mario.
Emilio:¿Qué Mario? Tabai sola. (Vuelve a sentarse)
Marta: (Después de una pausa) Verdá po. (Sonríe, disculpándose) Taba
soñando. (Pausa) ¿Y voh?
Emilio:No, yo ya no sueño.
Marta:¿Te pregunto quién soy, de aónde saliste?
Emilio: (Vago gesto de señal) De porai.
Marta: (Mirando en rededor)¿Qué parte es esta?
Emilio: (Indiferente) No sé.
Marta:¿Cómo que no sabís?
Emilio:No sé po; por aquí no hay letreros.
Marta: (Mirando) ¿Quiora será?
Emilio:La tarde. Quizás de qué día.
Marta:Chis, cómo no vai a saber ni eso, ho.
Emilio:No sabiendo po.
Marta:¿Tai enojao?
Emilio: No. (Revuelve el fuego) Lo que pasa es que no me gusta hablar.
Marta:¿Y por qué no te gusta hablar? ¿Qué otra cosa podís hacer?… (Señala,
excitada un punto hacia enfrente) ¡Oye, mira, mira la cachá de gente que va por
ahí?… ¿Quiénes son? ¿Pa ónde van? (Emilio mira sin contestar) ¿Voh vai con
ellos?
Emilio: (Sonriendo) ¿Cómo voy a ir con ellos si’stoy sentao aquí?
Marta:No po; te quiero decir si ibai con ellos y te sentaste a tomar choca.
Emilio:No, no tengo idea de quienes son ni pa onde van.
Marta:No me gusta, me da mieo… A lo mejor ha pasao algo.
Emilio:¿Qué no sabís lo que pasó?
Marta:Yo digo ahora.
Emilio:No he oío na (mirando); pero no se ven asustaos.
Marta:Ni felices tampoco.
Emilio:No le pidai peras al almo po. Si anduviera alguien feliz por ahí lo llevarían
preso por loco. (Saca cigarrillos) ¿Voh fumai?
Marta: No, en veces nomá. (Arropándose con el sobretodo). Pucha que hace frío.
Emilio: (Prende el cigarro en las brasas) Helao ta po.
Marta:¿Vivís por aquí cerca voh?
Emilio:No.
Marta:¿Qué te echaí en la cara pa que no te duela?
Emilio:¿En la cara?
Marta:Claro po, se te tienen que llevar zafando las carretillas de tanto que hablai.
Emilio:¿Y qué querís que hable?
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Marta:Quiero saber que hago aquí po.
Emilio:Tai sentá preguntando leseras.
Marta:¡Pero cómo vine a dar aquí: no mi’ acuerdo!
Emilio:T’estabai ahogando, te saqué del canal; después te quedaste dormía.
(Pausa) ¿Te tiraste o te caíste? (Marta guarda silencio. Se encoge de
hombros).Ah, te tiraste. (Vierte agua del tarro a un choquero, se lo pasa) Toma, ta
calentito.
Marta: (Sopla. Toma unos sorbos en silencio. Para sí) Claro, toi perdía porque la
cuestión jué en la noche… ¿Decís que ahora es la tarde?
Emilio: (Señalando) Mira po.
Marta:¿Entonces cuánto tiempo dormí?
Emilio:T’encontré como a la una de la mañana, y recién venís dispertando; saca
la cuenta.
Marta:¿Y tuviste cuidándome tóo ese tiempo?
Emilio: (Parándose) Que ía hacer po. Menos mal que no se puso a llover; la
noche taba re fea.
Marta: (Mirando) Pero ahora ta lindo, ah?
Emilio:¿Lindo? ¿No’stai viendo qu’es una porquería de día? Ahora sí que llueve.
Parece que t’entró agua a los sesos a voh.
Marta:No ti’hago caso; ya te caché que soy amargao. (Mirando) Ta lindo.
Emilio: (Abruptamente) ¿Qué viste? ¿Qué alcanzaste a ver?
Marta: (Sorprendida, Recelosa) ¿Cuándo?
Emilio:Antes que te sacara.
Marta: (Acorrada) Ná.
Emilio:¿Cómo que ná? Te faltó poco pa irte pal otro lao. Hace memoria: ¿sentiste
mieo?
Marta:No.
Emilio:¿Conformidá?
Marta:No.
Emilio:¿Alegría? ¿Sentiste como que ibai a descansar?
Marta:¡No no sentí na!
Emilio: (Exaltado) ¡Tenís que haber sentío algo! ¡Tenís que haber visto algo!
Marta:¡Anda a preguntarles a ellos po!
Emilio: (Extrañado) ¿A quién?
Marta: (Sorprendida) ¿Por qué m’ estai preguntando?
Emilio:Porque te asomaste a una parte aonde tóos tenimos que ir. ¿A quién decís
que le pregunte?
Marta: (Evasiva) No, ná.
Emilio:Parece qu’ estamos hablando di’ otra cosa.
Marta: (Animosa) No, de lo mismo; tamos hablando de los mismo. Es que no vi
na; es cierto, no vi ni sentí ná. ¿Queríai que me pusiera a pensar aentro del agua?
Emilio:Dicen que se ve; dicen que primero pasan por los ojos tóos los momentos
que uno ha vivío, y que después se ve algo.
Marta: (Dueña de sí) Yo ya te dije. Si te interesa tanto tírate voh al agua.
Emilio: (Yendo a avivar el fuego) Ojalá existiera esa posibilidad… Pero es tan rara
la cuestión, que cuando no hay na porqué vivir, tampoco hay ná porqué morir.
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(Pausa) Y también ta lo otro: si les molestamos tanto, que terminen ellos con lo
que’ empezaron.
Marta: (Cortante. Mientras se pasea tratando de conocer el lugar) A mí no me
gusta hablar d’ esas cuestiones, a mí me gusta la vía.
Emilio:¿Y por qué te queríai matar entonces? ¿De puro contenta porque te había
llegao el auto nueo?
Marta: (Gira violentamente hacia él) ¡Yo no me…!(Arrepentida) Voh no tenís ná
que preguntarme. No sé ni como te llamai.
Emilio:Me llamo Emilio. ¿Yvoh?
Marta:¿Y en qué trabajai?
Emilio:¿Voh creís que aunque hubiera pega, alguien m’iba a dar con esta pinta?
Marta:¿Y aónde vivís?
Emilio:Donde me dejan.
Marta:¿Y qué erai antes?
Emilio:Creía que’era persona. ¿Por qué me preguntaí tanto? ¿Desconfiaí de mí?
Marta: Es que ahora… (Se acerca a él, lo mira) No, voh no soy malo, tenís ojos de
animal botao.
Emilio:¿Cómo es eso?
Marta:Osea dos veces desgraciao po: animal y botao.
Emilio:Ah, muchas gracias.
Marta:No, si no es una ofensa, es una verdá. (Vuelve a pasearse) Ya po, dime
aonde’stamos.
Emilio:Aonde te gusta a voh; en la vía. Pero no al medio, al lao.
Marta:T’estoy hablando en serio po. ¿No vis que no conozco ná p’acá.
Emilio:No te pueo decir más, yo ya no me fijo por donde ando, ¿pa qué?
Marta:Pucha que soy alegre voh, ¿ah? ¿Antes contabai chistes en la radio?
Emilio:¿En serio que le tenís güena a la vía?
Marta:Claro, si lo malo es qu’ella no me puée ni ver.
Emilio:A mí me pasa al revé; ella me quiere a mí y yo no la quiero a ella. (Pausa)
Pucha que seríamos felices si no se necesitaran dos pa querer, ¿no?

Juan Radrigán

31. Según el texto, ¿cómo se produce el encuentro de Marta con Emilio?

A. Marta se estaba ahogando y Emilio la rescata de un canal.


B. Marta dormía en un sitio desconocido y Emilio la observaba.
C. Ambos llegaron a un espacio desconocido sin haberse dado cuenta.
D. Marta había decidido suicidarse y Emilio la convence de que no lo haga.

32. Del texto se desprende que Marta y Emilio:

A. No se conocían.
B. Eran drogadictos.
C. Eran pareja desde hace mucho tiempo.
D. Habían mantenido una discusión previa por Mario.
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33. En el texto “Emilio: Parece que había sentío pasos (escudriña); pero no se ve
a nadie”, la expresión subrayada corresponde a:

A. El off.
B. Un aparte.
C. Una acotación.
D. Una aclaración.

34. El texto anterior corresponde al género:

A. Lirico.
B. Dramático.
C. Enunciativo.
D. Argumentativo.

35. De la personalidad de Marta, es posible señalar que era una mujer:

A. Pobre y extrovertida.
B. Introvertida y amargada.
C. Pobre con un agudo sentido del humor.
D. Extravertida y con un agudo sentido del humor.

36. En el texto anterior se señala que Emilio siente curiosidad por:

A. Conocer toda la vida anterior de Marta


B. Saber qué vio Marta antes de ahogarse.
C. Comprender cuáles fueron las motivaciones de Marta para suicidarse.
D. Entender por qué de pronto se encontraba hablando con una desconocida.

37. En definitiva, el texto anterior nos habla sobre:

A. El reencuentro de dos amantes.


B. El encuentro de dos personas que se encuentran al borde de la locura.
C. El encuentro de dos personas desconocidas con intereses aparentemente
distintos.
D. El encuentro de dos personas que en otro tiempo tuvieron una relación,
pero que ahora se desconocen.
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Lee atentamente el siguiente texto y responde las preguntas 38 a la 43.

'Roma': Alfonso Cuarón rememora su infancia con poesía hiperrealista en


una de las películas del año

Hace dos años ganaba el Festival de Venecia 'The Woman Who Left' de Lav Diaz,
un poderoso drama en blanco y negro que seguía el viaje de una mujer tras salir
de la cárcel. Es inevitable pensar en aquella película mientras se ve 'Roma', la
flamante ganadora de este año en la Mostra. La nueva película de Alfonso Cuarón
sigue también a una mujer, está fotografiada en blanco y negro, y recurre
constantemente al montaje interno.

Es una película difícil y contemplativa, pero también una obra maestra. En


palabras del propio director, la cinta busca homenajear a las mujeres de su vida y,
por ello, se centra en dos personajes: la matriarca de una familia de clase alta en
el México de los 70 y su criada, los dos pilares de su educación.

Hallando la belleza en la rutina y la violencia

Como se busca hacer un retrato hiperrealista, Cuarón se ahorra todo tipo de tretas
de montaje para aligerar su película. Porque lo que pretende es mostrarnos la
percepción del tiempo, la cotidianeidad y la rutina de esta gente.

La cámara respira constantemente, siempre se centra en un personaje al que


sigue y lo esconde detrás de ventanas, puertas u objetos generando así un
constante lenguaje y dinamismo gracias a la cantidad de reencuadres que puede
haber en un solo plano. Los movimientos de la cámara son extremadamente
delicados, nunca se olvida de la poesía, todo es sosegado y, de alguna forma,
idealiza la situación llegando, por ejemplo, a encontrar belleza en el acto de
recoger las heces de un perro.

Pero la calma no es eterna y no todo va a ser felicidad en una familia. En cierto


punto, dos acontecimientos perturbaran su bucólica vida, algo que le sirve al
director para hablar de la historia del México de la época. Yendo de lo particular a
lo general, entendemos mucho mejor (desde fuera) los cambios que se dieron en
el país latinoamericano.

Pese a la violencia de algunos acontecimientos, nunca se pierde el tono delicado


del que se hablaba al principio. Cuarón es capaz de llenar la violencia de poesía y
mostrarla con una sutileza muy difícil de conseguir pese a la crueldad de las
imágenes. Esto vuelve a reflejar la maestría que tiene el director para encontrar la
humanidad en momentos de caos, lo que básicamente era 'Hijos de los hombres'.

'Roma', la película más personal de Alfonso Cuarón

La dirección de actores es todo un prodigio, no hay nadie por encima de nadie, las
dos protagonistas son dos enormes actrices que, aunque lleven el peso de la
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película, nunca sobresalen sobre el resto. Esto es fruto del meticuloso equilibrio
con el que Alfonso Cuarón articula su película.

La lástima es que sólo en festivales, hasta nuevo aviso, se pueda disfrutar de este
trabajo en pantalla grande. Twitter se llenará de capturas en cuanto la película
esté disponible en Netflix (se estrena en diciembre) admirando una fotografía en
cinemascope que no merece ser vista en la pantalla de un televisor o un
smartphone. 'Roma' es el trabajo más personal de Cuarón: es cruda y
desesperanzadora, pero, ante todo, muy bella.

Fuente: https://www.espinof.com/criticas/roma-alfonso-cuaron-rememora-su-
infancia-poesia-hiperrealista-peliculas-ano

38. Según las palabras del director, la película “Roma”busca:

A. Homenajear a las mujeres de su vida.


B. Hallar belleza en la rutina y en la violencia.
C. Retratar la realidad de una forma hiperrealista.
D. Percibir cinematográficamente la pobreza y la rutina.

39. Según el texto, lo que hace que la cámara logre un constante lenguaje y
dinamismo dentro de la cinta es:

A. El uso de varios planos simultáneos.


B. Una cámara centrada en el personaje, puertas y objetos.
C. Un director preocupado del dinamismo y la fluidez de sus tomas.
D. Una cámara ágil y un director que se ha enamorado de las tomas rápidas.

40. ¿Qué es lo que señala el texto respecto de la violencia de ciertos


acontecimientos históricos retratados en la película?

A. Los acontecimientos históricos violentos han sido evitados con el fin de no


sobrecargar innecesariamente la película.
B. Los acontecimientos violentos son matizados a través del uso de un
lenguaje cinematográfico pausado e idealizado.
C. Los acontecimientos históricos son siempre matizados haciendo uso y
abuso de un lenguaje cinematográfico pausado.
D. Los acontecimientos históricos violentos también son retratados, pero
manteniendo el tono delicado del lenguaje cinematográfico utilizado en el
principio.
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41. El texto anterior corresponde a:

A. Una crítica.
B. Una noticia
C. Una crónica.
D. Una carta al director.

42. El texto anterior es de tipo argumentativo. Este tipo de textos, entre otras
cosas, se caracteriza por:

A. Contar con un argumento y una serie de tesis que lo respalden.


B. Contar con una tesis y una serie de argumentos que la respaldan.
C. Expresar los sentimientos de una persona respecto de un tema cualquiera.
D. Expresar sentimientos de manera objetiva respecto de una obra
audiovisual.

43. En definitiva, la conclusión que el autor del texto saca respecto de la película
“Roma” es que se trata de:

A. Una de las tantas obras maestras de Alfonso Cuarón.


B. Una cinta dirigida exclusivamente a un público sensible y con conocimiento
de cine.
C. Una cinta violenta y desesperanzadora en ciertas partes, pero por sobre
todo, bella.
D. Una cinta en donde las dos actrices principales se acaban robando todo el
protagonismo.

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PRODUCCIÓN DE TEXTOS.

44.- Basándote en el texto “El escrache, la inquisición del siglo XXI”, de Débora
Huczek (Pág. 7), redacta un texto de al menos 8 líneas en donde manifiestes tu
postura a favor o en contra sobre el tema. Recuerda mantener una estructura
de introducción, desarrollo y conclusión.

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45. Basándote en el texto “'Roma': Alfonso Cuarón rememora su infancia con


poesía hiperrealista en una de las películas del año” (pág. 19), redacta un texto de
al menos 8 líneas en donde expliques qué es lo que para ti debe tener una
película para ser considerada buena. Para ello debes utilizar al menos tres
conectores (pero, sin embargo, para finalizar, además, etc.)

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