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as diferencias entre la ciudad de los

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Ciudad legal y la ciudad ilegal,
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strechá relación durante miles de
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inevitables. También existe la creencia


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sea un'proceso lineal o inevitable. Esta
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Mejoramiento de las condiciones de
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En'este contexto se plantea ~~ las
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demográficamente a las ciudades?.
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ercer Mundo en un contexto de crisis GRUPO EDITOR LATINOAMERICANO
economica, cuando ésta seguirá siendo IIED — AMÉRICA LATINA
un factor preponderante en la toma
e decisiones iinmediatas? ¿Qué pueden
Este libro se publica gracias al apoyo que el Instituto Inter-
nacional de Medio Ambiente y Desarrollo (IIED- América La-
tina) ha recibido de la Agencia Canadiense para el Desarrollo
Internacional (CIDA).

Colección ESTUDIOS POLÍTICOS Y SOCIALES


212.090
11 edición
ISBN 950-9432-88-1

© 1987 de la primera edición, by Grupo Editor Latinoameri-


cano S.R.L., Laprida 1183, 1?, (1425) Buenos Aires, Argentina.
Teléfono 961-9135.

Queda hecho el depósito que dispone la ley 11.723.

Impreso y hecho en la Argentina. Printed and made in Ar-


gentina.

Colaboraron en la preparación de este libro:


Diseño de tapa: Pablo Barragán. Composición y armado: Li-
notipia San Martín. Impresión interior: Del Carril Impresores.
Impresión de tapa: Imprenta de los Buenos Ayres S.A. Pelícu-
las de tapa: Fotocromos Rodel. Encuadernación: Proa S.R.L.
Se utilizó para el interior papel OESPE de 80 gs. y para la
tapa cartulina grano fino de 240 gs. provistos por Copagra S.A.
Si analizamos una lista de las ciudades con mayor nú-
mero de habitantes del Tercer Mundo en la actualidad,
encontraremos que la mayoría tiene origen colonial.
En América Latina, donde casi todas las ciudades con
más de un millón de habitantes fueron fundadas por
los españoles o los portugueses, las diez áreas metro-
politanas más grandes en el presente ya habían sido
fundadas antes del año 1580 1 . Lo mismo ocurre en
Africa al Sur del Sahara, donde casi todas las capi-
tales nacionales, entre muchas otras ciudades princi-
pales, fueron creadas por los poderes coloniales euro-
peos: Inglaterra, Francia, Portugal, Alemania y Bélgica.
Para dar sólo un ejemplo, en Africa Oriental, hacia
mediados de los años setenta, casi todos los asenta-
mientos urbanos de más de 20.000 habitantes ya eran
centros administrativos coloniales en 1910. Los ingle-
ses, los franceses, los holandeses y los portugueses
fundaron también muchos asentamientos en el sudes-
te de Asia y en las islas del Pacífico, y muchas de las

Entre las diez áreas metropolitanas con un mayor núme-


ro de habitantes en América Latina, sólo Ciudad de México
tiene un origen prehispánico. Las nueve áreas metropolitanas
restantes son: San Pablo, Buenos Aires, Río de Janeiro, Lima,.
Santiago de Chile, Bogotá, Caracas, Guadalajara y Recife.

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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE 1NTRODUCCION

ciudades más grandes de esa región se desarrollaron tico sobre los territorios ocupados. Estos objetivos
inicialmente como importantes centros administrati- fueron tenidos en cuenta al seleccionar la localización
vos, comerciales y de intercambio bajo el dominio de las ciudades: las cinco ciudades más pobladas de
colonial. la India, según el censo de 1981, deben su preeminen-
Estudiar el origen y el desarrollo inicial de las cia, en gran medida, a su desarrollo bajo el dominio
ciudades del Tercer Mundo —y el de las instituciones colonial 2 Los que fundaron y establecieron esas ciu-
.

y normas implementadas para construirlas y adminis- dades coloniales no podían prever el desarrollo de-
trarlas— tiene una importancia que supera la de un mográfico y físico que éstas adquirirían unas décadas
interesante antecedente histórico. Es fundamental co- o siglos más tarde.
nocer esos antecedentes, ya que las instituciones y En los casos en que los territorios bajo dominio
normas establecidas en cada región durante los siglos colonial europeo habían estado previamente ocupados
coloniales fueron utilizadas para dar forma a las ac- por culturas indígenas avanzadas, corno en México,
tuales y su continua aplicación ha contribuido, en Guatemala y Perú, o como en varios países árabes
gran medida, a crear lo que actualmente parecen ser y en gran parte de la India o en los territorios ocu-
problemas insolubles. pados por la cultura Yoruba, en Africa central, la
En las grandes ciudades contemporáneas (y, en localización de los asentamientos (incluyendo las ciu-
gran medida, en muchas de las de menor tamaño tam- dades) muestra una continuidad en el tiempo a me-
bién), tanto la teoría como la práctica del planea- nudo sorprendente. Las ciudades coloniales crecieron
miento urbano bajo la dominación colonial son visi- frecuentemente sobre o cerca de ciudades pre-colonia-
bles en la trama urbana de los distritos centrales, en les; después de todo, no existieron economías colo-
el trazado de las calles, la ubicación y la forma de las niales sín siervos o esclavos, o, por lo menos, mano
plazas o de los espacios públicos, el diseño de las ave-
nidas (a menudo siguiendo el trazado de las murallas 2 Los puertos comerciales creados por la British East

destruidas) , la arquitectura y el uso del suelo. La lo- India Trading Company en el siglo xvrt fueron el estímulo
inicial para el desarrollo de Calcuta, Bombay y Madras como
calización de esas ciudades revela también las prio- ciudades. Aunque varias ciudades antiguas florecieron en dife-
ridades coloniales; el hecho de que muchas de las rentes momentos históricos, dentro o cerca de lo que hoy es
ciudades más populosas sean los principales puertos Delhi, fue el traslado de la capital de la India a Nueva Delhi,
de mar o que se encuentren en un cruce estratégico de decidido por el gobierno colonial inglés en 1911, lo que dio
rutas terrestres, refleja la importancia que se adjudi- impulso a su rápido crecimiento desde entonces. Bangalore
debe gran parte de su temprano desarrollo corno ciudad im-
caba al tráfico comercial y a las comunicaciones entre portante al hecho de que se transformara en la capital no
las colonias y con los centros de los imperios, y a la oficial del Estado de Mysore y a que los gobernantes colo-
necesidad de ejercer un control político y administra- niales la preferían a Mysore, la capital oficial.

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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE INTRODUCCION

de obra barata, y las áreas más densamente pobladas den, los pobres utilizan técnicas y trazan sus asenta-
eran, a menudo, seleccionadas para la construcción o mientos siguiendo sus propios valores culturales; éstos
reconstrucción de los nuevos emplazamientos de la también difieren de región a región y se modifican
administración colonial. En estas ciudades fue im- con el tiempo. Construyen sus asentamientos fuera de
puesta una segregación cultural y social. La frase más los límites de la "ciudad oficial" ocupada por minorías
usada en las ciudades coloniales inglesas, para deno- selectas. Technotitlan (actualmente Ciudad de México),
minar a los barrios residenciales construidos exclusi- Delhi o El Cairo fueron construidas desafiando las
vamente para europeos, fue "distrito sanitario"; nor- prácticas y normas oficiales.
malmente eran estos enclaves, donde vivía la población
europea, los únicos con una alta calidad de infraes- Cuando algunas ciudades del Tercer Mundo co-
tructura y servicios. Paralelamente, los desplazamien- menzaron a crecer, en respuesta a sus funciones como
tos de la población indígena fueron controlados para centros de producción e intercambio cada vez más
servir o defender las economías coloniales y los nue- integrados al mercado mundial, los nuevos barrios,
vos sistemas administrativos y legales impuestos. principalmente los autoconstruidos por los habitantes
de más bajos ingresos, comenzaron a asentarse en
Inevitablemente, las ciudades reflejaron esos con-
terrenos desocupados, próximos al centro de las ciu-
troles y esas políticas. Los valores simbólicos de los
dades o adyacentes a los lugares donde había oportu-
poderes coloniales son aún visibles en la arquitectura
nidades de trabajo como, por ejemplo, los puertos.
que sirvió de alojamiento a sus instituciones y a sus
A menudo, los pobres no tuvieron otra opción que
más destacados representantes: los palacios de los go-
ocupar terrenos poco aptos para convertirlos en luga-
bernadores y arzobispos, las iglesias y ayuntamientos,
res de residencia permanente: áreas sujetas a perió-
las residencias de los administradores coloniales, de los
dicas inundaciones, como en Guayaquil, Bombay, La-
ricos comerciantes, de los dueños de las minas y de
gos, Maputo y Bangkok, o laderas de montañas pro-
los terratenientes. Muchos de esos edificios existen
pensas a deslizamientos, como en Río de Janeiro, La
en la actualidad en cientos de ciudades en todo el
Paz o Quito, o en lechos de lagos secos, como en Ciu-
Tercer Mundo.
dad de México, o aun barrancos, como en Ciudad de
A lo largo de la historia los pobres han creado Guatemala y Salvador, o desiertos, como en Lima,
siempre su propio habitat: sus viviendas y barrios. Khartoum y El Cairo. Bajo el dominio colonial y en
Durante milenios han construido sus asentamientos, la actualidad, hubo y hay diferentes grados de pobre-
ya fueran urbanos o rurales, sin tomar en cuenta las za, tanto dentro como fuera de los límites de la "ciu-
que podrían denominarse normas "oficiales" de la dad oficial". También la forma como los pobres cons-
ciudad de las "élites", las que variaban según la re- truyeron sus propios "asentamientos populares" ha
gión, la cultura y el período histórico. Mientras pue- tenido diferentes soluciones.
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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE INTRODUCCION

Las ciudades de los reinos precoloniales, al igual inacción en el mejoramiento de las condiciones de
que las ciudades coloniales y las actuales ciudades vida de los pobres, pero su validez está cada vez más
capitalistas del Tercer Mundo, no podían ni pueden en duda, ya que ha aumentado la cantidad de gente
funcionar sin el apoyo de los pobres. Gran parte del que vive en condiciones de habitabilidad infrahuma-
trabajo realizado por éstds corresponde a lo que pue- nas y degradadas, careciendo de los servicios básicos.
de denominarse "sector informal" pero, en realidad, Sólo en raras ocasiones la eliminación de la pobreza,
los bienes y servicios que producen son esenciales que significa la eliminación del hambre, de las en-
para el funcionamiento de la "ciudad legal". Muchos fermedades endémicas, del analfabetismo, de las altas
de los asentamientos y barrios de los pobres están tasas de mortalidad infantil y de los entornos huma-
físicamente segregados de la "ciudad legal", como lo nos degradados, es considerada la responsabilidad co-
estuvieron bajo el dominio colonial, pero la mano lectiva de una nación, mucho menos, la responsabili-
de obra, los bienes y los servicios baratos que pro- dad colectiva del mundo. Es obvio que hay países
veen los habitantes de esos barrios, son fundamen- ricos, gente rica, instituciones ricas y distritos urba-
tales para la economía de la ciudad. nos ricos, porque hay países pobres, gente pobre,
instituciones pobres y distritos urbanos pobres.
De modo que las diferencias entre la ciudad de
los ricos y la ciudad de los pobres, entre la ciudad La mayoría de los países del Tercer Mundo están
legal y la ciudad ilegal, no son nuevas. Han existido urbanizándose rápidamente. Existe un proceso para-
en estrecha relación durante miles de años. Reflejan lelo de concentración de la población urbana en unas
el hecho de que, tanto en el pasado como en la actua- pocas ciudades o áreas en cada país. En muchos paí-
lidad, en muy raras ocasiones los gobiernos del Tercer ses la población urbana se concentra en una sola
Mundo fueron y son elegidos por los pueblos y que, ciudad y en sus alrededores. La conurbación de mi-
sólo excepcionalmente, representan a los objetivos e llones de habitantes, que hace sólo unas décadas era
intereses de las mayorías. Quizás a esto se deba que una característica de los países industrializados, es
los asentamientos ilegales, los conventillos superpo- ahora un fenómeno mundial. Ciudades de medio mi-
blados y otras formas de habitat humanos degradados llón o de un millón de habitantes se esparcen en regio-
hayan existido desde hace mucho tiempo, y que las nes que hace sólo unas décadas estaban escasamente
personas que podrían influir en su mejoramiento, in- pobladas. Esto evidencia el crecimiento explosivo
cluyendo a muchos profesionales, los consideran ine- experimentado por varias ciudades del Tercer Mundo,
vitables. También existe la creencia de que el proble- en donde la desarticulación de los imperios colonia-
ma se solucionará a medida que se desarrollen los les, a partir de la Segunda Guerra Mundial, llevó a la
países del Tercer Mundo y de que ese desarrollo sea un formación de numerosas naciones independientes y
proceso lineal e inevitable. Esta creencia justifica la a nuevas formas de organización política y adminis-

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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE INTRODUCCION

trativa. También son una evidencia de las restriccio- independencia hace apenas unas décadas o unos años.
nes nacionales e internacionales que los países del Sus límites políticos fueron definidos por los poderes
Tercer Mundo deben enfrentar cuando aspiran a desa- coloniales, algunas veces con el consentimiento y apoyo
rrollarse y las dificultades de sus respectivos gobier- de las élites locales. El trazado de sus fronteras no
nos (o su mala voluntad)' para implementar reformas fue relacionado con sus posibilidades económicas y,
esenciales en las áreas rurales. Estas han sido, hasta a menudo, el territorio de antiguas culturas fue frag-
hoy, las principales causas de los flujos migratorios mentado arbitrariamente, alterando importantes lazos
hacia las ciudades. Todo esto podía haberse previsto, sociales y comerciales.' Al considerar los problemas
pero ahora no se pueden corregir o controlar con que enfrentan algunos de los países más pobres del
facilidad. Tercer Mundo, no habría que olvidar que la vida
Más de 120 países políticamente independientes, política, institucional y económica de muchos de ellos
pero económica y tecnológicamente dependientes, for- se ve amenazada por presiones externas cuando pre-
man lo que se denomina el Tercer Mundo. Por lo tenden implementar reformas básicas.
menos unos cuarenta de esos países sufren tal ca-
rencia de recursos que sus economías difícilmente También hay países del Tercer Mundo con mejo-
puedan sobrevivir si no alcanzan su integración re- res perspectivas, pero que parecen haber perdido el
gional, si no firman convenios comerciales más equi- rumbo por razones que las minorías nacionales e
tativos y se transfiere hacia ellos tecnologías del mundo internacionales no son capaces de explicar. Quizás la
industrializado y de los países más ricos del Tercer explicación sea que las élites hablan de desarrollo
Mundo. Algunos de estos países tienen una población con poco conocimiento de la historia y de la cultura
de sólo unos pocos millones de habitantes y a veces y, por lo tanto, con escaso conocimiento del papel
menos. que pueden jugar los pueblos libres, las instituciones
Durante los años cincuenta, sesenta y principios democráticas y los sistemas legales que garanticen la
de los setenta, los países más pobres sobrevivieron igualdad de derechos. La mayoría de los países más
gracias a la rápida expansión de la economía mun- avanzados científica y tecnológicamente del Tercer
dial y a subsidios provenientes de los países indus- Mundo están gobernados por pequeñas minorías desde
triales. Con la actual recesión sus limitaciones y unas cuantas ciudades, con escaso conocimiento de la
problemas fundamentales se han puesto de manifies- diversidad de situaciones que existen dentro de sus
to. Estos países pobres se concentran en América fronteras. La creciente brecha entre países ricos y
Central y en el Caribe, en las zonas sur, centro y oeste pobres está también presente dentro de los países
de Africa al sur del Sahara, en el sudeste asiático y mismos, entre los centros de poder nacional y las re-
en el Pacífico. La mayor parte de ellos obtuvo su giones periféricas.

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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE INTRODUCCION

En muchos casos las viejas economías coloniales titución de los bloques políticos mundiales, depende
mantienen el control de las actividades económicas de la recuperación de los países industrializados y de
actuales y sus interrelaciones; ello se refleja en la cambios drásticos de las condiciones bajo las cuales
gran disparidad que existe entre regiones y entre ciu- los países del Tercer Mundo pueden comerciar en el
dades y áreas rurales en cuanto a la provisión de mercado mundial?; ¿por qué la ciudad del Tercer
servicios básicos y en sus conexiones con las redes Mundo es tan mal conocida a pesar de innumerables
viales y ferroviarias; en la localización de los puertos informes, conferencias y publicaciones?; ¿por qué los
y centros industriales; en el uso de las mejores tierras problemas de la ciudad y los que enfrentan sus habi-
para cultivos comerciales y en su concentración en tantes más pobres reciben tan poca prioridad por
manos de una pequeña minoría; en la carencia de parte de los gobiernos y de las minorías en el poder?;
recursos técnicos y administrativos; en la destrucción ¿cómo podernos hacer para construir ciudades que
o supresión de antiguas organizaciones y sistemas ayuden a sus habitantes a acceder a un ingreso razo-
comunitarios; en la imposición de leyes e institucio- nable, que promuevan la participación comunitaria
nes que niegan el valor de las tradiciones culturales, —base de una verdadera democracia participativa—,
incluso en la manera de escribir la historia de esas que faciliten los intercambios sociales y que sean más
culturas. económicas de construir, mantener y administrar, y
Este es el contexto dentro del cual se plantean cuyos servicios básicos estén al alcance de todos, aho-
las principales preguntas de este trabajo. ¿Qué es lo rrando, simultáneamente, energía y tiempo?
que hace crecer física y demográficamente a las ciuda-
des, de manera que cada vez sean más evidentes
las desigualdades mundiales y nacionales, al punto que
se han convertido en un obstáculo para el funciona-
miento de instituciones democráticas eficientes, mul-
tiplicando así los entornos humanos degradados?;
¿qué pueden hacer los pueblos del Tercer Mundo en
un contexto de crisis económica, cuando ésta seguirá
siendo un factor preponderante en la toma de decisio-
nes inmediatas y, para muchos países, condicionará
las decisiones futuras?; ¿qué pueden hacer esos países
para enfrentar los problemas más acuciantes deriva-
dos de la pobreza, cuando la superación de la crisis,
con los actuales modelos de desarrollo y la actual cons-

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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE

seguirán construyendo en el futuro predecible, con


gran escasez de recursos. Aumentará la competencia
por terrenos libres, por bancos en las escuelas o por
una cama de hospital, por obtener agua potable,
por estacionar y circular, por un asiento en un tren
o autobús, por una esquina o un rincón de una plaza
para vender mercaderías y, obviamente, por los pues-
tos de trabajo. Es difícil predecir lo que sucederá
dentro de 10, 20 ó 30 años. Aun cuando se supere
gradualmente la actual crisis económica, sus conse-
cuencias afectarán el futuro de las ciudades por largo
tiempo. Debemos esperar más villas de emergencia,
más conventillos y más subdivisiones ilegales; aumen-
tará la utilización de terrenos inadecuados para las
viviendas precarias; debemos esperar que más gente
se vea obligada a obtener sus ingresos en trabajos
ilegales o temporarios, y a vivir con peores servicios
y sufrir una mayor cantidad de enfermedades rela-
cionadas con entornos de vida contaminados y en
continuo deterioro.
Debemos preguntarnos si son compatibles las pro-
puestas económicas que se discuten para superar la
recesión, con estrategias que animen un desarrollo
económico y social, y si pueden ser éstas aceptadas
por los gobiernos del Tercer Mundo desde un punto
de vista político y social; qué medidas deberían y
podrían adoptarse para reducir estos problemas y pa-
ra establecer las condiciones para un crecimiento ur-
bano más justo y eficiente, en una situación de conti-
nua crisis económica. Todo esto implica lo siguiente:
¿qué debemos aprender para ser capaces de abordar
con cierto éxito los problemas arriba mencionados?

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Hasta no hace muchos años era común encontrar a
los planificadores urbanos de los organismos oficiales
del Tercer Mundo representando a las villas miserias,
en sus planos de uso del suelo, como terrenos sin edi-
ficar o como espacios abiertos, como si estos terrenos
superpoblados pero ilegalmente ocupados, habitados
por miles de personas, de alguna manera no existieran.
Estos planos ilustraban la actitud oficial hacia estos
asentamientos, aun cuando alojaban a la tercera parte
y hasta a la mitad de la población y de la fuerza de
trabajo de una ciudad.
Las villas miserias y las otras formas de vivienda
ilegal eran consideradas formas transitorias de aloja-
miento, que serían reemplazadas por viviendas con-
vencionales una vez que se produjese el crecimiento
económico esperado, como si todos los países del
Tercer Mundo fueran a tener un proceso de desarrollo
lineal, históricamente similar al experimentado por
los países ricos del bloque occidental. Otra solución
discutida e implementada fue la de eliminar esos asen-
tamientos ilegales y trasladar a sus habitantes a zonas
menos visibles y más distantes. A los gobiernos les
llevó muchos años aceptar que un alto porcentaje de
la población urbana no tiene otra alternativa de alo-

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LA LEY NO ES IGUAL PARA TODOS
JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE

suburbano, y a la construcción especulativa de vivien-


jamiento que los asentamientos ilegales. Aunque poco
das en barrios consolidados, provistos de servicios.
a poco están reconociendo la forma en que crecen las
No refleja, en cambio, la situación de los distritos
ciudades, muchos gobiernos todavía persisten en inti-
donde se construye la mayoría de las nuevas vivien-
midar a los habitantes de las villas miserias, desalo-
das, en las villas miserias o los asentamientos urbanos
jándolos por la fuerza, y en hostigar constantemente
ilegales.
a los sectores de bajos ingresos para disuadirlos de
invadir nuevos terrenos o de hacinarse en las villas Los gobiernos y los organismos oficiales reducen,
existentes. Otros gobiernos, quizás en un intento por a menudo, el problema de la construcción y adminisj
demostrar que están haciendo algo, intentaron expul- tración de las ciudades a una cuestión estadística; la
sar por la fuerza a algunos habitantes de la ciudad a solución más conocida es buscar más dinero. Dinero
áreas rurales u otras regiones o hacerlos regresar a sus para construir más viviendas, cañerías, calles y ace-
países de origen. Más preocupante es la negligencia ras; dinero para comprar autobuses o construir una
con que los gobiernos ven los problemas de los ba- línea de transporte subterránea, un hospital o escue-
rrios autoconstruidos e ilegales. Dadas las actuales las. Cada ministerio nacional o departamento muni-
circunstancias económicas, ni el hostigamiento, ni los cipal y cada grupo social quiere más dinero para sa-
desalojos, ni la negligencia, ni, obviamente, "el llevar- tisfacer sus planes y ambiciones. Cada uno tiene sus
los en camiones al campo", constituyen una solución. propias ideas sobre cuáles son las prioridades, porque
Es una batalla perdida para los gobiernos que per- les sirven a sus intereses y necesidades. Pero se hacen
sisten en estas actitudes. pocos esfuerzos para repensar la ciudad colectivamen-
te en términos de una distribución más equitativa y
En los últimos treinta o cuarenta años, el creci-
eficiente de escasos recursos, lo que significa selec-
miento urbano de la mayoría de los países del Tercer
cionar tecnologías relacionadas con las reales posibi-
Mundo ha sido tan acelerado que es como si cada 8,
lidades económicas de las sociedades nacionales y
10 ó 15 años se hubieran construido ciudades com-
orientadas a satisfacer las necesidades de la mayoría;
pletamente nuevas en la periferia de las viejas ciuda-
actualizar normas para la construcción de viviendas
des o sobre ellas. En la arquitectura, en los usos del
que permitan que cada ciudadano encuentre una so-
suelo y en la calidad de la infraestructura y servicios
lución legal a su problema, pero que sean lo suficien-
de estas ciudades se reflejan los privilegios de unos po-
temente flexibles para permitir y promover el bienes-
cos y la pobreza de la mayoría. El planeamiento urba-
tar; y alentar gobiernos municipales basados en una
no y la legislación urbana vigentes refuerzan esta ac-
actitud más participativa y amplia. También existe
titud porque contribuyen a segregar este crecimiento
una brecha creciente entre lo que se plantea y lo que
físico que refleja los intereses privados y especulativos
se hace referente a estos temas. La población tiene el
de una reducida élite con respecto al suelo urbano y
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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE LA LEY NO ES IGUAL PARA TODOS

derecho de exigir que los escasos recursos disponibles ni los cambios sociales y económicos en los países del
se usen con más eficiencia y honestidad, y tiene el Tercer Mundo, que darían corno resultado asenta-
derecho de participar en la discusión e implementa- mientos ilegales masivos alrededor de la mayoría de
ción de las decisiones que ayuden a desarrollar me- las ciudades. Por ejemplo, según la tradición del Có-
jores habitats humanos. pero éste no es el caso. Se digo Civil Francés de 1804, el propietario público o
administra la ciudad con un mismo enfoque inefi- privado del suelo es también dueño de la vivienda
ciente. Se repiten las mismas críticas y se dicen las construida por el villero, y éste (un intruso) puede
mismas cosas en conferencia tras conferencia y en la ser desalojado sin indemnización.
mayoría de los planes de desarrollo. Pero la aplicación de la ley, según ha demostrado
Las intervenciones oficiales con respecto a la cons- la experiencia, es muy problemática. Vale la pena re-
trucción de las ciudades no son muy claras. A menu- cordar que en la mayor parte de Asia y en casi todos
do, la primera vez que los habitantes de una villa o los países de Africa al sur del Sahara, el sistema le-
barrio de una ciudad oyen hablar de la construcción gal, en el cual se basa la actual legislación urbana, fue
de un alcantarillado o de una nueva calle es al ver impuesto por los regímenes coloniales para garantizar
llegar las máquinas excavadoras para comenzar las (y legitimar) sus derechos y el acceso a los recursos.
obras. En casi todas las ciudades del Tercer Mundo La planificación urbana en uso, y la legislación que la
los asentamientos ilegales han sido objeto, durante apuntala, fue fundamentalmente establecida para brin-
muchos años, de diversas políticas gubernamentales dar a una reducida elite de europeos una alta calidad
tendientes a mitigar los problemas sociales y ambien- de vida y para dar una base legal a la administración .

tales con que se enfrentan los grupos de bajos ingre- colonial. Sólo unos pocos gobiernos —tanto nacionales
sos que viven en el único tipo de alojamiento que corno municipales— hicieron cumplir sistemáticamen-
pueden costearse. No quiere decir que estas políticas, te esta legislación, si bien muchos recurrieron a la
cuando al fin se implementan, sean siempre generosas expropiación de tierras privadas, donde se habían asen-
y amplias; sin embargo, en algunos países hay una tado villas miserias, y pagaron una buena indemniza-
nueva actitud oficial en cuanto a reconocer los dere- ción al propietario original. Los gobiernos resuelven
chos de los habitantes de las villas de emergencia a el conflicto de intereses transformando esos solares•
permanecer en ellas y a contar con los servicios en terrenos fiscales. Según comentara recientemente un
básicos. autor venezolano, "esta paradoja parece reflejar una
La legislación urbana en todo el Tercer Mundo gran ambigüedad de la política estatal. Por un lado el
refleja la influencia del derecho consuetudinario in- Estado reconoce que una parte importante de la po-
glés, del derecho romano o islámico. Esta legislación blación carece de viviendas dignas y debe recurrir a
no previó la transformación de la economía mundial, las ocupaciones. Se delinean planes para solucionar

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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE LA LEY NO ES IGUAL PARA TODOS

el problema, se introducen diversas medidas y se in- para ganar el dinero del cual depende su supervi-
vierten importantes fondos en áreas de bajos ingresos. vencia.
Al mismo tiempo, el Estado paga generosas indemni- En muchas ciudades no se construyen centros de
zaciones tanto a los propietarios como a los ocupan- salud, escuelas o redes de abastecimiento de agua den-
tes de los ranchos. De esto se puede deducir que el tro de los límites de las villas miserias precisamente
Estado está más interesado en dispersar los fondos, porque éstas son ilegales. La ingerencia de algún or-
beneficiando a ciertas personas, que en tratar de so- ganismo oficial en tales áreas representaría, para los
lucionar efectivamente el problema" (Pérez Perdomo propietarios de esos terrenos y la justicia, el recono-
y Nikken, 1982). Esto puede conducir a extrañas dis- cimiento tácito de una ocupación ilegal de tierras.
torsiones, como en los casos en que los propietarios Ejemplos similares se pueden dar para cada actividad
de solares pagan a la gente para que organice la ocu- diaria que desarrolla una familia pobre en cualquier
pación de sus tierras, pues así podrán obtener un ciudad del Tercer Mundo. La legislación urbana, la-
mejor "precio" por la indemnización del Estado, que boral, sanitaria y ambiental, las reglamentaciones co-
el que obtendrían de la simple venta de esas tierras. merciales y edilicias, todos los procedimientos legales
Similares paradojas se pueden observar en las que intentan regular los actos de las personas en cual-
calles de las ciudades del Tercer Mundo. Los gobier- quier ciudad del Tercer Mundo, fueron sancionados
nos reconocen que no hay suficientes empleos y que originalmente en función de una situación ideal. Qui-
la mayoría de los trabajadores gana muy poco. Esto zás, en un comienzo, hayan sido decisiones correctas,
lleva a que muchos tengan que ganarse la vida reali- pero se volvieron tan complejas, rígidas e irreales, con
zando tareas que están en desacuerdo con las regla- referencia a las actuales circunstancias y a las posibi-
mentaciones vigentes. Muy pocos vendedores ambu- lidades reales de los pobres, que son transgredidas a
lantes, que venden la misma mercadería que los diario por quienes enfrentan las mayores necesidades.
negocios legales, tienen el correspondiente permiso de Demasiado a menudo suponemos que la ley es
venta. Los gobiernos no prohíben estas transacciones igual para todos. Cuando se sancionaron las consti-
ilegales, porque sin ellas muchas familias pobres no tuciones nacionales se dio por sentado que todos los
podrían subsistir. Pero, en consideración a las regla- habitantes de un país disfrutaban de iguales oportu-
mentaciones vigentes y a los negocios legales ya esta- nidades. De modo que las leyes vigentes se basan en
blecidos, los vendedores ambulantes se ven constan- un criterio de equidad. La realidad es muy diferente
temente hostigados por la policía y, con frecuencia, y no creemos que pueda producirse un cambio impor-
son llevados a las comisarías y multados. Horas más tante en el futuro próximo. Mucho de lo que apren-
tarde estarán nuevamente en la calle, desarrollando dimos —y, fundamentalmente, de lo que aprendieron
sus actividades "ilegales", pues no tienen otra opción los sectores de bajos ingresos— sobre las condiciones
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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE LA LEY NO ES IGUAL PARA TODOS

básicas para encarar la construcción y administración las leyes se aplican con severidad, los sectores de ba-
de ciudades más justas y equitativas, enfrentará enor- jos ingresos simplemente las ignoran o tratan de con-
mes problemas para llegar a incorporarse a los pro- vivir con ellas. Si las leyes son demasiado complejas
gramas y proyectos públicos más importantes, porque y amenazan la supervivencia de estos sectores, éstos
irá en contra de los principales preceptos en los que tratan de vivir de acuerdo a sus propios valores y
se basa la actual legislación. Si aspiramos a mejorar códigos. Algo terriblemente erróneo debe ocurrir
integralmente nuestras ciudades, deberán modificarse cuando muchas leyes son transgredidas tan a menudo,
conceptos profundamente arraigados sobre la propie- especialmente cuando la mayoría de los transgresores
dad privada de la tierra y sobre la herencia de privi- pertenecen al sector de bajos ingresos, y cuando sólo
legios. El acceso a una vivienda, a servicios dignos y transgrediendo esas leyes pueden sobrevivir.
a iguales oportunidades de trabajo, deberían ser una
Hace algunos años, mientras recorríamos una
responsabilidad colectiva. Esto sólo es posible cuando
villa de emergencia en Delhi, le preguntamos a uno
cada sociedad nacional y el mundo tomen conciencia
de los villeros (a través de un periodista nativo que
de la necesidad de compartir riquezas y privilegios.
iba con nosotros) qué había pasado con una vivienda
Podemos seguir discutiendo sobre cómo mejorar la
que evidentemente había existido en un pequeño te-
ciudad del Tercer Mundo, cuando en realidad sabemos
rreno baldío ubicado en medio de un distrito tan
que las características de su crecimiento produce pro-
densamente poblado. Su respuesta, según la recorda-
blemas de tal complejidad y dimensión que desafían
mos, fue la siguiente: "Aquí vivía una familia. Du-
cualquier solución posible bajo los actuales enfoques,
con las instituciones existentes y con los marcos le- rante el último monzón la lluvia destruyó su vivien-
gales vigentes. Los gobiernos se están dando cuenta da. Como no Tenían dinero para comprar los mate-
lentamente de esta realidad, en parte, quizás, gracias riales para construir una nueva (que estimamos po-
a los resultados de algunas conferencias, proyectos e dían tener un costo aproximado de 40 a 50 dólares) ,
se mudaron de la villa para buscar otros medios de
investigaciones y a vinculaciones más estrechas entre
investigadores y dirigentes vecinales, sindicales y po- vida. Pero dijeron que pensaban regresar. Les estamos
líticos. Pero la mayor presión sobre los gobiernos pro- cuidando el terreno". A pesar de la desesperante esca-
viene directamente de los grupos comunitarios, que sez de terrenos y de que cada metro cuadrado de esa
villa estaba ocupado por ranchos y casillas, los ville-
todavía tienen una escasa representación en la mayo-
ría de los gobiernos, si la tienen. ros o vecinos asumían la responsabilidad de guardar
el sitio a una de sus familias, aun cuando toda la
Es inevitable que la mayoría de la gente tenga ocupación de la tierra era ilegal.
poca fe en las leyes. Lo más probable es que muchos El valor de una ley y su justificación debería
ni siquiera sepan que ciertas leyes existen. Cuando estar relacionado con los beneficios que una comu-
66 67
JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE LA LEY NO ES IGUAL PARA TODOS

nidad, en su conjunto, recibe de su aplicación. Pero los países que sufren un rápido crecimiento urbano.
casi nunca se modifica una ley para adaptarla a una Muy pocos gobiernos han aprobado normas ade-
nueva realidad. De modo que, a pesar de las trans- cuadas y realistas, basadas en las posibilidades y re-
formaciones sufridas por las economías de la mayoría cursos locales. Lo poco que se ha hecho, se hizo en
de los países, el sistema legal impuesto bajo circuns- las ciudades de mayor tamaño; muy pocos gobiernos
tancias totalmente diferentes y, a menudo, por un han prestado atención a los centros urbanos pequeños
poder foráneo, continúa vigente, apenas modificado. o medianos, a pesar de que en ellos vive un impor-
En los países del Tercer Mundo hay múltiples orga- tante porcentaje del total de la población urbana. Las
nismos, en todos los niveles del gobierno, dedicados pocas normas que se han establecido para estos últi-
a la tarea de establecer, administrar y revisar las nor- mos son, generalmente, réplicas simplificadas de las
mas urbanísticas, ambientales y habitacionales, tanto adoptadas para las ciudades de mayor tamaño o para
a nivel nacional como municipal. En muy raras opor- las conurbaciones. Una vez que se adopta una legisla-
tunidades estos organismos oficiales toman en consi- ción urbana, ésta cambia muy lentamente. Las viejas
deración los bajos ingresos de la población o las dife- legislaciones coloniales o aquéllas basadas en costum-
rencias en la distribución de los ingresos, o el origen bres importadas de Europa, difícilmente constituyan
campesino de muchos pobladores urbanos o la diver- una base realista para resolver las necesidades de
sidad de grupos culturales. ciudades de rápido crecimiento y, en gran parte, auto-
Más aún, la colonización extranjera, la influencia construidas con una gran escasez de inversiones.
cultural extranjera y la asistencia técnica y financiera Las leyes son sencillamente injustas porque sig-
extranjera dieron como resultado una serie de leyes nifican una amenaza para los grupos menos privile-
y normas urbanas, especialmente sobre edificación y giados de cada día y porque debido a su pobreza no
zonificación, que alienaron y segregaron una canti- pueden cumplir con dichas leyes. Un gran porcentaje
dad cada vez mayor de gente. Para muchos regímenes de los habitantes de las ciudades de cualquier país del
coloniales, éste era su propósito: separar físicamente Tercer Mundo no podría sobrevivir si tuviera que
a los colonizadores y sus asociados nacionales de la cumplir con los códigos de edificación vigentes, o con
población indígena. Generalmente se dejaba un "cor- los códigos laborales o civiles que determinan las rela-
dón sanitario" o espacio abierto, donde no se podía ciones laborales y comerciales, especialmente cuando
construir ningún edificio, entre la ciudad de los colo- los actos más simples de sus vidas —como son cons-
nizadores y la de la población indígena. Aunque pa- truir sus viviendas, ganarse un salario, obtener la co-
rezca increíble —con sólo algunas modificaciones, mida que comen y el agua que beben— quedan fuera
quizás— esta misma legislación es la que continúa de la legislación establecida. Sería un gran acierto
vigente. Estos temas son de suma importancia para que los legisladores modificaran esas leyes y procedi-

68 69
JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE

mientos poco realistas y que también eliminaran aque-


llas leyes innecesarias. La legislación urbana debería
ser más generosa y flexible para adaptarse a la gran
variedad de circunstancias y al ritmo con el que éstas
cambian. También debería incorporar los objetivos
particulares y las prioridades de los sectores de ba-
jos ingresos, así como también la experiencia adqui-
rida por los grupos comunitarios en la construcción
y organización de sus barriadas. Si los códigos de
edificación y sus reglamentaciones están principal-
mente destinados a promover la salud y la seguridad
públicas, quizás serían más efectivos si buscaran
servir de guía a la gente que autoconstruye la mayoría
de las nuevas viviendas —los sectores de bajos ingre-
sos— sobre cómo cumplir las normas de salubridad
y seguridad a un mínimo costo. Es inútil decirle a
alguien que autoconstruye su vivienda que "el nivel
de los cimientos (de su nueva casa) debe ser tal, que
la profundidad mínima de las fundaciones, para evi-
tar movimientos horizontales del suelo que recibe las
cargas, debe ajustarse a la teoría de Rankine", teoría
que está especificada en términos matemáticos, sin
diagramas, dibujos o una sencilla explicación de lo
que se exige. Sin embargo, lo transcripto es parte de
las normas de edificación de la ciudad de Madrás
que se aplican a todos los inmuebles dentro del radio
urbano (McAuslan, 1985). Después de todo, los gobier-
nos del Tercer Mundo no pueden resolver todos los
problemas al mismo tiempo, pero son necesarios en-
foques más razonables y flexibles. Parafraseando un
proverbio Masai, "un gobierno no puede ser fuente
de toda sabiduría".

70
En la mayoría de los países del Tercer Mundo los,
gobiernos municipales tienen una enorme responsa-
bilidad legal e institucional en la planificación y re-
habilitación de las áreas urbanas. Sin embargo, sólo
pueden cumplir con una pequeña parte de esa respon-
sabilidad. Los gobiernos municipales son los res-
ponsables de la planificación del uso del suelo y tam-
bién de reglamentar la construcción de la ciudad al
determinar las alturas, la tecnología a emplearse y
las características constructivas. También tienen la
responsabilidad de pavimentar las calles y aceras, re-
gular el tráfico y el transporte público, hacer cumplir
(y quizás, sancionar) las leyes sobre medio ambiente,
incluyendo medidas sanitarias y, por lo menos en
principio, decidir la localización, características y se-
cuencia de las inversiones públicas y privadas dentro
de su jurisdicción. A cambio de estos servicios los
gobiernos municipales exigen el pago de ciertos im-
puestos y contribuciones, como, por ejemplo, los
impuestos inmobiliarios o los impuestos sobre ciertas
actividades industriales y comerciales. También esta-
blecen las tasas y cobran las contribuciones por varios
servicios públicos. Los gobiernos municipales son una

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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE GOBIERNOS MUNICIPALES

importante fuente de empleo, especialmente para tra- evasores importantes, igualaría a la recaudación total
bajadores no calificados. de un año. Un ejercicio similar en Ghana demostró
que los ingresos potenciales de la recaudación muni-
La planificación urbana y los planes socioeconó- cipal, a partir de una variedad de derechos, impuestos,
micos de las ciudades son también responsabilidad peajes y licencias eran, normalmente, cinco veces o
de los gobiernos municipale"s. De forma independiente más que el monto que se recolectaba (Cochrane,
o mediante convenios con otros gobiernos municipa- 1983). A diversos niveles, las municipalidades preten-
les, provinciales o nacionales, pueden iniciar planes den servir a ciudades o conurbaciones de varios mi-
metropolitanos y hasta regionales. De modo que todos llones de habitantes, con estructuras, niveles de re-
los planes, programas y políticas para las áreas ur- presentación y programas que pueden tener validez
banas deben, en principio, estar sujetos a la decisión en ciudades de unos cuantos miles de habitantes,
de los gobiernos municipales. La realidad es muy pero que son totalmente ineficientes en aquellas gran-
distinta. La mayoría de los gobiernos municipales des conurbaciones. La capacidad de negociación de
tiene poca intervención (o ninguna) en los planes de estos gobiernos municipales con los gobiernos provin-
desarrollo, aun en América Latina, a pesar de que el ciales o estatales y nacionales, y con el sector pri-
sesenta por ciento o más de la población de la mayo- vado, se ve cada vez más debilitada.
ría de los países vive en áreas urbanas. A pesar de la
larga tradición de los gobiernos municipales en mu- La creciente declinación económica y política de
chas regiones del Tercer Mundo, el papel que juegan los gobiernos municipales refleja la mayor centrali-
en su desarrollo socioeconómico ha declinado, aun zación de los gobiernos nacionales y la indiferencia
cuando nunca fue particularmente importante o bien de éstos hacia los niveles de gobierno de jurisdicciones
definido. La estructura de la mayoría de los gobiernos menores. Los partidos políticos y los grupos naciona-
municipales es obsoleta, con personal profesional e les de poder muestran poco interés en los gobiernos
intermedio totalmente inadecuado para las tareas y municipales, como si temieran que éstos pudiesen
deberes propios de un municipio moderno. El sis- alentar el surgimiento de políticos con verdadero
tema de recolección de impuestos y las ordenanzas apoyo popular. En sociedades predominantemente ur-
que establecen los ingresos municipales están desac- banas, como son la mayoría de las de América Latina
tualizados, como también lo están los sistemas de con- y algunas de Asia, la situación es en extremo seria,
trol para evitar la evasión fiscal. Un estudio llevado puesto que, además, hay muy poca coordinación entre
a cabo hace pocos años en Filipinas con funcionarios los diferentes niveles de gobierno; esto señala otro
municipales, que incluyó el levantamiento de la situa- rasgo del subdesarrollo, que implica también mayores
ción fiscal de varios municipios, demostró que el co- costos. Como lo señalara un estudio recientemente
bro del impuesto inmobiliario a sólo unos cuantos publicado sobre experiencias de descentralización en

74 75
JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAI PE GOBIERNOS MUNICIPALES

el Tercer Mundo: "Los funcionarios nacionales no municipal y comenzar con las tendencias observadas
pueden conocer la compleja variedad de factores que en los últimos años. Pero no tenemos respuesta a
afectan el éxito de los proyectos de las comunidades algunos interrogantes básicos, tales como: ¿ha decli-
locales en todo el país. Al tener que enfrentarse con nado o aumentado, en valores actualizados, la inver-
una situación desconocida,"crean procedimientos cen- sión pública y privada nacional y sectorial por ha-
tralizados y normalizados en extremo; o por miedo a bitante en las áreas urbanas durante los últimos años?;
cometer errores, no hacen nada con respecto a deci- ¿cómo se realiza y cómo se financia la construcción
siones urgentes, esenciales para la implementación de de una ciudad?; ¿qué fuerzas políticas actúan en estos
proyectos y programas municipales" (Rondinelli, Nel- procesos y cuáles son los factores positivos y negati-
lis y Cheema, 1984). vos que influyen en ellas?
Paralelamente a la fuerte centralización del poder Muchos urbanistas confían en los cambios plani-
en manos de los gobiernos nacionales, hay una fuerte ficados como una solución a los muchos e interco-
dispersión administrativa a niveles funcionales o sec- nectados problemas que causan un rápido crecimiento
toriales, en cada nivel administrativo. Las inversiones urbano con escasas inversiones, cuando en realidad
se hacen por sectores: obras públicas, salud, educa- la mayoría de los cambios se producen sin planes ni
ción, vivienda, etc. Como resultado, en todas las áreas regulaciones. La mayoría no sabe cómo utilizar la pla-
urbanas existen varios presupuestos sectoriales pú- nificación tradicional que estudiaron en las institu-
blicos que operan simultáneamente y sin ninguna o ciones académicas. Esta resultó inútil, incluso durante
con escasa coordinación entre sí, aparte de las in- los años cincuenta, sesenta y a principios de los se-
versiones privadas. tenta, cuando todavía las economías de varios países
Además, el rígido sistema de recolección de im- del Tercer Mundo crecían a ritmo sostenido, y resulta
puestos (de los que el gobierno nacional se reserva aún menos efectiva con la actual crisis económica que
los más lucrativos y de fácil cobro), los pocos con- enfrentan los países del Tercer Mundo y bajo las
tactos entre los organismos de control de impuestos actuales circunstancias políticas. Los tecnócratas en-
y los de servicios públicos y el bajo nivel técnico de trenados en los países desarrollados o en instituciones
la mayoría de los funcionarios municipales explican los del Tercer Mundo que adoptaron planes de estudio
escasos ingresos que recaudan las municipalidades, ya basados en modelos de países desarrollados, difícil-
fuera en forma directa o indirecta. Esta situación se mente evitan el error de transferir, a sus propias cul-
agrava en períodos de gran inflación y recesión, que turas, las teorías y experiencias de los países capita-
son ahora una característica de muchos de estos paí- listas y socialistas industrializados.
ses. Por lo tanto, es imperioso comenzar a examinar Los políticos y planificadores municipales han
el comportamiento de los organismos oficiales a nivel sido incapaces de controlar la especulación de la

76 77
GOBIERNOS MUNICIPALES
JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE

tierra en sus propias ciudades, especialmente la que plazo, como la creación de bancos de tierras; pero a
más afecta a los mercados marginados, a través de corto plazo los organismos oficiales pueden iniciar
los cuales los sectores de bajos ingresos pueden acce- la adquisición de terrenos, dotándolos de infraestruc-
der a terrenos baratos para sus viviendas, sin tener tura básica y servicios, para proceder luego a su ven-
que alejarse demasiado de sus lugares de trabajo. El ta por etapas y utilizando las sumas obtenidas en
problema fundamental que debe solucionarse, para nuevas inversiones. Esto aumentaría la oferta de te-
encarar la cuestión habitacional de la mayoría de las rrenos residenciales urbanizados. Este sistema se in-
ciudades del Tercer Mundo con economía mixta o de tentó con algún éxito en Túnez. Otra medida podría
mercado, es asegurar que los sectores de bajos ingre- ser la limitación en la posesión de terrenos urbanos
sos tengan acceso a una parcela de tierra para cons- y suburbanos. Si los políticos y tecnócratas munici-
truir allí sus viviendas. Históricamente, el mercado pales, por debilidades políticas y económicas, no
no ha producido nunca entornos urbanos dignos para pueden controlar la compra y venta de terrenos en
los pobres, y sólo en muy raras ocasiones lo consiguen las ciudades de las cuales, se supone, son los respon-
aquellos grupos sociales con poca capacidad de aho- sables, difícilmente se puede esperar que ejerzan su
rro, pero con algunos ingresos corno para costearse influencia sobre decisiones tomadas a niveles más
una vivienda. En la actualidad, el mercado ni siquiera altos de gobierno.
provee a las necesidades de ese grupo. Las administraciones municipales (y nacionales)
Sin lugar a dudas, en cualquier intervención es- tienden a calificar a las villas de emergencia o a las
tatal existen dificultades políticas, legales y financie- subdivisiones ilegales como "desorganizadas" o "no
ras —así como también restricciones administra- planificadas". Esto es cierto sólo en parte. La diver-
tivas— pero también existen otras alternativas, como sidad de barriadas autoconstruidas y la complejidad
la venta de terrenos fiscales a organizaciones coope- de sus conexiones con el resto de la ciudad, con la
rativas o comunitarias, medidas fiscales y legales, economía de la ciudad y con la sociedad, no pueden
programas de readjudicación de terrenos, mejoras ca- ser analizadas con un enfoque tradicional. Cada ba-
tastrales, modificaciones a las normas y standars rriada autoconstruida cumple ciertas funciones vitales
existentes, simplificación y agilización del procedi- para la supervivencia de sus habitantes. Se debe con-
miento por el cual un propietario privado puede sub- siderar a cada una de ellas como un proceso parti-
dividir y vender terrenos edificables, transporte pú- cular de transformación social, en un constante y vital
blico barato y eficiente que conecte a más zonas período de transición. Las interconexiones entre los di-
residenciales con los principales centros laborales, ferentes asentamientos, algunas veces débiles, otras
entre otras. Todo esto puede beneficiar a los secto- muy fuertes, han sido cuidadosamente pensadas por
res de bajos ingresos. Existen otras medidas a largo sus habitaútes, más de lo que a menudo se cree.

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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE

objetivos no guardan relación con la verdadera dis-


tribución del poder político y económico de los go-
biernos. Como observa Harris (1983), la invención de
programas especiales para las regiones pobres o para
centros urbanos medianos y pequeños puede ser, sen-
cillamente, una manera de distraer la atención ante la
decisión de un gobierno de no encarar las causas
fundamentales de la pobreza de los habitantes de las
regiones pobres, y de la debilidad de la base econó-
mica y de las autoridades municipales de los centros
urbanos medianos y pequeños.

86
La mayoría de las ciudades del Tercer Mundo han
crecido tan rápidamente que no parecen tener histo-
rias visuales, las que sólo han quedado registradas
en algunos distritos urbanos antiguos y consolidados.
Su construcción y mantenimiento está organizado por
sus habitantes, pero este proceso es consecuencia de
esfuerzos individuales, en su mayoría ilegales y des-
conectados.
Visualmente, las ciudades del Tercer Mundo se
parecen entre sí cada vez más. Unicamente la topo-
grafía introduce una diferenciación visual, pero ésta
desaparece en cuanto los grupos invasores toman el
control de los terrenos llanos y sólidos. Ni el clima,
ni los materiales de construcción, ni las diferencias
culturales o hasta ecológicas son suficientes, en mu-
chos casos, para distinguir una villa miseria de otra.
Asediadas por problemas similares —presiones demo-
gráficas, oferta de tierra controlada por intereses es-
peculativos, estructuras de clase, administraciones
inadecuadas, insuficientes inversiones públicas—, las
ciudades ofrecen una imagen visual cada vez más pa-
recida. Esto sucede incluso en los distritos residen-
ciales de los ricos, en los centros comerciales y finan-
cieros, en la arquitectura de los edificios públicos y

89
JORGE E. IIARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE EPILOGO

de los proyectos públicos de viviendas. La uniformi- intervenir para disminuir los a costos sociales y am-
dad tecnológica está presente en todos lados. Sólo los bientales producidos por esa expansión incontrolada.
centros históricos y los distritos antiguos mantienen El actual momento histórico que viven las ciudades
las características que distinguen a una ciudad islá- del Tercer Mundo es muy crítico; forma parte de una
mica de una hispano-arnerkana, una portuguesa-ame- transformación sin precedentes de la economía mun-
ricana de otra en el lejano oriente. dial que sustenta a una población cada vez más ur-
El común denominador de la ciudad del Tercer banizada. Pero la mayoría de los gobiernos no se
Mundo es la pobreza de la mayoría de sus habitantes. atreve a adoptar las medidas esenciales para hacer
Cada vez más, el paisaje urbano se va componiendo frente a esa transformación. Actúan con una informa-
de barriadas autoconstruidas recientemente y de los ción parcial y fragmentaria y con recursos limitados;
distritos de los trabajadores de bajos ingresos. Al esto no es excusa para que adopten soluciones par-
mismo tiempo, la uniformidad de la arquitectura pro- ciales y fragmentarias o para que no adopten ninguna
movida por las élites —tanto en sus viviendas como medida. Muchos gobiernos demuestran tal falta de
en sus oficinas— es casi como la negación de la cul- respeto por sus ciudadanos que uno llega a pensar
tura e historia de sus ciudades. que aceptan su impotencia o que les importa muy
Han surgido entonces dos historias paralelas, es- poco sus sufrimientos.
trechamente interconectadas pero con expresiones Los gobiernos deberían informar a la población
visualmente diferentes. Una es la historia oficial, re- sobre sus planes y sobre las posibilidades reales de
presentada por una preocupación explícita en la cons- implementarlos. A muchos, esto les puede parecer polí-
trucción y administración de la ciudad y que se refleja ticamente peligroso dados los escasos recursos públi-
en medidas concretas. La otra, la historia de los sec- cos invertidos en las ciudades y las críticas o indi-
tores urbanos de bajos ingresos, ha sido escrita en ferencia que tal anuncio puede provocar. Formas de
raras ocasiones. Es una historia fragmentada y poco gobierno más abiertas y participativas son esenciales
documentada. Es la experiencia diaria de millones de para enfrentar los problemas de las ciudades del Ter-
protagonistas anónimos que deben encontrar solucio- cer Mundo, y esto exige una franqueza y una hones-
nes viables inmediatas para asegurar su supervivencia, tidad que difícilmente caracterizan el accionar de la
sin posibilidades de plantearse perspectivas a largo mayoría de los gobiernos. Eludir la honesta divulga-
plazo. ción de tal información es una manera infalible de
Las ciudades modernas del Tercer Mundo se ex- acrecentar el actual aislamiento de los gobiernos, pues-
tienden sin orden. Su desarrollo físico parece no tener to que son muchos los protagonistas, con actitudes
límites. Crecen y se deterioran sin recibir la atención positivas y negativas involucrados en la construcción
que necesitan por parte de los que tienen el poder de y administración de las ciudades. Las preocupaciones

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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE EPILOGO

de los protagonistas negativos y las iniciativas que La crisis económica podría generar ciertos cam-
pueden llegar a propiciar son previsibles. Pero, una bios de actitud positivos. Por ejemplo, ya que los
posición clara y firme, y una administración eficiente gobiernos (o por lo menos algunos gobiernos del Ter-
y honesta, por utópico que parezca, representa la cer Mundo) reconocen su impotencia para hacer frente
única manera, para los gobiernos, de conseguir el a las causas y efectos del rápido crecimiento urbano,
apoyo del pueblo y sus organizaciones. se abre la posibilidad de una participación permanen-
te de los grupos comunitarios en los gobiernos muni-
Las ciudades del Tercer Mundo deberán cons-
cipales y, por lo tanto, de un cambio en el enfoque
truirse con los recursos disponibles de cada país y centralista de muchas de las decisiones que entorpecen
de su pueblo. La asistencia multilateral y bilateral la actividad diaria de la población. Podría ser el fin
puede ser de ayuda, por ejemplo, en el entrenamiento del "gran" gobierno, por lo menos en lo referente a
de personal técnico y administrativo, en la organiza- la construcción y administración de las ciudades, y el
ción directiva y financiera de los organismos públicos, comienzo de un mayor respeto por el papel que los
en organizar la recolección de datos y hacer uso de pueblos quieren (y pueden) jugar en el desarrollo
ellos, en programas de información y en poner en económico y social, si se autorizara el funcionamiento
marcha pequeños proyectos. Tales organismos no pue- de organizaciones democráticas permanentes.
den esperar recuperar el costo total de muchas de También podría redundar en una reducción y
estas actividades. Pero los organismos que insisten mejor control de los grandes proyectos urbanos y en
en apoyar "grandes" proyectos, porque es más fácil dar mayor prioridad a proyectos y programas más
y rápido, por dólar, procesar el préstamo, supervisar pequeños, privilegiando otras áreas que las grandes
su utilización y recuperar los costos de la inversión ciudades y metrópolis. Por supuesto, hay proyectos
(cuando se exige la recuperación del costo) , incurren, que necesaria e inevitablemente implican grandes in-
en muchos casos, en una mala inversión de los pocos versiones e importantes intervenciones estatales corno,
fondos de que disponen. Si tal cambio de dirección por ejemplo, el control de las inundaciones y otras
no es posible, quizás la única alternativa realista sea medidas para mejorar la calidad del medio ambiente
la de esperar a que la degradación y la injusticia pro- de terrenos ya ocupados, o la preparación de terrenos
voquen reacciones explosivas. Un enfoque que favore- para nuevos distritos, con la necesaria preparación del
ce los "parches", es decir, un proyecto aquí y otro terrent y la instalación de infraestructura y servicios.
allá sin buscar su complementación e integración, no Hay muchas alternativas cuyo potencial recién
es una solución para la construcción y administra- estarnos comenzando a apreciar. Una de ellas es la
ción de las ciudades del Tercer Mundo. Sin embargo, forma novedosa corno se optimizó el transporte pú-
es el enfoque que prevalece en todas partes. blico en Curitiba (Brasil) y otra fueron los préstamos

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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE EPILOGO

y ayuda brindada a los artesanos de San Pablo para Aun combinadas, tales acciones, en términos cuanti-
que trabajen en sus casas, o las muchas experiencias, tativos, no representan un impacto significativo en
en todo el mundo, en la autoconstrucción de vivien- las condiciones de vida de los pobres y, menos aún,
das o de barrios completos. Quizás la experiencia más en los problemas laborales que deben enfrentar los
importante sea la del organitmo para el desarrollo habitantes de las ciudades del Tercer Mundo. Sí se
urbano comunitario de la municipalidad de Hydera- sumaran todos los beneficiados con esta clase de ini-
bad, que trabaja directamente con grupos comuni- ciativas, representarían un pequeño porcentaje de los
tarios y organizaciones no estatales en barriadas po- más necesitados, quizás el equivalente a la población
bres, respondiendo a las necesidades de éstas, en de unas cuantas áreas metropolitanas de tamaño me-
lugar de imponer un paquete de medidas predeter- dio. Sin embargo, indican una nueva actitud de al-
minadas. El trabajo emprendido por organizaciones gunos gobiernos por legalizar innumerables asenta-
comunitarias o barriales espontáneas, para proveer a mientos o barriadas, situación que había enrarecido
sus comunidades de servicios básicos y otras mejoras, las relaciones entre los gobiernos y las organizaciones
cuando los organismos oficiales se niegan a hacerlo, barriales.
es un ejemplo importante aunque mal documentado. Lo mínimo que debe garantizar un gobierno a sus
Hay técnicas sencillas, ensayadas y probadas, para ciudadanos es una acción coherente, una vinculación
solucionar los problemas sanitarios de los sectores de entre lo que se promete y lo que se hace. Al mismo
menores ingresos y para mejorar los niveles de alfa- tiempo, los grupos comunitarios desean una partici-
betización y capacitación de los grupos de bajos in- pación mayor y más profunda, sin que el Estado les
gresos; la organización e implementación de estos pro- ponga impedimentos. Esto permitiría que el gobierno
gramas podría descentralizarse con beneficio general. aprendiera algo de los verdaderos constructores y pla-
Finalmente, también deben citarse las experiencias de nificadores del 40 y hasta del 60 por ciento de la
algunos gobiernos —algunas positivas y otras nega- mayoría de las ciudades del Tercer Mundo. De esta
tivas— que intentaron nuevos enfoques en la admi- manera, la discusión sobre si favorecer a grandes pro-
nistración, construcción o provisión de servicios a las yetos o a proyectos comunitarios, sobre si es conve-
ciudades, tales como los kebeles en Etiopía, las mini- niente reducir o aumentar la densidad en las áreas
brigadas en Cuba, los dinamizadores de grupos en metropolitanas, y muchos otros aspectos relacionados
Mozambique, las asociaciones para el desarrollo local con la construcción y administración de las ciudades
en la República del Yemen. Sería importante tener adquiriría una escala real y se conectaría con la vida
una evaluación objetiva del real impacto de estas ex- urbana diaria.
periencias en la construcción y administración de algu- Constantemente nos impresiona con qué estrechez
nas de las ciudades más pobres del Tercer Mundo. de miras se plantean los problemas de las ciudades
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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE EPILOGO

del Tercer Mundo y qué poca atención le dan los go- el problema de la pobreza debería ser considerado
biernos a los problemas de la ciudad, como si los una responsabilidad colectiva. Al igual que en mu-
gobiernos, en su arrogancia y aislamiento, hubieran chos países de Europa Occidental, donde un servi-
olvidado la razón de su existencia. Los que investigan cio económico o gratuito de salud y el seguro de
la situación en los países ddl Tercer Mundo comenza- desempleo o de invalidez se consideran responsabili-
ron a ofrecer nuevas interpretaciones de la ciudad y dades colectivas, también la comunidad internacional
de sus problemas, ayudados por la experiencia de debería aceptar una responsabilidad colectiva similar
aquellos individuos y organizaciones que, verdadera- ante la pobreza del mundo.
mente, construyen las ciudades (aun cuando su tra-
Para mejorar los habitats humanos es necesario
bajo sea considerado "ilegal"). Sin embargo, muchos
gobiernos aducen su ignorancia en cuanto a la mag- el protagonismo de los "usuarios" de dichos habitats.
nitud de la crisis del habitat de sus pueblos, y se El problema es que, aun con la difusión que tuvieron
rehusan a admitir que hay otras maneras de aliviar los movimientos comunitarios en muchas villas de
el impacto social que tal crisis produce y a buscar emergencia o en asentamientos ilegales de las ciuda-
nuevas soluciones. Los entornos humanos degradados des del Tercer Mundo, la organización de los usuarios
existirán siempre que haya pobreza, y ésta no se eli- demanda tiempo. Por otro lado, el ritmo de la forma-
mina con la ayuda internacional, por lo menos en la ción de nuevas villas de emergencia es mucho más
escala y con la orientación que ésta tiene actualmente. rápido que la capacidad actual de los grupos existen-
La ayuda bilateral está demasiado a menudo orien- tes para entrenar, asistir y desarrollar la capacidad
tada a colaborar con la supervivencia de gobiernos de las organizaciones comunitarias para recibir ayuda
"amigos" y en países donde el gobierno donante tiene profesional y trabajar acorde a ella.
intereses estratégicos; sólo un pequeño porcentaje de Se lograrían mejoras sustanciales si los gobiernos
los fondos destinados a enfrentar el impacto inme- reconocieran la realidad de las tendencias actuales en
diato de desastres naturales. Ni siquiera un aumento la formación y construcción de los centros urbanos.
sustancial en la ayuda a los pobres solucionaría el El sector "ilegal" de las ciudades está creciendo y ex-
problema de la pobreza, porque ésta tiene sus oríge- tendiéndose más rápidamente que el sector "legal".
nes en la forma en que las sociedades nacionales e Es ilegal porque los pobres invaden terrenos, constru-
internacionales están organizadas y la forma en que yey sus viviendas sin considerar el uso del suelo y las
se distribuye la riqueza a nivel mundial y en cada regulaciones edilicias, trabajan al margen de las orga-
país.
nizaciones laborales convencionales, toman agua y
Como otros problemas mundiales que resultan de consumen alimentos que no provienen de fuentes au-
una desigual distribución del poder y de la riqueza, torizadas, visitan "médicos" o curanderos no autori-

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JORGE E. HARDOY Y DAVID SATTERTHWAITE EPILOGO

zados, etc. Estas prácticas se extienden porque cada dría lograrse un brusco cambio de dirección en las
vez hay más gente que no puede costearse el lujo de tendencias actuales.
tener un terreno legal donde construir de acuerdo a Finalmente, sospechamos que la clave reside en
los códigos de edificación. Se extienden porque cada que los gobiernos no sigan bloqueando y reprimiendo
vez hay más gente que no puede costearse un médico y que, por el contrario, apoyen la vasta gama de acti-
diplomado o la visita a un hospital. Cada vez hay más vidades que hasta el momento ignoran, realizada por
gente que debe alimentarse con comida vendida en individuos, familias y comunidades que construyen o
las calles porque todos los miembros adultos de la amplían sus viviendas y que se buscan la vida fabri-
familia tienen que trabajar para asegurar su sobrevi- cando o vendiendo cualquier cosa, puesto que no tie-
vencia o porque sus jornadas de trabajo son dema- nen otra posibilidad de ganarse el sustento. Es ta
siado prolongadas. amplia gama de actividades a las que la gente se
Estas tendencias son inevitables en el futuro próxi- dedica, invirtiendo pequeños capitales y con el esfuer-
mo bajo los sistemas políticos que prevalecen en el zo tanto individual como colectivo, deberían ser apo-
Tercer Mundo y dada la negativa de los países líderes yados y coordinados para incorporar servicios esen-
y de los países desarrollados a ni siquiera debatir la ciales, movilizar la producción y mejorar los habitats
reestructuración de la economía internacional. Aunque humanos. Por cierto, los sectores de bajos ingresos
rechazamos la divulgada posición de echar sobre las deben también ser protegidos de la explotación por
espaldas de los pobres, de los obreros no calificados parte de los empleadores y propietarios y de las
y de la población mal alimentada la responsabilidad, autoridades. Una estrategia que priorice el apoyo, por
además, de construir sus propios habitats, debernos parte de los gobiernos, a los verdaderos constructores
reconocer que no se logrará revertir esta situación de las ciudades, adaptada a cada cultura y a cada
salvo que haya un cambio fundamental en la distri- situación, exige actitudes muy diferentes con respecto
bución de la riqueza, tanto a nivel nacional como in- al uso del poder.
ternacional. El desastre mundial pronosticado por
muchos modelos esquematizados en los setenta no
afectará, en gran medida, la vida cotidiana de los
habitantes de Europa Occidental o de Norteamérica,
pero ha sido y sigue siendo la realidad cotidiana de
una gran parte de la población mundial. Si la cons-
trucción de las ciudades y el acceso a la salud y a
la vivienda fuesen determinados por necesidades so-
ciales y no por ventajas y ganancias individuales, po-

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