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El documento resume el discurso del Rey Juan Carlos I de España el 23 de febrero de 1981 en respuesta a un golpe de estado militar. Como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el Rey apareció en televisión para defender el orden constitucional y frenar el intento golpista, asegurando que había ordenado medidas para mantener la democracia y que cualquier decisión militar requería la aprobación de la junta militar que estaba bajo su mando.
El documento resume el discurso del Rey Juan Carlos I de España el 23 de febrero de 1981 en respuesta a un golpe de estado militar. Como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el Rey apareció en televisión para defender el orden constitucional y frenar el intento golpista, asegurando que había ordenado medidas para mantener la democracia y que cualquier decisión militar requería la aprobación de la junta militar que estaba bajo su mando.
El documento resume el discurso del Rey Juan Carlos I de España el 23 de febrero de 1981 en respuesta a un golpe de estado militar. Como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el Rey apareció en televisión para defender el orden constitucional y frenar el intento golpista, asegurando que había ordenado medidas para mantener la democracia y que cualquier decisión militar requería la aprobación de la junta militar que estaba bajo su mando.
Significación: En su condición de Comandante en Jefe de las Fuerzas
Armadas, su Majestad el Rey Juan Carlos I de España comparece ante la ciudadanía para defender el orden constitucional, así como para frenar el intento golpista de los militares. Ésta es la manifestación pública de una larga jornada de negociaciones entre los poderes militares para frenar la revuelta y poner a salvo la Constitución, todavía no muy consolidada tras su aprobación en el año 1988 y con la Democracia en España muy joven y frágil.
Elementos a tener en cuenta:
Se trata de un discurso repleto de elementos simbólicos, que buscan hacer evidente la importancia de su contenido como manifestación del Monarca español al pueblo y las tropas armadas sobre las que ejerce su condición de Rey: aparece en su despacho, vestido de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y, tras la finalización de su breve alocución, suena el himno de España sobre la imagen del escudo. La realización es sobria y el gesto del Rey muy serio, como corresponde a la trascendencia del momento histórico que se está viviendo. En esas horas la Democracia española pudo haber cedido su posición ante una régimen militar, eliminando la decisión democrática de los ciudadanos. Antes que nada, el Rey pide ‘serenidad y confianza’ a los españoles, que son los más desinformados y los más asustados por el golpe de Estado. A continuación, su Majestad lee la orden que ha trasladado a todas las autoridades militares, en la que hace explícito su deseo de eliminar cualquier confusión sobre su posición respecto al levantamiento. Dentro de esa instrucción, desvela que ha ordenado que se lleven a cabo ‘todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional’, y que toda decisión militar debe tener la aprobación de la Junta de Jefes de Estado Mayor, que está bajo su control como Comandante en Jefe. Por último, fija la posición de la Corona, ‘símbolo de la permanencia y unidad de la Patria’, que ‘no puede tolerar’ que haya quienes quieran interrumpir por la fuerza el proceso democrático, ‘que la constitución votada por el pueblo español determinó en su día a través de referéndum’. Esto es esencial porque fija la razón de su actuación como Rey y Comandante en el deseo de proteger la voluntad de los españoles.