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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


VICEMINISTERIO DE EDUCACIÓN PARA LA DEFENSA
UNIVERSIDAD MILITAR BOLIVARIANA DE VENEZUELA
CENTRO DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS
INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS DE LA SEGURIDAD NACIONAL
“GRAN MARISCAL DE AYACUCHO ANTONIO JOSÉ DE SUCRE”
MAESTRÍA DE HISTORIA MILITAR

Ensayo sobre el Tratado de Regulación de la Guerra y


Armisticio

ELABORADO POR:
CAP. PERALES MADRIZ EDGAR LEONARDO
C.I. V-14.201.591
CEL. 0426-552.94.22
CORREO: EL.PM@HOTMAIL.COM
Antes de comenzar, es importante resaltar que el Tratado de
Regulación de la Guerra y el Armisticio, también son llamados Los Tratados
de Trujillo, son dos (02) documentos que se encuentran bajo el mismo
contexto, se complementan, pero son diferentes.

El Armisticio tiene su origen por motivación de la corona española


cuando el General en Jefe Pablo Morillo recibe, de Madrid, instrucciones para
abrir negociaciones con los independientes, en vista que se habían organizado
a lo largo de los años 1819 y 1820 un poderoso ejército de 20.000 hombres,
cuya misión era someter las provincias de Venezuela y Río de La Plata; pero
la misión se complicó por la rebelión de los oficiales Rafael del Riego y Núñez
y Antonio Quiroga, quienes tomaron el mando militar (influidos por las logias
masónicas y los dirigentes liberales, y aprovechando el descontento
generalizado de las tropas). Este movimiento estalló en enero de 1820 en las
inmediaciones de Cádiz, y se extendió por toda España. Se proclamó la
Constitución de 1812, que el Rey Fernando VII se vio obligado a jurar el 07 de
marzo de 1820. Riego y Quiroga fueron ascendidos a mariscales de campo.
Esta situación incapacito al Gobierno español en la península de enviar al
contingente requerido, obligándolos a propiciar el convenio de cualquier
arreglo que favoreciera una paz momentánea que les permitiera ganar tiempo
para solventar sus crisis intestinas y poder asumir una actitud cónsona a su
apetencia de retomar a las provincias rebeldes.

El Tratado de Regulación de la Guerra tiene sus raíces legales con el


Decreto de Guerra a Muerte emanado por el Brigadier Simón Bolívar el 15 de
junio de 1813, quien era la principal figura política y el dirigente que ostentaba
el mando del ejército, en medio de la ejecución y desarrollo de la Campaña
Admirable.
Con este Decreto de Guerra a Muerte se le dio legalidad y formalidad
a una situación que se estaba presentando desde el fin de la Primera
República, luego de la Capitulación de San Mateo, donde el Generalísimo
Francisco de Miranda y el Capitán de Fragata Domingo de Monteverde
establecen los parámetros de la rendición el 25 de julio de 1812, pero no son
respetadas por el líder español, dando comienzo a una persecución atroz de
los patriotas hasta la aparición de José Tomas Boves, quien estaba confinado
en una prisión de la ciudad de Calabozo donde es puesto en libertad por los
españoles y da inicio a su participación en la Guerra de Independencia. Sus
primeros oficios en el bando español son de búsqueda y aprensión de patriotas
y dada su gran eficiencia es ascendido y nombrado Comandante General de
Calabozo, dando comienzo a una carrera militar en continuo ascenso, basada
en su liderazgo con el pueblo quien nutria su ejército y las acciones
sanguinarias e inescrupulosas con que alimenta su fama de ser despiadado e
inclemente, aupando a sus tropas al pillaje y el ultraje en todos los territorios
que ocupaba.

Adicional a este escenario al iniciar la Campaña Admirable, el Brigadier


Simón Bolívar, percibe la necesidad de parcializar la contienda que estaba
adoptando características de Guerra Civil porque el mismo pueblo estaba
engrosando las filas realistas y, por medio del Decreto de Guerra a Muerte, se
da carácter jurídico a la matanza que se estaba realizando, buscando delinear
a todos los habitantes en bandos definidos para hacer frente a la confrontación
armada.

Por lo antes expuesto, se puede establecer que la idea del Tratado de


Regularización de la Guerra surgió de Simón Bolívar, quien en una carta
dirigida a Pablo Morillo fechada en Carache el 3 de noviembre de 1820 (en
medio de las negociaciones para discutir el Armisticio) le pedía que autorizase
a sus comisionados para concluir “… con el gobierno de la República un
tratado verdaderamente santo, que regularice la guerra de horrores y crímenes
que hasta ahora ha inundado de lágrimas y sangre a Colombia y que sea un
monumento entre las naciones más cultas, de civilización, libertad y
filantropía…” Pablo Morillo acogió la idea, y tanto sus comisionados como los
de Simón Bolívar la incluyeron en sus respectivos proyectos del 22 de
noviembre.

Ambos bandos acuerdan entrar en negociaciones y los comisionados


que discuten y concluyeron los tratados fueron:

 De parte de los realistas: Juan Rodríguez del Toro, Alcalde Primero de


Caracas; Brigadier Ramón Correa, Jefe Superior Político de Venezuela,
y Francisco González de Linares, comerciante muy apegado al régimen
español.
 De parte de los patriotas: General de Brigada Antonio José de Sucre,
Coronel Pedro Briceño Méndez y Teniente Coronel José Gabriel
Pérez.

Los comisionados realistas son recibidos en la ciudad de Trujillo el 21


de noviembre y el día 22 se da comienzo a las negociaciones con una
proposición escrita por parte de los realistas. La misma fue respondida por
escrito el mismo día por los republicanos. En el transcurso de los siguientes
días, cada comisión fue informando el desenvolvimiento de las negociaciones
a sus Comandos Superiores; quienes para esos momentos se encontraban:
Simón Bolívar en Sabana Larga y Pablo Morillo en Carache.

Fueron discusiones concisas y rápidas, alcanzándose un acuerdo el 24


de noviembre. Ese mismo día, desde Carache, Pablo Morillo autorizó a sus
comisionados a firmar el Tratado de Armisticio; Simón Bolívar autorizó a los
suyos el 25 desde Sabana Larga. Fue firmado en Trujillo a las 22:00 Horas, de
ese mismo 25 de noviembre de 1820 y ratificado el 26 por Pablo Morillo en su
Cuartel General de Carache y por Simón Bolívar en su Cuartel General de
Trujillo. Por medio de este tratado se establecieron los siguientes parámetros:

 Suspensión de las hostilidades durante el término de 6 meses a partir


de la firma del documento.
 Las tropas que corresponden a cada uno de los ejércitos se situarán
dentro de los límites señalados e identificados en el articulado del propio
documento.
 Queda abierta y libre entre los respectivos territorios la comunicación
para proveerse de ganados, mercancías y todo género de víveres para
la subsistencia.
 Cada Gobierno recibirá a los comisionados quesean nombrados para
tratar sobre la paz definitiva.
 Se proveerá de salvoconductos a los comisionados de cada Gobierno,
dándoles las garantías requeridas.
 En caso de reanudarse la guerra entre ambos Gobiernos, el que intente
romper el armisticio lo avisará al otro, cuarenta (40) días antes del
primer acto de hostilidad.
 Se contempla la prórroga de común acuerdo entre las partes.
 Finalización del Armisticio el 26 de mayo de 1821.

El artículo 14 del Tratado de Armisticio se declara que “…para dar al


mundo un testimonio de los principios liberales y filantrópicos que animan a
ambos Gobiernos…”, éstos se comprometen a celebrar inmediatamente un
tratado que regularice la guerra conforme “…al derecho de gentes y a las
prácticas más liberales, sabias y humanas de las naciones civilizadas”.
El 26 de noviembre, los comisionados republicanos presentaron un
proyecto para el Tratado de Regularización de la Guerra, que fue aprobado,
con ligeras variaciones, por los comisionados realistas el mismo día. Por ese
tratado se obligan a los españoles y a los patriotas:

 A combatir como pueblos civilizados; evitar el exterminio a que se


ha llegado hasta el momento.
 El respeto para los prisioneros de guerra de acuerdo con su grado,
hasta tanto se efectúe el canje.
 El respeto para los civiles aprehendidos en servicio, hasta tanto se
efectúe el canje.
 Se prestará la debida asistencia, dentro o fuera de los hospitales, a
los enfermos y heridos, y una vez restablecidos se les permitirá
restituirse al bando a que pertenezcan.
 Se dará honrosa sepultura a los que gloriosamente terminen su
carrera en batallas, combates, choques o encuentros entre las
armas de ambos contendientes.
 Se respetará la opinión de los habitantes de los pueblos que
alternativamente sean ocupados por las armas de los
contendientes, sin perseguir a nadie por sus ideas ni creencias.

Fue firmado por ambas partes ese mismo día, en horas de la noche, en
la ciudad de Trujillo. Simón Bolívar y Pablo Morillo lo aprobaron el 27 de
noviembre, el primero (Armisticio) en Trujillo y el segundo (Regulación de la
Guerra) en Santa Ana.

Adicional a la importancia que revisten ambos documentos en el


desarrollo de nuestra Guerra de Independencia, tenemos que tener presente
que representan un reconocimiento indirecto que realiza el Gobierno de
España a nuestra condición de nación independiente. Esto lo podemos
apreciar observando el comienzo de ambos Tratados que se inician con la
expresión: “Deseando los Gobiernos de España y de Colombia…”, y en el
desarrollo de los contenidos de los textos de los documentos, se mencionaba
a Bolívar con el título de “Presidente de Colombia”.

En el marco de la aceptación de estos Tratados se realizó la célebre


entrevista y “abrazo” entre los líderes de ambos bandos (El Libertador Simón
Bolívar y el General en Jefe Pablo Morillo), en la ciudad de Santa Ana, el 27
de noviembre de 1820.

Como curiosidades a estos acontecimientos se puede señalar que la


casa que sirvió de sede a los firmantes de los Tratados de Trujillo en 1820 es
la misma en donde 7 años antes había elaborado su Decreto de Guerra a
Muerte el Brigadier Simón Bolívar y, en la actualidad, se encuentra operativa
conformando la sede del Centro de Historia del Estado Trujillo. De igual forma,
allí se conserva entre sus reliquias la pluma utilizada en la escritura de los
documentos y en la firma de los mismos, que perteneció a Juan Bautista
Carrillo Quevedo, quien actuó como secretario de General Antonio José de
Sucre durante todo el proceso de la discusión y firma de los tratados. Del
mismo modo, gracias a las previsiones tomadas por el General Daniel
Florencio O’Leary, en el Archivo del Libertador se conserva un manuscrito
original de estos documentos.

Independientemente de la importancia que revistieron ambos


documentos en su contexto histórico, el Tratado de Regulación de la Guerra
representa el principal antecedente del Derecho Internacional Humanitario
actual y coloca al Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre como
uno de sus principales promotores.
BIBLIOGRAFÍA

MANUAL DE ETICA Y MORAL MILITAR. Ministerio de la Defensa.


DICCIONARIO EL PEQUEÑO LAROUSSE ILUSTRADO 2000. Ediciones
Larousse de Venezuela C.A., 1999, Caracas, Venezuela.
BRICE, ÁNGEL FRANCISCO. El armisticio de Santa Ana como calificativo de
la Guerra de la Independencia. Caracas: Sociedad Bolivariana de Venezuela,
1970.
CARRILLO, MARCOS RUBÉN. Los tratados de Trujillo. Trujillo: Centro de
Historia del Estado Trujillo, 1968.
PÁEZ, DELFÍN ENRIQUE. Tratado de Regularización de la Guerra a Muerte.
Caracas: Impresores Unidos, 1945.

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