Está en la página 1de 24

ENFERMEDADES EN MANGO

La antracnosis (Colletotrichum gloeosporioides (Penz.) Penz. Sacc.) es una de las enfermedades más
importantes del mango (Mangifera indica L.) (Arauz, 2000), debido a que ocasiona disminución de la
producción, deterioro de la calidad del fruto y fuertes pérdidas postcosecha; principalmente en regiones con
temperatura y humedad relativas elevadas
(Derbyshire y Shipway, 1978; Dodd et al., 1991; Jeffries et al., 1990).

Esta enfermedad se encuentra distribuida en todas las regiones productoras del mundo con ataques severos
en floración, fructificación y postcosecha, ocasionando pérdidas que varían del 15 al 50% (Becerra-Leor,
1995). La estrategia.

Síntomas.- En las hojas, las lesiones suelen ser oscuras, necróticas, angulares o de forma irregular. Tizones
florales se caracterizan por una rápida y general necrosis de los pétalos, que a menudo alcanza al tallo
fructífero.
Los síntomas más característicos de antracnosis son lesiones oscuras, hundidas, circulares y necróticas sobre
el fruto en maduración.
Frutos pequeños pueden desarrollar diminutas manchas oscuras y abortar si la infección ocurre en la etapa
inicial de su desarrollo. Una vez que se forma el apresorio y el fruto excede los 4‐5 cm de diámetro, cesa el
desarrollo de la infección.
.
Infecciones quiescentes renuevan su desarrollo una vez que los inhibidores fúngicos en el fruto disminuyen
durante el proceso de maduración. En frutos grandes (especialmente maduros), las lesiones pueden
formarse en cualquier parte, aunque son comunes manchas que irradian desde el final del tallo hacia el
ápice del fruto. Las lesiones en el fruto son superficiales y se extienden a la masa solo después que una
gran porción del fruto ha sido afectada. El desarrollo superficial de la enfermedad produce daños estéticos
serios y el rechazo del fruto a lo largo de la cadena de comercialización.
Etiología. La antracnosis es causada por dos especies de hongos relacionados. Colletotrichum
gloeosporioides (teleomorfo: Glomerella cingulata), responsable en la mayoría de los casos (Dodd et
al., 1997), y C. acutatum (teleomorfo: G. acutata) que juega un menor rol en algunas localidades
(Fitzell, 1979; Ploetz y Prakash, 1997; Tarnowski y Ploetz, 2008). Otro taxón, C. gloeosporioides var.
minor, ya no es reconocido.
Biología y Ecología transmisión: El hongo persiste sobre o dentro de semillas, desechos vegetales y
malezas hospederas.
Se traslada sobre distancias cortas por medio del salpique de agua, corrientes de
aire e insectos. Frecuentemente es detectado en el suelo.
Epidemiologia: En mango, el hongo causa tizones severos de hojas y frutos, pero también puede
crecer con menos vigor en tejidos maduros hasta que daño mecánico o cambios fisiológicos estimulan
una fase agresiva.

.
Las condiciones húmedas y la alta humedad relativa constituyen factores primarios en la
dispersión y desarrollo de la antracnosis. Los conidios producidos en ramas terminales,
inflorescencias momificadas, brácteas florales y hojas (más importante) son fuentes
significativas de inóculo (Dodd et al., 1991; Fitzell y Peak, 1984) y se producen más
abundantemente donde existe superficies mojadas, aunque también a humedades
relativas de al menos 95%.

Los conidios se dispersan a través de salpicaduras de agua de lluvia y la infección requiere


de condiciones húmedas (Jeffries et al., 1990). Los apresorios se melanizan,
fortaleciéndose y facilitando su penetración en la cutícula a través de sus ganchos de
infección. La presencia y prevalencia de apresorios melanizados han sido utilizadas para
predecir la infección por antracnosis y cuando se necesitan medidas para su control (Dodd
et al., 1991; Fitzell y Peak, 1984).
Manejo de la enfermedad La antracnosis es una de varias enfermedades del fruto que afectan la calidad
pre y postcosecha Ploetz, 2003). Stem‐end rots (causada por varios hongos, en particular por
Lasiodiplodia theobromae).
En regiones secas donde la antracnosis no es significativa. El manejo de estas y otras enfermedades
La antracnosis afecta hojas, flores y frutos y el inóculo está presente durante todo el año.

El manejo de la antracnosis requiere de conciencia de la presencia constante de esta amenaza y de las


condiciones meteorológicas que promueven la infección y desarrollo de la enfermedad. El óptimo control
de la misma, se basa en un enfoque integrado que combina las medidas más eficaces en función del
cultivar, la localidad de producción y el mercado final.
Control precosecha (campo) El manejo precosecha de la antracnosis se basa en:
1) saneamiento de las plantaciones (eliminando fuentes de inóculo)
2) alteración de la época de floración para asegurar que el desarrollo de los frutos se produzca durante
períodos secos (esto también aplica a la producción fuera de temporada para oportunidades lucrativas en
el mercado),
3) la integración de estas y otras medidas químicas y biológicas (Johnson y Hofman, 2009). A pesar de su
potencial impacto beneficioso, las medidas de saneamiento no son frecuentemente aplicadas debido a su
grado de dificultad y costo (Akem, 2006; Prusky y Hofman, 2009).
La inducción floral usualmente se logra mediante la aplicación de KNO3 (el retardador de crecimiento
paclobutrazole también se utiliza para este fin). Estos tratamientos no son efectivos en los subtrópicos o en
todos los cultivares (por ejemplo en ‘Kensington’).
En otros cultivares (por ejemplo en ‘Kent’), aplicaciones de KNO3 incrementa la floración pero no altera el
tiempo en que esta se produce. Por lo tanto, el manejo precosecha de la antracnosis a menudo se basa
solamente en productos químicos y en menor medida en productos biológicos. En la mayoría de los
cultivares susceptibles y de los ambientes propicios a la enfermedad, el control precosecha de la antracnosis se
centra en la protección de las flores y de los frutos en su etapa temprana de desarrollo.
En ambientes húmedos, esto implica una o dos aplicaciones de fungicidas durante la floración y fructificación
temprana, la aplicación posterior de fungicidas puede ser necesaria antes de la cosecha.
En ambientes húmedos, las aplicaciones son necesarias durante toda la temporada. Por ejemplo,
aplicaciones mensuales o más frecuentes se han utilizado en la Florida, donde el inicio de la
temporada de lluvias coincide con la maduración y cosecha de la mayoría de los cultivares. En caso
de que prevalezcan las condiciones secas y áridas, como las zonas de producción a lo largo de la
costa del Pacífico de América Tropical, los tratamientos de fungicida precosecha, pueden no ser
necesarios antes de la recolección (Arauz, 2000).
Los frutos que se infectan después de haberse establecido, son defectuosos pues presentan manchas de
color marrón-púrpura, un aspecto corchoso y además pueden llegar a agrietarse y caer .
Epidemiología.- La propagación se realiza a través de las esporas del hongo que pueden ser
transportados a grandes distancias por el viento. Las condiciones más adecuadas para el desarrollo de
esta enfermedad se producen con temperaturas comprendidas entre los 10-31º y una humedad relativa
de 60-90% (Scot C, 2008).
Estas condiciones coinciden generalmente con la floración del mango.
Cuando la enfermedad ha aparecido una vez, es muy probable que se repita cada año, o que se
manifieste más veces a lo largo de un mismo año si se dan las condiciones
adecuadas para su desarrollo. Esto se debe a que el hongo sobrevive en las plantas infectadas que
representan su principal fuente de inoculo.
Control. El oídio no es fácil de controlar pues como ya se ha comentado, una vez que se ha producido es
muy probable que la enfermedad se mantenga.
Elección de la variedad. No todas las variedades son igual de susceptibles al oídio. El uso de cultivares
menos sensibles es la mejor medida de control. Sin embargo, en la elección de la variedad influyen otros
factores más determinantes (calidad de la fruta, comercialización, adaptación a las condiciones etc.) pero
conocer el grado de susceptibilidad de la variedad de la que disponemos nos permite un mejor control de
la enfermedad.
Prácticas culturales
Los árboles que se mantienen en un buen estado nutritivo, son capaces de tolerar mejor las plagas, las
enfermedades y otras condiciones adversas. Por tanto, es fundamental realizar un correcto programa de
fertilización ajustándolo a las necesidades del árbol y su fenología, considerando además, las
características del suelo, del agua y las condiciones climatológicas.
Las hojas infectadas caídas deben ser recogidas y destruidas, ya que los conidios pueden sobrevivir
durante un período de tiempo en dichos restos. Una poda que mejore la circulación del aire y la
eliminación de malas hierbas altas (que representan otra posible fuente de inoculo) son otras medidas
útiles que ayudan a reducir la incidencia de la enfermedad. El cultivo intercalado con otros cultivos
también reduce la facilidad con la que la enfermedad puede propagarse (Nelson, 2008).
Control Químico Cuando se ha detectado la enfermedad, para reducir su efectos, se deben realizar
tratamientos fitosanitarios.
El oídio, al ser un hongo de desarrollo externo, suele ser más fácil de controlar que otras enfermedades
fúngicas de desarrollo interno y por tanto, bastante sensible a los tratamientos fitosanitarios. En este punto
cabe recordar que únicamente se pueden aplicar aquellos productos que estén autorizados, por el Ministerio
de Agricultura, para el tratamiento de una enfermedad/plaga en un cultivo concreto. A fecha de consulta
(mayo de 2016) en el Registro de Productos Fitosanitarios (disponible en la web del Ministerio de
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente), el único producto autorizado para el control del oídio en
mango es el azufre, en distintas concentraciones y formas de presentación. El azufre, también está
autorizado para su empleo en producción ecológica (Reglamento (CE) no 889/2008 de la Comisión de 5 de
septiembre de 2008 por el que se establecen disposiciones de aplicación del Reglamento (CE) no 834/2007
del Consejo sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos, con respecto a la producción
ecológica, su etiquetado y su control).
Medidas Preventivas
•Evitar la asfixia radicular, aportando más materia orgánica para que el suelo sea más poroso.
•Controlar las plagas de insectos
•Evitar que el terrenos se compacte.
•Evitar los encharcamientos (si el agua no se filtra antes de 20 minutos, tenemos este problema).
•Debemos tener cuidado en la época de poda de realizar los cortes bien y proteger las heridas con
cicatrizante para evitar que surja la gomosis
•Correcto abonado para evitar que el exceso de nitrógeno atraiga a las plagas a nuestros árboles.
•Asegurarnos que nuestro suelo este lo suficientemente poroso para evitar encharcamientos, como
comentábamos anteriormente debemos regar y comprobar que el agua se filtra antes de 15 minutos.
•Tras una poda o injerto tratar las cicatrices de manera adecuada.
Como curar el árbol
•Una vez que el árbol está dañado podemos hacer una serie de pasos para intentar que se cure.
•Con un cuchillo desinfectado sacaremos la costra de savia oscura, hasta que quede de un color más claro.
•Aplicar un tratamiento de cicatrización sobre la zona afectada.
•Repetir el proceso durante 15 días hasta que el árbol quede curado

También podría gustarte