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LA GÉNESIS DEL MUNDO MODERNO LA INDUSTRIALIZACIÓN Y LA NUEVA CfUDAD

En 1780, el patrón básico de la organización espacial, las funcione~ 1• 1L1dos metropolitanos de las élites regionales. En Londres empezaron
y la cultura ciudadanas era parecido al del comienzo de la gran expau , 1\ 1111·cccr clubes para la diversión y ocupación de los jóvenes aristócra-
sión económica global del siglo XVI y del desarrollo simultáneo de esta 1 1 1•11 la ciudad. En las ciudades chinas o de influencia china, la vida
dos enormes e imponentes. Muchas ciudades eran emporios portuarioM , 11 1111 urbana se estructuraba en torno a los gremios o asociaciones de
o moles de interior dominados por comunidades de mercaderes ricos y I" 11111\flS que provenían de la núsma región.
por terratenientes del interior. Otras ciudades eran centros del podt·t l ,11 población urbana del sur de Asia, el sudeste asiático y África
político, la mayoría fundadas en la antigüedad, y ahora mucho m 1ÍN ¡1111,1 siendo bastante móvil, y grandes grupos de soldados, sirvientes,
grandes debido a la expansión de la vida de la corte real y los inicios dr 11~ familias, seguían al gobernante en sus visitas y campañas por sus
su burocracia. Algunas ciud ades del noroeste de Europa y de Asi11 1 1111nrios. En India, el campamento móvil mogol, llegó a tener en oca-
oriental, sobre todo Londres, Amsterdam y, posiblemente, Edo, habíun
111111 ·~ la mitad de la población d e Delhi, la capital, que en p roporción
engendrado nuevos tipos de entidades financieras - bolsa, banrn
1 111,1 11na población reducida. Muchas ciudades presentaban claras
nacional, aseguradoras- durante los siglos XVII y XVIII. Sin embargo
11 11 1,·rísticas rurales, sobre todo en las afueras donde las familias cam-
todas estab an co11adas por el mismo patrón. En 1600, aproximada1m·11
1 11 111s mantenían fuertes vínculos con las aldeas que les abastecían de
te un 9% de la población mundial vivía en las ciudades. Hacia 1800, 111
0111cl11 y esposos/esposas. En tiempos de calamidad o de guerra, gran
cifra podría rondar el 12%, aunque el ritmo de crecimiento aún t'III
1 1111 e k• la población de las ciudades se retiraba al campo. En estas ciu-
lento. Gran Bretaña fue uno de los pocos países en el que el crecimit·11
to de la población urbana fue más rápido que el de la población to111I
1,, 1, ~. mino en los emporios portuados y los centros de almacenaje del
incluso en las tres primeras décadas del siglo XJX. 1111 11m, la pequeña producción artesanal siguió siendo importante. Los
1o ,, 11o~ artesanos, financiados por los comerciantes locales, usaban
En el siglo XVIII, la mayoría de los centros de poder del interior t·11111
aglomeraciones complejas de fortificaciones, casas aristocráticas, 1 , , "1 11, 1os domésticos y, de hecho, eran personas importantes en aquel
corte real, mercados especializados y edificios religiosos. La mayoil 11d1il11, Por medio de gremios y asociaciones profesionales, ayudaban a
también mostraba una subyacente organización cosmológica qll 1 ¡1, il u·cs y subvencionaban instituciones religiosas locales como aba•
enfrentaba el poder real con el religioso. El antiguo esquema cris1i1111 11 1 , , rnnventos, comunas sufíes, monasterios budistas u hospicios
11 1 /\111 llS.
en el que la iglesia-basílica se construía enfrente del palacio-for111l1
rodeados ambos de las mansiones de la nobleza y caminos de pcn•¡tl
nación, se había exportado a Centro y Sudamérica, e incluso a lug111
como Goa, Malaca y Macao, en Oriente. La mezquita, el palacio dt·I NIII
tán y la medina (plaza de la ciudad) formaban un trío parecido <'11 1 1 1, ll'A<.'l'O URBANO DE LA CRISIS GLOBAL, 1780-1820
sociedad islámica. En las ciudades indias o de influencia india, las 11111
lías sacerdotales de los brahmanes tenían prioridad residencial, y v1vl 1 1111 l1111•rn gran ruptura con estas formas de ciudad tradi cionales llegó
en barrios «puros» alrededor del templo. En China, la idea trndi, Hll 1111111 rnn la industrialización sino con las guerras revolucionarias
de una ciudad como «eje de cuatro cuadrantes», se mantenía ini:l11Ht1 1,, p1111sión imperial europea entre 1776 y 1815. Algunas de las gran-
el enorme área territorial de Beijing. La mayoría de los arisl, 11 1111 1 , l11tl11tl1.:s Jel viejo orden se vieron reducidas. Otras siguieron cre-
pasaban parte del año en la corte y el resto en sus ancestrales sed,·~ 111 111!,1 l1•111 :1111cnte, pero vieron cómo se limitaba su primacía cultural
les, un modelo institucionalizado por el sistema sankin-kotai d<'I 1111 1 othl lt 11, A 1111 nivel más profundo, la expansión del comercio global y
Tokugawa. El gobernante japonés, el sogún, igual que sus conl,•111111 l 1 11 11 lwll rinlización enriqueció gradualmente a las ciudades comet•
neos europeos y otomanos, tenía controlados a los grand<:s 11nl ,1 1, \' , 1vn n ucvas conglomerados de clase trabajadora. Estas «nue-
parte de sus familias y posesiones estaban cerca de la corte. l ,:1 v1cl11 ' 1111l1llb desarrollaron su propia forma de vida cultural y so-
la corte y estar cerca del centro de poder tenían su propio ni n1, 1iv11 l , 1111 c•1·11 mtÍs conscientemente moderna que la de los centros de
París, los hotels, en el sentido original de gran casa urhn1111, c·11111 1 11111111 1 11111 ig1 1os. Aquí el crecimiento económico impulsó la rápida

:.!0 1
LA GÉNESIS DEL MUNDO MODERNO LA INDUSTRIALIZACIÓN Y LA NUEVA ClllOAD

urbanización y creó ciudades divididas por clase social además de por 1 1 11111ndo atlántico fue testigo del rápido crecimiento de Nantes, Bris-
estatus. 1111, Clasgow, Burdeos y Boston. En el Mediterráneo crecieron mucho
En la mayor parte de Europa occidental, las ciudades sufrieron 11, 11111 y Alejandría. En el océano Índico y los mares de China, Bombay,
1 d, lita, Madrás, Shangai, Singapur y, más adelante, Hong Kong, Tian-
durante las guerras revolucionarias, pero siguieron creciendo. Lo más
impactante fueron los conflictos políticos e _ideol?gicos sobre ~l uso ,d_e ¡111 11 Tientsin, Darien y Port Arthur desafiaron el predominio cultural
los espacios. En París, grandes áreas de restdenc1as reales y artstocrat1- 1, l.1s ciudades más antiguas del interior y se convirtieron en las sedes de
cas, entre las que destacaban el Louvre, el Palacio Real y la plaza. des 1, 1111evas ideas y los nuevos estilos mucho antes de que se impusiera
Vosges, se convirtieron en espacios públicos, museos y casas d_e ve~mos l ¡1111,icrno colonial directo. Los cánones de la sobriedad burguesa esta-
durante 1a Revolución y el Imperio. Las tumbas reales de la 1gles1a dt• 1, I, 1 idos en Boston y Nueva York fueron el modelo social de la nueva
Saint Denys fueron profanadas. Algo parecido ocurrió con los palacios 1 1'11hlica. En Gran Bretaña, la aristocracia y los terratenientes no sólo
ducales y las capillas del norte de Italia y de zonas de Alemania. En 111 , 1l 111•vivieron síno que .florecieron durante el siglo XIX. Pero aquí, como

América española, los nuevos líderes políticos criollos ocuparon loK 11 111 rns partes del norte de Europa, la ciudad butguesa empezó a
palacios reales y se proclamaron presidentes y gob~rnadores de l~s ntll' ,,1 11,11 importancia cultural y política. El movimiento antiesclavista de
vas repúblicas a partir de 1820. Está claro que la epoca revoluc1~na1 ~11 l 11 111 Bretaña y Francia estaba directamente vinculado al auge de nue-
abrió más espacios urbanos al público burgués. A su vez, la expenenc111 ', , 1•111 ros de comercio como Liverpool y Nantes. Las exigencias de
de la guerra y la revolución impulsó un lento proceso por el cual las d1 , l,1111111 constitucional en Gran Bretaña también provinieron predomi-
tes trataron de alejarse de las zonas pobres y, a la vez, de controlarla " 11111 llll'nte de estas zonas.
más efectivamente. En otros aspectos, la época revolucionaria abriú 11 h11 lfls zonas costeras de África y Asia, el comercio, ya en expansión
uso del espacio urbano. 11111 ~ dt· la industrialización, había creado una clase comercial adinera-
En algunas partes de Asia y África, el cambio fue más abrupto. 1 1 li ,¡111 recreó las independientes ciudades-estado del pasado, incluso
grandes ciudades mogoles-Delhi, Agra y Murs~idabad, ~n Ben_gala 1 111111 de un ámbito colonial o semicolonial. Manila y Batavia, centros
ya estaban en decadencia antes del desmoronamiento del 11n~en~, Y 111 111 1111111 irns español y holandés, respectivamente, emergieron como
huida de la nobleza las redujo a meras sombras de lo que habian s1d11 111, , 1, dudades híbridas. Las fuerzas navales europeas con base en
Esto pasó también en Irán y Java, donde el declive imperial y las im 1 111 11l1ligaban o atraían a los comerciantes locales a comerciar en estos
siones extranjeras sumieron en la decadencia a otras antiguas ciud111I, 1 11 1!11~. l•:n la generación que fue desde 1770 a 1800, Calcuta, Madrás
Las luchas entre los sultanes y los magnates regionales dañaron alg111111 11111111 >11y sobrepasaron en tamaño incluso los centros políticos más
de los grandes centros urbanos de Oriente Medio. Las ciudades pcrs,,\, I 1 111, 11 ·, 1Id interior sudasiático. Sus príncipes mercantiles construyeron
Isfahan, Qom y Shiraz, hogares de fábula de los grandes sabios c11111111 1 1111 111~ 1· inventaron un nuevo estilo de culto público hinduista y una
cos y de la poesía de Saadi, cayeron en el abandono ante el crcciml, 111 11 ' 1 llll'mn Je ostentación aristocrática híbrida. Fueron estos bhadra-
de la nueva capital, Teherán, creada al modo de una capital prov11111 " tli,, burguesía, como sus coetáneos de Liverpool, Cork y Boston,
rusa. Durante un siglo, El Cairo perdió importancia ante In llpl 11,, 111 1 cll'm:111<laron por primera vez algún tipo limitado de represen-
metrópolis mediterránea de Alejandría durante más de un siglo, :"""I" 11, 1, 1111 1 política indígena. También pidieron que los poderes coloniales
siguió creciendo lentamente y mantuvo su estatus de centro rcl1gi11 1 1 , 1111~11111t·ros dejaran en paz sus costumbres religiosas. Estos pode-
real. Alejandría se convirtió en la sede de una oligarquía comen 1111 1 1 , 111,11'.11,11t·s comerciales tuvieron sus equivalentes en todos los gran-
nerada, medio egipcia y medio europea. Su cultura urbana en d1·"111 1 11111 11118: Singapur, Cantón, Aden, Alejandría y Bcirut. Los centros
llo reflejaba más influencias «europeas» que «islámicas». , 11111 1111ración del interior, dominados todavía por los terratenientes,

Una amenaza más sutil y poderosa a la integridad de estas 1111.I 1 1 1 11 ,1, 11 1 11·am11 una clase media comercial y política, ávida de informa-

antiguas fue la dirección que tomó el desarrollo e~o1~órnk11 HI 11 1 11 ('1tl11 1rn y t•conóniicn, y que se adaptó con presteza a la imprenta,
Incluso antes de la industrialización, el gran crcc1m1cn10 w1111 1 1 11111 11111 I y d Idégrufo eléctrico. Manaos, en el Amazonas, Chong-
comenzaba a otorgar grandes ventajas a los nuevos centros t·n1111,111I i11¡ " < l11111gki11g t•n d río Yang1sé, y Kanpur t·n d río Yamuna o

).02
LA GÉNESIS DEL MUNDO MODERNO
LA INDUS'11UALIZACTÓN Y LA NUEVA CIUDAD

Jumna fueron ejemplos de lo que podríamos denominar «c!udades por- l,AS RAZAS Y LAS CLASES SOCIALES EN LAS NUEVAS CIUDADES
tuarias del interior». También participaban de la nueva vida moderna
que se había extendido por las ciudades costeras. . . l•:stas ciudades fueron testigo de un cambio social y económico que, si
Las ciudades en las que predominaba el sector m1ustnal tardaron l 1icn no tan profundo como lo que aseveran aquellos socialistas y soció-
en desarrollarse, como ya sugerimos en la sección anterior. Esto se logos que sólo ven alienación y anomia, fue intenso en cualquier caso.
debió en parte a que la industrialización tardó en llegar, y en parte a que l ,11s estructuras familiares cambiaron con la urbanización, aunque este
la mayor parte de la primera industrialización comenzó en los «encla~cs 111111bio también se ha exagerado en el p asado. En muchas partes del
verdes», alrededor de las minas de carbón o en las cabeceras ferrovrn 1111111do, la gran familia extensa del pasado se fragm entó en unidades
rías. Manchester, Birmingham, Lieja y Essen comenzaron a destacar c~1 11111s p equeñas, aunque la gente seguía en contacto con sus parientes
la década de 1850. Durante la década siguiente brotaron con gran rap1 111 rnles por razones de seguridad y matrimoniales. Hacía 1900, la mayo-
dez ciudades mineras y fabriles en Estados Unidos y partes de Europu, 1(11 ele la inmigración interna de Gran Bretaña y Bélgica era de ciudad
La fiebre del oro y de los diamantes crearon ciudades como M~lbou1: , 11 ciudad, más que del campo a la ciudad. Se desarrolló la urbanización 1
ne, San Francisco y Kimberley. En la década de 1860, en _la ~ndia occ1 11111siva y barata, a menudo con viviendas que carecían de alcantarillado
1
dental se construyeron fábricas de algodón, y en el este md10, plan1:1~ \' 111111a corriente. Las incomodidades de la nueva vida urbana se agudi-
de prncesamiento de yute, con empresarios indi~s qu~ : t~pezaban 11 111 0 11 para los pobres a causa de la polución industrial, las largas jorna-
1
reclamar protección ante las importaciones_textiles br~tanicas. En111 , l,1~ laborales y la falta de servicios médicos. Aunque muy pocos histo-
1870 y 1900, el ritmo de urbanización mundial se acel~ro basta~te, co11 11,ulores niegan que se abriera un abismo entre el nivel de vida de ricos 1

un incremento que fue desde el 12 al 20% . En ese m1~mo penodo, In 1 pobres, hay un feroz debate acerca de las condiciones de vida de la

clase trabajadora industrial se incrementó de 15 a 50 mt~ones. , , 111~1· trabajadora en Europa y Norteamérica. Los últimos estudios tien - 1
, l,·11 de nuevo hacia el pesimismo: la esperanza de vida, la nutrición y la
El cambio fue particularmente asombroso en el Á.fnca su~sahar111
1l11d decrecieron durante la primera fase de la industrialización, inclu-
[.
na y en Australia. Ya habían existido grandes ciudades come_rc1ale~ 11 ,1
11 111111gue la gente tenía acceso a más productos. La tasa de mortalidad
dicionalmente en el norte de Nigeria, y se recordaba la ex1stenc1a 111
grandes centros reales en Ghana y Zimbabue antes del sigl~ XIX. l ,11' , 11111ha mucho entre las clases sociales. Por ejemplo, un estudio sobre 11
costas suajili y guineanas tenían ciudades-estado qu~ comercia?an rn11 11,, 1111 entre 1855 y 1860 muestra que la clase profesional llegaba, como
esclavos. Pero en la zona que se convirtió en la Umón Sudafnca1111, l 1 1111 11111de vida, a los cincuenta y cuatro años, mientras que los trabaja- 11
población urbana creció de un 7 % a un 25 % del total entre l ~<,'1 V 1111,·s industriales sólo a los cuarenta y dosJ0• La situación era mucho
¡i, 111· t·11 el mundo extraeuropeo. Las distinciones universales ent re ricos
1904 al establecerse grandes asentamientos mineros y enclaves de 1111 , 1
cambio agrarios. Ciudad de El Cabo, Durban y Kimberley _adelanli11 1111 1111111·cs se vieron complicadas con la rápida aparición de una desigual- /11
, l 11l 1•111Te el «Norte» rico y el «Sur» pobre, que ha perdurado hasta hoy.
de repente a las ciudades costeras del oeste y el ~st~ de Afnca, conH, l 1
más grandes al sur del Sahara. Un boom urbano similar ya ha_brn rn1111 11 1 11 11n111 medida, estas crecientes diferencias reflejaban las condiciones
1111'1 •1·s11s del comercio entre Europa y Norteamérica, que generaban
1 !,
zado en Australia. En 1871, los treinta y seis pueblos de mmas d1· 111
111111 l1 1t·1os de avanzada tecnología, y Asia y África, que producían prin- 1

1 111
de Victoria tenían una población total de 146.000 habitantes, IIIIIHIII
1¡,,il111l•nte materias primas agrarias y minerales, cuyo valor añadido en
muchos cayeron en declive más tarde29 • En Australasia, ~gunos 11N1•111 1, 11111ncio mundial era menor. 1 i'I
mientos maorfes tenían características urbanas, pero la cmdad c1 11 1111
l ,11s fu erzas institucionales, sin embargo, eran igual de importantes.
importación puramente europea, en mayor medida aún que en 1•1 Kili
1 ,1, 111 el(' Europa, en las zonas donde los trabajadores indígenas tenían 111
el este de África.
1111 11,111 influencia con sus jefes extranjeros o criollos, la situación de los
do , 111N se deterioró rápidamente en las ciudades, y su situación econó- 11
111i ,1 ~,· lii110 nún más dura que la de los campesinos. La concentración
1, l.1 pllhl11r ió n en las nuevas ciudades la hacía particularmente vulne-
11
1 11 d, 1111111 ~·llí'c rn,edadcs. Las muertes por mal11u1·rición se 111an1·uvicron

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LA GÉNF.SIS DEL MUNDO MODERNO LA INDUSTRIALIZACIÓN Y LA NUEVA CIUDAD

tenazmente altas, año tras año, porque la población de las ciudades no te- l1111~ _ITas la hambruna de 1848 eran especialmente sospechosos de ser
nía fácil acceso a redes sociales que las abastecieran de alimentos, como · 111 11_1n~les, de P?rtar. enfer~edades y, más adelante, con el surgir del
sí ocurría en el mundo rural menos en los más excepcionales años d,· 11111v11~11ento_ na~1onal1sta fen1ano, de sedición política. En Alemania y
hambruna. Los trabajadores urbanos temporales de las sociedades colo \
11 1
• 1 '.'JH, los 111m1grantes eslavos de las tierras colindantes al sur y al este
niales y semicoloniales padecían una carencia estructural del derecho a ' 1 111 rgualm:nte sospe~hosos. Aunque las familias de comerciantes judíos
comida, bienes y servicios. La esperanza media de vida entre los pobr~·s 111 111 mayona de las cwdades europeas fueron víctimas del odio, sobre
de ciudades coloniales como Shangai, Bombay o Batavia era tan ba¡n 1111 lo l'l1 Centroeuropa, en Rusia y Austria acosaban a los judios urba-
como los veintiocho años, más baja incluso que la de los campesinos c11 1111~ pobres. A~uí, el antisemitismo político se volvió especialmente
el campo circundante. · 1111•1110 en,la decada de 1890. En Rusia, la humillación por la derrota
' 11111rn Japon entre 1904-1905 dio rienda suelta a la policía secreta y a
CUADRO 5.3 Población de algunas ci11dades importantes (en miles) l 1 1111_~>~ conservadora para atacar las casas y comercios de los judíos.
Ario Berlín Bombay Ca/cuto T3dimburgo Londres Nueva York Sid11ey Edo/'fo~•,11 1 1" 1:icil retratar a los judíos como antínacionalistas. También hubo
1800 172 83 1.117 60,5 1.200
,1,,. 11 11'.laque a los judíos de las ciudades norteamericanas.
Al igual que la emancipación legal formal no mejoró la situación de
1850 419 644,4 633 194 2.685 515,5 54 500 1,, J11díos ~obres en las ciudades europeas, los pocos negros que habi-
(1872) (18(,\)
(1872)
1«11. 111 las ciudades de Estados Unidos estaban excluidos de los servi-
1900 1.889 776 847,8 394 6.586 3.437 500 1.7~0 1" 11rbano~, los puestos de trabajo e, incluso, de las iglesias de blancos.
(1901) (1901) (190K) 1 11 11
1 • las decadas de _18~0 y 1890, un breve periodo que parecía pro-
1
1111 1,• 1111a democracia mterracial fue sustituido por un sistema de
1
l11\1_ón racial m~cho más sutil que la esclavitud32. Aquí, como en
El número y la pobreza de la clase trabajadora urbana a partir d 11 .!1111•1ca, la ené~gica clase media-baja y la clase trabajadora blanca
11
1870 preocupaban a la clase media y a las autoridades de las ci_u~mlc 1111 on en concierto con las élites urbanas para crear sistemas infor-
Pánicos a causa del sindicalismo sedicioso, el crimen, la mend1c1d111I 11 il, ~ de segregación racial en las ciudades en crecimiento. Las leyes
la violencia convuJsionaba a la mayoría de las sociedades urbanas ¡w111 11 11 111 d vagabW1deo se utilizaron para criminalizar, encarcelar y
11
11
dicamenteH. Las ciudades coloniales europeas encarcelaban a un ,h g,1r a los negros en los pueblos mineros de Sudáfrica a los aborí-
1
porcentaje ele la población masculina joven y urbana, una práctica 1111 11, • ·11 Australia, a los maorícs en Nueva Zelanda y a lo; amerindios
11 11
cialmente aplicada a los presos políticos importantes. Se extend111 1,ulo d ~uevo 1_1undo. De hecho, las décadas de 1880 y 1890 pare-
miedo al «crimen», pero se encarcelaba a cualquiera, desde drog:111111 1111.,la:r sido un t1e?1Pº ~n el que la conciencia racial y la segregación
hasta místicos religiosos, o indígenas tribales sin voz que vagab1111 p 11 111111 1vos ele raza invadieron las sociedades de casi todo el mundo.
la ciudad; todos podían acabar encerrados en imponentes cárceb 11 11 • l.1ro _que las ideologí~s de las élites sobre la guerra entre razas y ¡J
clásicas o neogóticas. En las décadas de 1840 y 1850, Francia y< ,1 11 ~• 11l'Sia fueron causas 1mportantes, pero estas ideas prevalecieron
11 111
Bretaña introdujeron medidas policiales urbanas más rigurosns, 11·111 t '1 ' Hl' pod'ían poner en práctica en las nuevas ciudades. Al atraer
das en los «barrios bajos» o bidonvilles, zonas pobres donde s11¡,11c ' 11111 n lu clase me?ía sin? también a la clase trabajadora, recelosa y ¡I
mente anidaba el crimen. El control policial era sorprcndt·nt1·11111 ,1, '1 11 1.1 ~l: su medio de Vida, se promulgaron como leyes y como pro-
alto. Durante las revueltas cartistas de 1848 en Gran Bretai'ia, s<iln e 11 111111N pol1t1cos.
centro de Londres se desplegaron 20.000 policías. Las perso1111s de 1 11• 1g11al mat~er~ parece que las divisiones de clase social se politi-
religión o lengua que emigraban a una ciudad eran objeto de l.1\ 11 '11 hito no significa que la guerra de clases estuviera al caer sino
cadas de la clase acomodada, pero también de la l'urb, 11l'IH111 11 11111 /1()liicrnos, la clase media y la clase trabajadora eran más 'cons-
Gran Bretaña, la costa este ele Estados Unidos y las colonius 1111111111 111 d,· «el p'.·oblema labornl». En las sociedades del viejo orden, la
los millrnws ck- i11111igrn1i1c·s ca16liros irlandeses 4ue nhu11do1H111111 1111 1111011 sonnl ele la gen le era un proceso basado, por lo gcncrnl, en

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