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Historia de la Cultura occidenta) 11

Control de lectura 1:

• HU'BEÑAK, F. (2006) Capítulo 7. En Histo~ia


integral de Occidente (p.153-163). Buenos Aires:
Educa.
::- "

CAPÍTULO 7

LA CRISTIANDAD EUROPEA (SIGLOS XV AL 'XVII)


RENACIMIENTO Y REFORMA

Durante el siglo XIV, a pesar de la peste negra, se aceleró la urbanización y el desarrollo co-
mercial, con diferentes consecuencias en el orden político, ecoT;lómico, social y aun religioso. Obser-
vamos que "hacia 1350 Europa es (todavía) un área mental y espiritualmente cerrada, como replege.- ' -
da en·sí misma ... "! ~
Pero mien~as en el ceIitro de Europa el proceso se desarrollaba lentamente y seguía viviéndose
de acuerdo con las características que señalamos en el capítulo anterior, en la región mediterráilea
estaban ocurriendo una serie de importantes modificaciones vinculadas con la reapertura comercial
originada por las "cruzadas". .

El J;"enacimiento en la península itálica ,

;',
En el "corazón" de la Cristiandad, como relatamos precedentemente, alguñi(farnmaS reales (li-
.'. najes) -en la mayoría de los casos con el apoyo económico de los "nuevos ricos" (hoy conocidos como
''burgueses'')-- fortalecieron su poder militar y político, generando concentraciones:político-territoria-
. les qué la posteridad ha denominado con escasa precisión "monarquías nacionales" y "estados moder-
. nos". ''Después de que la Refonna, al desmeinbrar la Cristiandad, pusiera fin a la Europa de los papas,
el continente fue entregad9 alos príncipes. Del siglo xVI al xvm, sin el contrapeso de ningún poder

espiritual, sin la preeminencia de ninguna fuerza temporal a aquéllos no les queda más que oponerse
.
··.i
;': los unos a los otr9S. La Europa de los príncipes está dividida en unos 400 Estados, a saber: tres impe-

':i rios (el alemán, el ruso y el otomano), una docena de reinos·, ocho repúblicas, y una gran variedad de
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principados eclesiásticos o seglares, archiducados, grandes ducados y ducados, arzobispados y obispados,
abadías, prebostazgos, margraviatos, landgraviatos, marquesados y condados, señoríos y ciudades li-
bres, y todos ellos aspiran a la plena soberanía y para ,afirmarla guerrean cada un~ a ~ual mejor. Como. : ..
se trata· de querellas en la cumbre, la mayor parte de los conflictos no ponen en escena más que efecti-
vos militares limitados de nobles o de mercenarios y los pueblos no toman parte en ellos"2.
'--_: ¡ Pero en la península itálica las ciudades costeras y centrales -como Venecia, Génova, Pisa y
.
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_especialmente Florencia, Milán y luego la propia Roma-, favorecidas por el "renacimiento comer-
- . .,..: '
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·,i, , • cial"·re~laboraron un modelo de "principados mercantiles" -mal llamados ciudades-estado- donde
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~
.gobernaban familias de mercaderes, ahora .convertidas en patricias3• El crecimiento de estas ciuda-
'---'~);~ ;
"- '<~, i
J;
1 Romano, Ruggiero·; Ten~nti, Alberto, Losfundamentos del mundo moderno, México Siglo XXI, 1975, p. 77.
,r ' 2 Sédillot,
René, Europa. "esa utopía, Madrid, Guadarrama, 1971, p. 1:45. ,
~"W 3 El historiador Daniel Waley señala que aproximadamente en el año 1200 "había unas doscientas o trescientas
unidades que merecen ser descritas como ciudades-es.tado (p. 11). En el siglo XV la mayoría había perdido su indepen-
-· '·: 1 dend~ nPTn nn l~H! r;l1rl~:uip~ TPn~rpntidM nnr prrplltmrp_ F10Tf~nr.i::l v Venecia" ffiurke. PeteT. El Renacimiento italiano.
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154 FLORENCIO HUBEÑÁK


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des se vio favorecido por la .inexistencia de los tradicionales estamentos medievales; aquí el status
estaba dado 'por la recientemente adquiP.da nobleza familiar (nQbili, gentilhuomo), por la ciudadanía
(cittadini) o la pertenencia a los· gremios. .
Fue especialmente Fiorenza, gobernada por familias de comer~,~~ntes ennobleci~ -como los
Médicis (Cosme y Lorenzo)-, la que, gracias a su poog.r.eso económico y despertar de la cultura clá-
sica, .desarrol~ó~er" (renovatio) artísticº-C..ul.qu-al que pasó a la posteridad como ~uatroc(Jnto
~ primer Renac~e%o. ~qm@..Q.~~i~ti~ bá~~Jll~ºt~,~n, ~lFe~e~~ll.!>~~i~o -o,mª:~_~~­
Il!ente:-."~~valonzacl0n,~4aEtada"-~guedadroJIla.11:a, convertida en l:!!1.IDodelo de vlda4 • ''La
~éonstrucci6ii de'lá 'cl1pula de1il basílica de Florencia fu71~prueba~'arquitectóniCamás grande del
mundo occidental. Bnmeleschi -su artífice- intentó "tocar el cielo"-/
Fue precisamente en esas ciudades itálicas donde los burguéses -fortalecidos con el rápido cre-
cimiento comercial y urbano- pudieron desarrollar al máximo su potencial eC9nómico.
Paralelamente -con el apoyo del poder político, del que fueron prestamistas-los burgueses se
lanzaron'a nuevas empresas comerciales que requirieron;un rápido desarrollo de los documentos de
comer~'io (letiá>de cambio, endoso; cheque,'pagaré) y .de ,entidades:como las sociedades por accio-
y
nes, los bancos: las bolsas. Nacía el capitalismoS ~ Esta política de enriquecimiento acumulativo -como
base de la prosperidad económica- generó la prác~ica del mercantilismo en los diferentes reinos. Se
trataba de conservar la mayor cantidad de oro y plata en el territorio nacional, pues se creía que éstos
conformaban la base de la riqueza nacional.
Para llevar a cabo sus nuevas tareas, los mercaderes -como vimos precedentemente- necesita-
ban una formaCión eminentemente práctica, diferente a la otorgada por las universidades, y:basada
fundamentalmente en el cálculo, favorecido por el reemplazo de los engorrosos·números romanos
por las 'más ágiles cifras arábigas, que P,~!IDjtíªtlc].1en~s. rápidas_y'_exactas. Asimismo los contratos
mercantiles se redactaron en las lenguas vulgares, reservándose el latín p~a las cortes, universida-
des y la Iglesia. Se escribieron "p~queños tratad..Q!.9!!€?_'! . menudo·-tomaron,el. tít~l~tsignifi.c.ati~_de.~~,
\
]!.catiche.di t!}~c!!:!y'[.,d'6 que contenían los datos esenciales para el desempeño comercial. Asimismo
aparecieron libros de cuentas de doble entrada (ver documento 1) y diferentes estadísticas de la ex-
portaciones e importaciones, población y precios (catastros), necesarios para el éxito comercial y .
que a la vez "promovían el desarrollo de esta mentalidad cualititativa"7 que prontamente 'se trasladó
a Holanda, y luego a Inglaterra. Allí se fundaron las, Bolsas de Amberes (1531), Londres (1571) y
Amsterdam (1610) y el banco de Londres (1571).
Todo est~ favoreció el desarrolló s'el capitalismo -acu~ulación de capitaies- y un '~espíritu ca-
pitalista" de ~expansión económica incontenible que favoreció la mentalidad de dominio de nuevos
mundos. La acumulación de fortunas (capitales) se basaba en el deseo d~~(ver documento 2) y
se,.contr.aponía-a1a~JE,~..!!!edie.yales.que,condenaban.la. usur-a. La necesidad de contar con dinero
acuñado favoreció, a su vez, el desarrollo de la minería.

4 Como detalla Carlos Valverde: "A partir de Francesco Petrarca (1304/1374), y en buena parte por influjo suyo,
se despertó en los potentes centros económicos y culturales de la península italiana, Florencia, Venecia, Roma, N ápoles,
Bolonia, Padua, Mantua, etc., una acuciante curiosidad por redescubrir la cultura latina y romana durante siglos laten-
te. Decimos latente porque nos parece la palabra exacta: No había d~saparecido la cultura roman~ durante la Edad'
Media pero permanecía oculta en las bibliotecas y los archivos ill(;macales y catedralicios o en templos de antiguas
ciudades. Habían sido monjes y clérigos medieyales los que 'habían transcrito pacientemente, y adornado con mimo
artístico, innumerables códices de la Antigüedad clásica. De hecho, 'los renácentistas cazadores de 'libros fue en las
abadías y en las catedrales donde encontraron obras de Homero, de Plat9n, de Tácito, de Cicerón, de Plauto, ·de
Quintiliano, de Vegecio, de S~ilio Itálico, de Valerio F1acco, de Columela, de Amiano Marcelino, de Manilo, de Petronio, ~
etc., y hasta el Tratado sobre la Arquitectura de Vitrubio, cuyo descubrimiento señ~a el final del arte gótico y el ini-
cio de la arquitectura neoclásica. Se hicieron excavaciones y se formaron los primeros fondos de lo que después serían
los grandes museos de escultura cl~ica. Los palacios de los grandes se adornaron más con bustos y fiisos romanos que
con cuadros o imágenes de Jesús y los santos. Las 'Villas' de los príncipes y de los cardenáIes ostentaban en susjardi-
nes columnas y esculturas y hasta teatros de imitación y gusto clásico" (Génesis, estructura y crisis de la Modernidad,
Madrid, B.A.C., 1996, p. 34). '
s See, Henri, Los orígenes del capitalismo, México, F.C.E., 1961.
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HISTORIA INTEGRAL DE OCCIDENTE 155


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Los E~1I!1?~§in9~?- I?f_E?~.i~na.~~~ 29E.. ~ ~?b~eza .~~ c~~~s, prefui~r,on abandonarJos ~ª:r:nP5~s y ,~~~~~,
girse -para ºX9.Q~r.§yerte~:-::-: a las florecientes ciudades, que favoreCÍan su ip.corporación. .
~EStas- modificaciones se rüeronexpandiendú -lenta-pero Iñexórabíemente":'" 'pof'erresto de Eu-
ropa, donde los nobles, al regresar de las cruzadas, se recluyeron en sus posesiones, convirtiéndose
en rentistas, para escapar de la política centralizado~~ de los monarcas,· observando y favoreciendo la
desaparición paulatina del sistema feudal. Así se fue estructurando el llamado Ancien Regime (Anti-
.guo Régimen).
Unos pocos, más predispuestos a los cambios, se acercaron a los centros de poder y, junto a los
humanistas, artistas y eclesiásticos, originaron las cortes modemás, cada vez más lujosas y sofisticadas,
convirtiéndose en cortesanos.
En este llamado "primer renacimiento" (florentino) incluimos a artistas de· renombre como el
ya citado Dante Alighieri -autor de la Divina Comedia-, Petrarca -conocido por sus sonetos y poe-
sías en idioma romance-, Boccaccio -no menos celebrado por sus cuentos del Decamerón-, Ficino
-fundador,de la Academia en Florencia-; a humanistas como Pico de la Mirándola, arquitectos como
Alberti y~;Brunelleschi, a los escultores Ghiberti y Donatello y a renombrados pintores como Fra
Angélicó~:i Giotto, Piero della Francesca, fra Filipo Lippi, Masaccio y especialmente Botticelli -re-
cordadopor sus cuadros de1.Nacimiento de Venus y La consagración de la Primavera-o No menor
importancia tuvieron en el orden político Nicolás Maquiavelo-autor de El príncipe, y su amigo y
competidor Francisco Guicciardini. Fue en el Quatroccento cuando se construyeron en Florencia
edificios tan relevantes como Santa María Novella, Santa Croce, el Palazzo Vecchio, el Duomo y el
Campanile.. .
El fin de la crisis en la Iglesia y el regreso del Papa a Roma (1411), despº_~s de.;un largo exi-
lio, permitieron la reconstrucción y fortalecimiento de la "ciudad eterna" yqef~poderpapal sobre
ésta por la acción de pontífices como León X y Julio 11, embebidos en la met;ttalidad burguesa de
sus propias familias. Al asumir Roma -y el Papado- su pasado imperial" ... se convirtió en el cen-
tro de la cultura occidental y logró ejercer un influjo intelectual que todavía s~ hizo más intenso
durante la Contrarreforma y siguió actuando hasta muy entrada la época baQ-oca( ... ). La Curia
pontificia superaba como poder económico a todos los príncipes, tiranos, banqüeros y comercian-
tes de la alta Italia; podía invertir sumas mayores que éstos en fines culturale~1 en el terreno del
arte tomó la direc.ción que has~a ento~ces había P?seído Flo~encia"8. Lo~í~~~.~9m~~~'!r91L~.,.
,t
)
tr~~adarse a la "CIudad de las s.1E?.t.e cobn_as'~, .prefinendo -trabajar para la Igle.~I~a,ntes que para los
"prín'Cipe~;"~ 'Esf~ peiíódo ~onocido como el 9in9!!:~c.l!n!~- permitió el brillo-,~~.tistas de .la talla
j,1
de Rafael (SanzlO) -autor, entre muchos cuadros de la VIrgen, de los frescos.:,-~P;Ja EstanCIa deja
Signatura-, Leonardo (da Vinci) -mundialmente célebre por la Giocond(¡~jy Miguel Ángel
(Buonarotti) -conocido de igual manera por el "poema sobre la Creación" qué conforma la deco-
ración de la Capilla Sixtina, como por las estatuas del David y la Pietta-, cuyas obras siguen sien-
do reconocidas como las mayores producciones pictóricas y escultóricas de la historia. A su vez
los palacios de papas y cardenales fueron embellecidos, como los ' templos, con obras de la Anti-
güedad. Venecia -más ligada a la tradición oriental- se distinguió por sus propios parámetros ar-
tísticos que destacaban por su ·coloÍ"ido. Tiziano y los más jóvenes Tintoretto y Veronés y más tar-
/ :
de todavía, el Greco fueron sus expresiones más significativas. Estos artistas fueron considerados
"genios", "héroes semi-divinos" y Miguel Ángel parece haber sido el sujeto del primer "culto a la
personalidad" entre los modernos.
Este arte generado en la península itálica se fue propagando lentamente por toda la Cristiandad.
Los mercaderes que negociaban en Venecia y en Milán favorecieron su difusión en sus patrias y "en
~ .
1500, toda Europa reconoció la preeminencia del arte italiano,,9 de igual manera que la música corte-
sana flamenca, que también fue reemplazada por la "italiana" barroca con Palestrina, después del
concilio de Trento. ..
El llamado "Renacimiento"lO ~~huado aproximadamente entre mediados del siglo XIY y fina:'"

8 Hauser, Amold, Historia social de la literatura y e/arte, Madrid, Guadarrama, 1969, t. 1, pp. 438/9.
9 Koenigsberger, H.G.; Mosse, George, E,uropa en el siglo XVI, Madrid, Aguilar, 1974, p. 337.
10 "Cabe destacar que Jacobo Burckhardt ha sido, en gran medida, el inventor de nuestra visión actual del Renaci-
miento. Coincidimos con la afirmación: 'el descubrimiento de la naturaleza por el Renacimiento es un inv~nto del libera-
156 FLORENCIa HUBEÑÁK

les del XVI- tuvo una plenitud "de corta duración; no floreció más de veinte años"11 pero es impor-
tante resaltar que sus pintores generaron un canon artístico universal-basado en la teoría platónica y
la praxis helénica- según el cual "por 'bello' se entiende la concordancia lógica entre las partes si~­
guIares de un todo, la annonía de las relaciones expresadas en un número, el ritmo matemático de la
composición, la Q.esaparición de las contradicciones en las relaciones entre las figuras y el espacio, y
las partes del espacio entre sÍ. Y así como la perspectiva central no es otra cosa que la reducción d~l
espacio a ténninos matemáticos, y la proporcionalidad es la. sistematización de las formas particula-
res de una representación, de igual manera poco a poco todos los criterios del valor artístico se su-
bordinan a motivos racionales y iodas.ias ieyes del arte se racionalizan"12. Estas pautas "racionalistas"
rigieron el arte universal, al 'menos, hasta el siglo pasado.
Además parece importante destacar que -más allá de los juicios de valor personales- "el siglo
XVI fue, en sÍ, el siglo más grande en la historia del arte europeo. Entre 1500 y 1600 se pintaron la
mayor parte de los cuadros y frescos más hermosos de Europa y en mayor y más contrastante varie-
dad de estilos qlJ:e en cualquier otro período similar"13 .
• J

El humanismo
Estos cambios activaron un proceso paulatino de modificación en la cosmovisión del hombre
de la época. Los estudiosos no dudan en afirmar que éste se reencontró a sí mismo y comenzó a ana-
lizar la .:realidad desde su propia percepción humana ("antropocéntrica") y no ya de~de Dios
("teocéntrica"), corno lo hacían sus antepasados (ver documento 3). A partir de ahora, y cada vez
más, -como en l~ Antigü~dad que trataban de copiar- se buscó la felicidad en la propia naturaleza 'y I
-en los valores humanos, despreocupáridose de cuanto acaecería después de la muerte. Se intentó dis- ¡
frutar con plenitud de esta vida (l'uomo universale) ... y con medios puramente humanos. Ya no se , j
trataba de "ganar' la eternidad" en ~ste "valle de lágrimas", sino de construir "un paraíso" en este I
mundo o al menos gozar plenamente de ~!: y para ello se necesitaba "saber" (la razón) y "poder" (la

I
fuerza, la "razón de estado"), más que "cre'er!..'..__ I
El llamado "hombre renacentista" -una mihQría intelectual en las ciudades itálicas que pode-
I mos identificar con los "humanistas"14 (ver documento 4)- desarrolló un culto a la personalidad (in-

dividualismo antropocéntrico), una ambición de gloria y fortuna, un deseo de disfrutar de la vida-y


sus placeres: espirituales y materiales- y una gran curiosidad que fomentó el ansia de saber y la apertura
a "nuevos mundos"; todo ello sin negar la inmortalidad del alma ni su fe religiosa, aunque con ciert<;>
tono escéptico desconocido por el "hombre medieval". Es evidente que "los humanistas no deseaban
renunciar a sús creencias de cristianos, o lo que les parecía el núcleo esencial de la religión: la exis-:

combatir así a la filosofía romántica de la historia. Cuando Burckhardt dice que 'el descubrimiento del mundo y del hom-'
bre' es obra del Renacimiento, su tesis es a un tiempo un ataque a la reacción romántica, y una defensa contra la propa-
ganda destinada a difundir la visión romántica de la cultura medieval. La teoría de la espontaneidad del naturalismo
renacentista tiene la misma fuente que la doctrina de que la lucha contra el espíritu de autoridad y de jerarquía, el ideal de
la libertad de pensamiento y de conciencia, la emancipación del individuo y el principio de la democracia son conquistas
del siglo xv. En este cuadro la luz de los Tiempos Modernos contrasta por todos lados con las tinieblas de la Edad Me- '
, I
dia. La relación de este concepto del Renacimiento con la ideología del liberalismo es todavía más clara en Michelet que I

en Burckhardt; al primero se le debe la frase de la découverte du monde et de f'homme (Histoire de la France, VII, 1855,
(.
p. 6)" (Hauser, A., op. cit., t. 1, p. 347).
11 Idem, t. 1, p. 451 .
12lbidem, t. 1, p. 359.
13 Koenigsberger-Mosse, op. cit., p. 336.
14 Estos humanistas "son en cierto sentido los herederos de los clérigos medievales. El clero significa en su origen el
estado eclesiástico, pero ya en el siglo XV, el clérigo ha pasado a ser la persona instruida, el letrado, el sabio, y aunque esté
dentro de la Iglesia se diferencia del sacer40te ... El término clérigo estalla, en el siglo XVI, pasando a las profesiones laicas
y a la vocación de fllósofos, sabios, ensayistas y hombres de letras. Los ·filósofos, sabios y e~critores de los sigl~s XVll y'
XVllIl son privilegiados que disponen de una renta, que gozan de un cargo o que se benefician de algún mecenazgo princi-
\.
pesco. Se vinculan entre sí por medio de viajes, correspondencia, y aunque dispersos en distimos países constituyen una
HISTORIA INTEGRAL DE OCCIDENTE 157
/~"-.

o; tencia de Dios, la inmortalidad del alma y la fe en la virtud moral" 15 , como asimismo resulta intere-
sante observar que los artistas siguieron pintando y esculpiendo vírgenes y santos, aunque" ... .tam-
bién los temas religiosos se llenan de motivos profanos"16.
Los autores de la época -quizás influenciados por la areté griega- resaltaron el concepto de
virtud (virtú), que para ellos significaba "sobre todo,la voluntad de crear el propio destino, el espíritu
de empresa, la audacia calculada, una inteligencia aguda, que no excluye niJa crueldad, ni la astucia
cuando éstas se consideran necesarias ... "17. En este contexto debemos entender la afrrmación"el
descubrimiento del individuo tuvo lugar en Florencia a principios del siglo XV"18.
Entre los "humanistas" -empapados en el neoplatonismo y tan internacionalistas como los uni-
versitarios del siglo XIII y convencidos que vivían "tiempos modernos" (ver documento 5)- se des-
tacaron los florentinos Pico de la Mirándola y Marsilio' Ficino-ya citados- junto a Erasmo de
Rotterdam -autor del Elogio de la Locura-, Tomás Moro -autor de Utopía- (a modo de ejemplo ver
documento 6), Lefévre d'Etaples y Juan Vives. Estos autores no renegaban de la filosofía medieval
ni de Dios, pero, influidos excesivamente por los autores paganos y anticlericales, buscaban otra
perspectiva, se orientaron en otras direcciones y anticiparon la independencia de los saberes. Todos
ellos "vúlvían la vista ávidamente a la civilización de Grecia y Roma. Buscaban los autores antiguos
y los leían con pasión, y se escribían unos a otros en latín. Su alto motivo de orgullo era escribir
prosa cotno la de Cicerón. Pero aunque su pensamiento.estaba saturado de literatura antigua, su im.a-
\,
ginacióriseguía siendo enteramente gótica 19 . Ellos enseñaron la gramática, la retórica y el estilo, la
literatura: la filosofía moral y la historia -a través de ejemplos- yen latín y griego -cuya pervivencia
afianzaron-20 ; en síntesis: las humanidades, generando un modelo "occidental" de "cultura".
, Ello ayudó al desarrollo del libro, luego extensamente difundido con la fabricaCión de la im-
prenta y posteriormente, con la alfabetización21 . : , '
Como sintetiza un historiador germano, "con el nombre de Humanismo se designa aquella'par-
'te del movimiento renacentista que se ocupó preferentemente de la formación literaria, del lenguaje,
de la educación, de los estudios, el saber,,22.
A medida que se consolidó el poder de los reyes y se establecieron nuevas cortes, las ideas '-y
costumbres- de este "renacimiento humanista" fueron adoptadas por éstas, creándose un modelo de
.! "hombre culto" -el cortesano- (ver documento 7), cuyo modelo expuesto por Baltasar de Castigliorie
""" , fue "durante más de, cien años el catecismo universal de los buenos modales"23. "El cortigiano debía
estar familiarizado con todos los juegos, incluso con el salto, las carreras, la natación, la lucha; debía
de ser un buen bailarín y como es lógico, un jinete consumado. Había de dominar varios idiomas, o
cuando menos, el italiano y el latín, entender la buena literatura, y tener propio criterio sobre el arte"~4. _

15 Romano y Tenenti, op. cit., p. 144.


16 Hauser, A., op. cit., t. 1, p. 369.
17 Delumeau, Jean" La civilización del Renacimiento, Barcelona, Juventud, 1977, p. 402.

,.' 18 Clark, Keneth, Civilización, Madrid, Alianza, 1987, p. 164. -(,' ~ ';
::
19 Idem, p. 184.
20 "Con los autores latinos y con los griegos traducidos se formó un, verdadero Corpus de humanidades que llegó a
ser una especie de biblia profana, nunca editada en un volumen como la judea-cristiana, pero sí leída, estimada y medita-
da en sus múltiples libros y ediciones que la imprenta recién nacida facilitaba a los 'europeos. En la segunda mitad del
siglo XV se instalaron imprentas en todas las ciudades importantes de Europa, y de ellas salían ediciones de casi todos los
escritores latinos y griegos. Los magnates se hicieron coleccionistas de manuscritos y libros y se constituyeron los fondos
de las primeras grandes bibliotecas: la Vaticana, la de San Marcos de Venecia, la del Louvre de París, la de San Lorenzo
.de El Escorial. Ahora los libros eran custodiados como preciosos tesoros" (Valverde, C., op. cit., p. 38).
, 21 "En el siglo XVI, la novedad del libro fue su multiplicación en un mundo en el que lo esencial de las relaciones
",--,,'
)
era oral. La información circulaba, en efecto, por otros canales: el rumor que alimentaba los debates públicos y privados,
:j las proclamas de los pregoneros, el cameleo de los vendedores ambulantes, los ~ermones, el teatro cómico o polémico, la
. :~ correspondencia, la copla callejera, los romances de ciego y, asimismo, la lectura pública. La vista era solicitada por imá-
genes, espectáculos y procesiones" (Gilmont, Jean-Francois. "Reformas protestantes y lectura", en: Cavallo, Guglielmoy
Chartier, Roger, Historia de la lectuar en el mundo occidental, Madrid, Taurus, 1998, p. 346).
22 Lortz, Joseph, Historia de la Iglesia en la perspectiva 'de la historia 'del pensamiento, Madrid, Cristiandad, 1982,
t. n, p. 69).
23 Clark, K., op. cit., p. 169.
158 FLORENCIa HUBEÑÁK

¡La humanitas se convierte en una nueva nobilitas! Pero salvo esta excepción del modelo de
"hombre culto", "las ideas del Renacimiento penetraron el mundo aristocrático y jerárquico, sin lle-
gar a transformarlo"25. .
Su carácter de minoría -aislada de la gente- explica que en el siglo XVI cayeran en un descré- .
dito generalizado. "Así se siguió hablando y escribiendo, y se poetizó de acuerdo con sus directrices,
pero nadie quería pertenecer a su círculo. A los dos reproches principales que se les echa en cara (su
maligno orgullo y su vergonzoso libertinaje) viene a sumarse un tercero, su incredulidad, que revela
ya el espíritu de la incipiente Contrarrefonna,,26.

Las monarquías dinásticas o "nacionales"


Como señaláramos anteriormente, mientras en las regiones marítimas se estaba elaborando un
nuevo mundo "mercantil y burgués", en el corazón del continente europeo se llevaba adelante la
_consolidación del poder por parte de. algunas de las dinastías reinantes en perjuicio de la mayoría de
;los desprestigia~los y empobrecidos señores feudal~s. Este proceso, cada vez más generalizado, con-
dujo a una con~{mtración del poder en manos del monarca (príncipe), que se conoce bajo el nombre
de absolutismo.
Los exitosos monarcas lqgraron, con el dinero a préstamo de los nuevos banqueros prósperos
-de origen burgués- , contratar ~opas mercenarias para combatir a los señores feudales que se opo-
nían al fortalecimiento de la .autoridad real. A ello ayudó el uso de la pólvora, que permitió la des-
trucción de los viejos castillos, fortaleza de los nobles. Así -favorecidas por el despertar de los pa-
triotismos locales, como por ejemplo "la guerra de los Cien Años"- se formaron las monarquías
dinásticas (¿nacionales?27) que, superando las fragmentaciones feudales~ originaron el llamado ~·'es­
tado modemo"28 ...
El absolutismo tambien impli~Ó disminuir el poder -casi monopólico- y la .formación militar
de. los nobles, preparando el camino a los ejércitos profesionales -y nacionales (napoleónicos)- y
convirtiendo a los vasallos en súbditos.
Paralelamente los nuevos intelectuales de'origen burgués --los legistas-, basándose en el dere-
cho romano imperial, justificaban la soberanía real ("lo que place al príncipe tiene fuerza de ley"')'y
preparaban las tesis vindicatorias del absolutismo que defendieran el florentino Nicolás Maquiavelo
en El príncipe (ver a modo de ejemplo- documento 8), el francés Jean Bodin en Seis libros de la
República -en que define la soberanía- y el inglés Thomas Hobbes en el Leviathán donde anticipa el
Estado racionalista -"una máquina"- y sin límite, necesario para evitar las guerras permanentes.

lA crisis religiosa de la CristiandatP9


Las profundas modificaciones políticas, intelectuales y sociales que se produjeron en el siglo .
,~

XIV se aprecian de manera significativa.en la Iglesia que, de alguna manera, había "guíado" el "na-
cimiento" y "crecimientd' de la Cristiandad_en las épocas feudal y urbana. ..¡,

25 Gerhardt, Dietrich, La Vieja Europa, Madrid, Alianza Universitaria, 1981, p. 106. Negro Pavón observa que "el
nuevo humanismo, utopista y apolítico, tenía cierto aire liberal, pues, además de distanciarse de las querellas eclesiásti-
cas, se inclinaba a creer en la bondad natural del hombre" (Negro Pavón, Dalmacio, La tradicinn liheral y el estadn, Ma-
drid, Unión Editorial, 1995, p. 89).
26 Burckhardt, 1., op. cit., p. 234.
27Es erróneo hablar de monarquías "nacio~ales", ya que ~hasta el siJlo XVIII-las "naciones no constituían la
totalidad del pueblo, sino la clase dominante y políticamente representada" {Schulze, Hagen, Estado y Nación en Europa,
Barcelona;Crítica, 1997, p. 93) y la población se sentía vinculada sacralmente, representada -y sujeta- a su rey '''natural'' r
que velaba por la paz y unidad estamental, y no a una aún."inexistente nación". Por ello el propio rey Luis XIV se preocu-
paba por aclarar que: "la nación no forma cuerpo en Francia, reside toda entera en mi persona" (Luis XV al-Parlamento
de París el 3 de marzo de 1766). Cfr. p. 136-7. .
28 El concepto moderno de "estado" (lo stato) parece deberse a Oiovanni Botero, quien en 1589 escribió: "El Esta-
do es un dominio establecido sobre los pueblos y razón de Estado es el conocimiento de los medios aptos para fundar,
conservar y ampliar tal dominio" (cit. Negro, D., op_cit., p. 89). .
29 La historiografía alemana -de raíz luterana- acuñó la denominación "Refonna" n~r~ rp.fp.rir.~p. a p.~t~ p.no~:\ . F~t~
"J 1,,,'
J HISTORIA INTEGRAL DE OCCIDENTE 159
La crisis del siglo XIV -conocida como "cisma de Occidente"- y el traslado de la sede papal
a Avignón acentuaron el ambiente de mundanidad y corrupción que crecía en el seno de la Iglesia
-y de'la sociedad-, a la vez que el. avance de los burgueses -y sus nuevos valores ("disfrute de la
vida", codicia, lujo, fama, placer)- también ingresaban en la Curia, convertida en otro "principado
j
itálico". Mientras el poder -y los bienes cada veZ mayores- del clero despertaba la codicia de lO's
¡ antiguos y nuevos príncipes, la centralización romana del Papado, producto de la "teocracia papal"
1 generó poderosas reacciones centrífugas fuera de Roma; especialmente en tierras germanas, aun-o
¡
I que también en Inglaterra, Francia, España y aun en la península itálica. Tal por ejemplo el caso
!
¡ del fraile Savonarola (ver documento 9). Los .historiadores hacen referencia a un proceso de "des-
o f composición intema"3o.
Las primeras reacciones en respuesta al "clamor' ~ por una "reforma" de la Iglesia surgieron en
el seno de la misma. Tanto el humanista Erasmo de Rotterdam como el ya citado poverello Francis-
co de Asís -en contextos totalmente distintos- abogaban por el regreso a, la sencillez evangélica.
La o~f~rvescencia-yverdadera "confusión de ideas"31- producida por las nuevas '~ideas" teológicas
(Ockham;oScoto) elaboradas en.1os ambientes universitarios, se difundió por toda la Cristiandad y mu-
chos clérigos -motivados por los escritos de los humanistas- se sintieron capacitados para emprender
una lectura y reinterpretación más personal de las Sagradas Escrituras:' Fueron estos humanistas, sobre
todo Erasmo, quienes -aunque creían en la misión divina de Jesucristo, la necesidad de los sacramen-
tos y la organización eclesiástica- criticaron con dureza "ritos, rezos, observancias monásticas, cere-
¡. monias, c'antos, peregrinaciones, indulgencias, devociones, en suma, externas y ritualistas a las que tan
,i

i
. aficionado era el pueblo, y los clérigos y frailes que vivían entre el pueblo. Erasmo fue el princlP-~
¡ pLQl?ulsor de una religión
--.~--_
interior.-'---
. r------.--o y personal,
·.- -----.. menos formulista,
...·- _.. ' ''''._.' más evangélica y.-paulina
--·~- . - 0'0 • ___ .~_ . ·o. y
. menos es-
• _ _ .. . _ - .. - . . . , •• _ . - " V · _ _' _ _

colástica, un cristiañis@o simplificado y moralizante, expresado sobreTodo en la caridad, que él mismo


llimiibaphilosophia chriSii(veraoCuiñe"ñto lVJ~SUs'·~céhidas. cntifás-á-lasffiañifestaci6nes externas '
del~toHdsñiO~aIaeSéoTástica, a las Órdeñes monásticas, a la Jerarquía eclesiástica, al aparato teoló-
gico, prepararon el ambiente en el que después se propagó la Reforma luterana"32..
Las circunstancias popularizaron a uno de esos clérigos, Martín Lutero. Éste fue un monje agusti-
no germano -~ºunel}.tado por el miedo a .nQ .s.alYars~- que cuestionó algunos dogmas, exponiendo sus
interpretaciones en las famosas 95 tesis que pegó en las puertas de la iglesia del palacio de Wittenberg
j
.
.\ (1517). La esencia del pensamiento de Lutero publicada en m.uchas obras entre'la.:r que se destacan A
la nobleza cristiana de la nación alemana, La libertad cristiana, La cautividad babzlónica de la Iglesia
y una valiosa traducción de la Biblia al alemán, puede re~umirse en dos ideas clave: la salvación del
ho~bre se logra solamente por la fe sin necesidad de las buenas obras (ver documento 11)33 y las Sa-

reforma, sino una "herejía" dentro de ella. Resulta de interés verificar qué consideraba "herejía" el-vocabulario de~la épo-
ca: "Porque no debe tenerse a uno por hereje tan luego que haya pecado en la fe, sino al que, despr~éiando la autorlaad de
la Iglesia, sostiene con pertinanci~ opiniones impías" (Catecismo romano del Concilio de Trefzto. I-X9-1); "hei ejes y
cismáticos, porque se separaron de la Iglesia, pues pertenecen éstos al gremio de ésta, lo mismo que los desertores a un
ejército del que renegaron" (idem, I-X9-9).
30 Ver. Lortz, J., op. cit., t. 11, p. 52.
31 Idem, t. 11, p. 51.
32 Valverde, C., op. cit., p. 39.
33 Esta temática está directamente vinculada con la cuestión del pecado y la gracia. Sobre el tema, la Iglesia sostie-
ne: "La gracia santificante es un don divino que hace al hombre hijo de Dios y heredero del cielo ... La gracia actual es un
don sobrenatural por el cual el EspíritU Santo ilumina nuestro entendimiento y mueve nuestra voluntad para evitar el mal
y obrar el bien" (Catecismo de la doctrina cristiana, Perseverancia, nO 229 y 233). ~'Aunque propio de cada uno, el peca-
do original no tiene, en ningún descendiente de Adán, un carácter de falta personal. Es' la privación de la santidad y de la
jusÚcia originales, pero la naturaleza humana no está totalmente corrompida: está herida en sus propias fuerzas naturales,
sometida a la ignorancia, el sufrimiento y el imperio de la mueÍte e inclinada al pecado (esta inclinación al mal es llamada
'concupiscencia'). El Bautismo, dando la vida de la gracia de Cristo, borra el pecado original y devuelve al hombre a
Dios, pero las consecuencias para la naturaleza, debilitada e inclinada al mal, persisten en el hombre y lo llaman al com-
o· ,
bate espiritual" (Catecismo de la Iglesia Católica, 1999, nO 40S).-"El pecado está presente en la historia del hombre: sería
~) vano intentar ignorarlo o dar a esta oscura realidad otros nombres. Para intentar comprender lo que es el pecado, es pre-
ciso en primer lugar reconocer el vínculo profundo del hombre con Dios, porque fuera de esta relación, el mal del pecado
no es desenmascarado p.n cm vpr(br!pr~ ir!"nt;rl"rl A~ _~ ..L. ____ • .. . • • ,
160 FLORENCIa HUBEÑÁK

gradas Escrituras pueden ser librelnente interpretadas por cualquiera que las lea (ver docul'nento
12)34.
Sus teorías -consideradas heréticas 35 - "encendieron la chispa" cuando el papa Julio TI dispuso,
para reconstruir la basflica de San Pedro en Roma, recaudar fondos en toda la Cristiandad, otorgan-
do indulgencias a quienes contribuían a ell036. A su vez pennitió que en cada diócesis fuera el obis-
po quien se encargara de la recaudación del dinero. En tierras germanas -con gran imprudencia-
esta misión fue encomendada a una casa de banqueros. La inhabilidad de éstos, la rigidez de las fac-
ciones y'las apetencias de los príncipes convirtió "la chispa" en "incendio" y pronto "ardió" toda
Europa.
El Papa León X, que en un principio creyó se trataba de una "pelea entre frailes", finalmente
condenó las tesis de Lutero por la bula Exsurge Domine, la que fue quemada por este. ~n un acto
público, motivando su excomunión (1520). Por otra parte, la aparición de la imprenta y el apoyo de
los príncipes germanos favoreció la expansión rápida de la prédica luterana. "Lutero se había con-
vertido en el jefe de un movimiento, una de cuya fuerzas¡motoras era un sentimiento nacionalista
alemán"37 multiplicado por la inocultable adhesión del pueblo germano.
Presionado:por los príncipes germanos el flamarite emperador Carlos V recibió a Lutero en la
dieta de Worms y más tarde negoció con ellos en Spira. Meses más tarde (1509) los seguidores de
Lutero "protestaron" por el incumpliento de la disposición imperial adoptando el nombre de protes-
lantes para su movimiento; a su vez fonnaron la Liga de Esmalcalda, iniciándose los enfrentamientos
armados que conocemo~ como "guerras de religión". En 1555 la dieta de Ausburgo consideró lícita
la nueva religión en el Imperio .
.' La consecuenCia política. de sus ideas re~igiosas fue "que los cristianos vivan su fe en la intimidad
de sus conciencias a solas con Dios. Pero ·en. cuanto a la organización externa, s6~0 las potestades"civi-
les tienen autoridad... "38. Resultaba fácilmente entendible el interés de los príncipes en apoyarle.
Es interesante rescatar que "la rebelión de Lutero desató un hurac~ en los territorios alemanes:
clérigos, frailes y obispos que abandonaron su estado y sus votos para secularizarse, destrucción de

, I

radical de la libertad humana como lo es también el amor. Entraña la pérdida de ~a caridad y la privación de la gracia
santificante, es decir, del estado de gracia. Si no es rescatado por el arrepentimiento y el perdón de Dios, causa la exclu-
sión del Reino de Cristo y la muerte eterna del infierno; de modo que nuestra libertad tiene poder de hacer elecciones par~
siempre, sin retomo. Sin embargo, aunque podamos juzgar que un acto es en sí una falta grave, el juicio sobre las perso-';
,
- ¡

nas debemos confiarlo a la justicia y misericordia de Dios" (Catecismo de la Iglesia Católicll;1999, nO 1861). Lutero, en
cambio, afirmó que la naturaleza humana estaba irremediablemente corrompida por el pecado ("posición antropológica
pesimista") y con ello disminuía el papel de la gracia respecto al actuar del hombre. ..
34 La Iglesia Católica, considerada sucesora ininterrumpida de la enseñanza de los apóstoles, afirma, en cambio, la
y
importancia de la tradición al expresar: "El depósito sagrado de la fe, contenido en la Sagrada Tradición en la Sagrada
Escritura, fue confiado por lo Apóstoles al conjunto de la Iglesia: Fiel a dicho depósito, el pueblo cristf~o entero, unido
a sus pastores, persevera siempre en la doctrina apostólica yen la unión, en la Eucaristía yen la oración, y así se realiza
una maravillosa concordia de pastores y fieles en conservar, practicar y profesar la fe recibida" (Catecismo de la Iglesia
Católica, 1999, nO 84). La importancia de ésta se acrecienta si consideramos que los escritos neotestamentarios significa-
ti vos más antiguos que poseemos no son anteriores, genéricamente, al siglo. V y en consecuencia podrían haber sido mo-
tivo de sucesivas correcciones y modificaciones. .
35 "La herejía supone una ruptura con el sistema de creencias compartido por una sociedad, y por ello consiste
tanto en una ruptura social como doctrinal" (Mollat y Wolff, cit. Gerhardt, D., op.' cit., p. 97). Cfr. nota 29, p. 158-9.
36 ~'La indulgencia es la remisión ~te Dios ~e la pena temporal por los pecados, ya perdonados', en cuanto a la
culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo '<;leterminadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como
administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos"
(Catecismo de la Iglesia Católica. 1471); "El perdón del pecado y la restauración de la comunión con Dios entrañan la
remisión de las penas eternas del pecado. Pero las penas temporales del pecado permanecen. El cristiano debe esforzarse .
soportando pacientemente los sufrimientos y las pruebas de toda clase y, llegado el día, enfrentándose serenamente con la
muerte, por aceptar como una gracia estas penas temporales del pecado; debe aplicarse, tanto mediante las obras de mise-
ricordia yde caridad, como mediante la oración y las distintas prácticas' de penitencia, a despojarse completamente 'del
hombre viejo' y a revestirse del 'hombre nuevo' (1473).
~: Clark, G.'- op. cit., p. 67.
HISTORIA INTEGRAL DE OCCIDENTE 161

;
templOs y monasterios, ocupación por los señores temporales de los bienes eclesiásticos, revueltas
. : el
\1 violentas de los campesinos descontentos contra curas y señores, guerras entre príncipes, represio-
.- J nes contra los luteranos, saqueo y destrucción ,de claustros y castillos, miles de muertos"39. ¡En ver-
:;
, , dad que ardió la Cristiandad! .
,1 Un historiador poco afín al catolicismo concluye que "es el gran hecho histórico que Lutero
t contribuyó como nadie a acabar con la Cristiandad medieval: con aquella colectividad cultural unifi-
i
,} cada fundamental, y capitalmente, por su comunión religiosa en una iglesia regida por un Papa. Por
10 mismo, contribuyó igualmente a acabar con la idea medieval del mundo y a dejar a los hombres
,-1 todos en franquía para otra idea de él, que fue la modema"4o.
~
La libre interpretación de la Biblia favoreció la aparición de muchos "pastores" que modifica-
ron el protestantismo agregando sus propias explic~ciones'. Uno de los que tuvo más trascendencia
fuer--Juan Calvino, "un francés burgv,és, hijo de un abogado de Noyón, que puso al servicio de la cau-
I

sa protest~nte la lógica, la disciplina y la agudeza legal del 'espíritu latino. A diferencia de Lutero, era
esencial~~nte un intelectual, un erudito y un hombre de letras ... él modeló un cuerpo coherente de
doctrina )i'un sistema férreo de disciplina, y en lugar de las iglesias territoriales luteranas controladas
por el Est~(fo, creó una Iglesia teocrática"41 que, conocida como Iglesia Reformada, difundió la nue-
~octrina en TOs cantones .suizos do~, e~67, eStaD.le~lnefira una teocraclábiSaaaeñ" el
AntlgUOTestamento. Los cinco puntos esenciales de la doctrina calvinista o puritana queaaroñ-esa¡::-
blecidos, como se sabe, en el Sínodo de Dort (1617/9). Sus seguidores fueron conocidos en Francia
,
,~
- ;1
. con el nombre de hugonotes, en Inglaterra 'como puritanos, presbiterianos en Escocia y reformIstas
. ',1
¡.
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en Holanda. Las escuelas reformistas se convirtieron en verdaderos centros formadores de misione~
'~
ros, que difundieron el protestantismo por toda Europa -formando una "Internacional calvinisfá.":....~ y .-- . .....,.
muchos de ellos se dirigieron a evangelizar la tierra virgen americana. .
Calvino se destacó por su teoría de la predestinación, sosteniendo que Dios "i?re-seleccionó an-
tes de nacer qué seres humanos se salvarían y cuáles se condenanan. La señal de los predestinados
("los elegidos" para salvarse") radicaba en el éxito (ver documento 13). En el ambiente "mercantil'"
' . ,~
de Ginebra éste fue identificado con la acumulación de oro y actuó -más adelante- como aliciente
para el trabajo y desarrollo económico en los países que adoptaron el protestantismo. Es interesante
observar cómo el calvinismo "se convirtió en la religión de las repúblicas urbanas ... , buscó el apoyo
de otras clases sociales, y lo encontró, a veces, en los príncipes de segundo orden, que luchaban por.
la independencia contra las grandes cortes centralistas; a veces, en los inquietos magnates ...:...felices I

.1
de poder sacar provecho de un partido político ya constituido- y a veces, entre la clase media rural y'
los pobres de las ciudades .... Sus centros no fueron estados nacionales autónom<?s y muy desarrolla-
dos sino ciudades-estado comerciales o pequeños principados fronterizos de grandes reinos. Los gran-
des príncipes, tanto catóÍicos como luteranos, les miraban con recelo, como semilleros de sedición"42.
\ ~.
Aunque la creencia en la predestinación negaba el mérito humano no condujo a una actitud
quietista, sino por el contrario, la "teoría dd éxito" favoreció la acción --cónvert~aa en muchos casos
en activismo-, atacando radicalmente-Ia vida contemplativa y monacal, considetida parasitaria, a la
vez que sobredimensionaba el trabajo. ,''(,i:

El protestantismo implicó la defensa de un diálogo directo del hombre con' Dios sin intermedia- ·
... ... rios (Iglesia, santos, difuntos); fue -la popularización de la religión. Algunos autores llegaron a ver
" ... en la Refonna una rebelión nórdica contra,las tradiciones latinas de la cultura medieval,,43. '
Como vimos la aparición del protestantismo generó enfrentamientos locales, regionales e
intereuropeos --conocidos como "guerras de religión", en los que se entremezclaron de manera peli-
grosa intereses políticos y económicos con creencias religiosas: Ello motivó persecuciones y diásporas,
• lo
, - ,. ~ entre las que sobresalió el abandono de Francia por los derrotados protestantes --conocidos como
"~! f; hugonotes-; unos trescientos mil se trasladaron a tierras más propicias como Suiza, Germania, Ho- '
~:-J landa e Inglaterra, donde cumplieron un activo papel en la difusión del protestantismo y en el desa-
_J(
·:~l rrollo comercial, ya que en su mayoría era comerciantes y calvinistas.
---
' .. . t;;
~;

~i/ ;
39 Val verde, c., op. cit., p. 9l.
40 Gaos"J., Historia de nuestra idea del mundo, México, P.C.E., 1973, 'p. 96.
41 Dawson: Ch., El movimiento de la revolución mundial, Bs. As., Huemul, 1963, p. 42.
42 Trevor Roper, Hugh, "El siglo del Barroco", en: La época de la expansión, Madrid, Alianza-Labor, 1989, pp. 31/2.
162 FLORENCIa HUBEÑÁI<

. ko el movimiento protestante -como vimos- no implicó solamente "guerras externas" sino


divergencias internas y la libre interpretación de la Biblia condujo al fraccionamiento en una gran
cantidad de grupos (o sectas), a la pérdida de la unidad en el dogma que había caracterizado a la
Cristiandad y a un "pietismo" -o piedad- casi sentimental que fortalecía los aspectos morales ("no
robar, no matar") en desmedro del credo. Ello implicó la "acentuación de lo afectivo y el bien obrar
condujo a un pronunciado subjetivismo ... "44. '

El anglicanismo
Al producirse la explosión luterana, en Inglaterra reinaba Enrique VIII, casado con Catalina de
Aragón, una de las hijas de los Reyes Católicos. A partir de 1527, el rey, después de dieciocho años
de casado, "entusiasmado" con una dama de la corte, pidió la nulidad matrimonial, alegando que su
mujer había "estado casada" con su hermano ya muerto. El Papa negó la petición y Enrique obtuvo
que el Parlamento, por el Acta de Supremacía, proclatnase la autocefalÍa (independencia) de la Igle-
sia de Tnglaterra :(anglicana) y le declarase "cabeza de la Iglesia Anglicana" (ver documento 14). De
este modo pudo decretar la' anulación de su propio matrimonio y casarse con Ana Bolena. Por tal
actitud fue excomulgado y los nobles y obispos que se opusieron a tal decisión ~omo el ,canciller
del Reino, Tomás Moro y el obispo John Fischer- fueron ejecutados. Aunque presumiblemente En-
rique no quería modificar el dogma, los "calvinistas-presbiterianos" lograron ocupar posiciones de
relevancia en la nueva estructura y lentamente "radicalizaron el cisma" publicando nuevos catecis-
mos -cada vez más protestantes-, suprimieron las órdenes religiosas y lograron que se vendieran los
monasterios a los enriquecidos "burgueses". El cisma se agudizó con el reinado de sus sucesores, el
joven Eduardo VI -de nueve años- y fundamentalmente Isabel 1, la hija de Ana Bolena, definitiva-
mente inclinada por la "Reforma", tras un intermedio de su hermanastra Maria Tudor.
El floreciente reinado de Isabe] (la época isabelina) se caracterizó, además del desarrollo marí-
timo y comercial, por su esplendor cultural. A esta época pertenece William Shakespeare, práctica-
, mente el creador del teatro moderno y autor de obras tan popularizadas como Hamlet, Romeo y Julieta,
Macbeth, Ricardo 111, La fierecilla domada y Otelo, por señalar solamente las más renombradas.
1 I
En otro aspecto el clima político-religioso y la situación vivida de manera personal por las dife- :
Fentes comunidades protestantes favoreció,la defensa concreta -pero también te<?rica- de la libertad , '¡
!

religiosa, y luego de la tolerancia también el crecimiento de las teorías libertarias -que hicieron eclo- l ' !
I
I
sión en el siglo XVID- manifestadas en la libertad de comercio, de navegación y de acción política, !
bases del liberalismo. Como señala un autor, resulta claro que "el pensamiento social y jurídico ema-
nado de la teología protestante de Lutero y Cal vino se ha desarrollado a través de algunos pensado-
res'de los siglos XVI y XVII para desembocar después en la, Ilustración del XVIII,,45. Un historiador
marxista agrega que al ser la religión el vehículo de descenso a la vida popular "las Iglesias protes- ..
"
~

tantes aseguraban el paso de la cultura posmedieval a un mundo más democrático y Inás laico"46.
A su vez, el desarrollo del protestantismo significó la aceleración del proceso de,secularización
que observáramos en el siglo XIV. "A esta situación no se llegó sorpresivamente, y s'()Jien los oríge-
nes del secuiarismo podemos encontrarlos' ya hacia fines del siglo XIV, su impronta teológica está
en la Reforma protestante que, al quebrar la posibilidad de relacionar al mundo con Dios, uejó a la
cultura sin sustento religioso"47. Esta secularización en el plano religioso significó una reorientación

44 Lortz, J., op. cit., t. n, p. 323.


45 Valverde, e., op. cit., p. 95.
46 Anderson, Perry, Los orígenes de la posmodernidad, Barcelona, Anagrama, 2000, p. 1555. -,1" I

47 Fosbery, Aníbal, La cultura católica, Buenos Aires, Tierra Media, 1999, p. 408. Bien aclaraba Paulo VI: "El
proceso de secularización que, afecta a nuestras sociedades de fonna radical puede parecer irreversible. No es solamente
el hecho de que las instituciones, los bienes, las personas se sustraigan al poder o al control de la jerarquía de la Iglesia:
¿Qué puede ser más nonnal, en efecto, si se piensa en las tareas humanas de suplencia que la Iglesia se ha visto obligada
a as.umir en el pasado? Pero el fenómeno, vosotros lo sabéis, llega mucho más lejos, en los planos cultural y sociológico.
No solamente las ciencias, comprendidas las ciencias humanas, las artes, sino la historia, la filosofía y la moral, muestran
tendencia a tomar como única fuente de referencia al hombre: su razón, su libertad, sus proyectos terrenos, fuera de una
perspectiva religiosa que no es compartida por todos. Y la misma sociedad, deseando permanecer neutral frente al plura-
mSTORIA INTEGRAL DE OCCIDENTE 163
cosmovisional hacia el mundo -y su construcción- y sus manifestaciones se aprecian en distintos
aspectos de la vida cotidiana. Como 'obserya un autor "si la nobleza se aburguesaba, el clero se
secularizaba, y ambas clases se acomodaban al espíritu de la época"48.
Pero, pese al avance paulatino de este proceso de secularización, podemos observar que todavía
"la sociedad en general seguía tan dominada por las ideas religiosas como lo había estado durante la
Edad Media"49. La tendencia secularizadora proseguirá --como veremos- en los siglos siguientes.

Apéndice documental
Documento 1
"De las cosas que son princ~palmente necesarias para el verdadeto comerciante y del orden que se debe
observar para saber llevar correctamente un Libro Mayor y su Diario en Venecia y en cualquier otro lugar.
Para que los reverentes súbditos, sujetos a Vuestro Dominio, Magnánimo Duque, tengan conocimiento
de todas hlsreglas y los usos mercantiles que puedan ser necesarios, he resuelto compilar (además de las cosas
, ya mencidifadas en esta obra) y también un tratado especial que me ha parecido indispensable. Y únicamente
con este ptopósito lo he incluido para que el presente libro pueda ser de utilidad en todo lo concerniente a las
cuentas, los asientos y la contabilidad de los libros mercantiles.
y cón este tratado pretendo' dar reglas harto suficientes para llevar ordenadamente todas las cuentas y
los libros ..'Como cada uno 'de vosotros Conoce, tres cosas importantísimas son necesarias para quien desea,
con la debida diligencia, comerciar. De las mismas, la principal es la moneda y cualquier otro valor corriente.
La única cosa necesaria es la sustancia sin cuyo respaldo difícilmente se pueden desarrollar las transacciones
mercantiles. '
Sin embargo, ha sucedido que muchos, carentes de medios, habiendo comenzado con buena fe, han n~a­
lizado importantes negociaciones y han acumulado grandes riquezas haciendo honor a S\l crédito. En mis via-
jes por Italia he conocido a muchos de ellos: . '
En las grandes repúblicas 'n9 existía cosa de mayor valor que la fe del buen comerciante y por esa fe se
pronunciaba el juramento, diciendo: A la fe del verdadero comerciante. Por lo que este hecho no debe suscitar
admiración, puesto que bajo la fe católica se produce la salvación del hombre y sin ella es imposible agradar a
Dios.
La segunda cosa que se requiere para ejercer los negocios es ser buen contador y hábil calculista: Y para
lograrlo, como se ha observado anteriormente, hemos indicado del principio al fin las reglas y preéeptos que
cada una de las operaciones requiere, de modo que, cada aplicado lector pueda, por su propia cuenta, aprender
todo. Y aquel que no estuviese bien preparado en esta parte, estudiaría inútilmente la segunda.
La tercera y última cosa'necesaria es que disponga todas sus operaciones ~on gran orden, a fin de llegar
con prontitud al conocimiento de cada una de éstas, se trate de ~ébitos o créditos, ya que el comercio no pre-
cisa otra cosa.
Esta parte es muy útil para los comerciantes, ya que les sería imposible dirigir sus negocios sin un orden
apropiado de las anotaciones. Sin ese orden la mente de los comerciantes no descansaría y acabaría por ser
presa de gran confusión. ' 1 '

Por este motivo, con el propósito que junto con las demás cuestiones puedan también adquirir estos co-
nocimientos, compuse el presente tratado en el que se enseñan todos los variados tipos de' anotaciones y se
procede capítulo por capítulo.
Si bien no se pueden tratar e~haustivamente todos los casos posibles sobre el tema, no obstante, con lo
que se dirá más adelante, el ingenio personal del lector será capaz de aplicarlo a cualquier otro caso.
Nosotros estudiamos el método de Venecia, el más recomendable entre todos los demás métodos de
registración y mediante el cual nos podremos orientar en relación con cualquier otro.

cias individuales. Esta secularización, que implica una autonomía creciente de lo profano, es un hecho característico de'
nuestras civilizaciones occidentales. Es en esta situación donde ha aparecido el secularismo como sistema ideológico: no
solamente justifica este hecho, sino que 10 toma como objetivo, como fuente y como norma de progreso humano, y llega
hasta reivindicar una. autonomía absoluta del hombre ante s~ propio destino, S,e trata, entonces, se podría decir,de una '
ideología, un nuevo concepto del mundo; sin apertura, y que funciona en su totalidad como una nueva religión (Discurso
al Secretariado para los No Creyentes del 18 de marzo de 1971).
:~ Van Martin, Alfred, Sociología del Renacimiento, México, F.C.E., 1973, p. 92.
,
."

164 FLORENCIa HUBEÑÁK

La descripción de este método se dividirá en dos partes principales, una denominada Inventario y la otra
Gestión. .
Las dos sesiones se tratarán sucesivamente según el orden reservado en el sumario para que el lector
pueda encontrar fácilmente el capítulo y la página que le son necesarios.
Aquel que desee conocer cómo llevar en perfecto orden un Libro Mayor y su Diario debe prestar mucha
atención a lo que diré a continuación.
Para comprender correctamente el procedimiento, expondré el caso de un comerciante que comienza por
vez primera a comerciar e indicaré el orden en que debe proceder para llevar sus cuentas y sus anotaciones de
manera tal que pueda hallar con mayor facilidad cada cosa en su lugar, ya que, si las cosas no están asentadas
debidam~nte en su lugar, se vería afectado por enorme dificultad y confusión en todos sus negocios.
Según el conocido refrán, donde no hay orden, reina allí la confusión.
Con el fin de brindar un modelo completo para todos los comerciantes examinaré a continuación cada
una de las letras de las dos partes principales, citadas anteriormente, y las presentaré en forma clara para que
la exposición pueda rendir sus frutos. En primer lugar, explicaré que es el inventario y el modo en que el co-
merciante debe efectuarlo".
1.

Luca Pacioli; Tractatus XI de Computis et Scripturis, Distinctio IX.

"Que sea doble tu estudio: dirigido, en primer lugar, a conseguir en las letras no el conocimiento común
y vulgar, sino un saber diligente e Íntimo en el cual quiero que te muestres excelente; en segundo lugar, a
obtener la ciencia de aquellas cosas que se refieren a la vida y a las costumbres; estudios éstos que se llaman
de humanidad porque perfeccionan y adornan al hombre. Que en esos estudios tu saber sea variado y múltiple,
.~¡
y sacado de todas partes, de modo que no dejes de lado nada que pueda parecer contribuir a la formación, a la
, I
dignidad, a la alabanza de la vida. Creo que te conviene leer aquellos autores, como Cicerón y similares, que .~!
te pueden ser de ayuda no sólo por su doctrina, sino también por la .claridad de su discurso y por su habilidad
literaria. Si quieres prestarme oído, de Aristóteles aprenderás los fundamentos de esas doctrinas, pero busca-
rás en Cicerón la elegancia y la abund~ncia del decir y todas las riquezas de los vocablos, y, por decirlo así, la
destreza en el discurrir de los argumentos.
~I
....'1
Quisiera en realidad que un hombre eminente tuviera un rico conocimiento, y también que supiese ilus- ; I
, -1
trar y embellecer en el discurso las cosas que sabe. Pero nada de esto sabrá hacer quien no haya leído mucho, ..
( I

aprendido mucho, sacándolo de todas partes. De modo que no deberás ser adoctrinado solamente por los filó-
sofos, por más fundamental que sea ese estudio, sino que también' debes formarte con los poetas, con los ora-
dores, con los historiadores,. de manera que tu discurso sea variado, rico y de ninguna manera rústico ...
Si, como así lo espero, alcanzas ese grado de excelencia ¿qué riquezas podrán compararse con los resul-
tados de esos estudios? Por más que, en efecto, el estudio del derecho civil sea más provechoso en el comer-
cio, ese est~qio es superado, por su dignidad y aprovechamiento, por las letras. Las letras tienden en realidad
a forolar al hombre bueno, del que nada puede pensarse que sea más útil; el derecho civil, en cambio, no con-
tribuye en nada a hacer bueno al hombre ( ... ). Pues el hombre honesto respetará los legados y cumplirá la vo-
luntad del testador aunque el testamento haya tenido siete testigos, aunque disponga lo contrario el derecho
civil. Además de eso, la bondad y la virtud son inmutables, mientras que el derecho varía -según los lugares y
según los tiempos, de tal suerte que con frecuencia lo que es legítimo en Florencia, en Ferrara es una falta".

Leonardo Bruni, Epístola, Libri VI.

Documento 2

"Ahora comenzaremos por tratar cómo se acumulan riquezas. Tal vez este momento -ya nos acercamos
al atardecer- será propicio a este razonamiento. Ningún ejercicio, que pueda realizar el ánimo magno y libe-
ral, parece menos loable que las actividades que tienden a acumular riquezas. Si consideráis y discurrís, resu-
miendo en vuestra mente cuáles son las activ~dades necesarias para lograr bienes, los encontraréis dirigidos a
comprar y vender, prestar y recoger. .Y estimo que estas actividades, dirigidas sólo a obtener ganancias, po- l
.-'
I
drán pareceros a vosotros --cuyo ánimo no juzgo ni mezquino ni vil..;:. bajas y con poca honra y autoridad.
En verdad, vender no es cosa mercenaria; tú sirves a la utilidad de los compradores, tu fatiga te es paga-
da, recibes compensaci6n al aumentar lo que a ti te ha costado menos. De esa manera tú no vendes tus bienes (

\ ..
sino tu esfuerzo; por los bienes que entregas recibes el dinero, por el esfuerzo recibes el beneficio. Prestar
sería liberalidad digna de alabanza, si no pidieres interés, pero no sería actividad para enriquecerse. Algunos
consideran que estas actividades que podemos llamar pecuniarias nunca son limpias, sin mentiras, y estiman
que no pocas veces intervienen convenios sucios y escrituras deshonestas. Éstos dicen que los ingenios libera-
les deben huir de éstos como de hombres indignos y mercenarios. Pero a mí me parece que yerran quienes así
,~ ffiSTORIA INTEGRAL DE OCCIDENTE 165
.)
no se debe despreciar, sin embargo, a aquel que no tenga aptitudes para ocuparse convenientemente en activi- '
~ dades magníficas y se dedique a aquella para realizar la cual sabe que no es inepto y que además es reconocida
como utilísima a las repúblicas y a las familias. Las riquezas permiten lograr amistad y alabanza sirviendo a
quien tiene necesidad. Con las riquezas se puede conseguir fama y autoridad utilizándolas en grandes y muy
~1 nobles cosas con ,mucha generosidad y suficiencia. En circunstancias extremas las riquezas de los ciudadanos
privados son muy útiles. No se puede siempre mantener sólo con estipendios del erario público a quien con
A armas y sangre defiende la libertad y la dignidad de la patria ni pueden las repúblicas ampliar su autoridad e
imperios sin grandísimos gastos".

-
1 Documento 3
León Battista Alberti, El libro de lafamilia.

-.~ "Te he puesto en'el centro del mundo para que puedas mirar más fácilmente a tu alrededor y veas todo lo
que contiene. No te he creado ni celestial ni ser terreno, ni mortal ni inmortal, para que seas libre educador y
, :~
señor de tt 'mismo y te des, por ti mismo, tu propia forma. Tú puedes degenerar hasta el bruto o, en libre elec-
~~ ción, regenerarte hasta lo divino (... ) Sólo tú tienes un desarrollo que depende de tu voluntad y encierras en ti
~,~ los gérme~es de toda vida".
,1
Pico de la Mirándola. De hominis dignitate oratio.

"Estableció finalmente el Óptimo Artífice que, a quien no le podía dar nada como propio, le fuese co-
mún todo aquello que había asignado de manera singular a los demás. ~or eso acogió al hombre como obra de
naturaleza indefinida y, poniéndolo en el corazón del mundo, le habló así:' 'No te he dado, Adán, ni un puesto
determinado, ni un aspecto tuyo propio, ni prerrogativa alguna para que el lugar, el aspecto, las prerrogativas
que tú desees, todo eso precisamente, según tu deseo y tu consejo, lo obtengas y lo conserves. La naturaleza
determinada de los demás está ~ontenida en las leyes prescritas por mÍ. Tú, en cambio, te la determinarás, sin
ninguna barrera que te constriña, según tu arbitrio, a cuya potestad te entregué. Te puse en medio del mundo
para que desde ahí discernieras todo lo que está en él. No te hice ni celestial ni terrenal, ni mortal ni inmortal,
para que tú mismo, casi libre y soberano artífice, te plasmases y te esculpieses a ti mismo según la forma que
hubieses elegido previamente. Podrás degenerar en las cosas inferiores, que son los animales; podrás regene-
rarte, según tu voluntad, en las cosas superiores, que son divi~as' . ,
¡O suprema liberalidad de Dios Padre! ¡Oh suprema y admirable felicidad del hombre! A él se le ha con-
cedido obtener lo que desea, ser lo que quiere. Los brutos, al nacer, llevan consigo, como dice Lucilio, del
seno materno, todo lo que tendrán. Los espíritus superiores, ya desde el inicio o desde muy poco después,
fueron lo que serán por los siglos de los siglos. En el hombre naciente" el padre coloca semillas de todas las
~species y gérmenes de toda vida. y; según como cada cual las cultive, crecerán y darán. en él sus frutos",

Pico de la Mir~ndola, Comentarios.

Documento 4

"Vivo en esta finca mía y, desde los últimos sucesos políticos, no suman veinte los diferentes días que he
estado en Florencia. Hasta ahora cazo tordos. Levántome antes del amanecer, preparo las varetas de liga, y
salgo de casa con un montón de jaulas a la espalda, parecido a Gete cuando vuelve del puerto con los libros de
Anfitrión. La caza es de dos a siete pájaros, y así he pasado todo setiembre. Aunque extraña y poco diveitida,
siento que me haya faltado esta distracción. Mi vida actual es la siguiente: me levanto antes de salir el sol y
vaya un bosque que he mandado cortar. Paso allí dos horas viendo el trabajo del día anterior y conversando
con los leñadores, que siempre tienen alguna cuestión pendiente', o entre sí, o con los vecinos, Cuando me
. aparto del bosque voy a la fuente, y d~sde allí a donde tengo los aparatos de cazador de pájaros, con un libro
bajo el brazo, Dante, Petrarca.u otro poeta de menos categoría; Tibulo, Ovidio u otro semejante. Leo sus apa-
sionados amores, recuerdo los míos, y pé;lSO algún tiempo complacido con estas ideas. De allí voy por el cami-
no a la hostería, y hablocori los que al paso encuentro, preguntándoles noticias de su país. Oigo diferentes
cosas, advierto distintos gustos y diversas imaginé;lciones. Cuando llega la hora de comer, lo hago con mi briga
de trabajadores, alimentándome con lo que mi pobre finca y escaso patrimonio me producen. Después de co-
mer vuelvo a la hostería, donde ordinariamente encuentro al posadero, un carnicero, un carbonero y un eba-
nista. Con ellos me encanallo durante el resto del día jugando al chaquete, que ocasiona mil disputas y disgus-
tos con acompáñamiento de, palabras injur:iosas, todo, las más de las veces, por un ochavo, lo que no impide
Que ol1lan nuestros 2:ritos en San Casciano. Sumido en esta villanía 'impido que enmohezca mi cerebro, y con-
·.!, I

166 FLORENCIO HUBEÑÁK

vuelvo a a casa. Antes de entrar en mi gabinete, me quito el traje de campo, sucio y enlodado, y decentelnente
vestido, me presento ante los hombres de la antigüedad. Recibido amorosamente por ellos, satisfago mis nece-
sidades intelectuales con este alimento, el único que me conviene y para el c'ual he nacido. No temo, pues,'
conversar con ellos y pedirles cuentas de sus actos, porque siempre me responden cortesmente. Durante cua-
.tro horas no sufro ningún enojo, olvido las petlas, y ni la pobreza me asusta, ni me espanta la muerte".

Carta de Maquiavelo a Francisco Vettori.


Documento 5

"Alabanzas a nuestro siglo, que es de oro por sus áureos ingenios.


Marsilio Ficino a Paolo di Middelburg, físico y astrónomo insigne. Aquello que los poetas cantaron un
día sobre las cuatro edades, de plomo, de hierro, de plata y de oro, nuestro Platón, en La República, lo refiere
a las cuatro naturalezas de los hombres, diciendo que en la índole de unos está congénito el plomo, el hierro en
la de otros, en otros la plata y en otros el oro. Y si, por tanto, hay una edad que hemos de llamar de oró, es sin
. duda la que produce en todas partes ingenios de oro. Y, que nuestro siglo sea así, nadie lo dudará si toma en
con~ideraeión los admirables ingenios que en él se h~n hallado. Este siglo, en efecto, como áure.o, ha vuelto a
traer a la luz 1as·· artes liberales ya casi desaparecidas, la gramática, la poesía, la oratoria, la pintura, la escultu-
ra, la arquitectura, la música y el antiguo sonido de la lira órfica. Yeso en Florencia.
Y, cosa que entre los antiguos era muy celebrada y en·la actualidad había casi desaparecido, puso en
conjuncióll: la sabiduría con la elocuencia, la prudencia con el arte de la guerra. Yeso ha mostrado, casi
como en Palas, en Federico, .duque de Urbino, cuya virtud dio en herencia a su hijo y a su hermano. En ti,
¡oh mi Paolo!, parece haber llevado a la perfección a la astronomía; en Florencia ha vuelto a sacar a la luz
del día a la sabiduría platónica; en Alemania, en nuestro tiempo, se han inventado los instrumentos para
imprimir los libros ... ". I
!
1
Marsilio Ficino, Epístolas, XI. '.l
Documento 6
Oración a la alegría

"Dichosos los que saben reírse de sí mismos, porque no terminarán nunca de divertirse.
Dichosos los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos inconvenientes. l
;1
'

Dichosos los que saben descansar y dormir sin buscarse excusas: llegarán a ser sabios. I
I
. I
Dichosos los que saben escuchar y callar: aprenderán cosas nuevas.
Dichos'os los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio: serán apreciados por
sus vecinos.
Dichosos los que están atentos a las exigencias de los demás, sin sentirse indispensables: serán
dispensadores de alegría.
Dichosos ustedes cuando sepan mirar seriamente a las cosas pequeñas y tranquilamente a las cosas im-
portantes: llegarán lejos en la vida. .";.


1
Dichosos ustedes cuando sepan apreciar una sonrisa y olvidar un desaire: vuestro camino' estará lleno de sol.
Dichosos ustedes cuando sepan interpretar con benevolencia las actitudes de los demás, aun contra las . I
1
I
I!
apariencias: serán tomados por ingenuos, pero éste es el precio de la caridad.
I Dichosos los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar: evitarán muchas necedades.
Dichosos ustedes sobre todo cuando sepan reconocer al Señor en todos los que encuentran: habrán en- .
i contrado la verdadera luz y la verdadera sabiduría".
I
"Señor, dame una buena digestión y, naturalmente, también alguna cosa para digerir.
I
I
Dame la salq.d del cuerpo, con el buen humor necesario para conservarla.
!I Dame un alrna, Señor, que tenga si~mpre ante los ojos lo que es bueno y puro, de tal modo que, ante el
J
pecado, no se escandalice, pero sepa encontrar la forma de aportar un remedio. "
Dame un·~!ma que no conozca el aburrimiento, las murmuraciones, los suspiros, las lamentaciones. Y
no permitas que caiga en la soberbia, por esta cosa .dominante que se llama '·Yo'.
Señor, dame el don de saber reir con·una broma, a fin de que sepa sacar un poco de alegría de la vida y
que la pueda compartir con los otros".

Tomás Moro.
HISTORIA INTEGRAL DE OCCIDENTE 167
Documento 7

"Quiero, pues, en cuanto a lo primero, que éste nuestro cortesano sea de buen linaje; porque mayor des-
proporción tienen los hechos ruines conJos hombres generosos que con los bajos. El de noble sangre, si se
desvía del camino de sus antepasados, amancilla el nombre de los suyos y, no solamente no gana, mas pierde
lo ya ganado; porque la nobleza del linaje es casi una clara lámpara que alumbra y hace que se vean las buenas
y las malas obras; y enciende y pone espuelas para la virtud, así con el miedo de la infamia como con la espe-
ranza de la gloria. Mas la baja sangre, no echando de sí ningún resplandor, hace que los hombres bajos car~z­
can del deseo de la honra y del temor de la deshonra, y que no piensen que son obligados a pasar más adelante
de donde pasaron sus antecesores. Muy al revés de esto son los de gran linaje, porque tienen por gran vergüen-
za no llegar a lo menos al término donde los suyos llegaron. Por eso acontece casi siempre que los más seña-
lados en las armas y en los otros virtuosos ejercicios vienen de buena parte, y es la causa de esto, que la natu-
raleza en aquella secreta simiente que en toda cosa está mezclada, ha puesto una cierta fuerza y propiedad de
su principio para todo aquello que de él procede, por manera que lo que nace tiene semejanza, a aquello de
'donde nace. Esto no solamente lo vemos en las castas de los caballos y otros animales; mas aún en los árboles,
los cuales:'suelen las más veces echar las ramas conforme al tronco; y, si alguna vez yerran en esto, es por
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culpa de quien los granjea~ Lo mismo es en los hombres, los cuales si alcanzan quien los críe bien casi siempre
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a
se parecen aquellos de donde proceden, y aún acaece muchas· veces salir mejores; pero si les falta la buena
crianza, hácense como salvajes; y de no ser bien granjeados, nunca en el árbol se maduran; verdad es que o
por la ,buena constelación o por la buena naturaleza nacen algunos acompañados de tantas gracias, que parece
que no naé'ieron, sino que fueron hechos por las propias manos de Dios puramente sin otro medio, y ennoble-
cidos de todos los bienes del alma y del cuerpo. Al contrario de éstos se ven otros tan necios y desconcertados,
que no se ha de creer sino que la ,natura por despecho o por burla los echó en el mundo.
Estos así como pocas veces, ni por mucho trabajo que en ellos pongan ni por muy buena crianza que reciban,
pueden llevar buen fruto: así los otros con poca fatiga suben al más alto grado de excelente perfección. Y por daros
un ejemplo, mirad al señor don Hipólito de Este, Cardenal de Ferrara, el cual ha alcanzado tal prosperidad, que su
persona, su semblante, sus palabJas y todos sus movimientos son con tanta gracia y tan conformes a lo que más
conviene, que :aunque sea mozo, es de tanta autoridad, que más parece aparejado para mostrar a los otros que para
aprender de ninguno; asimismo en el tratar con hombres y con mujeres de cualquier calidad, en el burlar y en el reir
es tan dulce y tan gracioso, que cuantos le hablan o le ven le quedan luego aficionados para siempre".

Baltasar de Castiglione, El cortesano, II. '

DocumentoS

"De qué modo deben guardar los príncipes la fe prometida.


Todo el mundo sabe cuán laudable es que el príncipe prefiera siempre la lealtad a la falacia; sin embar-
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.... 'I ~
go, la experiencia de nuestros tiempos prueba que príncipes a quienes se ha visto hacer,¡grandes cosas, tuvie-
ron poco en cuenta la fe jurada, procurando atentamente engañar a los hombres y consiguiendo al fin dominar
a los que en su lealtad fiaban. Sépase que hay dos maneras de combatir, una con las ley,~s y otra con la fuerza.
La primera es propia de los hombres, y la segunda de los animales; pero como much~~;, reces no basta la pri-
... ~" mera, es indispensable acudir a la segunda. De aquí que a los príncipes convenga sabej::,: aprovechar estas dos
especies de armas. Los antiguos escritores enseñaban esta condición de un modo alegórico, diciendo que Aquiles
y muchos otros príncipes de remotos tiempos fueron dados a criar al centauro Quirón, quien los tenía en su
guarda. El darles un preceptor medio hombre, medio bestia, significa la necesidad para el príncipe de saber
usar ambas naturalezas, porque una sin otra no es duradera. Obligado el príncipe a saber emplear los procedi-
mientos de los animales, debe preferir los que son propios del león y del zorro, porque el primero no sabe
defenderse de las trampas, y el segundo no puede defenderse de los lobos. Se necesita, pues, ser zorro para
conocer las trampas, y león para asustar a los lobos. Los que sólo imitan al león, no comprenden bien sus inte-
,reses. No debe, pues, un príncipe ser fiel a su promesa cuando esta fidelidad le perjudica y han desaparecido
las causas que le hicieron prometerla. Si todos los hombres fueran buenos, no lo sería este precepto; pero como
son malos y no serán leales contigo, tú tampoco debes serlo con ellos. Jamás faltarán a un príncipe argumen-
tos para disculpar el incumplimiento de sus promesas, de lo cual podríán presentarse infinitos ejemplos mo-
dernos y demostrar cuántos compro_misos y tratados de paz han dejado de cumplirse por deslealtad de los prín-
cipes, siendo siempre ganancioso el que mejor ha imitado al zorro. Pero es indispensable saber disfrazar bien
las cosas y ser maestro en fingimiento, aunque los hombres son tan cándidos y tan sumisos a las necesidades
del momento que, quien engañe, encontrará siempre quien se deje engañar."

Maquiavelo, El príncipe, Capítulo XVIII.


168 FLORENCIa HUBEÑÁI<

Documento 9

"Vete a Roma y por toda la cristiandad en las. casas de los grandes prelados y de los grandes maestros
no se atiende sino a la poesía y al arte oratoria. Ve, y luego mira: los hallarás con los libros de humanidades
en las manos, deseosos de saber, con Virgilio, Horacio y Cicerón, cómo regir las almas. ¿Querrás ver que la
Iglesia nos gobierna por la mano de astrólogos? Y no hay prelado ni gran maestro que no tenga alguna fa-
miliaridad con algún astrólogo que le prediga la hora y el punto en que él tiene que cabalgar o hacer alguna
otra cosa o quehacer. Y no se saldrían esos grandes maestros ni un solo paso fuera de la voluntad de los
astrólogos. Nuestros predicadores también han abandonado la Sagrada Escritura y s~ han entregado a la
astrología y la filosofía, y aquélla la predican sus paganos y la hacen reina. Y la Sagrada Escritura la utili-
zan como sirvienta, pues ellos predican la filosofía para parecer doctc,s y no porque les sirva para exponer
la Sagrada Escritura. Así es como están hechas las columnas de nuestra Iglesia. El santuario y el coro son
de madera porque en el estado de las vírgenes y de las viudas no hay devoción ni amor por la gracia. Las
pocas vírgenes que hay ahora en la Iglesia son vírgenes fatuas cuyas lámparas están sin aceite porque tienen
sí, la virginidad del cuerpo, pero con frecuencia no la de la mente, y están yermas de.devoción. La nave de
ésta nuestra Tele~¡a, esto es, el estarlo conyugal, no está emhaJc1osadft) sino llena de polvo, de afectos terre-
nales, pues sólo piensan en los bienes; y está aun totalmente sucia:por las porquerías que se hacen en el
estado matrimonial. No tiene puertas esta nuestra Iglesia, esto es, no .se.ven ya prelados y pastores buenos,
no hay predicadores que prediquen la verdad; de modo 'que en.esta nuestra Iglesia entra indiferentemente
quien quiere,. y está llena de bestias y animales selváticos.
Sólo hay una cosa en este nuestro templo que. nos deleite bastante, y es que está todo pintado y lleno
de oropeles. Así nuestra Iglesia tiene por fuera muy bellas ceremonias para solemnizar los oficios ecle-
siásticos, con bellos parámetros, con muchas colgaduras, con candelabros de oro y plata, con unos cáli-
ces tan bellos, que es todo majestuoso. Ves allí a aquellos grandes prelados con bellas mitras de oro y
piedras preciosas en la cabeza, con los báculos de plata. Los ves con aquellas bellas casullas y capas : I

pluviales de brocado, en el altar, cantando las bellas vísperas y las bellas misas lentamente, con tan be- 1
'-- 1
llas ceremonias, con tantos órganos y cantores, que quedas estupefac.to; y te parecen esos hombres de ·"1
,'>-. 1
gran gravedad y santidad, y no crees que puedan errar, sino que cuanto dicen y hacen debe ser observado
como el Evangelio. ¡Así es como está hecha la moderna Iglesia! Los hombres se apacientan con esa ra- . I

mas y se alegran con estas ceremonias ... ". . 1


, _. I
I
Savonarola, Sennones.

Documento 10

"Si yo no perdono a mi hermano Dios no me perdonará (... ) No se nc.:; condenará por ignorar si el prin-
cipio del Espíritu Santo es único o doble; pero no evitaremos ser condenado~si no nos esfor~amos en poseer
los frutOs del Espíritu, que son el amor, alegría, paciencia, dulzura, fe., modestia, continencia ( ... ) 'La esencia
de nuestra religión es paz y concordia, cosa que no se puede mantener fácilmente sino a condi.~ión de no defi-
nir más que un reducido número'de puntos dogmáticos y dejar a cada cual la libertad de fOlJParse su propio,
juicio sobre la mayoría de los problemas" '~', :¡
1
Epístola de Erasmo a Carondelet. 1523. , I

Documento' 11

"Únicamente para predicar la Palabra de Dios ha venido Cristo al mundo y con este excl~sivo fin fueron
llamados e impuestos en sus cargos todos' los apóstoles, obispos, sacerdotes y eclesiásticos en general, aunque
respecto a estos últimos hoy, desgraciadamente, no lo parezca.
Acaso preguntes: ¿qué palabra es esa que otorga una gracia grande y o5mo deberé usar de tal palabra?
He aquí la respuesta: La Palabra no es otra cosa que la predicación de Cristo, ~egún está contenida en el Evan-
gelio. Dicha predicación ha de ser -y lo es realmente- de tal manera que al cfrla oigas hablar a Dios contigo
quien te dice que para él tu vida entera y la totalidad de tus obras nada valen y \lue te perderás eternamente con
todo en cuanto en ti hay.
Oyendo esto; si crees sinceramente en tu culpa, perderás la confianza c.n ti mismo y reconocerás cuán
cierta es la sentencia del profeta Oseas: 'Oh Israel, en ti sólo hay perdición: que fuera de mí no hay salvación'.
Mas para que te sea posible salir de ti mismo, esto es, de tu petOición, Dios' t(~ presenta a su amadísimo Hijo
Jesucristo, y con su palabra viva y consoladora, te dice: Entrégate a él con fe ínquebrantable, confía en él sin
desmavar. Por esa fe tuva te serán nerdonados todos tus oecados: será sunera('.a tu nerdición: serás tusto. ve-
HISTORIA INTEGRAL DE OCCIDENTE 169
Pablo dice: 'Mas el justo solamente vive por su f~'. Y también: 'Porque el fin y cumplimiento de la leyes
Cristo para todos los que en .él creen' .
Luego la única práctica de los cristianos debería consistir precisamente en lo siguiente: grabar en su ser
la palabra y a Cristo, y ejercitarse y fortalecerse sin cesar en esta fe. No existe otra obra para el hombre que
aspire a ser cristiano ...
O sea, los mandamientos han sido promulgados únicamente para que el hombre se convenza por ellos de
la imposibilidad de obrar bien y aprenda a reconocerse y a desconfiar de sí mismo. Por esta razón llevan los
mandamientos el nombre de Antiguo Testamento, todos figuran en el mismo. Por ejemplo, el mandamiento
que dice: "no codiciarás" demuestra que todos somos pecadores y que no hay hombre libre de concupiscencia,
aunque haga lo que quiera. Aquí aprende el hombre a no confiar en sí mismo y a buscar en otra parte el auxilio
necesario para poder limpiarse de codicia y cumplir así el mandamiento con ayuda ajena, dado que por esfuer-
zo propio le es imposible. Con los demás mandamientos nos sucede lo mismo: no somos capaces de cumplir-
los ...
Esto aclara por qué la fe es tan potente y asimismo cómo existen buenas obras que puedan igualarse a
ella. Ninguna obra buena se atiene a la Palabra divina como la fe, ni hay obra buena alguna capaz de morar'en
, el alma, si~b que únicamente la Palabra divina yla fe reinan en el alma. Tal como es la palabra, así se vuelve
el alma, a s,emejanza del hierro que al unirse al fuego se vuelve rojo blanco como el fuego mismo. Vemos así
que al cristiano le basta con su fe, sin que precise'obra alguna para ser justo, de donde se deduce que si no ha
menester d~ obra alguna, queda ciertamente desligado de todo mandamiento o ley, y si está desligado de todo
esto s~rá, pt>f consiguiente, libre. En esto consiste la libertad cristiana: en la fe única que no"nos convierte en
ociosos o malhechores, sino antes bien en hombres que no necesitan obra alguna para obtener la justificación
y salvación".

Martín Lutyro, La libertad cristiana, .5-1 O.

Documento 12

''La segunda muralla es aún más débil e inservible. Ellos solos quieren ser maestros de las Escrituras.
Aunque durante toda su vida nada aprendan en ellas, se atribuyen a sí mismos la autoridad, y nos hacen creer
con palabras desvergonzadas que el Papa no puede errar en la fe, ya' sea malo obueno, para lo cual no pueden
' .. } aducir ni una letra siquiera. Esta es la causa por la cual en el derecho canónico figuran tantas leyes heréticas y
anticristianas y hasta antinaturales. No es menester hablar de eso ahora. Como creen que el Espíritu Santo no
los abandona por indoctos y malos que fueren, se atreven a añadir lo que quieren. Si así fuese, ¿para qué serían
necesarias y útiles las Sagradas Escrituras? Quemémoslas y conforniémonos con los indoctos señores de Roma,
a los cuales domina el Espíritu Santo, que sólo habita en corazones buenos. Si no lo hubiese leído me habría
parecido increíble que el diablo de Roma afirmara tales disparates y consiguiera seguidores.
i
,,-.j Pero, con el objeto de no luchar contra ellos con palabras, citaremos las Escrituras. San Pablo dice: 'Si a
.¡ ' alguien se le revela algo mejor, aunque esté sentado y escuche al otro en la Palabra de Dios, el primero que
está hablando callará y cederá' . ¿Para qué servirá este mandamiento, si sólo tuviésemos que creer al que está
hablando o está sentado en primera fila? También dice Cristo que todos los cristianos' serán enseñados por
Dios; bien puede suceder que el Papa y los suyos sean malos o no sean verdaderos cristianos~ 'ni estén ense-
ñados por Dios ni tengan la concesión justa. Por otra parte, un hombre sencillo puede tener la intelección rec-
ta. ¿Por qué no seguirlo? ¿Acaso no erró el Papa con frecuencia? ¿Quién socorrería a la cristiandad, cuando el
Papa errase, si no se creyera más a otro que tuviese a su favor las Escrituras?
Por ello, es una fábula desaforadamente inventada y no pueden aducir ni siquiera una letra para comprobar
que sólo el Papa es competente para interpretar las Escrituras o para aprobar su interpretación. Ellos mismos se
han atribuido esta facultad. Y aunque pretexten que se le ha concedido el poder a San Pedro cuando le fueron
. - ")0..,#0,

dadas las llaves, está manifiesto suficientemente que esas llaves no fueron entregadas solamente a San Pedro,
sino a toda la comunidad. Además, las llaves no fueron estatuidas para la doctrina o para el régimen, sino única-
mente para ligar o desatar el pecado, y .es mera invención, si a causa de las llaves se adjudican otras y más am-
plias atribuciones. Pero cuando. Cristo dice a Pedro: 'He rogado por ti, para que tu fe no falte', no puede referirse
al Papa, puesto que la mayor parte de los papas no han tenido fe, como ellos mismos deben confesar".

Martín Lutero, A la nobleza cristiana de la nación alemana.

Documento 13'

"Aunque Cristo afirmó que se ataría o desataría en p,l cielo aquello que por lá palabra de sus ministros
fllpoT~ M~rlf"'l
f"'I r1P~~t~rlf"'l pn 1~ tlporr~ nPo :lhl no nl1p.dp. concluirse aue nadamos saber auiénes son de la Iglesia y
170 FLORENCIa HUBEÑÁK

ra designarnos claramente y como ponernos ante los ojos si estábamos atados o desatados, sino que prometió
solamente esto, a saber: que aquellos quienes oyeren y recibieren mediante la fe la promesa evangélica, por la
cual Cristo ofrece al hombre en la tierra la redención y la liberación, ellos -digo- serán ciertamente desligados
y sueltos en el cielo, es decir, en la presencia de·Dios y en su juicio; pero aquellos que tal promesa resistieran
y .despreciaran, para ellos hay testimonio de la misma promesa de que en el cielo y en la presencia de Dios
permanecerán con sus ataduras, y, por lo tanto, en su condenación.
Mas, aunque no podemos saber con certeza de fe, quiénes son los elegidos; sin embargo, cuando la Escri-
tura nos da ciertas notas, como hemos dicho antes, por las cuales podamos distinguir a los que son elegidos e
hijos de Dios de los que son réprobos y extraños a Él, en cuanto que Él quiere sean por nosotros conocidos.
Con cierto juicio de caridad deben ser considerados y tenidos como elegidos de Dios y miembros de la Iglesia
a todos aquellos que confiesan, como nosotros, al mismo Dios y al mismo Cristo con la confesión de la misma
fe, con el ~jel11plo de la vida y con la participación de los sacramentos. Y aunque haya en sus vidas el residuo
de alguna imperfección (ya que nadie aquí puede ser perfecto), con tal que no se gloríen y se complazcan de-
masiado en sus vicios y esperen bien de ellos, es de esperar que mediante el impulso benéfico de Dios, aprove-
charán cada día en lo mejor hasta que, despojados de toda imperfección, lleguen a la eterna bienaventuranza
de los elegidos. La Escritura nos define con estas notas ~ los elegidos. de Dios, a los hijos clF. Dios, al Pllehlo ele
Dios, a la Iglesia de Dios, a fin de que por nosotros puedan ser conocidos. Aquellos, empero, que no están
conformes con nosotros en la misma fe, o que aun cuando la confiesen con los labios, sin embargo, niegan con
las obras al Dios que con los labios confiesan (como suele suceder con tantos que vemos en la vida completa-
mente perdidqs, ebrios en la voluntad de pecar, y como adormecidos y descansando tranquilos en sus malda-
des), todos éstos en sí dan las señales de no pertenecer a la.Iglesia o ser miembros de el~a".

Calvino, Instituciones divinas, II.

Documento 14
"Aunque Su Majestad Real justa y legítimamente es y deberá ser la suprema cabeza de la Iglesia de In-
glaterra, y así lo reconoce el clero de este reino en sus asambleas, sin embargo, para corroborar y confirmar lo
dicho, y para el incremento de la virtud en la religión de Cristo dentro de este reino de Inglaterra, y para repri-
mir y extirpar todos los errores, herejías y otras enormidades y abusos hasta ahora usados cn el mismo, sc ha
promulgado, bajo la autoridad de este Parlamento, que el Rey, nuestro soberano señor, sus herederos y suce-
sores, reyes de este Reino, serán elegidos, aceptados y reputados la única cabeza suprema en la tierra de la
Iglesia de Inglaterra, llamada Iglesia Anglicana; y tendrán y gozarán, anexado y unido a la corona imperial de
este reino, tanto del título y estilo, como de todos los honores, dignidades, preeminencias, jurisdicciones, pri-
vilegios, autoridades e inmunidades, beneficios y mercaderías pertenecientes a la dicha dignidad de la supre-
ma cabeza de la misma Iglesia; y que nuestro soberano señor, sus herederos y sucesores, reyes de este reino,
tendrán todo el poder y la autoridad en todas las épocas para visitar, reprimir, reparar, registrar, ordenar, co-
rregir, res-trlngrr y enmendar-tales errores, herejías~ abusos, intentos de ofensas y enormidades,cualesquieri
ellos sean, los cuales por cualquier forma de autoridad espiritual o jurisdicción deberán o podrán legalmente
ser refotinados, reprimidos, ordenados, reparados, corregidos, restringidos, y enmendados mayoritariamente
para placer ~el Dios Todopoderoso, e incremento de la virtud en la religión de Cristo, y para la conservación
de la paz, unidad y tranquilidad de este reino; a pesar de cualquier usanza, territorio extranjero, ailtoridadex-
tranjera, prescripciún, o cualy'ui~r olra cosa o cosas conlraria:-; acerca de esta -Acta".
1

Enrique VIII, 1534.


HISTORIA INTEGRAL DE OCCIDENTE 171

Cuadro sintético-cronológico

Dante
Giotto
fra Angelico
Quatrocento (s. XIV) Boeaccio .
Bruneleschi
Alberti
Maquiavelo

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leonardo
Cinquecento (s. XV) Rafael
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Miguel Ángel
1
, .

Pico della
Cristiandad
Mirandola
europea
Fieino
Movimiento Erasmo
de los humanistas (s. XV) Moro
Vives
Lefevbre
d"Etaples
. t

Lutero (1517)
protestantismo:
•.. ¿,
Calvino (1536)
Crisis de la Cristiandad

anglieanisID:0
Enrique vm. (1527)

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